El día de hoy ha sido un día histórico en la isla de Cuba; El hasta hoy presidente del consejo de ministros, Raúl Castro, ha abandonado su cargo de manera voluntaria después de 12 años en el cargo y ha cedido la jefatura del estado y del gobierno a su vicepresidente, Miguel Díaz-Canel, el cual se ha convertido en el primer presidente cubano no perteneciente a la familia Castro desde que en 1959 se produjese la Revolución comunista cubana. Comienza pues, o no, un nuevo periodo en Cuba donde algunos ven en la llegada de Díaz-Canel un tiempo nuevo que se abre dentro de la política cubana, mientras que otros ven simplemente la llegada de un títere cuya presidencia estará marcada por las directrices que desde el partido comunista reciba por parte de Castro, el cual seguirá siendo hasta 2021 el primer secretario del partido.
En lo que respecta al nuevo presidente poco o nada tengo que decir de él, puesto que no sé por dónde podrá tirar. En lo que respecta al presidente saliente se puede decir varias cosas. Raúl Castro ha ejercido una presidencia siguiendo la línea de su hermano Fidel, aunque ha llevado a cabo pequeñas reformas internas dentro de Cuba tanto en cuestiones sociales, como económicas, así como un pequeño acercamiento en las relaciones con EEUU durante la presidencia de Obama. Unas relaciones que ahora vuelven a estar enfriadas por la llegada de Trump. En definitiva, una presidencia con tímidas reformas dentro de la férrea y autoritaria política comunista puesta en marcha en enero de 1959 por Fidel Castro. Una política cuyo legado es hoy el de una Cuba pobre y atrasada e inmersa en una grave crisis económica. En resumen, un legado de fracaso y miseria el que hoy ha dejado Raúl Castro y que cierra un periodo de cerca de sesenta años en los cuales esta familia ha ejercido el poder de forma absolutista y hereditaria cuan familia real se tratase.
Después de décadas de enfrentamientos entre la Habana y Washington, intentos de derrocamiento, e incluso intentos de asesinato contra Fidel durante la Guerra Fría, el menor de los Castro abandona la presidencia cubana tras la muerte de su hermano hace tan sólo un año y medio, lo cual supone un éxito particular por parte de los Castro frente a la élite norteamericana. Ahora, después de este traspaso de poderes que personalmente creo que no supondrá un punto y aparte en la política de la isla, llega el momento de Díaz-Canel, un personaje de una generación completamente distinta a la de Fidel y Raúl (Nació justo un año después de la implantación del comunismo en Cuba en 1959), el cual dentro de poco despejará las dudas acerca de su autonomía en la toma de decisiones y su capacidad para llevar a buen puerto a una Cuba víctima del sistema político y económico que su propio partido ha llevado a cabo durante casi sesenta años.
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