domingo, 1 de junio de 2025

Corrupción sistémica, catarsis inminente


En estos días en los que se cumplen siete años de la moción de censura de Pedro Sánchez contra Mariano Rajoy, la cual llevó al actual presidente a la Moncloa, las nuevas informaciones que han ido saliendo sobre la corrupción que asolan al PSOE, al gobierno y en especial al propio Sánchez no pueden ser más sorprendentes. Los audios y las informaciones que han ido saliendo estos días en los medios "El Mundo", "El Confidencial" y "The Objective" están relacionadas con una tal Leire Díez, periodista y ex concejala socialista próxima al círculo de Sánchez, la cual pide (siempre con la autorización del propio presidente y de su número dos en el PSOE, Santos Cerdán) a un empresario llamado Alejandro Hamlyn información perjudicial sobre uno de los jefes de la UCO encargado de investigar los casos de corrupción que acorralan al propio Sánchez (Caso Begoña, Koldo, Ábalos, David Sánchez). 

Pero antes de entrar de lleno en este asunto quiero hacer especial hincapie en una noticia y en un bulo extremadamente grave que desde el gobierno y desde sus medios afines están haciendo circular en las últimas horas, donde en una conversación de Whatssap fechada en junio de 2021 entre un excapitán de la UCO llamado Juan Vicente Bonilla y un empresario relacionado con una trama de hidrocarburos en la que estaría implicado, entre otros Víctor de Aldama, hablan acerca de las investigaciones que la UCO estaba ya realizando sobre Ábalos y los escándalos de corrupción que posteriormente han salido a la luz. En dicha conversación, el empresario le hace saber que gracias a la investigación (el tal Bonilla formaba parte de esa investigación de la UCO), acabarían otorgándole la Cruz Laureada de San Fernando. 

Es entonces cuando en esa conversación, Bonilla responde en tono irónico que o eso o quizás "una bomba lapa en los bajos" o "algún sicario venezolano", bromeando con la posibilidad de que el gobierno intentase eliminarlo antes de que las investigaciones fuesen a más. Una conversación sin más trascendencia que no estaría ahora mismo en todas las portadas sino fuera porque desde medios afines al gobierno han manipulado ahora esa conversación, haciendo creer que el mencionado capitán Bonilla estaría planeando asesinar a Pedro Sánchez con una bomba lapa en los bajos de su coche. Una manipulación por parte de los medios de la izquierda que el propio gobierno ha secundado, hasta el punto de salir varios ministros de Sánchez a acusar a este capitán, a la UCO y a la Guardia Civil de querer orquestar un intento de asesinato contra Sánchez. 

Pero aquí no acaba la historia, ya que el tal Bonilla resulta que trabaja actualmente en la consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid, de modo que desde el gobierno y desde el PSOE se está extendiendo estas graves acusaciones hacia Ayuso, Feijóo y la derecha española en general, ya que según indican los socialistas, el PP está manteniendo en puestos de responsabilidad pública a miembros que, según ellos, quieren asesinar al presidente del gobierno. Como se puede ver, el gobierno de Sánchez, el PSOE y la izquierda en general con sus medios afines van a por todas y no vacilan incluso a la hora de acusar falsamente a la Guardia Civil de querer matar a Pedro Sánchez y de extender esa falsa conspiración al PP y a toda la derecha política. 

Una acusaciones gravísimas y sin precedentes que veremos a ver cómo van a acabar. De momento, la Guardia Civil, Bonilla y todos los señalados tendrían que emitir un comunicado y defenderse de estas graves acusaciones, ya que el gobierno ha seguido insistiendo en esa falsa conspiración incluso cuando desde algunos medios de izquierdas, como La Sexta, ya habían reconocido el error de la publicación. Sin embargo, el gobierno sigue adelante en estos momentos con esa campaña y todo hace indicar que va a ir a más. 

Todo esto me lleva a preguntarme, ¿Qué será lo próximo? ¿Que el gobierno alegue que la Guardia Civil y parte de las Fuerzas Armadas están ultimando un golpe de Estado contra los socialistas? ¿Que ese hipotético golpe de estado debería ser respondido aplicando el estado de excepción o de sitio para blindar completamente al gobierno y que éste tome todas las medidas necesarias para perpetuarse en el poder, aunque eso suponga silenciar a los medios e ilegalizar a la oposición? Como se puede ver, la situación está empeorando por días y estamos hablando ya de una guerra abierta que el gobierno del PSOE le ha declarado a la Guardia Civil. Mucho cuidado con esto porque no sabemos cómo va a acabar. Quizás pase lo que pasa siempre, nada, o quizás esto sea el inicio de algo más grave. 

Dicho esto, me centro ahora en las informaciones que han ido apareciendo en estos días sobre los audios que implican a la ya mencionada, Leire Díez, y a otros individuos. Unos audios y unas informaciones en las que Díez, hablando siempre por boca del gobierno y del PSOE, pedía a sus interlocutores información perjudicial sobre uno de los jefes de la UCO encargado de las investigaciones sobre los casos de corrupción que acechan al PSOE. Todo con el objetivo de eliminar a este teniente coronel de la Guardia Civil (la UCO es una unidad perteneciente a este cuerpo) y de paso dinamitar a la propia UCO, con el objetivo de frenar todo intento de investigación de esta unidad contra las corruptelas del gobierno del PSOE. 

Además de esto, Leire Díez también hace comentarios en los audios indicando que lo mejor que podría pasar es que ese jefe de la UCO encargado de las investigaciones, llamado Antonio Balas, estuviese muerto. Por si fuera poco, Díez también ofreció sin éxito a varios medios de comunicación un íntimo video sexual de un fiscal anticorrupción llamado José Grinda, el cual según ella era colaborador en las investigaciones de la UCO y ha sido objeto de críticas por parte tanto del PSOE como de Junts, ya que en su momento se involucró para destapar el caso de corrupción que afectaba a los Pujol y a CIU con respecto al denominado caso del 3%. 

Pero aquí no acaba la cosa. En otra información que ha salido a la luz, la tal Leire hace comentarios que no dejan indiferente a nadie, pidiendo incluso a un comandante de la Guardia Civil imputado en el caso Koldo (Rubén Villalba) que Víctor de Aldama fuese silenciado a toda cosa, ya que según ella "bajo ningún concepto pueden salir determinadas informaciones". A cambio de esa ayuda, el gobierno, a través de la fiscalía,  protegería judicialmente, rehabilitaría y ascendería dentro de la Guardia Civil al imputado.

Las informaciones y audios, sobre todo uno de casi una hora que ha salido a la luz donde esta sujeta hace confesiones y comentarios de todo tipo, han abierto aún más la caja de pandora y ha delatado de nuevo al gobierno de Sánchez, el cual, según se desprende en los audios, estaría dispuesto a cargarse la UCO (la unidad de investigación de la Guardia Civil que investiga sus casos de corrupción) con tal de que no saliese publicada más información comprometedora contra Sánchez, el gobierno y el PSOE. 

Y aún hay más. En otro audio que ha salido a la luz, un sujeto llamado Javier Pérez Dolset, ha confirmado que todo el entramado de extorsión que está saliendo a la luz está compuesto por el propio Pedro Sánchez, Santos Cerdan y la ya mencionada Leire Díez. Ahora bien, ¿Quién cojones son Leire Díez y el tal Javier Pérez Dolset? Básicamente fontaneros del PSOE, cuyo propósito es el de limpiar la mierda que salpica al partido y al gobierno. 

El término "fontanero" es algo que surgió en la época de Nixon y el Watergate, lo cual no fue un paréntesis sino la creación de una red mafiosa que ha sido copiada en muchos otros países, incluyendo a España, donde los principales partidos tienen su propia red de "fontaneros", con el objetivo de salvaguardar los intereses del partido y/o del gobierno por todos los medios, incluidos los más despiadados. 

Esa red mafiosa es la que ha salido a la luz con estas informaciones aparecidas en los últimos días y que todo indica que es solo el inicio de algo mucho más grave que va a salir a la luz en los próximos días, semanas o meses. Lo que ha salido es pues un escándalo que salpica a las cloacas del Estado, pone en la diana a la UCO y a la Guardia Civil y sobre el que el gobierno solo ha hecho comentarios despóticos, insinuando de nuevo que se tratan de "bulos", "campañas de acoso y difamación" y "montajes de la extrema derecha". Lo denunciado en las últimas horas sobre las graves y falsas acusaciones contra la Guardia Civil y el falso intento de asesinato contra Sánchez es ya la guinda del pastel. 

¿Y qué ha dicho ante todo esto el presidente del gobierno? Nada. Pedro Sánchez sigue recluido en la Moncloa y todo hace indicar que su campaña de extorsión, calumnias, injurias, acoso e intimidación contra todo aquel que investigue sus casos de corrupción va a ir a más. Quien piense que Sánchez va a dimitir por estos escándalos o por muchos más que salgan a la luz, ya puede sentarse porque la espera puede ser larga. 

Ni Pedro Sánchez va a dimitir ni esto va a ser, por desgracia, el final de su gobierno. Los socialistas ya van a calzón quitado y si mañana toman medidas para desmantelar la UCO y la Guardia Civil, amordazar a los medios no afines al PSOE y neutralizar el Poder Judicial, lo harán sin lugar a dudas. Ya lo estamos viendo con las graves acusaciones vertidas hoy por parte del gobierno contra la Guardia Civil y el falso intento de asesinato contra Sánchez. La situación en estos momentos es bastante grave. Una situación que, salvando todas las distancias, a mí me recuerda en cierta forma a la de 1995, cuando Felipe González estaba ya acorralado por la corrupción y se vio obligado a adelantar las elecciones generales en 1996. 

Pero ¿Cuál es la diferencia? Que Felipe González, a pesar de la falta de escrúpulos y todo el poder que tenía, nunca llegó hasta estos límites a los que sí ha llegado Pedro Sánchez. González en 1995 tenía ya cincuenta y tres años (curiosamente los mismos que Sánchez ahora) pero llevaba ya trece largos años gobernando. Sánchez, por el contrario, lleva siete y su sed de poder aún no se ha saciado, a pesar de llevar ya los mismos años de gobierno que Aznar, Rajoy e incluso su mentor Zapatero. 

Personalmente, estoy convencido de que todo esto, a pesar de su gravedad, no va a hacer caer al gobierno. Hace solo unas semanas, se destapó un nuevo escándalo, esta vez con respecto a José Luis Ábalos, cuyo entorno, o él mismo, habrían filtrado a la prensa whatssaps en los que, según apareció reflejado en los medios, Sánchez le trasladaba a Ábalos su apoyo cuando comenzaron a salir en 2021 casos de corrupción que afectaban al ex ministro de Industria.

Posteriormente salieron a la luz más whatssaps pero sin ningún contenido relevante, ya que lo único que aparecían en dichos mensajes eran descalificativos de Sánchez y Ábalos contra Pablo Iglesias (a quien Sánchez llama "maltratador") y Margarita Robles (a la cual Sánchez define como "pájara"). Estos mensajes parecen ser un aviso de Ábalos al propio Sánchez para que éste lo proteja judicialmente sino quiere ver publicadas conversaciones más graves. En definitiva, unas filtraciones que, por supuesto, no tienen ni punto de comparación ni de relevancia con lo que ha salido en estos últimos días. 

Y ante todo esto, ¿Qué hace la oposición y en especial el PP? Salir hace un par de días Alberto Núñez Feijóo en rueda de prensa de forma solemne para convocar una manifestación para el próximo 8 de junio con el objetivo de exigir la dimisión de Sánchez. Una rueda de prensa que, en otro contexto, como broma estaría bien, pero en unas circunstancias tan graves como las actuales es un insulto a la inteligencia e incluso a la torpeza. Que este sujeto exija a los ciudadanos que salgan a la calle para algo que obviamente no va a ocurrir, como en este caso es la dimisión de Sánchez, demuestra que el cinismo y la caradura de Feijóo no tiene nada que envidiar a la del presidente del gobierno. 

¿Acaso una manifestación va a provocar un cambio de gobierno? ¿Desde cuándo tiene consecuencias las manifestaciones que se han convocado en España? Jamás. Y lo dice uno que en 1997, con cinco años, acudió con su familia (yo no sabía muy bien en aquel entonces de qué iba el asunto) a las manifestaciones tras el asesinato de Miguel Ángel Blanco. Un momento que se me quedó marcado al ver la marea humana que salió a las calles en repulsa contra ese asesinato, en contra del terrorismo etarra y en favor de la paz en España. 

¿Tuvo consecuencias aquellas manifestaciones históricas? Por desgracia, ninguna. ETA siguió asesinando, al año siguiente el PNV firmó con Batasuna el Pacto de Estella y Aznar primero y posteriormente Zapatero, negociaron con la banda terrorista. A día de hoy, ETA, gracias a aquel denominado "proceso de paz" con Zapatero, está hoy en las instituciones y es uno de los principales socios del actual gobierno del PSOE de Sánchez. 

¿De qué sirven pues tantas manifestaciones si luego los políticos se burlan de la sociedad y la traicionan mientras la pisotean sin la menor vacilación? Feijóo no debe de exigir a la población nada. Las circunstancias ya no exigen manifestaciones, sino una moción de censura. Porque es competencia suya y solo suya presentar dicha moción de censura, con independencia de que los números den o no. En cada periodo de sesiones, el PP está en la obligación de presentarla. Y que los socios del gobierno (etarras, independentistas, podemitas/sumaristas, nacionalistas, etc) se retraten una y otra vez. Y además de todo esto, exigir día tras día la dimisión de Sánchez.

Si Feijóo piensa que con una manifestación Sánchez va a claudicar, es más cínico de lo que pienso, que ya es bastante. Por otro lado, ¿De qué sirve convocar a los españoles a las calles si luego el propio Feijóo pacta cualquier asunto con Sánchez al día siguiente sin dudarlo un momento? Lo de Feijóo es, al igual que lo que lleva haciendo Sánchez y todos los ex presidentes del gobierno de España desde 1977 hasta la fecha, una tomadura de pelo y un insulto constante a los ciudadanos. 

Ya he dicho, y lo reitero de nuevo, que no creo en absoluto que el PSOE ni Sánchez vayan a caer. Sus socios le tienen asegurado el apoyo hasta 2027, aunque no haya presupuestos y el país esté bloqueado hasta dentro de dos años. ¿Qué más da la corrupción, los escándalos y el bloqueo, verdad? Los etarras y los independentistas pensarán "mientras nosotros consigamos nuestros propósitos gracias a éste (Sánchez), que le den por culo a todo lo demás". Algo normal viniendo de asesinos y secesionistas que odian a España y no dudan en asfixiarla con la complicidad de este gobierno traidor y criminal. 

Pero volviendo a lo de antes, la pregunta es, si Sánchez y el PSOE cayesen (vía dimisión, vía moción de censura, vía elecciones anticipadas) ¿Qué cambiaría en España? absolutamente nada, y más si tenemos en cuenta que Feijóo no tienen ningún interes en derogar lo que el sanchismo ha realizado a lo largo de estos siete años. El PP no es ninguna alternativa (tampoco lo es VOX) a la hegemonía extremista, polarizadora y sectaria de la izquierda liderada por el PSOE y sus socios. Esto mismo lo escribí en mi última entrada acerca del papel fundamental que desempeña el PSOE en el actual régimen del 78 con la complicidad de la denominada "derecha" y lo vuelvo a decir en esta entrada. 

Puede que Sánchez caiga o puede que no, ya no sé ni qué pensar en estos momentos. Pero si el PSOE cae, que nadie dude de que la izquierda se reorganizará de nuevo y de forma más peligrosa ante un hipotético y débil gobierno del PP liderado por Feijóo. Veremos a ver cómo acaba todo esto, aunque ya hay voces que apuntan a que lo peor no ha llegado, y que próximamente veremos cosas mucho peores que las que están saliendo. Siendo así, y con independencia de que el PP no cambie absolutamente nada de lo realizado por el PSOE, España no puede aguantar esta agonía con este gobierno de aquí a 2027. 

O Pedro Sánchez cae como muy tarde el año que viene, o las consecuencias de sostener a este gobierno por parte de sus socios a base de concesiones cada vez más extremas, nos llevarán al colapso absoluto cuando acabe la legislatura. Si Sánchez no se va, como es de esperar en él, y Feijóo no mueve ficha para actuar ya, la situación de crisis sistémica que vivimos ahora no será nada comparado con lo que viviremos desde ahora hasta 2027. 

Lo que ha salido a la luz ahora es un escándalo aparte, el cual no afecta solo a Sánchez, ni a su familia ni al PSOE, sino a las denominadas cloacas del Estado (los fontaneros del PSOE) e incluso a la Guardia Civil, al querer el gobierno dinamitar a cualquier precio a la UCO y con ello al propio cuerpo. Aquí entramos pues en un terreno más peligroso donde puede ocurrir cualquier cosa, ya que hablamos incluso de falsas acusaciones provenientes del PSOE acerca de un inexistente intento de asesinato contra Sánchez orquestado por miembros de la Guardia Civil. La situación es bastante grave y si nadie hace nada, como hace unos días aconsejó Aznar, aquí pueden salir mal parados no solo el PSOE sino el PP y todo el aparato del Estado. Conviene recordar que Sánchez nunca se rendirá, y si cae, antes se llevará a todos por delante, sea quien sea. 

Todo hace indicar que la situación va a empeorar y solo es cuestión de días, semanas o meses que veamos el desenlace de todo esto. ¿Cuál será ese desenlace? Eso es lo que ya no sé, aunque estoy seguro de que algunos ya han diseñado y pactado la hoja de ruta y saben más de lo que los medios ya han publicado. Y no solo eso, sino que estoy convencido de que esos mismos tienen conocimiento además de cuál será ese desenlace. Esto último son, obviamente, conjeturas mías, pero lo que es seguro es que hemos entrado ya en un escenario turbio que a mí personalmente me recuerda demasiado al de 1995, cuando González estaba ya en las últimas y a los escándalos de los GAL, Filesa, Roldán, Mariano Rubio, etc, se le sumó las escuchas ilegales del CESID. 

Al año siguiente, en 1996, González dejó el poder en manos de un Aznar que luego no hizo nada por colaborar con la Justicia a la hora de desclasificar los documentos que implicaban a González en los GAL. ¿Acabará treinta años después la historia de la misma manera? ¿Con Sánchez fuera del poder en unos meses y con Feijóo encubriéndolo posteriormente desde Moncloa para "proteger la seguridad nacional"? ¿O acabará con Sánchez atrincherado en el poder, aunque eso suponga el colapso del sistema? Habrá que esperar a ver qué pasa, pero todo hace indicar que estamos ante una catarsis inminente cuyas consecuencias no sabemos aún la magnitud que tendrán. 

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