Antes de hablar sobre la desastrosa gestión de Pedro Sánchez al frente del gobierno de España, debo hacer un análisis sobre cómo el PSOE ha vuelto al poder este pasado verano y qué se esconde realmente detrás de la ya histórica moción de censura que se produjo en junio de este año. Como todos sabemos, España pasó en sólo una semana de aprobar los presupuestos generales del estado que garantizaban la gobernabilidad del PP y de Mariano Rajoy hasta 2020 a producirse la salida inmediata de éstos del poder tras haber sido aprobada por mayoría absoluta en el congreso la moción de censura registrada tras la sentencia del caso Gurtel. Hasta aquí la historia es conocida por todo el mundo, pero ¿Y si en realidad hubo algo más detrás de todo esto? A nadie se le escapa que en junio de este año, la legislatura estaba en su ecuador y por lo tanto comenzaba la segunda parte de ésta. Tras la sentencia del caso Gurtel, muchos especulaban sobre la posibilidad de que Rajoy convocase elecciones generales inminentes. Unas elecciones que de haberse producido hubiesen dado la victoria, si no en votos en escaños, a Ciudadanos y a Albert Rivera, con lo que definitivamente el bipartidismo en España hubiese acabado definitivamente. ¿Qué mejor ante el grave escenario que se había abierto en España? Pues presentar una moción de censura por parte del PSOE. Una moción en la que el gobierno de Rajoy se encargó de acelerar los trámites para su celebración lo antes posible. ¿El resultado? Todos lo sabemos; Pedro Sánchez ganó la moción de censura y al día siguiente tomó posesión de la presidencia del gobierno, poniendo fin a casi siete años de gobierno de Mariano Rajoy. Ese es el resultado principal, pero ¿Y el resultado de fondo? Un resurgimiento del bipartidismo que se creía ya por imposible. Desde el cambio de gobierno, tanto el PSOE como el PP han vuelto a acaparar las portadas en detrimento de Ciudadanos y Podemos, lo cual convierten solamente a los de Albert Rivera y Pablo Iglesias en meros diputados muletas, necesarios a la hora de apoyar al PSOE o al PP para formar gobierno.
¿Quién ha salido perdiendo de todo esto? Lógicamente Ciudadanos, que han visto perdida su quizás única oportunidad para alcanzar la Moncloa debido a la nefasta gestión que Rivera llevó a cabo tras el estallido de la sentencia del Gurtel. ¿Quién ha salido ganando en parte? Podemos, por supuesto. Los de Pablo Iglesias saben perfectamente que su "Asalto al poder" es imposible, y que sólo podrán alcanzar éste si es a través de un pacto de gobierno con el PSOE. Con la moción de censura se ha conseguido volver al sistema bipartidista en un momento en el que el sistema consitucional echa aguas por todas partes y se hunde cuan Titanic poco a poco. ¿Quién habla ya de Albert Rivera y de sus posibilidades para ser presidente del gobierno?, ¿Quién habla ya de un gobierno podemita liderado por Pablo Iglesias? Nadie. El bipartidismo ha vuelto, y ha vuelto con fuerza y para quedarse. Llegados a este punto cabe añadir ¿De verdad fue tan inesperado e imprevisto el cambio de gobierno como todos creímos?, ¿O se trató más bien de una operación orquestada por el PP y por el PSOE para llevar a cabo un traspaso de poderes dentro del sistema bipartidista ante la imposibilidad de hacerlo a través de unas elecciones generales? Hay que recordar que de haberse convocado elecciones en mayo, el PSOE jamás hubiese vuelto no sólo a ganar unas elecciones, sino a convertirse con toda probabilidad en segunda fuerza política. Ante la llegada de unos nuevos, ¿Por qué no un pacto encubierto para refortalecer el bipartisimo? También debo añadir que aunque no recuerdo en concreto el medio en el que lo leí, sí recuerdo haber leído una noticia en los días posteriores a las elecciones generales del 20-D. En dicha publicación se hacía hincapié en una oferta que Mariano Rajoy había ofrecido a Pedro Sánchez: Un apoyo o abstención del PSOE a un gobierno del PP presidido por Rajoy, a cambio de un relevo en la presidencia en 2018, concretamente en el ecuador de la legislatura, en favor del PSOE y de Pedro Sánchez. Es decir, una presidencia compartida en la que durante la primera parte de la legislatura habría un gobierno popular, y en la segunda un gobierno socialista. Curiosamente, las fechas en las que se ha producido el cambio de gobierno coinciden con las expuestas en la noticia que leí en diciembre de 2015, por lo que cabe hacerse la siguiente pregunta; ¿Fue la moción de censura una operación orquestada desde el propio estado para asegurar la superviviencia del bipartidismo? En lo que a mí respecta, cada día estoy más convencido de que sí.
Bien, dicho esto ahora toca hablar sobre el motivo por el que esta noche escribo; Los 100 primeros días de presidencia de Pedro Sánchez. Cabe añadir que nuestro protagonista no pudo empezar de la peor manera posible su mandato. Sólo una semana después de la toma de posesión de sus ministros, el nuevo ministro de cultura, el mediático Maxim Huerta, dimitió al hacerse público que sólo unos años antes había defraudado a hacienda más de 200.000 euros. Todo un tiro en el pie para un gobierno en el que Pedro Sánchez había designado más ministras que ministros por el mero hecho de buscar "La paridad" (Aunque en dicha paridad prevaleciese claramente el sexo femenino por encima del masculino). Después de este bochornoso espectáculo se produce la aprobación para la recuperación de la sanidad universal y gratuita para todos los inmigrantes irregulares. Tras esta polémica decisión aparece el "Aquarius", un barco repleto de más de 600 refugiados provenientes de diversos países africanos. Ante la negativa del nuevo gobierno italiano de hacerse cargo del barco, el gobierno de España anuncia su intención de acoger el barco y dar asilo a todos los inmigrantes embarcados. Este anuncio provoca un efecto llamada donde los inmigrantes africanos desembarcan día sí y día también en las costas de nuestro país, mientras desde Ceuta y Melilla se producen cotidianamente asaltos a las verjas fronterizas y agresión con cal viva y ácido a la policía y a la guardia civil, como sucedió hace un par de semanas. ¿La respuesta del gobierno a todo este despropósito? Ponerse de perfil y dar un bajo respaldo a los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado, sin visitar siquiera a los policías y guardias civiles heridos en los hospitales. Pero aquí no termina la historia. A finales del mes de junio, Pedro Sánchez acuerda con la canciller alemana, Angela Merkel, acoger también a los refugiados que se encuentran actualmente en el país germano. Como remate a esta locura, en agosto hace su reaparición el famoso barco "Aquarius", repleto esta vez de cerca de 150 personas. Ante la negativa esta vez del gobierno de acoger nuevamente el barco debido al descontrol vivido en las fronteras como consecuencia del efecto llamada, Francia decide negociar con Malta el reparto de los inmigrantes embarcados. En esta negociación se acuerda que España acoja a un total de 60 inmigrantes de 141 aproximandamente. Los ochenta restantes se repartirían entre los diversos países de la Unión Europea. Ante esta nueva humillación por parte del gobierno de España, aparece la confirmación del propio Pedro Sánchez de la noticia, enorgulleciéndose de haber sido él quien ha liderado los acuerdos entre Europa y Malta en los que España se llevaba la peor parte. Pocas horas después, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, desmentiría al jefe del gobierno español y confirmaría que ha sido Francia y no España el país que ha liderado estos acuerdos, poniendo por partida doble a Pedro Sánchez en una situación humillante.
Pocos días después de su llegada al gobierno, el propio Pedro Sánchez anunciaría en su primera entrevista como presidente del gobierno a TVE que no estaba dispuesto a convocar elecciones generales, tal y como él mismo se había comprometido antes de ganar la moción de censura, y apostaba por agotar la legislatura hasta junio de 2020. Ante esta situación, desde algunos sectores apostaron por la celebración inmediata de unas nuevas elecciones generales, sin embargo Sánchez no estaba dispuesto a jugarse el cargo que con tanta dificultad había llegado a alcanzar. Desde entonces la actitud del ejecutivo ha sido la de un gobierno con claros y peligrosos tintes totalitarios en los que se ha hecho un uso desmedido del Real Decreto Ley, a falta de una mayoría parlamentaria del PSOE que le permita aprobar sus propias propuestas legislativas. En el mes de agosto, el gobierno socialista ha aprobado por primera vez y sin acuerdos con la oposición una reforma del Código Civil, en la que se alteraba la patria potestad en aquellos casos donde hubiese "Violencia de género". Toda una situación insólita, propia de un gobierno totalitario, además de un acto de dudosa legalidad constitucional. Pero por si todo esto era ya grave y preocupante, hace sólo un par de semanas se anunció la intención del gobierno de reformar junto con Podemos la ley de estabilidad presupuestaria por vía de urgencia, con el objetivo de impedir que el senado (Con mayoría absoluta del PP) vetase la propuesta del gobierno para el techo de gasto en 2019, así como los presupuestos generales del estado para el próximo año. Un movimiento con claros tintes totalitaristas que de momento ha provocado que el gobierno tramite esta reforma por vía ordinaria y no por vía de urgencia, debido al voto en contra de PP y C's. Con este revés la posibilidad de que la reforma para impedir que la oposición vete el techo de gasto y los presupuestos sigue adelante, sólo que el gobierno tendrá que esperar un poco más de lo que ellos querían para aprobarla. Con esta grave decisión, el gobierno del PSOE se encamina hacia un sistema unipartidista en el que la oposición corre serios riesgos de ser excluida en la toma de decisiones legislativas.
Con estas decisiones, más propias de un sistema dictatorial que de una supuesta democracia representativa, el gobierno del PSOE gana tiempo para no convocar esas elecciones generales que con tanto fervor defendían antes de su llegada al poder. Como ejemplo cabe añadir las declaraciones de la vicepresidenta del gobierno, Carmen Calvo, donde afirmó que no se convocarán elecciones generales porque "No les convienen a los ciudadanos". Toda una declaración que demuestra la bajeza moral de esta impresentable, así como de su jefe y todos sus compañeros en el consejo de ministros. Un consejo de ministros que desde su llegada ha llevado a cabo el acercamiento de presos etarras a las cárceles del País Vasco como consecuencia del comunicado de la banda terrorista ETA el pasado mes de mayo donde anunciaban su disolución. Un acercamiento de presos que el gobierno ha llevado a cabo faltándole el respeto a todas las víctimas del terrorismo, así como a la ciudadanía española en su conjunto. Otra de las primeras medidas del nuevo gobierno fue el acercamiento de los presos catalanes a las cárceles de Cataluña. Todo un despropósito y una falta de respeto hacia la sociedad española, la cual ha vivido hace tan sólo un año la mayor crisis política y social que se recuerda desde la guerra civil. Junto con el acercamiento de presos, el gobierno ha llevado a cabo un acercamiento de posiciones con el nuevo gobierno catalán presidido por Quim Torra. Desde algunos sectores se habla de la posibilidad de darle a Cataluña un reconocimiento fiscal propio dentro del estado español, así como una serie de distinciones, entre las que se encontrarían el reconocimiento de Cataluña como una nación dentro del Reino de España. Así lo dejó entrever hace sólo dos días el propio Sánchez en una entrevista cuando afirmó que el fin de la crisis catalana acabará con "Una votación para aumentar el autogobierno en Cataluña". Toda una declaración de intenciones en las que se desprendía también la intención del presidente del gobierno de aprobar nuevamente el estatuto catalán aprobado por Zapatero en 2006 y que en 2010 tumbó el Tribunal Constitucional al anular varios artículos considerados inconstitucionales y que ahora el PSOE pretende de nuevo incluir en dicho estatuto. Todo ello mientras en Cataluña se recrudece cada día más el enfrentamiento civil entre independentistas y unionistas a consecuencia de la ya famosa "Guerra de los lazos amarillos". En resumen, lo llevado a cabo por Sánchez supone toda una traición sin paliativos a España y a esa constitución que el propio Sánchez prometió guardar y hacer guardar en su toma de posesión. En lo que respecta al País Vasco cabe añadir que desde algunos medios se habla sobre la posibilidad de que los acercamientos de los presos etarras no se queden ahí, sino que vayan acompañados incluso de puestas de libertad de algunos de los asesinos. Con estas decisiones tanto en Cataluña como en el País Vasco se confirma el alto precio que Pedro Sánchez está dispuesto a pagar para devolverle el favor a los nacionalistas, independentistas y proetarras que apoyaron su llegada al gobierno a través de la moción de censura.
Aunque la moción de censura al gobierno del PP fue según el propio Sánchez "Para acabar con un gobierno manchado por la corrupción", su propia llegada a la Moncloa ha estado cargada durante estos tres meses de clientelismo y enchufismo como nunca antes se había visto con tanto descaro en la política española. Más de 500 personas han sido fichadas para altos cargos de responsabilidad en las administraciones públicas y principales instituciones del estado desde la llegada del líder socialista, desde amigos hasta familiares. Pero sin lugar a dudas el fichaje que más polémica ha levantado, y con razón, ha sido el fichaje de su propia mujer, Begoña Gómez, como directora en el Instituto de Empresa. Toda una desvergüenza absoluta proveniente de aquel que acusó en su momento al entonces presidente del gobierno de ser una persona "Indecente" por cobrar sobresueldos ilegales en su partido. Probablemente en un país sensato y democrático, el jefe del gobierno no sólo dimitiría en dichas circunstancias sino que jamás se habría atrevido siquiera a enchufar a su mujer de una forma tan descarada y miserable. Aún así, la polémica e incluso los "Abusos de poder" del presidente del gobierno no se quedan aquí; En julio, el jefe del gobierno acudió con su mujer a Castellón para asistir a un concierto, utilizando con ello un avión oficial del estado para desplazarse en dicho viaje. Para más inri, la vicepresidenta del gobierno excusó el viajecito entre el presidente y la primera dama afirmando que "El concierto entraba dentro de la agenda cultural del jefe del gobierno". Ahí es nada. Para más señas, desde Moncloa se afirmó que el viaje entraba dentro de una serie de actos entre los que se encontraba una entrevista con el presidente de la generalitat valenciana, Ximo Puig. Lo que no dijo Moncloa fue que esa entrevista duró 45 minutos y que sólo sirvió como excusa ante los medios para justificar la escapada del presidente y su mujer. Pero aquí no acaba la cosa, durante estos tres meses la exhibición de Sánchez como nuevo presidente ha sido un no parar. En varias ocasiones se le ha visto ya hacer uso del helicóptero del que los presidentes del gobierno disponen en Moncloa para hacer viajes cortos. Lo hizo por ejemplo hace un par de semanas, cuando hizo nuevamente muestras de su exhibicionismo presidencial al reunir a todo su gobierno en la finca estatal de Quintos de Mora, llegando a ella en helicóptero mientras todos sus ministros lo hacían en coche oficial, así como en otros desplazamientos de corta distancia. También su exhibicionismo lo llevó a cabo cuando invitó a Angela Merkel al palacio de las Marismillas en Doñana. Allí Sánchez ofreció una rueda de prensa en medio del palacio veraniego y recorrió con Merkel el complejo presidencial. Se puede decir pues que nuestro presidente es un tipo narcisista, el cual disfruta haciendo exhibicionismo de su poder y vacilando de su nueva posición política.
Otra cuestión que también ha sido trascendental es la renovación de la dirección de RTVE. El nuevo gobierno se propuso desde el minuto uno despedir a todo el personal proveniente de la época de gobierno de Rajoy. Tras barajarse varios periodistas afines a los medios de izquierdas, el gobierno del PSOE y Podemos acordaron designar como nuevo presidente de RTVE a Tomás Fernando Flores, una candidatura que finalmente no salió adelante, lo que llevó al gobierno del PSOE a pactar con Podemos una "Administración provisional" en el ente público, liderada esta vez por la periodista Rosa María Mateo, cuya candidatura finalmente sí fue aprobada por el congreso de los diputados. Desde la llegada de Mateo a la dirección de RTVE, todo han sido purgas dentro de dicha casa. Se han vuelto a nombrar a personajes destacados de la época de Zapatero en puestos relevantes en RTVE y se ha dado un giro a la izquierda en términos de comunicación. Como prueba de ello esta semana se ha producido un curioso episodio en los nuevos programas de "Los desayunos de TVE", dirigidos ahora por Xabier Fortes. En dicho programa se produjo una entrevista a Albert Rivera, donde Fortes se refirió a Cataluña como "Un país", lo cual deja entrever que la nueva política izquierdista en RTVE también va dando sus frutos. Otro hecho destacado ha sido el veto por parte del gobierno a la emisión de un programa en el mítico programa "Informe semanal" sobre los 100 primeros días de gobierno de Sánchez, cambiándolo por otro sobre el Valle de los Caídos. También destaca otro episodio ocurrido en el canal 24 horas, donde se refirió a los presos catalanes como "Presos políticos". Está visto y comprobado que Podemos y el PSOE quieren convertir RTVE en su propia "La Tuerka", lo cual a la vista de los acontecimientos, están consiguiendo.
En lo que respecta a la situación económica cabe decir que en estos tres meses la economía española ha comenzado nuevamente a dar síntomas de estancamiento. El dato más alarmante han sido las cifras del INEM del mes de agosto, donde el paro ha subido en cerca de 50.000 personas, la cifra más alta en ese mes desde 2011. Eso por no hablar de la escalofriante cifra de destrucción de empleo producida el 31 de agosto, que ya ha pasado a la historia como el día que mayor empleo se ha destruido en toda la historia de España. En total más de 300.000 empleos destruidos en un sólo día. También cabe destacar el número de cotizantes que durante el mes de agosto se han dado de baja en la seguridad social; Un total de más de 200.000 personas. Todo un indicador de por dónde pueden ir a partir de ahora los tiros en esta nueva etapa de gobierno socialista. El mismo gobierno socialista que ya ha anunciado un pacto con Podemos para subir el IRPF a aquellas personas que ganen más de 140.000 euros al año, y el mismo gobierno socialista que hoy mismo y tras sólo un año después de los atentados de Barcelona y Cambrils no ha descartado volver a vender bombas a Arabia Saudí, el país que comercializa con el Estado Islámico y que es responsable de los atentados que se están perpetrando en Europa. Toda una gravísima traición sin precedentes hacia el pueblo español, que ha sufrido en sus propias carnes el terrorismo islámico financiado por ese país al que el gobierno está dispuesto a seguir vendiendo bombas. Unas bombas que con toda seguridad y para desgracia nuestra volverán a España para que los terroristas puedan volver a masacrarnos en el futuro, y todo esto con la estimable ayuda de nuestro propio desgobierno.
Y para terminar he preferido dejar como último asunto el que sin duda es el más polémico y controvertido tema en estos 100 días de desgobierno socialista. Me estoy refiriendo a la decisión del gobierno de Sánchez de exhumar los restos de Francisco Franco, así como su firme intención de reformar y profundizar la ley de memoria histórica, la revisión de la historia transcurrida en España desde la guerra civil hasta el fin de la dictadura, y la decisión del gobierno de convertir el Valle de los Caídos en un "Cementerio civil". El pasado día 24 de agosto, el gobierno llevó a cabo la que según ellos es su medida estrella para la legislatura; La exhumación de los restos de Franco del Valle de los Caídos. Pues sí, después de casi cuarenta y tres años, la medida estrella de un gobierno es simple y llanamente la exhumación del cadáver de Franco, lo cual da una idea del proyecto de gobierno que tienen estos tipos. Más de cuarenta años después de la muerte de Franco y más de ochenta desde el estallido de la guerra civil, el gobierno ha decidido reabrir nuevamente las heridas de la guerra. Unas heridas que habían cicatrizado hasta la llegada al gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y su brillante idea de crear la sectaria y controvertida ley de memoria histórica. Con la llegada de Pedro Sánchez, el PSOE vuelve nuevamente a la carga y con más artillería que en 2007 para revivir el odio y el enfrentamiento entre los españoles. Con la aprobación de la exhumación de Franco también por Real Decreto Ley, el gobierno ha agilizado el proceso para sacar el cadáver, aunque la familia ya ha anunciado que se oponen firmemente a la decisión del gobierno, y que están dispuestos a recurrirla judicialmente. Por contra, el gobierno cuenta con el respaldo del Arzobispado de Madrid, por lo que la familia Franco cuenta con pocos apoyos a la hora de defender la permanencia de éste en el Valle de los Caídos. El gobierno ya ha anunciado su intención de exhumar a Franco antes de que acabe este año, por lo que es bastante probable que después de que el congreso ratifique el Real Decreto Ley de la exhumación, el gobierno decida dar el último y definitivo paso para sacar los restos del que fue jefe del estado español durante casi cuarenta años.
Desde el gobierno ya se ha anunciado que se les entregará los restos a la familia Franco, y que sólo en caso de que la familia desista de hacerse cargo de los restos, el gobierno será quien se encargue de enterrar a Franco "En un lugar digno". Aún así, la familia Franco ya ha anunciado su intención de hacerse cargo de los restos de su abuelo, por lo que la cuestión será cómo se va a producir la salida de éste del mausoleo. Para más inri, el gobierno anunció hace sólo unos días su decisión de convertir el Valle de los Caídos en un "Cementerio civil", lo cual ha hecho levantar sospechas de que el gobierno estaría dispuesto incluso a retirar la Cruz que preside el Valle de los Caídos, un extremo que Sánchez habría desmentido en una reciente conversación informal con un grupo de periodistas. Un desmentido que se produciría después de que el gobierno anunciara su firme intención de crear una "Comisión de la verdad" sobre la guerra civil y la dictadura. Una medida más propia de la sociedad totalitarista de Orwell en 1984 que de una sociedad supuestamente democrática y avanzada. ¿Quién redactará esa verdad?, ¿Cuál va a ser esa verdad, la auténtica o la que quieran imponer desde el gobierno?. No hay que darle muchas vueltas a la cabeza para saber cuál va a ser esa "Verdad oficial" implantada por el estado: Franco era el mal personificado, mientras que los republicanos eran seres de luz que tiraban claveles. Una versión que insulta a la inteligencia y que supondría una manipulación total a la historia de España.
Pero aquí no acaba esto. El gobierno ya ha anunciado su intención de reformar la ley de memoria histórica. Una reforma de la que ya se está dando algunas pistas y donde se habla de la posibilidad de condenar a penas de prisión de dos años de cárcel a aquellas personas que hablen en público bien de Franco o de la dictadurá en sí. También se habla de la posibilidad de multar a dichas personas, e incluso de inhabilitar a aquellas personas procedentes del sector educativo que hagan públicos estos comentarios. Toda una ley que atenta contra la libertad de expresión que recoge la constitución y que de aprobarse convertirá España en un estado totalitario definitivamente, donde las personas no podrán alejarse de la "Verdad" expuesta por el gobierno. Todo un fascismo encubierto de antifascismo. Por si fuera poco, el gobierno también estaría dispuesto a retirar todos los títulos nobiliarios concedidos por Franco, así como derogar todas las decisiones judiciales llevadas a cabo durante la dictadura. En resumen, toda una serie de medidas surrealistas que tienen como único objetivo el de remover los cimientos de la guerra civil y enfrentar nuevamente a los españoles en el momento más grave que atraviesa nuestro país desde esa misma guerra que ahora el gobierno quiere reabrir en favor de esa memoria histórica. Una memoria histórica a la que ya se están apuntando los de ERC y el PdCAT, que exigen al gobierno que pida perdón por el fusilamiento del ex presidente de la generalitat catalana, Lluis Companys, en 1940.
Este es el resumen de los primeros 100 días de desgracia de Pedro Sánchez, un tipo cuyo proyecto político no es otro que el de reabrir las viejas heridas de la guerra y enfrentar nuevamente a la sociedad española en uno de los peores momentos que atraviesa nuestro país a lo largo de su historia. Personalmente creo que estos 100 primeros días de gobierno han sido los peores de un ejecutivo desde la instauración del sistema constitucional en 1978. No hay nadie, ni siquiera el propio Zapatero o el propio Rajoy, que haya sido capaz de acumular una gestión más nefasta en tan poco tiempo. En estos cien días, las medidas llevadas a cabo por el gobierno de Sánchez han sido más beneficiosas para los refugiados e inmigrantes que para los españoles en sí. Supongo que todo esto estará relacionado con la famosa visita que el empresario, multimillonario y especulador judío, George Soros, realizó a Moncloa en junio, donde se entrevistó con Pedro Sánchez pocas semanas después de tomar éste posesión de su cargo. Toda una declaración de intenciones de cuál va a ser el objetivo de este gobierno durante estos dos años: Más inmigración, más LGBTI, más feminismo, más aborto, y más derroche del gasto público, como ayer se pudo comprobar en la reunión entre Sánchez e Iglesias al acordar éstos un aumento en el gasto público. Todo ello mientras mantienen ocupada a la población en debates absurdos e inútiles como son la exhumación de Franco y la recuperación de la memoria histórica.
Podemos decir pues que el gobierno de Sánchez es un gobierno en funciones. Un gobierno que no tiene capacidad de legislar, y que se dedica solamente a llevar a cabo medidas de carácter progresista para recuperar los votos perdidos hace cerca de una década. Aún así el gobierno de Sánchez tiene bastantes posibilidades de agotar la legislatura, ya que como se pudo comprobar ayer, Podemos tiene bastante interés en apoyar los presupuestos para el 2019, por lo que es posible que Sánchez pueda agotar su mandato hasta mediados de 2020 mientras Iglesias ejerce de facto como vicepresidente del gobierno y director de RTVE. La izquierda ha vuelto y ha vuelto a lo grande, como hace ochenta y dos años, con un frente popular por todo lo alto. El PSOE sabe que esta puede ser su última ocasión de tocar el poder, y Podemos sabe que esta puede ser la única ocasión en la que puedan disfrutar de ese poder, por ello exprimirán todo lo que puedan lo que resta de legislatura para prolongar su estancia en él. Por ese motivo el PSOE no convocará de ninguna de las manera elecciones generales, pase lo que pase, y por ese motivo Podemos apoyará y mantendrá en el gobierno al PSOE hasta 2020. Al igual que Aznar afirmó tras su llegada al gobierno en 1996 que su principal objetivo era durar, Sánchez tiene como único objetivo mantenerse como presidente hasta 2020 como mínimo, ¿Después? Ya se verá lo que ocurre. Es probable que el PSOE gane por la mínima, o que incluso el PP gane las elecciones nuevamente, pero eso es lo de menos en estas circunstancias. En la España actual las elecciones las puede ganar un partido pero quien accede al poder finalmente es la cuarta fuerza política, por ello es batante probable que incluso con una derrota frente a la derecha, la izquierda vuelva a pactar entre ellos y continuar otros cuatro años como mínimo su estancia en el gobierno. Este nuevo frente popular coliderado por Sánchez e Iglesias harán todo lo posible para continuar y consumir la labor inacabada del frente popular original de 1936. En sólo 100 días, Sánchez ha conseguido reabrir las viejas rencillas, resucitar a las "Dos Españas", exhumar cadáveres y convertir nuestro país en el coladero de los inmigrantes y refugiados. Todo ello en sólo 100 días de desgracia y desgobierno. A partir de ahora ¿Qué nos tendrá deparado el líder socialista de aquí a las elecciones de 2020? Habrá que esperar y ver qué nos deparan los acontecimientos, pero desde aquí digo que nada bueno. Sánchez será finalmente quien haga realidad la célebre frase de su compañero de partido, Alfonso Guerra: "A España no la va a reconocer ni la madre que la parió". Ese es el objetivo de Pedro Sánchez de aquí a dos años, como mínimo, y parece que lo está consiguiendo y con creces, pero en el mal sentido.
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