Lo que el mundo está viviendo con Venezuela desde que el pasado 23 de
enero el presidente de la asamblea nacional, Juan Guaidó, se proclamase
presidente en funciones del país está trayendo más cola de la que en un
principio pensaba que iba a traer. Desde siempre he dicho que personalmente lo
que suceda o deje de suceder en Venezuela es algo que no me importa nada, ya
que lo que sucede en cada país es algo que compete sólo y exclusivamente a sus
ciudadanos. Ya lo dije en el año 2017 cuando desde los medios de
descomunicación de aquí se hablaba continuamente sobre la situación venezolana.
Como excepción, hace medio año escribí acerca de que España ya era Venezuela,
debido a la situación inestable, totalitaria y peligrosa a la que estaba (Y
está) llevando Sánchez a nuestro país. Pues bien, tras dos semanas de lo
ocurrido con Guaidó y la negativa rotunda de Maduro a retirarse se está
produciendo que en ciertos lugares se hable ya de un posible ataque militar de
EEUU contra Venezuela, con el objetivo de derrocar el régimen socialista del
país sudamericano.
En lo que a mí respecta debo decir que, como es lógico, aquí hay más
mierda (Y petróleo, aunque de esto no se está hablando nada) de la que se está
hablando. No estamos hablando de cambiar al régimen totalitarista de Maduro por
otro capitalista y progre dirigido por un masón como Guaidó, sino de un juego
de intereses en el que está metido EEUU, Rusia, China, Israel, Irán, y algún
que otro país más. Seamos serios, ¿A quién le importa Venezuela? Porque a mí,
como ya he dicho, no. Siempre he dicho que los ciudadanos de cada país son
responsables de la situación política de sus respectivas naciones (Nosotros con
nuestra inacción somos responsables de que un criminal siga sentado en la
Moncloa), por ello es potestad de éstos la de resolver los conflictos que se
originan en ellos. En Venezuela se ha permitido durante años la instauración de
una dictadura primero por Hugo Chávez y posteriormente por Nicolás Maduro.
Comprendo que exista una gran parte del pueblo venezolano que desee pasar
página cuanto antes de los oscuros años del chavismo en este país, pero ha sido
la permisividad de los venezolanos lo que ha provocado que en estos momentos su
país se encuentre en estos momentos al borde de una guerra civil tras una
dictadura izquierdista que dura ya veinte años.
¿Ahora qué hacemos? Porque en lo que respecta a España yo no apoyo bajo
ningún concepto que nuestro país participe en un conflicto bélico contra
Caracas. De hecho, España lo único que tendría que haber hecho era haber
reconocido a Guaidó como presidente desde el primer momento y no haber tomado
la delantera en esta situación tras la humillación personal que ha sufrido
Sánchez por parte de Maduro al considerar éste que el inquilino de la Moncloa no
es el líder político idóneo para hablar sobre lo que debe hacer o no nadie en
convocatorias electorales al no haber sido elegido Sánchez como presidente por
ningún voto popular. Aunque a mí ni personalmente ni políticamente Maduro sea
un tipo que me caiga bien, debo reconocer que ahí tiene toda la razón del
mundo. Sánchez no es nadie para dar lecciones, ni siquiera a un dictador como
Maduro, sobre lo que tiene que hacer o no éste en la crisis venezolana. Sánchez
es el primero que se niega a convocar elecciones en nuestra nación, lo cual le
hace quedar incapacitado moral y políticamente para dar lección ni ultimátum
alguno sobre cuestiones de transición política, lo cual supone otra humillación
más para nuestro país, que se ve vacilado por un dictador asesino y criminal
debido a la falta de legitimidad moral y política de otro criminal como es el
propio Sánchez. Por si esto fuese poco, tras la humillación de Maduro, Sánchez
salió en rueda de prensa cuan Bush en la rueda de prensa de las Azores, y dio
ocho días de plazo a Maduro para que convocase elecciones o reconocería a
Guaidó como nuevo presidente de Venezuela. La respuesta de Maduro ha sido lógicamente
la de burlarse de Sánchez y la de pasar de su "Temerario" ultimátum,
lo cual ha dado lugar a que este lunes, vencido el plazo dado por Sánchez, éste
compareciese de nuevo para reconocer finalmente a Guaidó como nuevo jefe del
estado venezolano de forma interina, eso sí, instándole a convocar cuanto antes
elecciones en Venezuela. En fin, consejos vendo que para mí no tengo.
Con el reconocimiento de España se ha sumado la de la mayoría de los
países europeos, a excepción de Italia. EEUU fue uno de los primeros en
reconocer a Guaidó como nuevo presidente. Con este reconocimiento, al cual se
han sumado ya otros países a excepción de Rusia, Cuba, etc, Maduro debía haber
renunciado al poder de forma inmediata, pero la negativa de éste me lleva a
pensar que el conflicto venezolano tiene todas las papeletas de convertirse
ocho años después en un nuevo caso Libia 2.0, o incluso en un nuevo caso Irak
2.0. Si Maduro insiste en perpetuarse en el poder pese al reconocimiento casi
mundial a Guaidó, la guerra civil en Venezuela estará servida, y con ello la
intervención militar de Estados Unidos y la OTAN, es decir, España. Hasta aquí
todo parece ser lo "Previsible", pero hay que recordar un factor
determinante: Rusia. Lo que haga o deje de hacer Putin, el cual no va a
consentir que una neocolonia rusa como es Venezuela caiga como por arte de
magia ante las manos de Trump. La reacción que los rusos hagan de un posible
ataque de EEUU y la OTAN hacia Venezuela será determinante para intuir lo que
pueda pasar después. ¿Un enfrentamiento bélico entre Washington y Moscú? No lo
veo, aunque quién sabe lo que puede ocurrir en estos momentos de incertidumbre
y más si detrás de esa incertidumbre se halla la "Niña bonita" de
Rusia en América.
Con respecto a nosotros debo volver a añadir lo que ya he dicho
anteriormente: España no está preparada ni capacitada para participar en
ninguna invasión militar ni en una guerra abierta contra nadie, ni mucho menos
contra Venezuela. España está atravesando uno de los peores momentos de toda su
historia, y una guerra ahora contra el régimen totalitario de Maduro sólo
provocaría hundir aún más a nuestra nación en el fango en el que se encuentra
sometida gracias al propio Sánchez y los amigos de Maduro en España: Iglesias,
Errejón, Monedero, Echenique, etc. No, España no debe formar parte de ninguna
coalición internacional para derrocar a nadie. Personalmente creo que Maduro
caerá dentro de unas semanas o meses. La presión internacional es demasiado
fuerte y la sola decisión de tomar sanciones económicas contra los chavistas
será motivo más que suficiente para que el sucesor de Chávez decida largarse
con el rabo entre las piernas antes de que su cabeza esté verdaderamente en
juego. España y el mundo se juega mucho si la crisis venezolana persiste y la
invasión militar comienza a cobrar fuerza. Por el bien de los venezolanos, de
España y del resto del mundo espero que Maduro caiga cuanto antes y ponga fin a
estos veinte desastrosos años de socialismo en Venezuela. Si por el contrario
no lo hace, las consecuencias serán letales para todos, y con dos bloques
mundiales defendiendo uno el mantenimiento del todavía régimen socialista y el
otro su caída, el comienzo de la guerra se puede saber más o menos cómo
empezará, pero no como irá desarrollándose, y lo que es más importante; Cómo
acabará.
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