miércoles, 29 de mayo de 2024

Sánchez contra todos


En el año 2009 salió una película protagonizada por el gran Tommy Lee Jones titulada "En el centro de la tormenta". El título de esta película viene como anillo al dedo para describir la situación que se está viviendo en España en estos momentos y que nada indica que vaya a calmarse, sino todo lo contrario. Con la visita ayer de Zelensky a Madrid, donde Pedro Sánchez ha reforzado el apoyo económico y bélico a la guerra de Ucrania, y con el reconocimiento en el día de hoy del Estado de Palestina por parte del propio Sánchez, España se encuentra en una situación a nivel internacional bastante compleja que veremos a ver cómo va a acabar. 

Y a no perder de vista la crisis diplomática creada hace unos días con la Argentina de Milei, la cual sigue activa y que amenaza con perpetuarse sine die. Y todo ello mientras hoy se ha conocido, tras levantarse el secreto de sumario, que Begoña Gómez lleva imputada desde hace un mes, concretamente desde el 16 de abril. Esta imputación (O investigación como desde hace unos años se denomina gracias a una reforma producida por el gobierno de Rajoy) provoca que por primera vez la mujer de un presidente del gobierno es imputada mientras su marido está en la Moncloa. 

Un presidente del gobierno que llegó al cargo gracias a una moción de censura que denunciaba los escándalos de corrupción del PP de Mariano Rajoy y que ahora se convierte en el primer presidente cuyos familiares están siendo imputados e investigados por tráfico de influencias. Sin ir más lejos, el sindicato Manos Límpias ha denunciado hoy también al hermano de Pedro Sánchez por fraude y malversación.

Pero vayamos por partes, ayer se produjo la llegada de Zelensky a España, donde fue recibido con todos los honores por parte de Sánchez y el rey, que incluso fue a recogerlo al aeropuerto. Todo un detalle hacia el presidente ucraniano. Después Sánchez firmó con Zelensky un acuerdo por el cual España se compromete a suministrar durante un periodo de diez años ayuda militar a Ucrania. Solo para este año esa ayuda es de 1.300 millones de euros, lo cual indica que el dinero para los próximos años será igual o mayor aún. Y es que para eso precisamente vino Zelensky a España ayer, para pedir, que es lo único que sabe hacer aparte de actuar. 

Este sujeto, el cual está enriqueciéndose ilícitamente gracias a la guerra que hay abierta desde hace dos años entre su país y la Rusia de Putin, no tiene otro objetivo que el de prolongar la guerra de Ucrania para seguir teniendo la excusa perfecta con la que exigir dinero a todos los países de nuestro entorno en pos de su causa, la cual va directa a su bolsillo, como es obvio. Y Sánchez va y como buen dueño del Estado que se cree, cede lo que no es suyo. En este caso más de 1.000 millones hacia una "causa" en la que nadie nos ha llamado. Por cierto, tras esta visita a España por parte de Zelensky ya ha salido Putin advirtiendo a los países europeos de "Las graves consecuencias" que tendrá este apoyo a Ucrania. Obviamente, este anuncio va dirigido, entre otros, a nosotros. 

Hoy, por su parte, y como ya había anticipado Sánchez desde hace días, ya hemos tenido la guinda del pastel, que ha sido el reconocimiento del Estado de Palestina con las fronteras previas a 1967. Una declaración donde el presidente del gobierno ha salido hoy a las ocho y media de la mañana para hacer según él "Una declaración de gran trascendencia nacional e internacional". Y yo me pregunto ¿Qué trascendencia tiene para los intereses generales de España este reconocimiento?, y por otro lado ¿Acaso cree él que su reconocimiento lo está siguiendo en vivo y en directo todo el mundo? 

Los delirios de grandeza de este peligroso sujeto son impresionantes, creyéndose cada día más que es un ser divino en la tierra cuya misión debe cumplir cueste lo que cueste. Pues bien, junto al reconocimiento por parte de Sánchez se ha producido a la misma vez esta misma declaración por parte de Noruega e Irlanda, aunque éstos lo han hecho con menos pomposidad que nuestro "querido" presidente. 

Este reconocimiento no ha tardado en ser respondido por parte de Israel, los cuales han advertido de las consecuencias que esta declaración tendrá para España y han asegurado que "Sánchez es cómplice de crímenes de guerra y de genocidio contra el pueblo judio". La cosa parece que se va calentando por momentos y todo parece indicar, insisto, en que no va a acabar nada bien... para España, claro; aunque eso a Sánchez le da exactamente igual. Un Sánchez que se va creciendo conforme pasan los días y que se cree ya directamente un líder mundial a la altura de un presidente de Estados Unidos, con capacidad para intervenir en un conflicto bélico al cual es ajeno España. La tensión parece que no va a disminuir sino que con este reconocimiento va a ir a más conforme pasen los días, las semanas y los meses.

Con la decisión personal de intervenir de lleno en este asunto, Sánchez ha metido a España en un lío de mil pares de cojones y ha situado a España en una posición internacional que es en alguna forma equiparable, salvando las distancias, con la situación de hace veinte años, cuando Aznar respaldó explícitamente la guerra de Irak. Una postura que España pagó cara al año siguiente, aunque obviamente no por la guerra de Irak como tal, sino por la posición que España adoptó en primera fila durante aquel tiempo y que, como ya he comentado en otras entradas, molestó a más de un país vecino.
 
Esperemos que la situación no vaya a más, pero ya es sabido que cuando un presidente o primer ministro se cree el centro de atención mundial interviniendo en conflictos bélicos ajenos con el fin de figurar su nombre en los anales de la Historia, las consecuencias para su país son por desgracia devastadoras. Basta con remontarse al laborista británico Tony Blair, un tipo cuyo país pagó bastante caro la intervención en conflictos bélicos durante su mandato, como fueron la intervención militar en Irak, Afganistán o la de Yugoslavia unos años antes. Esperemos, por el bien de nuestro país, que no haya consecuencias por los caprichos personales de un psicópata que cree y quiere ser el centro de atención mundial. 

Pero por si no teníamos bastante con todo lo anterior, la crisis diplomática con Argentina no parece que vaya a mejorar tampoco, sino todo lo contrario. Ante las continuas descalificaciones personales contra Milei, el presidente argentino parece que ya no se calla y habla abiertamente desde su país sobre la corrupción que rodea a Pedro Sánchez y a su mujer. Parece ser que la retirada de la embajadora española en Buenos Aires va para largo, y que el conflicto diplomático provocado, insisto, por miembros del gobierno de España ha llegado ya a un nivel que solo acabará cuando Sánchez o Milei acaben fuera del poder. Y obviamente Sánchez no tiene ningún interés en abandonar el poder, por lo que solo la vuelta al gobierno argentino de la izquierda totalitaria peronista con algún títere de Kirchner al frente podrá apaciguar la situación. 

Como se puede ver, en la España de Sánchez solo tienen cabida las relaciones con aquellos países que solo son del perfil ideológico del PSOE. Todo lo demás es, según ellos, luchar contra gobiernos ultraderechistas. Y con esta política exterior se encuentra en estos momentos esta decadente España de Sánchez y del PSOE, una política basada en crear enemigos por todos los continentes contra nuestro país sin importar lo más mínimo las consecuencias. 

Pero aquí no acaba el asunto, ya que hoy precisamente, y tras haberse levantado el secreto de sumario, se ha podido saber que Begoña Gómez está imputada (O investigada, según la reforma que en su día hizo Rajoy) desde mediados de abril de este año. Una imputación/investigación que confirma que cuando Sánchez decidió tomarse unos días de reflexión ya se sabía desde Moncloa la decisión del juez, lo cual corrobora la idea de que el espectáculo realizado por el jefe del ejecutivo fue una maniobra para lavar su imagen y la de su mujer con el conocimiento de todo lo que estaba por venir desde las instancias judiciales y que se ha sabido hoy. 

De momento ya hay algunos imbéciles afirmando que con esta decisión judicial, Sánchez no tendrá más remedio que dimitir o convocar elecciones anticipadas para este año. Sigue sin enterarse de nada el personal. Pedro Sánchez no va a dimitir ni a convocar elecciones generales bajo ningún concepto, ya que su única forma de vida es la política, y la política ejercida desde el poder, no desde otro puesto. Por ello ya se puede ir olvidando el personal cuando se cree que Sánchez ya está amortizado por esto. Si Begoña Gómez es enjuiciada y finalmente condenada (Escenario que dudo), Sánchez estaría dispuesto a divorciarse de su mujer antes que dejar el poder, como ya dije hace unos meses. 

Lo hemos visto en todas y cada una de las situaciones a las que se ha enfrentado en estos seis años de gobierno este peligroso sujeto. Pedro Sánchez es capaz de todo con tal de permanecer en la Moncloa, y una imputación/investigación contra su mujer e incluso su posible condena no llevaría a éste a asumir su responsabilidad bajo ningún concepto, por mucho que desde algunos sectores exigiesen, y con toda la razón del mundo, su dimisión. 

Y es que si algo ha quedado demostrado con todo esto es que Sánchez llegó al gobierno no como consecuencia de una moción de censura basada en la corrupción que por entonces afectaba de lleno al PP de Mariano Rajoy, sino que se excusó en la corrupción de éstos para llegar al poder y establecer su propio sistema de corrupción. Ya se ha visto hoy cuando desde el sindicato Manos Limpias han anunciado una denuncia contra el hermano de Pedro Sánchez por delitos de fraude y malversación como consecuencia de sus supuestos fraudes a Hacienda a la hora de residir en Portugal mientras figura como funcionario en la Diputación de Badajoz. 

Esta denuncia se ha presentado pocas horas después de conocerse los contratos públicos recibidos por el hermano del presidente del gobierno solo un par de días después de que éste asumiese el cargo, lo cual demuestra que las primeras horas y días de Sánchez en la Moncloa fueron para colocar a sus familiares y colmarlos de subvenciones públicas. Como se puede ver, la familia de Pedro Sánchez ha salido muy favorecida desde la llegada de éste a la presidencia del gobierno. Pero lo más preocupante de todo es que, en esta España en decadencia, esto no suponga absolutamente nada ni tenga ninguna consecuencia política. Como ya he dicho, queda Sánchez para rato, para desgracia nuestra.

Y a todo este escenario de conflictos con países extranjeros e intervenciones en escenarios que nos son ajenos hay que sumarle mañana la aprobación definitiva de la Ley de Amnistía, la cual tendrá que entrar en vigor antes de mediados de junio, lo cual puede provocar el remate final a esta situación  decadente que llevamos tiempo padeciendo. Pero obviamente aquí no pasará nada, como siempre ocurre en nuestro país. 

Por todo esto Sánchez puede dormir tranquilo, ya que la revolución no llamará a la Moncloa pase lo que pase. Y lo mismo se le puede decir al rey, el cual puede estar tranquilo a la hora de estampar su firma en la Ley de Amnistía ya que para eso tendrá a sus queridos peperos y voxeros cuando acudan a respaldar a esta institución, la cual es la columna vertebral de este corrompido sistema que nos ha traido hasta aquí.  

sábado, 25 de mayo de 2024

La vuelta de Zapatero


Una de las cosas que más lamento a la hora de crear este blog es que cuando me decidí a crearlo ya habían pasado dos años de la salida de la Moncloa de un sujeto llamado José Luis Rodríguez Zapatero. El blog lo cree en noviembre de 2013 y Zapatero dejó el gobierno en diciembre de 2011. Obviamente cuando empecé a escribir aquí atizaba día sí y día también a Mariano Rajoy, ya que él era quien estaba al frente del ejecutivo y a quien yo culpaba de habérnosla metido doblada a todos los que le votamos en su día. 

Después de Rajoy le llegó el turno a Sánchez (Al cual para mi vergüenza llegué a defender cuando aún estaba en la oposición). Ya con Sánchez en el poder he seguido atizando al actual presidente del gobierno desde que llegó a la Moncloa en 2018 hasta el día de hoy. Pero una cosa que lamento profundamente es no haber creado este blog cuando estaba en la presidencia del gobierno ese sujeto que después de estar casi quince años encerrado en una cueva, está ahora dando lecciones y presumiendo de su legado por los cuatro vientos. Me refiero al anteriormente citado José Luis Rodríguez Zapatero, ex presidente del gobierno de España. Un tipo que debería haber sido enjuiciado y posteriormente condenado a pena de cárcel después de su paso por la Moncloa como consecuencia de su irresponsable gestión al frente del gobierno de España y que por desgracia está nuevamente presente en la vida pública de nuestro país.

Y es que este ser miserable, divisivo, destructivo, proetarra, ruin y despreciable está día sí y día también en mítines, en entrevistas en las televisiones, en las radios e incluso en Youtube. Aunque llevaba años desaparecido mientras se enriquecía ilícitamente en Venezuela gracias a lavar internacionalmente la imagen del régimen de Maduro, desde el año pasado Zapatero ha vuelto a la política española por todo lo alto, como si de un estadista se tratase. 

Desde las elecciones generales de julio del año pasado, este peligroso sujeto no para de salir en mítines y entrevistas mientras se vanagloria de su legado, defiende a mansalva la totalitaria gestión de su aventajado alumno, Pedro Sánchez (Así como a Begoña Gómez y las corruptelas de la actual pareja presidencial), y critica abiertamente a todos aquellos que difieren de la miserable gestión del actual gobierno socialista. Todo ello, obviamente, mientras los desechos sociales que tienen como votantes, simpatizantes y militantes aplauden hasta con las orejas las intervenciones divisorias y polémicas que este individuo realiza cada vez que tiene un micrófono a su alcance. 

No sé el verdadero motivo del regreso de Zapatero a la política española, que aunque no ocupe al menos de momento un cargo institucional, sí está abiertamente involucrado en la política activa con sus discursos guerracivilistas y sus declaraciones que lo único que contribuyen es a polarizar y tensar aún más la situación política y social que hay en España, la cual comenzó precisamente con él. Y es que no hay que olvidar que hablamos del personaje que siendo presidente del gobierno le dijo a Iñaki Gabilondo aquello de "Nos conviene que haya tensión", lo cual demuestra la maldad y la bajeza moral de este tipejo, el cual dará gracias todos los días de su miserable vida por llegar a la presidencia del gobierno en la grave situación que sufría el país cuando alcanzó el poder. Sí, este sujeto es plenamente consciente que le tocó la Lotería cuando consiguió contra todo pronóstico la Moncloa hace veinte años en unas condiciones trágicas que él ya se ha encargado de frivolizar en más de una ocasión en los últimos tiempos. 

Insisto, me toca bastante las narices no haber creado el blog cuando este impresentable estuvo al frente del país, porque si a Rajoy lo puse de vuelta y media y a Sánchez exactamente lo mismo, lo que hubiese opinado de este tipejo en su momento habría sido suficiente como para que me cerrasen el blog. Un tipo que va dando lecciones por los mítines alegando, como ha vuelto a hacer el jueves en el inicio de la campaña de las elecciones europeas, que él fue quien acabó con ETA demuestra una vez más que no tiene escrúpulos ninguno. Y es que este tipejo, aparte de ser un sinvergüenza, es un mentiroso compulsivo. En ningún momento él accedió a acabar con el terrorismo a través de la ley, sino a través del diálogo y las concesiones. Porque si alguien negocia con una banda terrorista y ésta pone encima de la mesa sus exigencias y el personal las acepta encantado, cualquiera acabaría de esta forma con el terrorismo. Y eso es precisamente lo que hizo este sujeto.

Eso sí, insisto de nuevo en que esto no fue bajo ningún concepto una derrota del terrorismo, sino un abandono de las armas por parte de los asesinos a cambio de integrarse en el sistema político, ya que el gobierno les otorgó todo lo que ellos exigían en su momento a la hora de negociar. Lo que Zapatero hizo pues con ETA no fue derrotar a la banda terrorista, sino reconocerla como representante política, integrarla en el sistema y ceder a todas sus exigencias a través de las negociaciones que el PSOE mantuvo con la banda independentista vasca durante su periodo de gobierno e incluso antes, cuando aún estaban los socialistas en la oposición. 

Y habla este sujeto de que con la victoria de Salvador Illa en las pasadas elecciones catalanas su aventajado alumno, Pedro Sánchez, ha sido el pacificador del conflicto en Cataluña gracias a sus políticas, entre las que incluye la amnistía. Se olvida este desgraciado que aparte de ser mentira esas declaraciones, ese conflicto en Cataluña con el resto de España al que se refiere se produjo gracias a él y a su entonces colega, Pascual Maragall, los cuales aprobaron el polémico estatuto catalán que reconocía en su Preámbulo a Cataluña como una nación y que el PP de Rajoy llevó al Tribunal Constitucional, declarando dicho Tribunal inconstitucionales varios artículos de ese mismo estatuto, lo cual dio inicio a lo que posteriormente se conocería como "El procés". 

De modo que más le valdría quedarse callado a este sectario extremista a la hora de hablar de un conflicto que él inició por sí mismo para recompensar a sus colegas del PSC cuando éstos les dieron sus votos para salir elegido secretario general del PSOE en el año 2000. Unos votos que fueron decisivos para que ganase, todo sea dicho. Y luego se jacta e ironiza sin cesar sobre las polémicas leyes que aprobó como presidente, como la Ley de Memoria Histórica o la Ley de Igualdad. Leyes que contribuyeron a reabrir las viejas heridas de la Guerra Civil y a provocar una brecha de desigualdad de los hombres frente a las mujeres. Por cierto, desigualdad hacia los hombres de la que él habla sarcásticamente cada vez que tiene ocasión. 

Insisto, no sé exactamente qué motivación hay detrás de la reaparición de este sinvergüenza, cuya presencia tenemos que aguantar de nuevo los españoles todos los días. Supongo, y eso es algo que también se ha hablado en algunos medios, que todo obedece a una serie de favores en los que Zapatero aceptó en su momento apoyar a Sánchez si éste a cambio continuaba el legado que su predecesor comenzó en 2004 y le daba vía libre para que pudiese participar activamente en actos del PSOE con el fin de reivindicar su pésimo legado. Cabe recordar que la relación entre Zapatero y Sánchez no era precisamente buena hace unos años y que solo tras la llegada del actual presidente del gobierno a la Moncloa fue cuando su relación comenzó a cambiar hasta convertirse en un duo inseparable a día de hoy. 

Sea como fuere, la realidad es que este tipejo está de vuelta en la política nacional. No sé si dentro de unos meses Sánchez decidirá nombrarle ministro o incluso vicepresidente en una futura remodelación del gobierno, aunque no sería de extrañar lo más mínimo. Se ve que Zapatero no solo tiene un especial interés por participar en los actos de su partido, dar entrevistas por las radios y las televisiones y escribir libros reivindicando su pésimo mandato, sino de ocupar posiblemente un cargo institucional de aquí a un tiempo y con ello consumar su regreso a la política por todo lo alto. 

Si este escenario se produjese estaríamos ante uno de los peores panoramas a los que España debería enfrentarse (Que no son pocos a estas alturas), ya que si este país se está yendo a tomar por culo a mil por hora con el alumno (Sánchez), ya con el maestro (Zapatero) dentro de ese mismo gobierno se desencadenaría pues la tormenta perfecta. Y no es de extrañar este escenario, insisto. Zapatero es uno de los sujetos que lleva meses negociando en Waterloo con Puigdemont, con los miembros de Junts, así como con ERC sobre los acuerdos entre Sánchez y los independentistas. De hecho todos los socios de Sánchez, incluyendo a los etarras de Bildu, obviamente, ven con buenos ojos a Zapatero, ya que consideran, según ellos, que "Es un tipo de fiar". Con esto está todo dicho ya.

Y por último no sería de extrañar tampoco ese regreso al gobierno, ya que si por algo se caracterizó Zapatero desde su llegada al ejecutivo hace justo veinte años fue por iniciar el proceso de división y fragmentación de la sociedad española gracias a sus leyes sectarias y extremistas. Todo esto ocurrió en su primera legislatura. La segunda, como todos recordarán, paralizó todo su proyecto de demolición nacional, ya que la crisis económica se interpuso de por medio. 

Pero obviamente para hacer frente a la crisis ya estaba Zapatero al frente del gobierno, el cual dejó como resultado de sus nefastas políticas económicas más de cinco millones de parados y el país en la quiebra, hasta tal punto que fue ya con Rajoy en la Moncloa cuando éste solicitó el rescate a Europa para salvar al sistema financiero español en 2012, el cual había quebrado. Esto por supuesto algunos ya no lo recuerdan o no quieren acordarse, pero los que tenemos un poquito de memoria sí, y que conste que el mandato de este tipejo transcurrió cuando el que está escribiendo esta entrada era solamente un adolescente. 

Por ello, con la crisis económica de por medio y con ello la paralización de su proyecto de desestabilizar el país, este tipejo salió del gobierno en 2011 con su proyecto aún sin rematar. De esta forma, y aunque su alumno Sánchez está siguiendo al pie de la letra el proyecto dictado por su maestro, quizás este tipejo vea en la deriva absoluta en la que se encuentra España su oportunidad para terminar el trabajo que en su momento no pudo concluir, aunque sea solo como ministro o vicepresidente. 

Lo que está claro es que este tipo algo trama, y parece que ya se ha cansado de que lo abucheen en Venezuela gracias a los negocios que está haciendo como representante del gobierno de Maduro y desea volver a España para hacer lo que mejor se le da: dividir, fragmentar y destruir el país en todas sus vertientes. Veremos a ver qué ocurre dentro de unos meses o años, pero estoy plenamente convencido de que la vuelta de este vomitivo personaje al gobierno es un hecho inminente, y si no lo hace es porque sabe que es más conveniente para él seguir con su plan para destruir este país desde la sombra. 

En fin, aunque me apena no haber tenido la idea de comenzar mi blog cuando este ser estaba aún en la Moncloa, al menos es un pequeño consuelo y desahogo haberle dedicado esta entrada a su persona. Una entrada que sin embargo no es la primera que escribo sobre este sujeto, ya que en marzo escribí sobre la llegada a la Moncloa de este tipo contra todo pronóstico hace justo veinte años. También en un par de ocasiones anteriores hablé por primera vez sobre la posibilidad de su regreso allá por febrero de 2017 debido a unas declaraciones que realizó en su momento, y nuevamente escribí en junio de 2019 tras publicarse algunas de las actas de sus negociaciones con ETA, las cuales demostraron hasta qué punto este peligroso individuo se doblegó ante el terrorismo. 

Un individuo que llegó creyéndose el Tony Blair español cuando se presentó en el año 2000 al Congreso del PSOE con el lema "Nueva Vía", una copia del eslogan "Tercera Vía" con el que el ex primer ministro británico se presentó a las elecciones generales de 1997. Incluso se siguió creyendo Tony Blair cuando una vez en el gobierno quiso emular a su homólogo y compañero laborista británico a la hora de emprender lo que él denominó "El Proceso de Paz", comparando con ello la situación de ETA y el País Vasco con la que se vivió en Irlanda del Norte con el IRA y los Acuerdos del Viernes Santo que Blair alcanzó en 1998 sobre el conflicto norirlandés. De hecho este tipo afirma últimamente, como ya he comentado anteriormente, que Sánchez es el pacificador de Cataluña del mismo modo que él fue el pacificador del País Vasco, lo cual da una idea de los delirios de grandeza y la nula vergüenza de este tipejo; características que comparte con su alumno Sánchez.

Sin embargo, si Blair ha pasado a la Historia como un neoliberal que traicionó los principios del laborismo británico, Zapatero pasará a la Historia como un socialista radical que a través de palabras suaves y medidas en pos del progreso acabó iniciando el declive del régimen del 78. Un régimen que ha sido desde su creación el origen de todos nuestros males como nación pero que gracias a Zapatero se acentuaron aún más desde su llegada al poder en 2004 como consecuencia de sus políticas extremistas, las cuales han sido el origen de la grave situación que España padece actualmente. La primera etapa suya al frente del país acabó en un tsunami político, económico, social y territorial. Si se confirma esa vuelta suya que supondría a su vez su segunda etapa en el gobierno, aunque sea como vicepresidente o ministro de Sánchez, las consecuencias pueden ser ya definitivamente letales e irreversibles para España con el alumno y el maestro al frente del país. 

miércoles, 22 de mayo de 2024

El Estado es Pedro Sánchez


Pensaba yo, ingenuo de mí, que la época del absolutismo y de la Edad Moderna habían quedado atrás hace algo más de doscientos años; pero con los sucesos vividos en los últimos días uno no hace más que preguntarse si hemos viajado en el tiempo (Hacia atrás, en este caso) o si se ha reinstaurado de forma silenciosa el absolutismo en España y no nos hemos percatado de ello. Me refiero a la polémica generada por las palabras pronunciadas en Madrid el pasado domingo del actual presidente de Argentina, Javier Milei, en el que sin decir en ningún momento el nombre de nadie ha hablado sobre las consecuencias negativas del socialismo, la gente que se atornilla en el poder, las esposas corruptas y los maridos que se toman unos días de descanso. 

Obviamente hay que ser gilipollas para no pensar que estas palabras van relacionadas con la corrupción que afecta a Pedro Sánchez y a su mujer, Begoña Gómez, y el circo montado por el presidente del gobierno a raíz de la famosa carta y sus cinco días de no-reflexión para decidir si se quedaba o se quedaba, ya que por supuesto, este sujeto nunca pensó en dejar el cargo ni aunque le ofreciesen la secretaría general de la OTAN o de la ONU de forma vitalicia. Cualquier persona con un mínimo de inteligencia sabe que las palabras del presidente argentino han ido dedicadas a los actuales inquilinos de la Moncloa. 

Pero lo sarcástico y lo grave de todo esto no es que Milei haya dicho estas palabras, sino que el gobierno haya reaccionado retirando a la embajadora española en Buenos Aires y haya exigido a su vez disculpas públicas e inmediatas por parte del presidente argentino, con las consecuencias de tomar todas las medidas necesarias si éste no hace lo exigido por el gobierno de España. Esta decisión del ejecutivo se ampara en que, según ellos, Milei ha atacado a España, a sus ciudadanos, a su democracia, a sus instituciones e incluso a la Unión Europea al realizar estas declaraciones. 

Mucho cuidado con esto, porque el gobierno español ha subido un peldaño más en su camino hacia el totalitarismo y ha convertido unas declaraciones personales de Milei contra Pedro Sánchez y Begoña Gómez en unas declaraciones, según ellos, contra España, el sistema político y sus instituciones. Una situación que puede provocar risa y asombro, sí, pero que a su vez nos lleva a pensar en el inmenso conflicto diplomático que nos está metiendo Pedro Sánchez por su mujer, el cual equipara su propio nombre y el de su esposa al de España, sus instituciones y al corrupto sistema político nacional que padecemos. 

La verdad es que, como ya he dicho antes, no sabía de que habíamos vuelto a la época de Luis XIV y de su esposa, María Teresa de Austria. Aquél famoso rey francés que representó mejor que nadie la etapa del absolutismo y que pasó a ser conocido por la Historia como "El Rey Sol". Un rey que se autodefinió con la célebre frase "El Estado soy yo". Pues eso mismo es lo que está ocurriendo en estos días con Sánchez y su mujercita, al autodefinirse ellos mismos como el Estado personificado y al equiparar unos ataques personales con unos ataques a España en sí misma y al resto de Europa.

Pero lo surrealista de esta situación no es ya la delirante y peligrosa reacción del gobierno ante las palabras de Milei. Lo surrealista está en que fue hace unos días el propio gobierno español el que comenzó esta guerra de descalificación al afirmar el ministro de Transportes, Óscar Puente, que Milei era un drogadicto, por "Ingerir sustancias". Pero aquí no queda la cosa, sino que hace poco la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, afirmaba en el Congreso de los Diputados que Javier Milei era un traficante de órganos. Y en estos casos el gobierno sí mencionó explicitamente el nombre de Milei a la hora de lanzar estas graves acusaciones.

Acusaciones muy graves que podrían habernos conducido a un conflicto bastante jodido gracias a esta pandilla de hijos de puta, los cuales no tienen otra cosa que hacer que ir lanzando calumnias contra los jefes de Estado y de Gobierno de otros países que no son de su misma cuerda ideológica. Y que conste que para mí Milei es un sujeto farsante y cómico, del cual no se debe uno fiar ni lo más mínimo (Como con ningún otro argentino, todo sea dicho). Pero una cosa es la opinión que un ciudadano particular como yo pueda tener sobre un personaje público, y otra muy diferente es que el gobierno de España hable abiertamente de tráfico de órganos y de drogas a la hora de referirse a un presidente extranjero que no nos ha hecho absolutamente nada.

Por parte del gobierno argentino ya han dejado claro que Milei no va a pedir disculpas por sus palabras, y está en todo su derecho de hacerlo. ¿O acaso Milei debe pedir perdón por decir que Begoña Gómez es una corrupta y el gobierno de España puede a su vez lanzar acusaciones difamatorias y permanentes contra el presidente argentino sin inmutarse siquiera? Unas acusaciones, las de Milei, que oficialmente no se han referido a Begoña Gómez ni a Pedro Sánchez al no mencionarse en ningún momento sus nombres, aunque todos sabemos que dichas palabras iban dirigidas hacia ellos. 

Pero lo surrealista de todo esto es que, sin mencionar nombre alguno, el gobierno se haya dado por aludido al instante a la hora de hacer mención Milei a "Una esposa corrupta y un marido que se va unos días de descanso". Si el gobierno, y en este caso Pedro Sánchez y su mujer, no tienen nada que ocultar, ¿Por qué se sienten aludidos por unas declaraciones en las que oficialmente no se han mencionado sus nombres en ningún momento? Lo lógico en este caso hubiese sido no darse por aludidos por estas declaraciones y seguir como si nada.

Por otro lado, ¿Por qué el gobierno de España afirma de forma rotunda que estas acusaciones no son hacia el presidente del gobierno y su familia, sino hacia España, sus ciudadanos, sus instituciones y su democracia?, ¿Acaso Sánchez y su señora son España, sus instituciones y su democracia?, ¿Con qué derecho el ejecutivo se escuda en la ciudadanía cuando alguien vierte acusaciones personales contra el presidente del gobierno y su esposa?, ¿Acaso son nuestros tutores para hablar en nuestro nombre por un asunto que es exclusivamente de índole personal? 

Y ya por último, ¿Quién cojones se creen que son Pedro Sánchez y su mujer para meter al Estado español en unas acusaciones de estricto carácter personal? Bueno, al Estado y a la Unión Europea, ya que como he dicho antes, el gobierno considera que estos ataques son también hacia Europa. ¿También representan Pedro Sánchez y su mujer a todo el continente europeo?, ¿Es que nadie puede pensar por un momento la gravedad, el bochorno y el ridículo tan inmenso que está causando esta situación por parte de esta gentuza criminal? 

Ni Pedro Sánchez ni Begoña Gómez son, para desgracia de ellos, nadie a la hora de entrometer al Estado ni a los españoles en unas acusaciones que solo les atañe a ellos. Y si ellos se han sentido ofendidos por unas declaraciones en las que en ningún momento se han dado nombres, lo que deben hacer es interponer en el Juzgado la demanda correspondiente contra Javier Milei, ya que ese es su problema. En vez de eso, el gobierno asocia la imagen del presidente del gobierno y señora con la imagen del Estado y provocan una crisis diplomática de tres pares de cojones que veremos a ver si no acaba con la ruptura diplomática entre España y Argentina si desde Moncloa siguen adelante en su amenaza a la hora de tomar "todas las medidas necesarias". Unas medidas que podrían ser, entre otras, la prohibición de entrada de Milei en España, como ha publicado ya algún que otro medio. 

Por cierto, según el gobierno, las declaraciones de Milei suponen para ellos una intromisión en la política interna española. Unas afirmaciones que ha comprado en su totalidad el PP de Feijóo, alegando que Milei se ha entrometido en la política interna española. Como se puede ver una vez más, el socialista Feijóo siempre sale al paso de las órdenes que le dicta su camarada Pedro Sánchez y su admirado PSOE. Y es que este tipejo ha situado en el mismo nivel a Sánchez y a Milei en este asunto. Supongo que para Feijóo es lo mismo un escenario en que, sin venir a cuento, te cataloguen desde un gobierno extranjero de cocainómano y traficante de órganos que un escenario donde el insultado responde llamando "corrupta" a la esposa del presidente de ese mismo gobierno que ha vestido de limpio al sujeto en cuestión. 

Pero volviendo a las declaraciones del gobierno, ¿Cuándo se ha entrometido Milei en la política interna de nuestro país? Si alguien se ha entrometido en estos meses en la política interna de otro país es el propio gobierno de España con Argentina, el cual ha dicho que el país sudamericano se encuentra en estos momentos bajo un gobierno de extrema derecha y totalitario. ¿Eso no es entrometerse en la política interna de un país extranjero?, ¿Acaso eso no es querer provocar un conflicto diplomático a toda costa? 

Quizás lo que busque este gobierno de psicópatas sea precisamente el de elevar al máximo un conflicto diplomático con otra nación, y quién sabe si un escenario más grave aún con el fin de que todo el personal deje a un lado las investigaciones y las críticas que acechan al ejecutivo para que todos los partidos, el conjunto del aparato del Estado y la sociedad española al completo respalden "por sentido patriótico" al gobierno en ese peligroso escenario al que ellos nos están conduciendo y que solo ellos saben qué desenlace va a tener.

Insisto, más vale que desde Moncloa dejen ya de tocar los cojones a todo el personal, porque entre este nuevo conflicto diplomático con Argentina y el conflicto diplomático que existe desde hace unos meses con Israel como consecuencia del inminente reconocimiento del Estado palestino por parte de España, el gobierno se ha subido a un tren al que han acelerado la marcha a toda hostia con todos nosotros dentro. Y ese tren va hacia el precipicio a mil por hora; y lo peor es que Sánchez y los suyos lo saben. 

Personalmente no creo que la situación con Argentina vaya a ir a más, o quizás sí, no lo sé. A estas alturas de la película ya no descarto nada. Lo que está claro es que el gobierno de España ha sido quien ha empezado una guerra de descalificación personal contra un presidente extranjero y cuando éste se ha pronunciado, la reacción del ejecutivo ha sido como si de un ataque bélico contra nuestro país se tratase por unas meras declaraciones en las que se ha criticado solo y exclusivamente a Pedro Sánchez y a su mujer. 

Y para rematar la bochornosa situación, el gobierno ha exigido a las multinacionales españolas que defiendan "la democracia española ante los ataques sufridos". Hablando en cristiano, el gobierno ha exigido a las empresas españolas que defiendan el buen nombre de Sánchez y su señora por todo el mundo, como si de Kim Jong-un y su esposa se tratase. ¿Surrealista, verdad? Pues eso no es nada comparado con la que se nos viene encima despues de la dichosa carta y esta grave situación originada ahora por Sánchez y su séquito. 

Y todo ello mientras Sánchez sigue señalando a jueces y medios y ya habla abiertamente de que tomará medidas legislativas al respecto después de las elecciones europeas. Con todo esto parece confirmarse que el matrimonio argentino formado por los Kirchner (La criminal pareja presidencial que dirigió Argentina hasta hace unos años) se ha reencarnado en Pedro Sánchez y Begoña Gómez. Y los actuales inquilinos de la Moncloa, a diferencia de la peronista pareja argentina, no tienen establecido por ley límite de mandato alguno, ni mucho menos tienen pensado dejar el poder ni a corto, ni a medio, ni a largo plazo.  

lunes, 13 de mayo de 2024

12-M: Cataluña entierra el procés y vuelve al tripartito


Las elecciones catalanas de esta noche han enterrado el procés catalán iniciado hace más de una década y ha optado por volver al modelo que originó ese mismo procés: el tripartito catalán. Los comicios de hoy han dado por segunda vez la victoria al PSC (Partido de los Socialistas de Cataluña) con Salvador Illa como candidato. Si las elecciones de febrero de 2021 dieron la victoria al PSC (Con Illa también de candidato) pero con los independentistas logrando a su vez reeditar su mayoría secesionista, ahora el PSC gana con un resultado mayor que deja al independentismo KO y sin mayoría para formar gobierno por primera vez en todos estos años. 

La convocatoria electoral catalana por parte de ERC ha acabado por darle la victoria al PSOE y a su vez sepultar a Puigdemont, el cual ha aparecido esta noche con un discurso que nadie entendía donde hacía alusión a un gobierno de "tendencia catalanista". Un término surrealista que refleja el estado de shock en el que se encuentra el ex presidente catalán en estos momentos, el cual se creía que esta noche estaría celebrando los resultados que le permitirían volver de forma inminente a España para presidir la Generalitat catalana con una mayoría absoluta por parte del bloque independentista. Y es que Puigdemont pensaba que con independencia de que esta noche Junts ganase las elecciones o quedase en segunda posición, la mayoría independentista catalana volvería a reeditarse; un escenario que no se ha dado y que trastoca por completo sus planes y quién sabe si también su carrera política.

Por su parte, con la victoria electoral del PSC, los catalanes vuelven a confiar en los responsables de todo aquello que ha conducido a Cataluña y al resto de España a la situación que hemos vivido hasta ahora. ¿O acaso no se acuerda ya el personal de que fue el PSC quien quiso aprobar la reforma del estatuto catalán en 2006 a toda costa? Un estatuto que nadie pedía en aquel entonces y que desde el PSC de Maragall, con el beneplácito del PSOE nacional con Zapatero a la cabeza, aprobaron. Seamos claro, el procés fue algo que nunca se habría producido sin el empeño ferviente por parte de los socialistas catalanes de ser más nacionalistas que la antigua CIU de Pujol. 

De aquellos polvos, estos lodos. Y ahora los catalanes con estos resultados han vuelto a otorgar su confianza en aquellos que han llevado a Cataluña y al resto de España al abismo. Los catalanes han votado pues que le solucionen sus graves problemas los mismos que los crearon hace veinte años con Zapatero y Maragall al frente del PSOE y del PSC respectivamente. Quienes crean de forma ignorante que con Pedro Sánchez y Salvador Illa la desastrosa situación en Cataluña acabará para siempre están completamente equivocados.

Por otro lado, la victoria electoral de esta noche del PSC en Cataluña vuelve a darle fuerzas a Pedro Sánchez en su objetivo de permanecer en la Moncloa a toda costa y recompensa y "amnistía" de forma particular a Salvador Illa, el cual se encuentra en estos momentos bajo sospecha por sus ventas ilegales con las mascarillas en plena pandemia. De nuevo se puede comprobar cómo España recompensa la corrupción, la criminalidad (Que es lo que Sánchez e Illa realizaron durante la pandemia) y el totalitarismo de este gobierno. Cataluña vuelve con el resultado de esta noche a la situación previa al procés, con una más que segura vuelta al tripartito. Un tripartito en el que ERC, que es quien se ha llevado el verdadero batacazo esta noche, estará encantado de participar por mucho que hoy haya afirmado que corresponde al PSC y a Junts ponerse de acuerdo. 

Dejémonos de gilipolleces. ERC entra de nuevo en el escenario que verdaderamente le gusta, que es el de servidumbre del PSOE. Y es que por mucho que disimulen, a los de ERC les encanta esta posición. Ya lo demostraron en los tiempos de Zapatero y posteriormente con Pedro Sánchez al apoyar la moción de censura que, según ellos, era para castigar la corrupción del PP. Obviamente ese cuento no se lo creían ni ellos. Y por último lo han demostrado en todos estos años de compadreo con Sánchez y en su última investidura. Que dejen de hacer el ridículo, ERC está encantada como socio preferente del socialismo español. Prefieren ser socios de un gobierno del PSOE tanto en Cataluña como en el conjunto de España que gobiernar en Cataluña con Junts como socios. Estos sujetos, al igual que los ex convergentes, nunca han sido independentistas, sino parásitos sociales que han querido obtener el mayor autogobierno en Cataluña manteniéndose a su vez en España.

En ERC saben que la única forma de obtener ese estatus es a través de acuerdos con el PSOE, que es quien verdaderamente les da esas concesiones y es a su vez el escenario que siempre han querido. ¿O acaso no recuerda ya nadie tampoco cómo ERC le pedía insistentemente en 2017 a Pedro Sánchez que presentase ya la moción de censura contra el PP de Rajoy para que el PSOE recuperase por fin el gobierno de España? Si tan independentistas son, la gobernabilidad de España y quien esté al frente del mismo se la traerían floja a estos sujetos. Pero obviamente, la cabra siempre tira al monte. La única diferencia con Junts es que éstos, a pesar de no desear tampoco la independencia, no se dejan querer tanto por los socialistas como hacen Junqueras, Aragonés y Rufián.

Pero a diferencia de sus líderes, los votantes de ERC sí son secesionistas y cosas peores que prefiero no decir por aquí, y con los resultados de esta noche se ha podido comprobar cómo los votantes de este partido, el cual debería de estar ilegalizado, han castigado a éstos por estar seis años abanicando a Sánchez en la Moncloa sin pedirle nada a cambio. Y que nadie me venga con milongas hablando de la amnistía, ya que quien puso desde primera hora la amnistía encima de la mesa fue Puigdemont, no Junqueras, ni Pere Aragonés, ni Rufián. Éstos solo se sumaron al carro cuando veían que Puigdemont podía sacar rédito electoral de las exigencias realizadas en la pasada investidura de Sánchez. 

Por ello, debido a estos años de matrimonio feliz y complicidad entre el PSOE y ERC, los votantes independentistas han castigado a su partido, llevándose esta noche solo 20 diputados que sin duda serán esenciales para que el PSOE pueda volver a la Generalitat catalana, puesto que la suma entre PSC, Sumar y ERC es de justo 68 diputados, los mismos que componen la mayoría absoluta en el Parlamento catalán. Que nadie dude que los líderes de ERC capten el mensaje de este voto de castigo por su complicidad con los socialistas. Seguirán y con más fuerza si cabe en su romance con el PSOE, el cual es, insisto, el escenario que siempre han deseado.

Lo de Junts y Carles Puigdemont es de otra dimensión ya. Este sujeto tenía ya su calendario elaborado creyéndose que estas elecciones iban a ser un paseo militar para él, teniendo como resultado final su regreso a la presidencia de la Generalitat catalana en la investidura que seguramente se celebrará en junio pero con Illa de candidato. Finalmente, y como se ha podido comprobar esta noche, esos planes han caído en saco roto. Puigdemont no puede con estos resultados ni volver en plan héroe, ni exigir un referéndum ni mucho menos la presidencia de la Generalitat, aunque se lo exija a Sánchez con amenaza de dejarlo caer si no cede ante el chantaje. 

Sánchez es un narcisista de manual y un sujeto bastante peligroso, pero no es tonto. Y con el teatro montado hace un par de semanas sobre la corrupción de su mujer y su no-dimisión sabe que ha recogido algún que otro voto entre los miserables votantes de izquierdas de este país, lo cual le podría dar margen para mandar a paseo a Puigdemont convocando elecciones anticipadas para este año, y quién sabe si obteniendo a su vez un resultado mejor que el obtenido el año pasado que le permita no tener que depender del prófugo catalán en una nueva legislatura. Como se puede ver, pase lo que pase, Sánchez y el PSOE siempre ganan.

La situación en la que queda ahora Puigdemont es pues bastante curiosa, ya que pierde la iniciativa por primera vez en favor de Sánchez y el PSC, los cuales han conseguido con esta victoria doblarle el pulso al ex presidente en su intento de regresar de forma inminente y heróica a Cataluña como Tarradellas en 1977. La única opción que tendría Puigdemont de salir airoso de todo esto es que ERC se sumase a su petición de esta noche para que bloqueen la investidura de Illa, lo cual llevaría a Cataluña a una repetición electoral en otoño. Algo que obviamente no va a pasar por los motivos que he expuesto anteriormente. 

En definitiva, Puigdemont ha salido bastante perjudicado de esta convocatoria electoral de la cual se creía que iba a salir fortalecido y convertido de nuevo en presidente. A estas alturas, y tal y como han enterrado esta noche los catalanes el procés, no descartaría en absoluto aquella teoría que circuló hace unos años donde se aseguraba que el ex presidente catalán era un infiltrado del CNI para cargarse el independentismo desde dentro. No sé si será verdad o no esa teoría, pero a tenor de los resultados de esta noche, desde luego lo ha conseguido. Sea como fuere, enhorabuena Carles, objetivo logrado. 

Con el panorama de esta noche volvemos pues al escenario de noviembre de 2003. El de aquellas elecciones donde Zapatero le prometió a Maragall aprobar el estatuto que saliese del Parlamento catalán y que fue el origen del procés. A partir de ahora, y una vez que Illa tome posesión como nuevo presidente de la Generalitat catalana, Sánchez y él se pondrán de acuerdo para elaborar cuanto antes un nuevo estatuto para Cataluña. Un estatuto en el que obviamente se reconocerá a todos los efectos la nación catalana y se dotará a esta región de las mayores cuotas de autogobierno de toda su historia. Sánchez e Illa saben que tienen ahora la sartén por el mango y tienen a su vez vía libre para elaborar el estatuto que ellos quieran, sin oposición alguna. 

Con el reconocimiento pleno de la nación catalana (Esta vez en la propia Ley y no en el Preámbulo, como ocurrió en el caso de Zapatero y Maragall) y el aumento considerable de su autogobierno, el PSOE dejaría, al menos de momento, sin argumentos al independentismo catalán al darle a esta región todas las cuotas de poder posibles dentro y fuera de la Constitución. Un jaque mate a los independentistas que Sánchez e Illa llevarán a cabo con el aval del Tribunal Constitucional para rematar a los secesionistas y proclamarse como los garantes de la "estabilidad catalana". Una "estabilidad" que, al igual que ocurrió hace veinte años, podría convertirse en la antesala de una nueva crisis territorial en el futuro, esta vez quizás con fuerzas independentistas de verdad. 

En definitiva, Cataluña ha matado y enterrado esta noche el procés y ha vuelto al origen del mismo, que es el tripartito izquierdista catalán. ¿Qué pasará a partir de ahora? Pues lo que he comentado ahora mismo: Pedro Sánchez y Salvador Illa aprobarán un estatuto catalán más radical que el de 2006 y dejarán sin argumentos a los independentistas a la hora de reclamar algo que ni ellos saben ya lo que es. Y es que no nos engañemos, tanto Junts como ERC nunca han querido la independencia. Tuvieron su oportunidad cuando la declararon pero no la efectuaron en octubre de 2017, lo cual demuestra el nulo interés que éstos tenían de llevar a cabo la autodeterminación. Con la aprobación del estatuto catalán estaremos en la antesala del gran proyecto del PSOE: la transición hacia un estado federal, que es el verdadero objetivo que los socialistas llevan años deseando implantar en nuestro país. 

Por parte de Puigdemont no creo que de momento vaya a hacer caer a Sánchez. Sabe que no tiene nada que hacer con estos resultados, por muchos llamamientos que haga en pos de un gobierno independentista que permita estirar el chicle y el cuento del que lleva viviendo él y todo su séquito durante todos estos años. Él sabe mejor que nadie que con estos resultados el independentismo está muerto. Por no mencionar que a finales de este mes se aprobará teóricamente la amnistía y el rey la firmará acto seguido para que entre en vigor dentro de la primera quincena de junio, como muy tarde; por lo que, en pos de su posible regreso a España en un futuro, tampoco le conviene al fugitivo catalán retirar su apoyo al PSOE en estos momentos en los que necesita que la amnistía sea aprobada dentro de unos días. 

Incluso en el supuesto de que Puigdemont le retire el apoyo a Sánchez, estoy convencido de que el presidente del gobierno tampoco se llevará las manos a la cabeza de producirse este escenario. Sánchez puede o bien seguir gobernando sin legislar en estos años que le quedan de mandato o bien puede convocar elecciones y salirle mejor la jugada que el año pasado, con lo que se quitaría a Puigdemont de encima mientras se mantiene en la Moncloa otra legislatura más. Lo que ocurra se verá después de las elecciones europeas del 9 de junio. Antes de eso seguirán haciendo el paripé. Y con esto me refiero también a los pactos postelectorales que comenzarán a partir de mañana. 

Por parte del PP y VOX no voy a explayarme mucho, ya que el sorpasso de los populares a los de Abascal en esta noche confirma que el PP está por desgracia bastante vivo todavía y que lo de VOX no es más que un espejismo sionista donde su número de votantes cada vez es menor. Ello no exime que el PP lo tiene no ya jodido, sino lo siguiente a la hora de volver al gobierno de España. Sea como fuere, el caso es que VOX, con 11 diputados en esta pasada legislatura en Cataluña se ha quedado exactamente igual, mientras que el PP ha pasado de 3 diputados a 15 sin hacer absolutamente nada. 

Con ello se confirma por segunda vez en esta noche que España recompensa bastante bien a la casta política que la gobierna. Tanto Sánchez como Feijóo salen ganadores en una noche electoral donde los principales beneficiados han sido los dos principales partidos a nivel nacional. Supongo que con este resultado Feijóo dormirá muy tranquilo esta noche al no ver peligrar, de momento, su cargo. En VOX mientras tanto han salido a celebrar los resultados, alegando que son "son muy buenos". Desde luego, aquí el que no se consuela es porque no quiere. 

Antes de acabar solo me queda decirles una cosa a todos los independentistas que ahora andan cabizbajos y decepcionados: joderos. Del mismo modo que nos hemos tenido que joder el resto de españoles cuando ustedes nos habéis insultado y humillado constantemente durante todos estos años. Ahora os toca agachar la cabeza tras comprobar cómo vuestros líderes os la han metido doblada al venderos una independencia que nunca tuvieron intención de implantar y que solo ha servido para tapar la corrupción de la desaparecida CIU de Pujol. 

En definitiva, con los resultados de esta noche, los catalanes entierran el procés tras contemplar en medio del hartazgo cómo Junts, ERC, la CUP, etc les han tomado el pelo durante más de una década prometiéndoles una independencia en la que ni ellos mismos creían ni deseaban. Los catalanes con este resultado no han pasado página, sino que han regresado a la página anterior, lo cual indica que lo que pase a partir de ahora en Cataluña no será mejor, sino simplemente diferente, o mejor dicho, lo mismo que hace veinte años pero con agravantes, lo cual puede ser el indicio de que el día de mañana se pueda volver al escenario que se ha vivido hasta esta noche. Y si ese escenario vuelve, las circunstancias serán igualmente agravantes llegado el momento. 

domingo, 12 de mayo de 2024

Johnson, el presidente belicista


Hace un mes escribí una entrada acerca del asesinato de Lincoln y Kennedy, y hace unos años escribí acerca de Kennedy solamente. También en otras ocasiones he escrito sobre Nixon, e incluso escribí una entrada bastante extensa hace unos años acerca de la presidencia de los presidentes estadounidenses de los últimos ochenta años. Pero me he percatado que si bien he escrito acerca de Kennedy y Nixon, no lo he hecho sobre el presidente que gobernó en el periodo intermedio entre éstos. Me refiero, obviamente, al presidente estadounidense Lyndon B. Johnson. Como acabo de comentar, escribí en su día sobre los mandatos de los inquilinos de la Casa Blanca de estos últimos ochenta años, incluido Johnson, obviamente. Pero creo que la presidencia de este sujeto así como su personalidad bien merece una entrada propia sobre él.

Lyndon B. Johnson fue, como todos sabemos, el vicepresidente de Kennedy desde 1961 hasta 1963, fecha en la que tras el asesinato de éste asumió la presidencia a bordo del Air Force One, siendo hasta la fecha el único presidente que tomó posesión del cargo en el avión presidencial. En 1961 Johnson toma posesión como vicepresidente de Kennedy con cincuenta y dos años. Era, al igual que el propio Kennedy, un mujeriego con fama de polémico debido a su carácter impulsivo e incluso agresivo. 

Parece ser que en 1960 Kennedy no sentía mucha empatía por el que posteriormente iba a ser su vicepresidente y que ese mismo año había competido contra él en las primarias demócratas para las elecciones presidenciales, pero Johnson era un texano que había sido senador y congresista previamente y movilizaba muchos votos demócratas en su estado, lo cual era justo lo que Kennedy necesitaba para las elecciones de 1960. Finalmente lo designó como candidato a vicepresidente, ganando la candidatura de Kennedy hasta en el estado de Texas gracias a la candidatura de Johnson como vicepresidente. 

Una vez tomado tanto Kennedy como Johnson posesión de sus respectivos cargos no tardaron en chocar como consecuencia de la visión que ambos sujetos tenían de las cosas. Johnson mantuvo una relación tensa con el presidente John F. Kennedy, pero peor fue la relación que el texano mantuvo con el hermano del presidente, el Fiscal General Robert F. Kennedy. Debido a su mala relación con los Kennedy, en 1963 eran varios los rumores que circulaban sobre el futuro de Johnson en el gobierno. Parece ser que Kennedy estaba harto de su vicepresidente y tenía pensado sustituirlo de cara a las elecciones presidenciales de 1964 por otro candidato a la vicepresidencia. 

El desenlace ya lo conocemos. Kennedy es asesinado en Dallas en noviembre de 1963, estando presente el propio Johnson durante el magnicidio. Supongo que el hecho de que Dallas es una de las principales ciudades de Texas (Lugar de Johnson), fue lo que provocó que éste estuviese presente durante el asesinato. Sea como fuere, el hecho es que Lyndon B. Johnson aterrizó en Dallas como vicepresidente y acabó despegando con destino a Washington como nuevo presidente de Estados Unidos. Mucho se ha hablado de la posible participación de Johnson en el asesinato de Kennedy. 

Hay quienes aseguran que el por entonces vicepresidente era consciente de que el presidente iba a sustituirlo por otro de cara a las elecciones de 1964, arruinando con ello su carrera política y su posible ascenso a la presidencia, motivo por el que algunos creen que detrás del magnicidio estuvo el propio Johnson. Otros creen que su participación fue como consecuencia del hecho de que Johnson estaba siendo investigado por varios delitos en 1963. Con el asesinato de Kennedy y la llegada de Johnson a la Casa Blanca, todas esas investigaciones se paralizaron. 

En lo que a mí respecta siempre he creído que cuando hay un crimen siempre hay que poner el foco sobre quién es el beneficiario de ese crimen. Por mi parte sí creo que Johnson estuvo involucrado en el asesinato, aunque obviamente no estuvo solo en aquella participación. El caso es que Johnson fue el principal beneficiario político de la muerte de Kennedy el 22 de noviembre de 1963. Con cincuenta y cinco años y al lado de su esposa, Claudia Johnson, y de la ya viuda de Kennedy, Jacqueline Kennedy, Johnson tomó posesión del cargo cuando el Air Force One se disponía a volver a Washington con el cadáver de Kennedy en una sala contigua a donde Johnson estaba prestando juramento como nuevo presidente.

A partir de aquí comienza la presidencia y el momento de Lyndon B. Johnson. Es verdad que su presidencia siempre ha estado ensombrecida por la figura de Kennedy y por la polémica que posteriormente suscitó el Watergate de Nixon (Del cual se dice que también fue uno de los partícipes en el asesinato). Ello ha dejado en un segundo plano la no menos polémica, controvertida y belicista presidencia de Johnson. Tras su llegada a la Casa Blanca, uno de sus objetivos fue el de aprobar la Ley de los Derechos Civiles (Uno de los proyectos de Kennedy). Con esta aprobación póstuma de uno de los proyectos clave del mandato de Kennedy, Johnson cierra la etapa de su predecesor para comenzar la suya propia. 

En 1964 y tras llevar pocos meses en la presidencia, Johnson busca la elección/reelección (Se pueden utilizar ambos términos, ya que Johnson no fue elegido presidente en 1960 pero a su vez asumió la presidencia tras el asesinato de Kennedy) para seguir en la Casa Blanca. Finalmente en noviembre, Johnson consigue una de las victorias presidenciales más aplastantes. Había transcurrido solo un año del asesinato y la memoria de Kennedy estaba todavía muy presente en Estados Unidos. Pero antes de jurar su segundo mandato en 1965 y aprobar la Ley del Derecho al Voto y la Ley de Inmigración y Nacionalidad se produce en agosto de 1964 el incidente del Golfo de Tonkín, donde un enfrentamiento entre la Armada estadounidense y vietnamita en dicho lugar provoca la inmediata reacción del Congreso de Estados Unidos, el cual aprueba una resolución que le da plenos poderes a Johnson para que intervenga en Vietnam.

Tras esta resolución, Johnson comienza la escalada de la guerra de Vietnam con el incremento de las tropas estadounidenses en dicho lugar. Una guerra que en realidad comenzó con Kennedy, pero que acabó recrudeciéndose con Johnson, como todos sabemos. Un detalle al que nunca se le ha dado importancia, supongo que para no manchar la imagen de un Kennedy que tras su asesinato fue elevado casi a la categoría de semidios. Estoy convencido de que una guerra tan devastadora y atroz (Aunque en realidad todas las guerras lo son) que marcó por completo la presidencia de Johnson e impactó psicológicamente a la sociedad estadounidense y al resto del mundo hubiese sido mucho más criticada de lo que fue si en realidad quien hubiese ocupado la Casa Blanca en aquellos años hubiese sido un presidente republicano. De hecho muchos achacan la mayoría de las atrocidades cometidas durante la guerra a Nixon y no a Johnson, lo cual demuestra la doble vara de medir de algunos según quiénes sean los ejecutores de las acciones.

No fue con Nixon sino con Johnson cuando se produjo la escalada de la guerra de Vietnam y el envío de tropas estadounidenses; ni tampoco fue con Nixon sino con Johnson cuando desde el gobierno se prohibió a las televisiones que se emitiesen la llegada de los féretros de los soldados que venían día sí y día también procedentes de Vietnam caídos en combate para no incendiar aún más de lo que ya estaba el ambiente social, el cual ya se encontraba completamente desbordado. Esto obviamente se diría a los cuatro vientos por parte de todo el mundo si quien hubiese ordenado todo esto hubiese sido un Bush (Padre o hijo). 

Sin embargo al tratarse de un presidente demócrata, siempre se ha querido maquillar por parte de algunos la gestión criminal que Johnson hizo de la guerra enfocando su gestión de gobierno en el paquete de leyes sociales que aprobó al inicio de su mandato (Concretamente entre 1964 y 1965) y que recibieron el nombre de "La Gran Sociedad". Aún así, nada ni nadie podrá borrar que casi 60.000 soldados estadounidenses murieron en la guerra de Vietnam como consecuencia de un capricho personal por parte de su presidente (Primero Kennedy, seguido por Johnson y luego por Nixon) para intervenir y prolongar su presencia en una guerra en la que a Estados Unidos no se le había perdido nada allí. 

Pero el remate final a la presidencia de Johnson se produce en 1968, cuando en plenas primarias para obtener la reelección a un segundo/tercer mandato (Hay que recordar que Johnson estaba en un primer mandato propio pero en un segundo mandato en términos generales, ya que su primer mandato fue el que correspondía a Kennedy) el presidente anuncia en un mensaje televisado a la nación que no se presentará a la reelección. Cabe añadir que Johnson, al haber asumido la presidencia en unas circunstancias excepcionales, podía optar a un nuevo mandato, que de haberse producido le hubiese llevado a estar casi diez años en la Casa Blanca. 

Aunque la tesis oficial fue que Johnson se retiró como consecuencia de su desgaste por la guerra, hay quienes afirman que su retirada fue debido a que se le había diagnosticado que no viviría más allá de los sesenta y cuatro años como consecuencia de su adicción al tabaco. Johnson, que era fumador compulsivo y había sufrido ya varias crisis cardíacas, quizás pensó que era mejor disfrutar de sus últimos años de vida desde la privacidad y en su rancho de Texas que acelerar su muerte si seguia sometido al estrés de las labores de gobierno. 

Personalmente me creo más esta versión que la oficial, ya que ningún presidente desea dejar el poder aunque sepa que está desgastado y acabado como político. De hecho Johnson falleció exáctamente a los sesenta y cuatro años como consecuencia de una crisis cardíaca, el 22 de enero de 1973. Dos días después de que hubiese terminado su último mandato de haberse presentado y ganado en 1968 y solo un día antes de que Nixon (Tras haber prolongado indiscriminadamente la guerra durante cuatro años más) anuncie el fin de la intervención militar de Estados Unidos en Vietnam. 

Justo cuatro días después de anunciar su intención de no presentarse de nuevo, se produce el asesinato de Martin Luther King, uno de los principales promotores de la defensa de los derechos civiles de los negros. Solo un mes después estalla en Europa, concretamente en Francia, las revueltas de mayo de 1968; unas revueltas que se reflejaron también en la ya muy divivida y polarizada sociedad estadounidense, la cual vivió en 1968 uno de los años más convulsos de su historia. Al mes siguiente se produce el asesinato de uno de los principales enemigos políticos de Johnson: Robert F. Kennedy. El hermano del presidente es asesinado tras ganar las primarias demócratas en California. En ese momento todo el mundo daba por hecho que Kennedy sería el candidato a la presidencia por parte de los demócratas. 

Finalmente con el asesinato de otro Kennedy en menos de cinco años se desvanecen por completo las pocas esperanzas que los demócratas tenían por conservar el gobierno con la mayoría social en su contra como consecuencia de la guerra. El año terminaría con la victoria en las elecciones presidenciales del republicano Richard Nixon frente al entonces vicepresidente de Johnson, Hubert Humphrey, el cual acabó convirtiéndose en el candidato de los demócratas tras el asesinato de Robert F. Kennedy. De esta forma acabó la presidencia de Lyndon B. Johnson, el cual saldría del poder en enero de 1969 tras un polémico mandato por la Casa Blanca repleto de escándalos, asesinatos, revueltas y guerras.

Y es que la polémica presidencia de Johnson no se redujo solo al ámbito político, sino también al personal. El presidente estadounidense era un tipo conocido por su agresividad, su descaro, su impulsividad y su perfil sexual. Por surrealista que suene, parece ser que Johnson era un tipo que se enorgullecía públicamente de su pene e incluso lo mostraba en público a todo aquél que se cruzase en su camino; incluso llegó a apodar su miembro viril con el nombre de "Jumbo". Según viene reflejado en algún que otro libro acerca de él, en una ocasión en la que un periodista le preguntó en la Casa Blanca sobre por qué EEUU seguía presente en la guerra de Vietnam, Johnson se sacó a "Jumbo" y dijo "Por esto". Por esta anécdota he hecho mención antes a que la intervención y la permanencia de EEUU en la guerra de Vietnam no fue otra cosa que un mero capricho personal de, entre otros, el propio Johnson. 

Pero parece ser que en muchas ocasiones Johnson sacó a relucir a "Jumbo" en reuniones en la Casa Blanca, e incluso se habla de gestos aún peores del presidente delante de miembros de su gobierno y de la prensa. Incluso se mencionó en un libro uno de esos muchos gestos, como cuando Johnson comenzó a orinar casi encima de un personal de seguridad. Al advertirle éste al presidente que estaba orinando en su pierna, Johnson le contestó "Lo sé, ese es mi privilegio". Tampoco se quedan atrás las infidelidades de Johnson hacia su mujer, Claudia Johnson. La Casa Blanca y la piscina de la residencia presidencial eran sitios fijos donde el presidente golfeaba con sus amantes, incluso estando su esposa en el otro lado del recinto. Por no hablar del sistema de grabaciones con el que Johnson cubrió de micrófonos el Despacho Oval de la Casa Blanca. Un sistema que extendió Nixon a toda la residencia presidencial y que de hecho se hizo famoso con el estallido del Watergate. 

Esta es la historia y la presidencia de un sujeto que, como ya he dicho, no tiene nada que envidiar a la presidencia de su predecesor (Kennedy) ni a la de su sucesor (Nixon). Quizás el hecho de que Johnson gobernase en medio de dos presidentes tan controvertidos puede haber provocado que su presidencia haya pasado desapercibida, pero ni mucho menos lo fue. El periodo de Johnson como presidente es el de unos años convulsos que llevaron a EEUU al peor conflicto bélico al que se había enfrentado el país desde la Segunda Guerra Mundial. Un conflicto solo superado cuarenta años después por las guerras de Irak y Afganistán con Bush hijo. 

Son pues unos años que no han sido analizados como debidamente se merecen, ya que algunos prefieren olvidar que todo aquello ocurrió durante el periodo de gobierno de un presidente demócrata. Aún así eso no impide que nadie investigue un poco y descubra los turbulentos años que EEUU vivió en la década de los sesenta con este sujeto como presidente, al cual muchos solo quieren recordar por las leyes sociales que aprobó y no por llevar a la muerte a casi 60.000 soldados estadounidenses (Sin olvidar el papel que también jugaron Kennedy y Nixon en estas muertes).

Como he dicho antes, quizás el hecho de haber gobernado después de un presidente sobrevalorado y antes de un presidente desprestigiado haya servido también para que algunos hayan pasado por alto las acciones criminales en la guerra y el comportamiento despectivo y tiránico de Johnson en sus años en la Casa Blanca. La presidencia de Lyndon B. Johnson fue pues un mandato repleto de controversias pero que debido al curso de la Historia y de la complicidad de algunos ha quedado entre las sombras para que no se hable demasiado, pero que sin embargo está ahí presente en la huella de la Historia.

domingo, 5 de mayo de 2024

Napoleón, el rey de facto de España


Hace unos meses se ha estrenado una película que ha dado mucho que hablar y no precisamente para bien. Me refiero a la película dirigida por Ridley Scott y protagonizada por Joaquin Phoenix: "Napoleón". Una película que todavía no he tenido el gusto de ver para dar mi opinión sobre ella, aunque por lo poco que he visto en vídeos por Internet no parece ser tan mala como algunos pintan. Sí lo hice hace ya veinte años con la miniserie francesa que de forma magistral protagonizó Christian Clavier sobre Napoleón. Una miniserie que por contra, cabe decir, se utilizó para hacer sangre sobre España (lo cual no es sorprendente, ya que los franceses siempre han sido nuestros principales enemigos).

Buena prueba de ello son los adjetivos que el propio Napoleón utiliza en la miniserie para referirse a los españoles: "bárbaros españoles" o "banda de terroristas rabiosos" son algunos de los términos que el emperador emplea a la hora de referirse a nosotros. Por no hablar de la pésima y degradante imagen que se ofrece de los pueblos de España: chozas de madera más propias de la Edad Antigua que de la España de principios del Siglo XIX. Pero claro, la serie es francesa, por lo cual es normal que los franceses utilicen la gran pantalla para atizarnos una vez más. Parece ser que siguen sin digerir bien su derrota en la Guerra de la Independencia después de doscientos años.

De todas formas en estos diez años y medio que llevo con este blog nunca he hecho una entrada para opinar sobre una película en concreto (Series sí), y la de hoy no va a ser una excepción. Al producirse el estreno de la película protagonizada por Joaquin Phoenix hace unos meses (se está a la espera de que Ridley Scott saque la versión ampliada de cuatro horas y media, ya que en dos horas y media es imposible hacer una película en profundidad sobre la vida de un personaje tan relevante en la Historia) y la posterior polémica que ha traído su estreno me he percatado de que en todos estos años no he escrito todavía sobre un personaje que fue clave en la historia de España de los últimos doscientos años. Me refiero, como no podía ser menos, a Napoleón Bonaparte: el republicano que se convirtió en el mayor rey de la Historia y logró fundar una dinastía y un Imperio. Una ironía más de la vida, que acabó entronizando como emperador de los franceses, rey de Italia, copríncipe de Andorra y dueño de Europa al que en su día dio un golpe de Estado para salvar la ya muy debilitada República Francesa, que se encontraba por entonces en manos del corrupto Directorio francés.

Tras el golpe de Estado liderado por él en 1799, Napoleón se convierte en Primer Cónsul de la República Francesa y cinco años después, en 1804 y ante la presencia del Papa Pío VII (al cual mandó encarcelar posteriormente), se autocoronó emperador de los franceses. Napoleón tocaba así la gloria y comenzó su lucha por expandir su poder por Europa. Tras ganar de forma rotunda la batalla de Austerlitz, en la que se convirtió en dueño y señor absoluto y único de Europa, el temor se apoderó del resto de las Monarquías europeas, los cuales veían en el militar corso a un potencial y ambicioso enemigo que era necesario exterminar cuanto antes. Mientras en el resto de Europa se combatía a Napoleón, aquí en España el emperador francés se hizo, en un primer momento, de la noche a la mañana con el control de España y sin ofrecer resistencia alguna por parte de la Monarquía española. La resistencia, obviamente, se produjo con el levantamiento del pueblo español hacia las tropas francesas de Napoleón, dando inicio a la Guerra de la Independencia.

Pues bien, en este mes de mayo que nos encontramos se han cumplido doscientos dieciseis años de las Abdicaciones de Bayona, en la que tanto Fernando VII (por entonces rey de España tras el Motín de Aranjuez) como su padre, el ya ex rey Carlos IV, abdicaron la Corona de España en favor del emperador francés. Un acto vil y cobarde protagonizado por quienes nunca han sentido ni sintieron el más mínimo respeto ni amor por España: los Borbones, los cuales entregaron todo el poder a Napoleón sin la menor duda y a las primeras de cambio. Una traición de la familia real a nuestro país que los españoles, como buenos súbditos que somos, no supimos apreciar. Y sin olvidarnos del papel crucial que en estas abdicaciones tuvo Manuel de Godoy, el cual acabó siendo uno de los principales perjudicados con la caída de Carlos IV y la llegada de los Bonaparte a España, ya que Godoy fue quien autorizó la entrada de las tropas francesas en nuestra nación para tomar Portugal y combatir a los ingleses, con la promesa hecha por Napoleón al propio Godoy de nombrarlo a cambio rey de la zona sur de Portugal. Una promesa que obviamente Napoleón incumplió una vez entrado su ejército en nuestro país, con lo que Godoy tras verse traicionado por el emperador francés acabó exiliándose en la propia Francia después de las Abdicaciones de Bayona.

El acto de la abdicación, el cual fue precedido como acabo de comentar, por la entrada de las tropas francesas dos meses antes en nuestro país y el consiguiente levantamiento del pueblo de Madrid contra las tropas del emperador, provocó pues que la Corona española pasase a manos del propio Napoleón, el cual fue, aunque la Historia nunca lo ha reconocido como tal, rey de España durante un mes; es decir, desde el momento de las Abdicaciones de Bayona hasta la designación de su hermano José Bonaparte como nuevo monarca español. Por lo cual desde el punto de vista jurídico la Jefatura del Estado español estuvo pues durante un mes en manos de Napoleón hasta que éste cedió la Corona a su hermano. Si tenemos en cuenta que en los documentos de abdicación, tanto Fernando VII como Carlos IV renunciaron a favor de Napoleón, es obvio que éste asumió el trono español aunque nunca fuese proclamado como tal. De esta forma tras las abdicaciones de Carlos IV y Fernando VII en su nombre, Napoleón fue desde mayo hasta junio de 1808 (fecha en la que designa a su hermano José como rey de España) el titular legal de la Corona española.

Una buena prueba de que Napoleón era el dueño absoluto de las Monarquías en Europa se refleja perfectamente en la escena de la miniserie protagonizada por Christian Clavier, en la que su cuñado y rey de Nápoles, el mariscal Joaquín Murat, le advierte al emperador sobre su regreso a "su reino de Nápoles", a lo que Napoleón responde "¿Tu reino? Fui yo quien te hizo rey, tu reino me pertenece. Si yo caigo, tú también caes". Quizás sea el ejemplo más simple y más cómodo a la hora de resumir muy brevemente quien era de facto el verdadero soberano en los países europeos, entre ellos el nuestro. Napoleón era pues quien movía las piezas de Ajedrez en aquellos países en los que sus hermanos no eran más que meros peones a la espera de sus órdenes desde París.

Volviendo a 1808, con la proclamación de José I como nuevo rey de España, la situación en nuestro país no se calmó, sino que empeoró durante los cinco años en el que los dos hermanos Bonaparte estuvieron al mando de España (José como rey oficial en Madrid y Napoleón como rey de facto desde París). La guerra se recrudeció y el levantamiento de la población contra las tropas napoleónicas se hizo extendible hacia toda España, produciéndose mientras tanto el traslado de las Cortes a Cádiz y con ello la posterior elaboración y promulgación de la Constitución el 19 de marzo de 1812. Una Constitución que, por contra de lo que los liberales pregonan constantemente, no fue la primera Carta Magna de España, sino la segunda, ya que el 6 de julio de 1808 se promulgó el infravalorado Estatuto de Bayona, la primera Constitución española en la que Francia exportaba a nuestro país los principios de la Ilustración, reconocía los derechos de la Corona de España a los Bonaparte y convertía a su vez a nuestra nación en un Estado títere del Imperio Francés. Un Estatuto que, como documento jurídico, y a pesar de su relevancia histórica, pasó sin pena ni gloria por nuestro país en favor de la Constitución de Cádiz.

Pero volviendo a lo que supuso la Guerra de la Independencia siempre me he hecho la misma reflexión sobre esta cuestión, y es que para una vez que los españoles nos levantamos contra el sistema fue para defender a aquellos que nos habían dejado con el culo al aire en Bayona: los propios Borbones. Comprendo perfectamente la reacción de nuestros antepasados en aquel momento, ya que no es plato de buen gusto que una nación extranjera intervenga militarmente en nuestro país y nos impongan sus leyes. La cuestión está en que, analizando detenidamente el escenario, y como consecuencia de la situación deplorable en la que se encontraba España tanto con Carlos IV como con Fernando VII, quizás la solución hubiese sido resignarse y dejar actuar a los franceses para que éstos, con la implantación de su legislación aquí, concluyesen sus planes de exportar completamente a España las ideas de la Ilustración y con ello la modernización definitiva de nuestro país. Una decisión dura y difícil pero que a la larga nos hubiese traído quizás más ventajas que inconvenientes.

Por el contrario, España decidió ponerse del lado de los Borbones y enfrentarse a los franceses hasta las últimas consecuencias. Consecuencias que tuvieron como desenlace la derrota de los franceses (la guerra en nuestra nación acabaría oficialmente en abril de 1814), la huída de José Bonaparte hacia Francia en junio de 1813 y su posterior destitución como rey de España en diciembre de ese mismo año en favor de Fernando VII, el cual era reconocido por Napoleón como monarca español nuevamente. De esta forma Napoleón perdía por completo la guerra y el control que de esta forma ejercía el militar y político corso sobre España a través de su hermano menor, José I, actuando el emperador francés como rey de facto de nuestra nación, convirtiéndose España pues en otro Estado satélite más del Imperio Francés durante todo ese periodo.

Por otro lado vuelvo a insistir; comprendo perfectamente la actuación de los españoles en aquel momento, pero viendo las sucesos que se produjeron posteriormente con la reinstauración del Absolutismo con Fernando VII, su reinado tiránico y las posteriores guerras civiles que España padeció tras su muerte como consecuencia del surgimiento del movimiento Carlista, quizás lo ideal hubiese sido dejar actuar a los franceses para que levantasen el país tras el paso de los Borbones por el trono. Los españoles lucharon, como era absolutamente lógico, por la soberanía de nuestro país, pero también por la reinstauración de los Borbones en el trono, y ese fue el gran error de nuestros antepasados: el error de apoyar a aquellos que nos habían vendido por dos duros en Bayona. Un error del que muchos seguramente se arrepintieron cuando Fernando VII abolió la Constitución de Cádiz (la misma que él había jurado defender) e instauró nuevamente el absolutismo en España. Pero obviamente y como dice el refrán: "A toro pasado, todos somos Manolete".

A pesar de todo esto, no quiero dejar de lado al protagonista de la entrada de hoy, que es el propio Napoleón. El emperador francés siempre infravoloró nuestro país y creía que la conquista española iba a ser igual de sencilla que la de otros países europeos, los cuales habían caído rendidos a los pies del que fuera el general más joven de Europa (hasta la llegada de Franco, curiosamente) tras la batalla de Austerlitz. Tal era el deseo, el orgullo, la arrogancia y el ansia de poder de Napoleón que en vez de retirarse optó por doblegar el número de soldados en España, provocando con ello la prolongación de una guerra cuya derrota para él sería el principio del fin del Imperio Francés, como el mismo emperador reconoció en sus memorias escritas en Santa Helena. España y la Guerra de la Independencia fueron pues, a pesar de que muchos historiadores deciden pasar por alto este hecho, el inicio de la caída del líder francés. Algo que se confirmó con la posterior invasión rusa de Napoleón y su consiguiente derrota y retirada de dicho país.

Debo decir que personalmente la figura de Napoleón a nivel histórico es fascinante e intrigante a la vez, ya que nos encontramos con un tipo declarado firmemente republicano que acaba por convertirse en el mayor monarca de Europa del siglo XIX, arrastrando tras él a la mayoría de los países de nuestro entorno, incluído el nuestro, como acabo de hacer referencia. La figura de Napoleón es pues la de un republicano convertido en rey, el cual acaba considerando que Francia le era pequeña para sus grandes ambiciones y que por consiguiente su poder debía expandirse hacia el resto de Europa, encontrando su gran oposición en Inglaterra. Napoleón fue pues un brillante militar pero un político sediento de poder y con las manos manchadas de sangre, incluída la de muchos españoles. Sí. Al igual que se subraya una y otra vez las maldades de Hitler, también hay que hacerlo con las del general corso, ya que él era consciente mejor que nadie de las vidas que se habían perdido por el camino a la hora de querer lograr él su gran ambición: convertirse oficialmente en el emperador de Europa.

Cabe destacar que solo en España, el número de civiles muertos fue de un millón (medio millón más que en la propia Guerra Civil de 1936), y el número de civiles a nivel europeo superó los tres millones. Por su parte, a nivel militar, los soldados muertos durante las guerras napoleónicas superaron los tres millones. Muchos muertos, demasiados, para calmar la ambición y la sed de poder de un hombre al que muchos historiadores solo retratan desde un punto de vista positivo, sin tener en cuenta el lado negativo que representó. Que Napoleón modernizó Francia y posteriormente Europa a través de sus leyes, las cuales se basaban en las ideas de la Ilustración (el Código Napoleónico es el mejor ejemplo) no hay duda alguna, pero que ese legado positivo está marcado por la sangre de millones de inocentes que pagaron con su vida el alto objetivo que se había marcado el emperador, también. Y creo que eso es de Justicia reconocerlo en favor de todas esas vidas que se perdieron por el camino. Insisto, vidas perdidas entre las que se incluyen el millón de españoles muertos que lucharon por la soberanía de nuestro país. Antepasados nuestros que vieron sus vidas truncadas por la aparición de Napoleón en el escenario político y bélico de nuestro país.

En lo que respecta a su ambición y sobre cómo ésta influenció a la hora de su ascenso al poder se puede decir pues que, a pesar de su republicanismo, Napoleón no tuvo ningún reparo a la hora de aceptar la Corona Imperial francesa, ni mucho menos de hacer lo posible y lo imposible por expandirla y conservarla. Desde la designación de sus hermanos, cuñados e hijastros como monarcas europeos (incluído el propio José primeramente en Nápoles y luego en España), hasta su divorcio con la emperatriz Josefina para casarse con Maria Luisa de Austria (hija del emperador Francisco I), con el objetivo de engendrar un heredero al trono y acercar posturas con su enemiga Austria. En definitiva, un tipo ambicioso e incluso me atrevería a decir que carente de escrúpulos, que sin embargo logró aplicar en Francia, en Europa, e incluso en España, a pesar de la Guerra de la Independencia, las ideas de la Ilustración, provocando con ello un cambio completo del Derecho en Francia y Europa.

Pero como reiteradamente ocurre en la Historia, la ambición de los gobernantes acaba provocando su caída. Lo comenté en marzo con respecto a Julio César (un genio militar y político a la altura de Napoleón, a quien el general corso admiraba) y lo comento ahora con el emperador francés. Su obsesión por recuperar el poder una vez que fue obligado a abdicar en 1814 provocó su inesperada vuelta como emperador en 1815 tras fugarse de la Isla de Elba. Como todos sabemos, su derrota definitiva en la batalla de Waterloo provocó su caída definitiva, su segunda y última abdicación en favor de su hijo, Napoleón II (todavía menor de edad), y su destierro a la Isla de Santa Helena, donde moriría a la edad de 51 años en mayo de 1821, probablemente envenenado por los ingleses, sus más fervientes enemigos.

Así acabó pues la vida de uno de los personajes más relevantes de la Historia. Un personaje que salió de la nada y lo logró todo para posteriormente volver a acabar en la nada. Un destino curioso el que sufrió Napoleón, el cual es en mi opinión y dejando a un lado su lado negativo, el personaje que más gloria ha podido obtener a lo largo de la Historia. Una Historia que nunca habría sido la misma sin su presencia y su gobierno. Ni tampoco el Derecho europeo habría sido nunca lo que es hoy sin su presencia, como ya he mencionado anteriormente. Napoleón es pues una pieza clave en la Historia y el Derecho de Europa, el cual marcó inexorablemente, junto con la Revolución Francesa, el inicio de la Edad Contemporanea y cuya huella quedó muy marcada en los acontecimientos que se produjeron tanto en su periodo de gobierno como tras su caída en Waterloo. Napoleón fue pues un personaje que, afortunadamente para algunas cosas y desgraciadamente para otras, solo aparecen una vez en la Historia.