domingo, 6 de agosto de 2017

¿Hacia un estado fallido?

A finales de mayo publiqué la última entrada sobre el asunto catalán y en mi última entrada hablé un poco por encima de ello. Ya es sabido lo que pienso de este asunto. Hasta el año pasado pensé que la cosa iba en serio y que la secesión podía producirse, pero tras diez meses de gobierno en funciones y una inactividad total por parte del gobierno catalán durante ese periodo, cambié por completo de opinión y llegué a la conclusión de que todo esto es un puro montaje entre gobierno español y generalitat catalana para desviar la atención de la corrupción y otros temas relevantes. Pues bien, dicho esto tengo que decir que hay gente que sigue pensando que el asunto va en serio y que estamos ante una verdadera rebelión por parte de Cataluña hacia el estado español. Aunque sigo pensando lo que ya he expuesto, voy a volver a pensar por un momento, como hasta hace un año, de que es cierto, que la independencia se puede producir y que estamos a dos meses de una cita crucial con la historia de España, la del referéndum catalán del 1 de octubre. Es por lo que quiero decir un par de cosas sobre este polémico asunto, siempre y cuando fuese un proceso que acabe como muchos creen, es decir, en un choque de trenes. Insisto, lo que voy a decir es poniéndonos en la tesitura de que el enfrentamiento va en serio.

Si finalmente Puigdemont, Junqueras y compañía acaban celebrando el referéndum del 1 de octubre, o realizan un simulacro como ya realizó en 2014 Artur Mas con el referéndum del 9 de noviembre, y lo que es más importante; si finalmente se produce a las pocas horas, días, semanas o meses la declaración unilateral de independencia, tenemos que vernos todos obligados a reflexionar sobre varias cosas; ¿Para qué sirve el Estado de Derecho?, ¿Para qué sirven las leyes, las normas jurídicas y la constitución?, ¿Por qué obedecemos unas leyes que unos pocos se pueden saltar a la palestra mientras que el resto de los mortales no? La independencia catalana supondría ante todo que España es un estado fallido, ya que la constitución (Que es oficialmente la ley suprema del estado) no sería más que papel mojado donde cada uno puede interpretarla a su gusto y llegado el caso, optar por obedecerla o desobedecerla. Lo mismo sucedería con el resto de leyes y normas que componen nuestro ordenamiento jurídico, ya que si éstas confirman que la autodeterminación de una región de España es ilegal pero las autoridades independentistas se la saltan igualmente para alcanzar su objetivo, estamos ante un sistema en el que las instituciones políticas (Ojo porque esto es importante) son las primeras en no reconocer las leyes, saltárselas y acudir a la ilegalidad si es preciso, Ante esto cabe suponer, si los catalanes finalmente alcanzan la secesión de manera ilegal (Reconociendo con ello la nulidad de nuestras leyes), ¿Quiénes nos dice a nosotros que cualquier otra institución, organismo e incluso personas individuales no actúen del mismo modo en otros aspectos siguiendo el ejemplo catalán). Mucho cuidado con esto porque ya no es la supervivencia del país lo que está en juego, sino la obediencia de colectivos e individuos bajo la ley.

Por otra parte quiero decir que en caso de consumarse la secesión cabe preguntarse; ¿Después de esto, qué?, porque creo y espero que después de consumarse un acto de rebelión contra el estado, las principales autoridades políticas deben de dar no uno, sino cien mil pasos atrás. ¿Acaso el gobierno actual de España planea seguir con sus funciones como si nada después de una eventual autodeterminación que supondría el fin de esta España tal y como la conocemos?, ¿Acaso se va a seguir manteniendo la monarquía como forma de estado después de que se confirme que la corona no garantiza ni la unidad de España ni la igualdad entre españoles?, ¿Acaso seguiríamos bajo un sistema político y judicial que habría demostrado claramente su fracaso?, e incluso voy aún más lejos; ¿Acaso no debería llevarse ante esa más que cuestionada Justicia a aquellas personalidades políticas que hubiesen contribuido a alcanzar dicha situación? Porque de lo que es seguro es que no por acción, pero sí por omisión, el gobierno actual de España y muy en especial su presidente tendrían responsabilidades en ello, ¿O es que acaso no juró el gobierno actual (como todos los anteriores) en guardar y hacer guardar la constitución y las leyes? Si la independencia se consuma estaríamos pues ante una rebelión civil realizada por un gobierno regional con la complicidad y omisión del gobierno de la nación, algo que parece lo suficientemente grave como para tomar medidas drásticas en el asunto por parte de la justicia (Sí, esa misma justicia que vuelvo a insistir en que quedaría completamente en entredicho) si la secesión se produce finalmente.

Desde luego que de producirse esta grave situación, la teoría de Mariano Rajoy de que "El tiempo lo resuelve todo" se le volvería completamente en su contra. Un Mariano Rajoy que desde un tiempo a esta parte lo veo personalmente no ya como un presidente del gobierno, sino como una especie de "Regente del reino", una especie de presidente de un gobierno de concentración, o una especie de "Lord Protector" donde todo el establishment se cobija bajo su manto con la esperanza de que con su teoría y su experiencia acabe con lo que algunos llaman "Un golpe de estado en toda regla". Y en parte es normal que el sistema "bendiga" de este modo al actual jefe del gobierno. En un escenario nacional donde la monarquía, con el joven y novato rey Felipe VI (Sí, ese que siempre se ha dicho que es el mejor preparado de toda la historia de nuestro país) carece de la experiencia y del liderazgo suficiente como para hacer frente al secesionismo o a cualquier otra crisis, donde los partidos de la oposición continúan inmersos en sus peleas internas mientras se "olvidan" de controlar al ejecutivo, donde la justicia no es reconocida por algunos y está bajo el poder e influencia del gobierno, es "normal" que los poderes fácticos otorguen su confianza y con ello el poder absoluto del país a un registrador de la propiedad sexagenario que aún estando inmerso en procesos judiciales es el único que dice tener un plan trazado para acabar con el proyecto orquestado desde Barcelona (Aunque ese plan nadie sabe cuál es en realidad, e incluso si existe o no).

En fin, como ya he dicho al empezar, todo esto no es más que pura conjetura ya que yo personalmente creo que la consulta no se celebrará, y que las instituciones catalanas continuarán con sus protestas de cara a la galería mientras continúa bajando el apoyo a la independencia como ya se está viendo en más de una encuesta, y aunque yo soy bastante escéptico con ellas, tengo que reconocer que en este caso sí me las creo, ya que la sociedad catalana cada vez está abriendo más los ojos y comprendiendo que todo esto no es más que un teatro orquestado por dos gobiernos cuyos partidos están llenos de corrupción y de mierda hasta el cuello, y que necesitan una cortina de humo (Al igual que Venezuela, como ya expuse aquí la otra noche) para que no se hable de lo realmente importante. El asunto catalán se solucionará en cuanto desde Madrid se le diga a la Generalitat de Cataluña que acepta un nuevo sistema fiscal para dicha región. Sólo a partir de entonces, las aguas volverán a su cauce y los independentistas volverán a aceptar la integridad de su tierra en el conjunto del estado español. Y es que como dijo Quevedo; "Poderoso caballero es don dinero...". Aún así habrá que esperar para ver qué ocurre finalmente, pero creo que el escenario abierto actualmente sólo se cerrará cuando aparezca la palabra "Fiscalidad", porque si por el contrario se confirmase el hipotético escenario que acabo de describir, entonces es cuando ya podemos ir pidiéndole a Dios que nos coja confesados...

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