miércoles, 28 de febrero de 2018

El fin del Régimen del 78

Pasan y pasan los meses y la situación en Cataluña no hace más que empeorar por mucho que uno piense que la cosa no puede ir peor tras las última noticias que nos llegan desde Barcelona. Ahora le ha tocado el turno al rey, el cual ha sido boicoteado en la capital catalana tras acudir a la inaguración del Mobile World Congress. En un desplante insólito, el rey no fue recibido ni por la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ni por el presidente del parlamento catalán, Roger Torrent. Pero por si fuera poco a todo esto, Felipe VI fue recibido en Barcelona con múltiples protestas independentistas (Las cuales acabaron con heridos y detenidos) y por el himno de Riego (El himno de la II República española).

Ante esta insólita situación cabe preguntarse; ¿Cómo acabará esto?, porque por muy increible que nos parezca, el referendum ilegal e incluso la declaración unilateral de independencia de octubre no es nada con lo que puede ocurrir de aquí a unos meses. Hace unas horas se ha anunciado que el bando independentista ha acordado nombrar al radical Jordi Sánchez (El líder de la Asamblea Nacional Catalana) presidente de la generalitat catalana. Claro, uno lee esto y dice; "¿Y qué pasa con esto?", pues simple y llanamente que Jordi Sánchez está en estos momentos en prisión, por lo que a ver cómo se las apañan los independentistas para proclamar presidente de Cataluña a un preso. Un preso que de llegar a ser presidente tendría que implantar de manera efectiva la República catalana proclamada tras la declaración unilateral de independencia efectuada el 27 de octubre, algo que podría provocar unos acontecimientos que nadie sabe todavía. ¿Cómo reaccionaría el Estado español ante la implantación efectiva del nuevo estado catalán ya proclamado?, ¿Activaría Rajoy de nuevo el 155?, ¿O enviaría de nuevo a toda la Policía y a la Guardia Civil a Cataluña como ya hizo en octubre?. Más le valdría al presidente del gobierno que se guarde de enviar a los cuerpos y fuerzas de seguridad a Barcelona nuevamente, no vaya a ser que con las manifestaciones y protestas que se están produciendo en la Policía y en la Guardia Civil por la equiparación de salarios, algunos mandos desistan de acatar la orden que Mariano les mande desde el palacio de la Moncloa.

Si de algo podemos sacar como conclusión a todo esto no es sólo ya que los catalanes quieren marcharse de España, sino que los catalanes no reconocen a Felipe VI y a la monarquía como forma de estado en su territorio, y menos después del discurso del rey el pasado 3 de octubre. Algo que afecta ya no sólo a la integridad territorial de la nación, sino también a la forma de estado en sí. Y a todo esto conviene no perder de vista a los vascos, los cuales están elaborando ya una reforma del estatuto de Gernika en la que se reconoce abiertamente la posibilidad de celebrar un referéndum secesionista para la independencia del País Vasco con respecto a España. La cuestión es; ¿Cómo va a detener Rajoy al PNV si la estabilidad gubernamental depende de los vascos así como de Ciudadanos?. ¿Aceptará Rajoy esta reforma inconstitucional del estatuto vasco a cambio de seguir hasta 2020 en la Moncloa?, ¿O rechazará la propuesta del lehendakari Urkullu, lo que provocaría un adelanto electoral en España que Rajoy no quiere ni oír hablar en estos momentos de caída en picado en las encuestas?. Si de algo podemos sacar también como conclusión a todo esto es que a Rajoy la situación se le ha ido completamente de las manos y ya no depende de él el manejo de los tiempos, lo cual va a provocar que se lleve el país, la corona, y a todos nosotros por delante en su interminable caída.

En lo que a mí respecta, ¿Qué solución veo yo a todo esto? La dimisión inmediata del gobierno de Mariano Rajoy y la convocatoria urgente de elecciones generales constituyentes, cuyas nuevas cortes nombrarían a una persona neutral como nuevo presidente de un gobierno técnico y la posterior elaboración de una nueva Constitución para empezar (Que no reformar) un nuevo sistema político en España, el cual pasaría por la supresión de la monarquía y la instauración de una República presidencial o semipresidencial, la centralización territorial del estado (Como sucede en Francia), y la devolución de las principales competencias al estado español (Entre ellas, sanidad y educación).

El régimen del 78 no puede acabar con esta grave crisis puesto que ha sido este mismo régimen el que ha alimentado al monstruo que ahora estamos sufriendo. El gobierno de Rajoy ha ido demasiado lejos en su empeño de dejar pasar el tiempo para que todo esto se calmase, lo que supone en mi opinión un delito de alta traición contra el estado por el cual el actual gobierno debería ser juzgado llegado el momento. La monarquía por su parte sólo está sirviendo para calentar aún más la situación, y lo vivido estos días con Felipe VI en Barcelona es prueba de que el rey supone más un estorbo que una solución a este problemón. Y que rece el rey porque Pablo Iglesias y sus acólitos podemitas no les den por expandir y aflorar aún más si cabe el sentimiento antimonárquico por toda España, aludiendo a que el actual jefe del estado es parte del problema y no de la solución en el conflicto catalán. Ada Colau ya ha puesto su granito de arena, veremos a ver qué hace Iglesias a este respecto, y más teniendo en cuenta que Podemos está casi excluido del panorama político en estos momentos.

Debo añadir que hablando del rey se me ha venido a la mente una frase que pronunciaría Oliver Cromwell sobre el rey Carlos I de Inglaterra en la película “Cromwell” y que es perfecta para esta ocasión; “El rey no es Inglaterra, del mismo modo que Inglaterra no es el rey”. Haciendo las modificaciones oportunas en la frase anteriormente citada llegamos a la misma conclusión; El rey no es España, del mismo modo que España no es el rey. Con lo cual, si llegado el momento, Felipe VI tuviese que dejar el palacio de la Zarzuela porque las circunstancias así lo exigiesen, quizás, por no decir seguro, supusiera para la nación un mayor beneficio su salida que su permanencia en el trono, por mucho que les moleste a algunos esta conclusión, los cuales siguen creyendo en pleno siglo XXI que el rey y España son la misma cosa, como algunos creían en el siglo XVII con Inglaterra y Carlos I.

Por todo ello, después de que se haya anunciado que Urdangarín seguirá en libertad y no pisará la cárcel, lo que menos falta le hace al rey en estos momentos es una expansión del sentimiento antimonárquico por todo el país, y lo mismo cabe decir de Rajoy con sus casos de corrupción que cada vez lo tienen más acorralado. El jefe del gobierno, el cual si desea lo mejor para su país como él tanto pregona a los cuatro vientos, lo que debe hacer cuanto antes es anunciar su retirada, antes de que se lleve el país por delante. Ante todo este escenario cabe preguntarse nuevamente; ¿Cómo va a acabar todo esto? No tengo ni idea, pero desde luego bien no va a acabar, y no me refiero solamente en el territorio catalán, sino en el resto de España. Así que, señoras y señores, si lo de ahora les ha parecido un terremoto, agárrense porque vienen curvas con tsunami y huracán incluidos. Visto lo visto en las últimas horas, lo peor está todavía por llegar y puede llevarse por delante todo y a todos. 

martes, 27 de febrero de 2018

Lo que los andaluces nunca fuimos

Tengo que confesar que nunca he sido un excesivo admirador del movimiento andalucista ni del regionalismo andaluz, pero siempre he tenido un cierto orgullo por ser andaluz y por pertenecer a esta tierra. Pero de un tiempo a esta parte debo reconocer que mi escasa simpatía hacia el andalucismo ha ido menguando hasta ser algo completamente inexistente en mi vida. Mientras este sentimiento se disipaba, mi sentimiento patrio, es decir, mi sentimiento hacia mi país, hacia España, han ido aumentando conforme han ido transcurriendo los históricos y graves sucesos acontecidos en Cataluña en estos meses.

A día de hoy, si me preguntan sobre si me siento orgulloso por ser andaluz, debo añadir que en términos geográficos me siento orgulloso por haber nacido y vivido en esta tierra situada al sur de España, pero en lo que concierne a sentimientos regionalistas e incluso nacionalistas, debo añadir que no. No siento el más mínimo "Amor patrio" hacia esta tierra. Esto no quiere decir que no la ame, pero por supuesto no despierta en mí un sentimiento colectivista, ni muchísimo menos identitario.

¿La razón? No hay ningún motivo en concreto, pero como ya he añadido, la situación nacional que estamos viviendo ha hecho que los escasos sentimientos identitarios y regionalistas se hayan disipado completamente. A fin de cuentas ¿Qué es el sentimiento regionalista y nacionalista andaluz? Pues ni más ni menos que la concentración de todo un sentimiento de esa parte de Andalucía correspondiente al mundo izquierdista, progre, obrero y rural que no se ve reflejada en el nacionalismo español y que ve en el nacionalismo de nuestra tierra un sentimiento que abandera, según ellos, la defensa de la clase trabajadora de nuestra región. ¿Acaso no es común ver a esa misma izquierda que catalogan de "Fachas" a los nacionalistas españoles reivindicar el nacionalismo andaluz con la misma intensidad e ímpetu?, ¿Acaso no se ponen ellos a la misma altura de aquellos a los que critican con ese comportamiento hipócrita?, ¿Por qué ese sentimiento de animadversión hacia España mientras se enaltece la "Patria andaluza"?, ¿Acaso no son extrapolables hacia el nacionalismo andalucista las críticas que desde este sector se realiza contra el nacionalismo español?, ¿Acaso no son todos los nacionalismos iguales, como ahora profesan por ahí algunos?.

Es común ver a la izquierda por Andalucía cantar el himno que compuso el sobrevalorado Blas Infante con el puño en alto cuan "La Internacional". Un himno que nos dice una frase bastante curiosa y que a mí personalmente me llama mucho la atención. Es la frase que dice; "Los andaluces queremos volver a ser lo que fuimos". Cuando yo oigo esta frase no tengo más que preguntarme; ¿Y qué hemos sido los andaluces alguna vez? Pues lo mismo que los catalanes, los gallegos, los murcianos, los vascos, los valencianos o los extremeños; Nada. Los andaluces nunca hemos sido esa "Nacionalidad histórica" que el estatuto acordado por Zapatero y Chaves plasmó en el preámbulo de dicha ley. Otra cosa bien diferente es si hablamos de Andalucía oriental, concretamente de la provincia de Granada. Esta provincia sí puede catalogarse como una nacionalidad en términos históricos, puesto que hasta hace algo más de 500 años fue lo que todos conocemos como el Reino de Granada. Un reino que ocupaba también las provincias de Málaga y Almería, además de parte de Murcia, Cadiz y Jaén, pero hablar de esto es harina de otro costal.

Por cierto, volviendo al himno cabe decir que el propio Blas Infante, el cual es considerado como el padre de la "Patria andaluza", lleva a cabo dentro del mismo himno una contradicción bastante curiosa, y no es otra que aquella que dice; "Sea por Andalucía libre, los pueblos y la humanidad". Es decir, mientras este señor enaltecía una Andalucía libre de España, al mismo tiempo hacia un enaltecimiento internacionalista hacia los pueblos y la humanidad. Un error que ya se encargaron de corregir algunos cuando se puso en marcha el proceso de autonomía de nuestra tierra durante la transición. Aun así debo añadir que el himno en sí tiene una letra bonita, pero no despierta en mí ninguna emoción ni sentimiento identitario cada vez que lo oigo, como tampoco despierta en mí ningún sentimiento ni emoción la bandera de Andalucía.

¿Cómo sentir algo hacia una tierra que desprecia y humilla a la provincia y a la ciudad que es capital de esa tierra?, ¿O es que acaso es mentira que el resto de andaluces no pueden ni ver en pintura a Sevilla y a los sevillanos por el simple hecho de ser los habitantes de la capital de Andalucía?, ¿Qué sentimiento identitario voy a tener hacia una tierra que tiene un debate permanente sobre si es conveniente dividir ésta entre las provincias orientales y occidentales debido a que no tienen ninguna semejanza entre ellas?. En fin, por lo que a mí respecta, mañana no tenemos nada que celebrar los andaluces. Andalucía occidental fue hace cinco siglos una parte esencial del Reino de Castilla y es hasta el día de hoy parte indispensable de España, con lo cual no cabe celebración ni enaltecimiento regionalista, ni mucho menos nacionalista hacia nuestra tierra, que ha sido, es y espero que siga siendo, aunque por desgracia cada vez lo veo más difícil, española. Por ello, viva Andalucía, pero sobre todo, viva España.

miércoles, 14 de febrero de 2018

Visión de una suciedad


Hace unos años escribí en mi portátil una entrada privada acerca de mi visión sobre las distintas clases sociales que integran el mundo en el que vivimos. No sé cómo, esa entrada se perdió en su momento, por lo que intentaré de nuevo explicar de la manera más cercana posible mi posición expuesta en aquella entrada y de paso, subirla por aquí y compartir mi visión de esta sociedad que padecemos. Tengo que añadir que he dudado hasta el último momento sobre la conveniencia de compartir o no esta entrada. Algo que no me ha pasado en los casi cinco años que tengo este blog. Aun así considero que es mejor compartir lo que he escrito y que cada uno piense lo que quiera.

Dicho esto debo añadir que otro motivo que me ha llevado a escribir de nuevo esta tesis es la visualización el año pasado de una serie que cuarenta años después de su emisión sigue siendo todo un referente en lo que se refiere a una serie histórica/sociológica. Me refiero como no podía ser menos a la maravillosa serie británica "Arriba y abajo", a la cual ya dediqué una entrada íntegra sobre ella en mayo del año pasado. En esta serie anglosajona se relata la historia de la Inglaterra de principios del siglo XX a través de los ojos de sus protagonistas; una familia de clase alta cuyo cabeza de familia es un político del partido conservador inglés, y sus criados, los cuales residen en la parte inferior de la casa y viven por y para sus señores. Cuando veo la serie me hago una serie de preguntas acerca de la evolución del concepto entre ricos y pobres, señores y criados, clase alta y clase baja, patronos y trabajadores. Todo aquél que haya visto la serie conoce de antemano a los personajes y sus ideas. En la clase sirviente podemos ver sin ir más lejos la posición conservadora/tradicional que poseen dos de los componentes más relevantes dentro de la servidumbre. Me refiero al señor Hudson y la señora Bridge; el mayordomo y la cocinera de la aristócrata familia a la que éstos guardan el más absoluto de los respetos. Pues bien, como iba señalando, una de las cosas que más me sorprende de estos dos personajes de la serie es su forma jerárquica en la que conciben la sociedad en la que les ha tocado vivir. Tanto el señor Hudson como la señora Bridge son personas que se sienten orgullosas de ser criados de sus señores. No conciben en absoluto una sociedad en la que el trabajador puede desempeñar un puesto relevante dentro de la sociedad. Eso es tarea única y exclusiva de la clase alta. Como ya he señalado, nuestros dos protagonistas defienden la estructura social de la Inglaterra Victoriana/Eduardiana como los más fervientes aristócratas del país de Shakespeare. Una posición en la que uno se queda un poco perplejo, ya que éstos son sirvientes y súbditos de unas personas pertenecientes a un estatus social ajeno a ellos, y que sin embargo no ofrecen la más mínima queja de su situación, al contrario. Todos aquellos que critiquen a los señores son defendidos por nuestros protagonistas, en especial el señor Hudson.

Claro, uno ve estas cosas en febrero del año 2018 y se pregunta ¿Cómo es posible que aquellos que obedecen defiendan a sus jefes como si fuesen miembros de su propia familia?, ¿Los trabajadores del siglo XIX y XX eran tan ignorantes que no tenían un poco de orgullo para con ellos mismos y defendían los intereses de sus amos en lugar de los suyos propios?, o por el contrario, ¿los trabajadores de hace 100 años sabían perfectamente dónde estaba situada su posición social y la aceptaban sin regañadientes puesto que para ellos el pobre debe servir y el rico mandar y esto no es más que la ley natural del más fuerte como ya vaticinó Darwin en su teoría de las especies?.

Yo no soy una persona perteneciente a las clases sociales adineradas y privilegiadas. Al contrario, soy una persona perteneciente a la clase media-trabajadora. Sin embargo hay que añadir que por muy impactante que nos pueda parecer la posición de los sirvientes anteriormente mencionados, hay que destacar que llevan toda la razón a la hora de defender su posición y las limitaciones sociales que conlleva pertenecer a ella. Me explico, hoy en día, todas las personas que integran la clase obrera defienden que ellos tienen una serie de derechos y que los ricos les están quitando de manera progresiva esos derechos, por lo que gran parte de ellos salen a la calle a reclamarlos. Hasta ahí todo me parece muy bien y correcto. Todas las clases que componen una sociedad deben de tener una serie de derechos dentro de un marco establecido por las leyes. Pero eso no quita que en casos donde se asciende de posición social por determinados motivos, ciertas personas antes pertenecientes a la clase trabajadora, dejen posteriormente a un lado sus principios proletariados y se comporten de la misma manera que aquellos empresarios que ellos criticaban en su época de lucha obrera. ¿Qué quiero decir con esto? Simple y llanamente que el ser humano, y en especial el obrero, es un ser hipócrita que actúa de una forma u otra según las circunstancias y la situación en la que se encuentre en un momento determinado. ¿Cuántas veces no ha oído uno decir a algún comunista "Que paguen más los que más tienen"? Una frase que puede uno compartir o no, pero que varía de respuesta entre aquellos que pronuncian tan polémica frase cuando se les pregunta si eso sería aplicable también a ellos en caso de convertirse en personas con un poder adquisitivo elevado. "Pues no, porque el gobierno no es quién para robarme un dinero que a mí me ha tocado legalmente", "Para nada, porque yo no me puedo comparar con los ricos. Soy un trabajador al que le ha sonreído la vida sólo por una vez", "Pues sí, pero hasta cierto punto. Tampoco se van a llevar ahora todo mi dinero para que se lo queden ellos". Respuestas algunas con sentido y otras que no, pero que demuestran el nivel de hipocresía al que los seres humanos, en este caso los trabajadores, llegamos cuando nos guiamos por intereses distintos según el "Status quo" al que formamos parte.

Aún así quiero ir más allá de todo esto. También podemos considerar que todo esto no es más que un sentimiento de envidia que les mueve a las personas que están en una posición social inferior. El trabajador puede ser solamente un individuo el cual desea un aumento de posición social y captación de poder para sentirse importante y dejar atrás una vida miserable cargada de muchas obligaciones y escasos derechos. ¿Cuando el trabajador critica a un burgués por ir a una clínica privada lo hace porque este último hace alarde de su dinero y acude a centros médicos mejores, o solamente porque le chirría que una persona que tiene más ingresos económicos puede permitirse el lujo de ir a estos lugares y él no?, ¿Cuando el trabajador critica al rico por llevar a sus hijos a escuelas privadas y no públicas lo hace porque el padre de las criaturas es un estúpido liberal que considera que sus hijos pijos no pueden ni deben relacionarse con los hijos de los obreros, o por el contrario lo critica porque éste tiene la capacidad de llevar a sus niños a colegios donde los suyos no pueden ni asomar las narices?.

Otro caso llamativo lo encontramos cuando un trabajador escucha en las noticias que un político ha robado dinero público. La primera reacción del trabajador es lógicamente la de lanzar un "Menudo hijo de puta". Pero si nos paramos y le preguntamos a ese trabajador por qué considera que ese político es un hijo de puta obtendremos en la mayoría de los casos, no en todos, la misma respuesta; "Porque yo estoy cobrando una mierda de salario/prestación, mientras ellos se lo llevan calentito". Cuidado, el obrero no critica al político por robar un dinero perteneciente a las administraciones públicas. Lo critica porque éste tiene la oportunidad de poder robar a manos llenas todo aquello que encuentre mientras el trabajador se tiene que conformar con lo que gane ya sea mediante un salario despreciable o una paga sufragada por el Estado. Con lo que podemos llegar a la conclusión siguiente: el trabajador no es más que un ser envidioso y perdedor que siente repugnancia por los burgueses y las clases adineradas por el simple hecho de que éstos viven en un modo de vida inalcanzable para los proletariados. Es por ello por lo que la Dictadura del Proletariado no es más que la confirmación de la tesis "Quítate tú, que me pongo yo". La tesis de que lo que molesta no son los abusos de los patronos sobre sus trabajadores o el poder que los primeros ejercen sin piedad contra los segundos, sino el reparto de papeles en los que los oprimidos desean ser opresores de aquellos que los oprimen. La expropiación de las tierras y los medios de producción en manos de los burgueses por parte de los proletariados una vez que éstos asuman el poder según la teoría de Marx, es la confirmación de que el obrero es un ser acomplejado, avergonzado y sediento de poder y de riquezas.

Volviendo a la serie británica, me detengo esta vez en los de "arriba", es decir, en los señores. La familia burguesa está compuesta por los Bellamy, encabezada por Richard Bellamy, un político del partido conservador británico, su esposa lady Marjorie, una mujer perteneciente a la aristocracia, y sus hijos; James Bellamy y Elizabeth Bellamy. Un gran error que yo veo en la serie inglesa es la comprensividad que se les da a los burgueses con sus sirvientes y todos aquellos estamentos inferiores a ellos. Es lo que en Inglaterra y Francia se resume con la célebre frase "Noblesse oblige" (Nobleza obliga), en donde los nobles no sólo deben ser firmes con el trato a sus inferiores sino corteses con ellos y comprensivos, puesto que su posición social les obliga a comportarse así para dar ejemplo ante terceros. Podemos decir pues que es un ejercicio puro de hipocresía donde los ricos muestran su "alma caritativa" con los más desgraciados con el fin de dejar buena imagen ante sus amigos ricachones en las reuniones pijas celebradas en los restaurantes más distinguidos de la sociedad burguesa.

En varios momentos de la serie se pueden ver escenas donde el jefe de la familia, es decir, el político Richard Bellamy, se preocupa por el bienestar de sus súbditos, intenta solucionar sus problemas dentro de sus posibilidades como alta clase social e incluso sacan las narices en favor de sus sirvientes, algo verdaderamente insólito. Por supuesto, cuando se visualizan estas imágenes uno se queda un poco en shock sobre el trato de los señores hacia sus inferiores. Nos encontramos pues ante unas escenas que en la vida real difícilmente su podrían observar, ya que los señores eran personas que trataban a los empleados como seres inhumanos donde se podía hacer con ellos lo que les diese la real y aristocrática gana. Si le preguntásemos a un burgués sobre las condiciones de vida de sus criados, éste respondería; "Demasiado bien están. Encima que les doy techo y comida estaría bueno que se quejasen. Si no les gusta lo que hay, ya saben lo que tienen que hacer", o también podría decir "Estos repugnantes obreros con sus ideas socialistas y sus derechos nos van a arruinar". De hecho, existen relatos de personas que han trabajado para personas de la clase alta que han descrito sus vivencias en estas casas como un "infierno", donde sus amos no tenían la más mínima consideración con sus subordinados. Hasta el punto de hacerlos trabajar cerca de 20 horas al día, y dejarles poco más de cuatro horas de descanso solamente, siempre por supuesto en unas condiciones infrahumanas. Por ello, una vez dicho esto y volviendo a la serie es “entendible” que los productores y directores de ésta intenten suavizar y por consiguiente pequen de permisividad con la clase alta con respecto a estos graves asuntos, ya que si por algo se caracteriza “Arriba y Abajo” es por ser una serie con claros tintes conservadores y como tal intentan proteger el mal trato que los representantes del conservadurismo/liberalismo anglosajón dan a sus trabajadores en la serie haciendo gala del dicho franco-británico anteriormente citado. Recuerden; “Nobleza Obliga”. 

Con todo esto se puede concluir que el rico es un ser despreciable, perverso y vomitivo, el cual hace gala de su poder frente a los trabajadores con el objetivo de demostrar su "Status quo" ante ellos y su supremacía en todos los niveles. Al igual que el trabajador, el rico no piensa más que en sí mismo y en la perduración permanente de su estatus social, pero para mantener a la plebe tranquila, les da a éstos las migajas de pan que caen en el suelo de sus apoteósicos salones pijos repletos de obras absurdas y abstractas en las que la vulgaridad predomina por los salones de alta cuna. Aunque este hecho se produce de manera literal, también se produce de una forma teórica, es decir, los ricos les dan de vez en cuando a los pobres un 0,1% de las reivindicaciones que exigen con el fin de mantener sus bocas cerradas y alargar con ello la esclavitud proletariada bajo el dominio inflexible e inhumano del capitalismo. Ante este desarrollo cabe preguntarse, ¿Le interesa a los pijos, empresarios engominados e hijos de papá algo más que no sea el dinero? Rotundamente no. El rico tiene sólo un objetivo que va más allá de la perpetuación de poder y la posesión económica; el aumento de ambas en detrimento de una sociedad más desigual. Es lo que los judíos y los seres más despreciables que pululan por los cinco continentes llaman "Neoliberalismo económico"; una forma de vida en la que la esclavitud se legaliza por medio de un contrato de trabajo temporal/permanente donde el trabajador es simplemente un animal que está al servicio de su emprendedor y multimillonario jefe, el cuál se regocija con la escena de ver cómo tiene en su poder el futuro laboral, y por ende, la vida de todos aquellos que con el sudor y la sangre de su frente mantienen activa su empresa.

Esta es mi visión de la sociedad en que vivimos. Una sociedad donde se trabaja como esclavo de la clase burguesa con el único fin de sobrevivir en un mundo cada vez más desigual e insolidario. Un mundo en el que ahora, más que nunca, la codicia (Ese elemento que tan bien expresó Michael Douglas, Gordon Gekko, en la maravillosa película de Oliver Stone; “Wall Street”) y la avaricia son sus principales protagonistas. Con una clase rica cada vez más podrida de lujos y privilegios a la par que sedienta de dinero y poder por un lado, y por el otro una clase obrera sobrada de envidia y falta de esperanza que vive cuan mendigo en una vía pública, de las limosnas que los insensibles y egoístas acomodados les conceden con repugnancia y risa a su paso. Una sociedad que en nada se parece a la extraordinaria serie británica “Arriba y Abajo” (Lo cual no quiere decir que esta producción televisiva sea una de las mayores joyas de la pequeña pantalla), y que nos demuestra que la igualdad no sólo es un concepto inalcanzable, abstracto, falso y absurdo, sino también una vana ilusión entre los desiguales con el fin de creer que lo imposible es posible.

sábado, 10 de febrero de 2018

El hombre; ¿Bueno o malo por naturaleza?

Decía Rousseau que "El hombre es bueno por naturaleza, es la sociedad quien lo corrompe". Esta frase, como es lógico, la conocemos de sobra la mayoría de los mortales, pero la cuestión se vuelve interesante cuando nos toca opinar acerca del contenido de la misma. ¿Es bueno o es malo el ser humano? En lo que a mí respecta, y siendo fiel a mis principios pesimistas digo que el ser humano es malo por naturaleza. ¿Por qué? Creo que en el año 2018 no hace falta entrar en muchos detalles acerca de las razones que debo añadir para corroborar esta teoría. Respeto por supuesto a aquellos que piensen lo contrario, al mismo tiempo que los admiro y compadezco, ya que es muy difícil a la vez que impactante que un número considerable de la población mantenga su fe en las buenas intenciones del ser humano. Esa especie animal que se caracteriza por ser la única en destruir, torturar y matar por placer tanto a sus semejantes como a otras especies animales.

No estoy queriendo decir que el 100% de las personas que habitamos en este mundo seamos malas, Dios me libre de decir eso. Lo que estoy afirmando es que por desgracia para nuestra especie, es más alto el nivel de malicia entre nosotros que el nivel de bondad. Como ya he dicho, no hace falta entrar en detalles para razonar esta respuesta. Basta con mirar la historia. ¿Acaso desde la creación del hombre hasta nuestros días ha predominado el bien, la paz, la pureza, la inocencia, el perdón, la armonía, la virtud, etc?, ¿O por el contrario ha imperado la maldad, el odio, la venganza, las guerras, las muertes, los defectos, las rencillas, las traiciones, etc? La respuesta es obvia. Hemos llegado hasta aquí a base de desgracias y sufrimientos durante todos estos siglos. Es verdad que el ser humano ha avanzado mucho, sobre todo en estos últimos 100 años, en cuestiones como la ciencia o la tecnología. Avances que han supuesto en parte una mejora gradual de nuestras condiciones de vida (Y digo "En parte" ya que incluso estos grandes avances están suponiendo en algunos casos la aparición de nuevos problemas ante los que la sociedad actual tiene que hacer frente). Pero los avances científicos y/o tecnológicos no son suficientes para disolver la idea de la malicia del hombre. ¿Acaso no hace el hombre negocio incluso con la salud? Esta es sólo una pregunta de mil que se puede plantear uno al hablar de esta cuestión.

Una cuestión que resume perfectamente la malicia del hombre es por ejemplo la situación en el Tercer Mundo. ¿Cuántos casos se han descubierto a lo largo de estos años acerca de la corrupción que envuelve las ayudas que desde "Fundaciones humanitarios" se tendrían que destinar a aquellos países subdesarrollados? No es ningún secreto que el Tercer Mundo es un chollo para el hombre, ya que gracias a la pobreza y a las desgracias que allí se producen, miles de fundaciones se enriquecen a costa del sufrimiento y el hambre de los habitantes de esta parte del mundo. ¿Por qué acabar con un problema cuando podemos enriquecernos gracias a el? Este mismo planteamiento se puede extender a las cuestiones sanitarias, como ya he hecho referencia. ¿Para qué dar con la cura de enfermedades cuando con la existencia y el tratamiento obtenemos más ganancias? Una cruda conclusión no exenta de realidad. Hoy sin ir más lejos he podido leer una noticia en la que se hablaba de cómo "Fundaciones" británicas pagaron a supervivientes del terremoto de Haití en 2010 para realizar con ellos "Orgias al más puro estilo Calígula". ¿Aún siguen creyendo que el ser humano es bueno por naturaleza?.

Imperios contra imperios, reinos contra reinos, tribus contra tribus, padres contra hijos, hermanos contra hermanos... las guerras, la muerte y el enfrentamiento son elementos que el ser humano lleva en su ADN. Elementos que jamás desaparecerán mientras el ser humano continúe existiendo. Algunos que lean esta entrada dirán nuevamente "Este tío, tan pesimista como siempre". Llámenlo como quieran, yo prefiero llamarlo realismo. Como ya he dicho, no estoy diciendo que todos los hombres y mujeres que habitamos en la tierra seamos malos. ¿Quién se considera a sí mismo malo? El ser humano siempre encontrará excusas para justificar sus actos malignos, pero nunca reconocerá su malicia como tal. El presidente de EEUU, Ronald Reagan, dijo una vez "Sé en mi corazón que el hombre es bueno, de que lo correcto al final siempre triunfa, y de que toda vida humana tiene un valor y un sentido". Una frase que pierde todo su sentido cuando conoces al autor de esta cita. Yo personalmente me quedo con esa otra frase que pronunciaría Hobbes y que dice así: "El hombre es un lobo para el hombre", o con aquella otra que pronunció Maquiavelo, donde afirmaba lo siguiente; “El hombre es malo por naturaleza, a menos que le precisen a ser bueno”. Unas frases mucho más cercanas a la realidad que la que, por ironías de la vida pronunciaría el presidente Reagan, o la que en pleno siglo XVIII pronunció Rousseau y que ya he mencionado anteriormente. Quizás a Rousseau se le olvidó plantearse la siguiente cuestión; Si el ser humano se corrompe por la sociedad, entonces podemos llegar a la conclusión de que el ser humano sí es malo y corruptible por naturaleza, ya que quien compone esa sociedad que nos lleva por el mal camino no es ni más ni menos que el propio ser humano. 

jueves, 8 de febrero de 2018

Sentimiento y Pasión

En menos de dos meses llega tu semana, Dios que posees el Gran Poder de la vida y de la muerte. La semana en la que tu Sevilla te vuelve a rezar por saetas y por sones de cornetas. Los siete días en los que Tú bendices esas calles de naranjos repletas de azahares. Esas callecitas tan estrechas como dice la canción por las que Tú pasas dejando tras de Ti un aroma de incienso que bautiza el alma y limpia los corazones. Tú, que me llevas acompañando desde antes de que yo naciera. Tú, que no te has separado de mí en ningún momento de mi vida. Tú, que has sido mi amigo de infancia cuando cogía las figuras que te representan para pasearte por mi casa sobre una caja de cartón simulando un paso. Tú, que has sido, eres y serás mi mayor y mejor confidente. Tú, Aquél que conoces todos y cada uno de mis secretos, de mis pensamientos, de mis sentimientos, de mis deseos. Tú, que guías mis pasos y proteges mi vida, la de los míos y la de todos tus hijos que formamos este mundo, obra de tu creación perfecta y universal.

A Ti, a Quien he pedido salud en un momento determinado y en otro el amor de ese alguien que creías que no era el que yo verdaderamente merecía. A Ti, que me conoces mejor que nadie, e incluso mejor que yo mismo. A Ti, que has sido, eres y serás parte fundamental de mi vida, la cual no se entendería sin tu presencia. A Ti, que te presentaste a mí cuando yo tenía tres años y que, como en la Creación de Miguel Ángel, mantenemos ese pacto de unión a través de la fusión de nuestros dedos. A Ti, cuyos textos que relatan tu vida fueron los que me enseñaron a leer y tu historia la primera que leí en mi vida. A Ti, cuya vida pude ver cientos de miles de veces a través de aquellas películas que recreaban tu paso por este mundo. A Ti, a Quien he suplicado a veces con ilusión para pedirte algo que ansiaba, y otras veces con lágrimas en los ojos porque sabía con antelación que esa petición no me sería concedida. A Ti, a Quien le debo las gracias por todo lo que soy y por todo lo bueno que me has dado en esta vida. A Ti, que me has dado la mejor familia que una persona puede tener en este mundo que espera de nuevo esa Segunda Venida en la que habrás de juzgarnos a todos.

Gran Poder, Tres Caídas, Sed, Salud, Expiración, Esperanza, Sentencia, Pasión, Amor, Soberano Poder... miles de advocaciones tienes, pero sólo por tu verdadero nombre te conocemos todos a la vez y finalizamos nuestras oraciones tras rezar el Padre Nuestro que Tú nos enseñaste. Ese nombre que siempre he dicho que será el que mi hijo lleve si un día lo tengo. Ese nombre que todos exclamamos cuando estamos ante una difícil situación y que posee cinco letras, una para los cinco continentes que Tú creaste. El mismo número de letras que lleva el nombre de tu madre, que es reina y soberana de esta tierra sevillana que te ama y que junto al tuyo son los nombres más poderosos que se escuchan por toda el mundo. Esos dos nombres que son los que lleva mi madre y que son aquellos con los que más orgullo que nadie puede llevar una persona en la vida; El de tu madre, María, y el tuyo, Jesús.

En menos de dos meses estará el nieto de Joaquín y Ana llevando el Evangelio por las calles de Sevilla. Desde esas barriadas de Ciudad Jardín el Sábado de Pasión, del Porvenir el Domingo de Ramos, del Tardón el Lunes Santo, del Cerro del Águila el Martes, de Nervión el Miércoles, de los Remedios el Jueves, de la Macarena la Madrugá, de Triana el Viernes, del Plantinar el Sábado, y de San Luis el Domingo de Resurrección. En menos de dos meses llega la emoción, la Pasión, la Muerte y la Resurrección. La forma que tiene un pueblo de entender su Fe y de expresarla a los cuatro vientos. En menos de dos meses estará el Hijo de Dios teniendo sed, expirando su último aliento, cruzando el Puente Cedrón, cayendo por tercera vez en su camino al Calvario y dando ejemplo a la humanidad de cómo en la vida hay que seguir siempre hacia adelante por muchas caídas que uno tenga en el trayecto.

lunes, 5 de febrero de 2018

Esta España nuestra

Comenzaba nuestra gran Cecilia su célebre canción dedicada a nuestro país con la siguiente frase; "Mi querida España, esta España mía, esta España nuestra". Pues bien, cuando se produjo el pasado 27 de octubre la declaración unilateral de independencia catalana dije que España había llegado finalmente al abismo. Ahora, en febrero de 2018 y tras algo más de tres meses desde aquellos sucesos históricos, seguimos en el abismo por mucho que nos quieran vender la moto, el coche y el autobús al mismo tiempo.

Puigdemont continúa fugado en Bruselas y todo parece indicar que habrá nuevamente elecciones catalanas en mayo tras negarse a venir a Barcelona hace unos días en la sesión de investidura que finalmente se suspendió. Es curioso, me resulta gracioso cómo algunos confían todavía en la posibilidad de que nuestro Harrison Ford gironés vuelva a España (O a la ya República catalana, según él) para ser investido nuevamente. Señores, este tío no va a volver por la sencilla razón que su vuelta serviría en el mejor de los casos para ser presidente nuevamente durante unas horas. El tiempo para que sea detenido y llevado a la cárcel. Otra cosa es lo que pase a partir de entonces, porque sinceramente, yo en estos instantes no descarto absolutamente nada ni en el mapa político catalán ni en el español.

La publicación el otro día de los whatssaps de Puigdemont donde éste reconocía que "Todo ha terminado. El plan de Moncloa ha triunfado" lo considero yo una estrategia por parte de éste con un objetivo que yo desconozco, puesto que como ya he mencionado, Puigdemont no tiene ningún interes en volver, sabiendo ya que su regreso supondría su entrada en prisión. Lo que sí me parece curioso es cómo en ningún medio se ha hablado sobre ese famoso "Plan de Moncloa". Puigdemont habla en sus whatassaps de que su caída sirva para que Junqueras y compañía salgan de la cárcel, lo cual me hace sospechar que ya hay un acuerdo secreto entre Madrid y Barcelona que sólo con los meses se verán sus consecuencias. Si el gobierno de España decide sacar de prisión a los principales protagonistas de la secesión catalana, ya pueden vender todo lo vendible en este mundo, que ya les garantizo yo que no les va a servir para nada.

Puede que finalmente, Puigdemont tire la toalla a última hora y sea otro u otra quien gobierne Cataluña para evitar unas nuevas elecciones que por otra parte estarían por ver si volverían a otorgar o no la mayoría absoluta al independentismo. Lo que pase posteriormente a esa formación de gobierno, sea quien sea el que la lidere, ya es una incógnita. ¿Reactivarán la República proclamada el 27 de octubre?, ¿O volverán a ser sumisos y leales a esa constitución que ya no reconocen desde la ya mencionada DUI? El tiempo nos lo dirá...

Al que seguramente no le haga ni puñetera gracia prorrogar el 155 será a Mariano Rajoy, el cual está más perdido que un chino en Sevilla Este. Con la prorroga de dicho artículo en Cataluña, es muy probable que el PNV no apoye los presupuestos generales del estado para este año 2018, lo cual desencadenaría en unas elecciones generales anticipadas que podrían celebrarse a finales de este año. Rajoy sabe muy bien que unas nuevas elecciones supondrían su salida inmediata del poder, por ello le conviene incluso más que al propio bloque independentista poner punto y final cuanto antes a la intervención light y débil de su gobierno en Cataluña.

En lo que a mí respecta tengo que decir que siempre he mantenido que al PP le quedan muchos años por delante en el gobierno de España, ya que la división electoral en la izquierda suponía que la alternancia en el ejecutivo fuese misión imposible, como ya se pudo ver en el año 2016. Pero tras lo ocurrido en Cataluña con el referéndum del 1 de octubre, la declaración de independencia del 27 y las elecciones del 21-D (Las cuales han otorgado nuevamente la mayoría absoluta a los independentistas, ha otorgado a Ciudadanos la victoria y ha hundido al PP), esta tesis se ha diluido completamente. Desde los medios de comunicación y desde el establishment en general han visto que Rajoy es un completo obstáculo para el futuro de España, lo cual les ha llevado a poner en marcha nuevamente la operación Rivera, la cual creo que esta vez sí va a dar resultado, a diferencia del fracaso que supuso esta operación en 2015.

De confirmarse esto se puede llegar a decir que de aquí a un año (No creo ni de coña que las elecciones se celebren en 2020. Creo que como muy tarde éstas se celebrarán junto a las municipales y europeas del 2019), el próximo presidente del gobierno será o bien Albert Rivera, o bien Pedro Sánchez (De Pablo Iglesias y de Podemos ni hablo, ya que no tienen opciones ni para la presidencia de una comunidad de vecinos). Personalmente creo que será Pedro Sánchez con la ayuda de Rivera, reeditándose el pacto de 2016, aunque también puede surgir el pacto a la inversa; Rivera presidente con la ayuda de Sánchez. De lo que no me cabe ninguna duda es que el tiempo de Rajoy está llegando a su fin. Podrá intentar aguantar toda la legislatura, podrá intentar incluso llevar a cabo una crisis constitucional como la de 2016 provocando una repetición de elecciones, pero el cambio de ciclo en el que estamos envueltos ahora mismo exige su retirada sí o sí.

Por supuesto el gallego intentará aguantar lo inaguantable como ya ha hecho en otras ocasiones, pero por ahí ya andan comentando en cierto periódico digital que los "Tics y los lapsus de Rajoy son como consecuencia de una acelerada pérdida de sus facultades mentales que le incapacitarán dentro de poco para ejercer la presidencia". Se avecinan pues tiempos convulsos como los que ya sufrió Felipe González en su última legislatura cuando el sevillano se negaba a dejar la presidencia del gobierno tras los innumerables casos de corrupción que asechaban a su gobierno y al PSOE. Rajoy puede ser incluso peor que González y resistir hasta el final. El problema viene cuando estamos ante la mayor crisis de estado desde la Guerra Civil, y el país no puede ser dirigido por más tiempo por aquél cuyo gobierno es lo más parecido a la anarquía que se puede conocer. Otra cosa es lo que vendrá después de Rajoy, pero eso ya es otro cantar, lo cual no va a ser ni muchísimo menos mejor que la situación actual.

Quienes no creo que tengan nada que temer de ese futuro postRajoy es la familia real. Lo ocurrido esta semana en la que el rey Felipe VI ha cumplido 50 años me parece lo más deplorable, vergonzoso y humillante que una sociedad como la española puede llegar a hacer. Los innumerables documentales, artículos, grabaciones de su "Vida cotidiana", así como encuestas y reportajes confirman que la "Corte de Juan Carlos I" ha pasado a convertirse en la"Corte de Felipe VI", donde la prensa y el establishment está haciendo lo posible y lo imposible por lavar la mala imagen que la monarquía lleva arrastrando desde hace años como consecuencia de sus escándalos y casos de corrupción. Felipe VI sabe que tiene a la prensa de su lado, y por eso está promocionando desde ya a su hija Leonor como futura reina de España.

Una promoción que a mí me parece vomitiva, ya que se está utilizando la imagen de una niña de 12 años para sostener a una institución cuyos problemas los han originado los adultos, no los menores. Pero el problema no es que Felipe VI esté utilizando a su hija para lavar la imagen de la corona. El problema es que la prensa acceda a ello y le siga el juego al rey. Por ejemplo, hay un caso que me ha llamado la atención. Es el de un artículo escrito por Federico Jiménez Losantos en "El Mundo". En dicho artículo dijo hace unos días lo siguiente; "Podemos y la ETA están con los golpistas (Por los independentistas catalanes). Los españoles estamos con Leonor". Claro, uno escucha esto y lo primero que se le ocurre a uno es cagarse en su puta madre. ¿Pero a qué hijo de puta se le ocurre decir que aquellos que no apoyamos a una niña que representa a la institución monárquica apoyamos a su vez a asesinos y golpistas?, ¿A qué mente depravada se le ocurre utilizar a una cría de 12 años para llamar proterroristas y progolpistas a todos aquellos españoles de bien que no apoyamos a la corona española?. Acusar al pueblo español de proterrorismo y progolpismo si no se está a favor de una familia corrupta es de ser un miserable y de buscar una división aún mayor de la que ya se está produciendo. Por cierto, supongo que Jiménez Losantos (Al cual yo he seguido durante muchos años) es también otro proterrorista y progolpista, según él. Lo digo porque éste era hasta la abdicación del rey Juan Carlos el primero que criticaba al entonces monarca y a la corona. Con declaraciones como estas es normal que personas como yo, que nos consideramos de derechas, pidamos de una vez la aparición en la escena nacional de una derecha social y republicana. Pero por desgracia, pedir eso en la España de nuestros días es pedir el cielo.

En estas circunstancias lo que queda demostrado es que el reinado de Felipe VI está más protegido por la prensa y el establishment, y por otro lado se confirma que la nueva "Intocable" en España no es ya la infanta Cristina, sino su sobrina Leonor. Ya que aquél que se atreva a poner en cuestionamiento el futuro de esta niña sobre la corona de España quedará sentenciado por los medios y la élite. Felipe puede pues respirar tranquilo, ya que aunque su reinado va a estar marcado por la agitación y la tensión durante estos años, los revolucionarios no llegarán a "Asaltar el palacio de Invierno". De hecho, y es algo bastante indignante y preocupante, aquello que une a los tres partidos constitucionalistas es ante todo (Incluso por encima de los diferentes conceptos que estos tres partidos tienen de la nación española) la protección de la monarquía ante una más que segura reforma constitucional tras la salida del gobierno de Rajoy. Se hablará de todo y se pondrá encima de la mesa todo en los próximos años, pero de lo que no se hablará ni se pondrá sobre la mesa será el futuro de la corona en España.

Este es el panorama que tenemos actualmente. Un panorama que me recuerda al de la España de Arias Navarro de 1976, donde el inmovilismo del último presidente del gobierno de Franco  condujo a la llegada de aquél que inició la transición española ese mismo año; El tan sobrevalorado Adolfo Suárez. Estamos pues ante un periodo previo a una II transición donde ya sabemos que el rey Felipe VI es el rey Juan Carlos I, Carlos Arias Navarro es Mariano Rajoy, y la independencia catalana es el 23-F. Falta por saber quién será Adolfo Suárez. Entre Albert Rivera y Pedro Sánchez anda la cosa, aunque la élite apuesta claramente por Rivera. La cuestión es; ¿Lo conseguirá el catalán? De aquí a un año lo sabremos... o no, ya que todo es posible en "Esta España mía, esta España nuestra".