Hace un mes escribí una entrada acerca del asesinato de Lincoln y Kennedy, y hace unos años escribí acerca de Kennedy solamente. También en otras ocasiones he escrito sobre Nixon, e incluso escribí una entrada bastante extensa hace unos años acerca de la presidencia de los presidentes estadounidenses de los últimos ochenta años. Pero me he percatado que si bien he escrito acerca de Kennedy y Nixon, no lo he hecho sobre el presidente que gobernó en el periodo intermedio entre éstos. Me refiero, obviamente, al presidente estadounidense Lyndon B. Johnson. Como acabo de comentar, escribí en su día sobre los mandatos de los inquilinos de la Casa Blanca de estos últimos ochenta años, incluido Johnson, obviamente. Pero creo que la presidencia de este sujeto así como su personalidad bien merece una entrada propia sobre él.
Lyndon B. Johnson fue, como todos sabemos, el vicepresidente de Kennedy desde 1961 hasta 1963, fecha en la que tras el asesinato de éste asumió la presidencia a bordo del Air Force One, siendo hasta la fecha el único presidente que tomó posesión del cargo en el avión presidencial. En 1961 Johnson toma posesión como vicepresidente de Kennedy con cincuenta y dos años. Era, al igual que el propio Kennedy, un mujeriego con fama de polémico debido a su carácter impulsivo e incluso agresivo.
Parece ser que en 1960 Kennedy no sentía mucha empatía por el que posteriormente iba a ser su vicepresidente y que ese mismo año había competido contra él en las primarias demócratas para las elecciones presidenciales, pero Johnson era un texano que había sido senador y congresista previamente y movilizaba muchos votos demócratas en su estado, lo cual era justo lo que Kennedy necesitaba para las elecciones de 1960. Finalmente lo designó como candidato a vicepresidente, ganando la candidatura de Kennedy hasta en el estado de Texas gracias a la candidatura de Johnson como vicepresidente.
Una vez tomado tanto Kennedy como Johnson posesión de sus respectivos cargos no tardaron en chocar como consecuencia de la visión que ambos sujetos tenían de las cosas. Johnson mantuvo una relación tensa con el presidente John F. Kennedy, pero peor fue la relación que el texano mantuvo con el hermano del presidente, el Fiscal General Robert F. Kennedy. Debido a su mala relación con los Kennedy, en 1963 eran varios los rumores que circulaban sobre el futuro de Johnson en el gobierno. Parece ser que Kennedy estaba harto de su vicepresidente y tenía pensado sustituirlo de cara a las elecciones presidenciales de 1964 por otro candidato a la vicepresidencia.
El desenlace ya lo conocemos. Kennedy es asesinado en Dallas en noviembre de 1963, estando presente el propio Johnson durante el magnicidio. Supongo que el hecho de que Dallas es una de las principales ciudades de Texas (Lugar de Johnson), fue lo que provocó que éste estuviese presente durante el asesinato. Sea como fuere, el hecho es que Lyndon B. Johnson aterrizó en Dallas como vicepresidente y acabó despegando con destino a Washington como nuevo presidente de Estados Unidos. Mucho se ha hablado de la posible participación de Johnson en el asesinato de Kennedy.
Hay quienes aseguran que el por entonces vicepresidente era consciente de que el presidente iba a sustituirlo por otro de cara a las elecciones de 1964, arruinando con ello su carrera política y su posible ascenso a la presidencia, motivo por el que algunos creen que detrás del magnicidio estuvo el propio Johnson. Otros creen que su participación fue como consecuencia del hecho de que Johnson estaba siendo investigado por varios delitos en 1963. Con el asesinato de Kennedy y la llegada de Johnson a la Casa Blanca, todas esas investigaciones se paralizaron.
En lo que a mí respecta siempre he creído que cuando hay un crimen siempre hay que poner el foco sobre quién es el beneficiario de ese crimen. Por mi parte sí creo que Johnson estuvo involucrado en el asesinato, aunque obviamente no estuvo solo en aquella participación. El caso es que Johnson fue el principal beneficiario político de la muerte de Kennedy el 22 de noviembre de 1963. Con cincuenta y cinco años y al lado de su esposa, Claudia Johnson, y de la ya viuda de Kennedy, Jacqueline Kennedy, Johnson tomó posesión del cargo cuando el Air Force One se disponía a volver a Washington con el cadáver de Kennedy en una sala contigua a donde Johnson estaba prestando juramento como nuevo presidente.
A partir de aquí comienza la presidencia y el momento de Lyndon B. Johnson. Es verdad que su presidencia siempre ha estado ensombrecida por la figura de Kennedy y por la polémica que posteriormente suscitó el Watergate de Nixon (Del cual se dice que también fue uno de los partícipes en el asesinato). Ello ha dejado en un segundo plano la no menos polémica, controvertida y belicista presidencia de Johnson. Tras su llegada a la Casa Blanca, uno de sus objetivos fue el de aprobar la Ley de los Derechos Civiles (Uno de los proyectos de Kennedy). Con esta aprobación póstuma de uno de los proyectos clave del mandato de Kennedy, Johnson cierra la etapa de su predecesor para comenzar la suya propia.
En 1964 y tras llevar pocos meses en la presidencia, Johnson busca la elección/reelección (Se pueden utilizar ambos términos, ya que Johnson no fue elegido presidente en 1960 pero a su vez asumió la presidencia tras el asesinato de Kennedy) para seguir en la Casa Blanca. Finalmente en noviembre, Johnson consigue una de las victorias presidenciales más aplastantes. Había transcurrido solo un año del asesinato y la memoria de Kennedy estaba todavía muy presente en Estados Unidos. Pero antes de jurar su segundo mandato en 1965 y aprobar la Ley del Derecho al Voto y la Ley de Inmigración y Nacionalidad se produce en agosto de 1964 el incidente del Golfo de Tonkín, donde un enfrentamiento entre la Armada estadounidense y vietnamita en dicho lugar provoca la inmediata reacción del Congreso de Estados Unidos, el cual aprueba una resolución que le da plenos poderes a Johnson para que intervenga en Vietnam.
Tras esta resolución, Johnson comienza la escalada de la guerra de Vietnam con el incremento de las tropas estadounidenses en dicho lugar. Una guerra que en realidad comenzó con Kennedy, pero que acabó recrudeciéndose con Johnson, como todos sabemos. Un detalle al que nunca se le ha dado importancia, supongo que para no manchar la imagen de un Kennedy que tras su asesinato fue elevado casi a la categoría de semidios. Estoy convencido de que una guerra tan devastadora y atroz (Aunque en realidad todas las guerras lo son) que marcó por completo la presidencia de Johnson e impactó psicológicamente a la sociedad estadounidense y al resto del mundo hubiese sido mucho más criticada de lo que fue si en realidad quien hubiese ocupado la Casa Blanca en aquellos años hubiese sido un presidente republicano. De hecho muchos achacan la mayoría de las atrocidades cometidas durante la guerra a Nixon y no a Johnson, lo cual demuestra la doble vara de medir de algunos según quiénes sean los ejecutores de las acciones.
No fue con Nixon sino con Johnson cuando se produjo la escalada de la guerra de Vietnam y el envío de tropas estadounidenses; ni tampoco fue con Nixon sino con Johnson cuando desde el gobierno se prohibió a las televisiones que se emitiesen la llegada de los féretros de los soldados que venían día sí y día también procedentes de Vietnam caídos en combate para no incendiar aún más de lo que ya estaba el ambiente social, el cual ya se encontraba completamente desbordado. Esto obviamente se diría a los cuatro vientos por parte de todo el mundo si quien hubiese ordenado todo esto hubiese sido un Bush (Padre o hijo).
Sin embargo al tratarse de un presidente demócrata, siempre se ha querido maquillar por parte de algunos la gestión criminal que Johnson hizo de la guerra enfocando su gestión de gobierno en el paquete de leyes sociales que aprobó al inicio de su mandato (Concretamente entre 1964 y 1965) y que recibieron el nombre de "La Gran Sociedad". Aún así, nada ni nadie podrá borrar que casi 60.000 soldados estadounidenses murieron en la guerra de Vietnam como consecuencia de un capricho personal por parte de su presidente (Primero Kennedy, seguido por Johnson y luego por Nixon) para intervenir y prolongar su presencia en una guerra en la que a Estados Unidos no se le había perdido nada allí.
Pero el remate final a la presidencia de Johnson se produce en 1968, cuando en plenas primarias para obtener la reelección a un segundo/tercer mandato (Hay que recordar que Johnson estaba en un primer mandato propio pero en un segundo mandato en términos generales, ya que su primer mandato fue el que correspondía a Kennedy) el presidente anuncia en un mensaje televisado a la nación que no se presentará a la reelección. Cabe añadir que Johnson, al haber asumido la presidencia en unas circunstancias excepcionales, podía optar a un nuevo mandato, que de haberse producido le hubiese llevado a estar casi diez años en la Casa Blanca.
Aunque la tesis oficial fue que Johnson se retiró como consecuencia de su desgaste por la guerra, hay quienes afirman que su retirada fue debido a que se le había diagnosticado que no viviría más allá de los sesenta y cuatro años como consecuencia de su adicción al tabaco. Johnson, que era fumador compulsivo y había sufrido ya varias crisis cardíacas, quizás pensó que era mejor disfrutar de sus últimos años de vida desde la privacidad y en su rancho de Texas que acelerar su muerte si seguia sometido al estrés de las labores de gobierno.
Personalmente me creo más esta versión que la oficial, ya que ningún presidente desea dejar el poder aunque sepa que está desgastado y acabado como político. De hecho Johnson falleció exáctamente a los sesenta y cuatro años como consecuencia de una crisis cardíaca, el 22 de enero de 1973. Dos días después de que hubiese terminado su último mandato de haberse presentado y ganado en 1968 y solo un día antes de que Nixon (Tras haber prolongado indiscriminadamente la guerra durante cuatro años más) anuncie el fin de la intervención militar de Estados Unidos en Vietnam.
Justo cuatro días después de anunciar su intención de no presentarse de nuevo, se produce el asesinato de Martin Luther King, uno de los principales promotores de la defensa de los derechos civiles de los negros. Solo un mes después estalla en Europa, concretamente en Francia, las revueltas de mayo de 1968; unas revueltas que se reflejaron también en la ya muy divivida y polarizada sociedad estadounidense, la cual vivió en 1968 uno de los años más convulsos de su historia. Al mes siguiente se produce el asesinato de uno de los principales enemigos políticos de Johnson: Robert F. Kennedy. El hermano del presidente es asesinado tras ganar las primarias demócratas en California. En ese momento todo el mundo daba por hecho que Kennedy sería el candidato a la presidencia por parte de los demócratas.
Finalmente con el asesinato de otro Kennedy en menos de cinco años se desvanecen por completo las pocas esperanzas que los demócratas tenían por conservar el gobierno con la mayoría social en su contra como consecuencia de la guerra. El año terminaría con la victoria en las elecciones presidenciales del republicano Richard Nixon frente al entonces vicepresidente de Johnson, Hubert Humphrey, el cual acabó convirtiéndose en el candidato de los demócratas tras el asesinato de Robert F. Kennedy. De esta forma acabó la presidencia de Lyndon B. Johnson, el cual saldría del poder en enero de 1969 tras un polémico mandato por la Casa Blanca repleto de escándalos, asesinatos, revueltas y guerras.
Y es que la polémica presidencia de Johnson no se redujo solo al ámbito político, sino también al personal. El presidente estadounidense era un tipo conocido por su agresividad, su descaro, su impulsividad y su perfil sexual. Por surrealista que suene, parece ser que Johnson era un tipo que se enorgullecía públicamente de su pene e incluso lo mostraba en público a todo aquél que se cruzase en su camino; incluso llegó a apodar su miembro viril con el nombre de "Jumbo". Según viene reflejado en algún que otro libro acerca de él, en una ocasión en la que un periodista le preguntó en la Casa Blanca sobre por qué EEUU seguía presente en la guerra de Vietnam, Johnson se sacó a "Jumbo" y dijo "Por esto". Por esta anécdota he hecho mención antes a que la intervención y la permanencia de EEUU en la guerra de Vietnam no fue otra cosa que un mero capricho personal de, entre otros, el propio Johnson.
Pero parece ser que en muchas ocasiones Johnson sacó a relucir a "Jumbo" en reuniones en la Casa Blanca, e incluso se habla de gestos aún peores del presidente delante de miembros de su gobierno y de la prensa. Incluso se mencionó en un libro uno de esos muchos gestos, como cuando Johnson comenzó a orinar casi encima de un personal de seguridad. Al advertirle éste al presidente que estaba orinando en su pierna, Johnson le contestó "Lo sé, ese es mi privilegio". Tampoco se quedan atrás las infidelidades de Johnson hacia su mujer, Claudia Johnson. La Casa Blanca y la piscina de la residencia presidencial eran sitios fijos donde el presidente golfeaba con sus amantes, incluso estando su esposa en el otro lado del recinto. Por no hablar del sistema de grabaciones con el que Johnson cubrió de micrófonos el Despacho Oval de la Casa Blanca. Un sistema que extendió Nixon a toda la residencia presidencial y que de hecho se hizo famoso con el estallido del Watergate.
Esta es la historia y la presidencia de un sujeto que, como ya he dicho, no tiene nada que envidiar a la presidencia de su predecesor (Kennedy) ni a la de su sucesor (Nixon). Quizás el hecho de que Johnson gobernase en medio de dos presidentes tan controvertidos puede haber provocado que su presidencia haya pasado desapercibida, pero ni mucho menos lo fue. El periodo de Johnson como presidente es el de unos años convulsos que llevaron a EEUU al peor conflicto bélico al que se había enfrentado el país desde la Segunda Guerra Mundial. Un conflicto solo superado cuarenta años después por las guerras de Irak y Afganistán con Bush hijo.
Son pues unos años que no han sido analizados como debidamente se merecen, ya que algunos prefieren olvidar que todo aquello ocurrió durante el periodo de gobierno de un presidente demócrata. Aún así eso no impide que nadie investigue un poco y descubra los turbulentos años que EEUU vivió en la década de los sesenta con este sujeto como presidente, al cual muchos solo quieren recordar por las leyes sociales que aprobó y no por llevar a la muerte a casi 60.000 soldados estadounidenses (Sin olvidar el papel que también jugaron Kennedy y Nixon en estas muertes).
Como he dicho antes, quizás el hecho de haber gobernado después de un presidente sobrevalorado y antes de un presidente desprestigiado haya servido también para que algunos hayan pasado por alto las acciones criminales en la guerra y el comportamiento despectivo y tiránico de Johnson en sus años en la Casa Blanca. La presidencia de Lyndon B. Johnson fue pues un mandato repleto de controversias pero que debido al curso de la Historia y de la complicidad de algunos ha quedado entre las sombras para que no se hable demasiado, pero que sin embargo está ahí presente en la huella de la Historia.
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