Se acabó lo que se daba. Ya ha terminado la función y pueden ir saliendo uno por uno y en silencio. La Audiencia Provincial de Baleares ha dictado sentencia sobre el caso Noos y ha "condenado" a Iñaki Urdangarin a 6 años y 3 meses de cárcel, mientras que la infanta Cristina queda absuelta aunque "condenada" a pagar 265.000 euros como responsable civil. ¿Gracioso, verdad? Pues esperen que aquí no acaba el chiste. El Estado deberá devolver a Cristina de Borbón más de 300.000 euros, ya que la ex duquesa de Palma pagó en 2014 una cifra de 600.000 euros impuesta por la Fiscalía. Ya que la multa de hoy es inferior a la de entonces, los españoles tendremos que devolverle a nuestra pobre y desdichada infanta una cuantía exacta de 322.000 euros. Además la Audiencia también condena a Manos Limpias (La única acusación que pedía pena de cárcel para la hermana del rey Felipe VI) a pagar las costas del juicio de la hija de Juan Carlos I. Para más inri, Diego Torres se lleva la peor parte al ser condenado a 8 años y 6 meses de cárcel (Una pena de más de dos años de diferencia con la de Urdangarin) y a pagar una multa de más de un millón y medio de euros, mientras Ana María Tejeiro (La mujer de Torres) es condenada a pagar más de 344.000 euros como responsable civil (Una diferencia de cerca de 80.000 euros con respecto a la multa de la infanta). Tras esto, el abogado de la esposa de Urdangarin y padre de la Constitución, Miquel Roca, ha afirmado que la infanta se encuentra satisfecha con su sentencia y que esto ha servido para demostrar que la justicia es igual para todos. Ante todo esto; ¿Lo ocurrido en el día de hoy es sorprendente? Por supuesto que no, ¿Es vomitivo y repugnante? Por supuesto que sí.
Si anoche escribí acerca de la monarquía rusa y de su caída hace ahora un siglo debido al estallido de la revolución rusa, hoy toca hablar de la monarquía española. La sentencia anunciada hoy demuestra ni más ni menos la podredumbre de nuestro sistema político y judicial. Un sistema que perfectamente puede ser la viva representación de lo que en su día fue el Antiguo Régimen. La protección de una élite privilegiada frente a una sociedad sumisa que contempla impasible la pérdida de sus derechos día sí y día también. En un país con un sistema democrático y unas instituciones impecables, esta gentuza hubiese sido condenada a ingresar en prisión por un periodo no menor de 15 años, y a devolver el dinero robado. Aquí por el contrario se les añade una pena insignificante de la que no cumplirán ni la mitad de su condena, y se les absuelve devolviéndoles un dinero que nos pertenece. También tengo que añadir que en una sociedad democrática con unas instituciones judiciales independientes y honradas, la investigación del caso Noos hubiese llegado hasta el fondo del asunto, llevándose por delante a quien hiciera falta. El problema está en que el señor X de este caso no es otro que el ex rey Juan Carlos I, y en un país donde la justicia es dependiente del poder político, y el jefe del estado es inviolable según la Constitución de 1978 (Que redactó entre otros ese que hoy ha afirmado con toda desvergüenza la igualdad de los ciudadanos ante la justicia), la cosa cambia. Hay que añadir que al igual que el abogado de su hija en el día de hoy, Juan Carlos de Borbón también afirmó con toda desfachatez en su discurso de navidad en 2011 que "La justicia es igual para todos". Por supuesto a estos dos caraduras se les olvidó decir que es igual para todos los de abajo, ya que los de arriba son inmunes, como hoy bien se ha podido demostrar.
Aún así lo peor de todo no es la sentencia en sí, sino la conciencia previa de la ciudadanía del dictamen de esa sentencia. Todos sabíamos que la infanta Cristina no iba a ir a prisión, y todos sabíamos también que Iñaki Urdangarin no sería condenado a una pena de cárcel muy elevada. Bajo ningún concepto el estado y la justicia podían consentir que la hija de un ex rey y hermana del actual rey acabase entre rejas. Rajoy ya lo anunció en una entrevista en enero de 2014 cuando en una torpeza de las muchas por las que el personaje en cuestión se caracteriza, anunció que "A la infanta le van a ir muy bien las cosas". Hoy podemos confirmar que la predicción del presidente del gobierno se ha cumplido a rajatabla. Después de lo de hoy, los medios de descomunicación volverán a catalogar a la infanta como "Una pobre mujer que había sido engañada por su cruel marido", mientras ensalzan a la monarquía, a la familia real, y en especial a los reyes actuales, los cuales son según la prensa "Una pareja limpia de cualquier sospecha". Lo que se les "olvida" decir a los medios del establishment es que el actual rey de España y por entonces príncipe de Asturias también era conocedor de las actividades ilegales de su hermana y su cuñado en el Instituto Noos, como bien demuestran los emails que Diego Torres entregó al juez Castro en su momento. Y es que como ya dijo el propio Urdangarin en su momento; "Yo sólo he hecho lo que todo el mundo hacia en esa familia". Por supuesto todo esto no será jamás publicado, y si llega a publicarse será dentro de 20 años, cuando Felipe VI sea un estorbo para el Sistema y convenga sacar todos sus trapos sucios para provocar su abdicación. Esa fue la operación que el estado fraguó contra el rey Juan Carlos y que acabó con su abdicación en 2014, cuando su implicación en el caso Noos, así como en otros muchos casos de corrupción eran ya más que patentes y había que echar toda la mierda sobre él para que pagase su parte de culpa con su renuncia al trono, blindar la corona y facilitar la sucesión al trono de su hijo.
Ahora ya todo volverá a la normalidad y la monarquía volverá a disfrutar de su inmunidad como siempre ha venido haciendo. También nuestra inocente y frágil infanta podrá ya dejar para siempre España, tal y como ella misma dijo hace poco: "Qué ganas tengo de que acabe esto para no volver a pisar este país". Sin duda, Cristina no tiene mucha simpatía hacia el país del cual lleva viviendo durante toda su vida, ni tampoco hacia los súbditos a los cuales ha robado. Cuestión de gustos, supongo. Aún así no tendrá más remedio que seguir pisando tierra patria más de una vez si quiere ver a su maridito en prisión, al menos que no quiera cumplir con su papel de esposa sufridora acudiendo a la cárcel. Por otro lado, hablamos ya de la entrada de Urdangarin en prisión como un hecho, cuando en este país puede ocurrir cualquier improvisación que cancele dicho ingreso a última hora. En fin, pase lo que pase, lo que sí podemos confirmar una vez terminada esta farsa es que, como si nada hubiera pasado, a este corrupto sistema y a esta corrupta monarquía le quedan por delante muchos años de vida para desgracia de los españoles, lo cuál conlleva la imposibilidad de que la III República llegue algún día a nuestro país. Leonor llegará a reinar después de su padre, ya que la censura hacia la Casa Real volverá a estar a la orden del día durante los próximos 20 años como mínimo, y el sistema político y judicial no se pondrá en cuestión gracias al trabajo que realizará la prensa en favor de todos éstos a partir de ahora. España es hoy sinónimo de injusticia y de desigualdad, y quién quiera lo contrario tendrá que cruzar la frontera, ya que si algo se ha confirmado también en el día de hoy es que con un sistema político y judicial de este calibre, nuestro país no tiene por desgracia ningún futuro, y eso en realidad es la conclusión mas dramática que se puede sacar de todo esto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.