Han pasado ya casi cuarenta y ocho horas del inicio de uno de los episodios más oscuros (tanto figuradamente como literalmente), históricos, decadentes y surrealistas de la historia de España. Me refiero al apagón eléctrico general que este pasado lunes, 28 de abril, se produjo en todo el territorio nacional de España, parte de Portugal, así como de Francia e incluso el Principado de Andorra. Un apagón general sin precedentes que casi cuarenta y ocho horas después de su inicio, nadie sabe aún qué ni quién lo ha causado.
Por supuesto, no seré yo quien hable sobre cuestiones eléctricas, ya que no domino en absoluto la materia, ni sé nada sobre el sector energético; pero creo que al menos debo escribir por aquí mi opinión sobre este asunto tan turbio, el cual ha marcado en cierta forma un antes y un después en la historia de nuestro país. Un acontecimiento que, para más surrealismo si cabe, ya están advirtiendo que no es en absoluto descartable que vuelva a producirse. Pero empecemos remontándonos a los hechos.
Este lunes, cerca de las 12:30 del mediodía, la red eléctrica española sufrió una caída absoluta en todo el territorio nacional, provocando automáticamente que el país se quedase sin luz, sin calefacción o refrigeración, sin electrodomésticos, sin telecomunicaciones, sin servicios en los transportes públicos y/o en supermercados, bancos, tiendas, etc. En definitiva, todo un caos a nivel nacional donde nadie sabía qué estaba ocurriendo.
En lo que a mí respecta, me percaté de ello poco después de la caída de la red, ya que al volver a casa (en el momento del apagón estaba en la calle) me percaté que el portero electrónico no funcionaba en primer lugar. Posteriormente, y una vez en casa, me dio por encender las luces del piso, las cuales no se encendían. Debido a las continuas caídas de la red eléctrica por mi zona, me percaté enseguida de que, una vez más, la luz se había ido en mi barrio.
La cuestión se agrava cuando poco después, al hablar con mi familia, me dicen por el móvil que se ha producido una caída masiva del sistema eléctrico a nivel general en España. La verdad es que cuando lo oí la primera vez me quedé un poco a cuadros, pero más a cuadros me quedé cuando me entero poco después que el fallo se había extendido a Portugal y Francia. Ahí ya comencé a sospechar que estábamos ante algo mucho más grave que un simple fallo eléctrico casual.
Como dice Joaquín Sabina en su canción "Nos dieron las doce, la una, las dos y las tres" (aunque en este caso no era de la noche sino de la tarde), y la luz no volvía. Sobre las cuatro de la tarde, y tras hablarlo con mi familia, salimos a la calle para comprar velas y agua, ya que de lo poco o nada que sabíamos en aquel momento (ya no teníamos tampoco Internet en el móvil) era que estábamos ante un posible ataque extranjero contra el sistema eléctrico español, el cual podría durar sine die y provocar con ello un corte en el suministro de agua. Yo personalmente debo decir que no pensé en absoluto que la situación fuese a extenderse más allá de ayer, ya que no imaginaba que el ataque fuese tan incontrolable como para dejar, no ya a un país, sino a tres, sin luz durante un periodo excesivamente prolongado.
Aún así, salimos a la calle, y debo reconocer que lo que vi me hizo retroceder cinco años en mi vida, concretamente a marzo de 2020, los días previos al confinamiento. Todos los supermercados y tiendas estaban cerrados y la gente hablaba ya de un ataque de Putin contra España. Al no encontrar ningún supermercado abierto en aquel momento, la única opción fue la de acudir a las que sí estaban abiertas: las tiendas de los chinos. Unas tiendas en las que yo personalmente no soy muy asiduo ni partidario de ir, pero que en circunstancias excepcionales como esta, cualquier lugar era bueno para comprar, en este caso, el agua y las velas suficientes como para poder subsistir durante los próximos días.
¿Cuál era la situación? Que mientras sí había velas en las tiendas, en lo que respecta al agua solo había ya botellas pequeñas, ya que las grandes (más de un litro) se habían vendido todas. La imagen de caos contenido, con la gente comprando, muchas de ellas, asustadas ante lo que teníamos en lo alto en aquel momento, será algo que no olvidaré jamás. Finalmente, y tras comprar el poco agua que aún quedaba a la venta en la tienda y algunas velas, advertí a mi familia que lo mejor era cerrar los pestillos una vez llegados a casa y no volver a salir hasta el día siguiente.
Fue mientras estaba en la calle cuando, tras ver la situación, comencé a ver que aquello, aunque pudiese volver la luz en cualquier momento, podía dar paso a su vez a un escenario más peligroso si llegada la noche, la luz no había vuelto a España. Cabe añadir, todo hay que decirlo, que la compostura de la gente en sus coches a la hora de dejarnos cruzar la carretera a los viandantes fue ejemplar en la mayoría de los casos. Todo ello en un momento donde los semáforos, al igual que todo, no estaban en funcionamiento.
Ya en casa sobre las seis de la tarde, logramos dar con un transistor y comenzamos a buscar emisoras de radio, lo mismo que todas las familias en España estaban haciendo en ese momento, ya que la radio era el único medio por el que podíamos estar mínimamente informados de lo que estaba ocurriendo. Finalmente, y tras no encontrar en un primer momento emisoras en abierto, casualmente nos topamos con esRadio, la emisora de Jiménez Losantos, la cual sí estaba emitiendo. En aquel entonces, Pedro Sánchez ya estaba hablando desde Moncloa sin dar explicaciones coherentes sobre lo que estaba pasando.
Tras su declaración (sin preguntas, por supuesto), los tertulianos de esRadio comenzaron a criticar a Sánchez y a advertir de la irresponsabilidad del gobierno en un momento extremadamente grave y hasta ahora desconocido en España. Finalmente, y tras un par de horas con la radio encendida donde logré encontrar más emisoras en abierto, decidí apagarla, ya que veía cómo desde otras emisoras estaban intentando de forma descarada salvarle el culo al ejecutivo, el cual no sabía ni por dónde le daba el aire en ese momento.
Finalmente, llegó las nueve de la noche y con ello la oscuridad. En mi barrio, la luz aún no había vuelto, aunque al volver a encender la radio había emisoras que advertían que en algunos puntos de Sevilla ya había vuelto. Seguimos con la radio puesta y con las velas ya encendidas cuando a las once de la noche volvimos a escuchar la segunda comparecencia de Sánchez desde Moncloa, donde aseguraba que el apagón tuvo su origen a las 12:30 (algo que todo el mundo sabía ya) al producirse, según él, "la desaparición de 15 gigavatios de la red eléctrica en solo cinco segundos".
En esa misma declaración, Sánchez no descartaba ninguna hipótesis, ni siquiera la de un posible hackeo o ataque cibernético contra España por parte del exterior. Eso llevo a que en mi casa hablásemos de lo que era obvio: Sánchez sabía ya perfectamente qué o quién había desencadenado este caos, pero prefería no decirlo. Finalmente, a las 23:30, solo media hora después, la luz volvió a la zona, entre aplausos y gritos eufóricos de la gente, lo cual me hizo recordar de nuevo y de forma vergonzosa el año 2020 y los patéticos aplausos de la población a las 20:00. Aunque la luz volvió a casa once horas después del apagón, muchísimas zonas de España seguían sin suministro eléctrico. De hecho, con el resto de mi familia no hemos logrado comunicarnos hasta hoy mismo, ya que la luz no ha vuelto a otros municipios hasta hace casi veinticuatro horas.
Dicho esto, y tras narrar mi vivencia de lo que se puede considerar un hecho histórico, llega el momento de dar mi opinión sobre lo ocurrido. Para empezar, esto que hemos vivido hace solo unas horas, corrobora una vez más mi idea de que vivimos en una década oscura (nunca mejor dicho) y maldita. Lo vivido desde 2020 hasta la fecha, más lo que nos queda por ver, demuestra el caos, la incertidumbre, la paranoia y el surrealismo absoluto que llevamos visto desde que la pandemia hiciera acto de presencia en nuestras vidas hace cinco años. Todo lo que ha venido después confirma que 2020 supuso un antes y un después en nuestras vidas, las cuales han cambiado para peor desde entonces, y que sucesos como los de este apagón nacional y otros sucesos previos que se han desarrollado en estos años, así lo demuestran.
Ya entrando en materia debo decir que, personalmente, no creo en absoluto las hipótesis que se están manejando acerca de un fallo en la red eléctrica española. Lo ocurrido ayer no ha sido accidental, sino provocado. ¿Por quién? Ahí es donde entran ya las especulaciones. Como ya he comentado antes sobre lo que viví, la gente (en este caso el encargado de uno de los supermercados de mi zona, el cual se encontraba en la puerta del mismo esperando la orden de sus superiores para cerrar) ya hablaba de un ataque por parte de Rusia contra nosotros. Yo personalmente no lo descarto, pero no lo considero una hipótesis creíble.
¿Puede estar Putin detrás de todo esto? Es posible. En este contexto de crisis geopolítica que vivimos a nivel mundial, es plausible que los rusos hayan logrado hackear la red eléctrica española para desestabilizar no solo a nuestro país, sino a todo el sur de Europa (recordemos que Portugal y Francia, además de Andorra, se han visto perjudicadas también) y de paso recopilar datos que involucren a países miembros de la OTAN. Europa está decidida a ir sí o sí a por Putin y es probable que el Kremlin haya decidido realizar un ataque energético contra Europa a través de nosotros y de paso recopilar información de primera mano para ellos.
¿Por qué creo por otro lado que no es Putin? Por la sencilla razón de que si el presidente ruso tiene interés en realizar un ataque de este tipo, lo obvio sería hacerlo contra un país europeo de primer orden que esté en primer línea contra Rusia en la escalada actual: Reino Unido, Francia o Alemania. España, a pesar de que comparte esa postura de escalada militar, no es un actor político relevante como para que Putin decidiese poner los ojos sobre nosotros. O quizás sea precisamente la debilidad de nuestro país lo que ha provocado que los servicios de inteligencia rusos hayan logrado antes un ataque cibernético contra nosotros que contra cualquier otro país de nuestro entorno.
¿Quién más podría ser? Hay muchas posibilidades. No descarto en absoluto que EEUU y Trump tengan algo que ver en todo esto, ya que en medio de la guerra de los aranceles que desde hace un mes está teniendo Washington contra Pekín, Sánchez (aconsejado por el presidente en la sombra, Zapatero) ha acercado posturas con China, lo cual se ha visto como un insulto por parte de la Casa Blanca, quien considera esta apertura de relaciones con los chinos como una traición contra los intereses de EEUU por parte de España. Puede que el origen de lo ocurrido ayer esté en Washington, o puede que no, ya que todo son conjeturas en este momento y ningún español de a pie sabe realmente que es lo que ha pasado y, sobre todo, lo que puede volver a pasar en cualquier momento.
No es descartable tampoco que el ataque haya sido obra de Israel, quienes se han sentido igualmente ofendidos cuando Sánchez ha decidido cancelar la compra de munición que tenía ya acordada con el gobierno israelí. Sobre este asunto debo hacer hincapié en una cosa, que no es otra que la doble cara por parte del gobierno de Sánchez con respecto a los judíos. Por un lado su postura anti-Israel ante los suyos le hacen acreedor de ser uno de los líderes políticos que más abiertamente se ha enfrentado con los "hijos de Sión". Pero el hecho de que a su vez le compre a éstos material militar hace que dicha postura, incluyendo el reconocimiento de Palestina, sea puro teatro dentro de un contexto geopolítico mundial que se nos escapa por todos lados. Por ello, no es descartable que desde Israel, el Mossad haya actuado para vengarse por esta traición inesperada por parte de Sanchez hacia Netanyahud.
Hay otras hipótesis, como la que vincula lo ocurrido directamente con Marruecos, con el fin de, entre otros objetivos, desestabilizar aún más a España. Hay incluso quienes aseguran que, al igual que se lleva hablando desde hace veintiún años sobre un determinado atentado que cambió por completo la historia de España, tanto Marruecos como Francia hayan colaborado en este ataque. E incluso no se descarta que el ataque se haya producido desde territorio nacional, aunque sinceramente, las razones que llevarían a un ataque interno contra nuestro propio sistema eléctrico se me escapa por completo. Lo irónico de todo esto es que Red Eléctrica de España ya ha dejado claro que queda descartado por completo un ataque extranjero. Todo lo contrario de lo que incluso hoy ha dicho nuevamente Sánchez desde Moncloa, al reiterar de nuevo que no descartan ninguna hipótesis, incluyendo un ataque exterior.
Claro, la cosa no puede ser más surrealista y contradictoria, ya que incluso el gobierno portugués ha declarado que el origen ha provenido de un fallo de nuestro propio sistema eléctrico. Por su parte, Red Eléctrica de España, la cual está presidida precisamente por la socialista Beatriz Corredor, ex ministra de Zapatero (el nombre de este peligroso sujeto siempre está presente en cualquier escenario, sobre todo en los más turbios), la cual, por cierto, afirmó hace unos años que descartaba por completo un apagón general en España, ha descartado hoy que haya habido ninguna intervención extranjera, mientras que desde el gobierno esta mañana han reiterado a su vez que no se descarta ninguna posibilidad.
Supongo que esto lo hará Sánchez para desviar la atención si realmente el origen ha sido un fallo en nuestro sistema eléctrico, sin intervención ni hackeo por ningún lado. Un escenario que yo personalmente no me creo en absoluto pero que igualmente no hay que descartar del todo. Si fuese así, las responsabilidades políticas se volverían contra Sánchez (el cual, por cierto, tambien negó hace tiempo la posibilidad de un apagón general) y contra el gobierno del PSOE, así como contra Red Eléctrica de España, y eso es precisamente lo último que Sánchez quiere en estos momentos. Aún así, y con independencia de cuál sea el verdadero origen, tanto si es un fallo eléctrico como si es un ataque deliberado, es obvio que aquí se tendrían que depurar responsabilidades políticas al más alto nivel, lo cual, como bien sabemos ya, no va a ocurrir por desgracia.
No se puede permitir que, bien sea por una red eléctrica anticuada o en malas condiciones, o por una intervención extranjera como consecuencia de las políticas que el gobierno de Sánchez está realizando, todo un país se quede sin luz y paralice absolutamente toda actividad a nivel nacional. Sea cual fuese el verdadero origen, el cual aún sigue sin ser desvelado, España tendría que haber amanecido hoy con protestas masivas por parte de toda la población, la cual debería de haber visto, después de lo ocurrido ayer, en manos de quiénes estamos y el peligro que supone la presencia de Sánchez en la Moncloa, con su mentor Zapatero actuando como presidente en la sombra.
Es obvio que el PSOE no puede seguir ni un minuto más en el poder, pero ni incluso esta situación límite ha provocado que la población abra los ojos. Una población que ayer, mientras el país estaba paralizado, se dedicaba a grabar videos mientras bailaban en zonas públicas. Esto ya nos da la idea definitiva de que nos merecemos todo lo peor que nos pase como sociedad, ya que vivimos en una civilización enferma, la cual ha perdido cualquier atisbo de reflexión y crítica contra las instituciones y la situación decadente en la que se encuentra España.
Una España que cada vez se parece más a Cuba o Venezuela, donde los cortes del suministro de luz son ya el pan nuestro de cada día en dichos países. Con esta población sumisa e ignorante, el PSOE puede estar tranquilo, ya que haga lo que haga, los españoles siempre se tomarán cualquier desgracia que se nos venga encima con humor, memes y chistes. Es la prueba definitiva de la decadencia absoluta de este país, de su sistema político y de la sociedad española.
Por último debo añadir que es curioso cómo a pesar de la gravedad extrema de lo ocurrido, la cual ha provocado entre otras muchas consecuencias, la muerte de cinco personas en todo el territorio nacional, el gobierno no decidió en ningún momento aplicar el Estado de Alarma. ¿Acaso un país sin suministro eléctrico, o con el suministro eléctrico parcialmente recuperado en la mitad del país, no es motivo suficiente para declarar esta situación por parte del gobierno? No estoy hablando de esos Estados de Excepción camuflados como Estados de Alarma que a Sánchez tanto le gustaba decretar de forma constante durante la pandemia, sino de un Estado de Alarma a secas, donde las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, así como las Fuerzas Armadas, se hagan cargo de la situación y de los servicios públicos hasta que se recupere la normalidad al 100%.
¿Acaso eso es mucho pedir? Es obvio que sí para un gobierno criminal como el de Pedro Sánchez, el cual se burló de la desgracia ocurrida hace medio año en Valencia durante la DANA, mientras no asumió ningún tipo de responsabilidad para gestionar aquella desgracia con más de doscientos fallecidos. Por otro lado, me parece impresentable que el gobierno espere a que sean las CCAA las que soliciten que el ejecutivo nacional asuma el mando único y no parta de Moncloa dar este paso, el cual no es un derecho, sino una obligación, ya que para eso es el gobierno de España. Este protocolo fue lo que provocó que la DANA de Valencia fuese una desgracia mayor de la que se hablaba en un primer momento, y este protocolo ha hecho que el gobierno haya actuado en esta ocasión tarde y mal, y más cuando debe ser Moncloa y no las CCAA quien debe asumir de oficio esta responsabilidad.
En definitiva, España ha vivido hace solo unas horas uno de esos días que quedará marcado ya en la historia reciente de nuestro país. De nuevo, un episodio oscuro al que ya por desgracia estamos acostumbrados los españoles, y eso es precisamente lo más triste y preocupante de todo esto. Es probable, como se está hablando ya, que dentro de ¿unos días? ¿unas semanas? ¿unos meses? ¿unos años? esta situación vuelva a producirse. Hay quienes incluso aseguran que lo vivido ha sido un ensayo general para un apagón mayor, o incluso algo peor, que puede producirse de aquí a un tiempo.
No sé qué es lo que va a ocurrir, sinceramente, pero ya aviso que tanto el futuro de España como el del mundo es más oscuro que la oscuridad que nos ha rodeado hace solo unas horas. Como he dicho al principio de la entrada, vivimos tiempos oscuros y convulsos desde 2020, y todo parece indicar que conforme vayan transcurriendo los años, la situación irá a peor. Lo vivido ayer nos lo podemos tomar pues como un aviso o un ensayo de lo que está por venir. Avisados estamos.
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