Cinco días después de que estallase la invasión de Ucrania por parte de Rusia, no parece que la situación vaya a mejor, al menos de momento. La guerra ha dado un vuelco desde que escribí mi última entrada la noche del pasado 25 de febrero, y los ucranianos se han organizado para defender su país ante el avance imparable del ejército ruso. Los ucranianos, tanto militares como civiles han concentrado sus defensas en las principales ciudades y esto ha provocado que de momento Putin no logre su deseo de tomar Kiev, la cual sigue resistiendo durante estos días a pesar de los bombardeos por parte de los rusos.
Aparte del giro de 180º que ha dado la situación desde el punto de vista estratégico, desde la Unión Europea se está imponiendo sanciones cada vez más estrictas a Moscú, además de facilitar armas por parte de los países europeos a los ucranianos para que éstos puedan seguir defendiéndose del ejército de Putin, que cada vez ve con más dificultad la posibilidad de ganar de una sola estocada esta guerra que él dio comienzo hace casi una semana y que ha cambiado por completo el escenario mundial.
Por ello, desde las dos partes han acordado sentarse e iniciar conversaciones desde la frontera de Bielorrusia para dar una salida a un conflicto bélico que cada vez toma más fuerza de convertirse en un grave problema a nivel mundial. Pero aunque esas conversaciones ya han comenzado a producirse y se espera que mañana continuen, eso no quita que los bombardeos prosigan y la tensión vaya a más, sobre todo tras el anuncio por parte de Putin de activar la amenaza nuclear ante, según el presidente ruso, "Los ataques de los líderes de la OTAN". Un nuevo escenario que provoca que los daños causados por esta guerra puedan extenderse más allá de Ucrania y puedan alcanzar a Europa.
Todo esto después de que Estados Unidos y la Unión Europea decidiesen, entre otras sanciones, expulsar a Rusia del sistema SWIFT (Que es el sistema electrónico de transmisión de datos entre las instituciones financieras), lo cual ha provocado el bloqueo del Banco Central Ruso a acceder a los más de 650.000 millones de dólares que el país ortodoxo dispone de reservas. De esta forma se le ha dado un golpe bastante mortal a Putin, ya que éste no contaba con que la Comunidad Internacional decidiese "Cortarle el grifo", por mucho que los rusos hayan llegado a acuerdos económicos con los chinos antes de que se produjese la invasión.
La cuestión que cabe preguntarse es ¿Ahora qué? La amenaza de Putin de activar sus armas nucleares ha puesto al mundo en vilo y en estos momentos no se descarta ningún escenario. Ya he dicho en reiteradas ocasiones que no creo bajo ningún concepto que este escenario nos lleve a una Tercera Guerra Mundial, y sigo creyendo firmemente en que no será así, ya que como dijo hace unos días el ex ministro popular, José Manuel García Margallo, esto nos conduciría irremediablemente al Apocalipsis de San Juan. Estamos hablando pues de un escenario que nos llevaría a la extinción de la especie humana, y creo que ni Putin, ni Biden ni ningún otro líder mundial es tan imbécil como para llevarnos a esa situación en la que acabaríamos todos bajo tierra. Una situación a la que no se llegó siquiera con la crisis de los misiles en Cuba, y que por mucho que haya subido la tensión en las últimas horas no creo que se dé tampoco ahora.
Aún así Putin ya ha dado señales de que su objetivo no es solo Ucrania, la cual ya ha pedido su ingreso inmediato en la Unión Europea, sino que también ha extendido sus amenazas a países como Suecia y Finlandia si éstos decidiesen incorporarse en un momento dado a la OTAN. Un acto bastante preocupante por parte del presidente ruso, el cual se puede decir que va ya a por todas y que no teme las acciones que le puedan repercutir ni políticamente ni personalmente desde el exterior. Con esto cabe preguntarse ¿Son suficientes las sanciones que desde el extranjero se le está imponiendo a Rusia? Por supuesto que no, ya dije el otro día que estamos ante un gigante, y que solo con sanciones no se llegará a ningún lado.
El hecho de que tanto Biden como la OTAN y la Unión Europea hayan dejado hasta ahora tirados a su suerte a los ucranianos ha provocado un escenario del cual es bastante complejo salir. Si occidente no se pone seria y advierte a Putin de las graves consecuencias de su ambicioso plan imperialista, el jefe del estado ruso redoblará sus ataques a Ucrania, y si ésta cae seguirán otros países ya pertenecientes a la UE, lo que provocaría que entonces sí habría que hacer uso del armamento nuclear para detener al Kremlin por parte de EEUU y la OTAN. Quizás sea esto lo que busca Putin, pero desde luego tanto Europa como Estados Unidos no pueden permanecer más de lado en este grave conflicto. Bastante traidores han sido tanto el gobierno norteamericano como la OTAN y la Unión Europea de prometerles apoyo a Ucrania para posteriormente dejarla tirada hasta hace unos días.
En lo que respecta a España, el gobierno ha aumentado el envío de tropas al este de Europa, pero no ha patrocinado armamento militar al gobierno ucraniano por temor a que la parte podemita del ejecutivo decida romper el acuerdo de gobierno y llevarnos a elecciones anticipadas. Con esto se demuestra una vez más el personaje tan siniestro como perverso que es Pedro Sánchez, al cual siguen sin llamarle de ninguna de las reuniones internacionales por la desconfianza que provoca en el resto del mundo su gobierno. Veamos cómo acaba todo esto, aunque personalmente creo que con las negociaciones entre Moscú y Kiev se acabará produciendo un acuerdo. El problema es lo que ocurrirá con el resto de Europa tras lo ocurrido en las últimas horas. Aún así, y aunque soy por naturaleza pesimista, soy optimista con respecto a todo esto y creo que la situación no irá a más, por el bien de todos, incluido el de los rusos, ya que aquí nos la jugamos todos.
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