El desgobierno de España, copresidido por Pedro Sánchez y Pablo Iglesias está desaparecido completamente en estos momentos cruciales en los que España se enfrenta a la tercera ola del Covid 19, la cual se considera ya como la más mortífera y letal de las que hemos padecido desde que la pandemia apareciese en nuestras vidas a primeros del año pasado. El gobierno presidido por Sánchez es en estos momentos como el perro del hortelano: "Ni come ni deja comer". Desde que hace ya varios meses adoptase la decisión de delegar en los gobiernos autonómicos la responsabilidad de gestionar la segunda ola, Pedro Sánchez no tiene ningún interés en hacerse cargo de la gravísima situación que padece nuestro país y realizar las gestiones oportunas para minimizar el número de víctimas y el daño que esta pandemia está llevando a cabo.
Pero claro, a nuestro querido presidente, el cual según la Moncloa es el "Líder de la seguridad nacional" (Tócate los cojones con la definición) no le apetece ejercer como tal y prefiere que el número de víctimas mortales siga subiendo con tal de que a su partido no le perjudique el resultado de las elecciones catalanas que supuestamente deben de celebrarse el 14 de febrero. Estamos pues ante un auténtico asesino y criminal (El cual se lava las manos como Poncio Pilatos) que espera que ante su ausencia y por consiguiente nula responsabilidad en la gestión del Covid 19, el pueblo respalde su forma de gobernar otorgándole a su ministro de sanidad y candidato socialista a la generalitat catalana la victoria en los comicios del día de San Valentín. Todo ello mientras el número de fallecidos en España por el coronavirus supera la espeluznante cifra de 90.000 casos. Una cifra que debería bastar para que el congreso de los diputados adoptase una moción de responsabilidad criminal contra el actual presidente del gobierno, el vicepresidente segundo y el ministro de sanidad, responsables de la grave situación en la que nos encontramos.
Mientras en España se vuelve a hablar de la posibilidad del confinamiento domiciliario, las comunidades autónomas por su parte hacen lo que "buenamente" pueden dentro de la legalidad y del ordenamiento jurídico vigente, pero he aquí que nos encontramos con un gobierno que tampoco acepta que los gobiernos autonómicos tomen medidas más drásticas ante el avance preocupante de la situación. Y es que Pedro Sánchez no tiene en mente en estos momentos nada más que sacar un buen resultado electoral en Cataluña para formar un gobierno tripartito junto a Podemos y ERC.
Ésa y no otra es la principal preocupación del presidente del gobierno, el cual se encuentra en estos momentos peleándose en público con su vicepresidente segundo acerca del fugado Puigdemont y los exiliados republicanos, demostrando una vez más que este gobierno es un gobierno de muertos más que de vivos, y no lo digo solo porque ellos sean los responsables de las casi 100.000 muertes que llevamos arrastradas en España desde que comenzase la crisis sanitaria, sino también por el hecho de estar más preocupados en exhumar a Franco o en repatriar los restos de Manuel Azaña antes que tomar medidas severas para paralizar esta masacre perpetrada en parte por la pasividad absoluta del gobierno a la hora de ponerse al frente de la situación y negarse a ejercer lo que en teoría deben hacer desde sus puestos: Gobernar. En lugar de eso, el desgobierno del Frente Popular se dedica a revender a Andorra las vacunas procedentes de EEUU y pertenecientes a España por una cuestión "Solidaria". Sinceramente, creo que nuestro país no ha estado gobernado jamás por una pandilla tan vomitiva y asquerosa como la del actual equipo de gobierno.
Estamos pues ante unos auténticos hijos de puta, los cuales se están aferrando a la excusa de unas inminentes elecciones catalanas para no tomar una serie de medidas que ahora son más necesarias que nunca. Estamos hablando de vidas humanas cuyas cifras de mortalidad aumentan cada día ante la decisión del gobierno de huir de cualquier tipo de decisión por temor a "quemarse" por el camino y perder un puñado de electores. Un gobierno cuyo presidente ha decidido que el actual ministro de sanidad, el huidizo Salvador Illa, sea el candidato a presidente de la generalitat catalana en un momento en que España necesita tener a un presidente del gobierno y a un ministro de sanidad concentrados al cien por cien de su tiempo en sacar a nuestro país de la grave crisis sanitaria, económica y social que estamos padeciendo. Por no hablar de la situación que tenemos hasta mayo de un estado de alarma completamente inconstitucional y del que nadie ha pedido cuentas a este puñado de miserables. Ante esto cabe preguntarse ¿Cuántos muertos le costará a España que el PSOE saque unos buenos resultados en Cataluña? En otra época y en otras circunstancias fueron 200, ahora serán muchos más por la actitud homicida de esta pandilla de cerdos, los cuales aún no se han percatado que el 14 de febrero llegará, y con independencia de los resultados electorales pasará de largo. La cuestión es ¿Tienen pensado hacer algo a partir del 15 de febrero? Mucho me temo que no, y lo peor de todo es que hagan lo que hagan, ya es demasiado tarde.
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