Susana cree que puede resistir la presión que Sánchez lleve a cabo
contra ella durante estas próximas semanas, del mismo modo que Sánchez cree que
haciendo una buena jugada maestra, su permanencia en la Moncloa está
garantizada. Y es que el presidente del gobierno no para de dar bandazos y de
sorprendernos cada día. Una vez que había dejado claro que su gobierno no iba a
presentar los presupuestos generales del estado para el año que viene al
carecer de los apoyos de los golpistas y de los etarras, estos días ha
confirmado que finalmente sí se presentarán los presupuestos, con el objetivo
de que los catalanes y los vascos se posicionen. Unos motivos surrealistas, ya
que el gobierno está obligado por ley a presentar ante el congreso los PGE
todos los años, con independencia de que éstos sean aprobados o rechazados por
las cortes generales.
Por si esto fuera poco, según parece, nuestro querido presi está
orquestando un plan B por si finalmente se produce el tan temido rechazo de los
PGE por parte de los etarras y los independentistas. Según parece, Sánchez
estaría pensando en convocar de una vez por todas elecciones generales, las
cuales serían en marzo del 2019. Una fecha que no afectaría a las elecciones
municipales, autonómicas y europeas de mayo de ese mismo año, y en la que
varios presidentes autonómicos han declarado a Sánchez que estarían dispuestos
a adelantar sus propias elecciones autonómicas si el jefe del gobierno
decidiese finalmente hacerlas coincidir en mayo, ya que los presidentes
autonómicos no quieren compartir cartel electoral con el inquilino de la
Moncloa.
De esta forma, Sánchez cree que convocando elecciones generales con
antelación puede detener el avance imparable de VOX en unas elecciones a nivel
nacional, y con ello un pacto de derechas que permita a Casado acceder a la
Moncloa. Por supuesto nadie sabe cuál va a ser el resultado de VOX en las
próximas elecciones, pero en lo que a mí respecta estoy plenamente convencido
que aunque el PP ganase las elecciones generales, Sánchez volvería a pactar con
Podemos, así como con los independentistas y etarras antes que abandonar la
jefatura del gobierno, repitiendo así su jugada fallida de marzo de 2016 donde
intentó ser presidente del gobierno con el apoyo de Ciudadanos, y un intento de
apoyo con Podemos que no llegó a prosperar y que fue el detonante para que
fracasase su intento de llegar a la Moncloa tras haber perdido las elecciones
generales de diciembre de 2015. Estamos pues, como ya he dicho en otras
ocasiones, ante un ser sin escrúpulos y una mala persona, el cual estaría
dispuesto a todo con tal de permanecer en el poder que con tantas ansias desea
conservar. Lo que pase después de pactar con los enemigos de España ya se verá,
lo importante es mantener la Moncloa por las buenas o por las malas.
En lo que respecta por aquí abajo, Susana confía, como ya he dicho
antes, en resistir todos los golpes que reciba de aquí a unas semanas con el
objetivo de que dé un paso atrás en beneficio del PSOE, con tal de que los
socialistas puedan seguir controlando Andalucía tras cuarenta años de régimen
corrupto-unipartidista. El problema para los socialistas está en que Susana no
se quiere ir. Ya lo ha dicho por activa y por pasiva, e incluso ha afirmado que
si pierde el gobierno está dispuesta a irse a la oposición, pero que no dará
jamás un paso atrás.
Susana, al igual que Rajoy en 2016 y al igual que ella misma en 2015,
disfruta de una posición de ventaja; La de presidenta en funciones, lo cual le
permite ver la situación postelectoral todavía desde el gobierno. En estos
casos, y al igual que hizo Mariano, lo mejor que se puede hacer en estos casos
es no hacer nada. Dejar que los partidos de la oposición se maten entre ellos a
la hora de decidir quién desbanca al PSOE de la junta de Andalucía. El PP
quiere gobernar por fin Andalucía después de 40 años en la oposición (Una
oposición muy cómoda para éstos, todo hay que decirlo), el problema reside en
que Ciudadanos también quiere la presidencia de la junta. Y es que los
naranjitos se han inventado un nuevo término bastante peligroso y que hace que
los de Albert Rivera vean los resultados electorales según les convenga a
ellos. Ciudadanos cree que ellos han sido los "Ganadores morales" de
las elecciones, ya que según ellos, aunque el PSOE ha ganado en votos, y el PP
ha quedado segundo pero es el partido que encabeza el bando ganador en estas
elecciones, los naranjitos creen que ambos están incapacitados para gobernar
debido a los casos de corrupción que tienen acumulados, lo cual le da a ellos
la legitimidad moral de formar gobierno aunque hayan quedado terceros. Tócate
los cojones, María Manuela.
Si finalmente, ni PP ni C's se ponen de acuerdo pero se presenta a la
investidura algún candidato, aunque la investidura no saliese adelante, el
contador atrás para unas nuevas elecciones andaluzas comenzaría a andar, lo
cual daría ocasión al PSOE para aglutinar nuevamente el voto borrego de sus votantes
y que el pasado domingo pasaron de ir a votar, para obtener, esta vez sí, un
buen resultado que aunque no le permita obtener la mayoría absoluta, sí le
permita formar gobierno con C's. Y es que ya se sabe que a Juan Marín
(Candidato por Alianza Popular, por el PSOE, y por el Partido Andalucista años
atrás) le encanta pactar con los socialistas por mucho que éste niegue lo
contrario en campaña electoral. Ya sabemos que Marín, al igual que Albert
Rivera, es un veleta de cuidado, pero que se ande con cuidado tanto él como su
jefe en Madrid si Ciudadanos rechaza expulsar de la junta al partido que ha
ocasionado el mayor caso de corrupción de la historia de España. Lo mismo en
marzo (Si hubiese elecciones generales), como en mayo (Cuando sean las municipales
y europeas) se llevan un naranjazo que les lleve a perder todo los escaños
obtenidos hasta ahora.
Este es el panorama que se está viviendo en estos momentos tanto en
Madrid como aquí en Sevilla. Un panorama similar en el que dos personajes están
haciendo lo posible y lo imposible por mantenerse en el cargo tanto ellos como
su propio partido, el cual es el mismo en los dos casos. Y es que así entiende
el PSOE la democracia, al igual que los podemitas; El poder es sólo propiedad
de la izquierda, y quien piense lo contrario es un fascista. O si no que se lo
digan a los que después de las manifestaciones en Sevilla, Málaga y Granada han
llevado a cabo protestas en Córdoba, Jaén, Almería y Cádiz, ocasionando en esta
última daños a establecimientos, así como quema y destrozos en el mobiliario
urbano. Y es que cómo diría Winston Churchill; "Los fascistas del futuro
se llamarán a sí mismos antifascistas". O incluso se le puede preguntar al
propio Sánchez, el cual afirmó en un mitin hace unos días que en Andalucía sólo
debería gobernar quien ganase las elecciones. Todo un ejemplo de coherencia y
sensatez para un tipo que está gobernando con el apoyo de extremistas y
radicales, siendo su partido el que perdió las elecciones generales de hace dos
y tres años con un resultado catastrófico. Pero en fin, ya sabemos cómo se las
gasta la izquierda y cómo conciben ellos la democracia y los resultados
electorales. Pedro Sánchez y Susana Díaz son el claro ejemplo de ello y de cómo
morir matando con tal de no perder el poder; Antes muertos que sin sillas.
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