miércoles, 20 de junio de 2018

PSOE; Un mal que dura más de 100 años

Hay un conocido refrán que dice "No hay mal que 100 años dure". Supongo que el autor de esta frase no pensó en esa organización política española que desde hace 139 años lleva ocasionando el mayor daño posible a la sociedad que dicen representar. Me refiero a ese engendro monstruoso creado en forma de partido político llamado "Partido Socialista Obrero Español". Ese partido que fundó en mayo de 1879 Pablo Iglesias. Sí, ese mismo que en 1910 amenazó de muerte al entonces presidente del gobierno, Antonio Maura, el cual sufriría un atentado que casi le cuesta la vida pocos días después. Ese partido que fue cómplice en los sucesos que tuvieron lugar en Barcelona durante la "Semana Trágica" en 1910. Ese partido que en la actualidad critica abiertamente la dictadura de Miguel Primo de Rivera pero que olvida que fue el propio PSOE quien apoyó y participó en el gobierno que durante casi siete años presidiría el padre del fundador de Falange Española. Ese partido que tras la caída de Primo de Rivera consideró que la despótica monarquía de Alfonso XIII ya no le resultaba útil, por lo que firmó junto con el resto de fuerzas republicanas el Pacto de San Sebastián en 1930. Ese partido que durante la II República permitió e incluso impulsó la quema de Iglesias, la violación de monjas y el destrozo de imágenes religiosas. Ese partido que en 1934 impulsó un golpe de estado tras la victoria de la CEDA en las elecciones generales de ese mismo año, provocando más de 2.000 muertos. Ese partido que estuvo detrás del asesinato de José Calvo Sotelo, gota que colma el vaso y provoca el golpe de estado militar y la Guerra Civil. Ese partido que recién estallada la guerra saqueó y robó más de 500 toneladas de oro del Banco de España para huir con el botín a Moscú. Ese partido que actualmente es muy valiente contra todo aquello que representa el franquismo pero que en su momento no movió ni un sólo dedo para oponerse al régimen surgido tras la Guerra Civil y que ahora tan fervientemente desean suprimir de la historia de España.

Ese es el Partido Socialista Obrero Español. Un partido que no dudó en mover toda clase de hilos con tal de sacar del gobierno entre 1980 y 1981 al veleta de Adolfo Suárez y a la agónica UCD, incluso colaborando activamente en el golpe de estado del 23-F, donde el PSOE de Felipe González tenía un papel clave en el gobierno si el golpe hubiese triunfado. Un partido que tras su llegada al gobierno en 1982 no dudó en llevar a cabo medidas neoliberales así como reformas laborales que impulsaban el empleo precario mientras empeoraban las condiciones de vida de los trabajadores. Un partido que no dudó en apoyar el SÍ activo a la OTAN tras negarse rotundamente en 1982 a su entrada en dicho organismo. Un partido que los jueces probaron en los años 90 que se había financiado ilegalmente. Un partido que institucionalizó la corrupción sistemática en todos los organismos del estado. Un partido que nombró a un director general de la Guardia Civil que acabaría huyendo con más de 500 millones de pesetas robados. Un partido que designó a un gobernador del Banco de España que posteriormente se demostraría que defraudaba a Hacienda. Un partido que llevó a cabo el terrorismo de estado con la creación del GAL, en el que Felipe González era el famoso "Señor X" y por el que el ministro del interior acabó en la cárcel. Un partido que tras saquear los fondos reservados del Estado dejó el gobierno de España en 1996 con el sistema de pensiones al borde de la quiebra.

Todo esto es historia del PSOE. El mismo partido que una vez en la oposición eligió a un incompetente llamado José Luis Rodríguez Zapatero como líder y aprovechó una tragedia medioambiental de tal envergadura como fue el caso del "Prestige" para sacar ventaja electoral de dicho accidente. El mismo partido que sacó a España a la calle para manifestarse contra la guerra de Irak tras mandar ellos soldados de reserva que ejercían el Servicio Militar Obligatorio para llevarlos a Bagdad en la guerra del Golfo en 1990. El mismo partido que no dudo en sacar tajada electoral del mayor atentado terrorista sufrido en España y en Europa hasta la fecha para llegar al gobierno (11-M). El mismo partido que una vez llegado al gobierno tras el mayor vuelco electoral de la historia de España enchufó a aquellos que corroboraron la versión extendida dentro del PSOE sobre la autoría islámica del 11-M. El mismo partido que tras retirar de manera humillante las tropas de Irak, mantuvo e incrementó las tropas en Afganistan y Líbano. El mismo partido que negoció con la banda terrorista ETA, llegando a alcanzar acuerdos que hoy en día todavía desconocemos. El mismo partido que llevó a cabo la reforma inconstitucional del estatuto de Cataluña, el cual ha sido el origen que ha llevado a esta región a un proceso secesionista y a una declaración de independencia fallida en octubre del año pasado. El mismo partido que tras formar parte activa en su empeño por llevar a España hacia la Guerra Civil, aprobó en 2007 una ley de memoria histórica que sólo ha servido para remover las viejas heridas y los rencores del pasado. El mismo partido que negó la mayor crisis económica mundial desde la Gran Depresión de 1929. El mismo partido que en su negativa a tomar medidas para paliar esa crisis económica permitió que más de cinco millones de personas se fuesen al paro en sólo tres años. El mismo partido que al empezar a tomar medidas decidió emprenderlas contra los más débiles con tal de salvar sus chiringuitos y sus reinos de Taífas (CCAA). El mismo partido que en 2011 dejó España al borde de la quiebra del sistema financiero, el cual finalmente sería rescatado por la Troika en junio de 2012.

Pero todavía no ha acabado la historia. Ahora el PSOE vuelve al poder tras casi siete años en la oposición, y el nuevo presidente del gobierno, Pedro Sánchez, ya ha demostrado que puede dejar al mismísimo Zapatero como un estadista. En sólo tres semanas de gobierno socialista, el nuevo presidente ya ha anunciado la decisión de exhumar los restos de Franco del Valle de los Caídos, así como de convertir España en el campo de refugiados de occidente. Toda una declaración de intenciones que nos demuestra por dónde van a ir los tiros en esta nueva etapa en la historia de España. Tras formar parte activa en los acontecimientos que desembocaron en la Guerra Civil, saquear España en los años 90 y destruirla económicamente hace siete años, el PSOE vuelve por tercera vez en cuarenta años al gobierno de España para destruir definitivamente a esa nación que desprecia y que por acabar con ella es capaz de pactar hasta con sus enemigos, como así se ha podido demostrar en la reciente moción de censura que les ha devuelto al poder. Hay un refrán que dice "A la tercera va la vencida", y es bastante probable que en esta ocasión, el PSOE consiga finalmente su ansiado sueño de terminar con una nación cuyos dirigentes siquiera mencionan por su nombre. El objetivo del Partido Socialista Obrero Español ha sido siempre el de traicionar y destruir España a la mínima ocasión que se presente. La historia así lo corrobora. Quizás tras acabar ahora sí de forma definitiva con España, el PSOE acabe extinguiéndose de una maldita vez. Con ello, puede que tras la desaparición de nuestro país desaparezca para siempre el partido que más daño ha causado a nuestra nación en toda su historia. Quizás el final de España vaya unido al final de ese partido que tanto ha hecho durante 139 años por destruir a este pueblo. Un partido que ni es partido, ni es socialista, ni es obrero, ni muchísimo menos es español.

martes, 19 de junio de 2018

Elecciones generales ya

Cuando creas que las cosas no se pueden poner peor, no te desanimes, se pueden poner mucho peor, y de hecho así ocurrirá. Esto es precisamente lo que lleva ocurriendo en España desde que el pasado 2 de junio, Pedro Sánchez tomase posesión como presidente del gobierno de España. Tres semanas en las que ha ocurrido lo nunca visto en nuestro país. Casi 20 días después de tomar posesión de su cargo, el nuevo presidente sólo lleva tomando decisiones que afectan a aquellos que no son españoles, es decir, a los inmigrantes. Sí señores, por increíble que parezca, en estas semanas el nuevo gobierno de España no ha tomado ni una sola medida que beneficie a los españoles. Las primeras medidas del nuevo gobierno del PSOE se resumen en; 1) La aceptación por parte del estado español del barco "Aquarius", el cual trae consigo a 629 inmigrantes procedentes de diferentes países africanos. 2) La recuperación de la sanidad universal y gratuita a los inmigrantes irregulares. 3) La decisión del gobierno español de suprimir las concertinas en las vallas fronterizas de Ceuta y Melilla. Todo esto en poco más de dos semanas. Pero esperen, el gobierno español ha anunciado para sorpresa de todos (Y de todas, no vayan a llamarme la atención por no hablar el nuevo neolenguaje igualitario y progresista) una medida que afecta a los españoles, bueno, a la memoria histórica de los españoles... El gobierno de Pedro Sánchez ha anunciado ya su decisión de desenterrar y sacar este año los restos de Franco del Valle de los Caídos y convertir este mausoleo en "Un lugar de recuerdo para las víctimas del fascismo" según ha dicho esta misma noche el presidente Sánchez en su primera entrevista en televisión como presidente.

Para empezar cabe recordarle a este individuo que hace ochenta años se produjo en España una Guerra Civil. Una guerra en la que media España se enfrentó contra la otra media, siendo el Valle de los Caídos un monumento de homenaje a todas las víctimas de la Guerra Civil española, no sólo a la de una parte. Comprendo que para nuestro joven presi le sea aburrido leer un libro de historia, o simplemente mirar la Wikipedia, que aunque no sea una enciclopedia 100% fiable, sí que es bastante aceptable para salir del paso. Por lo que le aconsejó que escuche esa canción que en 1977 supuso el himno de la Transición y un año más tarde el himno del Régimen del 78, la cual se llamaba "Libertad Sin Ira". Quizás con esta canción, Sánchez consiga comprender un poco mejor la historia reciente de España, la cual ignora por completo. Un Sánchez que hoy se ha visto en su salsa, disfrutando de su reciente llegada al poder contra todo pronóstico y vacilando a todo el personal cuando respondió que no tenía intención alguna de adelantar las elecciones generales y que su decisión pasa por aguantar hasta el final de la legislatura, faltando con ello a su palabra antes de ganar la moción de censura de convocar elecciones a los pocos meses de su llegada al gobierno.

Ole, ole y ole. Di que sí, campeón. ¿Qué mejor que aguantar en la Moncloa durante dos años sin haber pasado por las urnas ante el temor de que tu partido vuelva a llevarse el batacazo del siglo en los próximos comicios?, ¿Qué mejor que llegar al gobierno aprovechando una de las mayores crisis políticas en los últimos años para repartir dinero público a diestro y siniestro con el objetivo de volver que el PSOE recupere los millones de votos perdidos durante esta década?, ¿Qué mejor que ofrecer el oro y el moro (Lo del moro nunca mejor dicho) para subir como la espuma en unas encuestas que te son adversas?, ¿Qué mejor que traer a España toda la maldita agenda global progresista ahora que nuestro país se encuentra en el peor momento de su historia?, ¿Qué mejor para esta desdichada España que traer más memoria histórica y más división a sus ciudadanos en un momento en el que una CCAA ha llevado a cabo hace unos meses un intento de secesión mientras otra prepara ya la misma hoja de ruta?, ¿Acaso quieres ver España arder, Pedro?. Supongo que como buen alumno, has aprendido la lección de tu mentor Zapatero, el cual ya dijo hace diez años aquella famosa frase por la que se caracterizaría el misero personaje; "Nos conviene que haya tensión".

Y para atraer esa tensión no se te ocurre otra cosa que anunciar en la entrevista concedida esta noche a TVE tu disposición de acercar a los presos independentistas a Cataluña, así como tu creencia de que tras el anuncio de disolución de ETA se debe llevar a cabo un cambio completo en la política penitenciaria hacia la banda terrorista (Acercamientos de presos etarras a las cárceles vascas). Insisto, querido Pedro, ¿Quieres ver España arder?. Ya sé que a ti España te importa una mierda, y que tu único objetivo es el de mantenerte en el poder el máximo tiempo posible, pero ¿Qué país vas a gobernar si consigues mantenerte en el poder más allá de 2020?, ¿Acaso habrá una España que gobernar en 2020, o en dos años vas a convertir lo poco que queda de nuestro país en el desierto del Sahara? Si Zapatero consiguió en siete años y medio cargarse España, tú puedes superar ese record y rematarla en menos tiempo del que ha durado Maxim Huerta como ministro de cultura. De momento ya sabemos que la nueva primera dama tiene previsto gastarse 500.000 euros en la reforma del palacio de la Moncloa, por lo que podemos confirmar que el despilfarro ha regresado con fuerza, incluso en la nueva familia presidencial.

Si hace dos meses escribí una entrada exigiendo una moción de censura urgente contra Rajoy tras las continuas humillaciones procedentes de Europa contra España acerca del asunto catalán, hoy exijo la celebración de elecciones generales inmediatas. Los españoles no tenemos porqué aguantar a un tipo que ha aprovechado la corrupción del adversario político para ocupar el poder con el simple objetivo de traer despilfarro, división, hembrismo, inmigración, etc. Yo no quiero que España se convierta en el campo mundial de refugiados, yo no quiero que el hembrismo ocupe la agenda política en España. Yo no quiero que España se humille ante el separatismo catalán y vasco a cambio de una prorroga de poder partidista. Y por último no quiero que España vuelva la mirada hacia atrás en la memoria histórica. Un asunto que parecía haber pasado a un segundo plano en los últimos años y que ahora vuelve con fuerza de la mano del nuevo presidente. No señores, yo no quiero más división amparada en una ley sectaria y vengativa, ni quiero que Franco sea exhumado del Valle de los Caídos. Dejemos las cosas como están, que bastante mierda tenemos ya encima como para remover heridas del pasado que deberían estar ya situadas en el olvido. España necesita ya acudir a las urnas y decir qué partido gestiona este desastre nacional, un desastre sólo equiparable al de 1898 y que nos hunde cada vez más en el abismo gracias a un bipartidismo y a un sistema político que sin duda alguna ha resultado ser un completo desastre y un fracaso estrepitoso. La diferencia con el sistema caciquil que imperaba en España en 1898 era que por aquel entonces, el PP aun no formaba parte del sistema de partidos. El PSOE por el contrario sí formaba ya parte de aquel sistema (Aunque los partidos de gobierno eran por entonces el conservador de Cánovas y el liberal de Sagasta), por lo que cierta experiencia tiene ya a la hora de contribuir al hundimiento de España. Lo volvieron a ser, esta vez como protagonista indiscutible durante la II República y la Guerra Civil, y lo volverá a ser ahora en este segundo y definitivo desastre que supondrá para desgracia de todos los españoles de bien el final de nuestra nación.

miércoles, 6 de junio de 2018

Mariano Rajoy; Fin de la cita

Después de quince años desde su designación a dedo por José María Aznar como su sucesor, y después de haber sido el primer presidente del gobierno en salir del ejecutivo gracias a una moción de censura tras casi siete años de gobierno, Mariano Rajoy ha anunciado hoy entre lágrimas su dimisión como presidente del PP y la convocatoria de un congreso extraordinario para el mes de julio, donde se elegirá a su sucesor. Por increíble que parezca, Rajoy, el cual hace sólo dos semanas creía tener asegurada su estancia en el poder hasta 2020, pone punto y final a su carrera política después de casi cuarenta años. A partir de ahora se abre la cuestión de la sucesión en el PP. Las apuestas oscilan entre Alberto Nuñez Feijóo, Soraya Sáenz de Santamaría y María Dolores de Cospedal. En resumen, continuidad y más marianismo pero sin Mariano.

Cuando uno escucha estos tres nombres como posible sucesores de Rajoy, lo primero que se me viene a la mente es; ¿No hay un candidato serio?, ¿No hay un candidato creíble que dé un auténtico volantazo al PP y refunde dicha formación?, ¿Acaso cree alguien que Soraya, Cospedal o Feijóo representan en modo alguno la regeneración que tan urgentemente necesita el PP? Seamos serios, el PP necesita un nuevo líder que no sólo esté límpio de toda corrupción, sino que debe ser una persona joven que integre y que no tenga relación alguna ni con los gobiernos de José María Aznar ni de Mariano Rajoy. ¿Qué regeneración puede ofrecer un tipo como Feijóo?, un tipo que tiene casi sesenta años y que algunos bautizan como la regeneración del PP de un Mariano Rajoy de 63 años. ¿Acaso una persona con casi sesenta años es lo que necesita la formación de centro-derecha para dar un aire de cambio?. Por no hablar de su oscuro pasado relacionado con las amistades del narcotráfico gallego. ¿Qué clase de regeneración y de ética contra la corrupción sería esa?.

Si hablamos de Soraya Sáenz de Santamaría estamos hablando de Mariano Rajoy pero en mujer. Una tipa que ha sido durante estos siete años vicetodo en el gobierno de Rajoy. Ha sido quien verdaderamente ha ejercido el poder y quien verdaderamente ha movido los hilos que Rajoy desistía de mover. Su control del CNI durante todos estos años así como de los medios de comunicación la han llevado a ser considerada para muchos la mujer que más poder ha tenido en España desde Isabel II. ¿Entra su edad dentro de lo acorde para dar una imagen de renovación? Sí. ¿Está pringada en algún caso de corrupción? No. ¿Entonces? Pues que no puede ser candidata a liderar la oposición y en un futuro el gobierno de España quien ya ha ejercido de presidenta de facto ante la desistencia de su líder. No puede dar imagen de renovación alguna una persona que está más quemada que Juana de Arco tras su paso por la hoguera. No olvidemos que Rajoy le encomendó a Santamaría ser quien gestionase la crisis catalana con la "Operación diálogo", la cual sólo sirvió para que desde el estado se financiase el golpe de estado independentista mientras se hacían inútiles apelaciones al diálogo. Soraya es pues responsable directa de la crisis que explosionó en septiembre y octubre pasado y por la que no ha asumido ninguna responsabilidad política hasta ahora. ¿En serio es esta mujer la candidata ideal para devolver al PP al gobierno? Este caso sólo es comparable cuando en 2011 se hablaba de Rubalcaba como candidato a la secretaría general del PSOE tras obtener los hasta entonces peores resultados electorales y ser corresponsable del nefasto gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Ya sabemos cómo acabó la trayectoria de Rubalcaba al frente del PSOE. Nunca el segundo del gobierno es una buena opción para regenerar el partido (Sea cual sea) y llevarlo nuevamente al gobierno del que esa persona formaba parte.

Ya si hablamos de María Dolores de Cospedal es para apagar el portátil y no terminar de escribir la entrada. Un personaje que está salpicado por el escándalo del caso Bárcenas y cuyo marido tiene un pasado nada límpio ni ejemplar. Una mujer que ha sido desde hace una década secretaria general del PP y verdadera líder de facto del partido ante la también abdicación de funciones de Rajoy como líder del partido conservador. Una señora que ha pasado ya del umbral de los cincuenta años y que algunos ven en ella una opción de regeneración. Una política que, al igual que Soraya, está quemada no tanto por su labor de ministra de defensa como por su labor de secretaria general del PP. No, señores, Cospedal no representa en absoluto la regeneración y la refundación que el PP necesita.

Como persona que ha simpatizado con el partido, que creía en sus principios y que les votó para su llegada al gobierno considero que ya ha pasado la etapa de los cincuentones y los sesentones. El PP debe dar un paso hacia adelante y jubilar de una vez por todas a esa generación de los años 50 y 60 y que desde hace casi treinta años mantienen el poder del partido. Aunque no comulgo con el PSOE debo añadir que en eso han sido muchísimo más inteligentes que sus adversarios políticos. Felipe González representaba claramente la generación de la postguerra. Era de la generación de los primeros años 40 y simbolizaba una etapa de la historia de España. Una vez terminada la etapa del felipismo llegó Zapatero, un tipo desconocido pero que pertenecía a la década de primeros de los 60 y finales de los 50. Representaba pues la generación de los "Nietos de la guerra civil". A pesar de su nefasta presidencia hay que reconocer que su paso por el PSOE supuso dar el relevo generacional de la etapa de los 40 a la de los 60. Para terminar ahora al nuevo presidente del gobierno, Pedro Sánchez, el cual nació en 1972. Sánchez pertenece por lo tanto a una nueva década, la cual no tiene nada que ver ni con la de Zapatero, ni muchísimo menos con la de González. A pesar de sus nefastos resultados electoral hay que reconocer que la llegada de Sánchez supuso también un relevo generacional en el partido, y más después de tres años con el ya sexagenario Rubalcaba al frente del PSOE. Independientemente de las opiniones que me puedan merecer el PSOE, aquí debo reconocer que sí ha habido un claro cambio de generación, todo lo contrario al PP, el cual lleva siendo liderado por la misma generación desde hace ya 30 años. El PP de Rajoy (Compuesto por sexagenarios de los años 50) lograron derrotar a la década de los años 40 del felipismo, y creían que igualmente podrían derrotar a las nuevas generaciones de los años 70 e incluso de principios de los 80.

En lo que a mí respecta creo que la mejor opción que representa la llegada de un nuevo tiempo en el PP es Pablo Casado. Sí, ya sé que con lo del master está en cuarentena, pero es el único capaz de cambiar la imagen anticuada del PP y modernizar su cartel electoral. Personas como Pablo Casado, Andrea Levy o Borja Semper son las idóneas para liderar este nuevo e histórico periodo que el PP tiene por delante. La formación conservadora tiene una oportunidad de oro para enterrar definitivamente el aznarismo y el marianismo y recoger el relevo generacional que desde hace años exige el Partido Popular. ¿Qué creo yo que va a ocurrir? Básicamente lo siguiente; Creo que o bien Feijoo o bien Soraya será quienes sucedan a Rajoy al frente del partido, lo cual les llevará hasta las elecciones generales que bien podrían celebrarse en 2019 o en 2020. Sea cuando sean, si uno de estos son los candidatos a la presidencia en dichos comicios se llevarán el batacazo del siglo ante la falta de apoyos por parte de la sociedad española, que no verá verdadera renovación en el partido. Tras esto supongo que se celebrará un congreso extraordinario el cual dará definitivamente el liderazgo a la nueva generación. Sólo a partir de entonces será posible (Si es que todavía quedan esperanzas) de que los populares vuelvan a la Moncloa.

Debo añadir que cuando hoy he visto a Rajoy se me ha venido por completo la imagen de Felipe González en el congreso del PSOE en 1997, donde anunció para sorpresa de todos su dimisión como secretario general del PSOE. Esta dimisión la llevó a cabo Felipe González sólo un año después de perder el gobierno de España. Debo reconocer que desde estas dos últimas semanas estoy viendo muchísimos paralelismos entre lo sucedido en los años 90 y ahora (Caída del gobierno por la corrupción, cambio de gobierno en el sistema bipartidista, dimisión del líder de la formación política que había ostentado hasta poco antes el gobierno...). Creo que el futuro del PP se puede ver perfectamente en los sucesos que se desarrollaron posteriormente tras la salida de González de la secretaría general; Pelea a cara de perro entre Joaquín Almunia y Josep Borrell (Ahora nuevo ministro de exteriores de Sánchez) y división interna dentro del partido que acabó con el batacazo de Almunia en el año 2000 frente a Aznar. Lo ocurrido después ya lo sabemos, el PSOE entra en crisis y se produce la convocatoria del congreso del 2000 que daría paso a la llegada contra todo pronóstico de Zapatero y con ello el cambio generacional y el fin del felipismo. Ese y no otro será el futuro del PP en estos años. Podrían perfectamente ahorrarse esta dura travesía del desierto si desde ya se eligiese a una persona joven y libre de toda sospecha de corrupción, pero eso es pedir peral al olmo, y más en un partido que hasta hace dos semanas su líder se veía, cuanto menos, dirigiendo el partido hasta el año 2024. Supongo que habrá que hacer las cosas despacio para poder llegar al relevo generacional que muchos españoles (Yo incluido) pedimos para el PP. Otro claro ejemplo lo tenemos en el escenario del postzapaterismo, en el cual se produjo un enfrentamiento interno entre Alfredo Pérez Rubalcaba y Carme Chacón en el que ganó el primero, y sólo después de tres años y consecutivas y vergonzosas derrotas electorales se produce la llegada del relevo generacional con la candidatura de Pedro Sánchez y Eduardo Madina y la victoria del primero. Se puede decir con esto que las historias siempre se repiten, y en este caso el PP no va a ser una excepción.

Antes de terminar quiero decir un par de cosas sobre el que hasta el mes que viene es el líder del PP y hasta hace unos días ha sido presidente del gobierno de España, Mariano Rajoy. Me resulta curioso cómo en su discurso de despedida (Plasma incluido) ha afirmado que su decisión es ante todo lo mejor para él, luego para el partido, y en último lugar aunque con dudas, para España. El orden de importancia que ha elaborado en su discurso determina que para Rajoy lo que siempre ha pesado en sus decisiones es su propio bienestar. Si hubiese determinado que lo mejor para él (Que no para España ni el PP) hubiese sido continuar, lo hubiese hecho. Su dimisión llega demasiado tarde. Mariano Rajoy debería de haber dimitido en 2013, cuando "El Mundo" y Pedro J. Ramírez publicaron los SMS a Bárcenas (Publicación que le costó el puesto de director a Pedro J.). Todo lo que ha venido después sólo ha servido para prolongar su propia agonía. Su decisión egoísta de no retirarse en 2015 y en 2016 le ha llevado a ser el primer presidente en ser destituido mediante moción de censura sólo dos años después para bochorno, humillación y vergüenza del propio Rajoy. Quizás el gobierno de Pedro Sánchez sea el peor que conozca la historia de España, pero debemos añadir que el único beneficio que ha traído su llegada ha sido la destitución y el fin político del propio Mariano Rajoy. Quizás la única buena decisión de la marcha del ya ex presidente del gobierno sea el no cometer el mismo error que Aznar cometió al designarlo a él como su sucesor vía dedazo. Un Aznar que hoy ya ha anunciado que "Desde su posición actual" está dispuesto a renovar el centro-derecha español. Recuerdo que hace cinco años, en una de mis primeras entradas escribí pidiendo la vuelta de Aznar. Hoy no sólo no la pido sino que le pido a Aznar que se calle, ya que él no está legitimado moralmente para ninguna renovación después de que la demoledora sentencia de Gürtel condene por lucrarse al PP que él lideraba en esa época. Con la idea de Rajoy de no repetir el final de su predecesor, puede que tome una de las mejores decisiones de su carrera política, no caer en la arrogancia de elegir vía Carlos V a su sucesor y retirarse plácidamente de una vez por todas tras traicionar todo y a todos durante todos estos años. Con esta decisión se termina la carrera política de un presidente nefasto y de una persona que a mí como ex votante suyo y simpatizante suyo me decepcionó profundamente. Será recordado por tener una oportunidad histórica para cambiar España, la cual él mismo desaprovechó y desprecio. Dicho esto y ante la nueva vida que le espera solo puedo añadir "Mariano, sé fuerte". Fin de la cita.

domingo, 3 de junio de 2018

Presidente Sánchez

Hace tan sólo unas horas se ha consumado el cambio de gobierno más brusco y fugaz de la historia de la España constitucional desde 1978. Lo que hasta hace sólo unos días parecía misión imposible se ha hecho realidad; Pedro Sánchez ha ganado la moción de censura presentada contra Mariano Rajoy y se ha convertido automáticamente y contra todo pronóstico en el séptimo presidente del gobierno de España. Sí, han leído bien. Por increíble que nos pueda parecer, el gobierno de Rajoy ha llegado a su fin. Aquél que muchos dieron por muerto políticamente el 1 de octubre de 2016, ha alcanzado de manera inesperada la presidencia del gobierno tras vivir España una de las semanas más intensas en el panorama político desde hace décadas.

En la mañana de hoy, Pedro Sánchez ha prometido su cargo como nuevo presidente del gobierno en el palacio de la Zarzuela ante el rey Felipe VI y ante el presidente saliente, Mariano Rajoy. Con esta toma de posesión (La cual se ha hecho sin la presencia de un crucifijo ni de una Biblia, algo que personalmente considero un completo error) se ha puesto fin al gobierno del PP que durante casi siete años ha dirigido Rajoy, y ha puesto en marcha una nueva etapa política en España. Una etapa política que casi con toda seguridad será peor que la que hemos dejado atrás, ya que el nuevo presidente ha llegado a la Moncloa gracias al apoyo de los podemitas, los independentistas catalanes, los nacionalistas vascos y los proetarras. Pero vayamos por partes, primero quiero analizar todo lo ocurrido hasta el día de hoy y las extrañas circunstancias en las que se ha producido todo este escenario, el cual todavía no doy crédito de que se haya producido. 

Tras el anuncio por parte de Sánchez para la moción de censura contra Rajoy, muchísimas personas y yo incluido (Como ya dije en el pasado artículo) creíamos que la moción de censura contra el PP no iba a salir adelante por falta de apoyos. Debo reconocer que me equivoqué totalmente. Pedro Sánchez ha jugado muy bien sus cartas en el grave escenario que se abrió el pasado jueves 24 de mayo con la sentencia sobre el caso Gürtel y ha sabido llegar a la Moncloa pasando por encima del futuro presidenciable, Albert Rivera, el cual creo que ha perdido con este escenario su último cartucho para alcanzar la Moncloa, pero eso lo mencionaré más adelante. Ahora quiero centrarme en la que ha sido la primera e histórica moción de censura que ha salido adelante y que ha provocado el cambio de gobierno en nuestro país.

Con el paso de los días desde el anuncio de la moción de censura, la opinión mayoritaria de que Sánchez tenía perdida la moción fue variando progresivamente. Para rematar la situación, la presidenta del congreso de los diputados, Ana Pastor, convocó por orden de Rajoy el debate de la moción de censura con la máxima celeridad. Creo (Y digo creo porque tengo mis dudas) que con esta decisión, desde el PP se pensaba que las opciones de que la moción triunfasen se esfumarían debido al breve plazo de tiempo que desde el parlamento se había dado al candidato para que pactase con otras fuerzas políticas. Quizás Rajoy pensaba que entre este escaso margen de tiempo y la aprobación reciente de los PGE con la ayuda del PNV, Sánchez no conseguiría convencer a los vascos para que apoyasen un cambio de gobierno. La duda de que los presupuestos no consiguiesen aplicarse debido al cambio de gobierno fue el gran temor desde primera hora por parte de los vascos para recelar en primera hora de un voto afirmativo a Sánchez. Sin embargo, las garantías del secretario general del PSOE a los vascos de que apoyaría los mismos presupuestos que su partido habían rechazado en menos de una semana, fue decisivo para que el partido nacionalista decidiese dar su apoyo al candidato socialista ante el temor de que apoyando a Rajoy, éste cayese de igual modo convocando unas elecciones generales anticipadas que cada vez reclamaban más voces.

Finalmente llega la moción de censura y en pleno debate se confirma que los vascos apoyarán el cambio de gobierno tras las garantías (O bajada de pantalones, según prefieran) de Sánchez. Ante esta decisión, el todavía presidente del gobierno decide irse a un restaurante madrileño con su equipo más cercano y ahoga sus penas en vasos de whiskis hasta esa misma noche. Con el apoyo del PNV, las alarmas suenan en Moncloa y en Génova 13, el gobierno está a punto de caer mientras Rajoy se va de copas. Desde los medios conservadores y ante la inminente llegada de Sánchez con el apoyo de los independentistas catalanes y los proetarras, se pide incesantemente la dimisión de Rajoy con el objetivo de paralizar la moción de censura (Algo que personalmente no sé si constitucionalmente hubiese sido legal). Desde el sector de la vicepresidenta Soraya Saénz de Santamaría se habla de la inminente dimisión de Rajoy y la llegada de Santamaría a la presidencia con el objetivo de llegar a un acuerdo con la oposición para la convocatoria de unas elecciones inmediatas (Otra cuestión que constitucionalmente es ilegal, ya que un gobierno en funciones no hubiese tenido facultad ninguna para convocar elecciones). Ante este escenario, Rajoy manda a Cospedal para que anuncie su intención de no dimitir y acallar de una vez por todas los incesantes rumores que desde todos los medios de comunicación se estaban produciendo. 

Mientras esto sucedía, Sánchez debatía en el congreso con los diputados catalanes su disposición al diálogo y a buscar un entendimiento entre el bloque independentista y el constitucionalista, lo cual alimenta los rumores de que el inminente presidente tiene un pacto no revelado con los independentistas catalanes que sólo el tiempo se encargará de descifrar. Finalmente, al día siguiente se vota la moción de censura, no sin antes aparecer Rajoy por última vez en calidad de presidente del gobierno para dar un breve discurso donde se despide de la cámara y del pueblo español, reconoce la derrota y felicita a Sánchez. Tras esto, se produce la votación, con un resultado de 180 votos a favor, 169 en contra y 1 abstención; Pedro Sánchez se convierte en el séptimo jefe del gobierno español desde 1978. Hoy, el nuevo presidente ha prometido su cargo y en unos días designará a sus ministros, los cuales ya ha dicho el propio Sánchez que serán socialistas y no de ningún otro partido.

Sin lugar a dudas España ha vivido el cambio de gobierno más inesperado de su historia reciente. Un cambio que recuerda en gran medida al sufrido en España hace 14 años, en 2004, aunque en otras circunstancias muy diferentes, por supuesto. Tanto los gobiernos de José María Aznar como los de Mariano Rajoy han sido fulminados de manera fugaz. En 2004 por parte del pueblo español tras la gestión del gobierno de Aznar por parte de los atentados del 11-M, y ahora por parte del congreso de los diputados, el cual ha provocado la caída fulminante de un Rajoy que hace sólo una semana sacaba pecho de haber logrado aprobar los presupuestos generales del estado y con ello la prolongación de su estancia en la Moncloa hasta 2020.

Ahora, tras la caída de Rajoy se ha abierto el debate sobre la continuidad o no del ya ex presidente del gobierno. Esta situación (Que me recuerda en parte también a la vivida en los años 90 con la caída de Felipe González) podría llevar al PP a un escenario en el cual Rajoy, al igual que González, decida quedarse como líder de la oposición para llevar a cabo un proceso de transición dentro del PP, o bien decida irse de inmediato, o bien acabar definitivamente con el PP manteniéndose como presidente del partido, líder de la oposición y candidato a la presidencia del gobierno nuevamente en unas futuras elecciones generales. Mientras en el PP se abre el debate hasta ahora censurado sobre la continuidad o no de su líder tras su salida del gobierno, en el PSOE se consolida el liderazgo de Sánchez con su llegada fulminante a la Moncloa.

¿Qué ha pasado para que este cambio de gobierno se haya producido?, ¿Ha sido la demoledora sentencia del caso Gürtel o ha habido algo más?. En los sistemas parlamentarios es algo absolutamente normal y democrático la presentación de una moción de censura para echar al gobierno y cambiarlo por otro de un partido diferente, pero ¿Por qué a esta velocidad? En unas líneas más atrás he mencionado que creía con dudas que la idea del PP de adelantar el debate de la moción se debía por la necesidad de impedir que Sánchez llegase a la presidencia, pero ¿Y si ha habido otros motivos? Por regla general lo "Lógico" en este caso hubiese sido que Ana Pastor retrasase al máximo el debate de la moción, como ya hiciera el año pasado cuando la presentó Pablo Iglesias. Sin embargo la decisión de Pastor ordenada por Rajoy así como la decisión de éste de agilizar al máximo el traspaso de poderes sin perder un sólo día provoca en mí una sospecha de que aquí ha habido algo que no nos han contado. 

Ya he dicho que era de dudosa legalidad el hecho de que Rajoy dimitiese en medio de la moción de censura para ganar tiempo, pero es precisamente el hecho de que estemos hablando de Rajoy lo que hace más sospechosa esta actitud por parte de quien ha removido cielo y tierra para seguir en el poder a toda costa y que ahora sin embargo ha aceptado como quien no iba con él su expulsión del poder. Debemos tener en cuenta que Mariano Rajoy se encuentra entre la espada y la pared en términos judiciales, y por ello su permanencia en la Moncloa le garantizaba el aforamiento en caso de ser citado judicialmente, lo que hace aún más inexplicable su decisión de no atrincherarse en la presidencia del gobierno. Quizás algún día se sepa lo que verdaderamente le ha llevado a actuar así y los motivos ocultos que en realidad han podido promover este cambio de gobierno. Debo añadir que hace dos años, en pleno proceso de las negociaciones postelectorales de diciembre de 2015, leí una noticia en un medio digital donde se hablaba de un pacto entre Rajoy y Sánchez, el cual se basaba en una legislatura dividida en dos presidencias. La primera sería con Rajoy como jefe del gobierno hasta 2018, es decir, la mitad de la legislatura, y desde entonces hasta 2020 una segunda presidencia con Sánchez como nuevo jefe del ejecutivo hasta la convocatoria de las nuevas elecciones generales. Quizás vayan por ahí los tiros, o quizás no. Hace 37 años, Adolfo Suárez dimitió como presidente del gobierno, y hasta el día de hoy, la sociedad española no sabe los verdaderos motivos que llevaron a la dimisión del líder de la UCD. Quizás tampoco sepamos nunca los verdaderos motivos de todo lo ocurrido en estos históricos días.

Para terminar con Rajoy debo añadir que me alegro enormemente de su salida del poder. Ha tenido el final político que se merecía. Un final inesperado y sumamente duro. Un final merecido para alguien que ha traicionado a su país desde el minuto uno en que llegó a la presidencia del gobierno. Su presidencia ha sido todo una decepción para mí, tanto en lo personal como en lo político. En su momento, antes de llegar a la presidencia, me simpatizaba y le voté creyendo que estábamos ante un tipo honrado y con principios. Ante un hombre que sabría cómo llevar a buen puerto a España tras la nefasta presidencia de Zapatero y con un ambicioso programa político que devolvería a nuestro país al lugar que le correspondía. Finalmente no fue así. Desperdició la gran y quizás última mayoría absoluta que el pueblo español ha concedido a un líder político con tantas esperanzas depositadas. Al igual que Aznar confundió mayoría absoluta con absolutismo, y ello le llevó al alejamiento con los ciudadanos y con la realidad. Ha sido fuerte con los débiles y débil con los fuertes, permisivo con la corrupción y traidor a su nación cuando más la necesitaba con la declaración de independencia de Cataluña (Octubre de 2017). Le ha tocado un periodo histórico de gobierno en el que han sucedido los acontecimientos más relevantes de estos cuarenta años (Independencia catalana, cambio de rey, rescate financiero, ruptura del bipartidismo, fin de régimen, etc) y en ninguno de ellos ha estado a la altura de las circunstancias.

Al igual que Nixon, Rajoy ha sido el primer presidente en irse por la puerta de atrás. Hace ya tres años escribí acerca de las grandes similitudes entre el ex presidente norteamericano y el ya ex presidente español. A lo largo de estos tres años algunos acontecimientos han provocado incluso que esas similitudes se acrecienten. Ambos, tras ganar sus respectivas segundas elecciones con la sombra de la corrupción, ha salido de la manera más vergonzosa y humillante del poder sin finalizar sus segundos mandatos. Cuarenta y cuatro años después, EEUU no olvida la presidencia y aquella humillante salida de su ex presidente, y espero que España jamás olvide la presidencia y la salida de aquel que traicionó a su nación sin despeinarse lo más mínimo. No, no te echaremos de menos, Mariano. Dimite de la presidencia del PP y déjanos a los españoles en paz definitivamente. No lo harás pero sería el mejor favor que podrías hacer a esa nación a la que has humillado de la misma forma en la que has salido del poder. 

Ahora cabe hablar del presente y del futuro. Conviene hablar de aquel que ha llegado a la presidencia del gobierno a toda costa sin importarle el precio ni los acompañantes. A aquel que se ha apoyado en los asesinos e independentistas para alcanzar su objetivo y quedar en la historia como alguien que llegó a ser presidente del gobierno; Pedro Sánchez. Yo comprendo que el secretario general del PSOE tuviese prisas por acceder él y partido a la Moncloa, ya que las encuestas vaticinaban que el PSOE estaba (Y está) situado como tercera fuerza política en caso de celebrarse elecciones generales. Comprendo que puedan tener cierta ansiedad por volver al gobierno de España después de su salida hace ya seis años y medio, y comprendo que necesiten como agua de mayo volver a ocupar el gobierno de la nación para poner en marcha una serie de medidas que permitan recuperar al PSOE el apoyo perdido durante todos estos años. Pero una cosa es volver al gobierno de una manera digna y otra llegar al gobierno con aquellos que desean no ya destruirla, porque España está ya destruida, por desgracia, sino rematarla. Sánchez debió ser más insistente en la idea de que Ciudadanos apoyase la moción de censura, con el objetivo de fijar una fecha para las elecciones y dar la voz a los españoles. En lugar de eso dio por imposible su acuerdo con Rivera y se echó en manos de los etarras e independentistas, los cuales tienen ahora la llave del gobierno de España, lo cual supone entrar en el periodo más convulso y peligroso de nuestra historia reciente.

¿Cómo pretende Pedro Sánchez gobernar con aquellos que desean la independencia inmediata de España?, ¿Cómo pretende Pedro Sánchez gobernar con aquellos que están reformando el estatuto de Gernika para otorgar el grado de nación al País Vasco?, ¿Cómo pretende Pedro Sánchez gobernar con aquellos que asesinaron a más de 800 personas durante cuarenta años?. No, Pedro. No todo vale en política. La moción de censura era necesaria y urgente, sí, pero no con estos apoyos. Bastaba con que hubieras perdido esta moción de censura y presentases otra con un candidato independiente que contase con el apoyo de Iglesias y Rivera a la vez. De esta forma puede que jamás hubieses gobernado, sí, pero España se habría librado de tener ahora a asesinos e independentistas chantajeando al nuevo gobierno de España. Nuestro desdichado país no gana para presidentes traidores. Hemos dado la llave del gobierno de España en el peor momento de nuestra historia reciente y en el que nuestra nación se encuentra más débil que nunca, y esto supondrá (O eso espero yo) la caída definitiva de ese partido que tanto daño ha hecho a nuestro país y que es el Partido Socialista Obrero Español.

En lo que respecta a Pedro Sánchez debo decir que aunque no comulgo con sus ideas siempre me había parecido un buen tipo, el cual me simpatizaba. Un tipo que contó con el desprecio de su propio partido y que supo resucitar hace un año para sorpresa de todos cuando los suyos lo mataron politicamente en el famoso comité federal del 1 de octubre de 2016. Debo confesar incluso que aunque reniego de su partido, voté por él en las elecciones generales de 2016 porque creía que había sido un tipo acorde con sus principios a la hora de negarse a apoyar a Rajoy tras las elecciones generales de 2015. Sin embargo, su llegada a la presidencia gracias al apoyo de aquellos que odian a España me hace creer que su mandato no será nada beneficioso para los españoles, y que sus pactos previos a la moción de censura provocarán que nuestro país sea rematado definitivamente cuando estábamos en la peor situación posible. Ante esta situación cabe añadir; Sí Sánchez ha pactado cuestiones que van más allá de lo que dicta la constitución, ¿Cómo planea llevar a cabo dichas medidas?, ¿Tiene pensado llevar a cabo una reforma de la constitución con sólo 85 diputados?, ¿Cómo va a paralizar entonces la crisis independentista catalana?, ¿Y la puesta en marcha del proceso soberanista en el País Vasco a través de la reforma del estatuto de Gernika?, ¿Y la cuestión territorial que defiende en la que convertiría a España en un estado federal?, ¿Y qué va a hacer frente a los independentistas catalanes que le han brindado su apoyo a cambio de que Sánchez ponga en marcha el proceso de una República para España?. 

Creo que no me equivoco ni exagero si digo que estamos ante el Adolfo Suárez del siglo XXI, y no, no lo digo en plan alabador hacia Suárez, ya que siempre lo consideré el responsable del corrompido sistema actual, así como un veleta cuyo único objetivo fue el de mantenerse en la vida política cambiándose de chaqueta. Lo comparo con Suárez porque creo que tendrá que hacer frente a problemas tan sensibles y graves como los que el líder de la UCD tuvo que lidiar durante la transición. Suárez echó mano del "Café para todos" para contentar a los nacionalistas catalanes y vascos. Sánchez puede tener ya un as bajo la manga para contentar cuarenta años después al nacionalismo vasco y catalán, la pregunta es ¿Con qué? Dentro de poco lo sabremos, pero de lo que no hay duda es de que dichas medidas sólo contribuirán a romper y a fragmentar aún más España. Si a Rajoy lo llegué a comparar hace un tiempo con Carlos Arias Navarro por su inmovilismo, Pedro Sánchez será el Adolfo Suárez que traiga el nuevo "Reino de Taifas" en esta II Transición que nos van a querer vender. Por cierto, como dato anecdotico y rememorando a presidentes anteriores debo añadir que con la llegada de Sánchez volvemos a tener un presidente con la letra Z en sus apellidos, lo cual confirma la teoría que circula por ahí y que yo ya expuse hace dos años sobre la "Maldición" que tenemos los españoles al padecer solamente a presidentes que contengan la letra Z en sus dos apellidos (En el caso de Rajoy la Y, antecedente de la Z). 

Con la importancia de todo lo ocurrido en estos días cabe preguntarse qué sucederá a partir de ahora con Podemos y Pablo Iglesias, así como con Ciudadanos y Albert Rivera. En lo que respecta al primero debo añadir que ha tocado techo político. Con la decisión de apoyar ahora a Sánchez se quita la espina que desde hace dos años le venían recriminando muchos al considerarlo responsable de no apoyar el cambio de gobierno en 2016. Finalmente, ese cambio de gobierno se ha producido dos años después, y con ello, Iglesias queda libre con su conciencia al creer que ha hecho lo que los suyos le exigían, echar al Partido Popular del gobierno de España. Ahora, si Sánchez lleva a cabo un desastre de gobierno (Que es lo más probable), Iglesias se lavará las manos e intentará excusarse retirando su apoyo al gobierno de Sánchez. Si por el contrario, su gestión de gobierno es meridianamente aceptable (Cosa que veo difícil), Sánchez y el PSOE se colgarán las medallas de los méritos e Iglesias aprovechará e intentará coaligarse con el PSOE con el objetivo de crear una izquierda unida y fusionada en España, o lo que es lo mismo, un nuevo "Frente Popular". Aún así e independientemente del escenario que se produzca, no creo que Podemos suba en votos a partir de ahora ni que consiga ser verdaderamente partido de gobierno.

En lo que respecta a Albert Rivera debo añadir lo que ya dije al principio de esta entrada. Albert Rivera ha perdido definitivamente su oportunidad de ser presidente del gobierno. Su estrategia basada en dejar que el adversario, en este caso el PP, se quemase ha sido un rotundo fracaso. Su ambición de ser presidente sí o sí (Al igual que Rajoy y Sánchez) le ha llevado a que el secretario general salte sobre él y alcance el palacio de la Moncloa antes que él cuando todas las encuestas le daban como seguro ganador en unas futuras elecciones generales que de no haber prosperado la moción de censura, se hubiesen celebrado seguramente en octubre o noviembre de este año. Aparte de Sánchez, el gran responsable de que en estos momentos el gobierno de España dependa de los independentistas y proetarras es el propio Rivera, el cual se negó en rotundidad para pactar con Sánchez la moción de censura y fijar una fecha para las elecciones. En lugar de eso exigió una y otra vez que Rajoy se mantuviera en la presidencia en funciones para que éste designase un sucesor (En este caso Soraya) y permitiese al PP o bien convocar elecciones en otoño, o quién sabe si para mantener ese gobierno hasta el final de la legislatura. Ahora, tras la caída del PP y su salida del gobierno por la puerta de atrás, los populares desean sed de venganza contra los socialistas. Ya han anunciado que su oposición será durísima, por lo que todas aquellas polémicas decisiones que tome Sánchez serán sometidas a un férreo control por parte del PP y no de C's, lo cual los deja fuera de juego y sin posibilidades de subir electoralmente de nuevo. Quién sabe si todo este cambio de gobierno no ha sido como algunos dicen una operación orquestada por el bipartidismo para mantenerse y turnarse en el poder, y así cortar de raíz la subida de los partidos emergentes. Analizándolo detenidamente y viendo esos previsibles resultados, no sería de extrañar para nada.

En fin, con esta histórica moción de censura (La cuarta desde 1980 y la primera que triunfa en democracia) que ha dado el poder a Sánchez y al PSOE y se lo ha arrebatado a Rajoy y al PP (Algo que hasta hace sólo una semana resultaba inimaginable) se consuma la llegada de un nuevo y quizás último tiempo político en esta desdichada España del régimen del 78, el cual empezó con la abdicación del rey Juan Carlos y la llegada de Felipe VI, y ha concluido justo cuatro años después con la llegada al gobierno de Pedro Sánchez (Habrá que ver cómo serán las relaciones entre el jefe del estado y del gobierno, los cuales son de la misma generación). Se puede decir pues que esta década de 2010 ha sido de lo más completa en términos políticos, sociales y económicos, y aún falta la mitad de este 2018 y todo 2019, por lo que esta década puede darnos más sorpresas todavía. 

En lo que respecta a todo lo ocurrido durante todo este tiempo debo añadir que aunque este escenario supone por desgracia y sin lugar a dudas el final de España, confío en que también sea el desencadenante para que el sistema reviente definitivamente, llevándose por delante a todos aquellos que han contribuido a hundir nuestro país durante estos cuarenta años. Ya es tarde para solucionar nada, pero quizás sea mejor para España y para los españoles el "Cuanto peor, mejor" para darnos cuenta realmente del daño y las consecuencias devastadoras que el régimen del 78 ha ocasionado a nuestro país.