domingo, 17 de marzo de 2024

Eduardo VIII: Una abdicación política


Debido a toda la polémica que lleva rodeando a la familia real británica desde comienzos de año (los rumores de divorcio inminente entre los príncipes de Gales, el extraño caso que rodea el estado de salud de la propia Kate Middleton, la enfermedad del rey Carlos III, etc) he estado reflexionando sobre un caso que nunca he comentado en este blog y que afecta directamente a los Windsor. Me refiero al caso de la polémica y controvertida abdicación del rey Eduardo VIII en diciembre de 1936. Un caso bastante extraño y enigmático del cual los británicos, y en especial la propia familia real británica, prefieren pasar por alto y no hacer mucho hincapié sobre este asunto.

Y es que los ingleses no son muy dados a airear los sucesos de la Historia que no le son favorables. Un ejemplo de ello es cómo la Historia ha tapado, o infravalorado en cierta forma, la Revolución Inglesa de 1642, la cual acabaría temporalmente con la Monarquía de Carlos I (el cual fue decapitado) y la posterior instauración de la República con Oliver Cromwell como Lord Protector. Una historia que ya comenté en marzo de 2018 y que al recordarla aprovecho para reafirmarme en que para los británicos les resulta más útil meter debajo de la alfombra los sucesos históricos que no le son propicios. Obviamente los que sí le son favorables no tardan en extenderlos por todo el mundo, como es la figura de Winston Churchill, la gloria del Imperio Británico con la reina Victoria a la cabeza, la propia victoria de Reino Unido sobre las potencias del Eje en la II Guerra Mundial, etc.

Sin embargo sobre la historia de Eduardo VIII y su abdicación se ha hablado, sí, pero siempre de una forma un tanto edulcorada. En estos casi noventa años que han transcurrido desde la abdicación se ha venido diciendo que los motivos por los que el joven y controvertido rey renunció al trono británico, y de esta forma a la Jefatura del Estado de una quincena de países más, no fue otro que el hecho de que el monarca (el cual ya tenía fama de mujeriego desde sus años como príncipe de Gales) quería casarse con su por entonces amante, la americana Wallis Simpson. Una mujer de reputación bastante dudosa, la cual se había divorciado en dos ocasiones de los dos matrimonios que había tenido anteriormente y que, a pesar de su nulo atractivo físico, gozaba de una fama sexual bastante extendida.

Obviamente este no era el tipo de mujer que la Casa Real británica, ni la Iglesia anglosajona, ni el gobierno británico ni el propio Reino Unido, así como los países y gobiernos de los demás países bajo el dominio de la Corona inglesa querían como reina consorte del todavía Imperio Británico. Lo demás ya es conocido por todos: la Casa Real, los distintos gobiernos de los distintos países de la Corona liderados por el gobierno británico y la Iglesia Anglicana presionó para que Eduardo renunciase a casarse con Simpson o directamente abdicase, optando el monarca inglés por este último escenario tras solo doce meses de su proclamación como rey en enero de 1936.

Hasta aquí la versión oficial, pero ¿Y si no es verdad lo que nos han contado? No hay que olvidar que estamos hablando de la Monarquía británica. Una Monarquía que por entonces era, y sigue siendo en la actualidad, una institución que ejerce la Jefatura del Estado de quince países. Una cuarta parte del mundo regida por una familia y por su titular, el cual por muy reducidos poderes que tenga no deja de ser un Jefe de Estado de gran relevancia mundial, a la altura de los presidentes de Estados Unidos, Rusia, China o incluso el propio Papa. La Corona británica es pues una institución muy importante a nivel mundial, la cual no es solo pomposidad y simbolismo, sino una institución de altísimo nivel que juega un papel importante en la escena política internacional, a pesar de su mera y aparente figura representativa y simbólica.

De siempre se rumoreó que la abdicación de Eduardo VIII vino influenciada por las relaciones de éste con el régimen nacionalsocialista de Hitler. No es ningún secreto que el monarca británico sentía simpatía por el führer alemán, al cual definió como "un buen tipo", y que incluso se identificó como simpatizante del movimiento nazi. De hecho la propia Wallis Simpson también tenía una relación estrecha con altos dirigentes del nazismo. El propio Adolf Hitler llegó a decir tras una visita de Eduardo y Wallis al líder alemán tras la abdicación del monarca británico, que la propia Simpson "habría sido una gran reina para Inglaterra". Esto, sumado a las fotografías de la pareja real con el dictador alemán y la declaraciones sobre éste por parte del monarca y la propia Simpson, hicieron que la familia real británica y Downing Street vetase la presencia de ambos en Reino Unido.

La abdicación de diciembre de 1936 es pues el desenlace de una situación que ya venía arrastrándose desde hacía tiempo. En mi opinión lo que acaba con el reinado de Eduardo VIII no es ni muchísimo menos el caso Simpson, sino las simpatías que el propio monarca sentía hacia el nacionalsocialismo alemán. En 1936, Hitler ya era una amenaza para los países de Europa, y el hecho de tener a un Jefe del Estado británico aliado de la causa nazi era inimaginable para el sistema británico. Si Eduardo no hubiese abdicado y la II Guerra Mundial hubiese estallado con él al frente del trono, quizás la postura desde Buckingman hubiese sido la de posicionarse al lado de Alemania, lo cual hubiese creado un conflicto geopolítico de grandes dimensiones con respecto a los Aliados y el posterior transcurso y desenlace de la guerra. Había pues muchísimo en juego y el establishment anglosajón no podía permitir que la democracia liberal, la Monarquía británica, y con ello el resto de países bajo su dominio, se posicionasen al lado de un régimen totalitario.

Es pues cuando se pone en marcha la operación para forzar la abdicación del rey, y el caso Simpson les viene a algunos como anillo al dedo a la hora de exponerlo como excusa para que el rey abdique. El monarca británico, desde el Acta de Supremacía en tiempos de Enrique VIII, era, y sigue siendo a día de hoy, el Jefe Supremo de la Iglesia de Inglaterra, por lo que un matrimonio entre él y una divorciada no estaba bien visto. Esta fue la excusa perfecta que públicamente el gobierno del entonces primer ministro, Stanley Baldwin, afirmó sobre la conveniencia de que el rey renunciase al trono si quería seguir adelante en su relación con Wallis Simpson. 

Una Wallis Simpson que siempre se rumoreó (aunque nunca se llegó a confirmar) que era en realidad una espía secreta de la Alemania nazi, de ahí sus simpatías hacia el régimen de Hitler, lo cual oscurese aún más este asunto, ya que de haberse casado Eduardo VIII con Wallis Simpson en 1936 estaríamos hablando de una boda protagonizada por un monarca nazi y una espía secreta del nacionalsocialismo alemán. Este caso es, insisto, mucho más turbio de lo que siempre se ha comentado. No estamos hablando de una renuncia por amor, sino de una renuncia en la que había intereses políticos internacionales de por medio. De ahí la urgencia por parte del gobierno británico y de toda la clase política, económica, financiera, eclesiástica, etc por sacar cuanto antes al monarca del trono. 

Tras la abdicación en diciembre de 1936, Eduardo y Wallis Simpson sí pudieron casarse finalmente en 1937, pero ya alejado el ex monarca de la primera línea política y convertido en duque de Windsor por su hermano y sucesor, el rey Jorge VI (el famoso e inesperado rey tartamudo y padre de Isabel II). Eso no impidió que la pareja real siguiese manteniendo relaciones con Hitler y los demás altos cargos del Reich Alemán. De hecho fue el propio Hitler el que tras la abdicación diseñó un plan llamado "Operación Willi" con el objetivo de invadir Reino Unido y reinstaurar a Eduardo VIII como rey de Inglaterra bajo un régimen nazi, convirtiendo de esta forma a las islas británicas en un Estado satélite de la Alemania nacionalsocialista con el propio Eduardo como rey títere impuesto desde Berlín. Un plan con el que obviamente tanto el ex monarca británico como su mujer estaban de acuerdo.

Es por eso que ya en 1940, cuatro años después de la abdicación, el primer ministro Churchill y el rey Jorge VI, deciden mandar al duque de Windsor a las Bahamas como gobernador general (un cargo en donde el gobernador ejerce la representación del rey en ese territorio y asume allí las funciones propias del Jefe del Estado). Era la primera vez en la Historia que un ex rey británico que había abdicado era enviado posteriormente como gobernador y representante de su sucesor a una de sus colonias. Una colonía, en este caso la de las Bahamas, que no fue elegida por Buckingman y Downing Street al azar, ya que este territorio era uno de los que geográficamente se ubicaban más alejados de la Metrópolis londinense. 

De esta forma el rey Jorge VI y el primer ministro, Winston Churchill, querían mantener lo más alejado posible al ex monarca de Londres por si finalmente Hitler invadía Reino Unido y lo reinstauraba a éste en el trono. Solo un mes antes de la caída de Hitler en 1945 y viendo con ello que su regreso a Buckingman era ya imposible, Eduardo (el cual nunca guardó gran recuerdo de las Bahamas y de sus años al frente de las islas) renunció como gobernador general ese mismo año y se exilió junto con Wallis Simpson en Francia, donde acabaría falleciendo en 1972, proscrito por la familia real británica y dilapidado por la abdicación y sus simpatías con el régimen nazi. Al morir su tío, su sobrina, la reina Isabel II, dió su autorización para que Eduardo fuese enterrado en Windsor, pero sin funerales de Estados propios de un monarca.

De esta forma acaba una historia que, en mi opinión, no es la que nos han contado, ya que lo ocurrido en 1936 no fue el desenlace que tiene su origen en una historia de amor, sino que tiene un claro trasfondo político en todo esto. De haber sido así, ¿Por qué no se prohibió en 2005 el matrimonio entre los actuales reyes, Carlos y Camilla? El rey de Inglaterra sigue siendo el Jefe Supremo de la Iglesia, y aunque ya han pasado unas cuantas décadas de aquello, un rey no debería casarse con una mujer divorciada, ya sea Wallis Simpson, ya sea Camilla Parker Bowles. Y tampoco debe ser una excusa que el escenario del año 1936 no era el mismo que el del año 2005, ya que si por algo se caracteriza la Monarquía británica es por sus férreos principios y tradiciones.

En definitiva, esta historia fue la de un monarca que se vio forzado a dejar el poder como consecuencia de sus relaciones especiales con la Alemania de Hitler, algo que los ingleses prefieren no hondar en ello, como tampoco le gustan hacerlo con el gobierno pasivo de Neville Chamberlain y su tratado de paz con Hitler y Mussolini en 1937. El rey Jorge V, padre de Eduardo VIII y Jorge VI, afirmó que su hijo acabaría con la Monarquía británica en doce meses, el mismo tiempo que el polémico monarca estuvo en el trono. ¿Cómo habría sido la Historia de no haber abdicado? No lo sé, pero con toda seguridad la historia de la Monarquía británica, la de la II Guerra Mundial, la del propio Reino Unido y la del resto del mundo habría sido completamente distinta a la que finalmente se produjo.

sábado, 16 de marzo de 2024

La cabeza del rey Don Pedro


En Sevilla tenemos una calle en pleno casco histórico que se llama "Cabeza del rey Don Pedro". Este nombre viene dado por una curiosa leyenda situada en el centro de la ciudad durante el reinado de Pedro I "el justiciero". Según cuenta la leyenda, el rey Don Pedro retó a un duelo a un reconocido noble, el cual era enemigo suyo, teniendo lugar dicha lucha en una calle del casco histórico a plena noche. Pedro I dio muerte a su contrincante, pero he aquí que una señora que vivía en esa misma calle se asomó para ver lo que sucedía. Ésta, tras ver lo ocurrido se lo contó a un conocido suyo.

Mientras tanto, el asesinato se supo de forma inminente entre los sevillanos, llegando a oídos del padre del asesinado, el cual le pidió explicaciones al rey. El monarca, al recibirlo en audiencia, le prometió que si descubría al asesino de su hijo mandaría colgar su cabeza en un nicho en el mismo lugar del asesinato. El rey, creyendo sobradamente que la cosa no iba a llevar a ningún lado, emitió un dictamen en el que ofrecía una recompensa al que encontrase al individuo que había asesinado al noble. De esta forma el individuo que había escuchado a través de la señora el relato del duelo se personó en palacio y solicitó audiencia ante el rey. Cuando Don Pedro lo recibió y le pidió el nombre, el individuo pidió al rey que lo acompañase y lo llevó ante un espejo.

Cuando el sujeto le dijo al monarca, una vez ubicado éste frente al espejo, que ése que se veía reflejado en el espejo era el asesino, el rey le reconoció la verdad y le dio su recompensa, no sin antes amenazar al sujeto con ser ahorcado por si éste se iba de la lengua y confesaba públicamente quién había sido el autor. Tras llegar a oídos que se había encontrado al asesino, el padre de la víctima exigió al rey Don Pedro que cumpliese su palabra de exponer la cabeza del asesino. El rey accedió y ordenó exponer la cabeza del culpable en el lugar del asesinato; eso sí, metida en un cajón y guardada entre rejas para que nadie pudiese abrirla. Años más tarde el rey Don Pedro murió y cuando tiempo después se decidió abrir el cajón para saber quién era finalmente el asesino del noble, el personal se encontró con una cabeza de piedra del propio Don Pedro.

Esa cabeza de piedra a día de hoy sigue expuesta en la calle sevillana donde sucedió el asesinato y que ahora tiene el nombre de "Cabeza del rey Don Pedro". Una historia bastante curiosa que demuestra cómo un gobernante vacila a todo el mundo burlando la ley y jugando con las promesas realizadas. Esa fue la historia del rey Don Pedro y algo parecido sucede en pleno 2024 con el actual presidente del gobierno y tocayo del célebre monarca, Pedro Sánchez. Un tipo que de igual forma burla la ley y juega con sus promesas y cuya cabeza política parece estar en estos momentos más en peligro que nunca, a tenor de las circunstancias que estamos viviendo en las últimas semanas, y sobre todo, en los últimos días.

Y es que con las informaciones aparecidas recientemente se confirma que la situación que vive España se agrava por momentos. Tras los inumerables casos de corrupción que afectan al PSOE y que ya alcanzan, como dije en mi última entrada, directamente al propio entorno familiar de Pedro Sánchez a través de su mujer, Begoña Gómez, la situación se ha complicado aun más cuando hoy se ha hecho público que, antes del rescate que aprobó el gobierno de la aerolínea, Air Europa le ofreció a la esposa del presidente del gobierno 40.000 euros anuales, aparte de 15.000 euros en transportes de primera clase para ella y el equipo de la fundación de la que la propia Begoña Gómez era directora. 

Una noticia que pone entre la espada y la pared al propio Sánchez y señora, y que como se puede ver, las informaciones hasta ahora aparecidas sobre el caso de Air Europa parece que solo son el principio de algo mucho más grave que amenaza con llevarse por delante al propio presidente del gobierno. Pero aquí no acaban los problemas para Pedro Sánchez, ya que el pasado miércoles el Parlamento catalán rechazó los presupuestos de la Generalitat catalana, lo que ha llevado al presidente Pere Aragonés ha convocar elecciones anticipadas en Cataluña el próximo 12 de mayo.

Y es que siguiendo lo establecido en la Ley de Murphy, de la cual soy un defensor acérrimo, cuando las cosas parecen no poder empeorar más, acaban empeorando. Por si no tuviésemos bastante con la situación de corrupción institucionalizada que vive España con el gobierno del PSOE, la inestabilidad nacional se fragiliza aun más con esta nueva convocatoria electoral que tendrá lugar dentro de un par de meses (antes del 12 de mayo deben de votar los vascos en las elecciones regionales que ha convocado Urkullu para el 21 de abril). Una convocatoria electoral que será a cara de perro entre los independentistas y que se producirá cuando el trámite parlamentario sobre la Ley de Amnistía esté casi finalizando (si es que acaba por aprobarse definitivamente). 

Tal va a ser el escenario a cara de perro entre los independentistas que hoy se ha publicado que el propio Puigdemont quiere ser candidato a la generalitat y venir a España, con el objetivo de ser detenido y reventar la campaña electoral. Algo que personalmente no creo que suceda, ya que no veo a Puigdemont pegándose un Froilán (un tiro en el pie) y regresando a España antes de que la amnistía entre en vigor, ya que hasta última hora no se sabe lo que puede ocurrir, incluso cuando la amnistía estuviese ya aprobada, sancionada por el rey y publicada en el BOE.

Pero los comicios en Cataluña también han tenido ya su primera repercusión en toda España: el propio presidente Sánchez ha anunciado que debido a la convocatoria electoral catalana, el gobierno renuncia a presentar los Presupuestos Generales del Estado para este año y comienza a preparar ya los de 2025. Sinceramente debo confesar que nunca había visto nada tan repugnante e irresponsable a la vez. Es decir, si el Parlamento catalán rechaza los presupuestos catalanes, quien se queda sin presupuestos finalmente es el conjunto de España. Y todo porque el gobierno, incumpliendo gravemente su obligación establecida en la Constitución y en la Ley del Gobierno 50/1997, renuncia a presentar unos presupuestos estatales por el mero hecho de que no le conviene personalmente al presidente del gobierno, ya que probablemente los independentistas tumbarían los presupuestos y Sánchez se vería abocado a convocar elecciones anticipadas este mismo año. Surrealista.

Pero en lo que no parece haber caído Sánchez (o a lo mejor sí) es que si por H o por B la situación en Cataluña se vuelve insostenible y los catalanes se ven obligados a ir a las urnas de nuevo en 2025, ¿Prorrogará Sánchez los presupuestos del 2023 también en el año 2025? y si hay elecciones de nuevo en 2026, ¿Los prorrogará hasta el año 2027, o mejor aún, hasta el 2028? Sánchez pasa ya absolutamente de todo y de todos, y se conforma con seguir como presidente de un gobierno prácticamente en funciones, el cual no puede aprobar los presupuestos. Pero eso al jefe del gobierno le dá exáctamente igual. Él lo que quiere es seguir como presidente, aunque sea en funciones. Su único objetivo sigue siendo permanecer en el poder y dormir en la Moncloa, aunque esto deje al país sin nuevos presupuestos sine die. Insisto, esto es una tomadura de pelo constante a la población; y lo gracioso (si es que se puede utilizar este término en estas circunstancias) es que al personal le es practicamente indiferente. Como digo una y otra vez, nos merecemos todo lo que nos pase como sociedad.

Pero lo peor no es que el gobierno pase sin más de elaborar los presupuestos, lo cual es ya bastante grave; lo peor es que la oposición se quede de brazos cruzados mientras el gobierno se niega a llevar a las Cortes una Ley Orgánica cuya elaboración y posterior tramitación parlamentaria es de obligado cumplimiento, como son los presupuestos estatales. Pero eso a la oposición también le dá exáctamente igual, ya que todos los partidos son el mismo estiercol pero con diferentes nombres, y en lo último en lo que piensan son en los intereses generales del país y en el cumplimiento de la Ley. Y cuando me refiero a todos digo a todos. Que nadie se crea que aquí hay algún partido, con representación parlamentaria o sin ella, nuevo o viejo, que tiene la solución para acabar con toda la mierda que llevamos cosechada. Esto no lo soluciona nadie, por mucho que algunos crean que con el pasivo Feijóo o con Abascal la situación mejorará. Y si alguien lo sigue creyendo después de lo ocurrido tras el 23-J es que no tiene ni puñetera idea del país en el que vive.

En lo que respecta a Sánchez, y dejando a un lado su situación personal por el escándalo que salpica a su mujer, la situación parece complicársele por momentos. Tiene ahora mismo tres citas electorales de aquí a junio: las del 21 de abril en el País Vasco, las del 12 de mayo en Cataluña y las del 9 de junio para el Parlamento Europeo. Tres comicios electorales ininterrumpidos (y que quede ahí la cosa, no vayamos a tener elecciones en otra comunidad autónoma, o incluso a nivel nacional, y acabemos en un proceso continuo de elecciones de aquí a finales de año). Aunque en la España ingobernable e inestable de Sánchez, todo es posible. El presidente del gobierno está en estos momentos en la cuerda floja tras este inesperado revés producido desde Barcelona.

Por si no tenía poco con las elecciones vascas (en las cuales tendrá que elegir si opta por pactar con Bildu o con el PNV) y con las elecciones europeas (donde se vaticina un batacazo electoral del PSOE a nivel nacional), las elecciones en Cataluña ponen al jefe del gobierno aun más contra las cuerdas y pone en jaque la legislatura. Y es que Sánchez lo tiene bastante crudo, ya que si el PSOE opta por Bildu o el PNV tras las elecciones del 21 de abril, el partido que quede repudiado puede retirarle su apoyo (o no). Y lo mismo sucede con Cataluña, ya que si el PSC decide apoyar a Junts o a ERC tras los comicios, el partido que quede fuera puede, como venganza, mandar la legislatura, y con ello a Sánchez, a paseo.
 
Por no hablar de lo que puede ocurrir si finalmente Puigdemont regresa a España y acaba siendo el candidato de Junts a la Generalitat, como hoy se ha filtrado a la prensa. Si esto se produce y, con independencia de que sea detenido al cruzar la frontera, Puigdemont acaba siendo reelegido presidente de la Generalitat, el pescado ya estaría servido. El regreso de Puigdemont a España (si finalmente la amnistía se aprueba), y su vuelta al gobierno catalán después de casi siete años provocaría con ello el retorno al escenario del año 2017. Un escenario, el de la unilateralidad, en el que el propio Puigdemont ha afirmado en público que hay que volver a poner en marcha cuando la amnistía entre en vigor.

El procés volvería al punto de inicio de hace siete años, pero esta vez con la ley amparando a los separatistas y sin que la Justicia pudiese hacer nada para frenar a los independentistas si éstos declaran nuevamente la independencia y la hacen efectiva. La situación pues parece que es cuestión de meses que explote. Y a no perder de vista lo que ocurra entre Bildu y el PNV, ya que éstos podrían directamente dejar a un lado al PSOE para pactar entre ellos y comenzar de esta forma el proceso independentista en el País Vasco, como algunos ya están advirtiendo.

Y mientras esto ocurre el gobierno se dedica a utilizar nuevamente a la Fiscalía para atacar a Isabel Díaz Ayuso a través de su novio, el cual defraudó cerca de 350.000 euros a Hacienda. Hoy se ha sabido que el propio Fiscal General del Estado fue el que dio la orden para que se hiciesen públicas las conversaciones entre el novio de Ayuso y la Fiscalía. Una demostración más de lo putrefacta que están todas las instituciones, sin exclusión alguna, y de recordarnos nuevamente aquello que dijo Sánchez hace unos años: "¿De quién depende la Fiscalía?". El caso del novio de Ayuso y sus fraudes a Hacienda es una forma más de contraatacar por parte del gobierno mientras éste se ve acorralado por el caso Koldo y el escándalo de Air Europa, con la implicación de la mujer de Sánchez y posterior rescate que el gobierno hizo en 2020 hacia la compañía. Un rescate que se aprobó en Consejo de Ministros y en el que Sánchez debió de haberse ausentado al estar implicada su señora, tal y como indica la Ley 3/2015 sobre los altos cargos de la Administración General del Estado. De hecho el PP ya ha denunciado a Sánchez ante la Oficina de Conflicto de Intereses, aunque obviamente esa denuncia no va a llegar a ningún lado, ya que de abrirse expediente administrativo contra Sánchez, la sanción contra el presidente del gobierno la debería tomar el propio Consejo de Ministros, con lo cual el chiste se cuenta solo.
 
Pero para evitar que se hable de la corrupción del PSOE, de los viajes constantes y sospechosos en el Falcon a la República Dominicana, así como de los oscuros negocios del propio Sánchez y señora, para eso ya está la corrupción que salpica al PP y, en este caso, al novio de Ayuso. Y es que el PP siempre se las apaña para sacarle a Sánchez las castañas de fuego cuando éste se siente más acorralado que nunca. Esta vez es con los fraudes a Hacienda de un tipo que es el novio de la actual presidenta de la Comunidad de Madrid pero que a su vez no lo conoce nadie. Eso sí, sus extrañas actividades tienen más importancia política que las actividades ilícitas que realiza la mujer del presidente del gobierno. Eso es coherencia y lo demás tonterías.

Y sin quitarle su mérito a la propia ministra de Hacienda, María Jesús Montero. Una sujeta que se dedica a dar información confidencial y personal cuatro horas antes de que la prensa afín al gobierno saque "en exclusiva" esa misma información posteriormente. Una información que está protegida por la Ley de Protección de Datos. Pero qué más dá eso también. Si el propio Cristobal Montoro ya hacía estas sucias e ilegales maniobras siendo ministro de Hacienda con el PP, ¿Por qué no lo va a hacer mi paisana, "la chiqui"? Total, aquí todos son impunes a la hora de vulnerar la Ley. Que se le pregunten al propio Sánchez cuando decida si se autosanciona por vulnerar la Ley (siempre y cuando la Oficina de Conflicto de Intereses le abra expediente administrativo, claro está).

En definitiva, esto es una continua broma de muy mal gusto en la que todos se están riendo a carcajadas de todo el personal. El propio Feijóo ha soltado el pasado viernes su particular chiste en el Congreso cuando se ha debatido y aprobado la Ley de Amnistía para su posterior tramitación al Senado. El líder del PP ha respondido a Patxi López afirmando que su discurso había sido tan bochornoso que hasta el propio Ábalos se había ausentado del debate, lo que provocó el descojone de los diputados del PSOE, PP, etc. Una situación que dá asco, bochorno y repulsión, ya que se trata de una trama de corrupción que afecta al gobierno, pero cuya gravedad radica en que esa trama realizó sus actividades ilícitas aprovechándose de una pandemia en la que morían a miles los ciudadanos por día. Mientras la población moría sin protección alguna, el gobierno del PSOE se enriquecía con la desgracia, y esto es motivo de risa para todo el hemiciclo.

En resumen, una puñetera vergüenza en la que se confirma una vez más cómo esta pandilla de criminales se ríen de todos nosotros. Buena prueba de ello es que el propio Sánchez ha conmemorado el pasado miércoles el cuarto aniversario de la declaración del Estado de Alarma. Sí, ese mismo Estado de Alarma que el Tribunal Constitucional declaró ilegal en dos sentencias diferentes es el mismo que el gobierno rememora justo cuando ha estallado el caso Koldo, en donde se está investigando cómo el gobierno y el PSOE se enriquecieron ilícitamente a través de una desgracia como la pandemia mientras nos tenían confinados ilegalmente gracias a ese mismo Estado de Alarma que Sánchez conmemora orgullosamente. El lema utilizado en el evento fue "El día en que empezamos a vencer". Obviamente se referirán a su situación económica, no a la supervivencia de la población durante la pandemia y el confinamiento ilegal.

Por cierto, una conmemoración que no ha realizado ningún otro gobierno en el mundo, salvo el nuestro. Parece ser que a Sánchez le gusta conmemorar la toma de medidas que el propio Tribunal Constitucional ha declarado ilegales en dos ocasiones. En fin, esto es España. Veamos cómo siguen transcurriendo los acontecimientos, los cuales parece que se van precipitando. De momento la Ley de Amnistía ya está camino del Senado, pendiente de su rechazo en la Cámara Alta y su posterior remisión al Congreso, donde teóricamente, y si nada ni nadie lo impide, en mayo deberá de ser aprobada definitivamente y sancionada por el rey. Todo ello mientras el país se encuentra colapsado por las apariciones constantes y saturadas de casos de corrupción y los sucesivos comicios electorales de aquí hasta las elecciones europeas. La cosa sigue calentándose imparablemente y todo parece indicar que a este paso estallará a partir de junio. Será a partir de entonces cuando veamos si la cabeza política de este otro rey Don Pedro cae finalmente o no. Eso sí, pase lo que pase, la situación seguirá igual o peor, y ellos continuarán impunes ante todo y ante todos mientras se siguen descojonando de nosotros. 

viernes, 15 de marzo de 2024

Los idus de marzo


Hoy se cumplen 2068 años de uno de los asesinatos más trascendentales de la Historia: el asesinato de Cayo Julio César, ocurrido el 15 de marzo del 44 a. C. Un asesinato que ha sido llevado a la literatura y al cine en múltiples ocasiones y que no deja de ser fascinante por la relevancia histórica que tuvo tal suceso. ¿Quién no recuerda la famosa frase del adivino: "César, guárdate de los idus de marzo"? Una frase que de haberla seguido al pie de la letra el propio César habría supuesto un vuelco en el curso de la Historia. 

Varias veces me he preguntado qué habría ocurrido de no haber sido asesinado Julio César. Quizás la República Romana hubiese seguido en vigor, o quizás César hubiese visto culminado su sueño de convertirse en rey. De haberse consumado este hecho es posible que César se hubiese divorciado de Calpurnia para casarse con Cleopatra, con la cual tuvo a su hijo ilegítimo, Cesarión. Quizás con ese matrimonio, César y Cleopatra habrían fusionado los reinos de Roma y Egipto en uno solo con Cesarión como heredero y futuro rey. De hecho hay teorías no demostradas que creen que Cleopatra estuvo implicada en la conspiración, ya que en los idus de marzo ella se encontraba en Roma y seguramente creería que con la caída de César, Cesarión sería proclamado heredero de César.

Otra cuestión que también habría podido suceder de no haber sido asesinado César y de haber contraer matrimonio con Cleopatra era la cuestión religiosa. Con este hipotético enlace matrimonial las religiones romana y egipcia se habrían fusionado y probablemente el Cristianismo no hubiese existido. Hay que destacar de hecho que según el Evangelio de San Lucas, por el Decreto promulgado por César Augusto en el que se obligaba a realizar el censo, José tuvo que ir junto a María desde Nazaret hasta Belén (su tierra natal) para inscribirse como consecuencia de este Decreto. Teóricamente, según la Biblia, fue en este momento en el que Jesús nació, cumpliéndose la profecía de que el Mesías debía nacer en la ciudad de Belén. De no haberse producido el asesinato de Julio César, la llegada posterior de Octavio Augusto no se habría producido nunca, y con ello tampoco el Decreto que obligó a José y a María a ir a Belén, con lo cual el Cristianismo jamás hubiese tenido lugar.

Pero volviendo a los idus de marzo hay muchas cuestiones controvertidas. Según la versión oficial, los conspiradores realizaron el magnicidio con el objetivo de salvar a Roma de la tiranía de César, el cual estaba decidido a convertirse en rey, según ellos. De hecho tanto en "Las vidas paralelas" de Plutarco como en "La vida de los doce Césares" de Suetonio se recoge que en la jornada del asesinato, el Senado (el cual se encontraba temporalmente reunido en la Curia de Pompeyo) tenía previsto realizar una proposición para proclamar a César rey de todo el territorio romano fuera de Italia. De hecho según se cuenta también, fue esta noticia con la que Décimo Bruto (Uno de los conspiradores) convenció a César para que acudiese al Senado, ya que César estaba ya decidido a no ir como consecuencia de las advertencias de Calpurnia por los malos presagios que había tenido esa misma noche mientras dormía.
 
Según la versión oficial, los conspiradores actuaron, entre otras cosas, para detener este hecho y evitar así que César fuese proclamado rey. Pero la realidad es, en mi opinión, otra muy distinta. Julio César fue asesinado por envidia y viejas rencillas que los conspiradores tenían contra el dictador y militar romano. Muchos de los conspiradores fueron rivales de César durante la guerra civil entre éste y su ex yerno y rival político, Pompeyo. César, una vez hecho prisioneros durante la guerra a sus futuros conspiradores, les perdonó la vida y los dejó en libertad y los restituyó en sus cargos. Quizás César era fiel seguidor de la frase "Ten cerca a tus amigos, pero más cerca a tus enemigos", el problema está en que este refrán no acabó saliéndole bien al propio Julio, ya que quizás los tuvo más cerca de lo que debía. Cuestión quizás de ingenuidad, falta de réncor o de amabilidad y confianza del propio dictador hacia sus enemigos y futuros conspiradores.

Está claro que muchos de los conspiradores no perdonaron a César su victoria sobre Pompeyo, ni tampoco dejaron pasar que César hubiese llegado tan alto siendo uno más de entre todos ellos. El hecho de que el Senado lo proclamase dictador vitalicio fue ya la gota que colmó el vaso para algunos, que veían como un tipo al que repudiaban podía llegar tan alto dentro de la jerarquía política romana. Cayo Casio Longino, Casca, Décimo Bruto (el cual era partidario de César e incluso luchó a su lado), Lucio Tilio Cimbro (Metelo Címber en la obra de Shakespeare), Trebonio o Cinna (su propio ex cuñado) son los nombres más relevantes de esa lista de políticos que despreciaban a César y querían verle muerto. Eso sí, todo por salvar a Roma de las ambiciones del propio César, según ellos.

En mi opinión está claro que el único que actuó con honradez y creía que lo que se estaba haciendo era por el bien de Roma fue Marco Junio Bruto (familiar de Décimo Bruto). Bruto era uno de los más cercanos amigos de César y aunque luchó contra él en la guerra siempre sintió gran aprecio por él. De hecho son innumerables las voces que han circulado a lo largo de estos siglos afirmando que Bruto era hijo de una relación clandestina entre el propio César y la madre de Bruto, Servilia; y que quizás fue ese el motivo por el que le perdonó la vida cuando se enfrentó a él en la guerra civil. Por este motivo César le diría a Bruto al ser apuñalado por él su mítica frase antes de morir "¿Tú también, hijo mío?", antes de caer muerto a los pies de una estatua de su enemigo Pompeyo. El mismo al que él había derrotado en la batalla de Farsalia. Ironías de la vida.

Sea como fuere es cierto que el aprecio de Bruto hacia César era real, pero también es cierto que Bruto comenzó a dejarse influenciar por los conspiradores y a creer realmente que César constituía un peligro para la República. De hecho, y esto se ve claramente reflejado en la gran obra de William Shakespeare "Julio César", es el propio Casio (verdadero instigador de la conspiración y enemigo acérrimo de César) el que convence a Bruto del peligro y de la tiranía de César y del bien que supondría a Roma su desaparición. Bruto finalmente cae en la manipulación y se convirtió en uno de los principales conspiradores. Un conspirador que como afirma Marco Antonio en el final de la obra de Shakespeare "Solo él conspiró creyendo que lo que hacía era por el bien de Roma, mientras que los demás lo hicieron por envidia al gran César".

La caída de César llevó consigo la huída de los conspiradores y con ello el posterior estallido de una nueva guerra civil entre los asesinos del político romano y de los partidarios de César: Octavio y Antonio, los cuales vengaron su asesinato dando muerte a todos los implicados en la conspiración (e incluso a algún que otro que a pesar de su oposición a César no participó en el magnicidio, como fue el célebre político, abogado y orador Marco Tulio Cicerón). Ninguno de los conspiradores sobrevivió a César más de tres años. Todos ellos se suicidaron o fueron asesinados en plena guerra civil, la cual terminó con el suicidio de Casio y Bruto tras su derrota en la batalla de Filipos.

No hay duda de que el asesinato de César marcó un antes y un después en la historia de Roma y por ende en la historia de la humanidad. Si consideramos por un momento que los conspiradores actuaron para salvar a la República (Que no lo hicieron por tal motivo) cabe decir que a la larga consiguieron todo lo contrario. La muerte de César provocó la llegada de su sobrino nieto, Octavio, quien formaría posteriormente un gobierno de tres (triunvirato) junto al fiel amigo de César, Marco Antonio, y uno de los generales más favorables al dictador, Marco Emilio Lépido. La posterior ruptura del triunvirato, la relación amorosa de Marco Antonio con Cleopatra y el posterior estallido de una guerra civil entre Octavio Augusto y Antonio (que acabó con la muerte del propio Antonio y Cleopatra tras la batalla naval de Actium) provocó la instauración del Imperio Romano, convirtiéndose Augusto en el primer emperador de Roma. De esta forma Octavio Augusto consiguió de forma muy inteligente lo que su tío abuelo Julio César no consiguió hacer de forma más brusca: convertirse en un monarca aunque fuese manteniendo simbólicamente los principios de la República a través de un Principado.

Por ello el asesinato de César sirvió a largo plazo para instaurar lo que en teoría los conspiradores rechazaban: el fin de la República y el establecimiento de una Monarquía en Roma. De no haberse producido el asesinato de César es probable que Roma se hubiese convertido en una Monarquía sin disfraz alguno, pero también es cierto que la llegada de Octavio no se habría producido, ni su fiel amigo Marco Antonio hubiese mantenido una relación con Cleopatra, ni la guerra civil entre Antonio y Octavio se hubiese producido, ni seguramente el Imperio Romano y el sistema de gobierno del Principado se hubiese llegado a instaurar. La historia por su parte la habrían escrito otros. César la habría seguido escribiendo de no haber sido asesinado, y seguramente tras él, Cesarión y muchos otros personajes que al final pasaron desapercibidos y/o tuvieron también un trágico final como consecuencia de los históricos sucesos acaecidos en los idus de marzo.

Para finalizar debo añadir que pese a todo y con toda probabilidad, de no haber sido asesinado César en los idus de marzo, su final estaba ya igualmente escrito y próximo. El dictador romano tenía ya demasiados enemigos a sus espaldas y solo era cuestión de tiempo que su magnicidio se produjese. Quizás de no haber logrado los conspiradores su objetivo en los idus de marzo lo habrían retrasado un poco más adelante, quizás antes de que César partiese de nuevo a la guerra para conquistar Partia, que era su próximo objetivo militar. Lo que está claro es que los históricos sucesos producidos en Roma aquel día cambiaron la historia del mundo con la caída de uno de los más grandes personajes en términos políticos y militares de la Historia. Julio César tuvo la virtud de ser un gran estratega militar y probablemente un ingenuo político el cual nunca llegó a pensar que su vida corría más peligro dentro de la política romana que en el campo de batalla. Su ambición, su arrogancia y el exceso de confianza en sí mismo fueron los detonantes, entre otros factores, para que sus enemigos políticos le diesen muerte tras asestarle veintitres puñaladas a la edad de 56 años un día como hoy hace 2068 años. 

jueves, 14 de marzo de 2024

Veinte años de la llegada de Zapatero


El pasado día 11 de marzo escribí una entrada acerca del veinte aniversario de los atentados del 11-M. Hoy la escribo para recordar otro de los días más nefastos que ha tenido España en su historia reciente. Me refiero al veinte aniversario de la victoria inesperada de José Luis Rodríguez Zapatero el 14 de marzo de 2004, tres días después de los brutales ataques terroristas perpetrados en Madrid. Unos acontecimientos desgarradores que sacudieron a España pero del que este siniestro personaje sacó rédito electoral para provocar un vuelco en las urnas, objetivo que desgraciadamente consiguió. Un objetivo que nunca se cansa de repetir cuando de un tiempo a esta parte acude a un acto arropado por los suyos, alegando, siempre entre risas, que él ganó por sorpresa y que a su partido le gusta ganar por sorpresa. Una falta de respeto absoluta a las víctimas, como ya indiqué en mi última entrada.

Y es que este personaje jamás habría ganado las elecciones ni llegado a la Moncloa en unas circunstancias normales. De hecho en el PSOE se daba ya por descontada la derrota frente al PP de Mariano Rajoy, el cual era quien iba a ganar aquellos comicios, según todas las encuestas. Pero la masacre de Atocha lo cambió todo y en solo tres días lo que para los socialistas era imposible se acabó convirtiendo en una realidad. Un PSOE liderado por un sectario al que apenas nadie conocía cuatro años antes y repleto de inútiles, incompetentes, inexpertos y radicales se hacían con el timón del país cuando nadie daba un duro por ellos solo cuatro días antes. El cambio de gobierno se hizo posible cuando nadie apostaba por él ni lo esperaba.

Desde entonces, y como ya he dicho en mi anterior entrada, todo cambió para mal en España. Aquella famosa frase de Zapatero afirmando que comenzaba "el cambio tranquilo" se entiende ahora perfectamente, ya que la España que vivimos hoy y a la que seguimos encaminándonos es el cambio al que este peligroso sujeto se refirió aquella trágica noche electoral. A partir de la llegada un mes después de Zapatero a la Moncloa se comenzó a iniciar el declive de España. Un declive que en la primera legislatura de este miserable tuvo consecuencias políticas y sociales, mientras que en la segunda lo tuvo en el ámbito económico. Sí, por mucho que ahora algunos no se acuerden o no quieran acordarse, este tipejo dejó más de cinco millones de parados, a España al borde de la quiebra y a punto de ser rescatada por la Unión Europea cuando dejó el cargo en 2011 para pasarle el muerto a Rajoy.

Pero parece ser que a este sujeto lo ocurrido en su segunda legislatura no le interesa recordarlo. Desde hace un año está saliendo de nuevo a la palestra de manera incesante para defender la gestión de Sánchez, defender su legado y darse su particular baño de masas entre los suyos después de estar varios años encerrado en su cueva como consecuencia de su desastroza gestión económica. Pero insisto, él no desea ser recordado por eso. Prefiere en cambio que se le recuerde por las leyes sectarias y extremistas que aprobó en su primera legislatura: las leyes de identidad de género, las leyes discriminatorias del hombre en favor de la mujer, el Estatuto de Cataluña (Origen en gran parte del posterior procés catalán), la Ley de Memoria Histórica y las negociaciones con ETA que acabaron con la integración de la banda terrorista en el escenario político español como si de un partido más se tratase. De eso es de lo que este criminal se siente especialmente orgulloso. De habernos traído a la situación en la que nos encontramos veinte años después de su llegada al gobierno contra todo pronóstico.

Al escribir esta entrada recuerdo unas afirmaciones de la polémica periodista izquierdista, María Antonia Iglesias, en el programa de "La Noria" en Telecinco. En esas declaraciones, realizadas entre 2010 y 2011 (No recuerdo exáctamente la fecha), la propia María Antonia dijo que "Rubalcaba ha frenado muchas de las locuras de Zapatero". Que esto lo dijese una periodista reconocida por su ferviente sectarismo ideológico y su defensa acérrima del PSOE y del propio Zapatero es toda una señal de que incluso veinte años después no sabemos aún las ocurrencias que a este tipejo se le pasó por la cabeza aprobar durante sus años como presidente. Basta recordar que hace solo unos meses, y para justificar la amnistía de Pedro Sánchez a los independentistas, el propio Zapatero afirmó que él mismo se planteó darle la amnistía a los terroristas de ETA durante el proceso de negociación. Un extremo al que no se llegó porque las circunstancias no lo exigieron, según él.

Que este ser despreciable hiciera estas declaraciones demuestra la miseria moral del sujeto y hasta qué punto estuvo dispuesto a llegar con una banda de terroristas asesinos para pasar a la Historia, aunque eso supusiera borrar los delitos por los que fueron asesinadas cerca de 1.000 personas a manos de estos criminales. ¿Cómo se hubiera vendido esa amnistía mientras millones de personas se manifestaban en las calles contra el proceso de negociación? Estoy seguro que la situación se hubiese vuelto insostenible, ya que este ser vomitivo no llegó a aprobar la amnistía por el devenir de los acontecimientos y no porque eso fuese contra sus conviciones. El caso es que, finalmente, ETA dejó las armas bajo su gobierno, como a él le gusta recordar diariamente, sí, pero para bajarse los pantalones ante ella y dejarles integrarse en el sistema político español sin pedir perdón por los crímenes causados.

Para la izquierda, ETA pasaba de ser una banda de terroristas asesinos a ser un partido democrático y progresista tan legítimo como cualquier otro. Vomitivo y repugnante son adjetivos que se quedan cortos a la hora de definir esta postura defendida por la izquierda española. Pero también es algo que tampoco debe de extrañar, ya que la izquierda española siempre ha sentido cierta debilidad por el terrorismo etarra, ya que según decían ellos durante los años del franquismo "ETA mataba para luchar por las libertades". Luego cuando el terrorismo vasco siguió matando tras la aprobación de la Constitución de 1978 tuvieron que cambiar el mensaje, pero sin dejar de hacerle ojitos a la organización terrorista (a excepción de los años del GAL).

El 14 de marzo de 2004 es pues una fecha que, al igual que el 11-M, marcó un antes y un después en la historia reciente de España y que a día de hoy incluso sigue marcando los sucesos devastadores que se están desarrollando en nuestro país, ya que lo recogido ahora es lo sembrado entonces. Y es que Zapatero fue quien dio origen al enfrentamiento, a la división y a la tensión entre los españoles, como él bien le dijo al sectario Iñaki Gabilondo detrás de las cámaras durante la campaña electoral de 2008: "nos conviene que haya tensión". 

Fue con su llegada a la Moncloa cuando apostó por reabrir las heridas ya cicatrizadas de la Guerra Civil y del franquismo, reabrir el debate territorial aprobando el Estatuto catalán, el cual reconocía a Cataluña como nación (Aunque fuese en el Preámbulo) y comenzando con ello el origen de lo que posteriormente sería el procés catalán. Ese mismo procés en el que Zapatero, como buen enemigo de España, defiende de manera ferviente la amnistía para los que quieren acabar con ella (primero fue con los etarras y ahora con los independentistas), lo cual resulta curioso, ya que defiende concederle la amnistía a los implicados en un proceso inconstitucional que tiene su origen, entre otras cosas, en una reforma del Estatuto de Cataluña que tuvo lugar durante su mandato y que él mismo declaró en su momento que sería la solución para Cataluña y el resto de España. Ironías de la vida.

En definitiva, se cumplen veinte años de uno de los momentos más trascendentales de la historia reciente de España: la elección inesperada de este sujeto, el cual es el principal responsable de gran parte de los males que nuestra nación padece actualmente, aunque de eso él se siente muy orgulloso. Cabe añadir como dato curioso que el propio Pedro J. Ramírez ha declarado en alguna ocasión cómo Zapatero lo llamó durante la mañana del 11-M en la que casi entre lágrimas le dijo que si la autora del atentado era ETA tenía perdida las elecciones y los suyos lo echarían a patadas. 

El propio Pedro J. comentó también cómo esa misma noche, el sujeto lo llamó nuevamente de una forma eufórica cuando ya se estaba extendiendo la teoría de que había sido Al Qaeda, lo cual demuestra la bajeza moral de este impresentable, el cual es sin lugar a dudas lo peor que le ha pasado a España junto a sus discípulo aventajado, Sánchez, el cual está cerrando el "cambio tranquilo" que él mismo inauguró en 2004 y que Rajoy dejó intacto cuando tuvo la oportunidad de derogarlo todo una vez llegado al gobierno en 2011. El cambio tranquilo de Zapatero es pues un cambio aceptado por todos los partidos y en el que se pretende ir hacia una II Transición con el objetivo de reabrir el debate constitucional. Esa II Transición la inició Zapatero con su llegada al gobierno hace dos décadas y continúa en marcha en pleno 2024.

lunes, 11 de marzo de 2024

Veinte años del 11-M


Hoy, 11 de marzo de 2024, se cumplen veinte años de uno de los acontecimientos más trascendentales de la historia reciente de España: el 11-M. Una fecha que arrebató la vida a cerca de 200 personas, destrozó la de más de 2.000 y cambió por completo la historia de España y por ende la vida de sus casi 50 millones de habitantes. Una fecha la de este año en la que también prescriben los delitos de este atentado, con lo cual los verdaderos autores intelectuales de esta matanza pueden campar a partir de hoy un poco más a sus anchas, para vergüenza e indignación de todos.

Aunque ya escribí en marzo de 2016 sobre esto, no fue hasta noviembre de 2018 cuando verdaderamente escribí una entrada hablando sobre lo que en mi opinión fue el origen del 11-M. Ya dije entonces que todo comenzó en Perejil allá por julio de 2002, continuó en 2003 con el papel relevante que España asumió en la escena internacional (EEUU como potencial aliado junto a Reino Unido) y acabó en Atocha en 2004 con las explosiones en Madrid. No voy a repetir punto por punto lo que ya dije en aquella entrada, pero después de casi seis años de haberla escrito, con todo lo que llevamos viendo con el gobierno de Sánchez y su sumisión a Marruecos, así como el balance que uno hace de veinte años atrás hasta la fecha creo que puedo decir que corroboro todo lo que dije en aquel momento, y que incluso me quedé corto.

Vaya por delante que yo no defiendo a estas alturas a Aznar ni al PP a la hora de cómo gobernaron España hasta 2004. Jamás defenderé nunca más a ningún partido ni a ningún político. Pero dicho esto debo añadir también que la España del 2024 no se parece en nada a la de 2004. No voy a decir que la situación en nuestro país fuese el paraíso en la tierra, ni muchísimo menos, pero sí era algo mejor y decente que lo que hay ahora. También es verdad que España tenía (y sigue teniendo) muchos enemigos tanto externos como internos. Desde el sur había algunos que no perdonaron la humillación que recibieron dos años antes, y en el norte había otros que no perdonaban que España les pasase por lo alto. España comenzaba a ser escuchada y algo respetada en el mundo y eso para los enemigos de nuestro país era un escenario al que había que darle un vuelco cuanto antes.

Ese vuelco se produjo desgraciadamente el 11 de marzo de 2004. Tras los atentados se celebraron tres días más tarde las elecciones generales del 14 de marzo. Unas elecciones que jamás se debieron celebrar. Siempre he pensado que José María Aznar debió suspender esas elecciones, ya que el país se encontraba en medio del peor ataque terrorista que había sufrido en su historia y la sociedad estaba en shock por lo ocurrido. No se daban las condiciones para celebrar de forma tranquila unas elecciones generales. El escenario nunca antes visto de celebrar unas elecciones generales en medio de tan desgarrador escenario, sumado a una situación tensa en las calles que algunos aprovecharon para sacar rédito electoral de la desgracia, provocaron que el país votase mayoritariamente al PSOE de José Luis Rodríguez Zapatero, el mismo partido que días antes iba a perder las elecciones frente al PP de Mariano Rajoy, según vaticinaban todas las encuestas.

Sinceramente no sé qué habría ocurrido de haberse suspendido las elecciones. Quizás los mismos que generaron tensión entre los días 11 y 14 hubiesen hecho lo mismo y habrían tensado aún más el ambiente en la calle hasta que Aznar hubiese convocado las elecciones, provocando con ello una victoria de igual forma o incluso más mayoritaria para el PSOE de Zapatero que la que obtuvo el 14-M. No lo sé. Tampoco sé qué habría ocurrido de haber ganado el PP de Mariano Rajoy las elecciones, con independencia de si se hubiesen celebrado el 14 de marzo o se hubiesen suspendido más adelante (quizás para septiembre, octubre o noviembre de 2004). Quizás Rajoy hubiese continuado con el legado de Aznar, o quizás hubiese llevado a cabo una política completamente diferente a la que realizó su jefe, a tenor de lo sucedido el 11-M y como finalmente hizo cuando llegó a la Moncloa en 2011.

Seguramente Rajoy lo hubiese hecho de haber ganado ya en 2004, aunque probablemente no lo hiciera de la forma tan radical en la que lo hizo Zapatero. Lo que es seguro es que de haber ganado Rajoy y no Zapatero las elecciones generales del 14-M, el entonces líder del PP no hubiese tenido que lidiar nunca con las políticas que le legó su predecesor socialista, ya que dichas políticas nunca se habrían llegado a implantar de no haber ganado el PSOE dichos comicios. Y lo que es más seguro todavía es que España con el atentado recibió un serio aviso por parte de los verdaderos autores intelectuales. De esta forma se avisaba a Aznar y a todo el que quisiese seguir con su política atlantista cuáles eran las consecuencias de que España despegase por su cuenta y se saliese de la pista. Eso lo sabía Aznar, Zapatero, Rajoy y todo el sistema político y financiero en España en el momento de los atentados.

Todos ellos sabían y saben quiénes fueron, pero era mejor mirar a otro lado y no meterse en guerra con dos países vecinos. A pesar de ello Aznar insistió en la sola autoría de ETA. De ser así, ¿Por qué no aplicó el 155 en ese momento para suspender la autonomía vasca y enviar al ejército al País Vasco? Ese procedimiento lo realizó en varias ocasiones el gobierno británico con Irlanda del Norte y el IRA. Y de ser Al Qaeda la autora del atentado, como así pregonaba el PSOE y la izquierda en general, ¿Por qué no se tomó represalias junto a EEUU y la OTAN en aquel momento? Esa fue la respuesta que Bush realizó tras los atentados del 11-S, ¿Por qué no la dio España junto a sus aliados en 2004? Aznar guardó silencio y no hizo nada. Eso sí, en noviembre de aquel año y ya fuera del gobierno se hizo el gallito declarando aquello de "los autores no están en desiertos muy remotos ni en montañas muy lejanas". ¿Sabía entonces quién lo hizo y no lo dijo y por eso autorizó destruir los trenes a las pocas horas del atentado? No sé si ETA pudo estar involucrada en el atentado, aunque visto los beneficios que la organización terrorista ha tenido desde 2004 hasta la fecha no lo descarto en absoluto. Pero que operaron solos, no.

Con toda seguridad jamás sabremos quiénes fueron los criminales que perpetraron verdaderamente esta carnicería. Ya lo dijo el propio Javier Gómez Bermúdez, el Juez que dirigió el juicio del 11-M: "España no está preparada para saber la verdad sobre el 11-M". No hay más palabras, Señoría. Al sistema no le conviene que se sepa la verdad, y si algún día se sabe (cosa que dudo) es porque todos los autores intelectuales están ya muertos y no hay peligro para nada ni para nadie. Así ha ocurrido siempre y seguirá ocurriendo, por desgracia. Mientras tanto los españoles solo podemos hacer nuestro análisis particular de todo aquello y llegar a nuestras propias conclusiones.

España, por su parte, continua de forma imparable su demolición iniciada hace hoy veinte años. Tras el 11-M llegó Zapatero con su "cambio tranquilo". Una frase que en el pasado no entendía pero que ahora sí comprendo perfectamente. El cambio tranquilo era esto, el cambio de una sociedad próspera a una sociedad enfrentada, extremista y sin valores. Zapatero plantó la semilla con sus leyes sectarias y radicales: la Ley de Memoria Histórica, las leyes de identidad de género, las leyes que haciendo gala del feminismo dicriminan al hombre en favor de la mujer, la Ley del Aborto, el Estatuto de Cataluña que nos ha conducido al procés catalán, las negociaciones con ETA y la posterior incorporación del terrrorismo vasco en la política española, acompañada del acercamiento de presos etarras a las cárceles vascas y los beneficios penitenciarios para los terroristas, etc. Por no hablar del grave retroceso internacional que supuso para España pasar en un solo año del trío de las Azores al trío de la Moncloa (la foto de Zapatero posando en la Moncloa junto a Chirac y a Schröder en la que España pasaba de ser socio preferente en el eje atlántico a quedar sumida por completo al eje franco-alemán).

Todo ello lo comenzó este personaje miserable que ahora, tras estar varios años metido en su cueva como consecuencia de su vomitiva gestión, vuelve a salir a las andadas diariamente afirmando en reiteradas ocasiones y siempre entre risas que él ganó "por sorpresa". Unas declaraciones que suponen todo un insulto a las víctimas y a sus familias, pero que a este peligroso sujeto le es indiferente, ya que sabe mejor que nadie que gracias a ese atentado consiguió lo que nunca habría conseguido en circunstancias normales: ganar las elecciones y llegar a la Moncloa para plantar la semilla de odio y discordia entre los españoles. Una semilla que Rajoy se negó a cortar cuando finalmente llegó al gobierno en 2011 y que acabó estallándole en la cara con la declaración de independencia de Cataluña. En 2018 llegó Sánchez, siendo él el encargado de seguir regando la semilla de odio y tensión (esa misma tensión que Zapatero dijo en 2008 que le convenía) y que ahora nos conduce de forma imparable a nuestra destrucción como sociedad.

Este es el desalentador panorama que vive España dos décadas después del 11-M. Este es el legado que junto a las pérdidas de vidas humanas, los heridos causados y las vidas destrozadas de miles de familias provocó esta masacre terrorista: la de una nación condenada a su descomposición mientras la sociedad es destruída a todos los niveles: moral, económico, cultural, familiar, religioso, etc. Todo ello como consecuencia de los continuos gobiernos que esta nación lleva padeciendo desde hace veinte años. Por mi parte solo me queda darle el pésame a los familiares de las víctimas, mi apoyo a los heridos y mi deseo de que, aun sabiendo de que desgraciadamente jamás se logrará saber lo que verdaderamente ocurrió, ojalá algún día, más pronto que tarde, se sepa toda la verdad y se haga Justicia a las víctimas, a sus familias y a toda la sociedad española. 

viernes, 8 de marzo de 2024

España, asediada por la corrupción y la amnistía


En un principio el título con el que iba a rotular esta entrada de hoy iba a ser "la legislatura hace aguas", pero visto lo ocurrido hoy, junto con lo que llevamos viendo en los últimos días, me hace replantearme el título cuando ya estoy escribiendo la entrada en sí. Y es que la situación en la que nos encontramos no es ya la de una legislatura que hace aguas, sino la de un país que hace aguas por todas partes tanto en lo que respecta a la trama Koldo como en lo que respecta a la tramitación de la Ley de Amnistía. La gravedad de la situación empeora por momentos y todo parece indicar que es solo el principio.

La gravedad de las noticias sobre el escándalo Koldo, en donde la trama ha pasado de centrarse del ex ministro de Transportes, José Luis Ábalos, a la propia presidenta del Congreso, Francina Armengol, a los ministros Ángel Victor Torres y Óscar Puente, el ex ministro de Sanidad, Salvador Illa, a la vicepresidenta María Jesús Montero, etc. Personajes que ya mencioné en la última entrada y que el escándalo les salpicaba de refilón pero que ahora están situados plenamente en el centro de la trama de los negocios ilegales con las mascarillas del COVID, a tenor de las últimas publicaciones que los implica de forma directa. 

Pero lo peor es que esto no queda aquí. Las últimas informaciones comienzan a destapar un caso en el que Koldo García, Victor de Aldama (otro de los comisionistas de la trama) y muchos otros implicados más serían solo los mediadores en una trama muchísimo más extensa, la cual salpicaría incluso a la Venezuela de Maduro a través de su vicepresidenta Delcy Rodríguez y su famosa reunión secreta con Ábalos en el aeropuerto de Madrid en 2020 (reunión a la que parece ser que acudió el propio Aldama), e incluso a la propia Begoña Gómez (esposa de Pedro Sánchez) en el sospechoso papel patrocinador que habría jugado en su momento con el grupo Globalia, y concretamente, en el rescate a la empresa de aerolíneas, Air Europa. 

En definitiva, todo un escándalo de corrupción que promete ser de lejos el escándalo de corrupción más grave al que se haya enfrentado un gobierno y un partido político en estos cuarenta años desde la instauración de la Constitución de 1978 (y será porque no hemos visto ya demasiada corrupción a lo largo de estas últimas décadas). Un escándalo de corrupción que dejaría en pañales los peores escándalos de la época de Felipe González y, no hablemos ya, dejaría en un mero chiste los escándalos de corrupción del PP de Mariano Rajoy, motivo principal por el que el actual gobierno del PSOE de Pedro Sánchez está en la Moncloa desde hace ya seis años, para ironía de todos.

En lo que respecta a la parte que atañe a Begoña Gómez, el PP ya ha dejado caer que pedirá su comparecencia en una comisión de investigación en el Senado donde podrían ser citados también otros implicados en el caso Koldo. Y es que no tiene sentido que Begoña Gómez actuase en el rescate llevado a cabo por el gobierno hacia Air Europa sin el consentimiento y/o conocimiento del propio Pedro Sánchez, lo cual pondría aun más en la diana al presidente del gobierno. Pero la cosa va muchísimo más allá, ya que el enlace del caso Koldo con el conocido en su momento Delcygate (en el que la vicepresidenta venezolana estuvo en el aeropuerto de Madrid, donde se entrevistó con el propio Ábalos) hace sospechar que detrás de toda esta trama orquestada desde el seno del PSOE y del gobierno de Sánchez, habría también implicados sujetos a nivel internacional dentro de una red de tráfico de influencias a nivel, no ya nacional, sino internacional. 

Y todo esto mientras la presidenta del Congreso, Francina Armengol, se niega tajantemente a dimitir tras salir más información que la incluye de lleno en los negocios de las mascarillas procedentes de la trama Koldo, siendo ella en aquel momento presidenta de las Islas Baleares. Y sin dejar atrás el papel jugado por el ex ministro Illa en la trama, el cual jugó también un papel relevante a la hora de lucrarse con la venta de las mascarillas. En definitiva, toda una organización criminal que obviamente no actuaría sin la aprobación del que algunos implicados denominan "el superjefe", que no es otro que el propio Pedro Sánchez, obviamente. Un caso de corrupción a niveles nunca antes visto en España en el que el actual jefe del gobierno sería el cabeza de una mafia criminal cuyos negocios se extenderían incluso a Hispanoamérica, a tenor de lo publicado sobre Venezuela. Un caso el de Venezuela en el que algunos hablan ya también de la implicación del ex presidente del gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero en estos oscuros negocios entre la trama Koldo y Caracas.

En definitiva, esta situación parece ser solo la punta del iceberg, y todo parece indicar que es solo el principio de información sobre una trama mucho más profunda, compleja y extendida que irá saliendo a la luz a medida que avancen los días, las semanas y los meses. Veremos a ver en qué queda esto, ya que a nivel nacional está de momento implicado los máximos responsables del PSOE, la mitad del gobierno e incluso la familia del propio presidente Sánchez, lo cual confirma que todos los caminos de esta trama criminal conducen a la Moncloa. Una Moncloa que Sánchez no está dispuesto a dejar ni a tiros. De hecho algunos ya hacen bromas indicando que si el escándalo sigue salpicando a la propia Begoña conforme vayan saliendo las próximas informaciones, Sánchez se divorciaría antes que dimitir y dejar el gobierno. Una broma que indica la situación tan degradante y vomitiva en la que se encuentra el país. 

Pero aquí no queda la cosa, ya que hoy la comisión de Justicia del Congreso ha aprobado el trámite de la Ley de Amnistia, la cual ha sido modificada después de que el Congreso rechazase, con los votos de Junts precisamente, su tramitación al Senado al no ver éstos garantías suficientes en la ley para el propio Puigdemont y demás fugados en estos momentos. Un Puigdemont que, según ha anunciado hoy Jordi Turull, volverá a España en julio para presentarse a las próximas elecciones catalanas, una vez que se haya aprobado la ley. Una aprobación que sinceramente, y para disgusto de los socialistas y separatistas, dudo muchísimo que vaya a producirse finalmente, ya que la situación cada vez es más insostenible y si ya era degradante el proyecto inicial de la ley, lo reformado y aprobado este mediodía (que se ha dado a conocer hoy también) supone toda una aberración jurídica que no hay por donde cogerla. 

Y es que lo aprobado hoy no hace mención alguna a la legislación española (concretamente al Código Penal), sino que tiene como límite las directrices y convenios procedentes de la Unión Europea, verdadero escollo del gobierno y de los independentistas a la hora de sacar adelante la ley. El nuevo texto amplía de esta forma la amnistía a los implicados separatistas en delitos de terrorismo al no hacer mención expresa de lo estipulado en el Código Penal y remitirse a lo estipulado en el Derecho Europeo (el cual deja el concepto de terrorismo sin definir). Incluye a su vez los delitos de alta traición y los de malversación y amplia el inicio de la amnistía a noviembre de 2011, periodo en el que la todavía Convergencia de Artur Mas se reunía para ir planificando ya el procés. Unas reuniones a las que acudieron los propios hijos de Jordi Pujol, con lo cual éstos podrían verse beneficiados también de la amnistía si finalmente ésta se llegase a aprobar.

Algunos decían hace meses, en tono de broma también, que a este paso acabarían siendo amnistiados hasta los hijos de Pujol. Lo que en su momento se decía en tono de broma acaba de hacerse realidad hoy. Y es que la debilidad del gobierno es tal que Puigdemont ha claudicado más aun de lo que ya había hecho. Parece ser que la idea que vendió el gobierno en enero tras ser rechazada la Proposición de Ley en el Congreso era una trola más de la que ya nos tienen acostumbrados. El hecho de que el PSOE se negase en su momento a modificar la ley era porque las elecciones gallegas estaban entonces a la vuelta de la esquina, con lo cual no era muy conveniente electoralmente que el gobierno se declarase abierto a modificar íntegramente a gusto de los independentistas. 

Solo hay que ver la satisfacción de los miembros de Junts o ERC hoy. La propia Miriam Nogueras ha indicado que esta vez sí, la ley amnistía de forma íntegra y completa a todos los implicados en el procés catalán, lo cual indica que Sánchez no se ha bajado ya los pantalones y los calzoncillos, sino que se los ha arrancado de un plumazo y los ha tirado por la ventana de motu propio. Todo vale con tal de permanecer en la Moncloa, aunque sean unos meses más. De momento Sánchez necesita como agua de mayo la aprobación de la Ley de Amnistía para, de esta forma, recibir a cambio el apoyo de Junts, ERC, Bildu, PNV, BNG, etc a los Presupuestos Generales del Estado. De esta forma Sánchez ganaría algo de tiempo, aunque los independentistas ya han indicado que el hecho de que la ley salga adelante no implica bajo ningún concepto que ellos vayan a apoyar los presupuestos, lo cual indica que, de ser así, los independentistas van a exigirle a Sánchez una nueva ronda de cesiones de aquí a pocas semanas. Quizás los separatistas aprovechen ya la debilidad extrema en la que se encuentra Sánchez por la trama en su ejecutivo y en su partido para exigirle directamente el referéndum de independencia antes de que la corrupción del caso Koldo se pueda llevar por delante al presidente del gobierno.

Por ello si lo que cree Sánchez es que una vez que se apruebe la Ley de Amnistía, Puigdemont va a quedarse satisfecho y lo va a dejar tranquilo durante una temporada, se equivoca. De hecho el propio Puigdemont ha advertido ya que una vez aprobada la amnistía se activará de nuevo el modelo unilateral para ir a la independencia, lo cual indica que la cosa no va a ir sino a peor conforme pasen los meses. Por un lado también hay que destacar algo que pocos han tenido en cuenta cuando el Tribunal Supremo abrió hace poco una causa penal a Puigdemont por terrorismo, y es que de aquí a que la ley se apruebe (si es que se aprueba, insisto), el Tribunal Supremo puede en cualquier momento solicitar a Bélgica o a cualquier país de nuestro entorno europeo la extradición de Puigdemont por delitos de terrorismo. 

Según la legislación europea, en ese supuesto, el país que albergue a Carles Puigdemont (que en este caso es Bélgica), estaría obligado a traer a España al ex presidente catalán. Una situación que no habría que descartar en absoluto y que complicaría aun más la delicada situación tanto de Puigdemont a nivel judicial como la del propio Sánchez a nivel político. Está claro pues que aún con esa reforma, Puigdemont no tiene todas las garantías de quedar amnistiado de todos sus delitos, ya que a partir de ahora la Justicia podría imputarle nuevamente otro delito por alguna causa que haya quedado excluída de la ley y que ni el gobierno del PSOE ni los separatistas habrían tenido en cuenta a la hora de hacer esta reforma. 

Por otro lado está la cuestión sobre los hijos de Pujol al adelantar la ley el inicio del momento en el que se verán beneficiados los implicados en la cuestión independentista. Con la nueva reforma aprobada hoy, el momento en el que se aplicaría la amnistía sería a partir del 1 de noviembre de 2011, fecha en la que, como ya he dicho antes, los hijos de Pujol se reunían con la directiva de la entonces Convergencia para iniciar el procés catalán. Una excusa estúpida que solo sirve para que los tres hijos de Jordi Pujol se vean beneficiados de esta amnistía a la que hasta ahora habían quedado excluídos. Eso por una parte, por otra está la cuestión de la malversación, que queda amnistiada a menos que dicha malversación se haya producido con el objetivo de lucrarse personalmente. No cabe duda que tanto los socialistas como los independentistas son unos cachondos, ya que una malversación de caudales públicos hacia terceros es menos graves que una malversación a título personal. Parece ser que para estos tipos, la corrupción política se puede medir con múltiples varas, según quién sea el ejecutor y según para qué fin haya realizado dicha malversación.

En definitiva, el PSOE sigue adelante en su proceso imparable de calcinar el país aministiando a todo lo que se le mueva por delante; todo con tal de tener contento y feliz a Puigdemont y garantizarse, aunque sean unos meses más, la permanencia en el poder. Todo ello mientras el propio PSOE es acechado cada vez más por la corrupción que ellos mismos amnistían y que ya ha quedado confirmado que se trata de algo más que una trama de corrupción política a nivel nacional para enriquecerse a costa de las desgracias del COVID, lo cual ya era lo suficientemente gravísimo como para que el gobierno hubiese dimitido en pleno hace semanas. Estamos pues ante una trama política y empresarial que va más allá de las fronteras de España y de la que todavía no sabemos ni el 25%. La situación nacional se descompone por días mientras el PSOE de Pedro Sánchez sigue echando balones fuera erigiéndose ellos mismos como los garantes y responsables de la limpieza de la corrupción en las instituciones. 

La misma corrupción que, como ya he dicho antes, ellos acuerdan amnistiar a la vez con aquellos que les sustentan en el poder. Una situación de legitimidad y amparo de la corrupción como nunca antes se había visto en España, y mira que hemos visto cosas en todos estos años. Veremos pues qué ocurre de aquí a una semana, cuando está previsto que el Congreso vote en el pleno la Ley de Amnistía; pero con toda seguridad la Justicia no se va a quedar de brazos cruzados, con lo que es bastante probable que la reforma aprobada hoy quede de nuevo en saco roto, con lo que el PSOE y los separatistas volverán al punto cero y a renegociar de nuevo. En definitiva, el cuento de nunca acabar en la que de no conseguir tanto el PSOE como Junts y ERC la puñetera amnistía, la situación acabará muy mal, y si finalmente consiguen aprobarla, acabará peor.