Qué verdad es que la política es como el fútbol; todo puede cambiar en cualquier momento. No habían pasado ni doce horas desde que anoche el PP estaba celebrando en Génova su arrolladora victoria en las elecciones municipales y autonómicas cuando esta mañana ha salido Pedro Sánchez desde Moncloa y ha anunciado, para sorpresa de todos, la disolución inminente de las Cortes Generales y la convocatoria inmediata de elecciones generales para el próximo 23 de julio en una declaración institucional sin preguntas y sin haberlo consultado con el Consejo de Ministros, como así establece el artículo 115 de la Constitución española.
Un anuncio que, como acabo de decir, nos ha pillado por sorpresa a todos (A mí el primero), ya que todos dábamos por hecho que tras la debacle de ayer en toda España, Sánchez se mantendría alejado de los focos por unos días y evitaría así asumir ninguna responsabilidad en el resultado de anoche. Pero contra todo pronóstico, Sánchez ha vuelto a salirse con la suya y ha dejado a todo el personal boquiabierto al anunciar unas elecciones generales que en teoría debían de celebrarse para el mes de diciembre, y en las que él había insistido incesantemente que serían en esa fecha y no antes. Pero como suele ser habitual en él, una cosa es lo que dice Sánchez y otra lo que haga.
La situación pues ha vuelto a dar un giro de 180 grados en menos de doce horas en el panorama político nacional. Algunos medios apuntan a que esta decisión, por sorprendente que parezca, ya la tenía más que estudiada y meditada Sánchez con sus asesores desde hacía varias semanas. Parece ser que en Moncloa tenían información privilegiada de por dónde iban a ir los resultados de anoche y Sánchez comenzó desde ese momento a barajar la opción de adelantar las elecciones, que es lo que ha acabado haciendo hoy. Unas elecciones que se celebrarán a finales de julio, con gran parte de la población española de vacaciones.
Y es que Sánchez es todo lo que queramos decirle, pero tonto no es. Ha sabido escoger una fecha tan inédita en la historia de España como son las vacaciones de verano con el fin de volver a salir reelegido como presidente del gobierno. ¿Cómo? Pues aprovechando que gran parte de la población estará de vacaciones y lejos de su ciudad, lo que provocará que muchos ciudadanos votantes del PP o VOX se queden sin votar, y con ello movilizar en cambio al electorado izquierdista que se quede en su casa con el fin de conseguir una victoria que le permita renovar sus acuerdos con Podemos, ERC, Bildu, etc. En resumen, una jugada maestra de un maquiavélico de la política.
Desde el PP y VOX han aplaudido esta decisión y creen que están en condiciones de enfrentarse a Pedro Sánchez el 23-J. Nada más lejos de la realidad. Tanto a Feijóo como a Abascal esta decisión les ha pillado de imprevisto. Nadie, ni siquiera ellos, pensaban que el líder del PSOE y todavía presidente del gobierno fuese a dar un golpe encima de la mesa y adelantase unas elecciones que en teoría serían para perderlas. Está claro que Sánchez ha tirado ya la casa por la ventana y va a por todas. Sabe que estirar la legislatura de aquí a diciembre sólo serviría para desgastar aún más su ya deteriorada imagen, y sabe también que ya no tiene nada que perder y mucho que ganar con esta decisión. Una decisión que ha pillado incluso de imprevisto a la presidenciable Yolanda Díaz, la cual tiene pocos días para llegar a un acuerdo con Podemos que permita a éstos integrarse en el proyecto de Sumar, lo cual hace más difícil su idea de construir ese proyecto.
Y es que seamos claros, Sánchez nos la ha metido doblada a todos con esta decisión; a la primera a Yolanda Díaz, la cual queda debilitada tras la decisión de hoy y los pésimos resultados de anoche. De hecho, ya ha salido Pablo Iglesias en pedir un "Frente Popular" con Sánchez al frente, negándole a Díaz la posibilidad de que Podemos llegue a integrarse en su candidatura. Así están las cosas. El ex-antisistema Pablo Iglesias pidiendo el apoyo absoluto al PSOE de Pedro Sánchez, a esos que hace diez años catalogaba él como "Casta política". Lo dicho por Iglesias es una señal de por dónde van a ir los tiros a partir de ahora, que consistirá en agrupar a toda la izquierda, además de a los independentistas y etarras, en torno a Pedro Sánchez y el PSOE.
La cuestión es: y ahora, ¿Qué? La izquierda, y Pedro Sánchez especialmente, han captado rápidamente lo ocurrido ayer en todo el país y van a morir matando, como dije anoche, pero me parece que a la derecha le ha pillado todo esto de forma desprevenida. Aquí todo el personal estaba dando ya por amortizado a un Sánchez que ha demostrado que está vivito y coleando cuando se le ha dado políticamente por muerto. Y es que si algo tengo claro es que, con independencia de cuando termine la carrera política de Sánchez y su paso por el gobierno, su final será apoteósico, ya que estamos hablando de un tipo que muere matando, y al cual le es completamente indiferente los muertos que deja por el camino, aunque sean los de su propia banda, como diría Rivera.
Su primer final político ocurrido el 1 de octubre de 2016 acabó por todo lo alto cuando Sánchez hizo saltar el PSOE en mil pedazos en aquella jornada en las que hubo hasta intentos de fraude electoral dentro del Partido Socialista. Eso en lo que respecta a su partido. En lo que respecta a España estaba decidido a ir nuevamente a una investidura con los que dos años después acabarían siendo sus socios de gobierno en la moción de censura. De hecho, el propio Sánchez ya apostaba por unas terceras elecciones, aunque eso llevara consigo la pérdida de más escaños para su partido y por tanto la disminución de posibilidades de formar gobierno tras unas hipotéticas terceras elecciones generales.
Como todos sabemos, Sánchez fue expulsado del liderazgo del PSOE en aquella jornada del 1 de octubre y todo el personal (Yo incluido) le dio por muerto. Posteriormente todos sabemos ya lo que ocurrió: Sánchez recuperó en 2017 el liderazgo del PSOE y en 2018 alcanzó la presidencia del gobierno. Por lo tanto cabe preguntarse, si hace siete años llevó a España y al PSOE a una crisis política inédita siendo aún líder de la oposición, ¿Qué no hará ahora que es presidente del gobierno y ve peligrar su posición? Sigo diciendo que muchos subestiman a Sánchez y creen que diciéndole "Que te vote Txapote" o llamándole "Antonio" van a provocar que salga por su propio pie de la Moncloa. Ingenuos.
Otra cuestión que quiero mencionar es el hecho de que a este tipo le es completamente indiferente cualquier cosa que no sea él mismo. El hecho de celebrar elecciones generales tres semanas después de que España asuma la presidencia rotatoria de la UE es una muestra clara de que para Sánchez primero está él, segundo él y después él. Parece ser que en Bruselas no ha sentado nada bien que Sánchez interrumpa la presidencia rotatoria con elecciones generales de por medio. Pero hay que entenderlo, estando en peligro su posición, lo demás importa un cuerno. Si ya de por sí España está mal vista y proscrita en Europa, con esta decisión, no ya partidista, sino personal de ir a unas elecciones generales para salvar su propio pellejo, no harán sino empeorar la imagen que desde el exterior se tiene de nosotros. No me equivocaba cuando hace unos días dije en una entrada que la presidencia europea de Sánchez no iba a dejar indiferente a nadie.
También quiero añadir algo que no hay que descartar en absoluto. Si echamos la vista atrás y vemos las últimas elecciones generales que se han celebrado en España con Pedro Sánchez de candidato (Tanto presentándose como líder de la oposición y/o como presidente del gobierno), podemos ver que en todas ellas se han producido repeticiones electorales. Se produjo en junio de 2016 una vez fracasada la investidura de Sánchez en marzo de aquel año tras las elecciones generales de diciembre de 2015. Se volvió a producir en noviembre de 2019, cuando Sánchez, tras ganar las elecciones generales de abril de ese mismo año, buscó de nuevo unos comicios que sólo sirvieron para perder tres escaños y que finalmente pactase con Podemos tras descartarlo él mismo poco antes. Por lo tanto, con estos antecedentes, ¿Quién nos dice que si no hay mayoría suficiente ni en la izquierda ni en la derecha no iremos de nuevo a unas elecciones a finales de año? Ahí lo dejo. En lo que a mí respecta debo decir que soy mucho de refranes, y aquí cabe decir que no hay dos sin tres. Si ya ha habido repetición electoral en dos ocasiones, ¿Por qué no en una tercera?
Por otro lado, debo reconocer que he fallado prácticamente en todo lo que predije anoche que podría suceder con respecto a la depuración de responsabilidades y al hecho de que no habría elecciones generales hasta diciembre. Pero sí he acertado en cierta forma cuando dije que a partir de ahora todo podía suceder, y no he ido mal desencaminado. Del mismo modo mantengo mi teoría de que no veo a Feijóo de presidente del gobierno, ya que la campaña electoral que se va a producir de aquí a dos meses va a ser a cara de perro. Sánchez va a llevar a cabo lo que se conoce como "La campaña del miedo" para ganar las elecciones. El hecho de que el PP llegue a acuerdos con VOX en Ayuntamientos y CCAA va a provocar que desde la izquierda se vuelva a utilizar no ya el viejo eslogan de "Que viene la derecha", sino el de "Que viene la extrema derecha". Si a eso le sumamos el alto nivel de ignorancia de sus votantes, así como el sectarismo de éstos, ya se puede decir que al PSOE no le va a ir nada mal en estas elecciones, aunque ojalá me equivoque en esto último.
Si esto se confirmase y el PSOE obtiene un resultado que le permita reanudar su pacto con podemitas, etarras, independentistas, etc, la permanencia de Sánchez en la Moncloa estaría garantizada como mínimo hasta el 2027, ya que los socios del actual presidente del gobierno saben que no van a tener otra oportunidad como esta para alcanzar sus objetivos. Lo que ocurra más allá de 2027 lo ignoro, pero que por entonces no va a quedar de España ni sus cenizas es un hecho si finalmente la izquierda logra permanecer en el poder. Y entonces ya dará igual que entre en el gobierno el PP, VOX, el PACMA o Escaños en Blanco, ya que no habrá nada que gestionar. Aunque eso a los españoles se ve que les da igual.
¿Con esto estoy queriendo decir que estas elecciones son la última oportunidad que tiene España para salvarse? Por supuesto que no. España ya está perdida desde hace años, desgraciadamente. Concretamente desde hace diecinueve años. Si el PSOE logra una nueva victoria, o incluso pierde las elecciones pero los números les dan para formar gobierno nuevamente, la desaparición de nuestro país como comunidad política y social acabará más pronto que tarde, ya que el Frente Popular 2.0 tendrá carta blanca para hacer y deshacer a su antojo otros cuatro años más, pero esta vez con las concesiones definitivas tanto a vascos como a catalanes. Si por el contrario ganase el PP y éste necesitase el apoyo de VOX, el futuro de España seguiría igual de negro. ¿Por qué? Por la sencilla razón de que con un gobierno formado por el PP y VOX, la izquierda tomaría las calles día sí y día también hasta que cayese el gobierno y ellos recuperasen el poder. No hay que olvidar que la izquierda española considera que el poder les corresponde a ellos por naturaleza democrática, y por ello todo lo que no sea un gobierno izquierdista es un gobierno fascista, antidemocrático e ilegítimo para ellos.
En definitiva, se presentan unas semanas bastante tensas para España en las que de nuevo vamos a tener una precampaña y una campaña electoral bastante dura e intensa, y en la que el país se juega si finalmente nos vamos al carajo en menos de cuatro años con la izquierda, o si al menos logra aguantar unos años más con la derecha al frente. Ya dije anoche que todavía quedaba mucho partido por delante, y eso mismo estamos viendo ahora. En lo que a mí respecta, y conociendo al personal, no me extrañaría nada que con la izquierda incitando al voto del miedo, y con el estallido del fraude electoral de esta semana pasada, unido al hecho de que el PSOE tiene el control de Correos y por lo tanto del voto de los españoles residentes en el extranjero, así como el control de Indra, es bastante posible que el PSOE y compañía logren unos resultados que aunque no les permitan ganar, sí les permitan al menos mantenerse en la Moncloa. Sobre la derecha debo decir que aunque deseo y creo que lograrán un buen resultado, la suma entre el PP y VOX será insuficiente para formar gobierno. Ojalá me equivoque, pero creo que si la derecha logra volver, no será en estas elecciones. Si acaso, en las de 2027 o 2031, aunque para entonces ya será tarde para todos. Por ello, sólo queda una opción: votar el 23 de julio sí o sí.