miércoles, 6 de junio de 2018

Mariano Rajoy; Fin de la cita

Después de quince años desde su designación a dedo por José María Aznar como su sucesor, y después de haber sido el primer presidente del gobierno en salir del ejecutivo gracias a una moción de censura tras casi siete años de gobierno, Mariano Rajoy ha anunciado hoy entre lágrimas su dimisión como presidente del PP y la convocatoria de un congreso extraordinario para el mes de julio, donde se elegirá a su sucesor. Por increíble que parezca, Rajoy, el cual hace sólo dos semanas creía tener asegurada su estancia en el poder hasta 2020, pone punto y final a su carrera política después de casi cuarenta años. A partir de ahora se abre la cuestión de la sucesión en el PP. Las apuestas oscilan entre Alberto Nuñez Feijóo, Soraya Sáenz de Santamaría y María Dolores de Cospedal. En resumen, continuidad y más marianismo pero sin Mariano.

Cuando uno escucha estos tres nombres como posible sucesores de Rajoy, lo primero que se me viene a la mente es; ¿No hay un candidato serio?, ¿No hay un candidato creíble que dé un auténtico volantazo al PP y refunde dicha formación?, ¿Acaso cree alguien que Soraya, Cospedal o Feijóo representan en modo alguno la regeneración que tan urgentemente necesita el PP? Seamos serios, el PP necesita un nuevo líder que no sólo esté límpio de toda corrupción, sino que debe ser una persona joven que integre y que no tenga relación alguna ni con los gobiernos de José María Aznar ni de Mariano Rajoy. ¿Qué regeneración puede ofrecer un tipo como Feijóo?, un tipo que tiene casi sesenta años y que algunos bautizan como la regeneración del PP de un Mariano Rajoy de 63 años. ¿Acaso una persona con casi sesenta años es lo que necesita la formación de centro-derecha para dar un aire de cambio?. Por no hablar de su oscuro pasado relacionado con las amistades del narcotráfico gallego. ¿Qué clase de regeneración y de ética contra la corrupción sería esa?.

Si hablamos de Soraya Sáenz de Santamaría estamos hablando de Mariano Rajoy pero en mujer. Una tipa que ha sido durante estos siete años vicetodo en el gobierno de Rajoy. Ha sido quien verdaderamente ha ejercido el poder y quien verdaderamente ha movido los hilos que Rajoy desistía de mover. Su control del CNI durante todos estos años así como de los medios de comunicación la han llevado a ser considerada para muchos la mujer que más poder ha tenido en España desde Isabel II. ¿Entra su edad dentro de lo acorde para dar una imagen de renovación? Sí. ¿Está pringada en algún caso de corrupción? No. ¿Entonces? Pues que no puede ser candidata a liderar la oposición y en un futuro el gobierno de España quien ya ha ejercido de presidenta de facto ante la desistencia de su líder. No puede dar imagen de renovación alguna una persona que está más quemada que Juana de Arco tras su paso por la hoguera. No olvidemos que Rajoy le encomendó a Santamaría ser quien gestionase la crisis catalana con la "Operación diálogo", la cual sólo sirvió para que desde el estado se financiase el golpe de estado independentista mientras se hacían inútiles apelaciones al diálogo. Soraya es pues responsable directa de la crisis que explosionó en septiembre y octubre pasado y por la que no ha asumido ninguna responsabilidad política hasta ahora. ¿En serio es esta mujer la candidata ideal para devolver al PP al gobierno? Este caso sólo es comparable cuando en 2011 se hablaba de Rubalcaba como candidato a la secretaría general del PSOE tras obtener los hasta entonces peores resultados electorales y ser corresponsable del nefasto gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Ya sabemos cómo acabó la trayectoria de Rubalcaba al frente del PSOE. Nunca el segundo del gobierno es una buena opción para regenerar el partido (Sea cual sea) y llevarlo nuevamente al gobierno del que esa persona formaba parte.

Ya si hablamos de María Dolores de Cospedal es para apagar el portátil y no terminar de escribir la entrada. Un personaje que está salpicado por el escándalo del caso Bárcenas y cuyo marido tiene un pasado nada límpio ni ejemplar. Una mujer que ha sido desde hace una década secretaria general del PP y verdadera líder de facto del partido ante la también abdicación de funciones de Rajoy como líder del partido conservador. Una señora que ha pasado ya del umbral de los cincuenta años y que algunos ven en ella una opción de regeneración. Una política que, al igual que Soraya, está quemada no tanto por su labor de ministra de defensa como por su labor de secretaria general del PP. No, señores, Cospedal no representa en absoluto la regeneración y la refundación que el PP necesita.

Como persona que ha simpatizado con el partido, que creía en sus principios y que les votó para su llegada al gobierno considero que ya ha pasado la etapa de los cincuentones y los sesentones. El PP debe dar un paso hacia adelante y jubilar de una vez por todas a esa generación de los años 50 y 60 y que desde hace casi treinta años mantienen el poder del partido. Aunque no comulgo con el PSOE debo añadir que en eso han sido muchísimo más inteligentes que sus adversarios políticos. Felipe González representaba claramente la generación de la postguerra. Era de la generación de los primeros años 40 y simbolizaba una etapa de la historia de España. Una vez terminada la etapa del felipismo llegó Zapatero, un tipo desconocido pero que pertenecía a la década de primeros de los 60 y finales de los 50. Representaba pues la generación de los "Nietos de la guerra civil". A pesar de su nefasta presidencia hay que reconocer que su paso por el PSOE supuso dar el relevo generacional de la etapa de los 40 a la de los 60. Para terminar ahora al nuevo presidente del gobierno, Pedro Sánchez, el cual nació en 1972. Sánchez pertenece por lo tanto a una nueva década, la cual no tiene nada que ver ni con la de Zapatero, ni muchísimo menos con la de González. A pesar de sus nefastos resultados electoral hay que reconocer que la llegada de Sánchez supuso también un relevo generacional en el partido, y más después de tres años con el ya sexagenario Rubalcaba al frente del PSOE. Independientemente de las opiniones que me puedan merecer el PSOE, aquí debo reconocer que sí ha habido un claro cambio de generación, todo lo contrario al PP, el cual lleva siendo liderado por la misma generación desde hace ya 30 años. El PP de Rajoy (Compuesto por sexagenarios de los años 50) lograron derrotar a la década de los años 40 del felipismo, y creían que igualmente podrían derrotar a las nuevas generaciones de los años 70 e incluso de principios de los 80.

En lo que a mí respecta creo que la mejor opción que representa la llegada de un nuevo tiempo en el PP es Pablo Casado. Sí, ya sé que con lo del master está en cuarentena, pero es el único capaz de cambiar la imagen anticuada del PP y modernizar su cartel electoral. Personas como Pablo Casado, Andrea Levy o Borja Semper son las idóneas para liderar este nuevo e histórico periodo que el PP tiene por delante. La formación conservadora tiene una oportunidad de oro para enterrar definitivamente el aznarismo y el marianismo y recoger el relevo generacional que desde hace años exige el Partido Popular. ¿Qué creo yo que va a ocurrir? Básicamente lo siguiente; Creo que o bien Feijoo o bien Soraya será quienes sucedan a Rajoy al frente del partido, lo cual les llevará hasta las elecciones generales que bien podrían celebrarse en 2019 o en 2020. Sea cuando sean, si uno de estos son los candidatos a la presidencia en dichos comicios se llevarán el batacazo del siglo ante la falta de apoyos por parte de la sociedad española, que no verá verdadera renovación en el partido. Tras esto supongo que se celebrará un congreso extraordinario el cual dará definitivamente el liderazgo a la nueva generación. Sólo a partir de entonces será posible (Si es que todavía quedan esperanzas) de que los populares vuelvan a la Moncloa.

Debo añadir que cuando hoy he visto a Rajoy se me ha venido por completo la imagen de Felipe González en el congreso del PSOE en 1997, donde anunció para sorpresa de todos su dimisión como secretario general del PSOE. Esta dimisión la llevó a cabo Felipe González sólo un año después de perder el gobierno de España. Debo reconocer que desde estas dos últimas semanas estoy viendo muchísimos paralelismos entre lo sucedido en los años 90 y ahora (Caída del gobierno por la corrupción, cambio de gobierno en el sistema bipartidista, dimisión del líder de la formación política que había ostentado hasta poco antes el gobierno...). Creo que el futuro del PP se puede ver perfectamente en los sucesos que se desarrollaron posteriormente tras la salida de González de la secretaría general; Pelea a cara de perro entre Joaquín Almunia y Josep Borrell (Ahora nuevo ministro de exteriores de Sánchez) y división interna dentro del partido que acabó con el batacazo de Almunia en el año 2000 frente a Aznar. Lo ocurrido después ya lo sabemos, el PSOE entra en crisis y se produce la convocatoria del congreso del 2000 que daría paso a la llegada contra todo pronóstico de Zapatero y con ello el cambio generacional y el fin del felipismo. Ese y no otro será el futuro del PP en estos años. Podrían perfectamente ahorrarse esta dura travesía del desierto si desde ya se eligiese a una persona joven y libre de toda sospecha de corrupción, pero eso es pedir peral al olmo, y más en un partido que hasta hace dos semanas su líder se veía, cuanto menos, dirigiendo el partido hasta el año 2024. Supongo que habrá que hacer las cosas despacio para poder llegar al relevo generacional que muchos españoles (Yo incluido) pedimos para el PP. Otro claro ejemplo lo tenemos en el escenario del postzapaterismo, en el cual se produjo un enfrentamiento interno entre Alfredo Pérez Rubalcaba y Carme Chacón en el que ganó el primero, y sólo después de tres años y consecutivas y vergonzosas derrotas electorales se produce la llegada del relevo generacional con la candidatura de Pedro Sánchez y Eduardo Madina y la victoria del primero. Se puede decir con esto que las historias siempre se repiten, y en este caso el PP no va a ser una excepción.

Antes de terminar quiero decir un par de cosas sobre el que hasta el mes que viene es el líder del PP y hasta hace unos días ha sido presidente del gobierno de España, Mariano Rajoy. Me resulta curioso cómo en su discurso de despedida (Plasma incluido) ha afirmado que su decisión es ante todo lo mejor para él, luego para el partido, y en último lugar aunque con dudas, para España. El orden de importancia que ha elaborado en su discurso determina que para Rajoy lo que siempre ha pesado en sus decisiones es su propio bienestar. Si hubiese determinado que lo mejor para él (Que no para España ni el PP) hubiese sido continuar, lo hubiese hecho. Su dimisión llega demasiado tarde. Mariano Rajoy debería de haber dimitido en 2013, cuando "El Mundo" y Pedro J. Ramírez publicaron los SMS a Bárcenas (Publicación que le costó el puesto de director a Pedro J.). Todo lo que ha venido después sólo ha servido para prolongar su propia agonía. Su decisión egoísta de no retirarse en 2015 y en 2016 le ha llevado a ser el primer presidente en ser destituido mediante moción de censura sólo dos años después para bochorno, humillación y vergüenza del propio Rajoy. Quizás el gobierno de Pedro Sánchez sea el peor que conozca la historia de España, pero debemos añadir que el único beneficio que ha traído su llegada ha sido la destitución y el fin político del propio Mariano Rajoy. Quizás la única buena decisión de la marcha del ya ex presidente del gobierno sea el no cometer el mismo error que Aznar cometió al designarlo a él como su sucesor vía dedazo. Un Aznar que hoy ya ha anunciado que "Desde su posición actual" está dispuesto a renovar el centro-derecha español. Recuerdo que hace cinco años, en una de mis primeras entradas escribí pidiendo la vuelta de Aznar. Hoy no sólo no la pido sino que le pido a Aznar que se calle, ya que él no está legitimado moralmente para ninguna renovación después de que la demoledora sentencia de Gürtel condene por lucrarse al PP que él lideraba en esa época. Con la idea de Rajoy de no repetir el final de su predecesor, puede que tome una de las mejores decisiones de su carrera política, no caer en la arrogancia de elegir vía Carlos V a su sucesor y retirarse plácidamente de una vez por todas tras traicionar todo y a todos durante todos estos años. Con esta decisión se termina la carrera política de un presidente nefasto y de una persona que a mí como ex votante suyo y simpatizante suyo me decepcionó profundamente. Será recordado por tener una oportunidad histórica para cambiar España, la cual él mismo desaprovechó y desprecio. Dicho esto y ante la nueva vida que le espera solo puedo añadir "Mariano, sé fuerte". Fin de la cita.

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