Hasta el día de hoy no había escrito en este blog sobre uno de los
acontecimientos más importantes de la historia y que a la vez está
infravalorado. Me refiero, como no podía ser menos, a la Revolución Inglesa de
1642. Esa revolución que se produjo poco más de un siglo antes que la
Revolución Francesa y que provocó ni más ni menos que el derrocamiento de la
intocable monarquía inglesa y su sustitución por una república, la única que ha
existido hasta el día de hoy en Gran Bretaña.
El motivo que me ha llevado a escribir sobre este acontecimiento
histórico fue el hecho de ver por sexagésimo cuarta vez la impresionante película
que en 1970 rodaron los insuperables Richard Harris y Alec Guinness. Esta
película, llamada "Cromwell", relata la revolución británica desde el
punto de vista del general Oliver Cromwell, y tiene a éste y al rey Carlos I de
Inglaterra como los dos principales protagonistas. Esta película es una joya
cinematográfica, ya que relata las disputas políticas entre el poder ejecutivo
y el poder legislativo.
Desde que visualicé por primera vez esta película y comencé a indagar
acerca de los sucesos ocurridos en la Inglaterra del siglo XVII siempre me he
hecho la misma pregunta; ¿Por qué está tan infravalorada la Revolución inglesa
y no se le da la misma importancia que a la Revolución francesa? Las personas a
las que he preguntado siempre me han respondido lo mismo; "Porque las
consecuencias de la Revolución inglesa no fueran tan determinantes para la
humanidad como sí lo fueron las de la Revolución francesa". Estoy de
acuerdo en todo esto, pero aun así considero que la historia tiene muy
infravalorado este acontecimiento histórico, el cual supuso en realidad la
primera revolución política contra el absolutismo monárquico.
¿Quién no ha visto alguna vez en las sesiones de apertura del parlamento
inglés el momento en el que los parlamentarios dan con la puerta en las narices
al emisario que anuncia a los comunes la llegada de la reina Isabel II? Esto
por supuesto es una tradición, la cual se remonta al momento en que el rey
Carlos I de Inglaterra acude al parlamento británico con el objetivo de detener
a una serie de parlamentarios que habían pedido que el monarca cediese el poder
absoluto en favor del parlamento. Cuando la noticia de que el rey llegaba al
parlamento escoltado por guardias armados, la reacción de los parlamentarios
fue la de cerrar las puertas al rey y a sus guardias, los cuales finalmente
consiguieron echar la puerta abajo. Este suceso marca el inicio de la guerra
civil inglesa y supone el principio del fin del reinado de Carlos I.
Remontándose un poco más atrás cabe añadir que el motivo por el que un
grupo de parlamentarios exigía la cesión del poder absoluto del rey en el
parlamento no fue otro que el hecho de que el monarca necesitaba dinero del
estado para poder formar un ejército con el que combatir contra los escoceses,
entonces abiertamente enfrentados contra los ingleses. Por ello una de las
condiciones que el parlamento puso ante el rey fue la de ceder parte de su
poder ante el parlamento, una condición que el rey no estaba ni muchísimo menos
dispuesto a aceptar. Finalmente y tras una serie de conflictos entre el monarca
británico y el parlamento, Carlos I decide disolver el poder legislativo, lo
que unido a la escena anteriormente comentada provoca el estallido de la guerra
civil en Inglaterra.
Este hecho sería aprovechado por un militar y parlamentario inglés
llamado Oliver Cromwell para ponerse al frente del ejército que lucharía contra
el rey. Aunque en la película "Cromwell", el general inglés es
considerado como una persona de principios que lucha por la democracia, en
realidad no fue más que un oportunista que vio el cielo abierto ante el poder
despótico, tiránico, autoritario y absolutista que había llevado a cabo Carlos
Estuardo durante todo su reinado. Podemos decir pues que Cromwell aprovecha la
guerra civil inglesa para abrirse paso en la lucha de poder que en ese momento
se está produciendo en Inglaterra entre las fuerzas del parlamento y las del
rey.
Finalmente, Cromwell gana la guerra, y Carlos I es detenido, aunque
conserva su título de rey de Inglaterra. Mientras esto sucede, se produce una
serie de negociaciones entre el rey y el parlamento para discutir los términos
de la paz. Llegado el momento y ante la sumisión de gran parte de los diputados
con respecto al rey (El cual seguía siendo el perdedor de la guerra), Cromwell,
como jefe del ejército, paraliza las negociaciones y establece que éstas se
lleven a cabo directamente entre el rey y el ejército. Cuando esto sucede,
Cromwell impone al rey unas condiciones que pasaban inevitablemente por la
continuidad de la monarquía y de Carlos como rey, pero con la condición de que
el rey cediese el poder soberano en el parlamento británico. El rey, antes de
verse humillado en ese escenario, comienza en secreto a pactar con los
irlandeses (Entonces enfrentados abiertamente contra Inglaterra) y con los
católicos (Carlos era protestante y jefe de la Iglesia Anglicana, abiertamente
enfrentada con la Iglesia Católica) para declarar una segunda guerra civil.
Cuando Cromwell recibe la noticia de los movimientos del rey, decide
acusarlo de alta traición y juzgarlo. Una vez llegado el juicio, Carlos I se
niega a reconocer la legalidad del tribunal y a responder a las preguntas que
le formulan los integrantes de éste. Finalmente, y tras un largo proceso de
deliberación en el que Cromwell jugó un papel activo y determinante en favor de
una sentencia contra el rey, el tribunal decide condenar a muerte a Carlos I,
el cual acabará siendo decapitado el 30 de enero de 1649. Con este histórico
suceso se produce la que ha sido hasta el día de hoy la única ejecución contra
un rey de Inglaterra en manos de sus súbditos. Finalmente, y tras la ejecución
de Carlos Estuardo, se produce la proclamación de la República parlamentaria
inglesa.
Tras esto, Cromwell invade con éxito Irlanda y Escocia, siendo hasta la
fecha muy discutida la actuación del general inglés en ambas guerras. Algunos
llegan a considerar que Cromwell cometió un genocidio contra los irlandeses y
escoceses durante este periodo bélico. Finalmente y tras rechazar el
ofrecimiento del parlamento de convertirse en rey (Aunque algunos consideran
que lo deseaba activamente), la situación parlamentaria en Inglaterra se vuelve
cada vez más insostenible. Escenario que Oliver Cromwell aprovecha para dar un
golpe de estado y erigirse como "Lord Protector" de la república
inglesa, una especie de rey sin corona. Algunos consideran que el protectorado
de Cromwell fue uno de los periodos más ejemplarizantes de la historia inglesa,
mientras que otros lo catalogan como uno de los periodos más oscuros, donde
Cromwell superó incluso el despotismo de Carlos I. Finalmente, este gobierno
liderado por Cromwell se mantendría hasta su muerte en 1658, sólo cinco años
después de su golpe de estado. Como si de una monarquía republicana se tratase,
su hijo, Richard Cromwell, le sucedió como lord protector de Inglaterra, aunque
por poco tiempo. Sólo un año después renunciaría a su cargo, mientras que al
año siguiente, en 1660, la república quedaría abolida y la monarquía volvería a
ser instaurada nuevamente, esta vez con el hijo mayor de Carlos I; Carlos II de
Inglaterra. Desde entonces, la monarquía inglesa no ha vuelto a ser derrocada
ni la república proclamada nuevamente en Inglaterra.
Con esto he intentado comentar de manera resumida uno de los periodos
más interesantes, no sólo de Gran Bretaña, sino del mundo. Un periodo que
sirvió como ejemplo para los revolucionarios en Francia un siglo después, los
cuales tomaron nota de los errores que se llevaron a cabo durante esta
histórica revolución para no fracasar ellos del mismo modo. La revolución
inglesa supone pues el primer enfrentamiento entre el absolutismo monárquico y
los partidarios de la democracia y la separación de poderes. Un enfrentamiento
que en realidad no era más que la lucha legítima de dos posiciones bien
diferentes; Por un lado la del rey Carlos I en su creencia de la legitimidad de
su poder absoluto, y por otro el de los defensores de la democracia, que
ansiaban una Inglaterra nueva y moderna que dejase atrás el Antiguo Régimen
personificado en Carlos I. Por supuesto, dentro de esos defensores de la
democracia no incluyo a Oliver Cromwell, el cual reitero que no fue un
demócrata, ya que instauró una dictadura absolutista en nombre de la democracia
y la libertad. Cromwell fue un oportunista que al igual que muchos otros parlamentarios,
ansiaban el poder y buscaban solamente la caída del rey para erigirse ellos con
el poder absoluto. Sólo el general y parlamentario inglés fue capaz de alcanzar
ese poder, siendo su ambición lo que condujo al fracaso a una de las revoluciones
más importantes que ha tenido la historia del mundo.
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