viernes, 7 de diciembre de 2018

Antes muertos que sin silla

En 2004, la cantante de Ayamonte, María Isabel, representó a España en el festival de eurojunior con la canción "Antes muerta que sencilla", canción que le valió la victoria en dicho certamen. Pues bien, catorce años después, también otra andaluza y un madrileño viven obsesionados con una cuestión bastante parecida; "Antes muerto que sin silla". Así se encuentra en estos momentos Pedro Sánchez y Susana Díaz desde que el pasado domingo, el PSOE se llevase un batacazo electoral histórico en el sur de España. Un batacazo con el que la izquierda ni nadie contaba y que ha sido el desencadenante para que en la calle Ferraz se haya abierto nuevamente y como diría Estela Reynols "El cajón de mierda". Desde esta pasada semana, la guerra entre Susana Díaz y Pedro Sánchez se ha vuelto a recrudecer debido a las presiones por parte del actual presidente del desgobierno a la hora de exigir a Díaz que renuncie como líder del PSOE andaluz y como candidata a la presidencia de la junta tras los malos resultados electorales. Una presión que por supuesto, Susana ha rechazado de forma tajante, y es que la del Tardón sigue sin hacer ni una sóla autocrítica sobre su gestión y sobre los errores que le ha llevado a cosechar este resultado pésimo para el partido de los EREs, de la cocaína y de los prostíbulos.

Susana cree que puede resistir la presión que Sánchez lleve a cabo contra ella durante estas próximas semanas, del mismo modo que Sánchez cree que haciendo una buena jugada maestra, su permanencia en la Moncloa está garantizada. Y es que el presidente del gobierno no para de dar bandazos y de sorprendernos cada día. Una vez que había dejado claro que su gobierno no iba a presentar los presupuestos generales del estado para el año que viene al carecer de los apoyos de los golpistas y de los etarras, estos días ha confirmado que finalmente sí se presentarán los presupuestos, con el objetivo de que los catalanes y los vascos se posicionen. Unos motivos surrealistas, ya que el gobierno está obligado por ley a presentar ante el congreso los PGE todos los años, con independencia de que éstos sean aprobados o rechazados por las cortes generales.

Por si esto fuera poco, según parece, nuestro querido presi está orquestando un plan B por si finalmente se produce el tan temido rechazo de los PGE por parte de los etarras y los independentistas. Según parece, Sánchez estaría pensando en convocar de una vez por todas elecciones generales, las cuales serían en marzo del 2019. Una fecha que no afectaría a las elecciones municipales, autonómicas y europeas de mayo de ese mismo año, y en la que varios presidentes autonómicos han declarado a Sánchez que estarían dispuestos a adelantar sus propias elecciones autonómicas si el jefe del gobierno decidiese finalmente hacerlas coincidir en mayo, ya que los presidentes autonómicos no quieren compartir cartel electoral con el inquilino de la Moncloa.

De esta forma, Sánchez cree que convocando elecciones generales con antelación puede detener el avance imparable de VOX en unas elecciones a nivel nacional, y con ello un pacto de derechas que permita a Casado acceder a la Moncloa. Por supuesto nadie sabe cuál va a ser el resultado de VOX en las próximas elecciones, pero en lo que a mí respecta estoy plenamente convencido que aunque el PP ganase las elecciones generales, Sánchez volvería a pactar con Podemos, así como con los independentistas y etarras antes que abandonar la jefatura del gobierno, repitiendo así su jugada fallida de marzo de 2016 donde intentó ser presidente del gobierno con el apoyo de Ciudadanos, y un intento de apoyo con Podemos que no llegó a prosperar y que fue el detonante para que fracasase su intento de llegar a la Moncloa tras haber perdido las elecciones generales de diciembre de 2015. Estamos pues, como ya he dicho en otras ocasiones, ante un ser sin escrúpulos y una mala persona, el cual estaría dispuesto a todo con tal de permanecer en el poder que con tantas ansias desea conservar. Lo que pase después de pactar con los enemigos de España ya se verá, lo importante es mantener la Moncloa por las buenas o por las malas.

En lo que respecta por aquí abajo, Susana confía, como ya he dicho antes, en resistir todos los golpes que reciba de aquí a unas semanas con el objetivo de que dé un paso atrás en beneficio del PSOE, con tal de que los socialistas puedan seguir controlando Andalucía tras cuarenta años de régimen corrupto-unipartidista. El problema para los socialistas está en que Susana no se quiere ir. Ya lo ha dicho por activa y por pasiva, e incluso ha afirmado que si pierde el gobierno está dispuesta a irse a la oposición, pero que no dará jamás un paso atrás.

Susana, al igual que Rajoy en 2016 y al igual que ella misma en 2015, disfruta de una posición de ventaja; La de presidenta en funciones, lo cual le permite ver la situación postelectoral todavía desde el gobierno. En estos casos, y al igual que hizo Mariano, lo mejor que se puede hacer en estos casos es no hacer nada. Dejar que los partidos de la oposición se maten entre ellos a la hora de decidir quién desbanca al PSOE de la junta de Andalucía. El PP quiere gobernar por fin Andalucía después de 40 años en la oposición (Una oposición muy cómoda para éstos, todo hay que decirlo), el problema reside en que Ciudadanos también quiere la presidencia de la junta. Y es que los naranjitos se han inventado un nuevo término bastante peligroso y que hace que los de Albert Rivera vean los resultados electorales según les convenga a ellos. Ciudadanos cree que ellos han sido los "Ganadores morales" de las elecciones, ya que según ellos, aunque el PSOE ha ganado en votos, y el PP ha quedado segundo pero es el partido que encabeza el bando ganador en estas elecciones, los naranjitos creen que ambos están incapacitados para gobernar debido a los casos de corrupción que tienen acumulados, lo cual le da a ellos la legitimidad moral de formar gobierno aunque hayan quedado terceros. Tócate los cojones, María Manuela.

Si finalmente, ni PP ni C's se ponen de acuerdo pero se presenta a la investidura algún candidato, aunque la investidura no saliese adelante, el contador atrás para unas nuevas elecciones andaluzas comenzaría a andar, lo cual daría ocasión al PSOE para aglutinar nuevamente el voto borrego de sus votantes y que el pasado domingo pasaron de ir a votar, para obtener, esta vez sí, un buen resultado que aunque no le permita obtener la mayoría absoluta, sí le permita formar gobierno con C's. Y es que ya se sabe que a Juan Marín (Candidato por Alianza Popular, por el PSOE, y por el Partido Andalucista años atrás) le encanta pactar con los socialistas por mucho que éste niegue lo contrario en campaña electoral. Ya sabemos que Marín, al igual que Albert Rivera, es un veleta de cuidado, pero que se ande con cuidado tanto él como su jefe en Madrid si Ciudadanos rechaza expulsar de la junta al partido que ha ocasionado el mayor caso de corrupción de la historia de España. Lo mismo en marzo (Si hubiese elecciones generales), como en mayo (Cuando sean las municipales y europeas) se llevan un naranjazo que les lleve a perder todo los escaños obtenidos hasta ahora.

Este es el panorama que se está viviendo en estos momentos tanto en Madrid como aquí en Sevilla. Un panorama similar en el que dos personajes están haciendo lo posible y lo imposible por mantenerse en el cargo tanto ellos como su propio partido, el cual es el mismo en los dos casos. Y es que así entiende el PSOE la democracia, al igual que los podemitas; El poder es sólo propiedad de la izquierda, y quien piense lo contrario es un fascista. O si no que se lo digan a los que después de las manifestaciones en Sevilla, Málaga y Granada han llevado a cabo protestas en Córdoba, Jaén, Almería y Cádiz, ocasionando en esta última daños a establecimientos, así como quema y destrozos en el mobiliario urbano. Y es que cómo diría Winston Churchill; "Los fascistas del futuro se llamarán a sí mismos antifascistas". O incluso se le puede preguntar al propio Sánchez, el cual afirmó en un mitin hace unos días que en Andalucía sólo debería gobernar quien ganase las elecciones. Todo un ejemplo de coherencia y sensatez para un tipo que está gobernando con el apoyo de extremistas y radicales, siendo su partido el que perdió las elecciones generales de hace dos y tres años con un resultado catastrófico. Pero en fin, ya sabemos cómo se las gasta la izquierda y cómo conciben ellos la democracia y los resultados electorales. Pedro Sánchez y Susana Díaz son el claro ejemplo de ello y de cómo morir matando con tal de no perder el poder; Antes muertos que sin sillas.

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