jueves, 28 de diciembre de 2017

Dios salve a la reina

Ahora que ha empezado la segunda temporada de la impresionante y recomendable serie "The Crown" he llegado a la conclusión de que no había escrito hasta ahora sobre uno de los personajes más relevantes del siglo XX y de lo que llevamos del XXI. Me refiero a la protagonista de la serie anteriormente citada; La reina Isabel II de Inglaterra. Debo añadir que aunque la serie es una joya, también hay que destacar que en cierta medida es un "Lavado de imagen" de la actual monarca británica y de la familia real inglesa, por lo que tampoco hay que creerse a pie de juntillas la versión que de la soberana se nos ofrece desde la serie que protagoniza la maravillosa actriz, Claire Foy. Personalmente, aunque no soy monárquico tengo que confesar que me resulta muy interesante la monarquía inglesa, la influencia que ésta ejerce en el mundo y el papel desempeñado por la reina en estos 65 años de reinado. Creo que todos somos conscientes de que la reina Isabel II (Al igual que sus antecesores en el cargo) reinan sobre las Islas Británicas, pero quizás lo que no sepan algunos es que la jefa del estado británico es además reina de Canadá, Australia, Nueva Zelanda y una docena de países más que pertenecen a la Mancomunidad de Naciones (Commonwealth). Este hecho nos hace una idea de que la Corona británica no es tan simbólica como algunos creen. También es relevante señalar que la reina de Inglaterra es además de jefa del estado inglés, jefa de la Iglesia Anglicana, es decir, es aparte de una líder política, una líder religiosa como puede ser el Papa para la Iglesia Católica. Esto es así desde que en siglo XVI, Enrique VIII rompiese sus relaciones con el Vaticano tras negarse el Papa Clemente VII a concederle el divorcio de su esposa al monarca británico, lo cual provocó que el entonces rey de Inglaterra crease una religión protestante independiente de la Católica en sus dominios.

Volviendo a Isabel II cabe señalar que estamos ante una mujer que lleva más de 60 años en el trono británico. Un periodo que abarca desde el inicio de la década de los 50 hasta la actualidad. Isabel II ha visto desde su posición como reina el segundo mandato de Winston Churchill, la intervención de Gran Bretaña en la crisis de Suez en 1956, la guerra Fría, la guerra de Vietnam, el surgimiento del IRA, la revolucionaria década de los 70, la crisis política del año 1974 en Reino Unido, la llegada de Margaret Thatcher como primera ministra en 1979, las protestas en Gran Bretaña contra las políticas neoliberales de la líder conservadora en los años 80, la caída del muro de Berlín y de la URSS, la guerra del Golfo, la crisis de la monarquía y el desgaste de los conservadores con John Major en los 90, la llegada de los laboristas con Tony Blair en 1997, los Acuerdos del Viernes Santo en 1998, los atentados del 11-S y la guerra contra el terrorismo en Afganistán e Irak, las manifestaciones en Reino Unido contra la decisión de Tony Blair de participar en dichas guerras al lado de EEUU, los atentados de Londres en 2005, el estallido de la crisis económica en 2008, la llegada de David Cameron en 2010, los disturbios sociales producidos en Inglaterra en agosto de 2011, los Juegos Olímpicos de Londres en 2012, el referéndum de independencia de Escocia, el Brexit y los últimos atentados islamistas producidos en Reino Unido. Todo ello en un periodo donde Isabel II ha reinado con los gobiernos de 13 primeros ministros tanto del partido conservador como del partido laborista. Desde el histórico Winston Churchill hasta la actual y muy cuestionada primera ministra, Theresa May.

No sólo ha sido testigo como reina de los acontecimientos históricos más relevantes de los últimos 65 años, también lo ha sido en primera persona de los acontecimientos históricos que se han producido en su familia y en los territorios que éstos han dominado. Desde el Imperio Británico hasta el ya mencionado sistema actual de la Commonwealth, el reinado de su abuelo, el rey Jorge V, la llegada al trono de su tío, el rey Eduardo VIII, la crisis institucional y la abdicación de éste en diciembre de 1936, la llegada contra todo pronóstico de su padre al trono británico, el estallido de la Segunda Guerra Mundial, su llegada al trono tras la prematura muerte de su padre, convirtiéndose en reina de su país cuando su futuro no pasaba ni muchísimo menos por ocupar el trono más poderoso de Europa. Sin lugar a dudas, Isabel II es un personaje que da para mucho de que hablar. En 2015 superó el record de su tatarabuela, la reina Victoria, y se convirtió en la monarca que más años ha reinado sobre Gran Bretaña y el resto de países bajo su dominio; Algo que no se consigue todos los días y menos en pleno siglo XXI, donde el auge y popularidad de las monarquías no se caracteriza precisamente por estar en su mejores momentos.

En lo que respecta al paralelismo entre los reinados de Victoria I e Isabel II cabe decir, por lo menos en mi opinión, que tampoco son tantos. Es verdad que tanto Victoria como Isabel han sido dos reinas que han hecho historia en el país anglosajón, pero también es cierto que las circunstancias en las que ambas han tenido que reinar han sido completamente diferentes. El papel y la influencia política de Victoria durante su reinado fue mucho más activo que el que ha ejercido Isabel en todos sus años de reinado. Victoria vivió el máximo esplendor del Imperio Británico y consiguió extender sus dominios hasta la lejana India cuando fue proclamada emperatriz del país que 70 años después Gandhi conseguiría pacíficamente independizar de la poderosa corona británica, en aquel entonces en manos de Jorge VI, el padre de Isabel. Victoria tuvo a su lado el apoyo del primer ministro conservador, Benjamin Disraeli y Lord Melbourne. Isabel II, por su parte, le ha tocado reinar en un periodo en el que la grandeza de Gran Bretaña se ha ido deteriorando hasta convertirse en un país con una crisis de identidad sin precedentes en la actualidad. Además, a excepción de Churchill, Isabel II nunca ha tenido una relación de apoyo con sus primeros ministros. Los ejemplos más claros son el de Tony Blair, y muy especialmente el de Margaret Thatcher, quizás la primera ministra con quien la reina tuvo peor relación en el tiempo que ambas ocupaban sus respectivos cargos. Algo bastante similar a lo que le ocurrió a Victoria con el primer ministro William Gladstone.

Por supuesto, el reinado de Isabel II ha estado marcado también por los escándalos. Los que hemos visto las primeras temporadas de "The Crown" sabemos ya lo que dio que hablar en sus primeros años de reinado la hermana de la soberana, la princesa Margarita, y/o Felipe de Edimburgo, el marido de la reina. Pero el escándalo más sonado, como todo el mundo sabe, es el del matrimonio entre su hijo Carlos, príncipe de Gales, y Diana Spencer. El incendio del Castillo del Windsor y la separación de Carlos y Diana en 1992 marcarían el inicio de una década de escándalos que tendría su culmen en noviembre de 1995 cuando la princesa de Gales realizó una polémica entrevista que hoy en día es catalogada de "Histórica". Finalmente, la muerte de Diana en agosto de 1997 (Muerte de la que 20 años sigue persistiendo la "Teoría de la conspiración") y la tensa semana posterior a su muerte en la que la monarquía británica se jugó seriamente su supervivencia, supondría el fin de unos años que estuvieron marcados por los escándalos diarios, la caída de la monarquía en picado en las encuestas y la casi puesta en marcha de la abdicación por parte de la reina en aquel entonces.

Actualmente, con Reino Unido viviendo una crisis de identidad que puede llevarse por delante el futuro del país, la cuestión de la sucesión se ha hecho cada vez más notoria. La avanzada edad de la reina ha abierto el debate sobre si es conveniente la abdicación de Isabel o no, algo que se aprecia bastante difícil, ya que la reina, como siempre añade, juró servir a su país toda su vida, "Ya fuera larga o corta". Por otra parte, los británicos no ven en el príncipe Carlos un ejemplo de modernidad (Algo bastante lógico ya que tiene cerca de 70 años), y muchos prefieren que sea el duque de Cambridge y nieto de la reina, Guillermo, quien suceda a su abuela cuando ésta fallezca llegado el momento. Aún así todo el mundo da por hecho que será Carlos quien sucederá en el trono a su madre en un futuro, independientemente de la edad ya avanzada con la que éste entre. Sea quien sea, lo que es completamente seguro es que nada volverá a ser igual tanto en Reino Unido como en el resto de países de la Commonwealth una vez que Isabel ya no esté. No digo que la llegada de una República en Inglaterra sea posible, puesto que como dice el refrán "Solamente quedarán cinco reyes en el mundo; los de la baraja y los de Inglaterra" (Un refrán que nos da una idea del firme apoyo que la monarquía tiene entre los anglosajones), pero sí que cambiarán muchas cosas en su ausencia que muchos jamás ni siquiera llegarían a cuestionar en estos momentos en los que la nonagenaria reina continúa reinando en Londres. Ello nos da una idea del papel tan notorio e importante que ha desempeñado Isabel II como líder nacional y mundial en estas décadas al frente de Gran Bretaña y la Commonwealth. Una líder que, independientemente de mis opiniones personales acerca de la monarquía, no deja de ser un personaje histórico, relevante e irrepetible en la historia de su país y del mundo.

miércoles, 27 de diciembre de 2017

Ni Tabarnia ni taberna

Si me preguntasen en términos políticos cómo definiría este 2017 lo catalogaría en dos palabras; Histórico y surrealista. Histórico por los acontecimientos vividos este año, especialmente en el mes de octubre. Surrealista porque lo vivido en estos meses resultaba hace unos años impensable de que pudiese ocurrir. Pero por si fuera poco lo ya vivido, llevamos ya unos días (Concretamente desde el pasado 21 de diciembre) donde no se oye más que una palabra; "Tabarnia". Ustedes se preguntarán al igual que yo ¿Y eso qué coño es? Pues una idea que no sé de dónde ha salido, y que consiste en "independizar" las provincias de Barcelona y Tarragona de la comunidad autónoma catalana. ¿La razón? Según algunos porque en estas dos provincias es donde mayor número de catalanes han votado en favor de la constitución el pasado jueves. Es decir, no son independentistas.

Claro, yo que llevo escuchando esto desde hace un par de días digo, "Oye, como broma está curioso". El problema resulta que aquí no hablamos de una broma. Estamos hablando de una idea, que insisto, no sé de dónde cojones ha salido, y que tiene como objetivo la división (Aun más si cabe) de Cataluña. Una división que consistiría no ya en retener en España a las dos provincias más rentables en términos económicos, sino en reconocer con ello que la República Catalana es un hecho, y que como tal hay que crear una nueva CCAA en España que retenga a esas dos provincias, dando por perdidas a su vez las provincias de Girona y Lleida.

Algunos andan por ahí diciendo "No, no. Esto es sólo una broma". Pues chico, para ser una broma hasta el propio Albert Rivera y la propia Inés Arrimadas han salido hoy en Twitter pidiendo la creación de esta nueva región. Yo comprendo que Arrimadas esté deseando de ocupar el sillón de la generalitat. Pero una cosa es gobernar cuando se tiene apoyos suficientes y otra es partir una CCAA por la mitad con el pretexto de "En esta nueva región no habrá independentismo", con el fin de poder gobernar aunque sea media Cataluña mientras la otra queda independizada en manos de los golpistas y totalitarios. Chica, tú fuiste la primera que pedías incansablemente una convocatoria electoral urgente. Cuando el traidor que ocupa la Moncloa decidió seguirte la corriente ya te veías de presidenta de Cataluña. ¿Qué ha pasado? Pues que si hablamos de votos y de partidos, C's ha ganado las elecciones, cierto. Pero si hablamos de bloques (Independentistas y constitucionalistas), los primeros han revalidado por desgracia su mayoría absoluta. ¿Ahora qué hacemos, Inés de miarma? Pues nada, partir Cataluña por la mitad (Más de lo que ya está), para que mi paisana andaluza pueda decir algún día que fue por lo menos presidenta de media Cataluña.

Por cierto, ya que Rivera se empecina ahora en hacer realidad lo que él tanto ha criticado (Dividir Cataluña), bien podría aprovechar y retirarle su apoyo a un gobierno tan miserable, traidor, cobarde y corrupto como es el de Mariano Rajoy, el cual contempla desde su despacho de la Moncloa mientras se fuma su puro cubano cómo el 50% de Cataluña se va al carajo (O a la independencia, llámenlo X), y el otro 50% no sabe si sigue perteneciendo a España o a la República de Puigdemont. Por desgracia hay que admitir que los independentistas han ganado esta guerra. Realizaron su referéndum ilegal, realizaron su Declaración Unilateral de Independencia, y tras un periodo de dos meses de incertidumbre, sus líderes vuelven llevados en volandas por las masas independentistas a la espera de volver a tomar el rumbo donde se dejó en octubre, en la proclamación de la República Catalana. Todo esto no hubiese sido posible sin la inestimable ayuda de ese ser despreciable y vomitivo llamado Mariano Rajoy. Un personaje que creo que puedo decir ya oficialmente que es lo peor que le ha ocurrido a España en muchísimo tiempo. ¿Para esto provocaste el año pasado una crisis constitucional con el fin de salir reelegido presidente? Qué verdad es lo que dije en este blog hace un par de meses; Mucha gente deberían de dar gracias a Dios por vivir en el año 2017 y no en el año 1937. De ser así, otro gallo cantaría...

Antes de terminar no quiero dejar pasar lo que dijo la pasada nochebuena el rey Felipe VI. El jefe del estado (O eso dice ser él aún) hizo hincapié en el entendimiento y en el dialogo para lograr la convivencia entre todos. Querido y preparado rey; ¿Acaso te has bajado los pantalones ante los resultados producidos en Cataluña la semana pasada?, ¿Por qué no mantienes tu discurso firme del pasado 3 de octubre?, ¿Qué ha pasado?, ¿Te ha acojonado realmente (Valga la redundancia) que los catalanes voten a unos fugitivos, delincuentes y golpistas antes que a los defensores del sistema que tú representas?, ¿Dónde está ese jefe del estado con agallas que defendió el restablecimiento de la legalidad hace un par de meses? Se nota que desde Zarzuela se han acojonado algunos con los resultados electorales y que desde Moncloa te han leído la cartilla para que no se repitan mensajes como los emitidos en octubre pasado. Sin ser monárquico dije que el mensaje del rey del pasado mes de octubre estuvo muy bien, ya que el rey cumplió su papel y puso los cojones encima de la mesa. Sí, esos mismos cojones que le han faltado a todas las instituciones del estado y que "El Preparado" exigió tener ante los graves acontecimientos producidos en Cataluña aquellas semanas. En fin, Felipín, para una cosa que haces bien, coges y te echas para atrás. Con este panorama y por mucho que intentes promocionar a tu hija mayor no te extrañe que te boten de aquí a unos años como a tu bisabuelo...

Termino como empecé. Como español siento vergüenza y asco ante todo esto. No hay que crear ninguna Tabarnia ni Taberna. Ya está bien de dividir aún más a la sociedad catalana y a España. ¿Qué será lo próximo?, ¿Dividir Andalucía oriental y Andalucía occidental en dos regiones?, ¿Declarar a Almería como una comunidad autónoma independiente ya que esta provincia votó en contra del proceso autonómico andaluz en 1980?, ¿Dividimos en dos regiones las provincias de Cartagena y Murcia?, ¿Dividimos Madrid norte y Madrid sur y convertimos ambas en regiones independientes?. Por esa regla de tres, yo como sevillano exijo la creación de la comunidad autónoma independiente de Sevilla, ya que el resto de Andalucía nos desprecia. En fin, prefiero no seguir porque es para echarse a llorar. Estamos en manos de unos auténticos hijos de puta que no tienen ningún interés en mover un solo dedo en cumplir y hacer cumplir la ley, o dicho en otras palabras; Cumplir lo que juraron. Definitivamente, el enemigo ha ganado porque tenemos a un enemigo mucho peor entre nosotros. Ya no hay vuelta atrás, el 1 y el 27 de octubre se confirmó esta desgracia, y para los que aún dudaban, el pasado día 21 se produjo la confirmación definitiva; El fin de España ha llegado.

sábado, 23 de diciembre de 2017

Todo está escrito

No soy mucho de hablar de sentimientos personales, pero ya que estamos en unas fiestas tan señaladas y a las puertas del 2018, quisiera hablar un poco de algo que creo que todos aquellos que me lean coincidirán conmigo. Siempre hablamos de lo que nos deparará el futuro y de lo que la vida nos tiene preparado para el próximo año. Pues bien, de eso precisamente quiero hablar esta noche. No ya de lo que va o ocurrir ni nada por el estilo, sino de Aquél y/o aquello que dirige nuestra vida y que calcula hasta el más mínimo detalle de lo que nos ocurre; Algunos lo llaman Dios y otros lo llaman destino.

Para empezar, deteniéndome en esto último cabe preguntarse; ¿Qué es el destino? Bueno, es algo que cada uno puede definirlo a su manera. He dicho que algunos difieren entre Dios y el destino. Yo los unifico, y considero el destino como el libro que Dios escribe de nuestra vida antes de nacer nosotros y en el que viene detalladamente escrito cómo será nuestra existencia. Sí, nuestra existencia viene escrita con antelación aunque muchos nos resignemos a ello. El contenido de ese escrito puede gustarnos o no, pero es lo que nos tiene deparado Dios a cada uno en esta vida sí o sí. Personalmente tengo que añadir que esto que estoy contando no es una novedad para mí, ni muchísimo menos. Pero las vivencias de este año me dan el empuje para confirmar lo que ya era sabido; Que todo, absolutamente todo lo que vivimos en nuestro día a día es algo que está más que predestinado que suceda, incluso lo más insignificante que podamos hacer y/o decir.

¿Quién no ha querido a alguien en un momento de su vida?, ¿Quién no ha querido con todas sus ganas que esa persona que has conocido sea la persona con la que compartas el resto de tu vida?, ¿Cuántas veces no ha discutido uno con algún familiar o amigo y has pensado que no volverías a ver ni a hablar con esa persona nunca más?, ¿Quién no ha pensado en algún momento en hacer planes de futuro e imaginarse cómo será ese día de mañana? Pero como dice el refrán "El hombre propone y Dios dispone". Aquella persona que crees fervientemente que es el amor de tu vida resulta que es sólo una ilusión pasajera que Dios y/o el destino ha puesto en tu vida momentáneamente. Aquel amigo/a con el que has discutido y crees que no volverás a verlo nunca más aparece de nuevo en tu vida y vuelve a formar parte esencial en tu vida. Aquel familiar o amigo con el que crees que siempre vas a tener buena relación, pero que la vida los convierte con el paso de los años en dos completos desconocidos debido a las rencillas familiares o personales. Aquellos estudios con los que comienzas creyendo que los vas a aprobar en dos días mientras crees que te vas a comer el mundo y finalmente no los apruebas porque es el mundo el que te ha comido a ti. Aquel futuro que planeas construir hasta que llega la vida con toda su dureza y te lo echa por tierra...

¿Qué quiero decir con todo esto? Pues que hagas lo que hagas y digas lo que digas, lo que la vida te tiene deparado es lo que tendrás que tragar sí o sí. Por mucho que intentes retener a una persona en tu vida, si ésta no está predestinada a que siga en ella, la vas a perder igualmente. De una forma u otra, da lo mismo, pero esa persona se irá, aunque llores lágrimas que puedan formar un océano. Si una persona está destinada a formar parte de tu vida, por mucho que discutas con esa persona y/o te alejes de ella, esa persona acabará volviendo a ti de un modo u otro. Tardará más o tardará menos en volver, pero acaba volviendo siempre para permanecer a tu lado. Aquello que con tantas ilusiones crees que vas a conseguir, si Dios y/o el destino han dispuesto lo contrario, por mucho que luches y por mucho empeño que pongas, ese algo no acabará en tus manos. Aquello que está predestinado a que obtengas en la vida lo conseguirás a base de esfuerzo, trabajo y constancia, por supuesto, pero sobretodo lo obtendrás porque así está escrito que suceda.

Por ello, tras corroborar por mí mismo que esto que he contado es tan cierto como que Dios existe, sólo diré una cosa; No te comas el coco cuando veas que las cosas no salen como esperabas, o cuando ves que ese amor que con tanto anhelo esperas se va de tu vida, o cuando aquella persona que tanto apreciabas ha desaparecido de tu lado cuando hasta hace poco creías que eso sería imposible, o cuando esos objetivos que te habías propuesto ves que te están superando y que se te escapan de las manos, no te agobies ni fuerces lo que la vida te niega. Quizás la vida te está diciendo "Está para ti, pero no ahora", "Tu futuro está en otro camino", o simplemente "Ésto no es lo que te conviene". Todo en la vida tiene un motivo y un porqué. A veces podemos llegar a entenderlo y otras veces no, pero así de dura es la vida y tienes que asumirlo y convivir con ello. Ojalá Dios y/o el destino nos diesen carta blanca para que todos nuestros sueños pudiesen hacerse realidad, pero la vida es precisamente eso; Asimilar que somos simples mortales y que nuestro día a día y nuestra existencia dependen de un Ser o de un algo superior a nosotros que es el que verdaderamente controla milimétricamente nuestros movimientos. Por lo que a mí respecta tengo que decir que es algo tan impactante que me asusta pensar en ello; En que todo cuanto hagas o no hagas en esta vida, digas o no digas, está diseñada para que así ocurra. Por ello haz una cosa independientemente de lo que ocurra; Vive.

viernes, 22 de diciembre de 2017

Que se jodan

Decía Andrea Fabra allá por el año 2012 cuando Mariano Rajoy anunció su paquete de recortes por la crisis económica la célebre frase "Que se jodan". Pues bien, ahora yo le digo a ella y a todo el Partido Popular esa misma frase; Que se jodan. Y lo digo porque en estos momentos, cuando son las 2:08 minutos del ya 22 de diciembre de 2017, han transcurrido ya algo más de cinco horas desde que se cerrasen los colegios electorales en Cataluña y se diese inicio al recuento de votos de dichos comicios. Unos comicios trascendentales que han sido los más participativos de la historia de España desde 1982. ¿Los resultados? Una renovación de la mayoría absoluta independentista, la cual sale reforzada después de una Declaración Unilateral de Independencia y de un referéndum inconstitucional secesionista. Ciudadanos ha sido el partido más votado en estas elecciones, pero su victoria es insuficiente y los números no dan para que el partido de Albert Rivera logre gobernar. El PSC se mantiene igual. Sólo suben un escaño y ya pero ellos este resultado es todo un logro. El partido de Ada Colau-Pablo Iglesias se ha pegado un batacazo monumental. ¿Y el PP? El PP se ha llevado hoy un golpe electoral tan profundo y grave que sólo es comparable al sufrido en las generales de 1982 con la UCD cuando ésta pasó de 168 diputados a 11. Como diría la difunta Rita Barberá; "Qué hostia". Pues sí, ha sido una hostia monumental la que se ha llevado el PP de García Albiol. Hablamos de un resultado electoral que deja al PP en la absoluta y completa marginalidad política en Cataluña. Pero bueno, no estoy aquí para hablar de los resultados deplorables del PP, sino de las consecuencias que se van a derivar de lo ocurrido esta noche.

La pregunta es; ¿Ahora qué? Ahora se supone que la mayoría independentista tendrá que llevar a cabo, no ya la independencia de Cataluña, pues se supone que ésta ya se proclamó el pasado 27 de octubre, sino la puesta en marcha de esa República proclamada hace ya cerca de dos meses. La cuestión es la siguiente; Si el bloque independentista continúa con sus planes de comenzar la andadura de ese estado catalán nacido en octubre pasado, ¿Cuál va a ser la respuesta que dé el estado español? Se supone que aquí ha habido unos comicios legales donde la mayoría independentista ha sido renovada. ¿Qué se supone que debe hacer el gobierno de España?, ese gobierno que en un país civilizado estaría en estos momentos viviendo sus últimas horas en el poder, ya que el presidente de ese gobierno estaría obligado a presentar su dimisión irrevocable. ¿Qué hacemos ahora, Mariano?, ¿Activamos otra vez el 155?, ¿Impugnamos el resultado electoral? Sólo puedo decir que tienes lo que te mereces. Has llevado a la comunidad autónoma catalana al enfrentamiento, al odio y a la división social permitiendo todo lo que desde Barcelona tanto Carles Puigdemont como Artur Mas han orquestado. Ahora tienes aquí el resultado de tu pésima gestión del proceso independentista catalán. Ahora, jódete. ¿O acaso pensabas que convocando unas elecciones sólo dos meses después de una rebelión secesionista ibas a arrasar electoralmente?

Por otra parte cabe preguntarse; ¿Quién será ahora el nuevo presidente de Cataluña? Ines Arrimadas ya sabemos con antelación que no lo será puesto que el bloque constitucionalista no ha obtenido la mayoría necesaria, y Junqueras obviamente no va a ser presidente puesto que está en la cárcel y ha quedado tercero en los resultados electorales. La cuestión ahora es; Si quien está llamado para ser nuevamente presidente de la generalitat es Puigdemont y éste tiene en territorio español una orden de detención, ¿Cómo va a tomar posesión del cargo el "Presidente de la República Catalana", o lo que es mejor; un fugitivo de la justicia en toda regla? O una de dos, o el bloque independentista elige a otra persona para formar gobierno en Cataluña, o tenemos elecciones hasta que los catalanes por aburrimiento propio decidan votar a C's con tal de acabar ya con esta pesadilla. En fin, como dice la ley de Murphy "Si algo puede salir mal, saldrá mal", y por si no teníamos suficiente con los gravísimos e históricos sucesos vividos el pasado mes de octubre, después de hoy la situación no puede sino empeorar aún más (Cosa que parecía a estas alturas misión imposible), pero como decían algunos, Rajoy se había jugado hoy a cara o cruz la permanencia o no de Cataluña en España. Ha salido cruz, y ahora las graves consecuencias que se van a producir después de hoy la vamos a pagar muy duramente todos los españoles, no sólo los catalanes.

Estas son las consecuencias de la (No) aplicación del artículo 155. El mismo día que se produjo la DUI y Rajoy "activó" el 155 para convocar únicamente elecciones en Cataluña, ya dije que esa decisión precipitada era lo peor que se podía cometer. Dos meses después, mi vaticinio se ha cumplido. Hoy precisamente se han cumplido seis años de la llegada de Rajoy al gobierno en diciembre de 2011. Si un 21 de diciembre supuso su llegada al poder, este 21 de diciembre supone casi con toda seguridad, el inicio de su salida del poder. En las actuales circunstancias es más que probable, y ya lo he dicho muchas veces, que el PP gobierne muchos años más España. Pero de lo que no me cabe ahora duda es de que efectivamente, el tiempo pone las cosas en su sitio. Y el tiempo va a poner en su sitio al tipo que permitió un referéndum ilegal y una declaración sesesionista anticonstitucional. ¿Qué va a ocurrir a partir de esta noche? No tengo ni la más mínima idea. Desde octubre pasado hemos entrado ya en el abismo y pase lo que pase a partir de ahora es una incógnita. Puigdemont por su parte ya ha anunciado esta noche que con estos resultados "La República Catalana ha vencido a la Monarquía española del 155". Por lo que si nos parecía ya bastante fuerte lo vivido este año, parece que el 2018 va a venir cargado de más momentos de máxima tensión en nuestro país...

lunes, 4 de diciembre de 2017

La guerra de los tres primos


El pasado mes de marzo escribí sobre los 100 años que en octubre se han cumplido de la Revolución Rusa. Ahora, en diciembre, y una vez transcurrido ese centenario del inicio de la URSS, me he parado a analizar los factores que determinaron la caída del zarismo y la llegada del comunismo a Rusia. Uno de estos factores (Entre otros muchos) fue la entrada de Rusia en la Primera Guerra Mundial. Y de eso precisamente quiero hablar esta noche. Pero no de la guerra en sí, sino de los motivos y sobre todo de aquellos que dieron luz verde para que ese conflicto se produjese en 1914. Por ello esta entrada va a estar centrada en tres personas que cambiaron el futuro del mundo por una simple "riña familiar". Sí, si uno lo analiza bien, la Primera Guerra Mundial no fue más que una simple disputa entre tres primos hermanos que acabó costando la vida de más de 30 millones de personas. Esos tres primos fueron el zar ruso Nicolás II, el rey británico Jorge V, y el káiser alemán Guillermo II.

Ya en 1974 se estrenó una serie británica formidable llamada "La caída de las águilas", en donde se narraba de una forma brillante la caída de las monarquías europeas de Austria-Hungria, Rusia y Alemania. Esta serie es una joya televisiva y sus interpretaciones son excelentes, pero creo que hubiese sido mucho más interesante si en lugar de narrar la caída del imperio austrohungaro hubiese narrado los entresijos que se producían en el palacio de Buckingam durante el reinado de Jorge V y su relación con sus primos. Y es que no hay que olvidar que la causante de que Europa fuese gobernada en realidad por una sola familia entre el siglo XIX y el siglo XX fue la propia reina Victoria. La reina británica tuvo la original idea de emparentar a sus hijos con los hijos de otros monarcas europeos, vinculando la casa real inglesa con el resto de casas reales europeas. Y es que Victoria no tenía ni un pelo de tonta. Sabía perfectamente que una Europa gobernada por sus hijos e hijas, yernos, nueras y nietos, era mucho más beneficiosa para la paz en nuestro continente, por ello casó a la mayoría de sus hijos con príncipes y princesas de Europa. Uno de los enlaces matrimoniales más relevantes de los hijos de la reina Victoria y el príncipe Alberto de Sajonia fue el de su hija Victoria, ("Vicky", como era conocida) con el príncipe alemán Federico de Hollenzoller, hijo del káiser alemán Guillermo I y heredero al trono de Alemania, ahí es nada. Con ese enlace, los dos imperios más poderosos de Europa en aquel entonces (Alemania y Reino Unido) se vinculaban en términos familiares. De esta unión nacería el futuro káiser de Alemania, Guillermo II. Por otra parte, Victoria y Alberto decidieron casar a su hijo mayor, el príncipe de gales y futuro Eduardo VII con la princesa Alejandra de Dinamarca. De esta unión nacería el futuro rey de Inglaterra, Jorge V. En lo que respecta a Rusia, la idea de emparentar a la casa Romanov con la casa de Hannover no partió de la propia reina Victoria, sino de los propios contrayentes, es decir, de la propia nieta de la reina británica e hija de Alicia del Reino Unido, Alix de Hesse, y del hijo del reciente fallecido zar de Rusia, Alejandro III, y de Dagma de Dinamarca, el recién nombrado zar Nicolás II. Con el matrimonio entre Nicolás y Alix (Que a partir de ese momento adoptaría el nombre de Alejandra Fiodorovna), la reina Victoria veía así colmado su sueño de ver emparentados a sus hijos y nietos con la realeza europea, con el propósito de tener garantizada la paz en nuestro continente por muchísimos años. A pesar de ello, esta idea provocó el efecto contrario tanto en Europa como en el resto del mundo.

Con la muerte del káiser Guillermo I, y noventa y nueve días más tarde de la del recién proclamado káiser, Federico III, Guillermo II accede en 1888 al trono de Alemania, tomando como una de sus primeras medidas la destitución del creador del II Reich Alemán y fundador del Imperio Germano; el canciller Otto Von Bismarck. Con esta medida, Guillermo buscaba afianzar su propia política y no dejarse guiar por las directrices del "Canciller de Hierro", como sí habían hecho su abuelo y su padre. En Rusia, por su parte, la llegada al poder de Nicolás II en noviembre de 1894 se produce tras la repentina muerte de su padre, el zar Alejandro III, como consecuencia de una nefritis. El nuevo zar reconoce su propia inexperiencia a la hora de tomar el timón del país más extenso del mundo. De hecho, su reinado no podrá comenzar peor cuando se produce la tragedia de Jodynka en medio de las festividades posteriores a su coronación. Ya en el siglo XX, la reina Victoria muere en enero de 1901 en los brazos de su nieto, el káiser Guillermo II. A partir de ese momento se produce la subida al trono de Eduardo VII del Reino Unido, el cual cambiará el nombre de su casa de Hannover por la de "Sajonia -Coburgo-Gotha". Eduardo VII acabará manteniendo buenas relaciones políticas con su sobrino político, el zar Nicolás II, pero no así con su sobrino carnal, el káiser Guillermo II. Este hecho supondrá un antes y un después en las relaciones entre Inglaterra y Alemania, las cuales se verán cada vez más deterioradas a medida que vayan transcurriendo los años. En la primera década del siglo XX se produce por parte de Rusia la entrada en la guerra contra Japón a causa de Corea, mientras que en Alemania, el káiser delega primero en el canciller Von Bulow y después en Von Bethmann-Hollweg la gobernabilidad de Alemania, a medida que él se va dedicando exclusivamente a la política exterior, la cual estará marcada por las continuas tensiones entre Guillermo con su tío Eduardo, o lo que es lo mismo, entre Alemania y Reino Unido. Este hecho se debe a que Guillermo, a pesar de ser hijo y nieto de la familia Hannover, tenía cierta admiración a la vez que odio contra Inglaterra y deseaba en cierto modo convertir a Alemania en todo lo que representaba el Imperio Británico. En lo que respecta a las relaciones entre Nicolás y Guillermo, las relaciones entre los dos primos políticos siempre fueron buenas, aunque Guillermo aprovechó su relación con Nicolás para influenciar sobre éste en la política rusa. Posteriormente, en mayo de 1910 y con las relaciones entre Gran Bretaña y Alemania cada vez más deterioradas, el rey Eduardo VII muere en Londres y su hijo, el príncipe de Gales, se convierte en el nuevo rey del Imperio Británico con el nombre de Jorge V. A partir de ese momento, tres primos hermanos gobernarían los imperios más poderosos de Europa.

La situación en Londres en el momento de la subida al trono de Jorge V en 1910 es completamente diferente a la de Guillermo II, pero sobre todo a la de su primo Nicolás II, con el que tenía un extraordinario parecido físico e incluso personal. La inestabilidad política en Gran Bretaña surgida tras las elecciones de enero de 1910 provocan un adelanto electoral para diciembre de ese mismo año que acaba con la victoria nuevamente de los liberales liderados por el primer ministro británico H. H. Asquith, aunque con mejores resultados. La situación política en Londres era completamente diferente en 1910 de la que se vivía en San Petersburgo, donde Nicolás II regía Rusia bajo un sistema de monarquía absoluta y con mano regia, a diferencia de sus primos Guillermo y Jorge, los cuales reinaban en un sistema constitucional y parlamentario. Este hecho provoca que a medida que avance el reinado de Nicolás, los apoyos revolucionarios vayan en aumento, en especial tras la Revolución de 1905, en la que tras la masacre del Domingo Sangriento, Nicolás decide destituir a su primer ministro, Sergei Whitte, y crear un parlamento (Duma) pero sin poderes ni facultades. Este parlamento quedaría disuelto hasta en dos ocasiones por el nuevo primer ministro ruso, Piotr Stolypin, pero tras el asesinato de éste en 1911, Nicolás designa a Vladimir Kokovtsov como nuevo primer ministro, adoptando éste una política algo más suavizada con la Duma aunque sin salirse de la dura política represiva que llevaba a cabo el zar. En lo que respecta a Jorge V, las relaciones con su primo Guillermo serían iguales de pésimas que con Eduardo VII. Sólo Nicolás II será el que mantenga buenas relaciones con sus dos primos. Aun así, este hecho cambiará a partir de 1914, año en el que estalla la Primera Guerra Mundial.

En junio de 1914 se produce en el atentado en Sarajevo contra el sobrino-nieto del emperador Francisco José y sucesor de éste al trono de Austria; el archiduque Francisco Fernando. Tras el atentado, Austria cree que Serbia está detrás del asesinato, por lo que se comienza a vislumbrar una guerra entre Serbia y Austria. Es entonces cuando aparece en escena Nicolás II, el cual comienza a movilizar tropas en la frontera de Austria. Esta acción por parte del zar se produce ya que Serbia estaba bajo la protección de Rusia. Tras esto Austria declara la guerra a Serbia, por lo que Nicolás ordena la movilización general por parte del ejército ruso. A partir de este momento es cuando entra en escena el káiser Guillermo II, el cual se comunica con su primo Nicolás a través de una serie de telegramas donde le pide el cese de las movilizaciones. Cabe destacar que Alemania siempre se muestra leal a Austria, por lo que Guillermo exige a su primo un cese contra en las actuaciones contra su país aliado. Ante la negativa del propio Nicolás se produce el momento culmen; Alemania declara la guerra a Rusia. En toda este escenario, el único que se mantiene en un segundo plano es el propio Jorge V, el cual verá cómo los acontecimientos arrastrarán a Gran Bretaña hacia la guerra cuando Alemania declara también la guerra a Francia y a Bélgica. Es aquí cuando Reino Unido interviene en favor de Bélgica, la cual se había mantenido neutral en el conflicto, y declara la guerra contra Alemania. Con este suceso se produce el estallido de la Primera Guerra Mundial, y con ello el fracaso del plan de la reina Victoria de dejar como legado una paz en Europa gracias al parentesco familiar. En este escenario, las rivalidades entre los tres primos hermanos, sobre todo entre Jorge V Guillermo II es lo que hace más factible el estallido de la guerra y la implicación de estos países en la que será conocida como "La Gran Guerra". Nicolás II y Jorge V lucharían en el mismo bando aliado contra su propio primo hermano, el káiser Guillermo II.

Después de esto, el káiser alemán se sentía traicionado por sus dos primos, y creía que tanto el zar ruso como el rey británico habían conspirado en su contra para declararle la guerra. Aunque al principio de la guerra, las fuerzas rusas son las que llevaban ventaja, en 1915 se produce un giro drástico en el conflicto que supondrá que Alemania lleve la delantera en el desarrollo del mismo, pero la entrada de Estados Unidos en la guerra en 1917 provoca otra vuelta en favor de los aliados. Para entonces las circunstancias habrían cambiado completamente. El zar Nicolás II, tras partir hacia el frente en 1915, decide abdicar el 15 de marzo de 1917 tras estallar la Revolución de Febrero en Rusia, poniendo fin con ello a 300 años de gobierno absoluto de la dinastía Romanov sobre el país ortodoxo. En Alemania, la situación tanto política como militar estaba dominada de facto por los generales Hindenburg y Ludendorff, aunque Guillermo seguía al frente de Alemania. En Gran Bretaña, por su parte se produce un cambio completo en la casa real británica. El rey Jorge V, ante las críticas feroces que se desataron en Inglaterra en 1917, decide cambiar el nombre alemán de su casa de Sajonia-Coburgo-Gotha por la de "Windsor", renunciando también a todos los títulos provenientes de Alemania que ostentaban hasta la fecha. En lo que respecta a Nicolás II, éste fue hecho prisionero nada más volver a San Petersburgo una vez abdicado. En un primer momento, el gobierno provisional ruso dirigido por Alexandre Kerensky ofreció al zar y a su familia la oportunidad de huir de Rusia. La idea de Nicolás en ese momento fue la de pedir asilo político a su primo y aliado en la guerra, Jorge V. Pero el rey Jorge, ante la presión que recibió por parte del gobierno de David Lloyd George y el peligro externo que podría suscitar la presencia de los Romanov en Londres, declinó la petición de asilo de su primo Nicolás.

Transcurridos unos meses, a finales de 1917 estalla en Rusia la Revolución de Octubre, llevada a cabo por los bolcheviques liderados por Vladimir Lenin, Iósif Stalin y León Trotsky. Este golpe de estado llevado a cabo por los comunistas provoca la caída del gobierno de Kerensky y la instauración de la Unión Soviética. Con la caída de Kerensky se produce también la paralización que el gobierno provisional estaba llevando a cabo para sacar a los Romanov de Rusia. Kerensky, poco antes de la Revolución de Octubre, había mandado a los Romanov hacia Siberia, con el propósito de alejarlos de San Petersburgo hasta que se encontrase un país donde la familia imperial rusa estuviese a salvo. Una vez en Siberia, y tras la llegada al poder de Lenin y el estallido de una guerra civil en Rusia, los Romanov son hechos prisioneros por los revolucionarios y enviados a Ekaterimburgo. Finalmente, en julio de 1918, el zar Nicolás, su esposa la zarina Alejandra y sus cuatro hijos serían fusilados por un escuadrón dirigido por Yakov Yurovsky. Con esta ejecución aprobada personalmente por Lenin, la vuelta de la monarquía en Rusia quedaba completamente anulada. A día de hoy, cerca de 100 años de su fusilamiento, la monarquía en Rusia no ha logrado restablecerse.

En lo que respecta a Guillermo II, en 1918 la situación militar de Alemania en la guerra estaba cada vez más lejos de la victoria. Es entonces cuando Guillermo decide empezar a negociar el tratado de paz con los aliados. Y es en este momento cuando el presidente de EEUU, Woodrow Wilson, pone como condición que el monarca alemán no sea uno de los integrantes en el proceso de negociación. En noviembre de 1918 se produce el estallido de la Revolución de Noviembre en Alemania. Guillermo, que en ese momento se encuentra en el cuartel general del ejército en Bélgica, al ver cómo los sucesos se van volviendo cada vez más graves en todo el país, decide muy a su pesar, abdicar como káiser de Alemania pero no como rey de Prusia. Horas más tarde se produce un hecho completamente insólito, cuando el primer ministro alemán, Max Von Baden, se adelanta al anuncio del káiser y confirma la abdicación de Guillermo tanto como emperador de Alemania como de rey de Prusia. Aun así, Guillermo acepta la doble abdicación y parte al día siguiente hacia el exilio en los Países Bajos, una vez proclamada la República de Weimar en Alemania. Una vez allí se produce en 1919 la firma en Francia del Tratado de Versalles por la que Alemania se rinde ante los aliados y acepta unos términos de rendición excesivamente duros para los alemanes. Uno de los puntos que figuraba en el Tratado de Versalles era la persecución y enjuiciamiento contra Guillermo II, a quienes los aliados consideraban principal responsable de la guerra. Este punto del acuerdo finalmente no se llevó a cabo debido a la negativa por parte de la reina de los Países Bajos a entregarles al ex-káiser. Guillermo, por su parte, se alojaría en Doorn, donde posteriormente simpatizaría con el nazismo y con su líder, Adolf Hitler, esperando sin éxito del dictador alemán el restablecimiento de la monarquía en Alemania. Guillermo finalmente fallece en 1941, en plena Segunda Guerra Mundial.

Finalmente, Jorge V acabaría siendo el único monarca de nuestros tres protagonistas en no abdicar del trono británico. El dueño del Imperio Británico vería en 1918 la rendición por parte de Rusia en la Primera Guerra Mundial, poco después de que los bolcheviques tomasen el poder tras la Revolución de Octubre, y también vería la rendición de Alemania en 1919, la cual iría acompañada del ya mencionado Tratado de Versalles, que sería la principal excusa para el estallido de la Segunda Guerra Mundial en 1939. Jorge V sería uno de los principales protagonista del proceso de independencia de Irlanda en 1922. En 1924 designaría el primer gobierno laborista en Inglaterra, el cual estaría presidido por el primer ministro Ramsay MacDonald. En 1925 sería testigo de la histórica huelga general llevada a cabo en Reino Unido y en 1926 sería también protagonista principal de la creación de la Mancomunidad de Naciones (La Commonwealth). Tras el estallido del crack de 1929 y la llegada de la Gran Depresión, en la década de 1930, Jorge asistiría al ascenso al poder de Adolf Hitler y cómo la llegada al poder del nazismo provoca un nuevo aumento de tensión entre los países europeos. Finalmente, y antes de que comience la Segunda Guerra Mundial, Jorge V fallece en 1936. Tras su muerte se produciría el ascenso al trono de su hijo, Eduardo VIII, protagonizando una de las mayores crisis políticas e institucionales de la historia de Reino Unido, la cual acabaría con la abdicación del nuevo rey en diciembre de ese mismo año y la subida al trono del segundo hijo de Jorge V, el futuro rey Jorge VI, padre de la actual reina, Isabel II.

Con este artículo he intentado hacer un análisis lo más cercano posible a la figura de estos tres monarcas, los cuales son en mi opinión, los principales responsables del estallido de la Primera Guerra Mundial, e incluso diría yo, de la Segunda Guerra Mundial. ¿Por qué digo esto? Porque como ya he mencionado al principio de la entrada, los tres primos hermanos eran rivales entre sí, y sus problemas personales y familiares no quisieron, o no supieron separarlos de los problemas políticos de sus respectivos países. La crisis originada tras el estallido del asesinato del archiduque austríaco Francisco Fernando fue una gran oportunidad para que los tres monarcas hubiesen llegado a un acuerdo de no agresión entre sus respectivos países. Nada más lejos de esto, tanto Guillermo, Nicolás como Jorge pusieron toda la carne en el asador y aceleraron el estallido del conflicto bélico debido a las rencillas ya existentes entre los primos hermanos. Aunque es verdad que entre Nicolás y Jorge hubo mejor relación y química que con Guillermo, esto no excusa para que en el momento del estallido de la guerra, ambos monarcas hubiesen intentado por todos los medios hacer reflexionar al káiser de las consecuencias que podía tener para el mundo el estallido de este conflicto bélico. Este hecho supone no sólo un fracaso en la gestión que llevaron a cabo del proceso prebélico los tres monarcas, sino que confirma el fracaso del plan ideado por la abuela de Jorge V y Guillermo II (De Nicolás II era abuela política), la reina Victoria, de mantener una Europa pacífica y unida bajo los reinados de sus hijos y nietos. También considero a nuestros tres protagonistas como principales responsables (Indirectos, por supuesto) del estallido de la Segunda Guerra Mundial. La causa es el pésimo legado que deja la guerra después de las horribles cifras de muertos; El Tratado de Versalles. Este tratado supone la humillación absoluta hacia Alemania por parte de los vencedores, lo cual provoca más rencillas y odios por parte de los alemanes hacia el resto de Europa (Cabe añadir que Alemania asumió todos los gastos de la guerra como parte del tratado, terminando de pagar estos gastos en el año 2010). Este sentimiento revanchista provoca la aparición de partidos ultranacionalistas como el partido nazi y el ascenso al poder de Adolf Hitler. Con la llegada de Hitler al poder, el objetivo principal del dictador alemán era el de recuperar la dignidad de Alemania y buscar la revancha contra sus adversarios en la Primera Guerra Mundial. Este hecho lo consigue Hitler con el estallido de la Segunda Guerra Mundial en 1939. En aquel año, Nicolás II llevaba ya 21 años muerto, Jorge V llevaba 3 años fallecido y sólo Guillermo II vivía en el momento de producirse el estallido de este conflicto bélico. La Primera Guerra Mundial tuvo como resultado final 30 millones de muertos, mientras que la Segunda Guerra Mundial tuvo como resultado final la escalofriante cifra de 60 millones de muertos. Un total de 90 millones de muertos (Cerca de un centenar de millones) como resultado de ambas guerras en las que nuestros principales protagonistas tuvieron en la primera la responsabilidad directa máxima, mientras que en la segunda fueron los principales responsables de manera indirecta. El legado de estos tres monarcas fue una sangrienta guerra, la cual fue el motivo principal para una segunda guerra aún más sangrienta años después. Por ello se puede decir que cerca de un centenar de millones de vidas humanas murieron como consecuencia de una disputa familiar entre tres primos que eran ni más ni menos que los principales gobernantes de los países más poderosos de Europa en aquel momento. Como dice el refrán; "Los trapos sucios se lavan en casa", y por desgracia, estos tres dirigentes no sabían eso...

domingo, 3 de diciembre de 2017

Felipe González; 35 años de la llegada del presidente ¿Socialista?

Hoy se han cumplido 35 años de la llegada al poder de Felipe González Márquez. Tres décadas y media nos separan ya de aquel instante en el que el político sevillano prometió su cargo frente al rey Juan Carlos un 2 de diciembre de 1982. Tras haber conseguido una mayoría absoluta aplastante (La mayor hasta el día de hoy), el PSOE volvía al poder envuelto en una marea humana cargada de entusiasmo e ilusión que llevó en volandas al entonces secretario general socialista a la Moncloa. Hoy, el concepto que se tiene de Felipe González es bien distinto. Para muchos representa lo peor de la derecha capitalista y neoliberal, mientras que otros lo consideran un "facha" que se encargó de enterrar el marxismo y el izquierdismo dentro del partido que en 1879 fundase Pablo Iglesias.

En lo que a mí respecta me es completamente indiferente la ideología de Felipe González, pero tengo que reconocer que si finalmente este señor tiene ideas que poco o nada se asemejan al socialismo, yo por mi parte tengo que aplaudirlo. ¿Por qué? Pues muy sencillo. Si es así, este tipo consiguió entrar en un partido que no representaba para nada sus ideas pero que le sirvió de trampolín para poder acceder al poder a la temprana edad de 40 años. Para más inri, González llegó a mantenerse en el gobierno hasta 14 años ininterrumpidos. Todo un logro si tenemos en cuenta que Felipe lideraba un partido que en teoría no comulgaba con sus ideas. Si Felipe González era/es una persona de ideas liberales, muy bien por él. Faltaría más que uno no pudiese escoger las ideas políticas con las que se siente más representado. Lo que me llama la atención es otra cosa...

Si como dicen algunos (Cada vez más), de que nuestro paisano sevillano es un tipo liberal ¿Por qué durante 20 años fue votado por sectores sociales vinculados a la izquierda? Por supuesto la primera respuesta es "Porque Felipe González lideraba un partido que representaba a los trabajadores". De acuerdo, entonces ¿Por qué después de llevar sus primeros años en el gobierno y demostrar que precisamente su mandato no se caracterizaba por ser especialmente socialista no dejaron de votarle los suyos?, ¿Acaso no fue motivo más que suficiente la traición de González con respecto a la OTAN, el caso Sagunto, las reformas laborales de 1988 y 1994 que le costaron al gobierno del PSOE dos huelgas generales, además de otras muchas medidas de sospechoso carácter izquierdista? Siendo así sólo cabe dos teorías; O los votantes de este señor eran unos ignorantes que no sabían de qué pie cojeaba su líder, o eran unos masoquistas que preferían ser gobernados antes por un liberal disfrazado de socialdemócrata que por un liberal reconocido... sea como fuere, lo cierto (Y demostrado) es que Felipe González fue lo suficientemente astuto como para llevar a cabo medidas liberales mientras en los mítines de su partido se rompía el pecho llamándose a sí mismo "socialista" mientras las masas de sus militantes y simpatizantes coreaban su nombre.

Por otro lado cabe destacar que durante sus 14 años en la Moncloa, Felipe González recibió el apoyo no sólo del sector izquierdista de la población española, sino también del sector liberal y conservador. No eran pocos los que tanto en los años 80 como en los años 90 estaban dispuestos a votar mil veces antes al "socialista" Felipe que a los liberales-conservadores de la Alianza Popular de Manuel Fraga o al posterior Partido Popular de José María Aznar. También hay que decir que González estuvo fuertemente vinculado con las altar jerarquías del franquismo durante su época clandestina como "Isidoro". ¿O acaso no contaba el entonces abogado laboralista sevillano con el apoyo del vicepresidente y después presidente del gobierno, Luis Carrero Blanco?, ¿Acaso no contaba Felipe González con el apoyo de la CIA, del gobierno norteamericano, de Henry Kissinger y del partido socialdemócrata alemán? En fin, no quiero extenderme sobre esto último ya que sobre ello ya hablé en su momento hace un año en este blog.

Independientemente de su ideología, Felipe González quedará marcado como el presidente que modernizó España, nos mantuvo en la OTAN y nos llevó a Europa (Para nuestra desgracia), trajo los JJOO a Barcelona y la Expo a Sevilla en el año 1992 e internacionalizó la imagen de nuestro país por todo el mundo. Pero también será recordado como el presidente de la corrupción. Los casos de Juan Guerra (Por el que dimitió el vicepresidente Alfonso Guerra), Luis Roldan (Que acabó con su periodo como director general de la Guardia Civil), Filesa (Que dejó por los suelos la imagen del PSOE y su financiación), GAL (Que dejó al descubierto el "Ojo por ojo" contra ETA por parte del Estado), Mariano Rubio (Enriquecimiento ilícito del ex gobernador del Banco de España), CESID (Que por poco se lleva por delante el sistema político en la última etapa de gobierno socialista)...

Como se puede apreciar, la imagen de Felipe González y su paso por el gobierno no deja indiferente a nadie. Si era/es de derechas, me importa bastante poco la verdad, aunque analizándolo detenidamente no es de extrañar que lo fuese, ya que a ver quién era el "bonito" que se presentaba en 1977, 1979 y 1982 como cabeza de lista por un partido de derechas en España. Es mejor presentarse por un partido de izquierdas y hacer política de derechas que presentarse directamente por un partido de derechas. Si no que se lo pregunten al ex primer ministro británico Tony Blair (Quien diga que el ex premier inglés es de izquierdas, es un cachondo mental) o para no irnos muy lejos podemos incluso preguntarles a miembros del propio PSOE, de la época de González y de la actual, donde precisamente muchos no se caracterizan por tener unas ideas precisamente socialistas y de izquierdas. En lo que a mí respecta, y soy excesivamente crítico con todos aquellos que representan lo peor de este sistema como es el señor González (O señor X, como prefieran), tengo que reconocer que Felipe González tuvo algunos aciertos y ha sido uno de los políticos más importantes del último siglo en España. Y esto no lo digo porque yo sea de derechas (No vayan a pensar mal), sino porque considero que aunque intentó aferrarse al poder hasta el último momento y no supo retirarse a tiempo pese a todo lo que tenía detrás suya, demostró tener más cojones que sus sucesores en el cargo, y sólo por eso merece un punto a su favor y en detrimento de los demás ocupantes del palacio de la Moncloa.