En 1972 se estrenó la primera parte de una de las sagas más míticas de la historia de Hollywood: "El Padrino". Aquella trilogía se basaba en las luchas de poder que rodeaban a la mafiosa familia de los Corleone y sus rivalidades con otras familias de la misma camorra. Aquel mismo año nació un sujeto llamado Pedro Sánchez Pérez-Castejón, quien cuarenta y dos años después se convertiría en secretario general del PSOE y cuatro años después en presidente del gobierno de España.
Por otro lado, hace unos años, Máxim Huerta, quien fuera ministro de Cultura en el primer gobierno de Sánchez, reveló que cuando fue a Moncloa a presentarle su dimisión a Sánchez tras haberse descubierto que había estafado a Hacienda (empezamos bien, y solo fue la primera semana del gobierno de Sánchez), el nuevo presidente lo recibió en su recién inaugurado despacho mientras le preguntaba en un tono reflexivo a su hasta entonces ministro de qué forma creía él que iba a pasar a la historia su presidencia.
Pues bien, siete años después de aquellas reflexiones de Sánchez (las cuales demuestran que estaba ya más preocupado de su grandeza y de su posición en la historia que de gobernar) se puede confirmar que su presidencia pasará a la historia como la del jefe de un crimen organizado. Un Vito Corleone a la española, cuya obsesión por mantenerse en el poder a cualquier precio superaría cualquier escena de la que se hubiese visto en la ya comentada trilogía de "El Padrino".
Y esta confirmación se debe a que hoy se ha hecho público el informe de la UCO sobre Santos Cerdán, hasta hoy secretario de Organización del PSOE. En dicho informe se detalla que Cerdán orquestó una trama criminal desde la llegada de Pedro Sánchez a la secretaría general del PSOE en 2014 (su primera llegada). Dicha trama consistía, según la UCO, en un enriquecimiento ílicito a base de comisiones junto a su predecesor en la secretaría de Organización en el PSOE, José Luis Ábalos, y la mano derecha de éste último, Koldo García. Dichas comisiones se realizaban vía cobro a empresas a cambio de amaños en adjudicaciones públicas. Una red mafiosa que tuvo su origen en Navarra y que, tras la llegada del PSOE al gobierno en 2018, se extendió a toda España.
Además de esto, en el informe de la UCO se hace mención a cómo Cerdán habría ordenado a Koldo García en 2014 que amañase las votaciones de las primarias a la secretaría general del PSOE a las que se presentó y ganó Pedro Sánchez. Y por si esto no fuese poco, la UCO además ha recogido en su informe mensajes del propio Koldo García donde se vislumbra que el PSOE se ha venido financiando irregularmente gracias a la red de tráfico que Cerdán y compañía venían operando desde 2014. Esto último abre las puertas a una futura investigación por parte de la UCO, esta vez sobre una financiación irregular por parte del PSOE dentro de esta trama de corrupción. El denominado caso Koldo, caso Ábalos o caso Cerdán ha pasado pues a ser oficialmente caso PSOE.
Tras esta publicación por parte de la UCO, Cerdán ha anunciado este mediodía su dimisión de todos sus cargos (incluyendo la secretaría de Organización del PSOE y su cargo de diputado). Una vez anunciada su dimisión, Sánchez se ha dirigido hasta Ferraz para "pedir perdón" a la ciudadanía y anunciar una auditoría externa de las cuentas del partido. Unas cuentas en las que, obviamente, no se observará nada raro, ya que el dinero que ha ido circulando en estos años era dinero negro.
Se puede decir pues que Pedro Sánchez vuelve a tomar por gilipollas a la población al realizar unas falsas e hipócritas disculpas que ni él se cree, mientras ha asegurado con rostro serio que hasta hoy no conocía ni el informe de la UCO ni lo realizado por su secretario de Organización en todos estos años, además de afirmar que nunca debió confiar en Cerdán. El mismo Santos Cerdán que ha estado en su equipo más cercano desde su llegada a Ferraz hace once años y al que hasta ayer mismo el propio presidente y el PSOE han respaldado frente a "los bulos de la extrema derecha".
Seamos serios. ¿Acaso alguien con un mínimo de consideración puede creerse que dos secretarios de Organización consecutivos del PSOE han urdido una trama criminal en toda España durante once años sin el conocimiento del denominado "número 1"? ¿Acaso alguien puede llegar a creerse a estas alturas que Sánchez no era consciente e incluso partícipe de esta trama delictiva? El mismo Sánchez que tiene en estos momentos imputado a su fiscal general del Estado por las órdenes que éste recibía de Moncloa, así como a su mujer y a su hermano, acusados ambos de tráfico de influencias. ¿A ese Sánchez va a creerse la población?
Las declaraciones del presidente del gobierno se las creerán, como es obvio, sus palmeros y sus votantes, simpatizantes y militantes sectarios y extremistas. El resto de la población sabemos, por razones obvias, que todo forma parte de una trama criminal a escala nacional donde el todavía jefe del gobierno y líder del PSOE es el padrino de esa organización mafiosa y criminal. Una trama cuyos secretos se van desvelando por días y que todo indica que podría ser, o no, la antesala de un final de ciclo del PSOE en el gobierno de España.
De momento, en la comparecencia de hoy, Sánchez ha asegurado que asume toda la responsabilidad a la hora de confiar en Cerdán. Eso sí, descartando por completo que esa responsabilidad vaya a ir unida a una dimisión de sus cargos tanto en la presidencia del gobierno como en la secretaría general del PSOE. "Esto no se trata de mí" ha dicho Sánchez, cuando se le ha preguntado si tenía previsto dimitir o convocar elecciones generales. Unas elecciones en las que el todavía presidente ha asegurado de forma convincente que se celebrarán en 2027 y que además él será el candidato socialista a la Moncloa para gobernar, como mínimo, hasta 2031.
Como se puede ver, Sánchez está más decidido que nunca a resistir y a encerrarse en lo que algunos ya han denominado "Bunker de la Moncloa". Ni asume ninguna responsabilidad, ni dimite ni convoca elecciones generales, ya que, según él, esto se trata de un caso de corrupción que afecta al PSOE, no al gobierno. Una afirmación que es mentira, ya que hay varios ministerios implicados en la trama dirigida por Cerdán, Ábalos, Koldo, etc. Y además, incluso aunque fuese cierta (que no lo es), en 2018 se presentó una moción de censura contra el PP de Mariano Rajoy tras la sentencia por el caso Gürtel.
Un caso de corrupción que afectaba de lleno al PP como organización política, no al propio gobierno del PP. Si en 2018 se presentó, y de forma justificada en aquel momento, esa moción de censura contra Rajoy, ¿Qué más se necesita para presentar, esta vez por parte de Feijóo, una moción de censura contra Sánchez por escándalos de corrupción mil veces peores que los que provocaron la salida de los populares de la Moncloa hace siete años? ¿Acaso la corrupción del PSOE es permisiva, con indiferencia de la gravedad de sus escándalos y las del PP son imperdonables aunque sea un escándalo de tres al cuarto? Todo hace indicar que sí.
Y el primero que alimenta esa teoría es el propio Alberto Núñez Feijóo, el cual ha asegurado, tras la comparecencia de Sánchez desde Ferraz, que el presidente del gobierno debe convocar elecciones de inmediato. Todo ello tras enumerar los escándalos de corrupción que acechan a Sánchez, a su partido y a su entorno familiar. Pues bien, puesto que todos estamos de acuerdo en que estamos ante uno de los mayores escándalos de corrupción vividos en España, ¿A qué espera Feijóo para presentar dicha moción de censura? De nada me sirve la excusa barata de "no dan los números".
Cuando el país asiste diariamente ante una degradación sin precedentes de las instituciones en medio de un sinfín de escándalos de corrupción, la oposición tiene, no el derecho, sino la obligación de presentar dicha moción de censura, aunque fracase. El problema es que estamos ante un líder de la oposición sin carisma, igual que sucedió hace treinta años con José María Aznar y cuyo paralelismo ya escribí, junto a otras similitudes, en mi última entrada "1995/2025: la historia se repite".
La actitud cobarde de Aznar de no presentar una moción de censura en 1995 ante los escándalos que sacudieron el sistema durante los últimos años del felipismo se repiten ahora con Feijóo al no dar un paso al frente en medio de esta escalada de decadencia absoluta del sistema de 1978. Todo ello demuestra que el problema ya no es solo de cobardía personal y/o política, sino de una decadencia absoluta del sistema político nacido en 1978, el cual se extiende sin excepción a todas las instituciones y partidos políticos.
Si Feijóo no tiene la decencia ni la altura de miras (que por supuesto no las tiene) de dar un paso al frente y cumplir con su obligación como líder de la oposición de intentar desalojar al PSOE de la Moncloa, aunque fracase en el intento, será cómplice de todo lo que está por venir a partir de ahora. No son pocas las voces que aseguran que esto (el caso Leire, ocurrido hace una semana, y el informe de hoy de la UCO sobre Cerdán) es solo el principio de escándalos mucho peores y graves que pueden llevarse por delante a todos, no solo a Sánchez.
El escándalo de las saunas de homosexuales dirigidas por el suegro de Sánchez, donde parece ser (según los testimonios de algunos periodistas) que la familia política del todavía presidente extorsionó a través de grabaciones a políticos, jueces, periodistas, etc, que eran clientes fijos de esas saunas a cambio de que éstos apoyasen la carrera política del propio Sánchez, podría llevarse por delante al sistema y a individuos que en estos momentos están rezando para que esas grabaciones (las cuales ya rondan por ahí) no salgan a la luz.
Feijóo será pues el corresponsable de mantener en la Moncloa a Sánchez si éste decide mantenerse a toda costa en la Moncloa, incluso cuando salgan a la luz audios del propio presidente, los cuales ya se están avisando de que van a hacerse públicos más pronto que tarde. Allá pues Feijóo con su conciencia (si es que la tiene, lo cual dudo), pero si en algún momento llega a la Moncloa, será como consecuencia de la caída del propio Sánchez y no de la ilusión que despierta el actual líder del PP en la sociedad, la cual es cero.
De lo que haga Pedro Sánchez a partir de ahora, todo escenario es posible, salvo su salida, claro está. Si después de esto y su negativa acérrima a dimitir vienen, como ya muchos están avisando, audios e informes mucho peores que esta vez sí pondrían a Sánchez en el centro de la diana y éste siguiese empeñado a no abandonar el poder, España entrará dentro de unas semanas o meses en una crisis sistémica sin precedentes, peor aún que la vivida durante la última legislatura de Felipe González. Entonces el sistema se resintió pero siguió adelante. En estas circunstancias y en el contexto actual que atraviesa España, dudo mucho que el sistema sobreviviese, aunque todo es posible.
Como dijo un sujeto hace diez años "si usted sigue siendo presidente del gobierno, el coste para nuestra democracia y para la institución que usted quiere representar es enorme; porque el presidente del gobierno tiene que ser una persona decente, y usted no lo es". Ese sujeto se llamaba Pedro Sánchez y se lo dijo al entonces presidente del gobierno, Mariano Rajoy. Ante aquella afirmación, Rajoy le respondió con una frase igualmente aplicable a la actualidad: "la afirmación que ha hecho usted hoy aquí le va a perseguir toda su vida".
Aquel ya famoso y tenso encontronazo tuvo lugar durante el polémico debate electoral de las elecciones generales de 2015. Supongo que Rajoy, como presidente del gobierno que era en aquel entonces, tenía ya información de primera mano sobre Sánchez y su entorno, y sabía que si el entonces líder de la oposición lo sucedería algún día en la presidencia del gobierno, aquellas declaraciones se volverían en su contra en el futuro, como así está ocurriendo en estos momentos.
Dicho esto, si Sánchez se niega a dimitir y tampoco acepta un adelanto electoral, mientras Feijóo se niega a presentar una moción de censura y los socios de Sánchez no le retiran su apoyo, el punto de origen vuelve a Sánchez, que es quien tiene la sartén por el mango. Y es que no hay que ser vidente para determinar que con un presidente sin escrúpulos aferrándose al poder a toda costa, un líder de la oposición sin cojones para presentarse como alternativa y unos socios cómplices de la corrupción socialista, el panorama que se avecina a nivel nacional, en lo político e institucional, será de todo menos tranquilo.
De momento la UCO ya ha solicitado autorización judicial para registrar la Moncloa, y todo hace indicar que esto es solo el comienzo de lo que está por venir. Si finalmente lo consiguen, estaremos ante otro suceso sin precedentes: la sede de la presidencia del gobierno siendo registrada por la UCO y los documentos de Moncloa siendo incautados por la Guardia Civil. Por cierto, esa misma Guardia Civil a la que los ministros del PSOE acusaron falsamente hace unos días de urdir una conspiración para asesinar a Sánchez. Una gravísima acusación, vomitiva y miserable, a la altura de sus acusadores.
Con lo ocurrido hoy la cuestión ya no es solo cuándo se irá Sánchez, sino cómo. Y si en 2014 Sánchez entró, como hoy ha confirmado la UCO, a través de unas primarias amañadas (una información a la que Sánchez, con todo el cinismo del mundo, no ha dado gran importancia en la comparecencia de hoy) y el 1 de octubre de 2016 (el día de su expulsión como líder del PSOE) fue pillado metiendo papeletas con su nombre tras una cortina, todo hace indicar que su salida del gobierno, si se produce finalmente, estará protagonizada por los amaños, los trapos sucios, las amenazas, la corrupción, los escándalos y mil cosas más que se nos helarán la sangre.
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