martes, 30 de abril de 2024

Sánchez conduce a España al totalitarismo


España ha vivido en el día de hoy el cierre del circo que se inauguró hace cinco días desde Moncloa, y a su vez el inicio, también desde Moncloa, de uno de los periodos más negros de la historia reciente de nuestro país. Me refiero, obviamente, a la declaración pública del presidente del gobierno, Pedro Sánchez, renunciando a dimitir para afirmar acto seguido que va a realizar a partir de ahora una "limpieza para la mejora de la democracia" y animando con ello a los suyos a tomar las calles en aras de esa mejora democrática. 

Este gravísimo acto lleva consigo el culmen del totalitarismo de la presidencia de Pedro Sánchez. Una presidencia que, según ha advertido el propio Sánchez, supone a partir de hoy un punto y aparte, lo cual lleva implícito que España entra desde ahora en una de las mayores amenazas que ha presenciado en muchas décadas como nación. 

La no-decisión del presidente del gobierno sobre su continuidad en el cargo era algo que, como ya dije la otra noche, no era más que una farsa del propio Sánchez para perpetuarse en el cargo. Ni Sánchez tenía planeado irse en ningún momento, ni lo ha reflexionado a lo largo de estos días. Lo realizado ha sido toda una jugada maestra en la que el socialista ha tomado el pelo a todo el mundo mientras desde el PSOE se hacía inminente la dimisión del jefe del gobierno. Una renuncia que esta mañana parecía intuirse cuando se confirmó que Sánchez había ido a la Zarzuela para confirmar al rey su decisión. 

Una decisión que, obviamente, sería la de presentar su dimisión, ya que en teoría nadie va a la Zarzuela para decirle al rey que va a seguir en su cargo. Para ello bastaría con una llamada telefónica. Pues no. Pedro Sánchez se personó en Zarzuela para decírselo a Felipe VI, haciendo creer a muchos que la dimisión era un escenario altamente probable en esos momentos. Pero claro, nos olvidábamos que estamos ante Pedro Sánchez, y que esa visita ha sido, como todo en estos cinco días, en su presidencia, y en su carrera política, una farsa para hacer creer a la población hasta última hora que su salida del gobierno era inmediata. 

Una dimisión que, como ya he dicho, no se ha producido, y que solo ha servido para que Sánchez se reafirme de forma firme en su cargo, y para acto seguido (Y aquí es donde viene lo gordo) amenazar con hacer una "limpieza" para mejorar el sistema democrático. Una limpieza que, según ha afirmado el presidente del gobierno, afectará al Poder Judicial y a los medios de comunicación disidentes del ejecutivo, o según Sánchez "medios propagadores de bulos". Muchísimo cuidado con esto, ya que Sánchez ha tirado la casa y los muebles por la ventana y ha decidido ir a por todas en su deseo de mantenerse de forma vitalicia en la Moncloa y a su vez hacer impune la corrupción que le rodea a él y a todos los suyos.

Lo que se ha vivido hoy es de forma clara y concisa un golpe de Estado en toda regla por parte del presidente del gobierno en contra de la separación de poderes y la independencia del Poder Judicial, así como contra el derecho fundamental de la libertad de expresión y de información, regulado en el artículo 20 de la Constitución española. Un golpe que ha sido aplaudido por toda la jauría de la izquierda española, la cual ha animado al presidente a tomar ya el control del Consejo General del Poder Judicial, así como a tomar medidas urgentes para controlar la libertad de prensa. De esta forma, España entra en un nuevo escenario altamente peligroso, el cual absolutamente nadie sabe cómo cojones va a acabar, pero que obviamente todo presagia que no va a tener un buen final. 

Insisto en que la gravedad de la situación es real, y que lo que se ha vivido en estos días, pero sobre todo hoy con la declaración de Sánchez en Moncloa, supone un golpe de Estado perpetrado por el propio presidente del gobierno con el fin de tomar medidas drásticas contra toda aquella persona, institución u organismo que intente investigar los casos de corrupción que afectan al propio gobierno y al PSOE en general, ya sea a través de una investigación periodística o a través de una investigación judicial. Sánchez ha cruzado pues, al igual que Julio César, el Rubicón y lo ha hecho con la bendición de toda la izquierda española y sus votantes, los cuales han demostrado estos días un nivel de extremismo y radicalidad nunca antes visto en ningún país de Europa, al menos que yo recuerde. 

La concentración del pasado sábado en Ferraz, donde supuestamente 12.000 sujetos (Viejos, mayormente) salieron a respaldar a Sánchez, a la corrupción que afecta tanto a él como a su mujer, así como para rogarle al jefe del ejecutivo su permanencia al frente del gobierno supone uno de los momentos más bochornosos y deplorables que se han vivido en España en los últimos cincuenta años. Una concentración a la que se sumó el Comité Federal del PSOE (El cual estaba reunido en la sede de Ferraz) con María Jesús Montero a la cabeza, gritando como una loca (Lo que verdaderamente es), y con los votantes y miembros del Comité cantando a grito pelado y puño en alto en la calle "La Internacional". 

Pero aquí no queda la cosa, ya que ayer hubo una manifestación que partió desde Atocha hasta las mismas puertas del Congreso de los Diputados. Una manifestación en donde la izquierda exigía "salvar la Democracia" y hacía un nuevo y último ruego a Pedro Sánchez para que continuase en el cargo. Un suceso al que nadie le ha dado "casualmente" la mayor importancia, pero que recuerda, cuando menos, a acontecimientos que ya han ocurrido en otros países, como el asalto al Capitolio por parte de los seguidores de Trump en enero de 2021 y que desde la izquierda española tanto se ha venido criticando desde entonces.

Una manifestación que, al contrario que todas las manifestaciones celebradas años atrás, estaba autorizada para llegar hasta las mismas puertas del Congreso y rodear la sede del Poder Legislativo, con el objetivo de manifestarse, según sus promotores, "a favor de la Democracia", lo cual supone que para estos individuos Sánchez y la izquierda son únicamente la representación de la Democracia, lo demás es fascismo peligroso. 

Y una manifestación que por otro lado supone un claro intento por parte de la izquierda para legitimar lo que Sánchez ha hecho hoy: mantenerse en el cargo y afirmar que se va a hacer "limpieza general". Por cierto, según Sánchez, las manifestaciones han sido para él un punto de inflexión estos días a la hora de decidir quedarse, según ha declarado esta mañana en su comparecencia en la Moncloa. Obviamente esto no se lo cree ni él.

Como se puede comprobar, si Sánchez es un maldito narcisista y aspirante a dictador con ansias infinitas de poder, sus votantes, simpatizantes y militantes no son más que meros criminales extremistas; solo comparables con los simpatizantes del nazismo, el comunismo y el fascismo. Y es que el líder del PSOE ha llevado hoy a España a un camino peligroso de no retorno, cierto, pero ese camino peligroso y de no retorno lo ha hecho con la bendición previa de sus votantes y de la izquierda española en general, la cual ve en el resto de la población no ya a personas que no comulgan con sus ideas, sino al propio enemigo al cual hay que batir lo antes posible.

De modo que el problema aquí no es ya la figura de Sánchez, el cual es un sujeto que se ha propuesto abiertamente morir en el cargo cuando tenga ochenta años, sino también un problema social en el que los izquierdistas están en declaración de guerra abierta contra todo aquél que no comulgue con sus principios. Solo hay que ver las declaraciones de algunos sujetos durante el sábado para entender que para éstos, todo aquél que no respalde al gobierno de Sánchez es un peligroso fascista de extrema derecha que merece, cuando menos, ser llevado al paredón de fusilamiento. Con este panorama, uno solo puede pensar que estamos ante un país condenado al fracaso más absoluto y con un futuro altamente peligroso tanto por parte de los políticos de la izquierda como de sus bases sociales.

Y ya volviendo a la oscura jornada de hoy cabe decir que la comparecencia de Sánchez no ha sido el único caso que crea un peligroso precedente en toda esta situación. Parece ser que Moncloa ya tenía más que preparado todo el escenario de hoy, y tras la declaración del presidente del gobierno se ha procedido por parte del CIS de José Félix Tezanos a publicar una encuesta ya elaborada durante este fin de semana en la que, según este organismo del Estado, la crisis política de estos días ha vuelto a dar alas al PSOE, que se coloca, según Tezanos, diez puntos por encima del PP, lo cual llevaría a los socialistas a obtener casi mayoría absoluta en unas hipotéticas elecciones generales. En concreto, 169 escaños y a solo siete de los 176, es decir, de la mayoría absoluta. Nunca de un caso de corrupción propio se pudo sacar tanto rédito electoral. Según el CIS, claro. 

Pero ese no es el problema. El problema viene cuando el propio CIS ha preguntado a los españoles si creen que la investigación que el Juzgado de Madrid ha abierto contra los oscuros negocios de Begoña Gómez son una operación judicial para perjudicar a Sánchez; pregunta a la que supuestamente casi un 50% de los encuestados han respondido afirmativamente. De esta forma un organismo público como el CIS hace una pregunta en la que se cuestiona la independencia judicial y la politización de los Tribunales. Un nuevo hecho que crea un peligroso precedente al cuestionar por parte de un organismo del propio Estado, y por lo tanto al servicio del gobierno, la legitimidad y los verdaderos intereses con los que actúa el Poder Judicial. 

Y ya para rematar el día, TVE anuncia poco después de la declaración de Pedro Sánchez que éste va a ser entrevistado a las nueve y media de la noche por los presentadores de los informativos, con el objetivo de que el presidente del gobierno explique el por qué de estos días de reflexión y las declaraciones de hoy en las que ha confirmado su continuidad en el cargo y ha anunciado la ya mencionada "limpieza". Pues bien, esta entrevista ha servido para que Sánchez se haya explayado largo y tendido sobre, según él, el más que cuestionable papel del Poder Judicial y de los medios de comunicación en el actual sistema político en España. Incluso ha llegado a mencionar a las redes sociales y a los programas de Inteligencia Artificial dentro de lo que él considera una "campaña de bulos". Como se puede ver, nada ni nadie se queda atrás.

Una entrevista pues cargada de insólitas y gravísimas declaraciones por parte de un presidente del gobierno en ejercicio, donde además de señalar nuevamente a la prensa crítica con su gobierno y a los jueces, se ha vuelto a mostrar como una víctima de todo este "fango", aparte de presentar a su esposa como una víctima de "acoso" en todo este asunto. Debo decir que si de mí dependiese, TVE estaría cerrada mañana mismo por permitir tales declaraciones por parte de un jefe del gobierno en activo, el cual aprovecha el privilegio que le da su cargo en una televisión pública para cargar duramente contra los jueces y la prensa disidente, alegando que éstos últimos son quienes están detrás de una "campaña de acoso y descrédito" tanto contra él como contra su círculo más cercano.

Como se puede ver, la jornada de hoy ha sido una jornada para enterrar y olvidar para los restos. El problema está en que es solo el inicio de lo que está por venir, que no es otra cosa que, según la izquierda española, la apertura de un tiempo nuevo que Sánchez ya ha anunciado en su comparecencia de hoy y en la entrevista de esta noche. Un tiempo nuevo que llevará implícitas una serie de medidas en pos de la mejora de la calidad democrática y de la convivencia pacífica, según palabras de Sánchez y sus criminales seguidores. Cabe decir que cuando varios dictadores a lo largo de la Historia han llevado a cabo restricciones de derechos y libertades también lo hacían, según ellos, pensando en el bien común e incluso en algunos casos, en la mejora de la Democracia. 

De momento Sánchez no ha dado detalles sobre las medidas concretas que piensa tomar acerca de este control a los medios, ni de las decisiones que va a ejercer con respecto al Poder Judicial, ni siquiera sobre cuándo las va a llevar a cabo. Pero el presidente del gobierno ya ha anunciado que esas medidas se van a llevar a efectuar, y eso es lo verdaderamente grave y urgente en estos momentos. No se sabe tampoco cuáles son los planes que desde el PSOE y la izquierda tienen pensado realizar a la hora de tomar las calles a partir de ahora, tal y como el propio Sánchez ha pedido desde Moncloa en su comparecencia de esta mañana. Lo que está claro es que esto no ha hecho más que empezar y que la izquierda va a seguir movilizándose para legitimar el golpe de Estado que Sánchez ha empezado hoy.
 
Y lo que está claro también es que la miserable oposición de este país pagará con creces el hecho de criticar y no mover un solo dedo por detener a este sujeto peligroso y a sus secuaces. Quizás no lo hacen porque ellos también respaldan en el fondo esta deriva autoritaria de la izquierda española. Solo hay que ver cómo la primera queja que tanto Feijóo como Abascal han realizado contra el circo montado por Sánchez en estos cinco días se ha centrado en el hecho de que éste haya utilizado la figura del rey para su farsa. Supongo que la cuestión insignificante sobre la restricción de derechos y libertades en España que Sánchez va a emprender la dejarán para otro día, si acaso.

Dicho esto debo reconocer que en días como hoy recuerdo aquellas declaraciones que salieron en su día en la prensa cuando Pedro Sánchez desalojó al PP de Rajoy del gobierno. Decía Rajoy, todavía como presidente, que el paso de Sánchez por la presidencia sería efímero, y que el regreso del PP a la Moncloa tardaría como mucho dos años en producirse. Seis años después se puede afirmar con rotundidad que las predicciones de Rajoy han sido tan fallidas como su pésima gestión durante la moción de censura. 

Una gestión que de haberse hecho de forma inteligente hubiese supuesto la paralización y con ello el fracaso de la llegada de Sánchez a la Moncloa. Quizás esa pésima gestión que ellos creían que tendría como consecuencia un fugaz paso del PSOE por el gobierno se convierta en el escenario cada vez más probable de que sea a su vez el propio PP quien no vuelva a pisar jamás la Moncloa. 

Porque si algo queda claro, aparte del comportamiento dictatorial de Sánchez con estas gravísimas declaraciones de hoy, es que el líder del PSOE no llegó al gobierno para estar cuatro, cinco, seis, siete u ocho años en el ejecutivo, sino para mantenerse en él para el resto de su vida. La prueba más clara es que, con la persecución que Sánchez va a realizar contra medios y jueces, este hecho lleva implícito el objetivo de hacer impune todo acto contrario a la ley que él, su círculo más cercano o los de su propio partido realicen. Y cuando uno plantea estos peligrosos objetivos quiere decir que su propósito de permanecer en el gobierno es de muy largo plazo y sin control alguno.

De esta forma se confirma que, por contra de lo que yo he vaticinado estos meses, a Sánchez no lo saca nadie del gobierno. Ya puede ocurrir cualquier cosa, que nada de lo que ocurra afectará al propio Sánchez ni al PSOE en su deseo de mantenerse en el ejecutivo de forma vitalicia. ¿Cómo acabará todo esto? Ya he dicho que nada bien. No sé si Pedro Sánchez acabará algún día fuera de la Moncloa, o si el PSOE será desalojado en algún momento, pero está claro que con lo ocurrido hoy, nada ni nadie va a frenar a estos criminales a la hora de mantenerse en el poder.

Y es que para Sánchez y sus secuaces, todo lo que sea informar sobre las actividades irregulares de los miembros del gobierno y de su círculo más cercano es la propagación de bulos provenientes de la extrema derecha, lo cual hace de extrema derecha también a aquellos que expanden esos bulos. Una tesis totalitaria en la que se concluye que toda persona que dude sobre la honorabilidad de los miembros del PSOE son unos fascistas peligrosos que hay que controlar. Y lo mismo para aquellos que investigan desde los medios o desde los Tribunales las actividades irregulares de estos sujetos.

España ha entrado pues en una fase altamente peligrosa y decisiva donde la libertad de expresión e información, así como la separación de poderes y la independencia del Poder Judicial quedará sometida al dictamen del Poder Ejecutivo. Acaba pues de esta forma la farsa iniciada hace unos días por Pedro Sánchez y comienza un periodo oscuro e incierto en la historia de España. Personalmente solo puedo decir que, como consejo, todo aquel que tenga la oportunidad y la capacidad de irse de aquí, que se largue cagando leches desde ya. Yo personalmente es lo que haría. Este país por desgracia no tiene solución por parte de nadie.

Que nadie espere que alguien haga algo. Ni Felipe VI (Ése que tanto reclaman algunos gilipollas de derechas que intervenga, creyendo aún que la Monarquía sirve para algo), ni las Fuerzas Armadas, ni por supuesto la Unión Europea van a hacer nada para detener este insólito escenario que se abre ante nosotros. No hablemos ya del Poder Judicial, el cual está atado de pies y manos a la espera de las medidas que tome el gobierno. Estamos solos y esa es la única realidad. De esta forma se acaba este falso sistema que se creó en 1978 con la aprobación de la Constitución española. 

Un sistema que ha sido el origen de todo nuestros males desde que comenzó en 1978, y que desde 2004 hasta ahora se han acentuado aún más, como ya he dicho en otras ocasiones. Y es irónico que gracias a la corrupción del actual matrimonio presidencial (Un matrimonio que se puede comparar en términos delictivos con el matrimonio Clinton), el sistema acabe extinguiéndose desde dentro. Nunca una corrupción le iba a salir tan impune a sus protagonistas, ni nunca dichas consecuencias iban a tener su repercusión en todo el país. A España le esperan pues tiempos muy jodidos y oscuros, y lo peor es que ese escenario lo vamos a pagar todos nosotros.

viernes, 26 de abril de 2024

Sánchez va a por todas


No tenía pensado hablar sobre el asunto hasta el lunes, pero debido a cómo se están desarrollando las circunstancias y la tensión que se está acumulando conforme van pasando las horas, creo que es mejor decir un par de cosas ahora. Me refiero, obviamente, a la famosa carta que ayer publicó vía redes sociales el presidente del gobierno, Pedro Sánchez, alegando que debido a la investigación que ha abierto un Juzgado de Madrid sobre los negocios de su mujer, Begoña Gómez, se ha dado cinco días para decidir si dimite o no como presidente del gobierno; decisión que hará pública el próximo lunes.
 
Esta supuesta reflexión no se la cree ni el propio Sánchez. ¿O acaso se cree alguien que un tipo sin escrúpulos como él va a dimitir así sin más? Estamos hablando de un tipo que ha hecho lo posible y lo imposible por llegar a la Moncloa, y que hace solo medio año ha conseguido ser reelegido presidente del gobierno tras poner el país en bandeja a Junts, ERC, Bildu, PNV, BNG, etc. Todo con el objetivo de permanecer en el poder. ¿Y ahora por un escándalo familiar va a dimitir este sujeto? No se lo cree nadie. Por cierto, un escándalo al que ya la propia Fiscalía ha pedido al Juez que ha abierto la investigación que lo archive. Y es que solo hay que recordar aquella polémica frase de Sánchez ("¿De quién depende la Fiscalía?") para ver quién está moviendo los hilos para salvar el pellejo a Begoña Gómez. 

Por otro lado, si Sánchez quisiese dimitir, ya lo habría hecho ayer mismo, sin necesidad de esperar al lunes. ¿Desde cuándo un presidente o primer ministro decide tomarse unos días de reflexión, con cancelación de su agenda incluida, para decidir sobre si abandona el poder o no? Adolfo Suárez, cuando dimitió en 1981, no hizo una declaración pública previa ante los ciudadanos para decirles que se iba unos días a Doñana (Es un ejemplo) para reflexionar sobre su futuro político. Si Sánchez no ha dimitido ya, no lo va a hacer el lunes, por mucho que desde algunos sectores se dé por segura su marcha y algunos se estén haciendo pajas mentales y no tan mentales con este escenario, que desgraciadamente no se va a producir. 

Pero supongamos por un momento que esa marcha se produce. De efectuarse la salida de Sánchez de la Moncloa, algunos afirman que no se trataría por el caso de Begoña Gómez, sino por el hecho de que la Audiencia Nacional haya reabierto el caso Pegasus tras haber recibido nuevas pruebas procedentes de Francia acerca del espionaje al propio Sánchez y al hackeo de su móvil. Supuestamente ese sería el verdadero motivo por el que Pedro Sánchez podría tirar la toalla, algo que insisto, no creo en absoluto que vaya a ocurrir. Otros alegan a unas inminentes publicaciones procedentes de servicios de inteligencia extranjeros que dejarían a Sánchez completamente en la estocada, lo cual podría ser el motivo de su posible e inminente marcha. Y es que, si esto se confirmase, está claro que el papel activo y protagonista que Sánchez está teniendo con respecto a la situación en Oriente Medio no le iba a salir nada gratis.

Dicho esto, y en el supuesto de producirse cualquiera de estos escenarios, ¿Puede salir Sánchez del gobierno? Puede ser, pero no ahora. Sánchez no va a dejar el poder de buenas a primeras. De hecho nadie lo ha hecho en España, con la excepción de Suárez. Ni Felipe González cuando estaba acorralado por los GAL, ni Aznar durante la época de Irak, ni Zapatero durante la crisis, ni Rajoy durante la moción de censura. Ningún presidente ha salido de la Moncloa por su propio pie. ¿Por qué? Básicamente porque nadie quiere dejar el poder, por muchas milongas que posteriormente éstos suelten. Y si ninguno de éstos lo hicieron en su día, ¿Por qué lo iba a hacer Sánchez? El cual ha demostrado ser el más ambicioso de los presidentes desde la instauración de la Constitución en 1978.

De hecho sobre la dimisión del propio Suárez en 1981 hay quienes alegan que tuvo como verdadero objetivo el de renunciar para pasarle la patata caliente a Leopoldo Calvo Sotelo hasta las elecciones de 1983 (Que finalmente se adelantaron a octubre de 1982), fecha en la que Suárez tenía previsto su regreso como candidato de UCD a esas elecciones. Lógicamente el auge del PSOE y la caída en picado de UCD llevaron al ex presidente a cambiar de planes con su salida voluntaria de su partido y la posterior creación del fallido CDS. 

Volviendo al tema que nos ocupa debo decir que lo que está realizando Pedro Sánchez es una operación de circo y espectáculo, la cual es a su vez una operación muy peligrosa que incita al enfrentamiento y a la división, ya que desde anoche han empezado a circular mensajes entre el rojerío español para acercarse a la sede del PSOE con el objetivo de mostrar el apoyo de éstos a Sánchez. Unas concentraciones en Ferraz que ya se han producido y que han tenido lugar frente a otras concentraciones en contra de Sánchez en el otro extremo de la propia calle Ferraz. Pero volviendo a lo de antes debo decir que lo realizado ayer por Sánchez es una operación de circo y espectáculo, pero que, a pesar de su peligrosidad, está muy bien dirigida y pensada. 

Me explico. El propósito de Sánchez es, en mi opinión, hacer una declaración pública en la que anuncia su posible dimisión dentro de unos días, haciendo mención además al acoso y derribo personal al que está siendo sometido por, según él, "la derecha y la extrema derecha". Con esto consigue crear consciencia en la ciudadanía y hacer creer que él es un pobre y honrado hombre perseguido por unos partidos peligrosos y antidemocráticos cuyo único fin es el de poner fin a su gran y ejemplar mandato. 

Acto seguido entran los medios de comunicación, que empiezan la campaña del victimismo, haciendo hincapié en que Sánchez está acorralado por un grupo de extremistas peligrosos, y que por ello se le debe dar otra oportunidad, y de esta forma no lograr que su cabeza caiga como trofeo de "la derecha y la extrema derecha". En esa fase es en la que nos encontramos ahora y en la que vamos a seguir de aquí al domingo (De hecho ya se está viendo en los medios de comunicación en las últimas horas). 

Ya el lunes, y como consecuencia de la campaña de victimismo creada por los medios, con la población tomando como cierto lo que dicen éstos y con los miserables de sus votantes, simpatizantes y militantes del PSOE tomando la calle en favor de él, Sánchez anunciará que seguirá porque la ciudadanía sigue confiando en él y porque es una persona resistente, como él mismo se denominó en su famoso libro.

Y ya por último cabe preguntarse: ¿Cuál es el objetivo último de todo esto? Pues como he dicho antes, dividir y enfrentar a la población. Una población que lleva ya justamente veinte años bastante polarizada, precisamente desde el 11-M y la llegada de Zapatero. Para este sábado ya hay de hecho convocada una gran concentración en Ferraz a la que acudirán votantes del PSOE de toda España para ofrecer su apoyo a Sánchez, mientras a su vez hay convocada a la misma hora y en el mismo lugar otra manifestación en contra del presidente del gobierno. En definitiva, un escenario de enfrentamiento entre la población, el cual va a poner más caldeado el ambiente de lo que ya está. 

Una población dividida por un sujeto, el cual estará seguramente en la Moncloa riéndose a carcajada limpia junto a su mujer del enfrentamiento, la polarización y la tensión social provocada por él mismo. ¿Hace falta llegar a esto por una persona que le importa una auténtica mierda todo lo que no sea él? En la mente de Pedro Sánchez, sí, ya que él cree que sólo a través del victimismo y de las concentraciones en las calles a su favor logrará mantener la legitimidad para permanecer en el cargo, aunque eso suponga incendiar el país.

Y ya por otro lado debo hacer referencia al sujeto que ha hecho un llamamiento masivo para que la izquierda tome las calles. Me estoy refiriendo a José Luis Rodríguez Zapatero. Un sujeto igual o incluso más peligroso que el propio Sánchez, el cual ya alegaba en 2008 que necesitaba "crear tensión" para conseguir sus objetivos. Pero lo peor y lo más grave no es que este peligroso sujeto haga este llamamiento, sino que sea precisamente un ex presidente del gobierno el que incite a la ciudadanía a tomar la calle en contra de la Justicia, de los medios y del extremismo y en aras de la defensa de la Democracia.
 
Con estas declaraciones, este individuo alega directamente que hay que tomar las calles porque la Justicia ha decidido abrir una investigación judicial sobre las actividades irregulares de la esposa del presidente del gobierno. Eso es, aquí y en Pekín, una incitación clara por parte de un ex jefe del gobierno para tomar las calles en contra de la Justicia y de aquellos medios de comunicación que están investigando el caso de Begoña Gómez. Por cierto, ya han identificado algunos sujetos pertenecientes a la prensa izquierdista a la hija del Juez que ha decidido abrir la investigación, con lo que la presión y la extorsión hacia este hombre no ha hecho más que empezar. Visto el escenario, estamos a un paso de que marquen las casas de todos aquellos que no simpatizamos con la izquierda española. Todo ello en pos de la defensa de la Democracia, claro está. 

Volviendo a las declaraciones de Zapatero debo decir que, siguiendo esta regla de tres podemos pensar que, para Sánchez, el propio Zapatero y todo el socialismo español, todo aquello que suponga criticar la acción del gobierno e investigar las corruptelas de la izquierda española es fascismo y antidemocrático, lo cual debe ser perseguible y censurable. Una postura peligrosa y extremista en la que se demuestra claramente que los fascistas son aquellos que se denominan antifascistas, como en su día afirmó proféticamente Winston Churchill. Está claro que para esta gentuza criminal, el hecho de envolverte en la bandera de la izquierda te hace impune ante la ley, y además te da derecho a perseguir y censurar a aquellos que disienten de tu política e investigan tus irregularidades. 

Obviamente esta postura por parte del PSOE y de la izquierda no nos debe extrañar en este sistema corrupto y en esta sociedad enferma, ya que si por algo se ha caracterizado el socialismo español a lo largo de su historia, pero especialmente en estos veinte años, ha sido el de hacer bandera de la polarización y la fragmentación de la sociedad. Eso sí, según ellos en aras de la libertad y la igualdad. Y esta polarización comenzó precisamente hace dos décadas, cuando el mismo sujeto que hoy ha animado a salir a las calles en contra de la Justicia y los medios disidentes del PSOE llegó a la Moncloa a través de unas bombas en trenes de cercanías. 

Pero claro, ¿Qué se puede esperar de un proetarra como Zapatero? Un tipo que legitimó políticamente a ETA y blanqueó el terrorismo vasco. Con eso está todo dicho de este peligroso individuo, el cual debería de estar desde hace años entre rejas, y no alentando a la población a tomar las calles contra la Justicia. La verdad es que, analizándolo fríamente, acojona bastante cuando uno piensa que este sujeto fue presidente del gobierno durante casi ocho años. Todo un maestro y mentor para Pedro Sánchez, su alumno aventajado y fiel continuador de sus políticas extremistas. 

Volviendo a Sánchez, a su carta, a su patética declaración de amor a su esposa, a su reflexión, a su posible dimisión, y a su show en general, debo decir una vez más que la posibilidad de que este sujeto dimita son las mismas que tiene España de quedar este año entre los diez primeros puestos en Eurovisión: ninguna. El lunes este tipejo saldrá en comparecencia pública tras tener a todo el personal pendiente de él durante cinco días (Que es lo que verdaderamente le gusta) para asegurar que seguirá al frente del gobierno para defender una sociedad más justa, igualitaria, democrática, que combata los extremismos, etc. 

Hay quienes sugieren que, de no producirse su dimisión, Sánchez anunciará el lunes que se someterá a una cuestión de confianza en el Congreso. Un escenario que, personalmente, no contemplo en absoluto, y menos cuando acaba de comenzar esta noche la campaña de las elecciones catalanas del 12 de mayo. Una cuestión de confianza solo serviría para que Puigdemont logre sacarle hasta el oxígeno a Sánchez en estos momentos a cambio de que éste pueda seguir durmiendo en la Moncloa y paseándose en el Falcon, y no creo que Sánchez sea tan masoquista como para someterse a ese escenario. 

Y no porque le duela entregar lo que no es suyo, que eso a él se la suda, sino por el hecho de jugarse su permanencia en la Moncloa a través de esa cuestión de confianza. Una hipotética cuestión de confianza que por otro lado ya han anunciado que apoyarán por su parte Bildu, ERC y PNV en caso de producirse. Es normal, entre terroristas, asesinos y criminales se dan la mano todos. Y no hablemos ya de un hipotético escenario de elecciones anticipadas este verano, como algunos están sugiriendo. Antes vemos a Puigdemont jurar bandera que volver a las urnas. 

Hay quienes creen, por otro lado, que toda esta operación no es más que una estrategia de Pedro Sánchez, y de la izquierda española en general, para tomar posteriormente medidas contra el Poder Judicial y contra los medios disidentes. Algo que, obviamente, sería propio de una dictadura izquierdista similar a las de Latinoamérica. Ya de hecho ha habido declaraciones en la propia TVE, donde una periodista peruana ha afirmado que Sánchez debe tomar el control del Poder Judicial y censurar a la prensa hostil hacia él. Insisto, esto se ha dicho esta mañana en TVE, no en un programa de televisión del extranjero. Declaraciones tan peligrosas como las de esta sujeta (La cual no tengo ni puñetera idea de quién cojones es, ni me interesa), demuestra hasta qué punto está podrido todo el sistema a estas alturas, incluida la televisión pública. 

De todas formas, si Sánchez aprovecha este circo para tomar medidas contra el Poder Judicial y los medios que critican su gobierno, la situación se va a poner más fea de lo que ya está, que no es poco. ¿Es algo peligroso? Por supuesto; ¿Es algo descartable? En absoluto, lo cual demuestra hasta qué punto la situación en España es irreversible. Pero con independencia de lo que ocurra, ya digo desde aquí que con este panorama, la situación no va a tener un buen final. No sé ni qué va a ocurrir, ni cuándo ni cómo, pero sí sé que con un escenario político como el actual y con un escenario social como el que tenemos, el peor de los escenarios es completamente el más probable. 

En definitiva, veamos qué ocurre el lunes, pero ya garantizo que estos días van a ser intensos, no ya por lo que haga Pedro Sánchez (Cuya decisión está más que tomada), sino por las concentraciones a favor y en contra de él, que es lo que verdaderamente busca, junto con el hecho de presentarse como una víctima a nivel nacional tras el lavado de cara que le están haciendo los medios de comunicación. Lo que está claro es que la izquierda española va a por todas, y que van a aprovechar esta ocasión para caldear aun más el tenso escenario que llevamos viviendo desde hace tiempo. Nada ocurre por casualidad, y el hecho de que la izquierda española aproveche este circo para tomar las calles no es fruto del azar, sino de una estrategia elaborada para, quién sabe, si poner una vez más un punto y aparte en este sistema corrompido que vivimos. El lunes pues saldremos de dudas. 

jueves, 25 de abril de 2024

Cincuenta años de la Revolución de los Claveles


No soy un gran seguidor de la historia de Portugal, pero creo que la ocasión que estos días se conmemora bien merece hacer una pequeña mención a nuestro país vecino y a su historia más reciente. Me refiero, como no podía ser menos, a la conmemoración de los cincuenta años del estallido de la Revolución de los Claveles, un golpe de Estado militar perpetrado por miembros de las Fuerzas Armadas portuguesas cercanos a la izquierda que puso fin a los cuarenta años de dictadura de Salazar (Fallecido cuatro años antes) y de su sucesor y por entonces primer ministro portugués, Marcelo Caetano, el cual fue destituido tras el estallido de la revolución de la que esta semana se cumple medio siglo.

Para empezar debo decir que, por mucho que algunos progres y rojos lo nieguen, la Revolución de los Claveles no fue sino un golpe de Estado orquestado por los militares portugueses del ala izquierdista y socialista de las Fuerzas Armadas de nuestro país vecino. Sí, por mucho que algunos se empecinen en llamarlo "revolución", lo ocurrido en abril de 1974 fue con todas sus letras un golpe de Estado perpetrado por la izquierda para acabar con un sistema totalitario, en este caso el representado desde 1932 hasta 1968 por António de Oliveira Salazar, y desde 1968 hasta 1974 por Marcelo Caetano.

Dicho esto debo decir que la Revolución de los Claveles fue un suceso que dejó atrás cuarenta años de dictadura en Portugal para dar inicio en primer lugar a un gobierno militar de caracter provisional, el cual se mantuvo al frente del país luso hasta 1976, fecha en la que se convocaron las primeras elecciones presidenciales de la nueva República Portuguesa tras la aprobación de la Constitución ese mismo año. Unas elecciones que dieron la victoria al independiente Antonio Ramalho Eanes, mientras el socialista Mário Soares asumió a su vez la Jefatura del Gobierno luso en el nuevo periodo constitucional portugués. Una Constitución de marcado carácter izquierdista, algo que no debe sorprender ya que la propia Revolución nació desde el seno del sector izquierdista del ejército.

Una Revolución que de hecho causó pánico dentro de España en abril de 1974, ya que tras el asesinato de Carrero Blanco a manos de ETA en diciembre de 1973 y con Franco vivo todavía pero ya muy enfermo, muchos creyeron que el escenario de cambio brusco de régimen en nuestro país vecino se extendería de la misma forma hacia el nuestro, algo que finalmente no llegó a ocurrir, ya que el ejército español era, a diferencia del ejército portugués, conservador y leal al régimen y a Franco. De esta forma, y aunque esto les jode a muchos, Francisco Franco no acabó destituido y exiliado como Caetano, sino que murió en la cama como Jefe del Estado sin ningún golpe/revolución que lo destituyese en vida.

En mi opinión, y volviendo a la Constitución portuguesa, debo añadir que aunque no comparto el marcado carácter progresista de la Carta Magna de nuestros vecinos, debo decir que en términos generales es una Constitución aceptable. Cuestiones como la Jefatura del Estado y sus funciones están bien definidas, así como el papel del primer ministro y el gobierno, además del papel del Parlamento portugués (El cual es, a diferencia de España, unicameral, lo cual es todo un acierto) y las funciones del Poder Legislativo, así como las funciones del Poder Judicial.

Una cuestión bastante interesante en la Constitución portuguesa es el hecho de que ésta reconoce el derecho de autodeterminación de los distritos (Regiones) que componen el Estado luso, por lo que una situación como la que atraviesa España de permanente humillación, amenaza y chantaje al Estado, así como la tensión incesante que vivimos a causa de la cuestión del independentismo catalán no tendría cabida en nuestro país vecino, ya que la Constitución portuguesa reconoce directamente ese derecho y con ello los partidos independentistas de los distritos en cuestión no tendrían margen para chantajear al gobierno ni al Estado en su conjunto. De haber sido primer ministro de Portugal, el presidente del gobierno, Pedro Sánchez, seguramente estaría algo más relajado al no tener que depender su permanencia en la Moncloa a costa de las consecutivas exigencias por parte de Junts, ERC, Bildu, PNV, BNG, etc. Aunque seguramente a nuestro presidente le vaya la marcha de ser extorsionado, aunque eso ya es otro tema.

Otra cuestión que en mi opinión es fundamental es el hecho de que Portugal es, a diferencia de España, una República Parlamentaria, donde el Presidente de la República ejerce ciertos poderes ejecutivos de los cuales carece el Rey de España. Basta comprobar cómo la situación originada tras las elecciones generales portuguesas del pasado 10 de marzo han tenido como desenlace la constitución de un nuevo gobierno nombrado por el Jefe del Estado e investido posteriormente por el Parlamento. Justo el escenario jurídico contrario que se da en España (Primero la investidura y luego el nombramiento). De haber sido rechazado el primer ministro designado por el Jefe del Estado (Que en este caso es el conservador Luis Montenegro), éste tenía en sus manos llevar a cabo otras opciones que la Constitución le otorga dentro de sus funciones, por lo que no hay duda de que el actual presidente portugués, Marcelo Rebelo de Sousa, no está atado de pies y manos como aquí lo está Felipe VI en escenarios de crisis constitucionales.

Con este pequeño repaso se puede confirmar que, en mi opinión, el sistema nacido tras la Revolución de los Claveles (Es decir, la República Portuguesa) goza de buena salud, y que su sistema, aun siendo lejos de ser perfecto, es infinitamente mejor que el nuestro. No hay duda de que a pesar del carácter socialista de la Revolución de los Claveles, este golpe de Estado acabo dando a Portugal un régimen constitucional en 1976 mucho más aceptable que el que tenemos en España desde 1978. A pesar del origen izquierdista del golpe, está claro que la ruptura con el régimen de Salazar fue una solución a tiempo que supuso a Portugal empezar desde cero con un nuevo sistema constitucional. Todo lo contrario de lo que ocurrió aquí en España, donde todo el personal acabó creando un sistema que tenía como único fin el "Café para todos" (Adolfo Suárez dixit). Y es que a diferencia de lo ocurrido en Portugal, en España el sistema pasó, como diría le diría Torcuato Fernández-Miranda a Juan Carlos I, "De la ley a la ley", con el objetivo de que, a través de la reforma y no de la ruptura, todo el personal pudiese chupar del bote tras cuarenta años sin poder hacerlo en el nuevo régimen constitucional. 

Ese fue el origen de los males que nos acarrea a día de hoy como Estado-Nación en España: el pacto de la Transición, cuyo único fin era el de comenzar a crear reinos de taifas y chiringuitos por todo el país. Eso sí, en aras de la estabilidad y de la reconciliación según la clase política española. Los portugueses, a diferencia de nosotros, nos cogieron la vuelta y fueron mucho más inteligentes que nosotros, poniendo en marcha un régimen político que cincuenta años después ha quedado demostrado ser un éxito, mientras que el nuestro se descompone por momentos. Y es que si algo queda demostrado con todo esto es que los portugueses no se parecen en nada a nosotros, afortunadamente, y que el hecho de que seamos vecinos no nos hace similares en absoluto. Con lo cual tras medio siglo del estallido de la Revolución de los Claveles y el éxito cosechado a nivel político, quizás sea el momento de empezar a mirar a nuestros vecinos para aprender de ellos y tomar ejemplo. 

lunes, 22 de abril de 2024

21-A: Todo sigue igual... o no


Finalmente, y a tenor de lo que vaticinaban las encuestas en las últimas semanas, los etarras de Bildu no han logrado finalmente ganar las elecciones vascas de esta noche en el País Vasco, ya que el PNV ha vuelto a ganar por la mínima los comicios, con lo cual los peneuvistas respiran aliviados al ver cómo Bildu no ha logrado, de momento, la victoria que las encuestas pronosticaban y que hubiese provocado su desalojo del gobierno vasco tras cuarenta años interrumpidos.

Eso sí, tanto el PNV como Bildu han empatado en número de escaños (27, exactamente), lo cual les permitiría a los peneuvistas y etarras a pactar a partir de mañana y formar un gobierno independentista en el País Vasco donde se podría dar paso a un nuevo proceso soberanista, esta vez desde las tierras Vascongadas. Un escenario que sería sin duda alguna la gota que desbordaría el vaso en esta España que, como ya dije en mi última entrada, está ya en las últimas.

Aun así todo parece indicar que la situación seguirá igual que hasta ahora, ya que tanto el PNV como el PSOE vasco están decididos a pactar y formar un gobierno de coalición bipartito. Un escenario que podría dar lugar a dos escenarios: que el PNV siga chupando del bote desde el gobierno vasco, incorporándose también el PSE (Partido Socialista de Euskadi) a esta labor, y dejar que pasen estos cuatro años sin levantar polvareda. 

El otro escenario podría ser que, con este inminente gobierno bipartito, el PNV exija al PSOE la reforma del Estatuto de Gernika, con el reconocimiento del País Vasco como nación y el derecho a decidir por parte de los vascos, como así acordó Sánchez con el PNV en noviembre para la investidura del presidente del gobierno. Una exigencia por la que tendría que pasar sí o sí el PSE si quiere entrar de nuevo en el gobierno vasco. De lo contrario el PNV podría pactar con Bildu e iniciar el proceso soberanista vasco por su cuenta. 

Pase lo que pase está claro que el País Vasco está ya en una fase exactamente igual a la que en 2003 se encontraba Cataluña cuando el PSC (Partido Socialista de Cataluña) de Pasqual Maragall pactó con ERC para dar paso a la reforma del Estatuto de Cataluña elaborado por Maragall y Carod-Rovira y luego retocado por Zapatero y Artur Mas, lo cual supuso el origen del actual procés catalán. Es por ello que de haber un pacto entre el PNV y el PSE, la reforma del Estatuto de Gernika será un hecho, lo cual abrirá posteriormente un escenario hacia la autodeterminación en Vascongadas como ya viene ocurriendo en Cataluña desde hace veinte años. 

Pero por si todo esto no fuese ya poco, tenemos el hecho de que aunque no han ganado finalmente, Bildu ha empatado prácticamente con el PNV, lo cual supone el reconocimiento completo por parte de los vascos al terrorismo etarra y su sanguinaria historia, lo cual demuestra hasta qué punto gran parte de la sociedad vasca está enferma y es cómplice de los crímenes perpetrados por el terrorismo etarra a lo largo de cuatro décadas. En mi opinión, y me jode decir esto, creo que en estas circunstancias lo mejor sería dar cabida dentro de esta maldita Constitución (Origen principal de todo lo que llevamos vivido en estos cuarenta años) al derecho de autodeterminación para todas las regiones de España. 

Me jode y me duele decir esto, y jamás pensé que lo diría, pero yo no quiero que una parte de mi país sea una región compuesta en gran parte por terroristas y sus respectivos cómplices, los cuales les recompensan en las urnas el terror y el baño de sangre que los otros perpetraron por toda la geografía española durante tantos años. Para llegar a este punto prefiero una España compuesta por cuatro gatos, pero que deseemos seguir formando parte de nuestro Estado-Nación, a ser diecisiete y que parte de éstos sean terroristas e independentistas que reniegan y humillan al país del que todavía forman parte.

Dicho esto debo decir también que esta situación no ha hecho más que empezar, ya que si Bildu ha conseguido esta noche empatar con el PNV, consiguiendo con ello el mejor resultado de la Izquierda Abertzale a lo largo de su historia, dentro de tres o cuatro años el resultado será, esta vez sí, la victoria definitiva de ETA en las elecciones vascas. Y eso es algo que desgraciadamente va a ocurrir tarde o temprano. ¿Y a quién le debemos este escenario? Pues a los mismos que durante esta campaña electoral se han dedicado de forma hipócrita a recordarle a Bildu su pasado terrorista: PSOE y PNV. Los mismos que desde hace años llevan legitimando y blanqueando la imagen de los asesinos y del terrorismo vasco. 

Por un lado el PNV, aquellos que como dijo Arzalluz, "recogían las nueces mientras los otros (ETA) movían el árbol"; y por otro lado el PSOE, ese partido compuesto por proetarras a nivel nacional que siempre hicieron guiños a los atentados de ETA, sobre todo en la época franquista. Basta recordar cómo algunas personas provenientes del PSC celebraban los atentados de ETA contra Policías, Guardias Civiles y miembros de las Fuerzas Armadas, lo cual corrobora esa postura dócil por parte del PSOE y de la izquierda española al terrorismo etarra y que sólo tuvieron como paréntesis los años del GAL durante los gobiernos de Felipe González. Eso sí, tras estos sucesos, los guiños por parte del PSOE hacia ETA volvieron a surgir. 

Unos guiños que se acentuaron hace veinte años con la llegada en primer lugar al liderazgo del PSOE y posteriormente a la presidencia del gobierno de un socialista proetarra llamado José Luis Rodríguez Zapatero, verdadero artífice del blanqueamiento y la legitimación política de ETA y principal responsable de que esta noche los terroristas hayan obtenido el reconocimiento pleno por parte de la sociedad vasca. Gracias pues a los herederos racistas de Sabino Arana y a dos socialistas-proetarras como Zapatero en su momento y Pedro Sánchez actualmente, el brazo político de ETA ha conseguido esta noche media victoria, y dentro de poco obtendrá la victoria completa. Espero y deseo que más pronto que tarde la Historia os sitúe a todos y cada uno de los que habéis contribuido a toda esta barbarie en el lugar que os corresponde, hijos de la gran puta. 

Eso sí, durante la campaña electoral, Bildu-ETA era de forma provisional tanto para el PSE como para el PNV unos "monstruos malvados" que no habían condenado el terrorismo etarra. Obviamente esto ha sido así durante estos días porque tanto los peneuvistas como los socialistas veían peligrar su chiringuito en el gobierno vasco, no porque lo creyesen realmente ni porque les importasen en absoluto las víctimas del terrorismo. Ahora, una vez pasado los comicios, Bildu-ETA vuelve a ser para el PSOE y el PNV unos "angelitos de la guarda" y "seres de luz" integrados por completo en las reglas del juego democrático, además de ser, a juicio de los socialistas y los peneuvistas, unos dignos candidatos para obtener el día de mañana el Nobel de la Paz, lo cual demuestra que tanto el PSOE como el PNV están al mismo nivel de criminalidad y de bajeza moral que los propios etarras. 

En definitiva, veremos a ver cómo acaba todo esto, aunque todo parece indicar que el PNV pactará con el PSE para seguir en el gobierno vasco otros cuatro años más. La cuestión es ¿Será ésta una legislatura de bajo perfil o será la legislatura que dé inicio a una reforma profunda del Estatuto de Gernika y con ello al nacimiento del proceso vasco? La respuesta la veremos dentro de poco, ya que el nuevo candidato del PNV a lehendakari, ganador de los comicios de esta noche y futuro jefe del gobierno vasco, Imanol Pradales, ya ha anunciado su intención de reformar el Estatuto para el reconocimiento del País Vasco como nación, así como para recoger en el mismo el derecho de autodeterminación, y con ello poner en marcha el camino hacia la independencia. 

En definitiva, aunque los resultados de esta noche parecen indicar en un principio que todo seguirá igual, la verdad es que el Parlamento vasco tiene por primera vez en su historia mayoría independentista. Y lo cierto es también que el PNV tiene cogido por los huevos al PSOE una vez más, y si éstos se niegan a cumplir ahora lo pactado con ellos en la pasada investidura de Sánchez, los peneuvistas dirigirán sus miradas hacia Bildu para comenzar juntos el proceso soberanista vasco, ya que con la mayoría parlamentaria independentista que ha salido esta noche de las urnas, éstos pueden poner en marcha el proceso cuando quieran. Y todo ello mientras Sánchez sigue pasando de todo y de todos desde la Moncloa y espera a que esta semana comience la campaña electoral de su próxima prueba de fuego: las elecciones catalanas del 12 de mayo. 

domingo, 14 de abril de 2024

España, un país en las últimas


La decadencia que vive España se acentúa cada día más en todos sus frentes. Y es que la idea de que a este país no lo salva ya ni Dios se puede ver de forma diaria en todos los ámbitos: político, social, periodístico, económico, cultural, etc. Hace unos días lo hemos podido comprobar con la boda del alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, con una joven aristócrata veinte años más joven que él. Una boda que no ha estado excenta de polémica, ya que el político madrileño ha querido celebrar su boda por todo lo alto. Con la presencia de una gran parte de los miembros activos y retirados del Partido Popular, con el propio Alberto Núñez Feijóo a la cabeza, hasta la propia familia real con el rey emérito Juan Carlos, la reina Sofía, sus hijas, sus nietos, etc, pasando por la aristocracia y personajes del mundo social, cultural y económico en España.

Como se puede ver, un intento malo de repetición de lo que hace veintidos años fue la polémica boda en El Escorial de la hija de Aznar. Y es que parece que a estos sujetos del PP les va la marcha. Supongo que Feijóo y su bancada no han tenido bastante en estos veintidos años con la caña recibida por la izquierda y los medios progres al servicio del PSOE sobre la boda de la hija de Aznar que han querido repetir la jugada con el enlace matrimonial por todo lo alto de un sujeto bajito y no muy agraciado físicamente pero con aires de grandeza y protagonismo en la que los medios se agolpaban para fotografiarlo a él, a la novia y a los invitados, mientras que el populacho vitoreaba fervientemente a cada famoso, político y miembro de la familia real que entraba en la Iglesia.

Todo esto es una prueba clara e inequívoca de que esta sociedad, al igual que su despreciable clase política, está enferma hasta sus cimientos. ¿Acaso hay un sólo motivo siquiera para vitorear a los dirigentes políticos y/o a la familia real con todo lo que tenemos encima? Una clase política y una familia real que se ríen a carcajadas al ver lo sumiso, benévolo, inculto y borrego que es este pueblo, el cual está encantado de que le tomen el pelo mientras la situación en el país se ha ido ya al carajo definitivamente y sin solución alguna.

No quiero extenderme mucho más sobre la boda. Simplemente añadir que este país se merece todo lo malo que le pase, ya que vivimos en un sistema en el que los políticos, con la complicidad de los medios de comunicación (Los mismos que se dejan amenazar diariamente por los políticos), hacen y deshacen a su antojo mientras la población los abraza entre lágrimas de alegría. Sólo faltaría que el populacho abrace a estos sujetos al grito de "Róbame, róbame". Pero bueno, vivimos en España; todo eso y cosas peores se pueden ver más pronto que tarde. Vivimos en un país donde se hace de la boda de un político la reunión de un selecto grupo de sujetos que viven al margen de la realidad que atraviesa España.

Por un lado tenemos al marido de Esperanza Aguirre cogiendo el coche mientras declaraba que "Había bebido mucho", poniendo en peligro la seguridad vial. Por otro lado tenemos a Froilán, el cual vino de Abu Dabi junto a su abuelo para irse directamente de juerga por Madrid, ir a la boda, y seguir de fiesta hasta el día siguiente. Todo ello, obviamente, pagado por el populacho que lo ovacionaba en la boda. Después tenemos al propio rey Juan Carlos, el cual va dejando poco a poco su autoexilio en Abu Dabi para venir con más frecuencia a España, sabiendo que los españoles con su memoria de pez han olvidado y perdonado ya sus evasiones fiscales. Y finalmente tenemos el caso de Telemadrid, cuya cadena pública retransmitió en vivo y en directo la boda del alcalde. Con dos cojones. En definitiva, una reunión de sinvergüenzas que se puede definir perfectamente con el refrán "Dios los cría y ellos se juntan".

Pero por desgracia los problemas no acaban aquí. La situación política no es que dé asco y vergüenza a estas alturas, es que dá pena, directamente. Después de que casi todo el Congreso haya aprobado la regularización de medio millón de inmigrantes, el PSOE y el PP acuerdan delante de todo el personal a quiénes llevan y a quiénes no a las comisiones de investigación sobre los casos de corrupción que afectan a Begoña Gómez y por otro lado al novio de Isabel Díaz Ayuso. Y es que mientras el PP decide llamar a los implicados más cercanos al entorno de la mujer de Sánchez y del propio presidente del gobierno, Feijóo acuerda dejar fuera de las comparecencias a la propia pareja presidencial, perdonándole la vida a Sánchez y permitiendo con ello que éste continue despedazando España. El PSOE, a su vez, ha acordado citar a Ayuso en su respectiva comisión de investigación, dejando al margen al propio novio (Que en este caso sería el supuesto defraudador) y a Feijóo.

Y es que este caso le ha venido de perlas a la mayoría del personal para intentar acabar políticamente con la mayor tocapelotas de Sánchez en todo el país, que en este caso sería Ayuso (Lo cual no exime que sea otra parásita más, como todos los demás). Un caso, el del novio de Ayuso, al que se ha referido la vicepresidenta Yolanda Díaz este pasado jueves en el Senado, afirmando con rotundidad que sí se trata de un caso de corrupción, mientras que el caso de Begoña Gómez es, según ella, puro machismo. Ni el cemento es tan duro como la cara de esta vividora. Por cierto, una vividora a la que hoy le han boicoteado un mitin suyo en Vizcaya los propios etarras de Bildu. Eso sí, le ha faltado tiempo a esta peligrosa sujeta para decir textualmente: "Han sido los del Frente Obrero, es decir, VOX". Y es que esta individua no puede asimilar que sus propios amigos de ETA le hagan boicot en sus mítines, ya que eso sólo lo hace "la extrema derecha", según ella.

Como se puede apreciar, PSOE y PP, o lo que es lo mismo, Sánchez y Feijóo, vuelven a salvarse el culo mútuamente en este escenario abominable de corrupción y degradación nacional que estamos viviendo. Eso sí, luego en los debates tanto el presidente del gobierno como el líder de la oposición deben tirarse los trastos públicamente para aparentar que son rivales políticos y que cada uno de ellos representa algo distinto. Todo ello mientras Sánchez cada vez pasa más horas fuera de España, dedicando la mayor parte de su agenda a viajes oficiales, dejando aquí el marrón con el que el resto de los españoles nos levantamos día sí y día también sobre los escándalos de tráfico de influencias de su esposa en los que el jefe del gobierno es partícipe también. Unos viajes al extranjero que esta vez son, según el propio Sánchez, con el objetivo de recolectar apoyos internacionales para reconocer el Estado de Palestina. Una cuestión que sin duda alguna supone para los españoles la mayor de nuestras preocupaciones ante la decadencia actual en la que vive sumido el país como consecuencia de sus innumerables problemas internos, los cuales se resolverán con este reconocimiento (Nótese la ironía, obviamente).

Supongo que este miserable habrá llegado a la conclusión de que incluso la presidencia es poco para él a estas alturas, y que quizás su nombre debería de pasar a la Historia como el de un galardonado con el Premio Nobel de la Paz. En fin, está claro que Sánchez ha dejado de lado por completo los problemas nacionales y ahora utiliza en cambio su posición desde la Moncloa para autopromocionarse a nivel europeo y mundial como un líder que está contribuyendo fervientemente en favor de la paz en Oriente Medio. Los delirios de grandeza de este sujeto parecen no tener límites.

Ya dije, y lo vuelvo a decir ahora, que todos los presidentes se han ido por "la puerta grande", y quizás en el caso de Sánchez nos encontremos ante el primer presidente que salga literalmente por la puerta grande de la Moncloa; eso sí, esposado y acompañado de la Guardia Civil tras intentar mantenerse en el poder hasta las últimas consecuencias. No sería de extrañar tampoco que a este paso Sánchez acabe abandonando la Moncloa como en 2001 lo hizo el ex presidente de Argentina, Fernando de la Rúa: huyendo del palacio presidencial en helicóptero tras el estallido social en el país sudamericano como consecuencia del famoso "Corralito argentino". Ya dije en una de mis últimas entradas que si Sánchez se vio forzado a abandonar la secretaría general del PSOE en 2016 tras estar a punto de ser linchado a puñetazos por los suyos, ¿Qué no ocurrirá ahora que no es ya líder de la oposición, sino presidente del gobierno?

Por su parte Feijóo intenta repetir a través de este pacto con el PSOE una operación para acabar con Ayuso como hace dos años lo hizo con el entonces presidente del PP, Pablo Casado. El gallego sabe que es cuestión de tiempo que la madrileña pegue el salto al liderazgo del PP, ya que Ayuso tiene, aparte de mucha ambición, mucho más tirón electoral entre la derecha que el propio Feijóo, y por eso el escándalo del novio de ésta le ha venido al presidente del PP como anillo al dedo para desarticular cualquier operación proveniente del entorno de la presidenta de la Comunidad de Madrid para derrocarle.

El problema para Feijóo es que quizás esta vez el intento de acabar políticamente con su rival no le salga tan bien como hace dos años le salió con Casado, y probablemente quien acabe ahora destronado sea él mismo a la hora de querer eliminar a su rival interna y perpetuarse en el liderazgo del PP. Por cierto, menos mal que Feijóo había anunciado que se jubilaría y se volvería a Galicia si no lograba ser presidente del gobierno en las pasadas elecciones generales. La jubilación es lo que un sexagenario como él debería de hacer ya, pero por desgracia este escenario parece estar todavía lejano. Y no por cuestión de edad, sino por el exceso de ambición de un tipo que jamás debió salir de su Galicia natal.
 
En fin, qué se puede esperar de un sujeto que dedica todo su tiempo en salvarle la cara, no ya a Pedro Sánchez y señora, sino a todo el PSOE y especialmente a Felipe González (Del cual Feijóo repite constantemente y muy orgulloso haber sido votante suyo). Creo sinceramente que este tipo se afilió muy a su pesar en el PP porque la sede del PSOE quedaba muy lejos de su casa. Sólo así se entiende la fascinación y la emoción con la que Feijóo habla del PSOE (El mayor partido criminal y corrupto que ha existido en la historia de España) y de Felipe González. Quizás Feijóo esté buscando ser nombrado en el futuro presidente de honor de este partido como recompensa por los servicios prestados al socialismo español; y a tenor de lo esfuerzos que realiza, probablemente lo consiga.

Luego tenemos las diferentes citas electorales de aquí a junio, empezando con la de la semana que viene en el País Vasco, donde todo parece indicar que Bildu-ETA ganará sus primeras elecciones el 21 de abril. Un resultado que de producirse confirmaría la decandencia absoluta de la población vasca, la cual respaldaría con sus votos el terrorismo y los asesinatos que ETA ha cometido a lo largo de cuatro décadas. Y lo peor no es sólo esto, sino que una hipotética victoria de Bildu junto a un PNV que quedaría segundo por escasos votos podría llevar consigo el inicio del proces independentista en el País Vasco, la gota que faltaría para que colmase el vaso en este deplorable escenario nacional.

Un escenario, el de un inicio del procés vasco que no habría que descartar en absoluto, y más si tenemos en cuenta en el estado de extrema debilidad en el que se encuentra sumido el país. España no aguantaría no ya un procés de independencia, sino dos: en Cataluña por un lado y en el País Vasco por otro. Una abominable pero por desgracia histórica victoria electoral la que podría darse la semana que viene de ETA en el País Vasco, la cual llevaría consigo un inicio de proceso de independencia al que se tendría que sumar por cojones el PNV si no quiere perder el chiringuito en Vitoria después de cuarenta años de dominio total de la situación vasca.

Por otro lado, y llegados a este punto, cabe preguntarse, ¿Acaso se creen Sánchez, Zapatero y toda la banda criminal de la izquierda española que ETA dejó de pegar tiros y poner bombas para discutir sobre el tiempo? De confirmarse el inicio del proceso de independencia vasco, ahora comenzaría la segunda y última parte de las graves consecuencias que supuso el diálogo de Zapatero con ETA hace dieciocho años y la entrada del terrorismo vasco en la política española. Y a no perder de vista, obviamente, Navarra, cuya anexión al País Vasco se va a poner más que nunca encima de la mesa después de las elecciones del 21 de abril. Una anexión que conviene recordar que está amparada por la propia Constitución, lo cual empeora aún más la situación que se avecina para España en los próximos meses.
 
Después tenemos el escenario del 12 de mayo en Cataluña, donde los sujetos de Tsunami Democratic parecen no fiarse para nada de la futura Ley de Amnistía y ya se han fugado a Suiza ante la inminente citación del Tribunal Supremo a estos individuos acusados de terrorismo. Y todo mientras Carles Puigdemont amenaza a Sánchez con hacerle caer si el presidente del gobierno no lo hace presidente tras las elecciones del mes que viene. Por parte de Puigdemont hay que reconocer que es un cachondo, ya que tras estar siete años fugado, ahora quiere volver a gobernar Cataluña a toda costa, con independencia de cuál sea el resultado electoral que obtenga. Y en lo que respecta a Sánchez hay que decir que está simplemente al final de la escapada.

Si éste decide hacer presidente a Puigdemont para salvarse el culo, es muy probable que si no acaba cayendo ahora lo haga dentro de unos meses, ya que el círculo contra él cada vez se va cerrando más, ya que el caso sobre Begoña Gómez irá en aumento conforme pasen los meses y el escenario tras las elecciones catalanas no hará sino empeorar la ya inestabilidad extrema de Sánchez en el gobierno. Si el apoyo a Puigdemont se confirmase por parte del presidente del gobierno sería interesante de ver la cara que se les quedaría a los miembros del PSC y a Illa (El cual tendrá que declarar en la Comisión del Senado antes de las elecciones por su implicación en el caso Koldo) tras ver cómo Sánchez se la metido doblada a sus compañeros de partido. Seguramente saldrían a decir que el apoyo a Puigdemont como presidente entra dentro de la reconciliación y de la normalización política en Cataluña, según ellos; aunque Puigdemont quede en cuarto o quinto lugar en las votaciones, eso es lo de menos.

Y es que es postura de Puigdemont es lógica, ya que no tendría sentido alguno que siguiese apoyando la permanencia en el poder de Sánchez si éste no le da su apoyo para volver a gobernar en Cataluña. Y lo peor de todo esto es que ese hipotético escenario se daría coincidiendo con la aprobación, sanción y entrada en vigor (Si no ocurre algún imprevisto de última hora) de la Ley de Amnistía. Un escenario que de producirse rematará definitivamente la situación en toda España y veremos a ver qué consecuencias nos traerá, ya que el regreso de Puigdemont parece casi seguro cuando la amnistía se haga efectiva. 

Seguramente, si el rey sanciona la ley, los paletos que el otro día ovacionaban a la familia real en la boda de Almeida comenzarán a quitarle hierro al asunto y excusarán la actuación del rey, confiados en que sus amados líderes del PP, e incluso de VOX, reviertan la situación si llegan al poder. Lo que no saben los muy imbéciles es que, de llegar a la Moncloa Feijóo, éste no hará nada para derogar la ley, ya que se justificará alegando que la derogación sería dar un paso atrás y supondría elevar aún más la tensión.

Y ya para finalizar tenemos las elecciones europeas del 9 de junio, donde todo Dios se está subiendo al carro para vivir del cuento: el Frente Nacional de Roberto Vaquero, el nuevo partido neo-PSOE: Izquierda Española, Alvise Pérez, etc. Sólo falta en esta ronda el listillo de Ruben Gisbert para completar el cuadro de esta nueva tanda de personajes, los cuales están aprovechando la agonía de la situación nacional y la ventaja que da la circunscripción nacional a la hora de votar en las elecciones europeas para embarcarse en la buena vida de lo público, mientras se erigen como salvadores de una España que ellos saben que no la arregla ya nada ni nadie.

Como ya dije en mi entrada de la otra noche, en la que hablé sobre el fracaso de la Democracia, que nadie cuente ya con mi voto. Este que está aquí no vuelve a perder el tiempo para solucionarle la vida a los parásitos sociales de los partidos ya existentes que quieren seguir chupando del bote, ni a los cuatro enterados de turno que aprovechan la debilidad extrema en la que se encuentra sumida España para apuntarse también al chiringuito presentándose con un nuevo partido político. Desde aquí animo al personal que me lea a no votar más a nadie, ni en ésta ni en ninguna otra convocatoria electoral más. Que estos sinvergüenzas se lo guisen y se lo coman todo ellos solos. A mí no me vuelven a tomar más el pelo esta gentuza.

Algunos creen que de ganar supuestamente el PP las elecciones europeas, como así vaticinan las encuestas, Feijóo tardará cero coma en presentarle una moción de censura a Sánchez. Un escenario que aunque no es seguro sí es probable, y más teniendo en cuenta que si Puigdemont no consigue finalmente ser presidente de la Generalitat de nuevo, éste podría vengarse de Sánchez votando a favor de Feijóo en esa hipotética moción de censura. De ser así sería curioso ver cómo Feijóo es investido presidente con los votos de PP, VOX y Junts. Y más curioso sería ver cómo Feijóo y el PP quedarían en deuda con Puigdemont y compañía si finalmente vuelven al gobierno de España gracias a Junts. De producirse este escenario estaríamos pues en la misma situación en la que ya estamos desde hace seis años con Sánchez y el PSOE en su deuda con los independentistas, pero esta vez con las tornas cambiadas en favor de los populares, vivir para ver.

Debo reconocer que este escenario no estaría nada mal que se produjese, ya que aquí el personal sigue creyendo que España está en peligro sólo y exclusivamente por culpa de Pedro Sánchez y el PSOE. Ojalá fuese así, pero la dura realidad es que el problema que España sufre es como consecuencia de las políticas de todos los partidos de este maldito sistema: PSOE, PP, Sumar/Podemos, VOX, Junts, ERC, Bildu, PNV, BNG, UCD en su momento, etc, y quien quiera creer que esto es sólo culpa exclusiva de unos y no de todos es que es más ignorante y paleto de lo que ya considero al personal (Que no es poco, todo hay que decirlo). Siendo así creo que el regreso del PP al gobierno debería de producirse sólo para ver la cara que se le quedan a los que creen que Feijóo va a ser el Winston Churchill español, capaz de salvar la irreversible situación en la que nos encontramos. En definitiva, una muestra más del analfabetismo y borreguismo del que hacen gala con orgullo los españoles.

Este es pues el escenario que tenemos en España a justo una semana de las elecciones vascas: una boda política en el que la corrupción, la inmunidad y la desvergüenza se han paseado a sus anchas ante los fervientes gritos de ovación del populacho; un presidente huído del país para no tener que dar explicaciones sobre los escándalos de corrupción que implican a su esposa y a él; un líder de la oposición salvándole el pellejo a Sánchez y señora mientras intenta cargarse políticamente a la no menos ambiciosa Ayuso; unas elecciones vascas que pueden ser la puntilla para la legitimación política de ETA, la creación de un nuevo frente independentista, la anexión de Navarra y el comienzo del proceso soberanista vasco.

Por otro lado tenemos unas elecciones en Cataluña en la que puede decidirse el futuro de la legislatura; un Puigdemont decidido a ir a por todas y a doblarle el pulso a Sánchez una vez más; una Ley de Amnistía cuya inminente aprobación amenaza con provocar una catarsis nacional; unas elecciones europeas en las que puede decidirse la caída o no de Sánchez; y unos comicios en los que unos intentan subirse a la palestra mientras otros intentan mantenerse en ella; y con todo esto, una nación que se descompone por momentos ante la pasividad y la ignorancia de sus ciudadanos y la indiferencia absoluta de una clase política corrompida, la cual busca a toda costa mantener los privilegios que le otorga el poder de un sistema que se viene abajo. Y lo peor es que esto no ha hecho más que empezar. Dentro de unos meses la cosa estará, casi con toda seguridad, mucho peor de lo que ya está en estos momentos, que no es poco. 

viernes, 12 de abril de 2024

Rumores de guerra


"Se acerca una guerra, Ned. No sé cuándo ni quién luchará... pero se acerca". Estas proféticas palabras que el rey Robert Baratheon le dice a su viejo amigo y aliado, Ned Stark, al comienzo de Juego de Tronos son las palabras perfectas y exactas en estos convulsos momentos de incertidumbre mundial en el que nos encontramos. Y es que quien no vea que estamos en un escenario prebélico a nivel mundial debería de ir a una óptica. Sin ir más lejos, esta semana pasada el periódico "El Mundo" titulaba en su portada: "Los líderes europeos endurecen su discurso: es tiempo de 'preguerra'".

De esta forma, tanto desde los gobiernos como desde los medios oficiales se está haciendo una campaña constante y psicológica hacia la población para que se prepare ante un inminente estallido bélico contra Rusia. Una guerra cuya amenaza puede llegar a no consumarse, pero que sirve, como ya sucedió con la pandemia, para tener a la población asustada y amedrentada de forma permanente. Y más ahora que el personal ha bajado la guardia tras lo vivido en 2020 y 2021. Y ya se sabe que para la élite mundial es conveniente tener a la población asustada, aunque ellos sepan que finalmente no vaya a ocurrir nada. Una población asustada es una población sumisa, y de esto tomaron buena nota algunos hace cuatro años.

Hace unas semanas, el presidente de Francia, Emannuel Macron (El cual parece creerse la reencarnación misma de Napoleón Bonaparte al querer declararle la guerra a Rusia, como ya hizo en su momento el emperador francés), defendía el envío de tropas a Ucrania para luchar contra el ejército ruso. Una posibilidad que, según el propio Macron, respaldan varios países de la Unión Europea. En Alemania, el gobierno del canciller Scholz está elaborando una reforma de las Fuerzas Armadas en las que, siguiendo el modelo sueco, se podría incluir el retorno del servicio militar obligatorio, y algún que otro país báltico como Lituania respalda la opción de Macron de ir a la guerra. 

Todo ello mientras desde Estados Unidos no se descarta nada ante un posible escenario de guerra abierta contra Rusia. Y a no perder de vista las declaraciones de la propia presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, no descartando en absoluto la posibilidad que Macron realizó hace unas semanas. Declaraciones que se produjeron en los días en los que se celebraron las elecciones en Rusia, donde Putin ha vuelto a ser reelegido presidente hasta 2030 y el posterior y enigmático atentado en Moscú del pasado 22 de marzo, que ha dejado cerca de 150 muertos, y del cual Putin apunta directamente a Ucrania.

Como se puede ver, la situación a nivel mundial se está caldeando ya más de lo debido, y todo parece indicar que va a ir a más conforme pasen los meses. No quiero decir con esto que Europa y EEUU con la OTAN vaya a ir a una guerra de consecuencias apocalípticas para todos, pero sí creo que estamos en una situación en la que a algunos les conviene tensar al máximo la situación, al menos de aquí a noviembre de este año. ¿Por qué hasta noviembre? Por la sencilla razón de que ante la situación tan débil en la que se encuentra ahora mismo EEUU, el gobierno estadounidense necesita dar un golpe en la mesa y demostrar al mundo que Estados Unidos sigue ahí, a pesar de tener en la Casa Blanca a un presidente viejo y con demencia senil. Y por el hecho de que un posible regreso de Trump a la Casa Blanca podría poner en riesgo los intereses geopolíticos de EEUU y Europa, ya que con Trump como presidente de nuevo se podría producir una relajación de las relaciones entre Washington y Moscú, lo último que algunos desean, ya que eso dejaría a Estados Unidos como una especie de "aliado" o "Estado sumiso" frente al Kremlin y a Putin.

Creo, como ya he dicho antes, que todo lo que está ocurriendo es más bien una operación psicológica por parte de algunos hacia la población para que se vaya preparando ante una eventual guerra que personalmente considero que no se va a efectuar, ya que una guerra en Europa, o incluso una guerra mundial, si incluímos a EEUU contra los rusos, no la contaría ni Dios en un futuro. Y no estoy hablando de una guerra en términos nucleares, sino de un conflicto con armas de menor potencia. Veamos qué ocurre de aquí a unos meses, pero creo que la situación no va a ir a más, ya que hay muchos intereses en juego por parte de todos. Intereses que con toda probabilidad se irían al carajo si aquí alguien decide lanzar un misil donde no debe o enviar tropas donde a nadie se le ha perdido nada, por mucho que el criminal sanguinario de Zelensky insista diariamente en que EEUU, Europa y la OTAN acudan en masa para bombardear Rusia, lo cual acabaría desencadenando el peor escenario posible.

Aquí en España parece que la tensión no se ha contagiado... al menos de momento. Hace unos días, Margarita Robles afirmaba que aunque la amenaza del estallido de una guerra es absoluta, España no enviará tropas a Ucrania, porque este escenario sería, según ella, "Elevar el conflicto. También dijo hace unos días que está descartado por completo la reimplantación de la mili en España por si el conflicto va a más. Unas declaraciones con las que de momento parece descartarse desde el gobierno la participación directa en la guerra, si ésta va a más. Pero claro, no olvidemos que estamos hablando del gobierno de Sánchez, el cual puede decir hoy A y mañana Z. Ni tampoco hay que olvidar que España es un país que es miembro de la OTAN, con lo que una aprobación por parte de los Estados miembros a la hora de intervenir en Moscú llevaría emparejado casi con toda seguridad que España interviniese también en la guerra, aunque formalmente se opusiese a ella en la OTAN (Cosa que obviamente no hará). 

En definitiva, se avecinan meses calentitos en los que aquí se puede decidir todo. Sigo insistiendo en que no creo en que la sangre llegue al río, pero tampoco hay que descartar ya nada, y mucho menos después de todo lo que llevamos vivido desde la pandemia hasta ahora. Creo que todo esto tiene, entre otros objetivos, la derota electoral de Trump frente a Biden en las elecciones de noviembre por las razones que ya he expuesto antes. Y creo que es algo que van a conseguir los que están detrás de esta operación, puesto que la tensión va a ir a más conforme se acerque noviembre, y eso va a influir de forma decisiva en el voto de los americanos. La cuestión es ¿Y después de noviembre, qué? Con Biden otros cuatro años más en la Casa Blanca (Que ya aviso que no los agotará ni de coña), el interrogante estaría en qué ocurriría a partir del año que viene, puesto que el escenario geopolítico sería el mismo que el de ahora. ¿Una nueva escalada? ¿O quizás una relajación de la situación?

La respuesta es complicada, ya que con Biden en Washington, Putin en Moscú, Zelensky en Kiev, Macron en París, Scholz en Berlín y von der Leyen en Bruselas la situación seguiría siendo la misma en 2025 que la de estos momentos en la que estoy escribiendo esta entrada en abril de 2024. Ya he dicho en varias ocasiones a lo largo de esta entrada, y lo reitero de nuevo, en que no creo que la cosa vaya a ir a más; pero también es verdad que a estas alturas no hay que descartar nada, y que como dice el refrán "Toda generación debe pasar una guerra", y afortunadamente las generaciones que hemos nacido en estos últimos ochenta años no hemos vivido ninguna guerra a gran escala mundial. Y quizás, y por desgracia, algunos crean que ya ha llegado el momento en que el personal viva esa dramática experiencia nuevamente. Veamos qué ocurre, pero desde luego lo que sí es seguro es que se avecinan tiempos aún más turbulentos de los que ya estamos viviendo, que no son pocos. 

miércoles, 10 de abril de 2024

El fracaso de la Democracia


A principios de la semana pasada, concretamente el Lunes de Pascua, emitieron una de las mejores películas religiosas que existen. Me refiero a la película protagonizada magistralmente por el gran Anthony Quinn: "Barrabás". Como todos sabemos, Barrabás fue un peligroso sujeto el cual, según el Nuevo Testamento, fue presentado al pueblo de Jerusalén junto a Jesucristo para que los judíos decidiesen quién de los dos era liberado por Poncio Pilatos con motivo de la celebración de la Pascua judía en la que era costumbre liberar por esas fechas a un preso. Como todos sabemos, el pueblo acabó eligiendo por aclamación popular a Barrabás para que éste fuese liberado, lo cual condujo a que Jesucristo fuese ejecutado a través de la cruxifición. 

En esta episodio religioso se produce uno de los acontecimientos más curiosos de Democracia y de elección directa en donde la población ejerce el poder directo a la hora de liberar o bien a un líder religioso (En este caso Jesús) o bien a un personaje acusado de ser un asesino, un ladrón, un criminal, etc (En algunos casos se ha hablado incluso de que el propio Barrabás era un zelote activo que luchaba contra la ocupación romana en Judea). Pues bien, seguramente más de uno habrá visto en muchas ocasiones esa famosa publicación en las redes sociales donde se dice "Después de 2.000 años, el pueblo sigue eligiendo a los ladrones" cuando se habla de la elección en favor de Barrabás que describe los Evangelios. Esa publicación, aunque ya está muy vista en las redes sociales, no deja de ser una verdad como un templo. 

Con independencia de que creamos o no, la historia que se nos presenta es la de un pueblo que decide en elección directa liberar a un criminal (Barrabás) frente a un líder religioso que en este caso era Cristo. El pueblo judío sabía perfectamente el historial de Barrabás cuando éstos optaron abiertamente por liberarlo en detrimento de Cristo. Con esto quiero hacer hincapié en una cuestión de la que muchas veces he hablado y defendido en este blog pero que ahora, analizando la situación actual, conviene recordar sus pros y sus contras. Me estoy refiriendo a la Democracia como sistema de gobierno, y en este caso, a la Democracia directa y representativa concretamente. 

Como todos sabemos, en este mes de abril hay elecciones en el País Vasco, el mes que viene en Cataluña y en junio serán las del Parlamento Europeo, la cual es una votación no solo a nivel nacional sino continental, ya que votan todos los países miembros de la Unión Europea. Pues bien, yo adelanto desde ya que mis mendas no van a ir a votar a las elecciones del 9 de junio ni a ninguna otra. ¿El motivo? Básicamente que paso de perder mi tiempo en desplazarme a un colegio electoral para introducir una papeleta y con ello resolverle la vida a cuatro miserables cuyo único interés es el de ser elegidos para un cargo público y tener desde entonces la vida resulta. ¿O acaso alguien cree que los sujetos que se presentan a unos comicios lo hacen para defender tus derechos y tu bienestar? Si alguien lo cree es que es bastante ingenuo o ignorante, o quizás las dos cosas a la vez. 

Basta con ver cómo algunos partidos y sujetos que, aprovechando la situación agónica que está atravesando el país, se quieren subir al carro justo ahora, en las elecciones europeas de junio. ¿Por qué? Básicamente porque en España la circunscripción en las elecciones europeas es la única que tiene carácter nacional, lo cual le otorga a los individuos que se presentan mayor facilidad a la hora de ser elegidos que, por ejemplo en unas elecciones generales o autonómicas, donde en este caso la circunscripción es provincial, con lo que la jugada le puede salir más complicada al candidato. Es por eso que, como ya hizo Pablo Iglesias hace diez años, primero hay que ir a las europeas y coger plaza en Bruselas para darse a conocer; luego ya se irá a las generales para dar el salto en suelo patrio.

Y es que si algo ha quedado demostrado con el sistema de Democracia representativa es que aquellos que se hacen llamar representantes del pueblo no son más que unos ciudadanos que, tras ver las enormes ventajas que supone tener un cargo público, deciden presentarse a unas elecciones para subirse a un nivel de vida del que no se van a bajar para los restos al no existir en muchos países, incluído España, una Ley que regule la limitación de mandatos a la hora de ejercer cualquier cargo público. Con la excusa de presentar soluciones a los problemas que tiene la sociedad, estos sujetos son elegidos para comenzar a vivir a costa del contribuyente mientras se olvida de las promesas que había hecho a sus votantes antes de las elecciones. 

Un claro ejemplo lo tenemos en los políticos catalanes, que gracias al chiringuito independentista han montado una extensa red clientelar en la que todo Dios está chupando del erario público. Eso sí, todo sea por lograr la tan ansiada independencia que ellos tanto pregonan pero que ni los propios independentistas quieren ver en pintura ante el temor de perder la mamela que reciben por parte del Estado si esa hipotética independencia se llegase a efectuar algun día. En definitiva, vivir por siempre de promesas para seguir viviendo a costa de poder llegar a implantar algún día esas promesas. 

Claro, uno cuando ya está escarmentado de ver cómo la historia se repite con un billón de partidos diferentes se acaba preguntando ¿Acaso tiene sentido la Democracia representativa? ¿Por qué tengo yo que perder mi tiempo en solucionarle la vida a un sujeto que dice que va a luchar por mis derechos y por mejorar mi bienestar de vida cuando eso lo puedo hacer yo mismo sin necesidad de intermediarios ni representantes? ¿Acaso nos toman por gilipollas que creen que debemos ser dirigidos con una correa como si fuésemos perros? La respuesta cruda es un sí rotundo. Si viviésemos en un sistema de Democracia directa, las decisiones que afectan al conjunto de los ciudadanos y al Estado al que pertenecemos las tomaríamos de forma individual cada sujeto, sin necesidad de tener a una banda de criminales que se aprovechan de las características representativas del sistema, de la ignorancia y/o ingenuidad del personal y de las circunstancias difíciles que nos han tocado vivir para presentarse ellos como salvadores de la situación y poder dar el salto a una vida de privilegios y disfrutes continuos. 

¿O acaso no son privilegios, y con ello desigualdad ante el Ordenamiento Jurídico la Ley de Amnistía (La cual previsiblemente se aprobará el mes que viene y que permitirá a unos políticos perdonar a otros por el mero hecho de devolver los favores prestados con el fin de mantenerse en el poder unos y volver a éste otros), o los aforamientos judiciales de los políticos frente al sometimiento a la Justicia ordinaria del resto de los ciudadanos de a pie? ¿O acaso no son privilegios que unos sujetos que en teoría deberían de ser empleados de los ciudadanos decidan subirse el sueldo las veces que le vengan en gana mientras regalan al populacho (Que en teoría seríamos realmente sus jefes), como si de migajas se tratasen, subidas en el Salario Mínimo Interprofesional? Como estos podría poner mil ejemplos más que demuestran la incongruencia y la desigualdad entre la clase política (los representantes) y los ciudadanos (los representados) en un sistema donde teóricamente debe primar, por encima de todo, la igualdad ante la Ley. 

Nos encontramos pues en un sistema de aristocracia político-popular, en la que una serie interminable de sujetos han logrado hacerse un hueco en las administraciones públicas, creando con ello una clase política repleta de lujos y alejada por completo de los problemas de la población a la que ellos mismos pertenecen y de la que salieron elegidos como representantes de éstos. Un sistema, el de la Democracia representativa, en el que los sujetos que tienen un alto cargo en la administración pública y el resto de los ciudadanos no son iguales ante la Ley, sino que se produce una relación de administradores y administrados en el que los políticos se erigen en líderes de una población cuyos ciudadanos son meros súbidtos que deben simplemente callar y pagar sus impuestos. Una catastrófica situación que se resume perfectamente en la frase que pronunció en su día Federico II de Prusia: "Todo por el pueblo, pero sin el pueblo". 

Hay, no obstante, casos en los que los representantes sí consultan a los representados algunas cuestiones de menor importancia, como si de un acto de caridad cristiana se tratase. Es el ejemplo que se va a dar a finales de este mes de abril aquí en Sevilla, donde el Ayuntamiento llamará a consulta popular a los ciudadanos para decidir sobre si mantener el formato actual de la Feria de abril o volver al formato tradicional, el cual fue derogado en otra consulta popular celebrada en el año 2016. Como se puede comprobar, son cuestiones de vital importancia para los sevillanos en nuestro día a día.
 
Para qué celebrar una consulta popular para decidir sobre la idoneidad de seguir construyendo los malditos tranvías (Los cuales tienen toda Sevilla levantada en obras), o sobre los puñeteros carriles bicis si tenemos la oportunidad de votar sobre el calendario de la Feria, que nos afecta mucho más. Obviamente las cuestiones relacionadas sobre infraestructuras son mejor no consultarlas, ya que de salir adelante la paralización de las obras del tranvía, esto llevaría consigo que más de uno no pudiese llevarse su correspondiente comisión. Desde aquí ya aviso al Ayuntamiento que me esperen sentados a la hora de responder a semejante consulta absurda, ya que me es completamente indiferente si prorrogan aún más el calendario ferial, si lo reducen, si lo mantienen como está o si directamente prefieren derogar la Feria misma. No seré yo quien me preste a participar en este bochornoso espectáculo, propio de súbditos borregos.

Pero aparte de las consultas populares, la Constitución española establece un procedimiento en el que permite a los ciudadanos, como si de una concesión se tratase, llevar a cabo Iniciativas Legislativas Populares. Eso sí, según la Constitución, estas iniciativas no pueden afectar ni a cuestiones tributarias, ni internacionales, ni de prerrogativas de gracia, ni muchísimo menos, a cuestiones cuya regulación se establece en Leyes Orgánicas (Con esto se confirma una vez más que quien hace la ley, hace la trampa). En definitiva, una concesión de iniciativa donde sólo puedes presentar Proposiciones de Leyes para cuatro cuestiones básicas y que, para más inri, deben de haber sido respaldadas por las firmas acreditadas de 500.000 ciudadanos, según establece la Constitución. Pues bien, ayer el Congreso ha aprobado con el voto favorable de casi todos los partidos una Iniciativa Legislativa Popular que permitirá regular la situación de medio millón de inmigrantes en España.
 
Una iniciativa que demuestra por otra parte el peligro que entraña darle la capacidad a la ciudadanía para que ésta presente sus propias Proposiciones de Leyes, aún estando éstas muy limitadas por la Constitución. ¿Acaso no hay suficientes problemas en España como para llevar a cabo una Iniciativa Legislativa Popular sobre la inmigración? Y lo irónico es que no se tramita, como sería lo lógico, para expulsar a los cientos de miles de inmigrantes irregulares que cometen graves delitos en nuestro país (Esta es la puñetera verdad, por mucho que el gobierno oculte estos datos), sino para legalizar a gran parte de éstos. Con esto queda confirmado que si ya es peligroso darle el poder a un número determinado de sujetos (Los políticos), más peligroso es aún un pequeño margen de poder a los ciudadanos en sí. 

¿Por qué no se decide la ciudadanía por impulsar Iniciativas Legislativas Populares sobre cuestiones que sí nos afectan a gran parte de los ciudadanos y que son más trascendentales en nuestro día a día como es la reforma de la Ley de Propiedad Horizontal. Una Ley que afectaría a cerca del 70% de la población, que no es orgánica, que lleva sin ser reformada desde hace veinticinco años y que regula cuestiones tan cotidianas y relevantes en nuestro día a día como son las Comunidades de Propietarios. Pero claro, no hay que olvidar que vivimos en España, y que aquí lo verdaderamente importante y lo que nos afecta a nosotros es irrelevante a la hora de la verdad. En fin, con este panorama tanto por parte de los ciudadanos como de los propios políticos no se debe uno de extrañar de la situación decadente y agónica que atraviesa nuestro país. 

Y es que, si analizamos la situación actual y a sus protagonistas, cabe preguntarse ¿Por qué tenemos que aguantar y mantener los ciudadanos a sujetos narcisistas y ególatras como Pedro Sánchez, que desde su posición de gobernante se ríe incesantemente de la población mientras la mira por encima del hombro como si de Luis XIV con el Tercer Estado se tratase? Si viviésemos en una Democracia directa, como por ejemplo la que se vive en Suiza, la persona que está al frente de una administración pública (En este caso el gobierno) sería un individuo cuyo único cometido sería el de ejecutar sin rechistar las decisiones que los ciudadanos adoptan en las sucesivas consultas que se realizarían para cuestiones trascendentales. En vez de eso, el político que vive en un sistema representativo como el actual sólo acude a las urnas para que sus súbditos y mansos ciudadanos le otorguen una mayoría que le permita seguir gobernando (Con independencia de que ese político haya ganado o no las elecciones), a sus anchas y en contra de los intereses de éstos. Y es que mientras exista mayoría para formar gobierno, el resultado electoral es lo de menos. 

Hace unas semanas, mientras veía la sesión de control al gobierno, recuerdo cómo la actual presidenta del Congreso, Francina Armengol, llamaba al orden a los diputados alegando que "Debemos estar a la altura ante los ciudadanos que servimos". Cuando escuché aquello pensé que esta sujeta había cometido un fallo a la hora de emplear aquella frase, ya que lo más sensato hubiese sido acabarla con un "Ante los ciudadanos de los que nos servimos". Ese era el término que esta miserable debía de haber pronunciado, ya que los políticos no sirven a nadie, se sirven a ellos mismos. ¿O acaso alguien cree que Sánchez permanece en la Moncloa a toda costa por ser un mero servidor público que quiere dar lo mejor de sí mismo para con los demás? ¿Acaso el ansia infinita de poder, de dinero, así como el alto nivel de vida y privilegios al que accedes una vez que alcanzas un cargo público no son los verdaderos factores a la hora de querer dar el paso a la política y mantenerse en ella? 

Esta última pregunta la podrían responder perfectamente "Servidores públicos" que no han conocido otra cosa en sus miserables vidas que el hecho de presentarse continuamente a unas elecciones en las que, para desgracia de todos y fortuna de ellos, salen elegidos una y otra vez hasta que deciden jubilarse tras una "intensa vida en la actividad pública". Y lo más irónico de todo es que hay muchos políticos que consideran que después de haber estado viviendo toda su miserable vida del erario público por voluntad propia (Y porque seguramente, y como consecuencia de su inutilidad, en la empresa privada no valdrían ni para atender al público), los ciudadanos deberían de estarles agradecidos por los, en la mayoría de los casos, nefastos servicios que ellos han aportado a lo largo de su dilatada trayectoria pública. 

Y ya por último, y siguiendo con el escenario nacional, debo hacer hincapié en una anécdota que ocurrió la otra noche aquí en Sevilla mientras se estaba disputando la final de la copa del rey y que demuestra el verdadero sentido de lo que es la Democracia representativa. Parece ser que Sánchez decidió no venir a presenciar anoche la final de este campeonato, por lo que designó a la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero (La Chiqui, para los amigos), como representante del gobierno en este acto. Lo gracioso viene cuando el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, puso el grito en el cielo aludiendo a que, debido a la ausencia del presidente del gobierno, él era la única autoridad inmediata después del rey en el palco presidencial con derecho a sentarse al lado del monarca, y que incluso la presencia de un miembro del gobierno de España le seguía otorgando a él preferencia para este privilegio. Finalmente, y parece ser que tras mucha tensión de por medio, se finiquitó el asunto situando a la propia Montero a la derecha del rey y a Moreno a la izquierda del monarca. 

Por cierto, un monarca cuya figura es incompatible plenamente en un sistema democrático, ya que el origen divino y no racional de la Monarquía va completamente en contra de los principios de elección de los representantes públicos por parte de los ciudadanos en una Democracia. Y eso es algo absolutamente indiscutible, por mucho que existan firmes defensores de la existencia de las Monarquías en sistemas de Democracia representativa, lo que demuestra nuevamente las incongruencias y desigualdades existentes en Estados-Nación que tienen como sistema político un régimen democrático. 

Pero volviendo a lo de antes, ¿A cuento de qué viene esta anécdota que acabo de contar? Pues a cuento de que, como he dicho anteriormente, un sujeto (o sujeta) que aspira a vivir, o ya vive del erario público y de la política dentro de un sistema representativo, una de sus principales ambiciones a la hora de acceder a un cargo es la de llevar una vida repleta de privilegios y concesiones, y por ende, la de satisfacer sus respectivos egos. En el caso de Moreno se excusa alegando que debe estar al lado del Jefe del Estado, ya que él es el representante ordinario estatal en la Comunidad Autónoma, como así establece la Constitución, y que un escenario adverso sería una humillación, no para él, sino para la institución que preside (La Junta de Andalucía) y para todo el pueblo andaluz. 

Este sujeto, que al igual que Sánchez, es otro ególatra de bastante cuidado, pone como excusa la dignidad de la población que gobierna y representa con el objetivo de satisfacer sus caprichos personales. En este caso el tipo hacía mención a que incluso con la presencia de un vicepresidente o ministro del gobierno en el palco, su autoridad estaba por encima de la de éstos. Con declaraciones como las de este tipo, flaco favor le hace al constitucionalismo español, al declarar que la autoridad de un mero presidente autonómico está justo por debajo del rey y por encima de la de cualquier miembro del gobierno español, aunque sea en términos protocolarios en un palco de fútbol. Sujetos como éste son los que predominan en el escenario político nacional e internacional. 

Excusándose en su posición de representate del pueblo exige un trato privilegiado con el fin de calmar su egolatría. Algo propio de Moreno, el cual cuando juró su cargo por segunda vez hace un par de años lo hice con un gran despliegue de cámaras en el Palacio de San Telmo (Hasta entonces se hacía en el Parlamento Andaluz), acompañado en todo momento por su mujer y trasladando el acto en la vía pública (concretamente a las puertas de la sede de la presidencia de la Junta de Andalucia), como si de la toma de posesión de un presidente de Estados Unidos en el Capitolio se tratase. Muchos otros ejemplos los tenemos en otros políticos, que aprovechan su posición de gobernantes para presumir de su poder. Lo vemos a diario con Pedro Sánchez cuando utiliza el Falcon o las residencias oficiales del Estado para disfrutar de los enormes privilegios del poder, o en su momento con Aznar, cuando casó a su hija en el Escorial, como si de una infanta se tratase. Ejemplos como estos demuestran el perfil de los sujetos que se hacen llamar "Representantes del pueblo". 

Por cierto, en lo que respecta a Sánchez hay que considerar que las prácticas despóticas y tiránicas que suele emplear el actual jefe del gobierno a la hora de hacer uso y disfrute del patrimonio del Estado y de hacerse con el control de la mayor parte de las instituciones públicas hace crear un peligroso precedente del que no hay que descartar en absoluto que sus sucesores en el futuro utilicen las mismas técnicas que ahora emplea el actual presidente del gobierno, lo cual provocaría un debilitamiento aún mayor del ya frágil y desgastado sistema político que predomina en España tras la aprobación de la Constitución de 1978, agrandaría aún más de lo que ya está la brecha entre los políticos y los ciudadanos y ahondaría más si cabe la desconfianza de los ciudadanos en el sistema democrático, en sus instituciones, en sus leyes y en las garantías y eficacia de éstas. 

Un sistema democrático, el español, que se basa teóricamente en una Democracía representativa y en un sistema parlamentario, pero en el que los diputados y senadores no tienen capacidad para votar libremente a la hora de aprobar una Ley Orgánica, una Ley Ordinaria, un Decreto-Ley, una Proposición de Ley, etc. Y todo ello porque en España son los jefes de los partidos políticos los que deciden de forma unilateral quiénes van a ir en las listas electorales y quiénes no, lo cual empeora la situación cuando hablamos de la pésima calidad democrática en España, ya que aquellos que son elegidos verdaderamente por los jefes de los partidos políticos y no por los electores (Que lo único que hacen con sus votos es ratificar la decisión que ya han tomado los líderes políticos sobre las listas electorales) se deben a sus jefes de partido y no a los ciudadanos. 

Todo lo contrario de lo que debería de ocurrir teóricamente en un verdadero sistema representativo y democrático, como sí ocurre en cambio en Reino Unido o Estados Unidos, donde los diputados británicos y congresistas norteamericanos sí tienen libertad de voto, y se deben única y exclusivamente a los votantes de su circunscripción y no a sus respectivos partidos ni a los líderes de éstos, aunque ello suponga votar en contra de las propuestas de su propia organización política. 

De esta forma en Reino Unido o Estados Unidos un político no se ve limitado, como sí ocurre en España, por la disciplina de voto, ni por la amenaza de sanción económica o la expulsión del partido si no respalda las propuestas de su respectivo grupo parlamentario, ni por el hecho de obedecer las órdenes del jefe político que lo colocó a dedo en su día y al cual es a quién verdaderamente le debe el puesto. De esta forma se puede llegar a la conclusión de que en España no hay siquiera una Democracia representativa, ya que los diputados y senadores son elegidos en los despachos por los jefes de los partidos políticos y no en las urnas, donde únicamente el pueblo español, tan lacayo, borrego y sumiso como él solo, se dedica a respaldar con su voto la elección de diputados y senadores que ya han tomado por ellos previamente todos los líderes de los partidos políticos. 

Volviendo ya a la cuestión sobre el sistema de Democracia directa, recuerdo que hace unos años se publicó una noticia bastante interesante y no exenta de polémica en la que se mencionaba que los ciudadanos de Suiza habían rechazado la subida del SMI en una consulta a nivel nacional, ya que los contras de esa subida pesaban más que las ventajas que iba a acarrear. También hace unos años escuché que los suizos habían votado en referéndum el tipo de alumbrado público que querían para sus carreteras. Como se puede ver, la comparativa entre una Democracia directa y una Democracia representativa es insultante. Mientras que la Democracia representativa es la excusa perfecta para crear una clase política que dice servir a la población mientras se enriquece a su costa, la Democracia directa suprime esa clase política en favor de los ciudadanos, verdaderos dueños a la hora de decidir sobre su propio futuro y el de su nación. 

Pero claro, había comenzado esta entrada hablando del juicio a Jesús y la decisión del pueblo a la hora de elegir a Barrabás y no a Cristo para ser liberado. Este hecho es, como ya he dicho al principio de la entrada, un claro ejemplo de Democracia directa (Algo inusual en un sistema político como el del Imperio Romano). Pero claro, la decisión de los judíos a la hora de liberar a Barrabás y no a Jesucristo demuestra cómo la Democracia directa tampoco es el paraiso terrenal que creemos. ¿Es el sistema directo mejor que el sistema representativo? Indudablemente sí, pero eso no exime que este sistema sea también un problema no menor cuando nos referimos del sistema político que mejor conviene a las sociedades humanas. 

Teniendo en cuenta el alto nivel de ignorancia, ingenuidad y semianalfabetismo de la población, ¿Quién nos dice que la Democracia directa es la solución a todos nuestros problemas? Imaginemos por un momento que España vive en un sistema de Democracia directa y vota sobre la subida del SMI, al igual que ocurrió en Suiza. ¿Acaso alguien cree que la decisión de nosotros iba a ser la misma que la de los suizos? Ni de coña. 

Un pueblo sumido en la ignorancia y en el anafabetismo/semianalfabetismo como el español votaría a favor de todo aquello que le beneficiase, sin mirar la letra pequeña de las consecuencias adversas que traería votar a favor de esas decisiones. Buena prueba de ello la tenemos en lugares de dimensiones más reducidas en los que sí existe la Democracia directa como son los pequeños Municipios que son gestionados a través del sistema de concejo abierto o las propias Comunidades de Propietarios, donde los vecinos votan a favor de una propuesta determinada sin ser conscientes de las consecuencias negativas que puede acarrear que esa propuesta salga adelante con sus votos. 

En una población generalmente progresista como es la española, ¿Quién nos dice que la sociedad no votaría a favor de la apertura de fronteras ante toda la inmigración ilegal o de la legalización del consumo de las drogas? ¿Quién nos dice que la sociedad española, tan progre por excelencia, no votaría a favor del adelanto de edad para que las jóvenes pudiesen abortar sin permiso paterno con catorce años? ¿Quién nos dice que la sociedad española no votaría a favor para que los niños obtuviesen el derecho de hormonarse por voluntad propia con solo ocho años? ¿Quién nos dice que una sociedad tan izquierdista como la española no votaría a favor de abolir las Fuerzas Armadas o los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, a los que ellos llaman opresores?

Está claro que en una sociedad donde se estableciese la Democracia directa como forma de gobierno habría más de un problema si se dejase a la población tomar de forma individual sus propias decisiones. Primero porque, a pesar de ser la sociedad la que tomaría sus propias decisiones, éstas seguirían estando influenciadas por el poder político. La sociedad no tiene experiencia ni conocimientos profundos sobre temas, no ya políticos, sino geopolíticos, económicos, militares, etc. Los políticos tampoco los tienen, pero para eso tienen tras ellos a un millón de asesores que paga aquí todo el personal. En segundo lugar porque, de tomar los ciudadanos sus propias decisiones sin tener en cuenta siquiera la influencia del poder político, mediático, económico, etc, esto supondría un problema bastante grave para los intereses de todos estos, que podrían ir en dirección opuesta a lo que decida la mayoría en las urnas. 

Felipe González lo tuvo claro después de convocar y ganar el referéndum de la OTAN en marzo de 1986. Cada vez que le han preguntado al ex presidente del gobierno, éste ha respondido que, a pesar de ganar por los pelos el referéndum, fue un grave error por su parte el darle la palabra a la población para que ésta decidiese sobre una cuestión tan compleja como era, en este caso, una decisión militar (La permanencia o no en la OTAN). Algo parecido le ocurrió a Mario Conde, el cual explica en su libro "Los días de gloria" que antes de la entrada de España en la zona Euro, él creía que este paso de gran envergadura a nivel económico debería ser consultado a los españoles en un referéndum. 

Es entonces cuando el ex presidente de Banesto afirma en su libro que fue el por entonces presidente del grupo Prisa, Jesús de Polanco, el que le dijo que España no estaba preparada ni formada para ser consultada por una cuestión de tal calibre, lo cual demuestra el desprecio y el concepto que desde las altas esferas del poder se tiene de la propia ciudadanía. Si todo esto ha ocurrido y se ha dicho desde los círculos del poder en un sistema meramente representativo ¿Qué no ocurriría en un sistema directo? Cualquier suposición se quedaría corta. Lo que sí está claro es que el poder prefiere un sistema representativo donde ellos sigan tomando las decisiones en detrimento de un sistema directo, donde las cuestiones que se planteasen continuamente podrían salirle a éstos bien o mal, en función de la capacidad de la ciudadanía para elaborar su propio criterio, así como el nivel de su formación educativa y cultural, lo cual sería decisivo a la hora de que la balanza se inclinase en favor o en contra de los poderes establecidos a la hora de someter las cuestiones relevantes a votación popular. 

Queda claro que, al igual que ocurrió con Barrabás, la Democracia directa demuestra que por el mero hecho de darle el poder a la población, ésta no va a tomar siempre las mejores decisiones. Quizás la Democracia directa sea el sistema perfecto en sociedades con un alto nivel de cultura y conocimiento de los problemas que les rodean, pero en una sociedad ignorante y borrega como la nuestra y la de muchos otros países, este sistema supone un peligro a la hora de otorgarle la capacidad de decisión absoluta a una población con un nivel bastante bajo de formación educativa y cultural. ¿Ante esto qué tenemos? Pues de nuevo al maldito, corrupto y peligroso sistema representativo, en el que la clase política toma las mismas decisiones (O peores incluso) que las que podría tomar la población de forma directa. Con el añadido de que en el sistema representativo son los políticos los que deciden en nombre de todos, sin posibilidad alguna por parte de la población de tumbar las decisiones que los "Representantes del pueblo" toman por nosotros. 

Ante esta situación cabe preguntarse: ¿Es mejor dejar tu futuro en manos de unos sinvergüenzas que se hacen llamar tus representantes/servidores y cuyos únicos objetivos son el poder, los privilegios y el dinero? ¿O por el contrario es mejor dejar directamente en manos de una población inculta e irresponsable el destino de sus habitantes y de su país? Una respuesta difícil, y más si tenemos en cuenta de que el ser humano es corrupto por naturaleza (Lo cual conlleva a que todo aquel que llega a la política lo hace con ese propósito), y que al político, por el mero hecho de ser corrupto, le conviene tener siempre a una población inculta y borrega para que ésta no pueda tener su propio criterio ni tomar sus propias decisiones. Con este escenario se puede llegar a la conclusión de que la Democracia no es el mejor sistema de gobierno; ni en términos directos, ni muchísimo menos en términos representativos.
 
La Democracia es un sistema de gobierno basado en dos mentiras convertidas en principios por el ser humano y por las que éste ha luchado a lo largo de la Historia: la libertad y la igualdad. Conceptos y principios bonitos teóricamente pero falsos, ya que ninguna de las dos son posibles de implantarse completamente, ya que ni somos libres ni iguales a la hora de la verdad, por mucho que esto les joda al personal. Y mucho menos después de revisar todos los ejemplos que he expuesto en esta entrada. Pero que la Democracia haya sido un fracaso tampoco puede llevar a uno a la conclusión errónea de que los sistemas de gobierno alternativos, como son la Monarquía, la República, la Plutocracia, la Autocracia, la Anarquía, la Aristocracia, la Oligarquía, la Timocracia, etc, sean en modo alguno la solución. Por ello creo que quizás la mejor forma de gobierno no ha sido aún descubierta por el ser humano. Y lo peor aún es que creo que, a este paso, dudo mucho que algún día lo llegue a descubrir.