miércoles, 22 de mayo de 2024

El Estado es Pedro Sánchez


Pensaba yo, ingenuo de mí, que la época del absolutismo y de la Edad Moderna habían quedado atrás hace algo más de doscientos años; pero con los sucesos vividos en los últimos días uno no hace más que preguntarse si hemos viajado en el tiempo (Hacia atrás, en este caso) o si se ha reinstaurado de forma silenciosa el absolutismo en España y no nos hemos percatado de ello. Me refiero a la polémica generada por las palabras pronunciadas en Madrid el pasado domingo del actual presidente de Argentina, Javier Milei, en el que sin decir en ningún momento el nombre de nadie ha hablado sobre las consecuencias negativas del socialismo, la gente que se atornilla en el poder, las esposas corruptas y los maridos que se toman unos días de descanso. 

Obviamente hay que ser gilipollas para no pensar que estas palabras van relacionadas con la corrupción que afecta a Pedro Sánchez y a su mujer, Begoña Gómez, y el circo montado por el presidente del gobierno a raíz de la famosa carta y sus cinco días de no-reflexión para decidir si se quedaba o se quedaba, ya que por supuesto, este sujeto nunca pensó en dejar el cargo ni aunque le ofreciesen la secretaría general de la OTAN o de la ONU de forma vitalicia. Cualquier persona con un mínimo de inteligencia sabe que las palabras del presidente argentino han ido dedicadas a los actuales inquilinos de la Moncloa. 

Pero lo sarcástico y lo grave de todo esto no es que Milei haya dicho estas palabras, sino que el gobierno haya reaccionado retirando a la embajadora española en Buenos Aires y haya exigido a su vez disculpas públicas e inmediatas por parte del presidente argentino, con las consecuencias de tomar todas las medidas necesarias si éste no hace lo exigido por el gobierno de España. Esta decisión del ejecutivo se ampara en que, según ellos, Milei ha atacado a España, a sus ciudadanos, a su democracia, a sus instituciones e incluso a la Unión Europea al realizar estas declaraciones. 

Mucho cuidado con esto, porque el gobierno español ha subido un peldaño más en su camino hacia el totalitarismo y ha convertido unas declaraciones personales de Milei contra Pedro Sánchez y Begoña Gómez en unas declaraciones, según ellos, contra España, el sistema político y sus instituciones. Una situación que puede provocar risa y asombro, sí, pero que a su vez nos lleva a pensar en el inmenso conflicto diplomático que nos está metiendo Pedro Sánchez por su mujer, el cual equipara su propio nombre y el de su esposa al de España, sus instituciones y al corrupto sistema político nacional que padecemos. 

La verdad es que, como ya he dicho antes, no sabía de que habíamos vuelto a la época de Luis XIV y de su esposa, María Teresa de Austria. Aquél famoso rey francés que representó mejor que nadie la etapa del absolutismo y que pasó a ser conocido por la Historia como "El Rey Sol". Un rey que se autodefinió con la célebre frase "El Estado soy yo". Pues eso mismo es lo que está ocurriendo en estos días con Sánchez y su mujercita, al autodefinirse ellos mismos como el Estado personificado y al equiparar unos ataques personales con unos ataques a España en sí misma y al resto de Europa.

Pero lo surrealista de esta situación no es ya la delirante y peligrosa reacción del gobierno ante las palabras de Milei. Lo surrealista está en que fue hace unos días el propio gobierno español el que comenzó esta guerra de descalificación al afirmar el ministro de Transportes, Óscar Puente, que Milei era un drogadicto, por "Ingerir sustancias". Pero aquí no queda la cosa, sino que hace poco la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, afirmaba en el Congreso de los Diputados que Javier Milei era un traficante de órganos. Y en estos casos el gobierno sí mencionó explicitamente el nombre de Milei a la hora de lanzar estas graves acusaciones.

Acusaciones muy graves que podrían habernos conducido a un conflicto bastante jodido gracias a esta pandilla de hijos de puta, los cuales no tienen otra cosa que hacer que ir lanzando calumnias contra los jefes de Estado y de Gobierno de otros países que no son de su misma cuerda ideológica. Y que conste que para mí Milei es un sujeto farsante y cómico, del cual no se debe uno fiar ni lo más mínimo (Como con ningún otro argentino, todo sea dicho). Pero una cosa es la opinión que un ciudadano particular como yo pueda tener sobre un personaje público, y otra muy diferente es que el gobierno de España hable abiertamente de tráfico de órganos y de drogas a la hora de referirse a un presidente extranjero que no nos ha hecho absolutamente nada.

Por parte del gobierno argentino ya han dejado claro que Milei no va a pedir disculpas por sus palabras, y está en todo su derecho de hacerlo. ¿O acaso Milei debe pedir perdón por decir que Begoña Gómez es una corrupta y el gobierno de España puede a su vez lanzar acusaciones difamatorias y permanentes contra el presidente argentino sin inmutarse siquiera? Unas acusaciones, las de Milei, que oficialmente no se han referido a Begoña Gómez ni a Pedro Sánchez al no mencionarse en ningún momento sus nombres, aunque todos sabemos que dichas palabras iban dirigidas hacia ellos. 

Pero lo surrealista de todo esto es que, sin mencionar nombre alguno, el gobierno se haya dado por aludido al instante a la hora de hacer mención Milei a "Una esposa corrupta y un marido que se va unos días de descanso". Si el gobierno, y en este caso Pedro Sánchez y su mujer, no tienen nada que ocultar, ¿Por qué se sienten aludidos por unas declaraciones en las que oficialmente no se han mencionado sus nombres en ningún momento? Lo lógico en este caso hubiese sido no darse por aludidos por estas declaraciones y seguir como si nada.

Por otro lado, ¿Por qué el gobierno de España afirma de forma rotunda que estas acusaciones no son hacia el presidente del gobierno y su familia, sino hacia España, sus ciudadanos, sus instituciones y su democracia?, ¿Acaso Sánchez y su señora son España, sus instituciones y su democracia?, ¿Con qué derecho el ejecutivo se escuda en la ciudadanía cuando alguien vierte acusaciones personales contra el presidente del gobierno y su esposa?, ¿Acaso son nuestros tutores para hablar en nuestro nombre por un asunto que es exclusivamente de índole personal? 

Y ya por último, ¿Quién cojones se creen que son Pedro Sánchez y su mujer para meter al Estado español en unas acusaciones de estricto carácter personal? Bueno, al Estado y a la Unión Europea, ya que como he dicho antes, el gobierno considera que estos ataques son también hacia Europa. ¿También representan Pedro Sánchez y su mujer a todo el continente europeo?, ¿Es que nadie puede pensar por un momento la gravedad, el bochorno y el ridículo tan inmenso que está causando esta situación por parte de esta gentuza criminal? 

Ni Pedro Sánchez ni Begoña Gómez son, para desgracia de ellos, nadie a la hora de entrometer al Estado ni a los españoles en unas acusaciones que solo les atañe a ellos. Y si ellos se han sentido ofendidos por unas declaraciones en las que en ningún momento se han dado nombres, lo que deben hacer es interponer en el Juzgado la demanda correspondiente contra Javier Milei, ya que ese es su problema. En vez de eso, el gobierno asocia la imagen del presidente del gobierno y señora con la imagen del Estado y provocan una crisis diplomática de tres pares de cojones que veremos a ver si no acaba con la ruptura diplomática entre España y Argentina si desde Moncloa siguen adelante en su amenaza a la hora de tomar "todas las medidas necesarias". Unas medidas que podrían ser, entre otras, la prohibición de entrada de Milei en España, como ha publicado ya algún que otro medio. 

Por cierto, según el gobierno, las declaraciones de Milei suponen para ellos una intromisión en la política interna española. Unas afirmaciones que ha comprado en su totalidad el PP de Feijóo, alegando que Milei se ha entrometido en la política interna española. Como se puede ver una vez más, el socialista Feijóo siempre sale al paso de las órdenes que le dicta su camarada Pedro Sánchez y su admirado PSOE. Y es que este tipejo ha situado en el mismo nivel a Sánchez y a Milei en este asunto. Supongo que para Feijóo es lo mismo un escenario en que, sin venir a cuento, te cataloguen desde un gobierno extranjero de cocainómano y traficante de órganos que un escenario donde el insultado responde llamando "corrupta" a la esposa del presidente de ese mismo gobierno que ha vestido de limpio al sujeto en cuestión. 

Pero volviendo a las declaraciones del gobierno, ¿Cuándo se ha entrometido Milei en la política interna de nuestro país? Si alguien se ha entrometido en estos meses en la política interna de otro país es el propio gobierno de España con Argentina, el cual ha dicho que el país sudamericano se encuentra en estos momentos bajo un gobierno de extrema derecha y totalitario. ¿Eso no es entrometerse en la política interna de un país extranjero?, ¿Acaso eso no es querer provocar un conflicto diplomático a toda costa? 

Quizás lo que busque este gobierno de psicópatas sea precisamente el de elevar al máximo un conflicto diplomático con otra nación, y quién sabe si un escenario más grave aún con el fin de que todo el personal deje a un lado las investigaciones y las críticas que acechan al ejecutivo para que todos los partidos, el conjunto del aparato del Estado y la sociedad española al completo respalden "por sentido patriótico" al gobierno en ese peligroso escenario al que ellos nos están conduciendo y que solo ellos saben qué desenlace va a tener.

Insisto, más vale que desde Moncloa dejen ya de tocar los cojones a todo el personal, porque entre este nuevo conflicto diplomático con Argentina y el conflicto diplomático que existe desde hace unos meses con Israel como consecuencia del inminente reconocimiento del Estado palestino por parte de España, el gobierno se ha subido a un tren al que han acelerado la marcha a toda hostia con todos nosotros dentro. Y ese tren va hacia el precipicio a mil por hora; y lo peor es que Sánchez y los suyos lo saben. 

Personalmente no creo que la situación con Argentina vaya a ir a más, o quizás sí, no lo sé. A estas alturas de la película ya no descarto nada. Lo que está claro es que el gobierno de España ha sido quien ha empezado una guerra de descalificación personal contra un presidente extranjero y cuando éste se ha pronunciado, la reacción del ejecutivo ha sido como si de un ataque bélico contra nuestro país se tratase por unas meras declaraciones en las que se ha criticado solo y exclusivamente a Pedro Sánchez y a su mujer. 

Y para rematar la bochornosa situación, el gobierno ha exigido a las multinacionales españolas que defiendan "la democracia española ante los ataques sufridos". Hablando en cristiano, el gobierno ha exigido a las empresas españolas que defiendan el buen nombre de Sánchez y su señora por todo el mundo, como si de Kim Jong-un y su esposa se tratase. ¿Surrealista, verdad? Pues eso no es nada comparado con la que se nos viene encima despues de la dichosa carta y esta grave situación originada ahora por Sánchez y su séquito. 

Y todo ello mientras Sánchez sigue señalando a jueces y medios y ya habla abiertamente de que tomará medidas legislativas al respecto después de las elecciones europeas. Con todo esto parece confirmarse que el matrimonio argentino formado por los Kirchner (La criminal pareja presidencial que dirigió Argentina hasta hace unos años) se ha reencarnado en Pedro Sánchez y Begoña Gómez. Y los actuales inquilinos de la Moncloa, a diferencia de la peronista pareja argentina, no tienen establecido por ley límite de mandato alguno, ni mucho menos tienen pensado dejar el poder ni a corto, ni a medio, ni a largo plazo.  

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