Ayer vi en las redes sociales una publicación en la que se recordaba los veinte años de una serie televisiva que Telecinco emitió en 1998. La serie en cuestión se llamaba "Hermanas". Era una serie que narraba en un tono de tragicomedia las vivencias cotidianas de unas monjas en un convento de Madrid. Yo, que por entonces contaba con sólo seis años, era un seguidor de dicha serie y la veía siempre que podía. El hecho de haber visto ayer la publicación de los veinte años de la emisión de dicha serie me hizo traer muy buenos recuerdos de mi niñez y me hizo reflexionar sobre muchas cosas. De esas cosas precisamente quería hablar yo hoy en esta entrada.
Una de las cosas que se me vino a la mente ayer cuando vi la publicación fue "Esta serie jamás podría emitirse hoy en día". ¿Por qué digo esto? Básicamente porque hablamos de una serie que aunque en sus tiempos podría ser vista como algo "Progre", veinte años después refleja todo lo contrario. Ayer, aprovechando que vi la publicación, aproveché para mirar por Youtube si había algún vídeo de dicha serie. Efectivamente, para mi sorpresa y alegría pude comprobar que la serie está colgada íntegramente en Youtube, por lo que decidí echarle un vistazo después de veinte años y recordar viejos tiempos. A día de hoy esta serie sería vista como conservadora y tradicional en comparación con las series que actualmente se emiten, por lo que creo que una serie con estas características no tendría por desgracia cabida en la sociedad española actual, y más en este nuevo tiempo en el que las creencias religiosas, en especial la Cristiana, está perseguida y discriminada en todo el mundo, lo que hace que su posibilidad de ser emitida en una cadena nacional fuese más que improbable.
A raiz de este tema comencé ayer a pensar en las series y programas que durante mi niñez se emitían. Recordé series populares de los noventa como "Al salir de clase", "Médico de familia", "Compañeros", "Farmacia de guardia" (Aunque esta última era más pequeño y no tengo apenas recuerdos de ella), etc. En definitiva, series juveniles y familiares que aunque trataban en muchos aspectos problemas como las drogas y otras cuestiones, lo hacían de un modo correcto que ninguno se llevaba las manos a la cabeza a la hora de verlas. También si uno echa la vista atrás y recuerda los programas, que se emitían hace dos décadas reconocerá la calidad de dichos programas en comparación con los de ahora. Lo mismo se puede decir de algo tan sencillo como la música, la cuál hoy en día no transmite ni enseña absolutamente nada en comparación a esa música cuyo grandes compositores del siglo XX nos trasmitieron tanto a través de las letras de sus canciones. Por ello, veinte lejanos años después de aquellos nostálgicos tiempos, uno ve la actualidad y se pregunta; ¿Cómo hemos llegado a este nivel de degradación y declive en la sociedad?, ¿Cómo es posible que hayan cambiado tanto las cosas desde entonces?, ¿Dónde queda esa sociedad tradicional y respetuosa de décadas atrás? El mundo ha cambiado completamente y para peor desde comienzos de la década del 2000. La sociedad no es ya ni siquiera la sombra de lo que fue en su momento, el respeto se ha perdido, la violencia es el pan nuestro de cada día en la actualidad, y los programas y series de televisión son pura basura donde no se enseña al espectador nada, sólo entretenimiento absurdo, vomitivo y de baja calidad. Con ello no quiero decir que la sociedad en la que vivíamos hasta hace dos décadas fuese el paraíso, pero sí creo que, dentro de lo que cabe, era un mundo relativamente más tranquilo y sosegado que el actual.
¿Cuándo creo yo que empezó el inicio de todo esto y por consiguiente el fin de esa sociedad tradicional y ese mundo "Tranquilo"? Lo acabo de decir; Sin lugar a dudas en el año 2001, y para ser más exactos, el día 11 de septiembre de 2001. Si uno analiza a fondo la cuestión, a raíz de la llegada del II Milenio de nuestra era Cristiana, y concretamente con la llegada de los atentados del 11-S en EEUU, nuestras vidas dieron un vuelco por completo que provocó dejar atrás esos años y décadas de "Tranquilidad y sosiego". El ser humano se vio obligado a asimilar que vivíamos en un mundo donde el terrorismo global se convirtió de la noche a la mañana en el principal protagonista de nuestra nueva era. Desde aquel fatídico día que cambió la historia de la humanidad y puso fin a la sociedad y al mundo que habíamos conocido, todo fue cayendo en picado; Las guerras comenzaron a ser lo habitual en la prensa. Día sí y día también, la población almorzaba con la muerte de soldados o civiles en Oriente Medio, con atentados y asesinatos indiscriminados por doquier, con la amenaza de un terrorismo global cada vez más fuerte, con la aparición de nuevas enfermedades. Perdimos con ello la inocencia, perdimos con ello la naturalidad y la sencillez de nuestra vida pasada y habíamos entrado en una nueva era donde el terror era nuestro principal e inseparable acompañante. También entramos con la llegada del 2001 en la "Era de la tecnología" o "Era digital", donde la informática se ha convertido hasta el día de hoy en el elemento clave de la llegada del siglo XXI. Con la tecnología todo cambió también, nos abrimos a un nuevo mundo globalizado e informático y dejamos atrás para siempre el aspecto humano. ¿Quién no ve ésto cuando uno está por ejemplo entre familia o amigos y observa cómo todo el mundo está centrado exclusivamente en el móvil y no en las personas y seres queridos que tiene a su lado?. ¿Quién iba a pensar hace sólo veinte años que esta escena surrealista en la que somos esclavos de nuestros propios aparatos tecnológicos se iba a producir? Sin lugar a dudas la tecnología ha conseguido borrar de nuestro ser el elemento humano y ha conseguido convertirnos en robots de carne y hueso.
Como prueba de hasta qué punto hemos llegado como especie sólo hay que fijarse en aquellos que han nacido y crecido en esta última década. Hace sólo unos meses, concretamente en Navidad, fui a la famosa tienda internacional de juguetes que tiene su sede aquí en los Arcos de Sevilla. Me estoy refiriendo como no podía ser menos, a la famosa tienda "ToyRus", un establecimiento repleto de juguetes al que de pequeño iba ilusionado para ver lo que posteriormente pedía por carta a los Reyes Magos. Pues bien, ¿Cuál fue mi sorpresa cuando después de muchos años visité esta nostálgica tienda? No había apenas juguetes. Una tienda a la que hace veinte años iba y la cual estaba a revosar hasta su techo de juguetes, no tenía ya juguetes en ella. ¿La respuesta? Los niños ya no buscan juguetes, sino móviles, portátiles, aparatos tecnológicos y si acaso videojuegos. La niñez que los de mi generación y yo habíamos tenido era ya algo ubicado en un remoto pasado. Los críos ya no son críos, no actúan como tales. Son simplemente "Futuros adultos" que desde su nacimiento están siendo malcriados en este nuevo mundo de tecnología y falta de valores. La niñez ha desaparecido y con ello ha desaparecido hasta la inocencia de ellos. Volviendo al escenario que visualicé hace unos meses, cuando vi aquella deplorable escena sólo pude pensar para mí mismo; "Dios mío, gracias por darme la oportunidad de haber nacido en la que sin lugar a dudas fue la última década de la humanidad y disfrutar de ser niño.".
Sí señores, la llegada del 2001 y del 11-S en concreto fueron el origen de todo este nuevo mundo en el que ahora estamos atormentados. La llegada de un mundo deshumanizado y sin valores y el punto y final a una década que para mí es como ya acabo de decir, la última década de la humanidad. Insisto en que no quiero decir con todo esto que antes de la llegada del nuevo siglo todo fuese un cuento de hadas, ni muchísimo menos. Habíamos pasado un siglo muy peligroso en el que la humanidad casi llega a su exterminio, y muchos siglos atrás fueron una auténtica pesadilla y horror. Pero aún así y por muchos contras que tuviesen todos estos siglos pasados que el ser humano ha vivido, todas estos periodos tienen algo que dejó de existir con la llegada de este nuevo milenio, que probablemente será el último de la raza humana. Teníamos valores y por muy difícil que parezca, teníamos humanidad. Elementos, entre otros muchos, que ya son parte del pasado y que por desgracia nunca volveremos a recuperar. Puede que como dicen por ahí algunos conspiranóicos, la llegada de ese tiempo nuevo que representaba los 2.000 años de la llegada de Cristo y por ende del Cristianismo en la tierra, fuese el momento perfecto para la élite de cambiar por completo el curso de la historia y con él, el de la vida de todos nosotros. En definitiva, llevar a efecto un fin de ciclo y la consecuente implantación de un Nuevo Orden Mundial. Si esto fue así, felicidades a los promotores; Consiguieron destruir a la humanidad y crear este infierno en el que ahora estamos inmersos, y que es la antesala del fin de nuestra especie, cuyo desenlace está más próximo que nunca.
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