Las elecciones catalanas de esta noche han enterrado el procés catalán iniciado hace más de una década y ha optado por volver al modelo que originó ese mismo procés: el tripartito catalán. Los comicios de hoy han dado por segunda vez la victoria al PSC (Partido de los Socialistas de Cataluña) con Salvador Illa como candidato. Si las elecciones de febrero de 2021 dieron la victoria al PSC (Con Illa también de candidato) pero con los independentistas logrando a su vez reeditar su mayoría secesionista, ahora el PSC gana con un resultado mayor que deja al independentismo KO y sin mayoría para formar gobierno por primera vez en todos estos años.
La convocatoria electoral catalana por parte de ERC ha acabado por darle la victoria al PSOE y a su vez sepultar a Puigdemont, el cual ha aparecido esta noche con un discurso que nadie entendía donde hacía alusión a un gobierno de "tendencia catalanista". Un término surrealista que refleja el estado de shock en el que se encuentra el ex presidente catalán en estos momentos, el cual se creía que esta noche estaría celebrando los resultados que le permitirían volver de forma inminente a España para presidir la Generalitat catalana con una mayoría absoluta por parte del bloque independentista. Y es que Puigdemont pensaba que con independencia de que esta noche Junts ganase las elecciones o quedase en segunda posición, la mayoría independentista catalana volvería a reeditarse; un escenario que no se ha dado y que trastoca por completo sus planes y quién sabe si también su carrera política.
Por su parte, con la victoria electoral del PSC, los catalanes vuelven a confiar en los responsables de todo aquello que ha conducido a Cataluña y al resto de España a la situación que hemos vivido hasta ahora. ¿O acaso no se acuerda ya el personal de que fue el PSC quien quiso aprobar la reforma del estatuto catalán en 2006 a toda costa? Un estatuto que nadie pedía en aquel entonces y que desde el PSC de Maragall, con el beneplácito del PSOE nacional con Zapatero a la cabeza, aprobaron. Seamos claro, el procés fue algo que nunca se habría producido sin el empeño ferviente por parte de los socialistas catalanes de ser más nacionalistas que la antigua CIU de Pujol.
De aquellos polvos, estos lodos. Y ahora los catalanes con estos resultados han vuelto a otorgar su confianza en aquellos que han llevado a Cataluña y al resto de España al abismo. Los catalanes han votado pues que le solucionen sus graves problemas los mismos que los crearon hace veinte años con Zapatero y Maragall al frente del PSOE y del PSC respectivamente. Quienes crean de forma ignorante que con Pedro Sánchez y Salvador Illa la desastrosa situación en Cataluña acabará para siempre están completamente equivocados.
Por otro lado, la victoria electoral de esta noche del PSC en Cataluña vuelve a darle fuerzas a Pedro Sánchez en su objetivo de permanecer en la Moncloa a toda costa y recompensa y "amnistía" de forma particular a Salvador Illa, el cual se encuentra en estos momentos bajo sospecha por sus ventas ilegales con las mascarillas en plena pandemia. De nuevo se puede comprobar cómo España recompensa la corrupción, la criminalidad (Que es lo que Sánchez e Illa realizaron durante la pandemia) y el totalitarismo de este gobierno. Cataluña vuelve con el resultado de esta noche a la situación previa al procés, con una más que segura vuelta al tripartito. Un tripartito en el que ERC, que es quien se ha llevado el verdadero batacazo esta noche, estará encantado de participar por mucho que hoy haya afirmado que corresponde al PSC y a Junts ponerse de acuerdo.
Dejémonos de gilipolleces. ERC entra de nuevo en el escenario que verdaderamente le gusta, que es el de servidumbre del PSOE. Y es que por mucho que disimulen, a los de ERC les encanta esta posición. Ya lo demostraron en los tiempos de Zapatero y posteriormente con Pedro Sánchez al apoyar la moción de censura que, según ellos, era para castigar la corrupción del PP. Obviamente ese cuento no se lo creían ni ellos. Y por último lo han demostrado en todos estos años de compadreo con Sánchez y en su última investidura. Que dejen de hacer el ridículo, ERC está encantada como socio preferente del socialismo español. Prefieren ser socios de un gobierno del PSOE tanto en Cataluña como en el conjunto de España que gobiernar en Cataluña con Junts como socios. Estos sujetos, al igual que los ex convergentes, nunca han sido independentistas, sino parásitos sociales que han querido obtener el mayor autogobierno en Cataluña manteniéndose a su vez en España.
En ERC saben que la única forma de obtener ese estatus es a través de acuerdos con el PSOE, que es quien verdaderamente les da esas concesiones y es a su vez el escenario que siempre han querido. ¿O acaso no recuerda ya nadie tampoco cómo ERC le pedía insistentemente en 2017 a Pedro Sánchez que presentase ya la moción de censura contra el PP de Rajoy para que el PSOE recuperase por fin el gobierno de España? Si tan independentistas son, la gobernabilidad de España y quien esté al frente del mismo se la traerían floja a estos sujetos. Pero obviamente, la cabra siempre tira al monte. La única diferencia con Junts es que éstos, a pesar de no desear tampoco la independencia, no se dejan querer tanto por los socialistas como hacen Junqueras, Aragonés y Rufián.
Pero a diferencia de sus líderes, los votantes de ERC sí son secesionistas y cosas peores que prefiero no decir por aquí, y con los resultados de esta noche se ha podido comprobar cómo los votantes de este partido, el cual debería de estar ilegalizado, han castigado a éstos por estar seis años abanicando a Sánchez en la Moncloa sin pedirle nada a cambio. Y que nadie me venga con milongas hablando de la amnistía, ya que quien puso desde primera hora la amnistía encima de la mesa fue Puigdemont, no Junqueras, ni Pere Aragonés, ni Rufián. Éstos solo se sumaron al carro cuando veían que Puigdemont podía sacar rédito electoral de las exigencias realizadas en la pasada investidura de Sánchez.
Por ello, debido a estos años de matrimonio feliz y complicidad entre el PSOE y ERC, los votantes independentistas han castigado a su partido, llevándose esta noche solo 20 diputados que sin duda serán esenciales para que el PSOE pueda volver a la Generalitat catalana, puesto que la suma entre PSC, Sumar y ERC es de justo 68 diputados, los mismos que componen la mayoría absoluta en el Parlamento catalán. Que nadie dude que los líderes de ERC capten el mensaje de este voto de castigo por su complicidad con los socialistas. Seguirán y con más fuerza si cabe en su romance con el PSOE, el cual es, insisto, el escenario que siempre han deseado.
Lo de Junts y Carles Puigdemont es de otra dimensión ya. Este sujeto tenía ya su calendario elaborado creyéndose que estas elecciones iban a ser un paseo militar para él, teniendo como resultado final su regreso a la presidencia de la Generalitat catalana en la investidura que seguramente se celebrará en junio pero con Illa de candidato. Finalmente, y como se ha podido comprobar esta noche, esos planes han caído en saco roto. Puigdemont no puede con estos resultados ni volver en plan héroe, ni exigir un referéndum ni mucho menos la presidencia de la Generalitat, aunque se lo exija a Sánchez con amenaza de dejarlo caer si no cede ante el chantaje.
Sánchez es un narcisista de manual y un sujeto bastante peligroso, pero no es tonto. Y con el teatro montado hace un par de semanas sobre la corrupción de su mujer y su no-dimisión sabe que ha recogido algún que otro voto entre los miserables votantes de izquierdas de este país, lo cual le podría dar margen para mandar a paseo a Puigdemont convocando elecciones anticipadas para este año, y quién sabe si obteniendo a su vez un resultado mejor que el obtenido el año pasado que le permita no tener que depender del prófugo catalán en una nueva legislatura. Como se puede ver, pase lo que pase, Sánchez y el PSOE siempre ganan.
La situación en la que queda ahora Puigdemont es pues bastante curiosa, ya que pierde la iniciativa por primera vez en favor de Sánchez y el PSC, los cuales han conseguido con esta victoria doblarle el pulso al ex presidente en su intento de regresar de forma inminente y heróica a Cataluña como Tarradellas en 1977. La única opción que tendría Puigdemont de salir airoso de todo esto es que ERC se sumase a su petición de esta noche para que bloqueen la investidura de Illa, lo cual llevaría a Cataluña a una repetición electoral en otoño. Algo que obviamente no va a pasar por los motivos que he expuesto anteriormente.
En definitiva, Puigdemont ha salido bastante perjudicado de esta convocatoria electoral de la cual se creía que iba a salir fortalecido y convertido de nuevo en presidente. A estas alturas, y tal y como han enterrado esta noche los catalanes el procés, no descartaría en absoluto aquella teoría que circuló hace unos años donde se aseguraba que el ex presidente catalán era un infiltrado del CNI para cargarse el independentismo desde dentro. No sé si será verdad o no esa teoría, pero a tenor de los resultados de esta noche, desde luego lo ha conseguido. Sea como fuere, enhorabuena Carles, objetivo logrado.
Con el panorama de esta noche volvemos pues al escenario de noviembre de 2003. El de aquellas elecciones donde Zapatero le prometió a Maragall aprobar el estatuto que saliese del Parlamento catalán y que fue el origen del procés. A partir de ahora, y una vez que Illa tome posesión como nuevo presidente de la Generalitat catalana, Sánchez y él se pondrán de acuerdo para elaborar cuanto antes un nuevo estatuto para Cataluña. Un estatuto en el que obviamente se reconocerá a todos los efectos la nación catalana y se dotará a esta región de las mayores cuotas de autogobierno de toda su historia. Sánchez e Illa saben que tienen ahora la sartén por el mango y tienen a su vez vía libre para elaborar el estatuto que ellos quieran, sin oposición alguna.
Con el reconocimiento pleno de la nación catalana (Esta vez en la propia Ley y no en el Preámbulo, como ocurrió en el caso de Zapatero y Maragall) y el aumento considerable de su autogobierno, el PSOE dejaría, al menos de momento, sin argumentos al independentismo catalán al darle a esta región todas las cuotas de poder posibles dentro y fuera de la Constitución. Un jaque mate a los independentistas que Sánchez e Illa llevarán a cabo con el aval del Tribunal Constitucional para rematar a los secesionistas y proclamarse como los garantes de la "estabilidad catalana". Una "estabilidad" que, al igual que ocurrió hace veinte años, podría convertirse en la antesala de una nueva crisis territorial en el futuro, esta vez quizás con fuerzas independentistas de verdad.
En definitiva, Cataluña ha matado y enterrado esta noche el procés y ha vuelto al origen del mismo, que es el tripartito izquierdista catalán. ¿Qué pasará a partir de ahora? Pues lo que he comentado ahora mismo: Pedro Sánchez y Salvador Illa aprobarán un estatuto catalán más radical que el de 2006 y dejarán sin argumentos a los independentistas a la hora de reclamar algo que ni ellos saben ya lo que es. Y es que no nos engañemos, tanto Junts como ERC nunca han querido la independencia. Tuvieron su oportunidad cuando la declararon pero no la efectuaron en octubre de 2017, lo cual demuestra el nulo interés que éstos tenían de llevar a cabo la autodeterminación. Con la aprobación del estatuto catalán estaremos en la antesala del gran proyecto del PSOE: la transición hacia un estado federal, que es el verdadero objetivo que los socialistas llevan años deseando implantar en nuestro país.
Por parte de Puigdemont no creo que de momento vaya a hacer caer a Sánchez. Sabe que no tiene nada que hacer con estos resultados, por muchos llamamientos que haga en pos de un gobierno independentista que permita estirar el chicle y el cuento del que lleva viviendo él y todo su séquito durante todos estos años. Él sabe mejor que nadie que con estos resultados el independentismo está muerto. Por no mencionar que a finales de este mes se aprobará teóricamente la amnistía y el rey la firmará acto seguido para que entre en vigor dentro de la primera quincena de junio, como muy tarde; por lo que, en pos de su posible regreso a España en un futuro, tampoco le conviene al fugitivo catalán retirar su apoyo al PSOE en estos momentos en los que necesita que la amnistía sea aprobada dentro de unos días.
Incluso en el supuesto de que Puigdemont le retire el apoyo a Sánchez, estoy convencido de que el presidente del gobierno tampoco se llevará las manos a la cabeza de producirse este escenario. Sánchez puede o bien seguir gobernando sin legislar en estos años que le quedan de mandato o bien puede convocar elecciones y salirle mejor la jugada que el año pasado, con lo que se quitaría a Puigdemont de encima mientras se mantiene en la Moncloa otra legislatura más. Lo que ocurra se verá después de las elecciones europeas del 9 de junio. Antes de eso seguirán haciendo el paripé. Y con esto me refiero también a los pactos postelectorales que comenzarán a partir de mañana.
Por parte del PP y VOX no voy a explayarme mucho, ya que el sorpasso de los populares a los de Abascal en esta noche confirma que el PP está por desgracia bastante vivo todavía y que lo de VOX no es más que un espejismo sionista donde su número de votantes cada vez es menor. Ello no exime que el PP lo tiene no ya jodido, sino lo siguiente a la hora de volver al gobierno de España. Sea como fuere, el caso es que VOX, con 11 diputados en esta pasada legislatura en Cataluña se ha quedado exactamente igual, mientras que el PP ha pasado de 3 diputados a 15 sin hacer absolutamente nada.
Con ello se confirma por segunda vez en esta noche que España recompensa bastante bien a la casta política que la gobierna. Tanto Sánchez como Feijóo salen ganadores en una noche electoral donde los principales beneficiados han sido los dos principales partidos a nivel nacional. Supongo que con este resultado Feijóo dormirá muy tranquilo esta noche al no ver peligrar, de momento, su cargo. En VOX mientras tanto han salido a celebrar los resultados, alegando que son "son muy buenos". Desde luego, aquí el que no se consuela es porque no quiere.
Antes de acabar solo me queda decirles una cosa a todos los independentistas que ahora andan cabizbajos y decepcionados: joderos. Del mismo modo que nos hemos tenido que joder el resto de españoles cuando ustedes nos habéis insultado y humillado constantemente durante todos estos años. Ahora os toca agachar la cabeza tras comprobar cómo vuestros líderes os la han metido doblada al venderos una independencia que nunca tuvieron intención de implantar y que solo ha servido para tapar la corrupción de la desaparecida CIU de Pujol.
En definitiva, con los resultados de esta noche, los catalanes entierran el procés tras contemplar en medio del hartazgo cómo Junts, ERC, la CUP, etc les han tomado el pelo durante más de una década prometiéndoles una independencia en la que ni ellos mismos creían ni deseaban. Los catalanes con este resultado no han pasado página, sino que han regresado a la página anterior, lo cual indica que lo que pase a partir de ahora en Cataluña no será mejor, sino simplemente diferente, o mejor dicho, lo mismo que hace veinte años pero con agravantes, lo cual puede ser el indicio de que el día de mañana se pueda volver al escenario que se ha vivido hasta esta noche. Y si ese escenario vuelve, las circunstancias serán igualmente agravantes llegado el momento.
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