Comenzaba nuestra gran Cecilia su célebre canción dedicada a nuestro país con la siguiente frase; "Mi querida España, esta España mía, esta España nuestra". Pues bien, cuando se produjo el pasado 27 de octubre la declaración unilateral de
independencia catalana dije que España había llegado finalmente al abismo.
Ahora, en febrero de 2018 y tras algo más de tres meses desde aquellos sucesos
históricos, seguimos en el abismo por mucho que nos quieran vender la moto, el
coche y el autobús al mismo tiempo.
Puigdemont continúa fugado en Bruselas y todo parece indicar que habrá
nuevamente elecciones catalanas en mayo tras negarse a venir a Barcelona hace
unos días en la sesión de investidura que finalmente se suspendió. Es curioso,
me resulta gracioso cómo algunos confían todavía en la posibilidad de que
nuestro Harrison Ford gironés vuelva a España (O a la ya República catalana,
según él) para ser investido nuevamente. Señores, este tío no va a volver por
la sencilla razón que su vuelta serviría en el mejor de los casos para ser
presidente nuevamente durante unas horas. El tiempo para que sea detenido y
llevado a la cárcel. Otra cosa es lo que pase a partir de entonces, porque
sinceramente, yo en estos instantes no descarto absolutamente nada ni en el
mapa político catalán ni en el español.
La publicación el otro día de los whatssaps de Puigdemont donde éste
reconocía que "Todo ha terminado. El plan de Moncloa ha triunfado" lo
considero yo una estrategia por parte de éste con un objetivo que yo
desconozco, puesto que como ya he mencionado, Puigdemont no tiene ningún
interes en volver, sabiendo ya que su regreso supondría su entrada en prisión.
Lo que sí me parece curioso es cómo en ningún medio se ha hablado sobre ese
famoso "Plan de Moncloa". Puigdemont habla en sus whatassaps de que
su caída sirva para que Junqueras y compañía salgan de la cárcel, lo cual me
hace sospechar que ya hay un acuerdo secreto entre Madrid y Barcelona que sólo
con los meses se verán sus consecuencias. Si el gobierno de España decide sacar
de prisión a los principales protagonistas de la secesión catalana, ya pueden
vender todo lo vendible en este mundo, que ya les garantizo yo que no les va a
servir para nada.
Puede que finalmente, Puigdemont tire la toalla a última hora y sea otro
u otra quien gobierne Cataluña para evitar unas nuevas elecciones que por otra
parte estarían por ver si volverían a otorgar o no la mayoría absoluta al
independentismo. Lo que pase posteriormente a esa formación de gobierno, sea
quien sea el que la lidere, ya es una incógnita. ¿Reactivarán la República
proclamada el 27 de octubre?, ¿O volverán a ser sumisos y leales a esa
constitución que ya no reconocen desde la ya mencionada DUI? El tiempo nos lo
dirá...
Al que seguramente no le haga ni puñetera gracia prorrogar el 155 será a
Mariano Rajoy, el cual está más perdido que un chino en Sevilla Este. Con la
prorroga de dicho artículo en Cataluña, es muy probable que el PNV no apoye los
presupuestos generales del estado para este año 2018, lo cual desencadenaría en
unas elecciones generales anticipadas que podrían celebrarse a finales de este
año. Rajoy sabe muy bien que unas nuevas elecciones supondrían su salida
inmediata del poder, por ello le conviene incluso más que al propio bloque
independentista poner punto y final cuanto antes a la intervención light y
débil de su gobierno en Cataluña.
En lo que a mí respecta tengo que decir que siempre he mantenido que al
PP le quedan muchos años por delante en el gobierno de España, ya que la
división electoral en la izquierda suponía que la alternancia en el ejecutivo
fuese misión imposible, como ya se pudo ver en el año 2016. Pero tras lo
ocurrido en Cataluña con el referéndum del 1 de octubre, la declaración de
independencia del 27 y las elecciones del 21-D (Las cuales han otorgado
nuevamente la mayoría absoluta a los independentistas, ha otorgado a Ciudadanos
la victoria y ha hundido al PP), esta tesis se ha diluido completamente. Desde
los medios de comunicación y desde el establishment en general han visto que
Rajoy es un completo obstáculo para el futuro de España, lo cual les ha llevado
a poner en marcha nuevamente la operación Rivera, la cual creo que esta vez sí
va a dar resultado, a diferencia del fracaso que supuso esta operación en 2015.
De confirmarse esto se puede llegar a decir que de aquí a un año (No
creo ni de coña que las elecciones se celebren en 2020. Creo que como muy tarde
éstas se celebrarán junto a las municipales y europeas del 2019), el próximo
presidente del gobierno será o bien Albert Rivera, o bien Pedro Sánchez (De
Pablo Iglesias y de Podemos ni hablo, ya que no tienen opciones ni para la
presidencia de una comunidad de vecinos). Personalmente creo que será Pedro
Sánchez con la ayuda de Rivera, reeditándose el pacto de 2016, aunque también
puede surgir el pacto a la inversa; Rivera presidente con la ayuda de Sánchez.
De lo que no me cabe ninguna duda es que el tiempo de Rajoy está llegando a su
fin. Podrá intentar aguantar toda la legislatura, podrá intentar incluso llevar
a cabo una crisis constitucional como la de 2016 provocando una repetición de
elecciones, pero el cambio de ciclo en el que estamos envueltos ahora mismo
exige su retirada sí o sí.
Por supuesto el gallego intentará aguantar lo inaguantable como ya ha
hecho en otras ocasiones, pero por ahí ya andan comentando en cierto periódico
digital que los "Tics y los lapsus de Rajoy son como consecuencia de una
acelerada pérdida de sus facultades mentales que le incapacitarán dentro de
poco para ejercer la presidencia". Se avecinan pues tiempos convulsos como
los que ya sufrió Felipe González en su última legislatura cuando el sevillano
se negaba a dejar la presidencia del gobierno tras los innumerables casos de
corrupción que asechaban a su gobierno y al PSOE. Rajoy puede ser incluso peor
que González y resistir hasta el final. El problema viene cuando estamos ante
la mayor crisis de estado desde la Guerra Civil, y el país no puede ser
dirigido por más tiempo por aquél cuyo gobierno es lo más parecido a la
anarquía que se puede conocer. Otra cosa es lo que vendrá después de Rajoy,
pero eso ya es otro cantar, lo cual no va a ser ni muchísimo menos mejor que la
situación actual.
Quienes no creo que tengan nada que temer de ese futuro postRajoy es la
familia real. Lo ocurrido esta semana en la que el rey Felipe VI ha cumplido 50
años me parece lo más deplorable, vergonzoso y humillante que una sociedad como
la española puede llegar a hacer. Los innumerables documentales, artículos,
grabaciones de su "Vida cotidiana", así como encuestas y reportajes
confirman que la "Corte de Juan Carlos I" ha pasado a convertirse en
la"Corte de Felipe VI", donde la prensa y el establishment está haciendo
lo posible y lo imposible por lavar la mala imagen que la monarquía lleva
arrastrando desde hace años como consecuencia de sus escándalos y casos de
corrupción. Felipe VI sabe que tiene a la prensa de su lado, y por eso está
promocionando desde ya a su hija Leonor como futura reina de España.
Una promoción que a mí me parece vomitiva, ya que se está utilizando la
imagen de una niña de 12 años para sostener a una institución cuyos problemas
los han originado los adultos, no los menores. Pero el problema no es que
Felipe VI esté utilizando a su hija para lavar la imagen de la corona. El
problema es que la prensa acceda a ello y le siga el juego al rey. Por ejemplo,
hay un caso que me ha llamado la atención. Es el de un artículo escrito por
Federico Jiménez Losantos en "El Mundo". En dicho artículo dijo hace
unos días lo siguiente; "Podemos y la ETA están con los golpistas (Por los
independentistas catalanes). Los españoles estamos con Leonor". Claro, uno
escucha esto y lo primero que se le ocurre a uno es cagarse en su puta madre.
¿Pero a qué hijo de puta se le ocurre decir que aquellos que no apoyamos a una
niña que representa a la institución monárquica apoyamos a su vez a asesinos y
golpistas?, ¿A qué mente depravada se le ocurre utilizar a una cría de 12 años
para llamar proterroristas y progolpistas a todos aquellos españoles de bien
que no apoyamos a la corona española?. Acusar al pueblo español de
proterrorismo y progolpismo si no se está a favor de una familia corrupta es de
ser un miserable y de buscar una división aún mayor de la que ya se está
produciendo. Por cierto, supongo que Jiménez Losantos (Al cual yo he seguido
durante muchos años) es también otro proterrorista y progolpista, según él. Lo
digo porque éste era hasta la abdicación del rey Juan Carlos el primero que criticaba
al entonces monarca y a la corona. Con declaraciones como estas es normal que
personas como yo, que nos consideramos de derechas, pidamos de una vez la
aparición en la escena nacional de una derecha social y republicana. Pero por
desgracia, pedir eso en la España de nuestros días es pedir el cielo.
En estas circunstancias lo que queda demostrado es que el reinado de
Felipe VI está más protegido por la prensa y el establishment, y por otro lado
se confirma que la nueva "Intocable" en España no es ya la infanta
Cristina, sino su sobrina Leonor. Ya que aquél que se atreva a poner en
cuestionamiento el futuro de esta niña sobre la corona de España quedará
sentenciado por los medios y la élite. Felipe puede pues respirar tranquilo, ya
que aunque su reinado va a estar marcado por la agitación y la tensión durante
estos años, los revolucionarios no llegarán a "Asaltar el palacio de
Invierno". De hecho, y es algo bastante indignante y preocupante, aquello
que une a los tres partidos constitucionalistas es ante todo (Incluso por
encima de los diferentes conceptos que estos tres partidos tienen de la nación
española) la protección de la monarquía ante una más que segura reforma
constitucional tras la salida del gobierno de Rajoy. Se hablará de todo y se
pondrá encima de la mesa todo en los próximos años, pero de lo que no se
hablará ni se pondrá sobre la mesa será el futuro de la corona en España.
Este es el panorama que tenemos actualmente. Un panorama que me recuerda
al de la España de Arias Navarro de 1976, donde el inmovilismo del último
presidente del gobierno de Franco
condujo a la llegada de aquél que inició la transición española ese
mismo año; El tan sobrevalorado Adolfo Suárez. Estamos pues ante un periodo
previo a una II transición donde ya sabemos que el rey Felipe VI es el rey Juan
Carlos I, Carlos Arias Navarro es Mariano Rajoy, y la independencia catalana es
el 23-F. Falta por saber quién será Adolfo Suárez. Entre Albert Rivera y Pedro
Sánchez anda la cosa, aunque la élite apuesta claramente por Rivera. La
cuestión es; ¿Lo conseguirá el catalán? De aquí a un año lo sabremos... o no, ya que todo es posible en "Esta España mía, esta España nuestra".
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