Desde el pasado 21 de diciembre, fecha en la que se celebraron las
elecciones catalanas, todas las encuestas a nivel nacional dan como primera
fuerza política a Ciudadanos en caso de celebrarse elecciones generales en
estos momentos. También Albert Rivera es el más valorado en las encuestas, y
muchos lo dan ya como el futuro e inminente presidente del gobierno. A mí
personalmente es algo que me resulta indiferente, puesto que Albert Rivera no
es santo de mi devoción y no creo que esté a la altura de las circunstancias
que España requiere en estos momentos.
Como se puede apreciar, nuestro amigo Albert es un maestro de la contradicción
en toda regla. Hasta hace pocos meses lideraba un partido que desde su creación
en 2006 en Cataluña se autodefinía como "Socialdemócrata y de
centro-izquierda". Ahora, la socialdemocracia y la izquierda ha
desaparecido como por arte de magia, definiéndose el partido actualmente como
"Centro-progresista-liberal". Todo ello mientras busca el voto
conservador y de derechas en nuestro país. En resumen, señores. Los españoles
estamos más perdidos que un chino en Sevilla Este. Tenemos por un lado a un
sexagenario ensombrecido por la corrupción, que preside pero no gobierna y no
deja bajo ningún concepto que otros gobiernen en su lugar. Tenemos a un tipo
que no tiene autoridad siquiera bajo su propio partido, el cual ejerce la
oposición pero sin su líder al frente. Tenemos a un profesor de Ciencias
Políticas que cree que el Congreso es la UCM y que desea fervientemente caldear
el ambiente con tal de remontar y sacar provecho de dicha situación. Y por
último tenemos a Albert, el cual se ve ya como el Emmanuel Macron español,
capaz de sacar a nuestro país de la crisis en la que nos han metido los dos
partidos que él mismo apoya fervientemente, mientras aprovecha cualquier
circunstancia para ponerse delante de una cámara y arremeter contra ellos.
Aun así conviene recordar que estamos en España, y que como dijo Manuel
Fraga; “Spain is different”, por lo que todo puede pasar en nuestro país, ya
que todo puede cambiar de la noche a la mañana. Por lo que conviene decirle a
Albert que no se pase de la raya, no vaya a ser que con tantos bandazos acabe
pegándose un Froilán en toda regla (Un tiro en el pie) por mucho que la élite
esté promocionándole, ya que en España nada es seguro. Lo que sí es seguro es
que con estos cuatro elementos protagonizando el panorama nacional, ¿Cómo, qué
y quién va a tener confianza en el futuro de nuestro país?.
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