Que los catalanes hoy hayan casi estampado en la cara del rey y del presidente del gobierno pancartas donde se les acusa de vender armamento por parte de España hacia Arabia Saudí no es algo que deba llevarnos las manos a la cabeza, ya que parte de razón tienen, aunque también podrían hacer lo mismo con Bartomeu y el resto de directivos del Barça, ya que dirigen un club que está financiado ni más ni menos que por Unicef y Qatar. Supongo que este "pequeño detalle" se les habrá "olvidado" a los catalanes esta tarde. Lo que sí me lleva las manos a la cabeza es que los catalanes hoy no hayan abucheado generalmente a toda una clase política, española y catalana, que ha demostrado desde el primer momento su indiferencia con las víctimas de este cruel atentado y sí en cambio su preocupación por la seguridad de los musulmanes residentes en España y la propagación de lo que ellos llaman "Islamofobia". El problema no es sólo este, el problema es que parte de la sociedad catalana ha aprovechado la manifestación de hoy para salir a la calle con el objetivo de protestar contra el estado español, así como de hacerles llegar a los musulmanes el respaldo de los catalanes, puesto que según afirman éstos, "No todos los musulmanes son terroristas". En definitiva un lavado de cara masivo hacia aquellos que nos han declarado la guerra y ni una sola muestra de afecto hacia las verdaderas víctimas de esta masacre, los asesinados y sus familias. Por si esto no fuese poco, en otra manifestación celebrada hoy mismo en el municipio de Ripoll, una de las manifestantes a la que se le ha dado la oportunidad de dar un discurso ha sido ni más ni menos que una hermana de los terroristas que asesinaron y masacraron a las víctimas hace una semana. Dicho esto sólo me queda decir ¿Qué clase de locura es esta?, ¿Hacia dónde coño estamos llegando?. Me parece impresentable y repugnante que esta sociedad dedique más tiempo a lavar la cara de sus asesinos que a homenajear a las víctimas de los atentados que éstos perpetran. Lo ocurrido hoy en Barcelona demuestra la bajeza moral no sólo de una clase política interesada en sacar beneficio de todo esto, sino de una sociedad que defiende con uñas y dientes, y considera como amigos y aliados a una civilización, en este caso la musulmana, que está en guerra abierta contra occidente y ahora contra España desde el atentado sufrido hace una semana.
En lo que respecta al tema secesionista, era algo más que sabido que lo de hoy se iba a producir, aunque no imaginásemos que llegase a tanto. Los independentistas han hecho hoy más responsables del atentado al propio estado español que al mismísimo estado islámico. Algo asqueroso y deplorable que sería inimaginable de pensar en otra manifestación convocada en cualquier otro país europeo víctima de un atentado terrorista. Como ya he dicho antes, hay parte de razón cuando se acusa al rey o al gobierno de venta de armamento a países como Arabia Saudí, pero de ahí a acusar al propio estado la responsabilidad de este atentado es de ser muy miserable y muy hijo de puta por parte de aquellos que forman parte de algunos sectores de la política y la sociedad catalana, como del mismo modo digo que ha sido de miserable e hijos de puta la oportunidad que ha tenido el estado y el gobierno de utilizar este atentado como forma de combatir el independentismo catalán. No señores, si ustedes quieren parar el independentismo, que es lo que deben de hacer, tomen las medidas jurídicas y políticas oportunas, que las hay y muchas, para detener esta barbarie, pero no utilicen un atentado con 15 muertos para hacer propaganda unitaria ya que no tienen los cojones suficientes para defender nuestra nación por vías legales. Lo dicho, si alguien se merecía un abucheo en esta manifestación era de manera general toda la clase política española y catalana y no sólo el rey de España y el presidente del gobierno, pero en fin, este es el escenario dramático y deplorable que tenemos en España, y más concretamente en Cataluña en el año 2017 gracias a esa misma clase dirigente.
Después de lo de hoy sólo me queda pensar que por desgracia, una vez visto todo este impresentable escenario, quizás la independencia catalana sea lo mejor que nos pueda ocurrir como nación. Sí, me jode y me duele decir esto, pero en las gravísimas circunstancias en las que nos encontramos como país quizás sea mejor amputar la región afectada antes de que la gangrena se extienda por todo el país. El estado español, independientemente de que me resulte indiferente la protesta que se ha producido contra el rey y Rajoy, ha sido hoy humillado, boicoteado y abucheado de manera masiva en la manifestación de esta tarde en Barcelona, y esa es la verdadera y grave conclusión que se saca de todo lo ocurrido hace unas horas, lo que demuestra la debilidad absoluta del estado en estas excepcionales circunstancias en las que si se lo propusiesen algunos, hasta la región de Murcia o incluso la propia comunidad de Madrid podría revelarse contra el estado e iniciar su propio proceso de secesión por muy descabellada que nos parezca la idea. Cataluña ya no tiene solución, y puede que tampoco lo tenga el resto de España, pero desde Barcelona se confirma con lo de hoy que no solo el odio impera desde los sectores políticos hacia el resto del estado sino también desde el seno de la propia población catalana, por lo que quizás sea mejor dejar que el pájaro vuele solo y se estrelle antes que mantener incluso de manera absurda su permanencia en una comunidad de la cual reniega y desprecia. Es por ello por lo que en este caso es mejor ir enseñando la puerta de salida a aquellos que quieren largarse insistentemente y que utilizan hasta las desgracias humanas como excusa para conseguir sus objetivos. Puede que con la independencia catalana el resto de España abra los ojos de una puñetera vez y comprenda que este no es el camino que debemos seguir como nación, ni estos son los personajes que deben liderar ese camino, o puede que quizás ni en ese desolador escenario despierte nuestro país... Por esto creo que la frase final de la película que relata los reinados de Marco Aurelio y su hijo Cómodo nos muestra la realidad que vive hoy España. Los terroristas podrán destruir definitivamente y de una manera fácil nuestra nación ya que ella misma ha sido la que se ha ido destruyendo interiormente a lo largo de muchísimo tiempo.