Después de varios días buscándolo, la Guardia Civil encontró ayer el
cuerpo sin vida del pequeño Gabriel. El cadáver del chiquillo fue encontrado en
el maletero del coche de la novia de su padre, cuando ésta se disponía a
trasladar el cuerpo desde el pozo en el que se encontraba hasta un lugar
determinado. Una vez más vuelvo a confirmar mi tesis de que el ser humano es
malo por naturaleza. ¿Qué bestia puede ocasionarle el más mínimo daño a una
criatura inocente de ocho años?, ¿Qué daño podía ocasionarle a este demonio la
existencia de ese crío?, ¿Cómo se puede ser tan mala persona y tan hija de puta
como para llevar a cabo una acción semejante?, ¿Hasta dónde estamos llegando
como sociedad?.
Con este caso, el cual ha originado en las últimas horas toda una oleada
de indignación por todo el país, se vuelve a poner encima la cuestión que
precisamente el jueves se va a debatir en el congreso para derogar; La prisión
permanente revisable. Desde el PP son partidarios de mantener dicha pena, mientras
que por parte del PSOE y Podemos son partidarios de derogarla. Ciudadanos no se
sabe qué va a hacer llegado el momento (Creo que no lo sabe ni el propio
Rivera), y el PNV ya ha manifestado su intención de votar a favor de su
derogación. Yo personalmente, soy partidario de mantenerla. Pero con el
estallido del casos de este niño cabe preguntarse; ¿Es suficiente la prisión
permanente revisable para asesinos como la betia que ha asesinado a Gabriel?
Por supuesto que no.
Ya sé que según ese papel mojado llamado constitución prohibe la pena de
muerte en España, como así establece el artículo 15 de la misma, debido a que
ésta afirma que las penas tienen como objetivo la reinserción social y no el
castigo. El mismo artículo establecía además que sólo se mantendría la pena de
muerte en España bajo código militar en tiempos de guerra, algo que Felipe
González se encargó de derogar con una ley orgánica en 1995. Pues bien, después
de todo lo ocurrido cabe preguntarse; ¿A servido de algo la reinserción social
en España para casos extremadamente graves? La respuesta es un no rotundo.
Todos los monstruos que han sido encarcelados han salido de prisión sin mostrar
la más mínima sensibilidad ni arrepentimiento por sus crímenes. Por ello creo
que ni siquiera la prisión permanente revisable es suficiente para estos casos.
¿La solución? Una reforma de la constitución que afecte, entre otras
cuestiones, al capítulo II de la constitución, el cual hace referencia a
"Los derechos y libertades". En dicha reforma se debe reincorporar la
posibilidad de implantar la pena de muerte para casos de extrema gravedad, así
como el reconocimiento tácito por parte de la constitución de que el objetivo
de las penas no es la reinserción, sino el castigo.
La cuestión es; ¿Quién coño es capaz de llevar a cabo una reforma
semejante? Nadie. España está dominada por partidos progresistas, cuyos
principios van en contra de ajusticiar como es debido a los criminales que
cometen actos tan inclasificables como los llevado a cabo por la asesina de Gabriel,
los asesinos de Marta del Castillo, el asesino de Mari Luz Cortés, el asesino
de Sandra Palo, José Bretón, etc. No señores, ya basta de ser sumisos con estos
seres inhumanos. La reinserción ha demostrado ser un fracaso para casos tan
graves como éstos, por lo que debe de ponerse en marcha vías de penalización
más extremas que castiguen a los asesinos, violadores, terroristas,
secuestradores y demás estiércol que pululan por las cárceles de nuestro país,
y supongan a la vez una advertencia clara contra aquellos miserables que desean
atentar contra las vidas humanas. Aun así, pedir esto es como pedir la luna.
Por desgracia es imposible que la pena capital sea establecida en nuestro país,
por lo que tendremos que seguir viviendo en una sociedad insegura y aterrada.
Finalmente, debo añadir que casi con toda seguridad, la prisión
permanente revisable será derogada este jueves gracias a ese progresismo más
defensor de los criminales que de las propias víctimas. Un progresismo que bien
podría catalogar lo sucedido en el caso del pequeño Gabriel como un caso de
"Violencia de género", ya que ha sido la pareja del padre del niño la
que ha acabado con su vida. Pero claro, eso sólo sucede en el caso de que el
asesino sea un hombre. En casos como este, todo se resume a una "Excepción
que muestra hasta qué punto es capaz de llegar la maldad humana", o a una
"Enfermedad mental" de la asesina para excusar su crimen. Por
desgracia, casos como el de Gabriel seguirán sucediéndose mientras las leyes continuarán
amparando a los criminales y deshonrando la memoria de las víctimas y a sus
familias. Por mi parte sólo puedo decir, DEP Gabriel, ahora estás en el cielo y
en compañía de Dios, a salvo ya de cualquier mal. Y a la asesina decirle que, a
falta por desgracia de una pena mayor, espero y deseo que se pudra en la cárcel
como todos aquellos criminales que se ríen de sus víctimas y de la sociedad.
Algún día, estos mismos seres despreciables no reirán tanto cuando ardan para
siempre en ese mismo infierno del que no debieron salir jamás.
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