miércoles, 6 de febrero de 2019

Un peligro nacional

Si en algún momento de la historia de España ha existido un momento más propicio para que una organización ajena a la clase política tome el control de la situación en nuestro país es este. La gravedad de lo vivido en las últimas semanas y sobre todo en las últimas horas en las que el presidente del gobierno de España, o eso dice ser él, Pedro Sánchez ha aceptado la propuesta de la generalitat catalana de recurrir a un mediador internacional para negociar con los catalanes los presupuestos generales del estado y la crisis catalana independentista, supone dejar la imagen internacional de España en el mundo por el subsuelo tras esta humillación por parte de este gobierno de miserables que están dispuestos a todo, y cuando digo a todo es a todo, con tal de permanecer un año más en el poder.

Estamos pues ante una jugada a la que ni el propio Rajoy llegó durante sus siete años en el gobierno en la que coincidió con la peor parte de la crisis catalana. Una jugada que demuestra el nivel de miseria y de maldad a la que es capaz de llegar Sánchez, dispuesto ya no sólo a dejar la imagen de España en el fango ante los ojos del mundo, sino la de permitir al gobierno catalán que efectúe la compra de armamento de guerra, como sucedió hace unas semanas. Una decisión que supone entregar por parte del gobierno de España a un gobierno declarado en rebeldía contra la nación española un armamento bélico del que ya se supone cuál va a ser su uso dentro de unos meses. El gobierno de España está permitiendo con ello que un gobierno secesionista pueda matar a ciudadanos españoles cuando lo considere oportuno, lo cual convierte a ambos gobiernos en asesinos y criminales.

Si lo de la compra del armamento de guerra ya era una noticia gravísima, lo de hoy de acceder a la mediación internacional cuan conflicto político entre dos naciones independientes se tratase ya es la gota que colma el vaso. Con esto se reconoce de facto la soberanía de Cataluña y se humilla por parte de este gobierno traidor a la nación española frente a un bando de sediciosos que desean ver España hecha cenizas. Por ello Pedro Sánchez no puede seguir ni un segundo más como jefe del gobierno español. Estamos ante un psicópata peligroso y una mala persona,  el cual no dudo que estaría dispuesto a cometer cualquier fechoría, insisto, cualquiera, con tal de permanecer hasta junio del 2020 en la Moncloa. Ya lo dije en diciembre del año pasado y vuelvo a decirlo nuevamente; La única solución para echar a este criminal pasa por la presentación urgente de una moción de censura, la cual lleve emparejada la convocatoria inmediata de elecciones generales, de la cual surja un gobierno con la fuerza suficiente para aplicar de nuevo un artículo 155 más duro y restablecer el orden en el país tras el paso de esta epidemia por la Moncloa. Junto con esa moción de censura se debe de presentar previamente una moción de responsabilidad criminal que permita sentar a Pedro Sánchez en el banquillo del Tribunal Supremo, acusado de alta traición al estado español. Sólo esas dos medidas pueden salvar a España de este asesino, ya que ese y no otro es el adjetivo que se merece un miserable que permite a un gobierno enemigo de una nación la compra de armamento bélico para utilizarlo contra la población de esa nación que él preside. Pedro Sánchez, los muertos que a partir de ahora puedan caer serán responsabilidad tuya, única y exclusivamente tuya.

Volviendo a lo de antes, ¿Cómo aprobar la moción de responsabilidad criminal y la moción de censura? Ante la imposibilidad de que el PNV vote a favor de ello, ya que ahora están en el mejor momento posible con la existencia de este desgobierno, la alternativa sería que mínimo siete diputados pertenecientes al PSOE voten a favor de esas mociones. Sé que lo que estoy diciendo es una barbaridad, ya que algunos tendrían que votar en contra del propio Sánchez, pero el hecho de que varios miembros del PSOE se están echando las manos a la cabeza en estos momentos ante la deriva peligrosa y criminal del actual gobierno, es motivo suficiente para que algunos (No digo que todos, puesto que el PSOE es un partido traidor a España desde que Pablo Iglesias lo fundase en 1879) diputados tomen por una vez una decisión acertada y sienten a este individuo frente a un tribunal para ser juzgado por alta traición. Un Sánchez que, al igual que Torra, deberían estar agradecidos de vivir en el año 2019 y no en el año 1939, ya que de ser así no acabarían ni frente a un tribunal ni en la cárcel, sino en otro sitio.

Volviendo a la moción de censura y de responsabilidad criminal, cabe decir que por supuesto nada de esto va a pasar, ya que el PSOE está decidido a llevarse por delante al país en su caída. Para Sánchez, las elecciones de mayo no son nada, ya que con ello se quitará de en medio a adversarios internos tras el batacazo que éstos se van a llevar en las municipales y autonómicas, teniendo con ello vía libre para seguir adelante y sin oposición por parte de los barones autonómicos en su plan para acabar con España antes de dejar la presidencia. Una presidencia que estoy convencido no terminará el año que viene. Sánchez, aunque pierda en 2020 pactará nuevamente con independentistas, etarras y podemitas para seguir en el gobierno hasta 2024 como mínimo. Por otro lado debo decir que pase lo que pase, los corresponsables de esta locura tienen también nombres y apellidos: Pablo Casado y Albert Rivera, los cuales con su silencio están permitiendo que España se vea en estos momentos sometida a una humillación histórica.

Con esto queda demostrado que la moción de censura del año pasado fue un pacto entre PP-PSOE para permitir de forma pacífica la alternancia bipartidista en el gobierno ante el temor de que Ciudadanos ganase las elecciones generales el año pasado. Mientras al PP de Rajoy le tocó bailar durante el golpe de estado y la aplicación del 155 light, al PSOE de Sánchez le toca bailar ahora con el derrumbe de la nación a través de los pactos con los catalanes y los vascos, y con el silencio cómplice del PP del que algunos llaman ya FraCasado.

Por otra parte, con lo ocurrido en las últimas horas y tras ver los 21 puntos que la generalitat le exige a Sánchez para aprobar los presupuestos se deduce claramente que lo que los independentistas buscan no es la independencia de Cataluña. Los golpistas jamás van a efectuar la declaración de independencia del 27-O de 2017. Su objetivo es simple y llanamente debilitar y exprimir España al máximo, mientras ellos obtienen un estatus político superior que les diferencie del resto de las regiones españolas. En resumen, el objetivo de Torra y compañía es la de ostentar el poder político sobre toda España en Barcelona, mientras desde una Madrid debilitada y claudicada frente al separatismo se accede sin rechistar a lo que los golpistas deseen con tal de mantener al PSOE y a Sánchez en la Moncloa para que éste pueda seguir dándole la vuelta al mundo en el falcón y publicar desde el gobierno libros plagiados que él dice escribir. En estos momentos, en el gobierno se encuentran los enemigos de España, a la cual le esperan tiempos difíciles, y lo peor de todo, un final nada feliz.

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