Ayer se cumplieron cuarenta y dos años de la llegada de uno de los
personajes más sobrevalorados en la historia reciente de España. Un personaje
que se caracterizó toda su vida política por ser un veleta y que acabó
convirtiéndose en presidente del gobierno un 3 de julio de 1976, me estoy
refiriendo al ex presidente Adolfo Suárez González. Ya sé que escribir en
contra de Súarez hoy en día es casi un insulto, pero como yo suelo nadar en
contracorriente de lo políticamente correcto y de lo socialmente establecido,
por eso dedico esta entrada a este personaje que no ha sido más que la piedra
sobre la que se edificó el Régimen del 78 hace ahora cuarenta años.
Desde que dejara la presidencia después del golpe de estado de 1981, Suárez
ha sido catalogado por muchos como el mejor presidente en la historia reciente
de España. Un tipo que había conseguido lo imposible en 1978; Reconciliar a las
dos Españas y conducir a nuestro país hacia un sistema democrático después de
cuarenta años de dictadura franquista. Esa es por supuesto la versión oficial
que los medios de descomunicación recogen sobre el ex presidente del gobierno,
pero la realidad dista mucho de lo que durante estos años se nos ha venido
contando sobre el que fuera líder de la UCD.
Para empezar cabe añadir que Adolfo Suárez no fue otra cosa más en su
vida política que un veleta. Un tipo que durante el franquismo supo arrimarse
al único partido que existía entonces (Falange Española). Durante la dictadura
supo moverse bien hasta alcanzar el cargo de Gobernador Civil de Segovia, y de
ahí a la presidencia de RTVE. Podemos decir con esto que Suárez no era un
"Don nadie" durante el gobierno de Franco. Pero ahí no queda la cosa,
una vez instaurada la monarquía y bajo la presidencia de Arias Navarro, Suárez
es nombrado ni más ni menos que ministro-secretario general del Movimiento,
siendo por lo tanto quien de alguna forma lideraba el partido dentro del
gobierno de España. Resulta cuanto menos irónico que el partido que en su día
fundase una persona de principios como José Antonio Primo de Rivera acabase
siendo "Liderado" de alguna forma por un tipo sin principios como fue
el propio Suárez, el cual no dudó en traicionar los Principios del Movimiento
Nacional para desmontar el franquismo una vez llegado éste al gobierno.
Pues bien, tras los convulsos meses de gobierno de Arias Navarro y su
pésima relación con Juan Carlos I, el entonces "Campechano" monarca
decide nombrar a un tipo de 43 años, desconocido por todos y al que nadie daba
un duro por él como candidato a la presidencia en julio de 1976. Suárez, el
cual había comenzado a entablar una amistad personal con el rey desde su época
de gobernador civil de Segovia, conseguía por fin su máxima ambición, la cual
siempre dijo que le obsesionaba desde niño; Ser presidente del gobierno de
España. En lo que a mí respecta debo añadir que nunca me han gustado los tipos
que desde su niñez han creído que su destino era sí o sí gobernar su país.
Nunca me han gustado los que a sí mismos se denominan "Los elegidos"
para dirigir su nación. Suárez era uno de ellos, y también, por lo que cuenta,
Albert Rivera, aunque no sé si en este último caso debería de considerarse más
bien un chiste...
Volviendo al tema que nos ocupa, una vez que Suárez llega al gobierno
decide llevar a las cortes franquistas la ley para la Reforma Política, que no
era otra cosa que el conocido "Harakiri" al que los entonces
procuradores se someterían en noviembre de 1976, para la demolición controlada
del sistema franquista del que el mismo Suárez se había aprovechado. Tras esto
se dispone a entablar contactos clandestinos con los partidos de la oposición
(Por entonces, ilegales), en especial con Felipe González (Entonces
"Isidoro" para sus compis del "Clan de la tortilla") y
Santiago Carrillo (Ese "Buen hombre" que iba dando lecciones de
reconciliación mientras en su juventud se dedicó a firmar sentencias de muerte
a más de 2.000 personas). Es entonces cuando tras varias reuniones con
Carrillo, Suárez, tras haberles prometido a los altos mandos militares su
negativa rotunda a legalizar el Partido Comunista, decide llevar a cabo la
legalización de uno de los principales partidos que contribuyó y muy
activamente al desencadenamiento de la Guerra Civil en España. Tras esta
inesperada legalización producida el Sábado Santo de 1977, los altos mandos
militares se quejan ante Suárez de su falta de palabra, siendo en este caso los
militares los primeros en darse cuenta de los principios que caracterizaban al
nuevo presidente del gobierno.
Tras la legalización del PC y del resto de formaciones políticas se
convocan las primeras elecciones generales desde febrero de 1936. Es cuando
Suárez decide crear un engendro de coaliciones políticas en las que estarían
incluidos partidos socialdemócratas, centristas, conservadores, liberales, etc.
Esa coalición sería lo que todos conocemos como Union del Centro Democrático
(UCD). Para sorpresa de todos, Suárez pasa de la noche a la mañana de ser un
falangista a ser un centrista, llegando incluso a catalogarse a veces como
socialdemócrata. Toda una transformación política que contaría con el respaldo
del rey Juan Carlos, el cual llegó a pedir al Sha de Persia unos diez millones
de dólares para financiar a la recien creada UCD. Tras esto, se producen las
elecciones generales del 15 de junio de 1977, donde la UCD gana con mayoría
relativa. Suárez se mantiene en el poder y la izquierda ve frustrado su deseo
de volver al gobierno a la primera de cambio tras más de cuarenta años en la
oposición y en el exilio.
Después de las elecciones del 15-J, Suárez debe hacer frente a la
reapertura de los gobiernos catalán, vasco y gallego. Por ello, en 1977 acuerda
con el entonces presidente de la generalitat en el exilio, Josep Tarradellas,
la reapertura del gobierno catalán y la futura creación de la autonomía
catalana dentro de un futuro estado autonómico en España, que en realidad no
era otra cosa que la creación de un estado federal de facto que 40 años después
ha traido la división territorial, así como la fragmentación y la
desintegración de España. Tras abrir el melón del autogobierno en aquellas
regiones que desde entonces se consideraron "Históricas", Suárez abre
la puerta también a que todas las regiones españolas que así lo deseen puedan
tener también su propio autogobierno. Es lo que todos conocemos como la
creación del Reino de Taifas del Regímen del 78, el cual se vería perfectamente
resumido con la famosa frase atribuida a Suárez por aquel entonces; "Café
para todos".
Mientras esto sucedía, en el congreso de los diputados se debatía sobre
la redacción de la futura constitución que ya se estaba fraguando al margen del
pueblo español entre los distintos partidos políticos. En 1978, la crisis
económica obliga al gobierno de Suárez a adoptar medidas de ajustes. Unas medidas
de ajustes que supondrían el final de los derechos laborales aprobados durante
el franquismo y el comienzo de la aplicación de medidas neoliberales que
durante estos cuarenta años han perjudicado a la clase trabajadora en España.
Por cierto, cabe añadir que estos acuerdos fueron firmados entonces por el PSOE
y el PC, supongo que o bien los votantes de dichos partidos hicieron oídos
sordos a este acuerdo o bien aplaudían de forma consciente y masoquista unos
acuerdos que perjudicaban a la clase obrera que ellos decían representar.
Finalmente, y tras producirse estos acuerdos que pasarían a la historia como
"Los Pactos de la Moncloa", la constitución española finalmente ve la
luz y es aprobada en las cortes generales el 31 de octubre de 1978. Ahora ya
sólo quedaba que el pueblo español votase ignorante lo que el sistema les
estaba vendiendo como un producto de primera calidad y que después de cuatro
décadas se ha confirmado como el mayor timo y traición en la historia moderna
de España. Finalmente, el 6 de diciembre de 1978, la constitución española era
aprobada de forma mayoritaria por los españoles, siendo promulgada por el rey
Juan Carlos I y llevada al BOE el día de los inocentes (No se pudo escoger
mejor día para una estafa) de 1978; El Régimen del 78 había nacido, el fin de
España empezaba a ponerse en marcha.
Con la constitución española de 1978, los siete padres de ésta, así como
el gobierno de Suárez, se las maravillaron para mantener la monarquía borbónica
aún sin haber sido sometida ésta de forma directa a referéndum. El propio
Suárez reconocería en una entrevista en 1995 y publicada hace poco por "La
Secta" (No me he confundido de tecla) que su negativa a llevar a cabo un
referéndum en 1976, concretamente con la aprobación de la ley para la Reforma
Política, fue debido a las encuestas, las cuales daban como resultado una
derrota de la monarquía frente a la República. Otra prueba más del concepto y
de las ansias de democracia que tenía este buen hombre... También con la
constitución se crea oficialmente el mal llamado "Estado de las
autonomías", así como la descentralización política y la creación de una
burocracia administrativa y una oligarquía de partidos que cuarenta años
después permanece intacta a pesar de su demostrado fracaso.
Tras la aprobación y la entrada en vigor de la constitución, Suárez
convoca elecciones nuevamente para marzo de 1979. Es entonces cuando el rey
cree que el presidente del gobierno ya ha cumplido con su deber, y por lo tanto
no cree que deba presentarse nuevamente. Aun así, Suárez decide presentarse de
nuevo por UCD como candidato a la presidencia del gobierno. En estas elecciones
se produce un hecho bastante curioso, que no es otro que la posibilidad de que
el PSOE pudiese ganar esas elecciones. Todas las encuestas daban un empate
técnico entre UCD y PSOE. Es entonces cuando Suárez aparece en televisión poco
antes de la jornada de reflexión y lanza un mensaje a la sociedad alertando
sobre el peligro que acarrearía para España la llegada del PSOE de Felipe
González. El resultado de este discurso daría como resultado la victoria
nuevamente de UCD y una nueva derrota de los socialistas. Cabe añadir que en la
misma noche de la jornada electoral, se ha escrito que Felipe González rompió a
llorar cuando vio el resultado de esas elecciones, y que en ese mismo instante
tanto él como su séquito juraron acabar politicamente con Suárez. El
castellano-leonés no sabía que con ese polémico discurso y su posterior
victoria estaba escavando su propia tumba política. Había herido la moral del
PSOE, y ya sabemos cómo se las maravilla la izquierda y especialmente el PSOE
cuando se les hiere y se les deja en ridículo, algo que por otra parte tampoco
es difícil de lograr...
A partir de 1979 y 1980, la actividad terrorista de ETA se incrementaría
enormemente. Los atentados, secuestros y asesinatos eran diarios. Es entonces
cuando la izquierda y parte de la derecha, aprovechando la brutal escalada de
violencia decide aprovecharse de la situación y someter al propio Suárez ante
un acoso político sin precedentes. Los alarmantes datos del paro y la no
recuperación de la economía española perjudicarían aún más la grave situación.
La izquierda por su parte estaba ansiosa por alcanzar el poder fuese como
fuese, mientras que el rey dejaba a entrever de manera clara a todo aquel que
hablase con él su rechazo hacia el tipo que él mismo nombró como presidente
cuatro años antes. Suárez por su parte es sometido a un desgaste político y
personal sin precedentes y comienza a vislumbrar su declive político. En mayo de
1980, el PSOE presenta contra él una moción de censura, la cual no consigue
salir adelante, pero hunde aún más la imagen de un ya agónico Suárez.
A partir de la moción de censura, el rey y el PSOE comienzan a mover los
hilos en el verano y otoño de 1980 para echar, esta vez sí, a Suárez del
palacio de la Moncloa. El nombre de un general que había sido durante años
tutor del rey sale a la luz; Alfonso Armada. El hombre que tanto el monarca
como el PSOE bendicen para que encabece un gobierno de concentración que
saldría adelante en una nueva moción de censura presentada por el PSOE, la cual
contaría con el apoyo del Partido Comunista, la Alianza Popular de Manuel
Fraga, e incluso de diputados de la UCD, la cual se descomponía por momentos.
En septiembre de ese mismo año, Suárez presentaría una cuestión de confianza
ante el congreso, la cual saldría adelante por los pelos. Aún así y aunque
Suárez intenta resistir lo máximo posible, ve que todos le dan la espalda y que
ya no tiene a nadie en quién confiar. Todos, incluido el rey, a quien Suárez
siempre se avasalló y protegió con el objetivo de gozar siempre de la confianza
de su real amigo.
Finalmente, en enero de 1981 la situación se complica aún más y la
"Operación Armada" entra en su tramo final, por lo que el 29 de enero
de 1981 Suárez anuncia por televisión su dimisión como presidente del gobierno
y de la UCD, presentándose cuan actor ante las cámaras como una víctima y como
un caballero que antepone el bienestar de su país y su partido al suyo
personal. Tras este inesperado mensaje con el que nadie contaba y con el que
todavía se hacen comentarios sobre el verdadero motivo que llevó a Suárez a
tomar esta decisión, la UCD decide nombrar al vicepresidente segundo del
gobierno, Leopoldo Calvo Sotelo, como candidato a la presidencia del gobierno.
A partir de entonces se acelera simultaneamente la "Operación
Armada", la cual se produce el 23 de febrero de 1981 con la entrada del
teniente coronel de la Guardia Civil, Antonio Tejero, en el congreso de los
diputados mientras se votaba a Calvo Sotelo como nuevo presidente. Suárez,
todavía presidente del gobierno en funciones, se ensarza en una discusión con
los guardias civiles, cuyas imágenes quedarían grabadas en TVE. Posteriormente,
el todavía presidente sería conducido a una habitación durante varias horas, en
las que el propio afectado comentó en diversas ocasiones que el propio Tejero
le puso una pistola en la cabeza. Habría que ver, viendo la catadura moral de
Suárez, si esa escena transcurrió como él dijo o no. Finalmente, cuando el rey
ve que la situación se les ha ido de las manos decide dar marcha atrás y parar
el golpe que él mismo puso en marcha. Aún así, Armada decide por su parte
acudir al congreso y presentarse como candidato a la presidencia del gobierno.
Sólo la intervención de Tejero, el cual tras conversar con Armada a su llegada
al congreso y saber quiénes eran los miembros que compondrían el gobierno de
concentración (Miembros del PSOE, PC, AP, UCD...) decide impedir la entrada en
el hemiciclo del propio Armada, siendo finalmente el propio Tejero y no el rey
quien paraliza la intentona golpista, si es que esta operación pudiese ser
definida así. Finalmente, y tras el fallido golpe de estado, Calvo Sotelo es
nombrado presidente del gobierno y Adolfo Suárez abandona la Moncloa tras casi
cinco años al frente del gobierno de España.
Pero aquí no termina la historia de Suárez, el cual fue designado duque
por el rey tras abandonar la jefatura del gobierno. En su empeño por seguir sí
o sí en la política, sólo un año después decide abandonar la UCD y crear un
nuevo partido político; El Centro Democrático y Social (CDS), una especie de
partido centrista, liberal y socioliberal. Suárez, que empezaría su carrera
política como falangista, acabaría ésta como socioliberal tras haber pasado por
el centro político en la UCD. Después de diez años desde su dimisión como
presidente del gobierno, Suárez se convertiría en una especie de Albert Rivera
de los años 80, convirtiendo el CDS en un partido visagra, apoyando en pueblos,
ciudades, provincias y CCAA bien al PSOE, o bien a AP. Cabe decir que durante
finales de los años 80 y primeros de los 90, Suárez estuvo relacionado con el
Caso Banesto y Mario Conde, el cual llegó a darle durante su etapa como
presidente del famoso banco la escalofriante cifra de 300 millones de pesetas
al ex presidente del gobierno, algo que por supuesto el propio Suárez negaría
durante años y que la prensa se encargaría de restar importancia. Finalmente y
al ver frustradas sus esperanzas de volver a ocupar la jefatura del ejecutivo,
Suárez dimite en mayo de 1991 tras los estrepitosos resultados en las
elecciones municipales y autonómicas de ese mismo mes.
Esta es la historia política de un personaje (En todos los sentidos) de
la historia reciente de España. La historia de un hombre que algunos bautizan
como "Un hombre de estado", pero que yo considero que no fue más que
un veleta, un tipo sin principios, el cual traicionó los Principios del
Movimiento Nacional que él juró defender, sólo porque su ambición política le
llevaba a cambiarse de ideología como de chaqueta. Algunos lo ven como un
caballero que supo retirarse a tiempo. Yo lo veo como un tipo que jugó muy bien
sus cartas para seguir en la cumbre de la política durante toda su carrera.
Mucha gente lo ve como el presidente que trajo la democracia, la constitución y
las libertades a España. Yo lo considero como el tipo que trajo el Régimen del
78 junto al rey Juan Carlos, traicionó los principios que juró defender para su
superviviencia política, trajo un sistema político corrupto, y creó ese estado
territorial que ha traído la ruptura de España y su fin como nación tras más de
500 años de historia. No, no hay nada que agradecerle a Suárez, sino
reprocharle. Algunos dicen que hizo todo lo que estaba en su mano debido a las
difíciles circunstancias en las que le tocó dirigir el país. Yo creo firmemente
que hizo lo que creyó más conveniente para instaurar un sistema en el cual
tuviesen cabida todos los políticos independientemente de sus ideologías para
convertir la política y el Régimen del 78 en una red clientelar. Podemos decir
pues que Adolfo Suárez fue el padre de un sistema político corrupto, el cual se
encuentra en su etapa final, pero que antes de morir se llevará a España por
delante.