En el año 2009 salió una película protagonizada por el gran Tommy Lee Jones titulada "En el centro de la tormenta". El título de esta película viene como anillo al dedo para describir la situación que se está viviendo en España en estos momentos y que nada indica que vaya a calmarse, sino todo lo contrario. Con la visita ayer de Zelensky a Madrid, donde Pedro Sánchez ha reforzado el apoyo económico y bélico a la guerra de Ucrania, y con el reconocimiento en el día de hoy del Estado de Palestina por parte del propio Sánchez, España se encuentra en una situación a nivel internacional bastante compleja que veremos a ver cómo va a acabar.
Y a no perder de vista la crisis diplomática creada hace unos días con la Argentina de Milei, la cual sigue activa y que amenaza con perpetuarse sine die. Y todo ello mientras hoy se ha conocido, tras levantarse el secreto de sumario, que Begoña Gómez lleva imputada desde hace un mes, concretamente desde el 16 de abril. Esta imputación (O investigación como desde hace unos años se denomina gracias a una reforma producida por el gobierno de Rajoy) provoca que por primera vez la mujer de un presidente del gobierno es imputada mientras su marido está en la Moncloa.
Un presidente del gobierno que llegó al cargo gracias a una moción de censura que denunciaba los escándalos de corrupción del PP de Mariano Rajoy y que ahora se convierte en el primer presidente cuyos familiares están siendo imputados e investigados por tráfico de influencias. Sin ir más lejos, el sindicato Manos Límpias ha denunciado hoy también al hermano de Pedro Sánchez por fraude y malversación.
Pero vayamos por partes, ayer se produjo la llegada de Zelensky a España, donde fue recibido con todos los honores por parte de Sánchez y el rey, que incluso fue a recogerlo al aeropuerto. Todo un detalle hacia el presidente ucraniano. Después Sánchez firmó con Zelensky un acuerdo por el cual España se compromete a suministrar durante un periodo de diez años ayuda militar a Ucrania. Solo para este año esa ayuda es de 1.300 millones de euros, lo cual indica que el dinero para los próximos años será igual o mayor aún. Y es que para eso precisamente vino Zelensky a España ayer, para pedir, que es lo único que sabe hacer aparte de actuar.
Este sujeto, el cual está enriqueciéndose ilícitamente gracias a la guerra que hay abierta desde hace dos años entre su país y la Rusia de Putin, no tiene otro objetivo que el de prolongar la guerra de Ucrania para seguir teniendo la excusa perfecta con la que exigir dinero a todos los países de nuestro entorno en pos de su causa, la cual va directa a su bolsillo, como es obvio. Y Sánchez va y como buen dueño del Estado que se cree, cede lo que no es suyo. En este caso más de 1.000 millones hacia una "causa" en la que nadie nos ha llamado. Por cierto, tras esta visita a España por parte de Zelensky ya ha salido Putin advirtiendo a los países europeos de "Las graves consecuencias" que tendrá este apoyo a Ucrania. Obviamente, este anuncio va dirigido, entre otros, a nosotros.
Hoy, por su parte, y como ya había anticipado Sánchez desde hace días, ya hemos tenido la guinda del pastel, que ha sido el reconocimiento del Estado de Palestina con las fronteras previas a 1967. Una declaración donde el presidente del gobierno ha salido hoy a las ocho y media de la mañana para hacer según él "Una declaración de gran trascendencia nacional e internacional". Y yo me pregunto ¿Qué trascendencia tiene para los intereses generales de España este reconocimiento?, y por otro lado ¿Acaso cree él que su reconocimiento lo está siguiendo en vivo y en directo todo el mundo?
Los delirios de grandeza de este peligroso sujeto son impresionantes, creyéndose cada día más que es un ser divino en la tierra cuya misión debe cumplir cueste lo que cueste. Pues bien, junto al reconocimiento por parte de Sánchez se ha producido a la misma vez esta misma declaración por parte de Noruega e Irlanda, aunque éstos lo han hecho con menos pomposidad que nuestro "querido" presidente.
Este reconocimiento no ha tardado en ser respondido por parte de Israel, los cuales han advertido de las consecuencias que esta declaración tendrá para España y han asegurado que "Sánchez es cómplice de crímenes de guerra y de genocidio contra el pueblo judio". La cosa parece que se va calentando por momentos y todo parece indicar, insisto, en que no va a acabar nada bien... para España, claro; aunque eso a Sánchez le da exactamente igual. Un Sánchez que se va creciendo conforme pasan los días y que se cree ya directamente un líder mundial a la altura de un presidente de Estados Unidos, con capacidad para intervenir en un conflicto bélico al cual es ajeno España. La tensión parece que no va a disminuir sino que con este reconocimiento va a ir a más conforme pasen los días, las semanas y los meses.
Con la decisión personal de intervenir de lleno en este asunto, Sánchez ha metido a España en un lío de mil pares de cojones y ha situado a España en una posición internacional que es en alguna forma equiparable, salvando las distancias, con la situación de hace veinte años, cuando Aznar respaldó explícitamente la guerra de Irak. Una postura que España pagó cara al año siguiente, aunque obviamente no por la guerra de Irak como tal, sino por la posición que España adoptó en primera fila durante aquel tiempo y que, como ya he comentado en otras entradas, molestó a más de un país vecino.
Esperemos que la situación no vaya a más, pero ya es sabido que cuando un presidente o primer ministro se cree el centro de atención mundial interviniendo en conflictos bélicos ajenos con el fin de figurar su nombre en los anales de la Historia, las consecuencias para su país son por desgracia devastadoras. Basta con remontarse al laborista británico Tony Blair, un tipo cuyo país pagó bastante caro la intervención en conflictos bélicos durante su mandato, como fueron la intervención militar en Irak, Afganistán o la de Yugoslavia unos años antes. Esperemos, por el bien de nuestro país, que no haya consecuencias por los caprichos personales de un psicópata que cree y quiere ser el centro de atención mundial.
Pero por si no teníamos bastante con todo lo anterior, la crisis diplomática con Argentina no parece que vaya a mejorar tampoco, sino todo lo contrario. Ante las continuas descalificaciones personales contra Milei, el presidente argentino parece que ya no se calla y habla abiertamente desde su país sobre la corrupción que rodea a Pedro Sánchez y a su mujer. Parece ser que la retirada de la embajadora española en Buenos Aires va para largo, y que el conflicto diplomático provocado, insisto, por miembros del gobierno de España ha llegado ya a un nivel que solo acabará cuando Sánchez o Milei acaben fuera del poder. Y obviamente Sánchez no tiene ningún interés en abandonar el poder, por lo que solo la vuelta al gobierno argentino de la izquierda totalitaria peronista con algún títere de Kirchner al frente podrá apaciguar la situación.
Como se puede ver, en la España de Sánchez solo tienen cabida las relaciones con aquellos países que solo son del perfil ideológico del PSOE. Todo lo demás es, según ellos, luchar contra gobiernos ultraderechistas. Y con esta política exterior se encuentra en estos momentos esta decadente España de Sánchez y del PSOE, una política basada en crear enemigos por todos los continentes contra nuestro país sin importar lo más mínimo las consecuencias.
Pero aquí no acaba el asunto, ya que hoy precisamente, y tras haberse levantado el secreto de sumario, se ha podido saber que Begoña Gómez está imputada (O investigada, según la reforma que en su día hizo Rajoy) desde mediados de abril de este año. Una imputación/investigación que confirma que cuando Sánchez decidió tomarse unos días de reflexión ya se sabía desde Moncloa la decisión del juez, lo cual corrobora la idea de que el espectáculo realizado por el jefe del ejecutivo fue una maniobra para lavar su imagen y la de su mujer con el conocimiento de todo lo que estaba por venir desde las instancias judiciales y que se ha sabido hoy.
De momento ya hay algunos imbéciles afirmando que con esta decisión judicial, Sánchez no tendrá más remedio que dimitir o convocar elecciones anticipadas para este año. Sigue sin enterarse de nada el personal. Pedro Sánchez no va a dimitir ni a convocar elecciones generales bajo ningún concepto, ya que su única forma de vida es la política, y la política ejercida desde el poder, no desde otro puesto. Por ello ya se puede ir olvidando el personal cuando se cree que Sánchez ya está amortizado por esto. Si Begoña Gómez es enjuiciada y finalmente condenada (Escenario que dudo), Sánchez estaría dispuesto a divorciarse de su mujer antes que dejar el poder, como ya dije hace unos meses.
Lo hemos visto en todas y cada una de las situaciones a las que se ha enfrentado en estos seis años de gobierno este peligroso sujeto. Pedro Sánchez es capaz de todo con tal de permanecer en la Moncloa, y una imputación/investigación contra su mujer e incluso su posible condena no llevaría a éste a asumir su responsabilidad bajo ningún concepto, por mucho que desde algunos sectores exigiesen, y con toda la razón del mundo, su dimisión.
Y es que si algo ha quedado demostrado con todo esto es que Sánchez llegó al gobierno no como consecuencia de una moción de censura basada en la corrupción que por entonces afectaba de lleno al PP de Mariano Rajoy, sino que se excusó en la corrupción de éstos para llegar al poder y establecer su propio sistema de corrupción. Ya se ha visto hoy cuando desde el sindicato Manos Limpias han anunciado una denuncia contra el hermano de Pedro Sánchez por delitos de fraude y malversación como consecuencia de sus supuestos fraudes a Hacienda a la hora de residir en Portugal mientras figura como funcionario en la Diputación de Badajoz.
Esta denuncia se ha presentado pocas horas después de conocerse los contratos públicos recibidos por el hermano del presidente del gobierno solo un par de días después de que éste asumiese el cargo, lo cual demuestra que las primeras horas y días de Sánchez en la Moncloa fueron para colocar a sus familiares y colmarlos de subvenciones públicas. Como se puede ver, la familia de Pedro Sánchez ha salido muy favorecida desde la llegada de éste a la presidencia del gobierno. Pero lo más preocupante de todo es que, en esta España en decadencia, esto no suponga absolutamente nada ni tenga ninguna consecuencia política. Como ya he dicho, queda Sánchez para rato, para desgracia nuestra.
Y a todo este escenario de conflictos con países extranjeros e intervenciones en escenarios que nos son ajenos hay que sumarle mañana la aprobación definitiva de la Ley de Amnistía, la cual tendrá que entrar en vigor antes de mediados de junio, lo cual puede provocar el remate final a esta situación decadente que llevamos tiempo padeciendo. Pero obviamente aquí no pasará nada, como siempre ocurre en nuestro país.
Por todo esto Sánchez puede dormir tranquilo, ya que la revolución no llamará a la Moncloa pase lo que pase. Y lo mismo se le puede decir al rey, el cual puede estar tranquilo a la hora de estampar su firma en la Ley de Amnistía ya que para eso tendrá a sus queridos peperos y voxeros cuando acudan a respaldar a esta institución, la cual es la columna vertebral de este corrompido sistema que nos ha traido hasta aquí.