En un principio el título con el que iba a rotular esta entrada de hoy iba a ser "la legislatura hace aguas", pero visto lo ocurrido hoy, junto con lo que llevamos viendo en los últimos días, me hace replantearme el título cuando ya estoy escribiendo la entrada en sí. Y es que la situación en la que nos encontramos no es ya la de una legislatura que hace aguas, sino la de un país que hace aguas por todas partes tanto en lo que respecta a la trama Koldo como en lo que respecta a la tramitación de la Ley de Amnistía. La gravedad de la situación empeora por momentos y todo parece indicar que es solo el principio.
La gravedad de las noticias sobre el escándalo Koldo, en donde la trama ha pasado de centrarse del ex ministro de Transportes, José Luis Ábalos, a la propia presidenta del Congreso, Francina Armengol, a los ministros Ángel Victor Torres y Óscar Puente, el ex ministro de Sanidad, Salvador Illa, a la vicepresidenta María Jesús Montero, etc. Personajes que ya mencioné en la última entrada y que el escándalo les salpicaba de refilón pero que ahora están situados plenamente en el centro de la trama de los negocios ilegales con las mascarillas del COVID, a tenor de las últimas publicaciones que los implica de forma directa.
Pero lo peor es que esto no queda aquí. Las últimas informaciones comienzan a destapar un caso en el que Koldo García, Victor de Aldama (otro de los comisionistas de la trama) y muchos otros implicados más serían solo los mediadores en una trama muchísimo más extensa, la cual salpicaría incluso a la Venezuela de Maduro a través de su vicepresidenta Delcy Rodríguez y su famosa reunión secreta con Ábalos en el aeropuerto de Madrid en 2020 (reunión a la que parece ser que acudió el propio Aldama), e incluso a la propia Begoña Gómez (esposa de Pedro Sánchez) en el sospechoso papel patrocinador que habría jugado en su momento con el grupo Globalia, y concretamente, en el rescate a la empresa de aerolíneas, Air Europa.
En definitiva, todo un escándalo de corrupción que promete ser de lejos el escándalo de corrupción más grave al que se haya enfrentado un gobierno y un partido político en estos cuarenta años desde la instauración de la Constitución de 1978 (y será porque no hemos visto ya demasiada corrupción a lo largo de estas últimas décadas). Un escándalo de corrupción que dejaría en pañales los peores escándalos de la época de Felipe González y, no hablemos ya, dejaría en un mero chiste los escándalos de corrupción del PP de Mariano Rajoy, motivo principal por el que el actual gobierno del PSOE de Pedro Sánchez está en la Moncloa desde hace ya seis años, para ironía de todos.
En lo que respecta a la parte que atañe a Begoña Gómez, el PP ya ha dejado caer que pedirá su comparecencia en una comisión de investigación en el Senado donde podrían ser citados también otros implicados en el caso Koldo. Y es que no tiene sentido que Begoña Gómez actuase en el rescate llevado a cabo por el gobierno hacia Air Europa sin el consentimiento y/o conocimiento del propio Pedro Sánchez, lo cual pondría aun más en la diana al presidente del gobierno. Pero la cosa va muchísimo más allá, ya que el enlace del caso Koldo con el conocido en su momento Delcygate (en el que la vicepresidenta venezolana estuvo en el aeropuerto de Madrid, donde se entrevistó con el propio Ábalos) hace sospechar que detrás de toda esta trama orquestada desde el seno del PSOE y del gobierno de Sánchez, habría también implicados sujetos a nivel internacional dentro de una red de tráfico de influencias a nivel, no ya nacional, sino internacional.
Y todo esto mientras la presidenta del Congreso, Francina Armengol, se niega tajantemente a dimitir tras salir más información que la incluye de lleno en los negocios de las mascarillas procedentes de la trama Koldo, siendo ella en aquel momento presidenta de las Islas Baleares. Y sin dejar atrás el papel jugado por el ex ministro Illa en la trama, el cual jugó también un papel relevante a la hora de lucrarse con la venta de las mascarillas. En definitiva, toda una organización criminal que obviamente no actuaría sin la aprobación del que algunos implicados denominan "el superjefe", que no es otro que el propio Pedro Sánchez, obviamente. Un caso de corrupción a niveles nunca antes visto en España en el que el actual jefe del gobierno sería el cabeza de una mafia criminal cuyos negocios se extenderían incluso a Hispanoamérica, a tenor de lo publicado sobre Venezuela. Un caso el de Venezuela en el que algunos hablan ya también de la implicación del ex presidente del gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero en estos oscuros negocios entre la trama Koldo y Caracas.
En definitiva, esta situación parece ser solo la punta del iceberg, y todo parece indicar que es solo el principio de información sobre una trama mucho más profunda, compleja y extendida que irá saliendo a la luz a medida que avancen los días, las semanas y los meses. Veremos a ver en qué queda esto, ya que a nivel nacional está de momento implicado los máximos responsables del PSOE, la mitad del gobierno e incluso la familia del propio presidente Sánchez, lo cual confirma que todos los caminos de esta trama criminal conducen a la Moncloa. Una Moncloa que Sánchez no está dispuesto a dejar ni a tiros. De hecho algunos ya hacen bromas indicando que si el escándalo sigue salpicando a la propia Begoña conforme vayan saliendo las próximas informaciones, Sánchez se divorciaría antes que dimitir y dejar el gobierno. Una broma que indica la situación tan degradante y vomitiva en la que se encuentra el país.
Pero aquí no queda la cosa, ya que hoy la comisión de Justicia del Congreso ha aprobado el trámite de la Ley de Amnistia, la cual ha sido modificada después de que el Congreso rechazase, con los votos de Junts precisamente, su tramitación al Senado al no ver éstos garantías suficientes en la ley para el propio Puigdemont y demás fugados en estos momentos. Un Puigdemont que, según ha anunciado hoy Jordi Turull, volverá a España en julio para presentarse a las próximas elecciones catalanas, una vez que se haya aprobado la ley. Una aprobación que sinceramente, y para disgusto de los socialistas y separatistas, dudo muchísimo que vaya a producirse finalmente, ya que la situación cada vez es más insostenible y si ya era degradante el proyecto inicial de la ley, lo reformado y aprobado este mediodía (que se ha dado a conocer hoy también) supone toda una aberración jurídica que no hay por donde cogerla.
Y es que lo aprobado hoy no hace mención alguna a la legislación española (concretamente al Código Penal), sino que tiene como límite las directrices y convenios procedentes de la Unión Europea, verdadero escollo del gobierno y de los independentistas a la hora de sacar adelante la ley. El nuevo texto amplía de esta forma la amnistía a los implicados separatistas en delitos de terrorismo al no hacer mención expresa de lo estipulado en el Código Penal y remitirse a lo estipulado en el Derecho Europeo (el cual deja el concepto de terrorismo sin definir). Incluye a su vez los delitos de alta traición y los de malversación y amplia el inicio de la amnistía a noviembre de 2011, periodo en el que la todavía Convergencia de Artur Mas se reunía para ir planificando ya el procés. Unas reuniones a las que acudieron los propios hijos de Jordi Pujol, con lo cual éstos podrían verse beneficiados también de la amnistía si finalmente ésta se llegase a aprobar.
Algunos decían hace meses, en tono de broma también, que a este paso acabarían siendo amnistiados hasta los hijos de Pujol. Lo que en su momento se decía en tono de broma acaba de hacerse realidad hoy. Y es que la debilidad del gobierno es tal que Puigdemont ha claudicado más aun de lo que ya había hecho. Parece ser que la idea que vendió el gobierno en enero tras ser rechazada la Proposición de Ley en el Congreso era una trola más de la que ya nos tienen acostumbrados. El hecho de que el PSOE se negase en su momento a modificar la ley era porque las elecciones gallegas estaban entonces a la vuelta de la esquina, con lo cual no era muy conveniente electoralmente que el gobierno se declarase abierto a modificar íntegramente a gusto de los independentistas.
Solo hay que ver la satisfacción de los miembros de Junts o ERC hoy. La propia Miriam Nogueras ha indicado que esta vez sí, la ley amnistía de forma íntegra y completa a todos los implicados en el procés catalán, lo cual indica que Sánchez no se ha bajado ya los pantalones y los calzoncillos, sino que se los ha arrancado de un plumazo y los ha tirado por la ventana de motu propio. Todo vale con tal de permanecer en la Moncloa, aunque sean unos meses más. De momento Sánchez necesita como agua de mayo la aprobación de la Ley de Amnistía para, de esta forma, recibir a cambio el apoyo de Junts, ERC, Bildu, PNV, BNG, etc a los Presupuestos Generales del Estado. De esta forma Sánchez ganaría algo de tiempo, aunque los independentistas ya han indicado que el hecho de que la ley salga adelante no implica bajo ningún concepto que ellos vayan a apoyar los presupuestos, lo cual indica que, de ser así, los independentistas van a exigirle a Sánchez una nueva ronda de cesiones de aquí a pocas semanas. Quizás los separatistas aprovechen ya la debilidad extrema en la que se encuentra Sánchez por la trama en su ejecutivo y en su partido para exigirle directamente el referéndum de independencia antes de que la corrupción del caso Koldo se pueda llevar por delante al presidente del gobierno.
Por ello si lo que cree Sánchez es que una vez que se apruebe la Ley de Amnistía, Puigdemont va a quedarse satisfecho y lo va a dejar tranquilo durante una temporada, se equivoca. De hecho el propio Puigdemont ha advertido ya que una vez aprobada la amnistía se activará de nuevo el modelo unilateral para ir a la independencia, lo cual indica que la cosa no va a ir sino a peor conforme pasen los meses. Por un lado también hay que destacar algo que pocos han tenido en cuenta cuando el Tribunal Supremo abrió hace poco una causa penal a Puigdemont por terrorismo, y es que de aquí a que la ley se apruebe (si es que se aprueba, insisto), el Tribunal Supremo puede en cualquier momento solicitar a Bélgica o a cualquier país de nuestro entorno europeo la extradición de Puigdemont por delitos de terrorismo.
Según la legislación europea, en ese supuesto, el país que albergue a Carles Puigdemont (que en este caso es Bélgica), estaría obligado a traer a España al ex presidente catalán. Una situación que no habría que descartar en absoluto y que complicaría aun más la delicada situación tanto de Puigdemont a nivel judicial como la del propio Sánchez a nivel político. Está claro pues que aún con esa reforma, Puigdemont no tiene todas las garantías de quedar amnistiado de todos sus delitos, ya que a partir de ahora la Justicia podría imputarle nuevamente otro delito por alguna causa que haya quedado excluída de la ley y que ni el gobierno del PSOE ni los separatistas habrían tenido en cuenta a la hora de hacer esta reforma.
Por otro lado está la cuestión sobre los hijos de Pujol al adelantar la ley el inicio del momento en el que se verán beneficiados los implicados en la cuestión independentista. Con la nueva reforma aprobada hoy, el momento en el que se aplicaría la amnistía sería a partir del 1 de noviembre de 2011, fecha en la que, como ya he dicho antes, los hijos de Pujol se reunían con la directiva de la entonces Convergencia para iniciar el procés catalán. Una excusa estúpida que solo sirve para que los tres hijos de Jordi Pujol se vean beneficiados de esta amnistía a la que hasta ahora habían quedado excluídos. Eso por una parte, por otra está la cuestión de la malversación, que queda amnistiada a menos que dicha malversación se haya producido con el objetivo de lucrarse personalmente. No cabe duda que tanto los socialistas como los independentistas son unos cachondos, ya que una malversación de caudales públicos hacia terceros es menos graves que una malversación a título personal. Parece ser que para estos tipos, la corrupción política se puede medir con múltiples varas, según quién sea el ejecutor y según para qué fin haya realizado dicha malversación.
En definitiva, el PSOE sigue adelante en su proceso imparable de calcinar el país aministiando a todo lo que se le mueva por delante; todo con tal de tener contento y feliz a Puigdemont y garantizarse, aunque sean unos meses más, la permanencia en el poder. Todo ello mientras el propio PSOE es acechado cada vez más por la corrupción que ellos mismos amnistían y que ya ha quedado confirmado que se trata de algo más que una trama de corrupción política a nivel nacional para enriquecerse a costa de las desgracias del COVID, lo cual ya era lo suficientemente gravísimo como para que el gobierno hubiese dimitido en pleno hace semanas. Estamos pues ante una trama política y empresarial que va más allá de las fronteras de España y de la que todavía no sabemos ni el 25%. La situación nacional se descompone por días mientras el PSOE de Pedro Sánchez sigue echando balones fuera erigiéndose ellos mismos como los garantes y responsables de la limpieza de la corrupción en las instituciones.
La misma corrupción que, como ya he dicho antes, ellos acuerdan amnistiar a la vez con aquellos que les sustentan en el poder. Una situación de legitimidad y amparo de la corrupción como nunca antes se había visto en España, y mira que hemos visto cosas en todos estos años. Veremos pues qué ocurre de aquí a una semana, cuando está previsto que el Congreso vote en el pleno la Ley de Amnistía; pero con toda seguridad la Justicia no se va a quedar de brazos cruzados, con lo que es bastante probable que la reforma aprobada hoy quede de nuevo en saco roto, con lo que el PSOE y los separatistas volverán al punto cero y a renegociar de nuevo. En definitiva, el cuento de nunca acabar en la que de no conseguir tanto el PSOE como Junts y ERC la puñetera amnistía, la situación acabará muy mal, y si finalmente consiguen aprobarla, acabará peor.
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