miércoles, 26 de marzo de 2025

Televisión española ¿de calidad?


Hace unos días se ha anunciado por parte de varios medios que en el próximo mes de abril, TVE estrenará un programa televisivo basado en el formato que durante catorce años lideró la franja horaria de las tardes de Telecinco: Sálvame. Este formato, cuyo estreno será confirmado en breve por TVE, parece ser que contará con la presencia de gran parte de los sujetos que en su momento formaban parte del programa que Mediaset emitió desde 2009 hasta 2023: María Patiño, Belén Esteban, Lydia Lozano, Chelo García Cortés, Kiko Hernández, Marta Riesco, Alba Carrillo, David Valldeperas, etc. En definitiva, vividores profesionales que llevan más de treinta años viviendo de los cotilleos y los chismes de los famosos y que ahora lo harán desde una cadena pública. 

Pero lo más indignante de todo es que esta "broma" va a costar al Estado más de cinco millones de euros por temporada. Claro, uno cuando ve este tipo de cosas dice, ¿Para esto los españoles pagamos impuestos? ¿Para tener a Belén Esteban hablando, esta vez desde TVE, de Jesús Janeiro y su hija después de veinticinco años con el mismo cuento? ¿Para que la tal Alba Carrillo hable en un ente público sobre los tipos que se ha tirado y a los que acusa posteriormente de haber abusado de ella? ¿Para ver cómo estos sujetos defienden de forma vomitiva y miserable a la sobrina de Isabel Pantoja, tras ser acusada recientemente de maltrato infantil contra su propia hija de tan solo dos meses?

¿Para que impresentables como María Patiño y el resto de colaboradores (por cierto, gran parte de ellos transexuales y/o homosexuales) hagan alegatos en favor del feminismo, la transexualidad, los derechos LGTBI y los "valores" (por llamarlo de alguna forma) progresistas e izquierdistas que ellos con tanto entusiasmo defendían en su época de Telecinco? ¿Para esto se contrata este tipo de bazofia y se mantiene hoy en día TVE? Una Televisión Española que es, como todos sabemos ya, una pocilga televisiva donde tienen cabida toda la morralla que durante años han desfilado por los platós de televisión de las cadenas privadas y que ahora amenazan con embarcarse en la televisión estatal. 

Cabe añadir que nada de esto es casual, ya que lo que está haciendo el gobierno, vía TVE, es echarle un cable a estos tipejos tras cancelarse hace un par de años Sálvame. ¿Y por qué acude el gobierno del PSOE en auxilio de esta gentuza y acepta incorporar un programa de este calibre en la televisión pública? Básicamente porque el gobierno de Sánchez fue uno de los actores implicados en el escándalo social y mediático que ocurrió hace cuatro años con respecto al caso de Rocío Carrasco, donde las declaraciones que ésta hizo sobre su ex pareja, Antonio David Flores, supusieron un boom televisivo como pocas veces se ha visto en la denominada "prensa del corazón" en España. 

Hasta tal punto llegó aquello que incluso el propio Pedro Sánchez, Irene Montero (por entonces ministra) y otros políticos se pusieron en contacto con Rocío Carrasco mostrándoles su apoyo en aquella "caza de brujas" mediática, donde todo aquél que no respaldase la versión narrada por la susodicha quedaba estigmatizado televisivamente. En aquél caótico escenario, el gobierno de Sánchez jugó un papel fundamental, y ahora, dos años después de la cancelación del formato original en Mediaset (en parte, como consecuencia por aquellos sucesos), el propio ejecutivo socialista es quien ha salido a rescatar a estos sujetos para devolverles su programa basura, esta vez desde la televisión del Estado. Este factor decisivo, unido al hecho de que este tipo de programas promueven salvájemente las políticas woke, hacen que el gobierno apueste por este tipo de formato.

Pero aquí no acaba la historia, ya que mientras esto sucede, hace un par de días, una sujeta llamada Carlota Corredera (ex directora de Sálvame y ex presentadora del mismo) también ha hecho ya su aparición por la cadena pública, donde ha hecho un alegato en el programa de TVE, 59 segundos, solicitando que se retirase el día del padre, ya que esto suponía a su vez un perjuicio para aquellos niños que "no tienen padre, que tienen madre soltera o dos madres". Vamos a ver, miserable; la mejor manera de que un niño pueda honrar a su padre, es recordándolo con independencia de si está o no en este mundo. ¿Qué pasa? ¿Si un padre fallece ya no tiene sentido que sea recordado por sus hijos aunque él ya no esté entre nosotros? 

Porque aquí quien escribe esta entrada hace años que dejó de ser un niño, pero por desgracia perdió a su padre hace ahora justo cinco años. ¿Acaso los adultos como yo no tenemos derecho a recordar a nuestros padres aunque éstos ya no estén desgraciadamente entre nosotros? Del tema de "las dos madres" prefiero no hablar, ya que si ha habido gentuza que han defendido este modelo de familia son precisamente sujetas como ésta, la cual ha hecho siempre hincapié desde Telecinco en la defensa de "las nuevas familias". ¿Y ahora pretendes que en base a esas "nuevas familias" se suprima uno de los días más emotivos y tradicionales del año? Vete a tomar por culo, Carlota Corredera. 

Por esa regla de tres, lo mismo se debería hacer con el día de las madres, o con el día de los abuelos. Pero no nos llevemos las manos a la cabeza, ya que esta gentuza, tarde o temprano, defenderán también la supresión de estos días. Y lo que es peor, se acabarán suprimiendo en favor de los derechos de "esas nuevas familias" que ellos defienden con tanto entusiasmo mientras aniquilan las familias tradicionales. Ese es el progresismo y ese es el futuro que nos espera con estos impresentables, cuyo único objetivo es el de destruir nuestro modelo familiar tradicional y nuestro sistema social. De hecho, ya lo han hecho, como ya indiqué en una de mis últimas entradas: "la familia, mal, gracias". 

Pues bien, no cabe duda de que esta sujeta (al igual que su amiga, Rocío Carrasco) también entrará casi con toda seguridad junto a sus ex compañeros en el nuevo Sálvame de TVE, el cual parece ser que se llamará "la familia de la tele". Un formato donde con toda seguridad se hablarán de temas que no tienen cabida en una televisión pública y bajo unas formas que no tienen tampoco espacio en un ente público, pero ¿Qué más da? Lo importante es que TVE se convierta en el formato público de Mediaset, llenando su programación de contenidos basura y de personajes originados en cadenas privadas gracias a montajes, escándalos y conflictos durante años. 

Esa es la TVE que busca Pedro Sánchez, una TVE que herede el espíritu de Telecinco y se adueñe de la telebasura a costa del erario público. Y es que eso es lo más surrealista, que esta gentuza se reirán y montarán todo tipo de escándalos cobrando esta vez de los Presupuestos Generales del Estado, lo cual hace que la situación sea aún peor. Todo esto me lleva a preguntarme ¿Dónde están los que en la época de Mariano Rajoy se manifestaban los viernes en favor de una televisión pública de calidad? ¿Acaso esto es calidad? Seguramente para toda la gentuza afín al PSOE que se manifestaban en aquellos años, esto sí sea un contenido repleto de calidad, cultura y enseñanza. 

Si esto hubiese sucedido, por ejemplo, en Reino Unido con la BBC, estoy seguro que llevaría consigo la dimisión de más de un alto cargo de la cadena pública británica. Aquí en España, por el contrario, no solo no dimite nadie sino que se ascenderá al personal por conseguir traer a Prado del Rey (sede central de RTVE) este tipo de programas que no contribuyen en nada a la buena programación que debe transmitir una cadena pública con casi setenta años de emisión ininterrumpida. 

Todo esto me lleva a recordar aquellos tiempos nostálgicos en los que se emitían formatos de diversión en TVE como Noche de fiesta. Aquel programa que se emitían los sábados por la noche y que tenían como momento de máxima audiencia los sketch de matrimoniadas, donde las entrañables parejas de Pepa y Avelino (el matrimonio que no se soportaba tras cuarenta años casados) o Roberto y Marina (el matrimonio que tras quince años comenzaban a tener problemas conyugales) eran el espacio televisivo más famoso del momento. 

Parejas ficticias que desde el humor natural conectaban con el público y representaban de forma entretenida el día a día y el desgaste de los matrimonios, donde el cariño sentimental y la ilusión conyugal pasaban a un segundo plano en favor de las rencillas de convivencia y las discusiones constantes. En definitiva, un formato que a todos nos hacía reír y con el que simpatizábamos los españoles en aquel entonces. Este que escribe esta entrada era de hecho un fiel espectador que con solo diez años  no se perdía aquellas divertidas escenas matrimonales ni una sola semana.

¿Cuál era la postura del PSOE, entonces liderado por José Luis Rodríguez Zapatero? Que ese programa, donde además de los sketch había actuaciones de cantantes de renombre y pases de modelo que se mostraban a lo largo del formato, mostraban una posición machista del matrimonio y de la sociedad, y que por ello debía ser eliminado. Eran los tiempos de Aznar en el gobierno y Zapatero aún estaba en la oposición. Tras la inesperada victoria del PSOE en las elecciones generales de 2004, Noche de fiesta fue cancelada a los dos meses de llegar el ejecutivo socialista. 

Dicho y hecho. Esta misma gentuza que catalogaba de machista y de anticuado este formato son los mismos que ahora defienden la llegada de toda esta morralla a TVE. Y cuando hablo de morralla no me refiero solamente al nuevo e inminente Sálvame que se va a estrenar en pocos días, sino también a los Broncano, Lalachús (con su correspondiente burla a la figura del Corazón de Jesús en las campanadas), Inés Hernand, Silvia Intxaurrondo y toda esta serie de sujetos que en otra época no serían vistos ni en sus propia casas. Y en esa lista incluyo también a todos los youtubers, influencers, y demás miseria inmoral que se creen personas relevantes en la vida pública y/o social, los cuales en cualquier otro momentos de cordura social, y por el bien de la sociedad misma, deberían de estar encerrados de por vida en una prisión, tirando posteriormente la llave al mar. 

La decadencia de la sociedad es algo que ya se vislumbra incluso en la televisión pública, donde la mayoría de la programación que se emite en dicho ente son programas de nula aportación cultural, escaso nivel de entretenimiento y cero calidad de contenido. ¿Dónde están las películas hollywodenses que TVE solía emitir de forma asidua en el pasado? ¿Dónde están las series y obras de teatro de calidad, como Estudio 1, que estas cadenas emitían en el pasado? ¿Dónde están los documentales y programas de debates serios y formatos de entretenimiento para toda la familia de antaño? En definitiva ¿Dónde está esa televisión pública de calidad que se caracterizaba por el respeto al espectador y a la propia corporación emisora de dichos contenidos?

Todo esto ya ha pasado por desgracia a mejor vida y lo único que nos queda es ver cómo el actual gobierno, con la colaboración de sus socios, se encargan también de echar por tierra uno de los pocos organismos estatales que aún conservaban un atisbo de dignidad. Hoy ya, ni eso queda en Prado del Rey. Personalmente, y viendo lo que hay y lo que está por venir, soy partidario de que RTVE eche el cierre cuanto antes y desaparezca definitivamente. Pero claro, si cerramos RTVE ¿Quién defenderá como nadie la gestión de Pedro Sánchez, ocultará su corrupción y dedicará horas y horas en criticar a la oposición mientras se emiten programas de telebasura donde se promocionan las ideas que el PSOE y la izquierda promueven desde la Moncloa? 

En definitiva, la llegada de estos sujetos a TVE demuestra cuál es la apuesta televisiva del gobierno y cómo irá degradándose cada vez más el ente público conforme esta gentuza se adueñe de los medios estatales. Un escenario impensable y surrealista hace tan solo unos años. Pero esta es la España de Pedro Sánchez y de esta sociedad, donde todo es posible, para mal, obviamente. Una sociedad española la cual hace tiempo que perdió los valores definitivamente y apuesta por lo peor de cada casa para que tengan voz en las cadenas del gobierno mientras el resto de los ciudadanos pagamos con nuestros impuestos esta pocilga. Sigamos pues así, que todo es posible de empeorar aún más en esta sociedad enferma y sin futuro. 

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