Uno de los motivos que me han llevado a escribir hoy acerca de este histórico suceso es el hecho de que este año se haya producido también la caída de aquel a quien siempre he considerado que era su versión doblada en español, me estoy refiriendo al hasta hace dos meses presidente del gobierno, Mariano Rajoy Brey. Ya en 2015 escribí acerca de las enormes e impactantes similitudes que acompañaban a ambos, de hecho desde la fecha en la que escribí dicha entrada hasta hoy han transcurrido casi tres años y desde entonces se han producido varias similitudes más, algunas de ellas muy sorprendentes.
Volviendo al personaje que nos ocupa esta noche, Nixon fue un tipo bastante peculiar, el cual 44 años después de su caída política y 24 años después de su muerte, no sigue dejando indiferente a nadie, y es que la sombra de Nixon y del caso Watergate sigue siendo alargada. En 1947 llegó a ser convertirse en congresista por el partido republicano, acompañándole en este viaje y desembarco otro joven congresista del partido demócrata; John F. Kennedy. Sí, por muy chocante que resulte, Nixon y Kennedy eran viejos conocidos, e incluso amigos, cuando ambos se disputaron la presidencia estadounidense en 1960. A partir de 1947, los dos futuros presidentes entablaron una relación de amistad, la cual se rompería 13 años después con la victoria contra todo pronóstico del candidato demócrata.
Mientras esto sucedía, Nixon llegó en 1950 a convertirse en senador (Kennedy le seguiría sus pasos en 1953). En 1952 y tras veinte años consecutivos de gobiernos del partido demócrata, el candidato por el partido republicano y uno de los heroes militares norteamericanos en la II Guerra Mundial, el general Eisenhower, decide nombrarlo candidato a la vicepresidencia de EEUU. Finalmente en las elecciones estadounidenses de 1952, Eisenhower obtendría la victoria presidencial, logrando también Nixon la vicepresidencia norteamericana. Con tan sólo 40 años, el californiano Nixon pegaba un salto estrepitoso en su carrera política al convertirse en vicepresidente de EEUU. Sus relaciones con Eisenhower sufrió del altibajos en los ocho años de gobierno del general en la Casa Blanca, aun así "Ike" (Como así era popularmente conocido) lo mantuvo en la vicepresidencia, incluso en su candidatura para la reelección en 1956, la cual daría como resultado la reelección de la pareja Eisenhower-Nixon para otros cuatro años más.
Finalmente, y tras ocho años de intensa gestión y acumulación de experiencia como vicepresidente, Nixon decide dar el salto definitivo; La Casa Blanca. En 1960 Nixon se presentó como el sucesor natural de Eisenhower y con un programa continuista al del entonces presidente saliente. Nixon se convertía así en el candidato republicano a la presidencia de EEUU en 1960. Por el partido demócrata, un viejo amigo de Nixon volvía a cruzarse en su camino; John F. Kennedy se convertía en candidato demócrata a la presidencia estadounidense. Al comienzo de la campaña electoral, todas las encuestas daban como ganador de las elecciones presidenciales al entonces vicepresidente Nixon, aunque por una ligera ventaja frente a Kennedy. Sin embargo, el destino les tenía guardado a ambos candidatos un destino bien diferente. En septiembre de 1960 y cuando sólo faltaban menos de dos meses para los comicios electorales, se produce el primer debate televisivo de la historia. Nixon y Kennedy se veían de nuevo las caras por primera vez en mucho tiempo. Mientras que Kennedy apareció maquillado y llevaba bien aprendido su discurso para el cara a cara televisivo, Nixon por el contrario se presentó al debate enfermo y con fiebre, rechazó maquillarse y no llevaba tan estudiado como Kennedy su discurso para el debate. ¿El resultado? Una derrota absoluta de Nixon frente a Kennedy en el cara a cara electoral. El debate electoral supuso un vuelco absoluto en la contienda electoral y en las encuestas a partir de entonces; Kennedy había dado la vuelta a la situación mientras que Nixon comenzó a perder fuelle. ¿El resultado final? Una victoria contra todo pronóstico de Kennedy frente a Nixon en las elecciones presidenciales de 1960. Nixon, que entonces contaba con sólo 47 años, veía atónito cómo se desvanecían sus opciones de ser presidente de EEUU. Unas opciones que poco más de un mes antes le sonreían completamente.
Aunque Nixon conseguiría ocho años después su ansiado sueño de alcanzar la presidencia, jamás se recuperó de la derrota contra todo pronóstico frente a Kennedy. Un Kennedy con el que a partir de entonces rompió toda relación personal, e incluso le guardo rencor para el resto de su vida. A partir de entonces, Nixon maldeciría a Kennedy y a toda la saga familiar del nuevo presidente estadounidense, culparía desde entonces a la nueva familia presidencial de todos sus males y reveses políticos, mientras comenzaría a nacer en él una obsesión enfermiza a la hora de compararse con su rival electoral y ex-amigo. Dos años después de su sorprendente derrota, Nixon decide presentarse como candidato a gobernador de su tierra natal, California, frente al candidato demócrata a la reelección y gobernador de California, Pat Brown. Finalmente, Nixon volvería a cosechar una nueva derrota, esta vez frente a Brown, a la hora de buscar su elección como gobernador californiano. Tras este duro revés, Nixon anunciaría en una histórica rueda de prensa en la que atacó duramente a la prensa, su retirada de la política y su regreso a la abogacía.
Sólo un año después de esta retirada, se produce uno de los acontecimientos más relevantes de la historia de Estados Unidos y del siglo XX, el cual supuso un cambio de 160º en la historia de Norteamérica y del mundo; El asesinato de Kennedy. El 22 de noviembre de 1963, Kennedy es asesinado en Dallas ante los ojos de todo el mundo. Las imágenes en las que se ve cómo a Kennedy le volaban la cabeza en el tercer y último disparo recibido dieron la vuelta al planeta. Este magnicidio supuso el inicio de una etapa oscura y controvertida en la historia de EEUU, la cual se extendería hasta las elecciones presidenciales de 1976 pasando por la guerra de Vietnam, la segregación racial, la muerte del hermano del presidente, Robert Kennedy y de Martin Luther King, así como el estallido de los Archivos del Pentágono y del caso Watergate y la dimisión del propio Nixon.
La muerte de Kennedy supuso un cambio completo en la política norteamericana y el inicio del enigma que ensombrece el asesinato del presidente demócrata. 55 años después de su asesinato, la teoría de la conspiración sigue igual de latente que en 1963, y las sospechas sobre quién o quiénes fueron los artífices de este atentado siguen estando encima de la mesa. Desde Fidel Castro hasta el propio vicepresidente de Kennedy, Lyndon B. Johnson. Existe también otras teorías que apuntan a que uno de los artífices de este asesinato fue ni más ni menos que el propio Nixon, el cual resentido y celoso por la victoria de Kennedy en 1960 habría colaborado en el asesinato de éste en noviembre de 1963. Una prueba de ello sería que el 24 de noviembre de 1963, un enigmático empresario de Dallas asesinó a quemaropa a Lee Harvey Oswald, considerado oficialmente el único tirador y por tanto asesino del presidente Kennedy. Las sospechas sobre la participación de Nixon vienen cuando se descubre que este empresario tuvo vinculaciones personales con el propio Nixon en el pasado.
Tras la muerte de Kennedy, Lyndon B. Johnson (Vicepresidente de Kennedy) asume la presidencia ese mismo día, siendo reelegido de forma aplastante en las elecciones de 1964. Con Johnson en la Casa Blanca se produce uno de los capítulos más negros en la historia de EEUU; La guerra de Vietnam. Mientras, Nixon continúa con su vida privada como abogado mientras observa cómo la guerra va intensificándose mientras se producen las masivas protestas sociales en contra de ésta. Con la llegada incesante de soldados muertos provenientes de Vietnam, Johnson decide renunciar a presentarse nuevamente como candidato a la presidencia ante el abrumador rechazo contra él. EEUU alcanza su punto más culmen de tensión social en 1968, con la muerte de Martin Luther King y de Robert Kennedy (Hermano del presidente Kennedy), y con las incesantes protestas contra la guerra. Es entonces cuando Nixon, al ver el enorme desgaste que los demócratas están recogiendo como consecuencia de sus políticas en Vietnam, decide dar un paso al frente y anuncia su candidatura a la presidencia de EUUU nuevamente, anunciando a los estadounidenses un plan secreto para acabar con la guerra si ganaba las elecciones. Por parte de los demócratas, el vicepresidente de Johnson, Hubert Humphrey, sería el candidato a las presidenciales. Finalmente y tras ocho años de retraso, Nixon conseguiría, esta vez sí, su ansiada victoria electoral arrebata en 1960 por Kennedy. Con 56 años, Nixon veía por fin cumplido su sueño de ser presidente de EEUU, aunque la época en la que le tocaría ser presidente sería una época muy convulsa y diferente a la que hubiese vivido de haber ganado las elecciones ocho años atras. Una guerra, una sociedad más progresista, desestructurada y hippie, y masivas protestas sociales, especialmente de los jóvenes, los cuales desconfiaban plenamente de él, le estaban esperando.
En enero de 1969, Nixon llega a la Casa Blanca con la esperanza de los americanos en poner fin cuanto antes a la insostenible situación en Vietnam. Pero para sorpresa de todos, Nixon no pone fin inmediato a la guerra de Vietnam. Su plan secreto para acabar con la guerra no existía, era sólo una excusa para ganar las elecciones en 1968. Su único plan consiste en resistir lo máximo posible. Nixon no quería pasar a la historia como el primer presidente americano en perder una guerra, por lo que una retirada de Estados Unidos en Vietnam hubiese supuesto para él y para el país una humillación en toda regla. A partir de entonces los bombardeos sobre Vietnam se recrudecen así como las protestas, lo cual provoca que los estudiantes salgan a la calle en manifestaciones que acaban incluso con muertos. Mientras esto sucedía, Nixon y Henry Kissinger (Secretario de Estado en el gobierno de Nixon) se abren paso en la escena internacional. Tras numerosas conversaciones y aunque había sido especialmente crítico con él y con su sistema político, Nixon viaja junto con Kissinger en 1972 a la China comunista de Mao. Allí consigue el que será sin duda uno de sus mayores logros políticos; La apertura de unas relaciones amistosas con la China comunista, la cual se encontraba cada vez más alejada de la Unión Soviética. Posteriormente, Nixon también abriría negociaciones con la Rusia soviética de Breznehv, lo cual era un paso bastante importante si tenemos en cuenta que las dos superpotencias se encontraban en uno de los momentos más algidos y tensos de la Guerra Fría tras la Crisis de los Misiles de Cuba en 1962. La apertura en las relaciones con estos dos países comunistas serían el mayor logro internacional de Nixon en sus cinco años de mandato, lo cual se completaría con la retirada, esta vez sí, de EEUU de la guerra de Vietnam en 1973.
Mientras esto sucedía, en EEUU se produjo el estallido de "Los Papeles del Pentágono", en donde el periódico The New York Times comenzó a publicar documentos altamente secretos relacionados con la guerra de Vietnam, así como la actuación de los gobiernos Truman, Eisenhower, Kennedy y Johnson sobre este asunto (Especialmente la actuación de estos dos últimos gobiernos), en donde se demostraría cómo mayormente las administraciones de Kennedy y Johnson mintieron a la población americana para embarcarse en una guerra sobre Vietnam. La publicación del primer volumen de estos documentos coincidió casualmente con la boda de una de las hijas de Nixon, celebrada en la Casa Blanca entre una manifestación masiva que rodeó la Casa Blanca con motivo de las protestas por la guerra de Vietnam. Con la publicación de estos documentos que ponían en serio riesgo el plan de Nixon para continuar la guerra, éste llevó ante los tribunales al The New York Times para detener la publicación de más documentos. Tras este hecho insólito, impropio de una democracia, The Washington Post también se sumaría a la publicación de dichos documentos, con lo que el gobierno de Nixon también denunciaría a este periódico que más tarde sería decisivo en su caída política. Finalmente, y tras una serie de procedimientos judiciales entre el gobierno de Nixon y los periódicos, el Tribunal Supremo decidió finalmente declarar inconstitucional el intento del gobierno para detener las publicaciones. Este grave suceso sería la antesala de otro escándalo de mayores proporciones que serían el desencadenante para la dimisión de Nixon en 1974, el caso Watergate, en el que The Washington Post jugaría un papel fundamental.
Si el caso de "Los Papeles del Pentágono" tambaleó los cimientos de la administración Nixon con documentos ultrasecretos que perjudicaban a las administraciones previas, con el estallido del caso Watergate se produce el detonante final que acabará con la presidencia del republicano tras cinco años de mandato. En junio de 1972 se produce un intento de robo y detención en la sede central del partido demócrata. Nada fuera del otro mundo si no fuera porque posteriormente se relacionaría directamente a los atracantes con el partido republicano y concretamente con el comité para la reelección de Nixon en las elecciones de 1972. Desde la Casa Blanca se negó tajantemente cualquier relación con los detenidos y con el robo, el cual llevaba incluido un intento para implantar micrófonos ocultos con el objetivo de espiar a los demócratas. Con el paso de los meses, y tras haber obtenido finalmente Nixon la reelección de forma aplastante frente a George Mcwober en 1972, The Washington Post comenzó a publicar una serie de informaciones en las que se relacionaba directamente a miembros de la Casa Blanca con el robo del Watergate. Estas informaciones fueron a más a medida que se conocían poco a poco nombres relacionados con el robo, los cuales eran colaboradores cercanos al propio Nixon. A raiz de este asunto se empezó a destapar una serie de abusos de poder por parte de la Casa Blanca, así como casos de espionaje y acoso contra rivales políticos del gobierno de Nixon. Mientras esto sucedía, Nixon consigue por fin su objetivo de poner fin a la guerra de Vietnam con cuatro año de retraso desde su llegada a la presidencia tras la firma de los Acuerdos de París en enero de 1973.
Por su parte, el caso Watergate provocaría que se abriese una comisión de investigación en el Senado de Estados Unidos, en donde se destaparía que el propio presidente tenía instalado en la Casa Blanca un dispositivo de micrófonos ocultos para recoger todas las conversaciones que se habían llevado a cabo en el recinto presidencial durante su mandato. Estas escuchas las tenía almacenadas en la propia Casa Blanca el presidente Nixon en forma de cintas magnetofónicas. Tras salir a la luz esta sorprendente noticia que dejó boquiabiertos a todo el mundo, el fiscal encargado de investigar el caso Watergate, Archibald Cox, solicitó a Nixon que entregase todas las cintas grabadas, algo a lo que Nixon se negó en rotundo, exigiendo de paso a Cox que dejara el caso. Ante la negativa de Cox a abandonar en octubre de 1973 se produce la que muchos llamaron "La crisis constitucional más seria de la historia de América", o según otros "La Masacre del Sábado por la Noche". En este oscuro capítulo, Nixon ordena al fiscal general, Elliot Richardson(Jefe de Cox), y a William Ruckelshaus, (Fiscal general adjunto y por lo tanto segundo de Richardson) la destitución de Cox como fiscal encargado del caso Watergate, algo a lo que tanto Richardson y Ruckelshaus se niegan en rotundo, por lo que ambos presentan su dimisión. Finalmente y tras esta grave crisis y vacío de poder en la fiscalía, Nixon encuentra en el procurador general, Robert Bork, al hombre dispuesto a despedir a Cox, algo que Bork hizo de manera inminente, cumpliendo las órdenes de Nixon. Sólo dos meses después de este grave suceso, el vicepresidente de EEUU, Spiro Agnew, dimitió como consecuencia de acusaciones de blanqueo de dinero y evasión de impuestos, tras su dimisión su cargo sería ocupado por quien dentro de pocos meses se convertiría en el nuevo presidente de EEUU tras la renuncia de Nixon; Gerald Ford.
Ya en marzo de 1974, los colaboradores más cercanos a Nixon que habían dimitido de sus cargos a raiz de las publicaciones realizadas por The Washington Post, fueron condenados por obstaculizar las investigaciones del Watergate. Entre los colaboradores más cercanos estaban Bob Haldeman, John Ehrlichman, John Mitchell, Charles Colson, entre otros. Nixon por su parte no hizo nada para evitar que sus ex colaboradores fuesen a la cárcel, algo que el propio Nixon se encargó de garantizar a los miembros de su equipo que jamás permitiría. Finalmente y tras un intentarlo por todos los medios, Nixon se vio obligado contra su voluntad a entregar parte de las cintas magnetofónicas tras exigírselo la Corte Suprema estadounidense, dichas cintas fueron entregadas tras ser editadas por el personal de la Casa Blanca. Un caso peculiar es el de una de las cintas, la cual es entregada tras haber sido borrada una transcripción de 18 minutos de la misma "Por accidente". A día de hoy, todavía no se sabe qué hay en ese hueco borrado de 18 minutos, aunque algunos hablan sobre la posibilidad de que Nixon hablase en esos 18 minutos sobre el caso de "Bahía de Cochinos" y sus autores. Bahía de Cochinos no sería otra cosa que una clave secreta con la que Nixon y sus colaboradores más próximos se referían al asesinato de Kennedy, valiéndose de la fallida invasión de Cuba por parte del presidente demócrata en 1961 para derrocar a Fidel Castro a la hora de hablar sobre el enigmático asesinato de JFK.
Tras la publicación editada de las cintas se llega a la conclusión de que el propio Nixon fue conocedor del robo del Watergate, así como de su posterior encubrimiento. Destapándose también la red de espionaje que desde la Casa Blanca se llevaba a cabo con el consentimiento expreso del presidente y el abuso de poder por parte de éste. Tras ello, la Corte Suprema exige que Nixon entregue todas las cintas sin ser editadas, algo a lo que el presidente se niega en rotundo. Mientras esto sucede, el Congreso estadounidense vota en julio de 1974 a favor de abrir un proceso de destitución contra Nixon (Lo que en EEUU se conoce como impeachmeant, que sería algo parecido a una moción de censura, pero acompañada de un juicio político) acusándolo de abuso de poder, obstrucción a la justicia, y falta de cooperación con el congreso. Nixon, al verse arrinconado y sabiendo que en pocas semanas el Senado estadounidense votaría con toda seguridad su destitución, decide dimitir el 8 de agosto de 1974, antes de que fuese el propio Senado quien lo destituyese. Nixon abandonaría la Casa Blanca el 9 de agosto de 1974 tras ceder el cargo a su nuevo vicepresidente, Gerald Ford. En la memoria de todo el mundo quedaría la despedida de Nixon subiéndose al helicóptero en los jardines de la Casa Blanca mientras hacía la V de victoria, quizás una respuesta a sus enemigos sobre quién había triunfado realmente, ya que al dimitir de su cargo, Nixon pudo guardarse las cintas magnetofónicas como ciudadano privado, sin necesidad de que la justicia pudiese reclamárselas ya.
Con la dimisión de Nixon se produce la llegada de Ford a la presidencia, el cual sólo un mes después de su llegada al poder decide concederle a Nixon el perdón absoluto, liberando con ello al ya ex presidente de cualquier responsabilidad penal en el caso Watergate. Una decisión que influyó decisivamente a que el partido republicano y Ford perdiesen las elecciones presidenciales de 1976, volviendo los demócratas al gobierno estadounidense de la mano de Jimmy Carter. Aún así, los republicanos volverían nuevamente a la Casa Blanca en 1981 liderados por Ronald Reagan, pasando hoja definitivamente el pueblo americano a la presidencia de Nixon y al caso Watergate.
Con esto he querido hacer un análisis aproximado sobre la trayectoria política de aquél a quien tras más de cuarenta años sigue siendo el presidente más infravalorado y despreciado de la historia de los Estados Unidos de América. En lo que a mí respecta debo añadir que Nixon, aún con sus pros y sus contras, fue un buen presidente; Llevó a cabo la apertura de relaciones con la China comunista de Mao y con la Unión Soviética de Breznehv en pleno cenit de la Guerra Fría, algo imposible de imaginar unos años antes. Aunque mintió al pueblo americano a la hora de prometer de forma inmediata el final de la guerra de Vietnam, sí cumplió finalmente su promesa aunque eso supuso una prolongación innecesaria del conflicto bélico. Aún así hay que preguntarse qué habría hecho otro presidente tanto demócrata como republicano. Quizás hubiesen prolongado aún más la guerra de lo que lo hizo Nixon, o a lo mejor no. Nunca sabremos eso.
De lo que no hay duda alguna es de que la presidencia de Nixon hubiese sido muy diferente si hubiese llegado a la presidencia en 1961 y no en 1969. Durante sus cinco años de mandato el fantasma de Kennedy lo atemorizó y lo obsesionó profundamente. Su frustración por no obtener el aprecio de los jóvenes, de las mujeres y de la prensa (Algo que Kennedy sí supo meterse bien en el bolsillo) le marcó profundamente. También el hecho de ser "El patito feo" en comparación a un tipo atractivo como Kennedy le ofuscaba, así como el hecho de ser un tipo proveniente de una humilde familia de Whittier (California), frente a un Kennedy pijo el cual vacilaba delante suya de las diferencias sociales y económicas que les separaban a ambos en detrimento de Nixon.
Pero sin lugar a dudas lo que más frustró a Nixon fue su derrota contra todo pronóstico frente a Kennedy en 1960. Esa derrota, así como la presidencia de Kennedy y su asesinato le perseguirían durante toda su presidencia, e incluso durante el resto de su vida. Buena prueba de ello es cómo el propio Nixon se comparaba incesantemente con su ex rival y predecesor, así como el "Miedo" que sentía cuando se refería al asesinato de éste. Sí, Kennedy sin lugar a dudas influyó decisivamente en la vida y presidencia de Nixon, el cual podría haber pasado a la historia, quién sabe, como un magnífico y querido presidente si su mandato hubiese tenido lugar en los años 60 y no en los 70, tocándole gobernar por contra bajo una sociedad completamente diferente a la que él y Eisenhower se encontraron en 1953, la cual había cambiado completamente tras los ocho años de gobiernos demócratas de Johnson y Kennedy, y especialmente tras el asesinato de este último.
Muchas cosas hubiesen sido completamente diferentes si Nixon hubiese llegado a la presidencia en 1961; La guerra de Vietnam puede que no hubiese llegado jamás al escenario que se encontró en 1969, y puede que la obsesión por instalar un sistema de espionaje en la Casa Blanca jamás se hubiese producido. Puede que el caso Watergate tampoco se hubiese producido, e incluso puede que jamás Nixon hubiese llegado a dimitir y hubiese completado sus ocho años al frente del gobierno. No, quizás nada de esto hubiese ocurrido en 1961... o quizás sí. Sea como fuese, una cosa sí está clara, y es que cómo yo leí hace poco, con toda probabilidad sin la presencia de los micrófonos, Nixon jamás hubiese tenido que dimitir en agosto de 1974. Para finalizar cabe preguntarse; ¿Cómo pasará a la historia Nixon? No pasará a la historia como el hombre que acabó con la guerra de Vietnam, ni como el hombre que recuperó las relaciones con China y Rusia, sino como el hombre que intentó compararse con Kennedy y que jamás lo consiguió, y como el hombre que fue destruido por (Como diría el secretario de prensa de Nixon, Ron Ziegler), "Un intento de robo de tercera clase".
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