Después de una semana desde la victoria del PSOE en las elecciones generales del pasado 28-A, ahora las miradas se vuelven hacia el 26-M, fecha en la que están previstas que se celebren las elecciones autonómicas, municipales y europeas. De momento, todo parece estar exactamente igual que el pasado domingo; El PSOE avisa que su intención es gobernar en solitario, mientras que Pedro Sánchez utiliza la Moncloa como el nuevo cuartel general del PSOE para recibir cuan ronda de consultas del rey al resto de candidatos para conocer la postura de éstos a la hora de votar su investidura, lo cual supone todo un insulto a la sede de la presidencia del gobierno y un desprecio a la independencia de la jefatura del gobierno con respecto a las cuestiones partidistas. Por su parte, desde Podemos se busca a la desesperada un pacto con Sánchez que permita a Iglesias acabar su carrera política como vicepresidente de un gobierno PSOE-Podemos. Por su parte, C's está fingiendo hacerse querer, negándose a pactar nada con el presidente del gobierno en funciones... hasta que pasen las elecciones municipales, claro está. A partir de entonces se abrirán la caja de las negociaciones, si es que éstas no se han abierto ya bajo cuerda vía intervención del tito Soros.
En lo que respecta a VOX, los de Abascal afirman pero sin que les escuche nadie que el resultado electoral ha sido manipulado, algo que yo también creo rotundamente, pero que la formación que lidera Santiago Abascal no se atreve a impugnar directamente los resultados salidos de las elecciones del pasado domingo. En lo que a mí respecta debo añadir que si Abascal decidiese impugnar los resultados, nada sacaría de ahí. Puesto que quien ha decidido manipular los votos lo ha hecho de una forma bastante inteligente, por lo que lo único que conseguirá VOX si decide impugnar, que no lo va a hacer, sería convertirse en el hazmerreir de los progres y los enemigos de España. Pero lo más curioso de todo este escenario postelectoral son los rumores que están circulando sobre la posibilidad de que el PP decida abstenerse en la sesión de investidura de Pedro Sánchez, con el objetivo de que el actual presidente del gobierno no ceda al chantaje de los independentistas ni etarras.
Vamos a ver. Aquí tengo que decir varias cosas, ya que la reacción que produce la noticia no sé todavía si es la de reír o la de llorar. Para empezar, ¿A cuento de qué tiene que abstenerse el PP para permitir la continuidad de Pedro Sánchez como presidente del gobierno? Según algunos, para devolverles el favor al PSOE por la abstención que éstos llevaron a cabo en 2016 permitiendo a Mariano Rajoy seguir gobernando. Seamos serios. El PP ya pagó con creces el favor del PSOE en 2016, al entregar Rajoy el gobierno de España a Sánchez. Ayer mismo escribí largo y tendido sobre el pacto que en mi opinión se produjo entre PSOE y PP que daría como resultado la abstención del PSOE a cambio de la alternancia en el gobierno en 2018. No voy a hacer más hincapié en esto, puesto que ya lo dije ayer todo. Pero debo decir que si todavía en el PP alguien cree de forma estúpida que les deben algo al PSOE es porque son más imbéciles de lo que ya creemos la mayoría de sus ex-votantes. Para empezar, el PP jamás debió pedir la abstención del PSOE en 2016, jamás. Lo suyo hubiese sido acudir a unas terceras elecciones, las cuales hubiesen permitido a Rajoy gobernar de una forma más flexible (Y que conste que yo voté en contra de Rajoy tanto en 2015 como en 2016). Sin embargo prefirieron acudir a la abstención del PSOE, dando como resultado tres años después el panorama que estamos viviendo en estos momentos.
Si Pablo fraCasado decide abstenerse ante Pedro Sánchez, estará dándole alas a aquellos que desde VOX confirman, y con toda la razón del mundo, que el PP representa la "Derechita cobarde", esa afirmación que tanto coraje le produce a Aznar cuando la escucha. Por cierto, cabe decir que según lo que se está hablando, es el propio Aznar el que está presionando a Pablo Casado para que éste dé el paso para abstenerse frente a Sánchez. Vamos a ver, querido José María. Hace un año se hizo pública una sentencia que fue letal para el PP, la cual condenaba al partido y provocó la caída, merecida por cierto, de Rajoy y del PP en el gobierno de España. Casualmente, aunque quien debía asumir responsabilidades políticas era el propio Rajoy, da la casualidad de que el periodo que se juzgó y que se condenó es aquel en el que tú fuiste presidente del PP, por lo que creo que es de recibo que mantengas la boca cerrada y te vayas a tomar viento. Si tu idea es la de marcar la agenda de Casado, como ya intentaste sin éxito con Rajoy, lo que deberías hacer es presentarte como candidato nuevamente a la presidencia del Partido Popular y asumir otra vez el liderazgo de la derecha en España. Si por el contrario lo que deseas es ejercer de José Luis Moreno y que Pablo Casado sea tu Rockefeller, tu muñeco va a durar lo que un caramelo en la puerta de un colegio. El sector progre del PP, con el nacionalista gallego Feijoo a la cabeza, están ya contando los días que faltan para desbancar a tu querida marioneta después de las elecciones del 26-M, por lo que más vale que espabiles si piensas dirigir en la sombra el partido y comiences a tomar decisiones más inteligentes y estratégicas, que ya eres mayorcito y se supone que tienes una experiencia acumulada.
Sobre C's debo decir que es bastante curioso cómo se han dado un pequeño golpe de estado autoproclamándose "Líderes de la oposición". Menudo chiste. Yo reconozco que soy más de letras, y que las matemáticas no son lo mío, pero si las cuentas no me fallan, creo que los de Albert Rivera están a doce escaños para igualar al PP y a algo más de 200.000 votos para alcanzar a los de Pablo Casado, por lo que sigo sin comprender cómo los veletas van anunciando a bombo y platillo ese falso escenario en el cual ellos, y no los populares son la alternativa oficial al desgobierno de Sánchez. Me recuerda un poco a aquel término que se empleó en diciembre, tras las elecciones celebradas aquí en Andalucía. Los veletas anunciaron que ellos eran los "Ganadores morales de las elecciones". Un término que no volví a escuchar nunca más, por cierto. Supongo que alguien les pegaría un toque de atención. En resumen. Los de Rivera anuncian a los cuatro vientos que son algo que no son, y hacen creer a los españoles que representan el verdadero cambio de esta España agonizante que se está descomponiendo por momentos.
Todos sabemos que Rivera acabará pactando con Sánchez, y que el presidente en funciones acudirá corriendo al catalán para que éste le ceda sus votos en la investidura. Y es que seamos claros; Sánchez será un ególatra, un narcisista y un chulo, además de otros calificativos, pero lo que no es de forma segura es gilipollas. Sánchez no se ha jugado el cargo para acabar en el casillero en el que empezó en febrero, que no es otro que seguir gobernando con el apoyo de los independentistas, podemitas y etarras. Sabe que la única salida que le beneficia políticamente es la de un pacto con C's, "Casualmente" la opción en la que los números mejor cuadran en estos resultados. Qué sorpresas nos dá Soros, perdón, la vida, ¿Verdad?. Como ocurre siempre en España, los políticos toman a los ciudadanos por gilipollas (Lo que en realidad somos, para qué engañarnos), y sólo harán públicas sus intenciones de pactar cuando las urnas hayan hablado tras el 26-M. Sólo a partir de entonces se producirá el pacto por el que algunos tanto tiempo llevan soñando, lo cual dejará a Iglesias y compañía sin la posibilidad de formar gobierno con los socialistas. Un escenario que provocará que los podemitas vuelvan a las andadas contra sus hasta ahora socios de gobierno. Personalmente debo decir que yo hubiese preferido (Y prefiero) un gobierno PSOE-Podemos. ¿Por qué? Básicamente porque llegados a este punto deseo ver el mundo arder, y qué mejor forma de que este escenario se produzca que con la formación de un gobierno entre Sánchez e Iglesias. Si los españoles han votado izquierda, izquierda, y de la pura y dura deben tener. No se merecen otra cosa aquellos que han votado por llevar a nuestra nación al suicidio colectivo.
Sobre VOX debo decir que por mucho que ahora se empeñen en decir que en las próximas elecciones van a arrasar, por desgracia temo que los de Abascal están auto-engañándose. Independientemente de si los resultados obtenidos por VOX son falsos o no (Yo insisto en que lo son), la formación conservadora no va a ir a más después de estas elecciones. Quizás consigan rascar algo en las próximas, pero seguirá siendo insuficiente. ¿El motivo? Las ideas de VOX no tiene cabida en la sociedad actual, ni española ni mundial. Hemos llegado a una situación en la cual para nuestra desgracia, los valores tradicionales han sido aniquilados. Unos valores que son los que VOX representan y que por ello no pueden ser aceptados en esta sociedad fascista-progresista, en donde Dios, la familia, la nación, el orden, la ley, la justicia, etc, no tienen cabida en nuestros días en beneficio de unas ideas totalitarias y destructivas para nuestro modelo de convivencia social. La derecha conservadora no tiene pues cabida en este escenario progresista, por ello es por lo que VOX molesta y será aniquilado poco a poco con la ayuda de los medios de descomunicación. De hecho, aun con sus contras, el PP de hace unos años que aún representaba ciertos valores conservadores se fue descomponiendo poco a poco a raíz del 11-M y gracias a la gestión de Rajoy, hasta convertirse a día de hoy en un partido progre en donde los valores tradicionales asquean como mínimo dentro de la formación que ahora lidera Casado. No, para nuestra desgracia el conservadurismo ya no existe ni puede existir en este mundo progresista. Por ello el PP ha sido despellejado ideológicamente durante todos estos años, y lo seguirán haciendo hasta matarlo políticamente, mientras que VOX será destruido de forma fulminante por las fake-news y los "Cachorros" de Soros. La única derecha que sí es aceptada a día de hoy es la progresista, la liberal. Aquella que acepta el Nuevo Orden Mundial, que abraza y comparte las ideología totalitarias actuales de la izquierda, y esa es la derecha que representan Ciudadanos y Albert Rivera.
Sobre Pablo Iglesias debo decir que es curioso cómo de querer "Asaltar los cielos" se ha conformado ya con pedir un trozo de pastel con tal de seguir chupando del bote. Sólo hay que ver cómo en su comparecencia en la rueda de prensa tras conocerse los resultados electorales afirmó que "Los escaños nos dan justo para lo que queríamos: Frenar a la derecha y pactar un gobierno con el PSOE". Lo dice aquel que hace cinco años iba por las televisiones pregonando aquello de "PPSOE" "La casta" y todo lo demás que ya conocemos. Como ya he dicho antes, la ambición de Iglesias ya sólo se resume a asaltar la sala de prensa de la Moncloa y ejercer de portavoz del futuro gobierno de Sánchez. Sabe que sus discursos anticasta y sus mareas, oleadas, levantes, etc ya no dan más de sí. Su tiempo político acabó, y él lo sabe perfectamente. Su cometido fue el de llevar de nuevo al PSOE al gobierno. Su misión era hacerlo en 2016 y desobedeció al creer en el sorpasso frente a los socialistas que nunca se produjo. Con el apoyo a la moción de censura el año pasado, la carrera política del marques de Galapagar se terminó definitivamente. Eso sí, Iglesias, como leal servidor a Sánchez en dicha causa ahora desea ser recompensado por sus servicios en la moción de censura. En junio de 2018 no podía exigir nada, puesto que lo único que se buscaba era mandar al paro a Mariano y a todo su séquito, pero ahora, tras los resultados obtenidos por Sánchez, el "Coletas" cree que ha llegado el momento de que el presidente del gobierno en funciones le recompense y de forma muy generosa, ya que él cree que sin su apoyo, Sánchez jamás habría llegado a la Moncloa, por lo que ahora espera sacar buena tajada de aquello que por las circunstancias no pudo hacer en junio del año pasado. Lo gracioso está en que Pedro ya no quiere a Pablo como su compañero de viaje ni como su recadero a las cárceles catalanas para que los independentistas apoyasen sus presupuestos. Ahora Sánchez cree que ha llegado el turno de Alberto Carlos, Ines y compañía, por lo que Iglesias y Montero se tendrán que conformar con la oposición y con su palacete en Galapagar. Quizás con esto, a Pablo se le encienda nuevamente su vena revolucionaria y exija rodear de nuevo el congreso hasta que Sánchez le nombre vicepresidente. La cuestión está en que para conseguir sus objetivos tendrá que hacer acampada sine die en la Carrera de San Jerónimo para que su amigo Sánchez lo escuche, y ni aún así. Esto es lo que trae consigo ser un kleenex en la política y no enterarte de ello...
Por último y para terminar me queda nuestro "Querido" presidente. Ese que ha sido reelegido con los votos de los jóvenes, y no tan jóvenes, que simpatizan con el terrorismo y que son actualmente la nueva generación de fascistas del siglo XXI. De Sánchez poco tengo que decir que no haya dicho ya sobre él. Estoy seguro de que a finales de verano será investido nuevamente como presidente, dando comienzo a su segundo mandato. Un segundo mandato que intuyo que no será el último. En esta España enferma de sí misma y de su historia, estoy convencido que apostará nuevamente por el actual presidente del gobierno, aunque éste se lleve al país por delante de aquí al 2023. El bloque de derechas no suma, y aunque sumen después de las próximas elecciones, es misión casi imposible que puedan formar gobierno. El PSOE volvió hace un año para quedarse, y Sánchez está dispuesto a todo con tal de permanecer en el gobierno, mínimo hasta el año 2030, como aseguró hace unos meses. Nos quedan pues unos años bastante moviditos en nuestro país y lo peor es que no podemos hacer nada para impedirlo. España se encuentra en estos momentos sumida en un sistema unipartidista, en el cual el partido principal de la izquierda tiene en su control todas las instituciones del estado, sin posibilidad alguna de que los partidos que ofrecen una alternancia política estén en condiciones para ofrecer una garantía de cambio que ponga fin a este gobierno miserable, nacido gracias al apoyo de los enemigos de España. Nuestro país no tiene pues nada que envidiarle a Venezuela, aunque eso sí. A diferencia de lo que la derecha española cree, tanto lo que los españoles como los venezolanos están padeciendo ahora es gracias a la colaboración tanto activa como pasiva de sus ciudadanos, por lo tanto aquí todo el mundo debe asumir las consecuencias de lo que permite. Por eso España se merecerá todo lo que le ocurra a partir de ahora con el desgobierno totalitario que nos espera...
Las elecciones del próximo 26 de mayo volverán a darle la victoria al bloque de la izquierda, con lo que el PSOE volverá a recuperar gobiernos tanto autonómicos como locales. Sánchez verá con esta segunda vuelta electoral afianzado definitivamente su liderazgo en el PSOE y reeditará el "Pacto del abrazo" de 2016 con Rivera. Otra cosa es lo que venga después de eso (La crisis económica que se avecina, el déficit público, los recortes sociales, el paro, etc). De momento estamos exactamente igual que en mayo de 2008, con un gobierno socialista recién reelegido y con una crisis económica a punto de estallar, la cual se llevará lo poco que queda del país en términos laborales. La cuestión que hay que plantearse ahora es: En 1993, tras las últimas elecciones generales que ganó Felipe González en mitad de la crisis económica de los 90, teníamos a Aznar como alternativa segura al PSOE. En 2008, tras las últimas elecciones generales que ganó Zapatero, con la crisis económica a punto de estallar, teníamos a Rajoy como alternativa segura a los socialistas. En 2019, con una nueva crisis económica mundial más letal y determinante para el futuro de la humanidad que la vivida en estos diez años pasados (Que ya es decir), las elecciones generales del pasado domingo dieron la victoria a Sánchez, con lo que la pregunta en cuestión es: ¿A quién tenemos ahora como alternativa? A la nada. No existe alternativa ninguna al PSOE de Pedro Sánchez. Y eso es igual o más preocupante aún que el desastre de gobierno que va a realizar...
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