"Yo le advierto de que si usted sigue siendo presidente del gobierno, el coste para nuestra democracia y para la institución que usted quiere representar es enorme. Porque el presidente del gobierno, señor Rajoy, tiene que ser una persona decente, y usted no lo es.". Esta frase la pronunció el entonces líder de la oposición y candidato del PSOE a la presidencia del gobierno, Pedro Sánchez, al entonces presidente del gobierno y candidato a la reelección por el PP a la presidencia del gobierno, Mariano Rajoy el 14 de diciembre de 2015 en el ya famoso y polémico debate televisivo entre los dos contrincantes políticos. Con toda la razón del mundo en aquél momento, Sánchez acusó a Rajoy de ser una persona indecente por su relación con el caso Bárcenas y los sobresueldos ilegales que el líder conservador recibía por parte de su tesorero. Cuando han pasado ya casi tres años de aquel histórico debate, el desde hace tres meses presidente del gobierno, Pedro Sánchez, ha sido acusado de haber plagiado su tesis doctoral de economía. También se acusa a Sánchez de que el economista Carlos Ocaña y no él fue quien redactó verdaderamente dicha tesis doctoral. Todo esto unido a otras series de acusaciones han puesto al presidente del gobierno entre la espada y la pared y ha echado por tierra su imagen de "Hombre íntegro y regenerador", y es que si hace sólo unos días comenté acerca de los 100 primeros días de desgracia de Sánchez al frente del gobierno, las informaciones que han ido apareciendo en esta semana han provocado todo un terremoto político que todavía no se sabe muy bien cómo va a acabar.
Y es que peor no ha podido conmemorar Pedro Sánchez sus primeros 100 días en el poder. Tras la publicación hace unos días de que la ya ex ministra de sanidad, Carmen Montón, había realizado un máster cargado de irregularidades, todos los ojos se pusieron sobre Sánchez, a la espera de que el presidente anunciase el cese de su ministra. Pero nada más lejos de la realidad, el líder del PSOE respaldó a su ministra y aseguró que "Estaba haciendo y seguiría haciendo un gran trabajo". Sólo unas horas más tarde, Montón anunció su dimisión como ministra de sanidad. Sánchez encomienda pues a una polémica senadora socialista, María Luisa Carcedo, el ministerio vacante, creyéndose dada por terminada el escándalo. Al día siguiente, el líder de C's, Albert Rivera, critica en el congreso que Sánchez no tenga publicada su tesis doctoral de economía. A partir de entonces comienza un escándalo político de primer nivel que hace tambalear el recién desgobierno liderado por Sánchez; El presidente afirma en el congreso que su tesis está publicada y que todo el mundo puede consultarla, algo que se ha demostrado que era completamente falso, ya que sólo era accesible a través de la biblioteca de la universidad Camilo José Cela. Algunos miembros de C's comentan entonces por las redes sociales de que el propio Sánchez les amenazó después de su intervención en el congreso, afirmando "Os vais a enterar". Algo que por lo menos a mí me recuerda a ciertos hechos que se vivieron en España hace algunas décadas. Cuando ese mismo día, los medios de descomunicación acuden en masa a la biblioteca universitaria para ver la tesis doctoral del presidente, algunos medios comienzan a hablar de la posibilidad de un plagio en la propia tesis. Conforme van pasando las horas, las pruebas de que Sánchez ha plagiado su tesis se acrecientan, hasta el punto de que el diario ABC publica en su portada que Sánchez había cometido un plagio. Pues bien, después de estas informaciones, unidas a otras que se han publicado, el propio Sánchez amenaza a los medios con interponerles una denuncia si no se retractan de lo publicado, algo que por lo menos el ABC no ha hecho hasta esta hora de la noche, sino que se ha ratificado en sus afirmaciones.
Bueno, después de este resumen cabe preguntarse lo siguiente; ¿A qué espera Pedro Sánchez para convocar elecciones generales cuanto antes? La pregunta es algo lógica si se entiende que la honestidad del presidente del gobierno ha caído en picado debido a las últimas informaciones. En otro país de nuestro entorno, estas publicaciones provocarían la dimisión inmediata del jefe del gobierno, y más si de por medio ha habido coacciones y amenazas a partidos políticos y a medios de desinformación (Sí, los medios españoles seguirán siendo a pesar de todo medios de desinformación), por cual hace aún más preocupante el escenario que se está viviendo en un estado que se hace llamar a sí mismo "Democrático" y "De Derecho". En una situación como la actual, lo más lógico sería que en este caso el partido de la oposición, en este caso el PP, presentase de forma inmediata una moción de censura para desalojar a un tipo que con el paso de los días se está viendo que es más peligroso de lo que se creía. El problema viene en que el propio líder de la oposición (O eso dice ser él) está pringado como todos sabemos en el polémico caso de su máster, lo cual deja al jefe del gobierno y al de la oposición en la misma altura moral. Y lo dice uno que hace sólo un par de meses dio su apoyo expreso a Pablo Casado para las primarias del PP. Ante la deslegitimación moral que posee Casado a la hora de interponer una moción de censura que en todo caso debería tener como único objetivo la convocatoria inmediata de unas elecciones generales, cabe pensar que la pelota debe pasarse pues a nuestro veleta favorito; Albert Rivera. El líder de C's sería pues el encargado de presentar su propia moción de censura aunque él no sea el candidato a la presidencia del gobierno. ¿Qué problema hay ahora? Pues que para que una moción de censura sea recogida, ésta debe de reunir como mínimo treinta y cinco firmas de los diputados que presentan dicha moción, y Ciudadanos sólo tiene treinta y dos diputados en el congreso.
Ante este enorme berenjenal cabe preguntarse; ¿Y cómo coño se echa a Pedro de la Moncloa? La respuesta es bien sencilla: No hay forma posible para echar a Sánchez de la presidencia del gobierno. Los motivos ya los expuse el otro día cuando hablé acerca de los 100 primeros días. El PSOE está en minoría parlamentaria, y se sustenta con los votos de Podemos, los cuales ya han visto que la única forma de obtener poder es a través de un pacto de gobierno con el PSOE, por lo que la posibilidad de que Podemos deje de apoyar al PSOE es nula. Al PSOE por su parte les conviene mantenerse en el poder estos dos años que restan de legislatura para poder obtener nuevamente rédito electoral, y si no fuese así, aprovechar su breve y quizás última estancia en el gobierno para enchufar a toda su red clientelar, así como provocar la división, el caos y la inestabilidad política, social y económica. Tenemos pues Sánchez para rato. Por cierto un Sánchez que hoy mismo ha utilizado la imagen de sus dos hijas menores de edad para venderse como una víctima de un linchamiento político, lo cual demuestra la bajeza personal de este miserable. Ante esta situación no es de extrañar que el gobierno saque en pocos días a Franco del Valle de los Caídos e incluso vestido con traje de flamenca, con el objetivo de hablar nuevamente del difunto y que se disuelva el escándalo político que se ha creado estos días. Mucha gente daba por hecha la dimisión de Sánchez tras conocerse el plagio de su tesis, pero conviene recordar que el hasta hace tres meses presidente del gobierno, Mariano Rajoy, fue acusado hace cinco años de haber recibido sobresueldos ilegales por parte de su tesorero, y que hasta el pasado mes de junio no salió de la presidencia del gobierno, por cierto de manera forzada debido al triunfo de la moción de censura, por lo que la posibilidad de que Sánchez abandone esa presidencia que tanto trabajo le ha costado alcanzar, y que ha alcanzado contra todo pronóstico, es nula.
Para terminar debo añadir que desde el año 1976, se daba por hecho que todos los presidentes del gobierno de España iban a durar dos telediarios como mucho. Sucedió en 1976 cuando el rey Juan Carlos nombró a Adolfo Suárez como presidente. La mayoría de los medios de descomunicación creían que el nuevo jefe del ejecutivo duraría un año como mucho. Finalmente sería presidente del gobierno durante casi cinco años. De Calvo Sotelo prefiero no hablar, puesto que su paso por el gobierno fue breve. Algunos creían en 1982 que Felipe González iba a durar lo mismo que un caramelo en la puerta de un colegio debido a su inexperiencia y su juventud. El muchacho acabaría gobernando España durante catorce años. En 1996 todos creían que después de catorce años de felipismo, Aznar iba a durar menos que Amadeo de Saboya. Para sorpresa de todos, el líder del PP gobernaría España durante ocho años. Ya en 2004 todos pensaban que el gobierno de Zapatero sería muy breve debido a las formas en las que el líder del PSOE llegó al poder como consecuencia de los atentados del 11-M. Finalmente, ZP continuaría en el poder durante siete años y medio. En 2011 llegó Rajoy, el cual muchos creían a mediados de 2012 que su paso por el gobierno sería breve como consecuencia de la crisis de deuda. Para sorpresa de todos, Mariano ha conseguido permanecer en el gobierno durante casi siete años. Tras estos antecedentes cabe preguntarse; ¿De verdad alguien se piensa que el final de Pedro Sánchez en el poder está cerca? Aquí hay Pedro para rato, como mínimo hasta 2020, a partir de ahí ya se verá...
En estas circunstancias, lo más lógico sería que Ciudadanos presentase una moción de censura con un candidato independiente y con el apoyo de algunos diputados populares. Posiblemente la moción de censura no saldría adelante, pero el gobierno quedaría aún más debilitado y sus socios se verían aún más retratados al apoyar a un presidente tan indecente como aquel al que censuraron por esa misma indecencia hace tres meses. Pedro Sánchez ya no es ejemplo de nada, si es que alguna vez lo fue. Su única salida es la de convocar elecciones generales cuanto antes y largarse junto con todos sus compañeros de partido a la otra punta del mundo. Como dicho escenario no se va a producir, la única solución es la de rezar para que estos dos años pasen lo más rápidamente posible. En 2020 volveremos pues a un escenario en el que habrá dos candidatos del bipartidismo manchados por sus escándalos académicos. Salga quien salga, España saldrá perdiendo. Con la vuelta del bipartidismo los españoles tendrán que elegir entre un tipo acusado de plagiar su tesis doctoral, el cual ha entregado y vendido España a sus enemigos, y un tipo acusado de irregularidades en su máster universitario, el cual va pregonando a los cuatro vientos "Vivas al rey" hasta para ir al water, dando con ello un discurso monárquico que ni siquiera el cortesano más pelota diría en 1618. Este es el nivel y la situación en la que se encuentra España tras este sonoro escándalo del que seguramente el propio Pedro Sánchez saldrá airoso con la ayuda de los medios de descomunicación progres. Pedro Sánchez sigue resistiendo pues, la cuestión es ¿Cuánto resistirá España? Hasta el 2030 como quiere Sánchez, desde luego que no.
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