martes, 24 de junio de 2025

Un atentado imperdonable


Nunca pensé que fuese a escribir una entrada como la que voy a escribir esta noche. En estos doce años de blog he escrito de política, de religión, de sentimientos, de lo sobrenatural, de televisión, etc, pero nunca de un tema como el siguiente: la restauración de una imagen religiosa de gran relevancia aquí en Sevilla, en España y parte del extranjero: la Esperanza Macarena. Una imagen que ha sido objeto de una restauración irresponsable cuyo resultado ha sido un fiasco sin precedentes en la historia de la Semana Santa de Sevilla y en la historia reciente de la capital andaluza. 

Como sevillano que soy, he escrito en el pasado, cuando mis creencias religiosas eran otras, de la propia Semana Santa y de la forma en la que vivía, sentía y entendía la fe cristiana en esa semana. Hace ya años que no escribo sobre cuestiones cofrades, pero creo que la relevancia y la gravedad de lo que ha ocurrido en la Hermandad de la Macarena y en cómo esa restauración ha levantado una polvareda sin precedentes no solo en el mundo cofrade, sino en la propia ciudad de Sevilla, de la cual se ha hecho eco la prensa nacional e incluso internacional, bien merece que haga un par de comentarios con respecto a este tema que sin duda han marcado un antes y un después en el mundo cofrade sevillano. Aviso desde ya que no tengo ningún conocimiento sobre el mundo del arte y que todo lo que voy a escribir se basa en lo que he visto, oído y leído desde el pasado sábado hasta la fecha.

En noviembre del pasado año se anunció, por parte de la Hermandad de la Macarena, la decisión por parte de la Junta de Gobierno de la Hermandad, de intervenir a sus tres titulares, el Señor de la Sentencia, la Esperanza Macarena y la Virgen del Rosario (esta última, imagen de Gloria que procesiona en el mes de octubre por el barrio macareno). Se anunció que la intervención de mantenimiento (la de la Virgen en este caso) sería de unos tres días aproximadamente y que dicha intervención se realizaría por parte del especialista en restauración, Francisco Arquillo. Hasta ahí, ningún problema.

El problema viene cuando en primer lugar se retira del culto para proceder a la intervención de mantenimiento a la imagen de la Virgen del Rosario, la cual vuelve en perfectas condiciones tras ser sometida a un proceso de limpieza de la talla. Acto seguido, lo mismo ocurre con el Señor de la Sentencia, el cual vuelve en perfectas condiciones a la Basílica tras ser igualmente sometido a otro proceso de limpieza. Es entonces cuando hace poco más de una semana se produce la retirada de la Esperanza Macarena, con el mismo fin. 

La Virgen permanece durante cinco días en los talleres de Arquillo y el pasado sábado fue repuesta al culto en su Basílica. ¿Qué sucede entonces? Que el aspecto de la Macarena había cambiado por completo. Sus ojos habían perdido esa mirada tan característica que siempre ha marcado a la Esperanza Macarena; sus rasgos y su rostro no se correspondían con los de antes; su nariz y su cuello eran distintos e incluso sus pómulos y boca eran diferentes a los de toda la vida. Cuando la Virgen fue repuesta al culto la mañana del sábado, a los pocos minutos las redes comenzaron a llenarse de mensajes unánimes: "¿Qué han hecho con la Macarena?". La Macarena había desaparecido tal y como la habíamos conocido los sevillanos y el resto de sus devotos a nivel nacional e internacional. 

La propia Hermandad era consciente del cambio tan abismal que había sufrido la imagen que cuando publicó en las redes sociales las primeras imágenes tras las labores de mantenimiento, solo se atrevieron a publicar desde sus cuentas oficiales fotografías de la Virgen de perfil y no de frente. Ante este revuelo inmediato que dejó en shock a la ciudad y la indignación social de los sevillanos al ver cómo algunos habían hecho "desaparecer" a la Macarena, la Junta de Gobierno decide cerrar la Basílica una hora antes de lo previsto para realizar una nueva intervención a la Virgen por parte de Arquillo, en este caso con el objetivo de modificarle las pestañas a la titular, ya que, según aseguraban algunos, la raíz del problema estaba en el cambio que había sufrido la imagen al serle colocadas unas nuevas pestañas de un tamaño mayor al que poseía hasta antes de la intervención. 

Llega la tarde del sábado y la Virgen, efectivamente, ya había sido modificada nuevamente al serle añadidas unas pestañas de un tamaño más reducido. Sin embargo el problema, como algunos aseguraban, no eran solamente las pestañas. Había algo más y no se estaba contando la verdad a la gente. El rostro de la Macarena seguía sin ser el de Ella y muchos comenzaron a sospechar que había habido un "cambiazo" y que la imagen que en ese momento se encontraba en el altar de la Basílica no era la Macarena sino una copia de la misma. 

Aquí no acaba la historia, ya que cuando llega la noche del sábado al domingo se produce una nueva intervención (la segunda en menos de 24 horas y la tercera en menos de una semana). Cuando llegamos al domingo vimos una nueva imagen de la Macarena, la cual recuperaba en gran parte el rostro de siempre, pero que sin embargo no terminaba de ser al 100% la Macarena que los devotos tanto en Sevilla como en el resto de España y el mundo estaban acostumbrados a ver siempre. 

A pesar de recuperar solo en parte su esencia, los ojos de la imagen no eran, ni mucho menos, los ojos característicos y expresivos que la Macarena poseía. Unos párpados más caídos y una mirada más triste confirmaban que algo más que unas simples labores de mantenimiento era lo que se le había hecho a la imagen. Uno de las elementos que más llamaron la atención, y que de hecho se esperaba que sí se realizase en los talleres de Arquillo, fue el proceso de conservación y limpieza de la imagen. Ese era uno de los principales motivos por los que la Macarena iba a ser retirada del culto, al igual que los otros dos titulares. 

La oscuridad del rostro de la Virgen como consecuencia del humo de las velas durante años había hecho mella en la imagen, y era de esperar que cuando fuese retirada se hiciese una limpieza del rostro de la Esperanza Macarena, siempre respetando su esencia y su perfil original. En la mañana del sábado se confirma que esa limpieza se ha pruducido, pero como he dicho anteriormente, algo más se había hecho y no se había hecho público. 

Pues bien, en la mañana del domingo, el rostro de la Macarena fue intervenido por tercera vez. Pero esta vez sin contar con la presencia de Arquillo, sino con la intervención de un restaurador y un imaginero, llamados Carlos Peñuela Jordán y Esteban Sánchez Rosado. Se le había realizado una policromía a la Virgen para añadirle capas de oscuridad con el fin de devolverla a su estado original, algo que es surrealista por completo, ya que se retira del culto a la imagen para labores de conservación y limpieza y termina siendo intervenida para añadirle superficialmente la oscuridad por la que había sido intervenida en un principio. ¿Esto cómo se come? 

Pues ni aún así muchos macarenos quedaron satisfechos con el resultado. Otros salieron algo más convencidos, y la gran mayoría salieron con una mezcla de alivio por ver recuperada parcialmente la esencia del rostro de la Virgen y con preocupación, tristeza e indignación porque seguían sin ver al 100% la imagen auténtica de la Macarena después de tantas e irresponsables intervenciones. 

Tras esto llegamos al día de ayer, lunes, donde los hermanos de la Macarena convocaron una manifestación a las puertas de la Basílica para exigir responsabilidades a la Junta de Gobierno y exigir a su vez que se tomaran las medidas necesarias para llevar a la Virgen a las instituciones oportunas para que se le hiciese un análisis en condiciones y proceder posteriormente a una intervención seria, cuidadosa, duradera y responsable. 

Cuando escribo esta entrada a estas horas de la mañana, la Junta de Gobierno de la Hermandad de la Macarena ha anunciado sobre las dos de la madrugada su intención de someter a la Virgen al IAPH (Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico), con el fin de supervisar el estado de la imagen y la convocatoria de un Cabildo General Extraordinario donde todos los hermanos votarán sobre el procedimiento a seguir cuando el IAPH emita el informe sobre el estado actual de la Esperanza Macarena. Además de esto, se ha producido la dimisión de dos miembros de la Junta de Gobierno: el Mayordomo y el Prioste. Todo esto tras un Cabildo de Oficiales reunido de urgencia en las dependencias de la Hermandad, el cual comenzó a las seis de la tarde y ha finalizado a las dos de esta noche.

Este es el resumen de lo ocurrido en estos días turbios, donde la imagen no solo de la propia Macarena sino de la ciudad de Sevilla ha estado en el foco de los medios a nivel nacional e internacional. Un suceso sin precedentes en la historia de nuestra ciudad. A partir de aquí comienzo lo que es simple y llanamente mi opinión personal. Lo ocurrido en estos días es, sin lugar a dudas, de una vergüenza y una irresponsabilidad sin precedentes. ¿Cómo es posible que en estos momentos la Junta de Gobierno de la Hermandad de la Macarena no haya dimitido aún? 

Yo comprendo que vivimos en un país donde ni siquiera el gobierno socialista de Pedro Sánchez, rodeado por los cuatro costado por una corrupción sistémica, presente su dimisión, ya que carecen de la dignidad y conciencia suficiente como para tomar tal decisión. Comprendo que vivimos en una ciudad como Sevilla donde la directiva actual del Sevilla F.C presidida por José María del Nido hijo no ha tenido la decencia de dimitir, ni siquiera cuando el club atraviesa el peor momento de su historia desde hace treinta años y está al borde de la quiebra gracias a la irresponsabilidad y el desfalco actual de la administración actual. 

Siendo así, ¿Para qué iba a dimitir una Junta de Gobierno cuando ha cometido un acto de negligencia sin precedentes al no haber seguido un protocolo de seguimiento en un proceso de conservación a una de las imágenes religiosas más relevantes a nivel mundial? ¿Por qué van a dimitir, con independencia de que el estado actual en el que ha quedado la imagen sea o no reversible? 

Hablamos de un proceso de conservación en la que, según han señalado algunos medios, la Hermandad no ha solicitado siquiera con la autorización del Arzobispado de Sevilla, autoridad eclesiástica que, debido a la relevancia que ocupa la imagen de la Esperanza Macarena, debía contar con su consentimiento. Tampoco la Junta convocó en su momento un Cabildo General Extraordinario para que los hermanos fuesen informados y votasen sobre la idoneidad de realizar este proceso de conservación. Un proceso de conservación el cual ha quedado demostrado que no ha sido eso solamente, sino una restauración encubierta en la que nadie, salvo la Junta de Gobierno y el propio Francisco Arquillo han sido los responsables. 

En estos momentos, la Junta de Gobierno, dirigida por el Hermano Mayor, José Antonio Fernández Cabrero, echa balones fuera y culpa a Arquillo de haberse tomado licencias por su cuenta a la hora de acometer dicho proceso de conservación, lo cual es motivo más que suficiente para que Cabrero y toda su Junta de Gobierno presenten su dimisión inmediata. Si Cabrero era consciente de que lo que se le iba a realizar a la Macarena era una restauración encubierta y no ha informado a quienes debía y se ha saltado el protocolo a seguir en estos casos, debe dimitir de inmediato. 

Si dejó en manos de Arquillo (el cual es el restaurador de la Hermandad desde hace casi cincuenta años) el proceso de conservación, sin designar una comisión de investigación para que supervisase dicho proceso, debe dimitir igualmente por su grave negligencia. Por supuesto, Cabrero ya ha comunicado hace unas horas que no piensa dimitir bajo ningún concepto. En otoño de este año serán las próximas elecciones que la Hermandad deberá celebrar, a las cuales Cabrero no se va a presentar, de modo que ¿Para qué dimitir pudiendo disfrutar del cargo los cuatro meses que le quedan aún? Dimitir es, como he dicho en otras ocasiones, un nombre ruso en España. 

Este sujeto (afín al PSOE, por cierto) ya demostró hace unos años su grave irresponsabilidad cuando ordenó exhumar los restos de Gonzalo Queipo de Llano y de su mujer, ambos enterrados en la Basílica. Supongo que al ser de Cantabria, este sujeto desconoce que Queipo de Llano fue quien, con independencia del papel que desempeñase en la Guerra Civil, fue quien edificó la actual Basílica en la que hoy se asienta la Hermandad. ¿Pero eso qué más da? 

Su gestión hace un año con respecto al estado del manto de la propia Virgen con motivo de unas goteras que afectaron al mismo y la falta de trasparencia sobre este asunto, demuestran la irresponsabilidad de este tipo, el cual se irá del cargo a finales de este año llevándose consigo una negligencia gravísima donde ha puesto en serio riesgo a la propia imagen de la Macarena, la cual no es solo una imagen religiosa (que también, obviamente), sino un símbolo absoluto de la imagen de Sevilla, como lo puede ser la imagen del Señor del Gran Poder, la Giralda, la Torre del Oro o el Puente de Triana, entre otros monumentos artísticos de nuestra ciudad. 

La irresponsabilidad de los individuos que se encuentran actualmente al frente de cualquier institución es de tal gravedad que da igual el daño que ocasionen, ya que saben que sus actos no tendrán repercusiones civiles ni penales. Y en este sentido debo hacer hincapié en la actitud irresponsable del propio Arzobispo de Sevilla, José Ángel Saiz Meneses, el cual no ha dado señales de vida en estos días en los que la imagen no solo de la Macarena sino de la ciudad de Sevilla ha ocupado los noticieros de toda la prensa española y parte de medios en el extranjero. ¿Cómo es posible que el Arzobispo de Sevilla no haya intervenido en este asunto tan grave y delicado? Supongo que es precisamente por el hecho de que aquí hay, por desgracia, hermandades de primera y segunda. 

Si fuese de segunda, estoy convencido de que ya habría intervenido y tomado cartas en el asunto. Como es una hermandad de primera, prefiere mirar para otro lado mientras la tormenta persiste. La imagen vivida hoy de los hermanos de la Macarena manifestándose a las puertas de la Basílica, con los medios de comunicación cubriendo la noticia, es algo que se podría haber evitado si el Arzobispo hubiese tomado las riendas de la situación desde el primer momento tras manifestarse la absoluta incompetencia de Cabrero y su Junta de Gobierno, así como la negativa de éstos a dimitir tras lo ocurrido. 

Otra cuestión que me ha llamado poderosamente la atención, y que no quiero dejar atrás, es la polémica suscitada con respecto a las teorías que han ido circulando sobre la originalidad de la imagen que fue repuesta al público el sábado. Debo añadir, y aquí entramos en el terreno de la conspiración, que muchos creyeron que quien había sido repuesta al culto no era la Macarena, sino una copia de la misma. Yo, personalmente, no me creí en ningún momento esa teoría tan descabellada; pero una vez que se produjo la tercera intervención, sí comencé a sospechar, y de hecho es la teoría que he adoptado desde el domingo hasta ahora, de que probablemente no sea la Macarena original la que en estos momentos está en la Basílica. 

Insisto, entramos ya en la especulación y no hay pruebas de que sea así, pero el hecho de que personajes relacionados con el mundo cofrade hayan confirmado que existe una copia de la Macarena en las dependencias de la hermandad, hacen acrecentar la sospecha de que probablemente no sea la imagen original la que en estos momentos está expuesta al público sevillano. Eso, unido a las marcadas diferencias en los rasgos de "la original" y la que ha sido repuesta al público, hacen acrecentar estas sospechas, al menos para mí y para mucha más gente que ya han comentado esto mismo por las redes sociales. 

De ser así habría que preguntarse ¿Dónde está la Macarena? ¿Qué han hecho con Ella? ¿Ha habido un cambiazo, un robo, una venta encubierta orquestada por la Junta de Gobierno y/o el restaurador? No lo sé. Pero si esto fuese así, cosa que no se ha demostrado en absoluto pero que muchos creen que ha podido ocurrir, estaríamos ante un delito contra el patrimonio cultural, del cual tendrían que responder ante los Tribunales Cabrero, Arquillo, etc. Insisto, esto es especulación, y puede que estemos sacando las cosas de tiesto, más aún de lo que ya están, pero la situación que se vive en estos momentos en Sevilla es, como mínimo, para replantearse cualquier escenario, por mucho que desde los medios de comunicación, sobre todo locales, intenten desmentirlo y tachar de "conspiranóicos" a los que defendemos esta posibilidad.

Sea como fuere, lo cierto y verdad es que lo ocurrido en estos días no ha dejado indiferente a nadie y veremos a ver cómo acaba. En estos momentos, ni siquiera la Hermandad ha dado las explicaciones oportunas ni tampoco ha presentado el informe del TAC al que se ha sometido a la Virgen, lo cual corrobora las sospechas de que algo más turbio hay detrás de todo esto. Este último factor es otra confirmación de que la Junta de Gobierno presidida por Cabrero ha actuado, cuanto menos, con una falta de transparencia de la que debería de asumir responsabilidades ahora mismo y no en noviembre, que es cuando la Hermandad celebrará sus elecciones dentro de la corporación. Unas elecciones en las que, por supuesto, la polémica y la guerra interna están servidas desde ya, y que todo indica que perjudicará aún más el nombre de la Hermandad y, con ello, de la Semana Santa sevillana y, por último, de nuestra ciudad. 

Aunque hace ya un tiempo que mis creencias religiosas quedaron atrás, no es menos cierto que el apego a la Semana Santa no ha quedado atrás del todo para mí, ya que como sevillano y persona de fe que he sido me he criado desde niño en el ambiente cofrade, y eso, con independencia de mis creencias religiosas actuales, sigue en cierta forma latente en uno. La Semana Santa es algo más que una cuestión religiosa, es un hilo que va inexorablemente unido a la propia ciudad de Sevilla, y la Macarena es uno de los símbolos más poderosos y principales que tiene nuestra tierra. 

Su trágica y nefasta restauración, auspiciada por unos miserables irresponsables que le traen sin cuidado la conservación de la imagen y los sentimientos que ella suscita, ha sido un duro golpe para Sevilla y ha sentado un precedente que sin duda marcará un antes y un después en la capital de Andalucía. Espero y deseo que el IAPH se haga cargo de la imagen cuanto antes y que dentro de unos meses podamos ver a la Macarena que los sevillanos hemos visto siempre. Del mismo modo espero y deseo que la Cabrero y su Junta de Gobierno asuman las responsabilidades internas en la Hermandad e incluso judiciales, si la situación lo requiere, por el bochornoso espectáculo que han dado a la ciudad de Sevilla y a uno de sus patromonios artísticos más valiosos. De nada valen las disculpas que en el comunicado de esta noche han realizado, puesto que el daño está hecho ya.

Por desgracia, cabe recordar que vivimos en un país donde, como he dicho antes, todo el mundo sale indemne de sus acciones. Y poco o nada podemos esperar de la responsabilidad y/o las sanciones judiciales que estos tipejos puedan tener en el futuro. Y sobre el futuro de la propia Macarena, solo cabe esperar y confiar en que la IAPH haga su trabajo y que de una vez por todas, si consiguen revertir por completo el daño causado (yo soy escéptico sobre ello, aunque quiero pensar que debido a su profesional lograrán revertir el daño producido, aunque no sea completamente), tanto la Hermandad como Sevilla pasen página de uno de los episodios más turbios y tristes vividos en muchos años desde el punto de vista patrimonial, religioso y sentimental. 

domingo, 22 de junio de 2025

Trump inicia su propia guerra


En medio del clima de corrupción e inestabilidad que atraviesa en estos momentos España, la situación a nivel internacional no puede haber empeorado en estos días y, sobre todo, en las últimas horas. Desde que el pasado viernes, 13 de junio (fecha maldita, donde las haya, junto con los martes 13), Israel atacase suelo iraní (Alegando que se trataba de una operación militar para detener el programa nuclear de Irán) y éstos respondiesen ese mismo día en un contraataque con misiles y drones contra los judíos, la escalada de esta conflicto bélico ha llegado a su punto álgido hace solo unas horas, cuando esta pasada noche Estados Unidos ha bombardeado tres centrales nucleares de Irán. 

Un bombardeo por parte de EEUU, liderado por Donald Trump, el cual ha asegurado en un discurso a la nación estadounidense posterior al ataque, que se trata de una operación militar para buscar la paz en Oriente Medio y presionar a Irán para que éstos lleguen a un acuerdo de desarme nuclear. Debo confesar que estamos ante una de las declaraciones más cínicas e inmorales realizada por un presidente estadounidense en los últimos años, y el listón estaba bastante alto para ser superado. 

Sin embargo Trump ha superado las expectativas y ha garantizado que este bombardeo es para "buscar la paz". ¿Desde cuándo se bombardea un país para lograr la paz? ¿En Hiroshima y Nagasaki? ¿Aquel bombardeo nuclear contra Japón por parte de un criminal de guerra como fue Harry S. Truman? ¿A ese precedente es el que se acoge Trump cuando asegura que bombardea para buscar la paz? Una paz que, por cierto, no se va a producir bajo ningún concepto; y es que desde Irán consideran este ataque como una "Declaración de guerra" por parte de EEUU contra ellos, asegurando los iraníes además que con este ataque "comienza la gran guerra". 

Como se puede ver, el ataque de EEUU contra Irán supone a todos los niveles la apertura de un nuevo escenario geopolítico y bélico a nivel mundial de enormes proporciones, el cual puede acabar casi con toda seguridad en una guerra a gran escala dentro de Oriente Medio con EEUU interviniendo de lleno en Irán y quien sabe si en otros países de la región aliados de los iraníes. Puede ocurrir esto o bien puede ocurrir que otras potencias mundiales como China o Rusia intervengan en favor de los iraníes, lo cual podría provocar a su vez la intervención de la OTAN y con ello de Europa en este conflicto, es decir, una Tercera Guerra Mundial. 

Personalmente, no creo que llegue la situación a ese extremo. ¿El mundo vivirá una Tercera Guerra Mundial? Por supuesto, pero no ahora. Creo, sin embargo, que el ataque estadounidense a Irán no va a ser un hecho aislado, sino el inicio de una guerra a gran escala en Oriente Medio. Si Trump piensa que los iraníes se van a rendir como los japoneses tras los bombardeos nucleares, está completamente equivocado. Irán ya ha asegurado que va a responder, y de hecho el parlamento iraní ha aprobado hace unas horas el cierre del Estrecho de Ormuz, lugar por el que transita el 20% del crudo mundial. Esto no va a quedar así y Trump en el fondo lo sabe (o al menos eso creo yo). 

El hecho de que Trump haya salido en defensa de Israel y de Netanyahu supone una intervención directa de EEUU en un conflicto donde una respuesta militar por parte de Irán contra bases estadounidenses puede desencadenar una respuesta más agresiva aun por parte de Trump contra éstos y la rápida extensión del conflicto a otras partes de Oriente Medio. He comentado antes sobre la posibilidad de que Rusia y/o China intervengan en favor de Irán, pero Moscú ha dejado entrever que van a abandonar a los iraníes a su suerte. 

Parece que los intereses entre Putin y Trump tienen prioridad para el presidente ruso sobre la defensa de sus aliados en Asia. Pekín estoy convencido de que actuará de la misma forma, a pesar de la guerra de aranceles que en estos momentos tienen China y EEUU, con lo cual esto nos aleja, al menos de momento, de una inminente guerra mundial, pero sí nos acerca en cambio a una guerra a gran escala en Asia con EEUU como principal protagonista occidental y aliado primordial de Israel. Lo ocurrido esta pasada noche supone un antes y un después en la situación que vive Oriente Medio desde octubre de 2023, con el inicio de la guerra entre Israel y Palestina, y ahora extendida desde el pasado día 13 con el inicio de este conflicto bélico entre Israel e Irán. 

¿Qué consecuencias tendrá todo esto? De momento es pronto para saberlo, pero estoy plenamente convencido (o a lo mejor me equivoco de lleno) de que la respuesta de Irán no se hará esperar, y cuando suceda provocará una reacción posterior más agresiva por parte de Trump que provocará una escalada bélica sin precedentes en esta región. ¿Cuándo responderá Irán (si es que responde)? No lo sé pero, como acabo de comentar, su respuesta va a suponer un antes y un después tanto en el futuro geopolítico mundial como en el futuro de la administración Trump y las políticas de exterior y defensa que desde Washington se llevan orquestando desde hace décadas. 

Por último, y antes de acabar esta entrada, quiero hacer mención al propio Donald Trump. Un sujeto sin escrúpulos, sin moral y, tras esto, un criminal de guerra, quien se cree Dios en la tierra y un ser mesiánico, el cual piensa que tiene una misión divina que cumplir, aunque eso suponga arrastrar a una guerra mundial al resto de la población humana. No son pocas las entradas que he escrito defendiendo la candidatura de Trump en el pasado, pero también comenté en su momento que tenía serias dudas y era muy escéptico con respecto a esta segunda presidencia. 

Casi medio año después de su vuelta a la Casa Blanca, el tiempo parece que me está dando la razón. Trump va a por todas y con este bombardeo ha echado por tierra la imagen de "presidente pacifista" y "garante de la paz mundial" que durante su primer mandato y hasta ahora se había atribuido a sí mismo. Lejos de pillarme por sorpresa, confirma lo que en el fondo, a pesar de haberlo apoyado, sospechaba de él: Trump es un elitista más, cuyos objetivos e intereses están en consonancia con los de ese mismo establishment que tanto ha criticado en el pasado, lo cual confirma que no hay movimiento político en ningún lugar del mundo que no sea disidencia controlada. 

Con esta intervención militar de EEUU contra Irán, todo lo que ocurra a partir de ahora, y que pueda arrastrar a Occidente, será responsabilidad suya. Solo espero que su apoyo entre las bases republicanas, e incluso algún que otro desencantado demócrata que le ha votado, comience a evaporarse sin freno hasta quedarse sin respaldo alguno en 2028. Es un error entregar el poder a sujetos que consideran que con independencia de sus acciones, están cumpliendo un plan divino. 

Estos tipos son los más peligrosos y son precisamente los que más lejos del poder deben estar. Con lo sucedido hace unas horas, y lo que está por venir, que es aún peor, se confirma pues que quienes creían que con su llegada acabarían de inmediato las guerras, sobre todo la de Ucrania, y estabilizaría la situación en Oriente Medio después de la presidencia criminal, nefasta, peligrosa e irresponsable de Joe Biden y los demócratas, se han equivocado por completo, yo el primero, debo reconocerlo. 

¿Lo peor de todo esto? Que con esta presidencia bélica que se avecina y el inminente estallido de una guerra regional en Oriente Medio con EEUU como actor principal va a suponer, por desgracia, la vuelta de los demócratas y de las políticas woke en 2028. Veremos a ver cómo acaba todo esto pero, por supuesto, nada hace presagiar que acabará bien, y menos después de la advertencia de los iraníes a EEUU. Para desgracia de todos, la guerra pues no ha hecho más que empezar. 

viernes, 13 de junio de 2025

Sánchez, al final de la escapada


En 1972 se estrenó la primera parte de una de las sagas más míticas de la historia de Hollywood: "El Padrino". Aquella trilogía se basaba en las luchas de poder que rodeaban a la mafiosa familia de los Corleone y sus rivalidades con otras familias de la misma camorra. Aquel mismo año nació un sujeto llamado Pedro Sánchez Pérez-Castejón, quien cuarenta y dos años después se convertiría en secretario general del PSOE y cuatro años después en presidente del gobierno de España. 

Por otro lado, hace unos años, Máxim Huerta, quien fuera ministro de Cultura en el primer gobierno de Sánchez, reveló que cuando fue a Moncloa a presentarle su dimisión a Sánchez tras haberse descubierto que había estafado a Hacienda (empezamos bien, y solo fue la primera semana del gobierno de Sánchez), el nuevo presidente lo recibió en su recién inaugurado despacho mientras le preguntaba en un tono reflexivo a su hasta entonces ministro de qué forma creía él que iba a pasar a la historia su presidencia. 

Pues bien, siete años después de aquellas reflexiones de Sánchez (las cuales demuestran que estaba ya más preocupado de su grandeza y de su posición en la historia que de gobernar) se puede confirmar que su presidencia pasará a la historia como la del jefe de un crimen organizado. Un Vito Corleone a la española, cuya obsesión por mantenerse en el poder a cualquier precio superaría cualquier escena de la que se hubiese visto en la ya comentada trilogía de "El Padrino".

Y esta confirmación se debe a que hoy se ha hecho público el informe de la UCO sobre Santos Cerdán, hasta hoy secretario de Organización del PSOE. En dicho informe se detalla que Cerdán orquestó una trama criminal desde la llegada de Pedro Sánchez a la secretaría general del PSOE en 2014 (su primera llegada). Dicha trama consistía, según la UCO, en un enriquecimiento ílicito a base de comisiones junto a su predecesor en la secretaría de Organización en el PSOE, José Luis Ábalos, y la mano derecha de éste último, Koldo García. Dichas comisiones se realizaban vía cobro a empresas a cambio de amaños en adjudicaciones públicas. Una red mafiosa que tuvo su origen en Navarra y que, tras la llegada del PSOE al gobierno en 2018, se extendió a toda España. 

Además de esto, en el informe de la UCO se hace mención a cómo Cerdán habría ordenado a Koldo García en 2014 que amañase las votaciones de las primarias a la secretaría general del PSOE a las que se presentó y ganó Pedro Sánchez. Y por si esto no fuese poco, la UCO además ha recogido en su informe mensajes del propio Koldo García donde se vislumbra que el PSOE se ha venido financiando irregularmente gracias a la red de tráfico que Cerdán y compañía venían operando desde 2014. Esto último abre las puertas a una futura investigación por parte de la UCO, esta vez sobre una financiación irregular por parte del PSOE dentro de esta trama de corrupción. El denominado caso Koldo, caso Ábalos o caso Cerdán ha pasado pues a ser oficialmente caso PSOE. 

Tras esta publicación por parte de la UCO, Cerdán ha anunciado este mediodía su dimisión de todos sus cargos (incluyendo la secretaría de Organización del PSOE y su cargo de diputado). Una vez anunciada su dimisión, Sánchez se ha dirigido hasta Ferraz para "pedir perdón" a la ciudadanía y anunciar una auditoría externa de las cuentas del partido. Unas cuentas en las que, obviamente, no se observará nada raro, ya que el dinero que ha ido circulando en estos años era dinero negro. 

Se puede decir pues que Pedro Sánchez vuelve a tomar por gilipollas a la población al realizar unas falsas e hipócritas disculpas que ni él se cree, mientras ha asegurado con rostro serio que hasta hoy no conocía ni el informe de la UCO ni lo realizado por su secretario de Organización en todos estos años, además de afirmar que nunca debió confiar en Cerdán. El mismo Santos Cerdán que ha estado en su equipo más cercano desde su llegada a Ferraz hace once años y al que hasta ayer mismo el propio presidente y el PSOE han respaldado frente a "los bulos de la extrema derecha". 

Seamos serios. ¿Acaso alguien con un mínimo de consideración puede creerse que dos secretarios de Organización consecutivos del PSOE han urdido una trama criminal en toda España durante once años sin el conocimiento del denominado "número 1"? ¿Acaso alguien puede llegar a creerse a estas alturas que Sánchez no era consciente e incluso partícipe de esta trama delictiva? El mismo Sánchez que tiene en estos momentos imputado a su fiscal general del Estado por las órdenes que éste recibía de Moncloa, así como a su mujer y a su hermano, acusados ambos de tráfico de influencias. ¿A ese Sánchez va a creerse la población?

Las declaraciones del presidente del gobierno se las creerán, como es obvio, sus palmeros y sus votantes, simpatizantes y militantes sectarios y extremistas. El resto de la población sabemos, por razones obvias, que todo forma parte de una trama criminal a escala nacional donde el todavía jefe del gobierno y líder del PSOE es el padrino de esa organización mafiosa y criminal. Una trama cuyos secretos se van desvelando por días y que todo indica que podría ser, o no, la antesala de un final de ciclo del PSOE en el gobierno de España. 

De momento, en la comparecencia de hoy, Sánchez ha asegurado que asume toda la responsabilidad a la hora de confiar en Cerdán. Eso sí, descartando por completo que esa responsabilidad vaya a ir unida a una dimisión de sus cargos tanto en la presidencia del gobierno como en la secretaría general del PSOE. "Esto no se trata de mí" ha dicho Sánchez, cuando se le ha preguntado si tenía previsto dimitir o convocar elecciones generales. Unas elecciones en las que el todavía presidente ha asegurado de forma convincente que se celebrarán en 2027 y que además él será el candidato socialista a la Moncloa para gobernar, como mínimo, hasta 2031. 

Como se puede ver, Sánchez está más decidido que nunca a resistir y a encerrarse en lo que algunos ya han denominado "Bunker de la Moncloa". Ni asume ninguna responsabilidad, ni dimite ni convoca elecciones generales, ya que, según él, esto se trata de un caso de corrupción que afecta al PSOE, no al gobierno. Una afirmación que es mentira, ya que hay varios ministerios implicados en la trama dirigida por Cerdán, Ábalos, Koldo, etc. Y además, incluso aunque fuese cierta (que no lo es), en 2018 se presentó una moción de censura contra el PP de Mariano Rajoy tras la sentencia por el caso Gürtel. 

Un caso de corrupción que afectaba de lleno al PP como organización política, no al propio gobierno del PP. Si en 2018 se presentó, y de forma justificada en aquel momento, esa moción de censura contra Rajoy, ¿Qué más se necesita para presentar, esta vez por parte de Feijóo, una moción de censura contra Sánchez por escándalos de corrupción mil veces peores que los que provocaron la salida de los populares de la Moncloa hace siete años? ¿Acaso la corrupción del PSOE es permisiva, con indiferencia de la gravedad de sus escándalos y las del PP son imperdonables aunque sea un escándalo de tres al cuarto? Todo hace indicar que sí.

Y el primero que alimenta esa teoría es el propio Alberto Núñez Feijóo, el cual ha asegurado, tras la comparecencia de Sánchez desde Ferraz, que el presidente del gobierno debe convocar elecciones de inmediato. Todo ello tras enumerar los escándalos de corrupción que acechan a Sánchez, a su partido y a su entorno familiar. Pues bien, puesto que todos estamos de acuerdo en que estamos ante uno de los mayores escándalos de corrupción vividos en España, ¿A qué espera Feijóo para presentar dicha moción de censura? De nada me sirve la excusa barata de "no dan los números". 

Cuando el país asiste diariamente ante una degradación sin precedentes de las instituciones en medio de un sinfín de escándalos de corrupción, la oposición tiene, no el derecho, sino la obligación de presentar dicha moción de censura, aunque fracase. El problema es que estamos ante un líder de la oposición sin carisma, igual que sucedió hace treinta años con José María Aznar y cuyo paralelismo ya escribí, junto a otras similitudes, en mi última entrada "1995/2025: la historia se repite". 

La actitud cobarde de Aznar de no presentar una moción de censura en 1995 ante los escándalos que sacudieron el sistema durante los últimos años del felipismo se repiten ahora con Feijóo al no dar un paso al frente en medio de esta escalada de decadencia absoluta del sistema de 1978. Todo ello demuestra que el problema ya no es solo de cobardía personal y/o política, sino de una decadencia absoluta del sistema político nacido en 1978, el cual se extiende sin excepción a todas las instituciones y partidos políticos. 

Si Feijóo no tiene la decencia ni la altura de miras (que por supuesto no las tiene) de dar un paso al frente y cumplir con su obligación como líder de la oposición de intentar desalojar al PSOE de la Moncloa, aunque fracase en el intento, será cómplice de todo lo que está por venir a partir de ahora. No son pocas las voces que aseguran que esto (el caso Leire, ocurrido hace una semana, y el informe de hoy de la UCO sobre Cerdán) es solo el principio de escándalos mucho peores y graves que pueden llevarse por delante a todos, no solo a Sánchez. 

El escándalo de las saunas de homosexuales dirigidas por el suegro de Sánchez, donde parece ser (según los testimonios de algunos periodistas) que la familia política del todavía presidente extorsionó a través de grabaciones a políticos, jueces, periodistas, etc, que eran clientes fijos de esas saunas a cambio de que éstos apoyasen la carrera política del propio Sánchez, podría llevarse por delante al sistema y a individuos que en estos momentos están rezando para que esas grabaciones (las cuales ya rondan por ahí) no salgan a la luz. 

Feijóo será pues el corresponsable de mantener en la Moncloa a Sánchez si éste decide mantenerse a toda costa en la Moncloa, incluso cuando salgan a la luz audios del propio presidente, los cuales ya se están avisando de que van a hacerse públicos más pronto que tarde. Allá pues Feijóo con su conciencia (si es que la tiene, lo cual dudo), pero si en algún momento llega a la Moncloa, será como consecuencia de la caída del propio Sánchez y no de la ilusión que despierta el actual líder del PP en la sociedad, la cual es cero. 

De lo que haga Pedro Sánchez a partir de ahora, todo escenario es posible, salvo su salida, claro está. Si después de esto y su negativa acérrima a dimitir vienen, como ya muchos están avisando, audios e informes mucho peores que esta vez sí pondrían a Sánchez en el centro de la diana y éste siguiese empeñado a no abandonar el poder, España entrará dentro de unas semanas o meses en una crisis sistémica sin precedentes, peor aún que la vivida durante la última legislatura de Felipe González. Entonces el sistema se resintió pero siguió adelante. En estas circunstancias y en el contexto actual que atraviesa España, dudo mucho que el sistema sobreviviese, aunque todo es posible.

Como dijo un sujeto hace diez años "si usted sigue siendo presidente del gobierno, el coste para nuestra democracia y para la institución que usted quiere representar es enorme; porque el presidente del gobierno tiene que ser una persona decente, y usted no lo es". Ese sujeto se llamaba Pedro Sánchez y se lo dijo al entonces presidente del gobierno, Mariano Rajoy. Ante aquella afirmación, Rajoy le respondió con una frase igualmente aplicable a la actualidad: "la afirmación que ha hecho usted hoy aquí le va a perseguir toda su vida". 

Aquel ya famoso y tenso encontronazo tuvo lugar durante el polémico debate electoral de las elecciones generales de 2015. Supongo que Rajoy, como presidente del gobierno que era en aquel entonces, tenía ya información de primera mano sobre Sánchez y su entorno, y sabía que si el entonces líder de la oposición lo sucedería algún día en la presidencia del gobierno, aquellas declaraciones se volverían en su contra en el futuro, como así está ocurriendo en estos momentos. 

Dicho esto, si Sánchez se niega a dimitir y tampoco acepta un adelanto electoral, mientras Feijóo se niega a presentar una moción de censura y los socios de Sánchez no le retiran su apoyo, el punto de origen vuelve a Sánchez, que es quien tiene la sartén por el mango. Y es que no hay que ser vidente para determinar que con un presidente sin escrúpulos aferrándose al poder a toda costa, un líder de la oposición sin cojones para presentarse como alternativa y unos socios cómplices de la corrupción socialista, el panorama que se avecina a nivel nacional, en lo político e institucional, será de todo menos tranquilo. 

De momento la UCO ya ha solicitado autorización judicial para registrar la Moncloa, y todo hace indicar que esto es solo el comienzo de lo que está por venir. Si finalmente lo consiguen, estaremos ante otro suceso sin precedentes: la sede de la presidencia del gobierno siendo registrada por la UCO y los documentos de Moncloa siendo incautados por la Guardia Civil. Por cierto, esa misma Guardia Civil a la que los ministros del PSOE acusaron falsamente hace unos días de urdir una conspiración para asesinar a Sánchez. Una gravísima acusación, vomitiva y miserable, a la altura de sus acusadores.

Con lo ocurrido hoy la cuestión ya no es solo cuándo se irá Sánchez, sino cómo. Y si en 2014 Sánchez entró, como hoy ha confirmado la UCO, a través de unas primarias amañadas (una información a la que Sánchez, con todo el cinismo del mundo, no ha dado gran importancia en la comparecencia de hoy) y el 1 de octubre de 2016 (el día de su expulsión como líder del PSOE) fue pillado metiendo papeletas con su nombre tras una cortina, todo hace indicar que su salida del gobierno, si se produce finalmente, estará protagonizada por los amaños, los trapos sucios, las amenazas, la corrupción, los escándalos y mil cosas más que se nos helarán la sangre. 

jueves, 5 de junio de 2025

1995/2025: la historia se repite


Hace unos días escribí una entrada acerca de la grave situación que atraviesa España con respecto a los casos de corrupción que están sacudiendo al PSOE y a Pedro Sánchez. Entre las cuestiones que comenté en aquella entrada, hice mención acerca de los paralelismos que existen entre la situación que se vivió en nuestro país hace justo treinta años, en 1995, y la que estamos viviendo actualmente en este 2025. Con esta entrada pretendo ahondar algo más en esos paralelismos, que dicho sea de paso, son bastante interesantes. 

Obviamente, no voy a entrar en las diferencias de ambos años, ya que son muchas y notorias. La España de 2025 no se parece en nada, por desgracia, a la de 1995; y aunque a finales del siglo XX España vivía un periodo similar al que vivimos actualmente desde el punto de vista político, el escenario actual es mucho más caótico que el de entonces. En treinta años han cambiado muchas cosas, demasiadas, y el contexto general que vivíamos en 1995 no es el que padecemos en 2025. Aun así, insisto, no voy a entrar en esas diferencias, ya que de ser así, la entrada sería mucho más extensa de lo que ya va a ser. Por ello me centraré solo en los paralelismos de los años 1995 y 2025, los cuales paso a describir. 

En 1995, el PSOE llevaba ya trece años gobernando y Felipe González estaba arrinconado tras los escándalos de corrupción que acechaban a su partido, a su gobierno e incluso a él mismo día sí, día también. En aquel entonces, llevaba gobernando dos años desde que ganó casi contra todo pronóstico sus últimas elecciones generales, las de junio de 1993. En este 2025 en el que nos encontramos, el PSOE es igualmente el partido que gobierna España desde hace siete años. 

La corrupción vuelve treinta años después a sacudir al PSOE, donde los casos de corrupción son diarios y afectan, al igual que hace tres décadas, al actual presidente del gobierno, a su familia (esto no ocurría en 1995 con González), al ejecutivo y al PSOE. Dicha corrupción tiene cada vez más acorralado a Pedro Sánchez, el cual, al igual que le sucedía en 1995 a González, se resiste a dejar el poder a toda costa. En este 2025, el PSOE lleva gobernando dos años desde que perdiesen las elecciones generales de julio de 2023 (no las ganaron, por mucho que les pese a los socialistas).

En 1995, los casos que sacudían al PSOE eran los GAL, Filesa, Mariano Rubio (ex gobernador del Banco de España), Luis Roldán (ex director general de la Guardia Civil) y las escuchas ilegales del CESID, entre otros casos. En 2025, los escándalos que atemorizan al PSOE son el caso Koldo, el caso Begoña Gómez (esposa de Pedro Sánchez), el caso David Sánchez (hermano del presidente del gobierno), el caso Ábalos (ex ministro de Industria en el gobierno de Sánchez), el caso Cerdán (Secretario de Organización del PSOE), el caso García Ortiz (actual fiscal general del Estado), el caso Aldama (comisionista del partido) y el reciente caso de los fontaneros del PSOE, con Leire Díez y otros sujetos más a sueldo del gobierno con el objetivo de "silenciar a toda costa" (Leire Díez dixit) a Aldama y al teniente coronel de la Guardia Civil encargado de investigar todos los casos anteriormente citados. 

En 1995, España vivía una crisis política y moral seria como consecuencia de los casos de corrupción que afectaban al denominado felipismo. La monarquía, el Banco de España, la Guardia Civil, el CESID y otras instituciones se veían claramente arrastradas en el declive de los socialistas en los años 90. En 2025, España vive una crisis política, social, moral y cultural que arrastra directamente a todo el sistema, el cual está mucho más débil y agotado que hace treinta años. 

Esa decadencia vino sobre todo desde hace veintiún años, con el 11-M y la victoria contra todo pronóstico de Zapatero frente a Rajoy en 2004, pero eso ya es harina de otro costal. La crisis territorial, la polarización política, la división social, la fragmentación de los partidos, la corrupción (más profunda ahora que en los años 90) y el deterioro de las instituciones, hacen que la España de 2025, a pesar de las similitudes que estoy describiendo, sea en el fondo mucho más graves que las que tenía nuestro país en 1995.  

Siguiendo con las similitudes, en 1995, Felipe González tenía ya cincuenta y tres años y aunque había rumores de que daría un paso atrás para las próximas elecciones, fijadas inicialmente para junio de 1997, finalmente accedió a presentarse de nuevo para un quinto mandato consecutivo, el cual no ganó, aunque por poco. En 2025, Pedro Sánchez tiene igualmente cincuenta y tres años y al igual que González, su sed de poder es insaciable y está dispuesto a todo con tal de no solo permanecer en el poder a toda costa, sino de presentarse de nuevo a las próximas elecciones, previstas para julio de 2027.
 
En 1995, el entonces rey Juan Carlos I contaba con cincuenta y siete años. En 2025, su hijo y actual rey, Felipe VI, tiene igualmente cincuenta y siete años. Curiosamente, en el caso de Juan Carlos I y Felipe González, la diferencia de edad era de solo cuatro años y dos meses, mientras que la de Felipe VI y Pedro Sánchez es igualmente de solo cuatro años y un mes. En el caso de Juan Carlos y González, las relaciones siempre fueron bastante cordiales, quizás demasiado para un jefe del Estado y un jefe del gobierno. Por el contrario, se lleva diciendo desde hace años que la relación entre Felipe y Sánchez no es precisamente la más cordial que puede haber entre un monarca y un presidente del gobierno. 

En lo que respecta a la oposición, en 1995 España tenía de líder de la oposición al líder del PP, José María Aznar, el cual contaba entonces con solo cuarenta y dos años y no despertaba grandes ilusiones en la sociedad española. Su falta de carisma y su sobriedad castellana eran la antitesis al desparpajo y la guasa andaluza que caracterizaba a Felipe González. En 2025, tenemos igualmente de líder de la oposición al actual líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, el cual tiene ahora sesenta y tres años, justo veintiún años más que los que tenía Aznar en 1995 (cuarenta y dos años). 

Su falta de carisma, unido a su tibieza y su debilidad como dirigente político, hacen de él un tipo que al igual que ocurrió hace treinta años con Aznar y posteriormente con Rajoy, tampoco despierta grandes ilusiones de cambio político entre la sociedad. Por parte de Pedro Sánchez nos encontramos ante un tipo sin escrúpulos, cínico, maquiavelo, narcisista y ambicioso, el cual no solo no genera entusiasmo entre la sociedad española (nunca la generó), sino que su figura destila en gran parte de la población (entre sus votantes no, obviamente) rechazo, odio o, como mínimo, hartazgo. 

En 1995, Felipe González estaba desde 1993 gobernando gracias al apoyo de la CIU de Jordi Pujol. En 2025, Pedro Sánchez gobierna España gracias al apoyo de los etarras de Bildu, los nacionalistas vascos del PNV, los podemitas/sumaristas y los independentistas de ERC y Junts (partido heredero de la ya extinguida CIU). En 1995, CIU retiró definitivamente su apoyo a González al no aprobarle los Presupuestos Generales del Estado para el año siguiente, obligándolo a convocar elecciones generales anticipadas para marzo de 1996. Cabe añadir que, realmente, ese calendario electoral ya lo habían diseñado y pactado González con Jordi Pujol aquel mismo verano; lo que fue una sorpresa para González es que Pujol le rechazase unos presupuestos cuya aprobación estaba previamente garantizada por el entonces presidente catalán y líder de CIU. 

En 2025, España lleva ya desde 2023 sin Presupuestos Generales del Estado. Desde que comenzó la actual legislatura en noviembre de hace dos años hasta el día de hoy, los socios de gobierno de Pedro Sánchez no le han aprobado ni un solo presupuesto (tampoco ERC se los aprobó en febrero de 2019, obligando a Sánchez a convocar elecciones generales para abril de aquel mismo año, las cuales se repitieron en noviembre). 

Tampoco parece probable que los socios del todavía presidente les apruebe los presupuestos ni de este año (estamos ya a mediados de 2025) ni tampoco los de 2026 ni seguramente los de 2027. De hecho, y según apuntaron hace escasas semanas medios como The Objective, Europa Press, entre otros, el gobierno socialista ya trabaja con el escenario de llegar a 2027 sin aprobar ni un solo presupuesto en toda la legislatura. 

La diferencia aquí si es clave, ya que mientras González aceptó ir a elecciones tras serle rechazado los prespuestos (ya he mencionado antes que incluso de haberse aprobado éstos, González y Pujol ya tenían pactado que el entonces presidente del gobierno convocaría elecciones para la primavera de 1996), Sánchez está decidido a mantenerse en el poder aunque no apruebe un solo presupuesto y el país esté en parmanente estado de escándalos de corrupción y bloqueos políticos. 

Mientras en 1995, Felipe González estaba ya politicamente calcinado después de trece años de gobierno y un sinfín de escándalos de corrupción, en 2025 es Pedro Sánchez quien actualmente se encuentra completamente quemado mientras contempla cómo los innumerables escándalos de corrupción le van cercando cada vez más. La diferencia está en que González ya llevaba trece años de gobierno, y aún así quería más. Sánchez lleva siete años gobernando, prácticamente la mitad. Los mismos que Aznar, Rajoy y Zapatero. Pero al igual que González, Sánchez tiene ansias infinitas de poder y no desea bajo ningún concepto abandonar la Moncloa. 

Muchos critican, y con toda la razón del mundo, las ansias infinitas de poder de Sánchez, incluido el propio Felipe González. Pero lo que el ex presidente del gobierno ignora, o pretende no recordar, es que Sánchez es el reflejo que aparece cada vez que González se mira al espejo. Sánchez es el fiel discípulo ideológico de Zapatero (el cual es su mentor), pero con la ambición desmedida de poder absoluto que hasta hace treinta años tenía el propio Felipe González.

Estas son las similitudes más relevantes y llamativas de estos dos escenarios, los que vivimos hace treinta años (aunque yo en 1995 solo tenía tres años) y los que estamos viviendo en el presente año. ¿Acabará el escenario actual igual que el de hace tres décadas? Lo pongo bastante en duda, pero a estas alturas ya no descarto nada. Siguiendo esta línea de paralelismos sorprendentes, no descartaría que pudiese haber un cambio de gobierno para el próximo año 2026, como lo hubo en 1996. 

Un Sánchez que, al igual que Felipe González, dejaría el poder a los cincuenta y cuatro años. Con un rey (Felipe VI) que, al igual que su padre hace tres décadas, tendría cincuenta y ocho años, y con un nuevo presidente (Feijóo) que en 2026 contaría con sesenta y cuatro años, veintiún años más que Aznar (El ex líder del PP tenía cuarenta y tres años cuando tomó posesión de la presidencia del gobierno en 1996). 

De esta forma, el círculo se cerraría justo a los treinta años, de la misma forma, o similar, a lo ocurrido en 1996, cuando Aznar ganó por la mínima a Felipe González y éste, en lugar de seguir gobernando con los nacionalistas e IU a pesar de haber perdido (los números daban para esa posibilidad), prefirió pasarle el testigo a Aznar. A Sánchez en cambio, no le veo pasando el testigo a Feijóo ni a ningún otro tan fácilmente. Si deja el gobierno, es posible que sea o bien este año, o bien el que viene. Aunque, conociendo al personaje, no descarto en absoluto que logre agotar la legislatura y consiga reeditar sus pactos si Feijóo no consigue mayoría con VOX en 2027. 

Todo está pues en el aire. En los próximos meses veremos si finalmente el ciclo de esta historia se repite treinta años después o si el desenlace será completamente diferente. De lo que no tengo duda es que si Feijóo llega finalmente a la Moncloa, escenario que dudo que vaya a ocurrir a pesar de todo lo que está cayendo, protegerá a Sánchez de todos sus escándalos y obstaculizará que la Justicia confirme lo que los medios, a través de las informaciones y los audios, ya han publicado: que el llamado "número 1" de la trama Koldo es el propio Sánchez. 

De esta forma se repetiría el contexto que ya se produjo en agosto de 1996 cuando, tras el cambio de gobierno, Aznar acabó protegiendo a González al negarse a entregar a la Justicia los documentos del CESID, los cuales confirmarían que el ex presidente socialista era efectivamente el denominado "señor X" de los GAL, como así aseguraron algunos medios de la época. Todo ello, según Aznar, en pos de "salvaguardar la seguridad nacional".

Estoy plenamente convencido de que, de llegar al poder Feijóo, esa será también su posición. Así funciona el bipartidismo. Ya lo vimos en 1996 y puede que lo veamos, o no, dentro de unos meses o un año si el cambio de gobierno se efectua. Pero de lo que no hay duda es que si en 1996, la crisis política que acechaba a España se resolvió con un cambio de gobierno, lo que pase a partir de ahora no se resolverá con un simple relevo en el ejecutivo, sino que puede que este hipotético escenario sea la antesala de un cambio más relevante a nivel sistémico en una España que vive claramente los últimos coletazos del régimen del 78. Por lo demás, reitero que toca pues ver y esperar si el desenlace de este paralelismo 1995/2025 se consume exáctamente igual que hace tres décadas, o si, por el contrario, su final será completamente distinto. En los próximos meses saldremos de dudas. 

lunes, 2 de junio de 2025

Objetivo: salvar el bipartidismo


Esta semana se cumplen siete años de la moción de censura que llevó a la Moncloa a Pedro Sánchez y a su vez desalojó a Mariano Rajoy del poder en junio de 2018. En mayo de 2019, cuando se cumplió un año de aquel cambio de gobierno, escribí una entrada en este blog donde expuse mi teoría sobre lo que, en mi opinión, hubo detrás de aquella moción de censura. Hoy, cuando se cumplen seis años y casi un mes de aquella entrada titulada "Un año de la moción pactada" (por si alguien la quiere volver a leer), creo que mi tesis sobre aquellos acontecimientos estaban bastante lejanas de lo que realmente ocurrió en junio de 2018. 

Quien haya leído aquella entrada leerá que en mi opinión, la moción de censura fue fruto de un pacto entre PP y PSOE, ya que al haberse rebajado el PSOE al abstenerse en la investidura de Rajoy en octubre de 2016, era la hora de devolver el favor y dejar que la segunda parte de aquella legislatura fuese el PSOE quien dirigiese el gobierno de España tras haberlo hecho el PP durante la primera parte de la misma. Cuando estamos en junio de 2025 y viendo todo lo que ha ocurrido desde mayo de 2019 hasta la fecha, incluida la maldita pandemia que lo cambió todo en 2020, creo que los hechos ocurridos en todos estos años nos dan algo de pista sobre lo ocurrido hace siete años, los cuales voy a desglosar a continuación. 

En 2018, antes del cambio de gobierno, las encuestas daban como claro ganador en caso de convocarse elecciones generales al partido liderado por Albert Rivera: Ciudadanos. En diciembre de 2017, tras la victoria de Inés Arrimadas en Cataluña, muchos veían que el ciclo de Rajoy y del PP había llegado a su fin, unido a su catastrófica e irresponsable gestión del asunto catalán y a los escándalos de corrupción que por aquel entonces acechaban al PP día sí, día también. Las encuestas auguraban un buen resultado para Albert Rivera, que aunque no conseguiría la mayoría absoluta, sí tendría un resultado más que aceptable para que pudiese llegar a algún tipo de pacto o bien con el PP o bien con el PSOE, los cuales le permitiesen gobernar de forma más o menos estable. 

¿Qué ocurre entonces? Que esas encuestas auguraban la victoria de C's, pero también una debacle sin precedentes para el PP y la hecatombre definitiva del PSOE, el cual podía quedar tercero de convocarse las elecciones en aquel momento. En definitiva, esas encuestas auguraban el fin definitivo del bipartidismo en España. Hablamos pues de palabras mayores, ya que una cosa era que hiciese su aparición los partidos bisagra (El propio C's, Podemos y posteriormente VOX) y otra muy diferente es que aquellas elecciones las ganase uno de esos partidos, poniendo fin a la hegemonía bipartidista en España, protagonizada en la mayor parte del periodo constitucional por el PSOE y en menor medida por el PP. 

Es entonces cuando se activan las alarmas en los dos principales partidos y donde, en mi opinión, tanto el PP como el PSOE ven que la supervivencia del bipartidismo estaba más en riesgo que nunca. Por otro lado hay un factor determinante que explica lo que yo no pude descifrar en mayo de 2019 porque todavía no había ocurrido: la pandemia del COVID. En junio de 2018, cuando se produce la moción de censura, la pandemia era un fenómeno inminente y más que preparado por determinados intereses y lobbys a nivel mundial. 

Mucho iban a cambiar las cosas a partir de 2020 y para eso era necesario que quien tomase las medidas en aquel contexto fuese el partido que más simpatías genera en España y al cual se le perdona todo: el PSOE. ¿Acaso alguien cree que la izquierda española se hubiese quedado en sus casas si el confinamiento, el estado de excepción disfrazado de estado de alarma, el cierre del Congreso y del Senado, así como la gestión sanitaria y los decretazos hubiesen sido gestionados en aquel momento por el PP y no por el PSOE? Habrían ardido las calles literalmente y figuradamente. Había que tener un gobierno que mantuviese la "paz social" en medio de aquel caos y nadie mejor para hacerlo que el PSOE, liderado a su vez por el chico de Soros en España: Pedro Sánchez.

Con estos dos factores determinantes llegamos a mayo de 2018, cuando se publica la sentencia de la Gürtel y al día siguiente se registra la moción de censura. En mi opinión, tanto Rajoy como Sánchez tenían más que pactado en aquel momento el cambio de gobierno. Es demasiada casualidad que pocas días antes, el 15 de mayo de 2018 y tras el anuncio de disolución de ETA, Rajoy y Sánchez se reuniesen en Moncloa. ¿De qué hablaron? ¿De ETA, o de algo más? Nada más registrarse la moción, Rajoy ordena a Ana Pastor, por entonces presidenta del Congreso, que la moción se debatiese a la mayor brevedad posible, es decir, entre el 31 de mayo y el 1 de junio. Pastor, siguiendo las instrucciones de su jefe, así lo hace. 

Cuando llegamos al 31 de mayo, Sánchez insta de forma hipócrita y teatral a Rajoy a dimitir, ya que su dimisión paralizaría la moción de censura y abriría el escenario de la ronda de consultas del rey con los candidatos de los partidos. Obviamente, de haberse producido ese escenario, Rajoy no habría sido candidato de nuevo, ya que habría designado probablemente a Soraya Sáenz de Santamaría (o quizás a otra persona) como su sucesor. 

Sea como fuese, Rajoy se niega a dimitir y se va del Congreso mientras la moción sigue su curso. En aquel entonces, toda la derecha se une en una sola voz rogando de rodillas a Rajoy que dimita para bloquear la llegada de Sánchez y compañía (Bildu, ERC, Junts, PNV, Podemos, etc) a la Moncloa. Rajoy, el cual pasó toda la tarde-noche en un restaurante con su nucleo duro, hace caso omiso y alega que su dimisión no cambiaría nada el panorama, pero ¿Era eso cierto?

Si Rajoy hubiese dimitido habría habido dos posibilidades. La primera, que hubiese seguido como presidente en funciones hasta la toma de posesión del nuevo presidente, con independencia de quien fuese y cuando fuese. La segunda, que hubiese dimitido automáticamente y dejado la presidencia en funciones a Soraya (Recuerden la bochornosa escena de su bolso en el escaño de Rajoy) hasta que el Congreso hubiese investido a un nuevo presidente, que bien podría haber sido ella misma, otro candidato del PP o de otro partido. 

La cosa no estaba para experimentos. Si Rajoy dimitía, la moción caía automáticamente, lo cual nos habría llevado a uno de estos dos escenarios: el primero, que el rey hubiese abierto una ronda de consultas, designando bien a Soraya o a cualquier otro miembro del PP como candidato a la investidura, o bien designando a Sánchez como candidato a la presidencia por parte del PSOE. ¿Dónde está el problema? Que Ciudadanos, los cuales habían apoyado a Rajoy hasta la publicación de la sentencia de la Gürtel, ya habían retirado su apoyo a los populares y exigían sí o sí la convocatoria de unas elecciones generales (algo obvio si tenemos en cuenta que de haberse convocado, ellos las habrían ganado). 

El candidato del PP, que obviamente ya no habría sido Rajoy con independencia de que hubiese seguido o no como presidente en funciones, no tenía ya los apoyos suficientes, ya que el PNV comunicó días antes a Rajoy su decisión de apoyar a Sánchez en la moción, pero que estaban abiertos a apoyar a otro miembro del PP como presidente del gobierno si él dimitía. ¿Respuesta de Rajoy? "Ni de coña". Rajoy se negaba pues a dimitir, aunque eso supusiera la continuidad del PP en el gobierno. 

Por otro lado, y volviendo al hipotético escenario de esas rondas de consultas que nunca se celebraron, si Felipe VI hubiese propuesto a Pedro Sánchez como candidato, éste tendría garantizado el apoyo de Podemos y quizás el del PNV, Bildu y CC, pero ¿Cómo hubiesen vendido ante su electorado y ante la sociedad tanto ERC como Junts su apoyo a Sánchez, no por medio de una moción de censura, sino de una investidura a un candidato del PSOE? 

Recordemos que en junio de 2018 había pasado algo más de medio año del golpe de Estado ocurrido en Cataluña y de la aplicación del 155 light, el cual fue aprobado por el gobierno de Rajoy y por el PSOE de Sánchez, aún en la oposición. Nadie en Cataluña habría perdonado ese voto a favor, y menos en aquellas circunstancias. El cambio de gobierno debía hacerse sí o sí por la vía de la moción de censura y no por una investidura posterior a una ronda de consultas. 

Este era el primer escenario hipotético, el segundo hubiese sido que ningún candidato propuesto para la investidura hubiese tenido los apoyos suficientes, lo cual nos habría llevado automáticamente a una disolución de las Cortes y a unas elecciones generales para otoño de 2018. Unas elecciones en las que Ciudadanos se habría llevado el gato al agua y hubiesen cosechado los votos descontentos tanto por parte del PP como por parte del PSOE. Rivera hubiese sido presidente del gobierno y el bipartidismo habría muerto definitivamente en España, abriéndose un nuevo e incierto panorama en el régimen del 78. 

El pastel estaba diseñado desde 1978 para repartírselo entre dos, no para que se apuntase al reparto un tercero. Unas elecciones con esos resultados hubiesen sido la ruina para muchos. Primero, para un PP que si en abril de 2019 cosechó unos penosos resultados con solo 66 diputados tras casi un año de gobierno de Pedro Sánchez, en esas hipotéticas elecciones apenas habrían llegado a los 50 escaños. Y segundo para un PSOE que perfectamente podría haber llegado a los 45 diputados de haberse celebrado esas elecciones, quedando relegados a un tercer puesto que les habría situado definitivamente fuera del juego. 

Ni Rajoy ni Sánchez podían permitir aquello, y menos siendo conscientes, que estoy plenamente convencido de que lo eran, del escenario tan dimensional que se avecinaba en poco más de un año: la pandemia. Tanto Rajoy como Sánchez no podían permitir que el bipartidismo muriese en favor de un tercero en discordia ni que el bloqueo político que se hubiese podido producir si Rajoy hubiese optado por dimitir se hubiese prolongado sine die, extendiéndose incluso hasta el año 2019. Una cosa era que Ciudadanos y Albert Rivera pudiesen haber ganado esas elecciones y otra muy diferente que el bloqueo político no hubiese continuado, pillando al Estado con un gobierno en funciones si el bloqueo se hubiese extendido más de un año, cuando el COVID comenzó a hacer su aparición a finales de 2019. 

Había pues dos cuestiones fundamentales en juego, la supervivencia del bipartidismo y la estabilidad política y social para cuando estallase la pandemia, algo que probablemente Rivera no hubiese podido controlar bien de haber sido él el presidente durante el estallido de la misma. El cambio de gobierno debía hacerse pues de forma rápida y sin dilaciones. Es por ello por lo que Rajoy, como buen defensor del bipartidismo y de la estabilidad, se niega con toda rotundidad a dimitir y acepta que la moción de censura se consume votando los diputados tanto su destitución como a la misma vez la investidura de Pedro Sánchez. Finalmente, el 1 de junio de 2018, la moción de censura sale adelante y Sánchez es investido presidente. Al día siguiente, 2 de junio, se consume el traspaso de poderes al tomar posesión Sánchez como presidente en Zarzuela en presencia del rey, Felipe VI, y del presidente del gobierno saliente, Mariano Rajoy. 

Estos creo que fueron los verdaderos motivos que propiciaron la salida de Rajoy y la llegada de Sánchez. Es bastante probable que hubiesen más motivos de por medio, pero estoy completamente seguro de que esos dos factores fueron cruciales para aquel cambio de gobierno. Basta comprobar cómo solo un año después de aquella moción de censura, el PP se hundió hasta los 66 diputados y C's estuvo a punto de darles el sorpasso. ¿Qué ocurrió posteriormente? Que Sánchez apostó por ir de nuevo a elecciones en noviembre, supuestamente porque quería mejorar los resultados, y acabó perdiendo dos diputados de los obtenidos en las primeras elecciones generales de 2019, las del 28 de abril. 

El 10 de noviembre de ese mismo año, C's pasó de 57 diputados a 10, provocando la dimisión aquella misma noche de Albert Rivera, lo cual fue la antesala de la desaparición de Ciudadanos en 2023. El PP en cambio pasó de 66 a 90. ¿Unas elecciones que Sánchez repitió para mejorar sus resultados o para mejorar los del PP y de esa forma mantener con vida el bipartidismo? Puede que ambas cosas a la vez, aunque nunca lo sabremos. 

Lo cierto y verdad es que siete años después, Ciudadanos no existe, Podemos es un partido que lucha por su supervivencia y VOX, el cual comenzó a despegar tras la moción de censura, es en estos momentos el partido bisagra del PP, igual que Podemos en su día y hoy Sumar lo es del PSOE. Cuando estamos en junio de 2025, es el PSOE quien está actualmente en su peor momento con un sinfín de casos de corrupción que acechan al partido y a Sánchez y que son mucho peores que los que supusieron el desalojo de Rajoy. 

El PSOE de Sánchez, el cual llegó en junio de 2018 para combatir la corrupción que en aquel entonces protagonizaba el PP de Rajoy, es ahora el partido sobre los que pesan los mayores escándalos de corrupción conocidos desde 1977 hasta la fecha. Pero si el PSOE se encuentra débil en estos momentos, el PP por su parte está en su mejor momento para tomar de nuevo el relevo si las circunstancias empeoran y el sistema necesita la alternancia entre los dos grandes partidos. El bipartidismo pues salió ganando de aquella difícil coyuntura de hace siete años y, para desgracia de España y de los españoles, continúa hoy más vivo y más fuerte que nunca. 

domingo, 1 de junio de 2025

Corrupción sistémica, catarsis inminente


En estos días en los que se cumplen siete años de la moción de censura de Pedro Sánchez contra Mariano Rajoy, la cual llevó al actual presidente a la Moncloa, las nuevas informaciones que han ido saliendo sobre la corrupción que asolan al PSOE, al gobierno y en especial al propio Sánchez no pueden ser más sorprendentes. Los audios y las informaciones que han ido saliendo estos días en los medios "El Mundo", "El Confidencial" y "The Objective" están relacionadas con una tal Leire Díez, periodista y ex concejala socialista próxima al círculo de Sánchez, la cual pide (siempre con la autorización del propio presidente y de su número dos en el PSOE, Santos Cerdán) a un empresario llamado Alejandro Hamlyn información perjudicial sobre uno de los jefes de la UCO encargado de investigar los casos de corrupción que acorralan al propio Sánchez (Caso Begoña, Koldo, Ábalos, David Sánchez). 

Pero antes de entrar de lleno en este asunto quiero hacer especial hincapie en una noticia y en un bulo extremadamente grave que desde el gobierno y desde sus medios afines están haciendo circular en las últimas horas, donde en una conversación de Whatssap fechada en junio de 2021 entre un excapitán de la UCO llamado Juan Vicente Bonilla y un empresario relacionado con una trama de hidrocarburos en la que estaría implicado, entre otros Víctor de Aldama, hablan acerca de las investigaciones que la UCO estaba ya realizando sobre Ábalos y los escándalos de corrupción que posteriormente han salido a la luz. En dicha conversación, el empresario le hace saber que gracias a la investigación (el tal Bonilla formaba parte de esa investigación de la UCO), acabarían otorgándole la Cruz Laureada de San Fernando. 

Es entonces cuando en esa conversación, Bonilla responde en tono irónico que o eso o quizás "una bomba lapa en los bajos" o "algún sicario venezolano", bromeando con la posibilidad de que el gobierno intentase eliminarlo antes de que las investigaciones fuesen a más. Una conversación sin más trascendencia que no estaría ahora mismo en todas las portadas sino fuera porque desde medios afines al gobierno han manipulado ahora esa conversación, haciendo creer que el mencionado capitán Bonilla estaría planeando asesinar a Pedro Sánchez con una bomba lapa en los bajos de su coche. Una manipulación por parte de los medios de la izquierda que el propio gobierno ha secundado, hasta el punto de salir varios ministros de Sánchez a acusar a este capitán, a la UCO y a la Guardia Civil de querer orquestar un intento de asesinato contra Sánchez. 

Pero aquí no acaba la historia, ya que el tal Bonilla resulta que trabaja actualmente en la consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid, de modo que desde el gobierno y desde el PSOE se está extendiendo estas graves acusaciones hacia Ayuso, Feijóo y la derecha española en general, ya que según indican los socialistas, el PP está manteniendo en puestos de responsabilidad pública a miembros que, según ellos, quieren asesinar al presidente del gobierno. Como se puede ver, el gobierno de Sánchez, el PSOE y la izquierda en general con sus medios afines van a por todas y no vacilan incluso a la hora de acusar falsamente a la Guardia Civil de querer matar a Pedro Sánchez y de extender esa falsa conspiración al PP y a toda la derecha política. 

Una acusaciones gravísimas y sin precedentes que veremos a ver cómo van a acabar. De momento, la Guardia Civil, Bonilla y todos los señalados tendrían que emitir un comunicado y defenderse de estas graves acusaciones, ya que el gobierno ha seguido insistiendo en esa falsa conspiración incluso cuando desde algunos medios de izquierdas, como La Sexta, ya habían reconocido el error de la publicación. Sin embargo, el gobierno sigue adelante en estos momentos con esa campaña y todo hace indicar que va a ir a más. 

Todo esto me lleva a preguntarme, ¿Qué será lo próximo? ¿Que el gobierno alegue que la Guardia Civil y parte de las Fuerzas Armadas están ultimando un golpe de Estado contra los socialistas? ¿Que ese hipotético golpe de estado debería ser respondido aplicando el estado de excepción o de sitio para blindar completamente al gobierno y que éste tome todas las medidas necesarias para perpetuarse en el poder, aunque eso suponga silenciar a los medios e ilegalizar a la oposición? Como se puede ver, la situación está empeorando por días y estamos hablando ya de una guerra abierta que el gobierno del PSOE le ha declarado a la Guardia Civil. Mucho cuidado con esto porque no sabemos cómo va a acabar. Quizás pase lo que pasa siempre, nada, o quizás esto sea el inicio de algo más grave. 

Dicho esto, me centro ahora en las informaciones que han ido apareciendo en estos días sobre los audios que implican a la ya mencionada, Leire Díez, y a otros individuos. Unos audios y unas informaciones en las que Díez, hablando siempre por boca del gobierno y del PSOE, pedía a sus interlocutores información perjudicial sobre uno de los jefes de la UCO encargado de las investigaciones sobre los casos de corrupción que acechan al PSOE. Todo con el objetivo de eliminar a este teniente coronel de la Guardia Civil (la UCO es una unidad perteneciente a este cuerpo) y de paso dinamitar a la propia UCO, con el objetivo de frenar todo intento de investigación de esta unidad contra las corruptelas del gobierno del PSOE. 

Además de esto, Leire Díez también hace comentarios en los audios indicando que lo mejor que podría pasar es que ese jefe de la UCO encargado de las investigaciones, llamado Antonio Balas, estuviese muerto. Por si fuera poco, Díez también ofreció sin éxito a varios medios de comunicación un íntimo video sexual de un fiscal anticorrupción llamado José Grinda, el cual según ella era colaborador en las investigaciones de la UCO y ha sido objeto de críticas por parte tanto del PSOE como de Junts, ya que en su momento se involucró para destapar el caso de corrupción que afectaba a los Pujol y a CIU con respecto al denominado caso del 3%. 

Pero aquí no acaba la cosa. En otra información que ha salido a la luz, la tal Leire hace comentarios que no dejan indiferente a nadie, pidiendo incluso a un comandante de la Guardia Civil imputado en el caso Koldo (Rubén Villalba) que Víctor de Aldama fuese silenciado a toda cosa, ya que según ella "bajo ningún concepto pueden salir determinadas informaciones". A cambio de esa ayuda, el gobierno, a través de la fiscalía,  protegería judicialmente, rehabilitaría y ascendería dentro de la Guardia Civil al imputado.

Las informaciones y audios, sobre todo uno de casi una hora que ha salido a la luz donde esta sujeta hace confesiones y comentarios de todo tipo, han abierto aún más la caja de pandora y ha delatado de nuevo al gobierno de Sánchez, el cual, según se desprende en los audios, estaría dispuesto a cargarse la UCO (la unidad de investigación de la Guardia Civil que investiga sus casos de corrupción) con tal de que no saliese publicada más información comprometedora contra Sánchez, el gobierno y el PSOE. 

Y aún hay más. En otro audio que ha salido a la luz, un sujeto llamado Javier Pérez Dolset, ha confirmado que todo el entramado de extorsión que está saliendo a la luz está compuesto por el propio Pedro Sánchez, Santos Cerdan y la ya mencionada Leire Díez. Ahora bien, ¿Quién cojones son Leire Díez y el tal Javier Pérez Dolset? Básicamente fontaneros del PSOE, cuyo propósito es el de limpiar la mierda que salpica al partido y al gobierno. 

El término "fontanero" es algo que surgió en la época de Nixon y el Watergate, lo cual no fue un paréntesis sino la creación de una red mafiosa que ha sido copiada en muchos otros países, incluyendo a España, donde los principales partidos tienen su propia red de "fontaneros", con el objetivo de salvaguardar los intereses del partido y/o del gobierno por todos los medios, incluidos los más despiadados. 

Esa red mafiosa es la que ha salido a la luz con estas informaciones aparecidas en los últimos días y que todo indica que es solo el inicio de algo mucho más grave que va a salir a la luz en los próximos días, semanas o meses. Lo que ha salido es pues un escándalo que salpica a las cloacas del Estado, pone en la diana a la UCO y a la Guardia Civil y sobre el que el gobierno solo ha hecho comentarios despóticos, insinuando de nuevo que se tratan de "bulos", "campañas de acoso y difamación" y "montajes de la extrema derecha". Lo denunciado en las últimas horas sobre las graves y falsas acusaciones contra la Guardia Civil y el falso intento de asesinato contra Sánchez es ya la guinda del pastel. 

¿Y qué ha dicho ante todo esto el presidente del gobierno? Nada. Pedro Sánchez sigue recluido en la Moncloa y todo hace indicar que su campaña de extorsión, calumnias, injurias, acoso e intimidación contra todo aquel que investigue sus casos de corrupción va a ir a más. Quien piense que Sánchez va a dimitir por estos escándalos o por muchos más que salgan a la luz, ya puede sentarse porque la espera puede ser larga. 

Ni Pedro Sánchez va a dimitir ni esto va a ser, por desgracia, el final de su gobierno. Los socialistas ya van a calzón quitado y si mañana toman medidas para desmantelar la UCO y la Guardia Civil, amordazar a los medios no afines al PSOE y neutralizar el Poder Judicial, lo harán sin lugar a dudas. Ya lo estamos viendo con las graves acusaciones vertidas hoy por parte del gobierno contra la Guardia Civil y el falso intento de asesinato contra Sánchez. La situación en estos momentos es bastante grave. Una situación que, salvando todas las distancias, a mí me recuerda en cierta forma a la de 1995, cuando Felipe González estaba ya acorralado por la corrupción y se vio obligado a adelantar las elecciones generales en 1996. 

Pero ¿Cuál es la diferencia? Que Felipe González, a pesar de la falta de escrúpulos y todo el poder que tenía, nunca llegó hasta estos límites a los que sí ha llegado Pedro Sánchez. González en 1995 tenía ya cincuenta y tres años (curiosamente los mismos que Sánchez ahora) pero llevaba ya trece largos años gobernando. Sánchez, por el contrario, lleva siete y su sed de poder aún no se ha saciado, a pesar de llevar ya los mismos años de gobierno que Aznar, Rajoy e incluso su mentor Zapatero. 

Personalmente, estoy convencido de que todo esto, a pesar de su gravedad, no va a hacer caer al gobierno. Hace solo unas semanas, se destapó un nuevo escándalo, esta vez con respecto a José Luis Ábalos, cuyo entorno, o él mismo, habrían filtrado a la prensa whatssaps en los que, según apareció reflejado en los medios, Sánchez le trasladaba a Ábalos su apoyo cuando comenzaron a salir en 2021 casos de corrupción que afectaban al ex ministro de Industria.

Posteriormente salieron a la luz más whatssaps pero sin ningún contenido relevante, ya que lo único que aparecían en dichos mensajes eran descalificativos de Sánchez y Ábalos contra Pablo Iglesias (a quien Sánchez llama "maltratador") y Margarita Robles (a la cual Sánchez define como "pájara"). Estos mensajes parecen ser un aviso de Ábalos al propio Sánchez para que éste lo proteja judicialmente sino quiere ver publicadas conversaciones más graves. En definitiva, unas filtraciones que, por supuesto, no tienen ni punto de comparación ni de relevancia con lo que ha salido en estos últimos días. 

Y ante todo esto, ¿Qué hace la oposición y en especial el PP? Salir hace un par de días Alberto Núñez Feijóo en rueda de prensa de forma solemne para convocar una manifestación para el próximo 8 de junio con el objetivo de exigir la dimisión de Sánchez. Una rueda de prensa que, en otro contexto, como broma estaría bien, pero en unas circunstancias tan graves como las actuales es un insulto a la inteligencia e incluso a la torpeza. Que este sujeto exija a los ciudadanos que salgan a la calle para algo que obviamente no va a ocurrir, como en este caso es la dimisión de Sánchez, demuestra que el cinismo y la caradura de Feijóo no tiene nada que envidiar a la del presidente del gobierno. 

¿Acaso una manifestación va a provocar un cambio de gobierno? ¿Desde cuándo tiene consecuencias las manifestaciones que se han convocado en España? Jamás. Y lo dice uno que en 1997, con cinco años, acudió con su familia (yo no sabía muy bien en aquel entonces de qué iba el asunto) a las manifestaciones tras el asesinato de Miguel Ángel Blanco. Un momento que se me quedó marcado al ver la marea humana que salió a las calles en repulsa contra ese asesinato, en contra del terrorismo etarra y en favor de la paz en España. 

¿Tuvo consecuencias aquellas manifestaciones históricas? Por desgracia, ninguna. ETA siguió asesinando, al año siguiente el PNV firmó con Batasuna el Pacto de Estella y Aznar primero y posteriormente Zapatero, negociaron con la banda terrorista. A día de hoy, ETA, gracias a aquel denominado "proceso de paz" con Zapatero, está hoy en las instituciones y es uno de los principales socios del actual gobierno del PSOE de Sánchez. 

¿De qué sirven pues tantas manifestaciones si luego los políticos se burlan de la sociedad y la traicionan mientras la pisotean sin la menor vacilación? Feijóo no debe de exigir a la población nada. Las circunstancias ya no exigen manifestaciones, sino una moción de censura. Porque es competencia suya y solo suya presentar dicha moción de censura, con independencia de que los números den o no. En cada periodo de sesiones, el PP está en la obligación de presentarla. Y que los socios del gobierno (etarras, independentistas, podemitas/sumaristas, nacionalistas, etc) se retraten una y otra vez. Y además de todo esto, exigir día tras día la dimisión de Sánchez.

Si Feijóo piensa que con una manifestación Sánchez va a claudicar, es más cínico de lo que pienso, que ya es bastante. Por otro lado, ¿De qué sirve convocar a los españoles a las calles si luego el propio Feijóo pacta cualquier asunto con Sánchez al día siguiente sin dudarlo un momento? Lo de Feijóo es, al igual que lo que lleva haciendo Sánchez y todos los ex presidentes del gobierno de España desde 1977 hasta la fecha, una tomadura de pelo y un insulto constante a los ciudadanos. 

Ya he dicho, y lo reitero de nuevo, que no creo en absoluto que el PSOE ni Sánchez vayan a caer. Sus socios le tienen asegurado el apoyo hasta 2027, aunque no haya presupuestos y el país esté bloqueado hasta dentro de dos años. ¿Qué más da la corrupción, los escándalos y el bloqueo, verdad? Los etarras y los independentistas pensarán "mientras nosotros consigamos nuestros propósitos gracias a éste (Sánchez), que le den por culo a todo lo demás". Algo normal viniendo de asesinos y secesionistas que odian a España y no dudan en asfixiarla con la complicidad de este gobierno traidor y criminal. 

Pero volviendo a lo de antes, la pregunta es, si Sánchez y el PSOE cayesen (vía dimisión, vía moción de censura, vía elecciones anticipadas) ¿Qué cambiaría en España? absolutamente nada, y más si tenemos en cuenta que Feijóo no tienen ningún interes en derogar lo que el sanchismo ha realizado a lo largo de estos siete años. El PP no es ninguna alternativa (tampoco lo es VOX) a la hegemonía extremista, polarizadora y sectaria de la izquierda liderada por el PSOE y sus socios. Esto mismo lo escribí en mi última entrada acerca del papel fundamental que desempeña el PSOE en el actual régimen del 78 con la complicidad de la denominada "derecha" y lo vuelvo a decir en esta entrada. 

Puede que Sánchez caiga o puede que no, ya no sé ni qué pensar en estos momentos. Pero si el PSOE cae, que nadie dude de que la izquierda se reorganizará de nuevo y de forma más peligrosa ante un hipotético y débil gobierno del PP liderado por Feijóo. Veremos a ver cómo acaba todo esto, aunque ya hay voces que apuntan a que lo peor no ha llegado, y que próximamente veremos cosas mucho peores que las que están saliendo. Siendo así, y con independencia de que el PP no cambie absolutamente nada de lo realizado por el PSOE, España no puede aguantar esta agonía con este gobierno de aquí a 2027. 

O Pedro Sánchez cae como muy tarde el año que viene, o las consecuencias de sostener a este gobierno por parte de sus socios a base de concesiones cada vez más extremas, nos llevarán al colapso absoluto cuando acabe la legislatura. Si Sánchez no se va, como es de esperar en él, y Feijóo no mueve ficha para actuar ya, la situación de crisis sistémica que vivimos ahora no será nada comparado con lo que viviremos desde ahora hasta 2027. 

Lo que ha salido a la luz ahora es un escándalo aparte, el cual no afecta solo a Sánchez, ni a su familia ni al PSOE, sino a las denominadas cloacas del Estado (los fontaneros del PSOE) e incluso a la Guardia Civil, al querer el gobierno dinamitar a cualquier precio a la UCO y con ello al propio cuerpo. Aquí entramos pues en un terreno más peligroso donde puede ocurrir cualquier cosa, ya que hablamos incluso de falsas acusaciones provenientes del PSOE acerca de un inexistente intento de asesinato contra Sánchez orquestado por miembros de la Guardia Civil. La situación es bastante grave y si nadie hace nada, como hace unos días aconsejó Aznar, aquí pueden salir mal parados no solo el PSOE sino el PP y todo el aparato del Estado. Conviene recordar que Sánchez nunca se rendirá, y si cae, antes se llevará a todos por delante, sea quien sea. 

Todo hace indicar que la situación va a empeorar y solo es cuestión de días, semanas o meses que veamos el desenlace de todo esto. ¿Cuál será ese desenlace? Eso es lo que ya no sé, aunque estoy seguro de que algunos ya han diseñado y pactado la hoja de ruta y saben más de lo que los medios ya han publicado. Y no solo eso, sino que estoy convencido de que esos mismos tienen conocimiento además de cuál será ese desenlace. Esto último son, obviamente, conjeturas mías, pero lo que es seguro es que hemos entrado ya en un escenario turbio que a mí personalmente me recuerda demasiado al de 1995, cuando González estaba ya en las últimas y a los escándalos de los GAL, Filesa, Roldán, Mariano Rubio, etc, se le sumó las escuchas ilegales del CESID. 

Al año siguiente, en 1996, González dejó el poder en manos de un Aznar que luego no hizo nada por colaborar con la Justicia a la hora de desclasificar los documentos que implicaban a González en los GAL. ¿Acabará treinta años después la historia de la misma manera? ¿Con Sánchez fuera del poder en unos meses y con Feijóo encubriéndolo posteriormente desde Moncloa para "proteger la seguridad nacional"? ¿O acabará con Sánchez atrincherado en el poder, aunque eso suponga el colapso del sistema? Habrá que esperar a ver qué pasa, pero todo hace indicar que estamos ante una catarsis inminente cuyas consecuencias no sabemos aún la magnitud que tendrán.