miércoles, 31 de mayo de 2017

La historia interminable

Volvemos a las andadas con el proceso de (no) independencia de Cataluña. Después de más de un año en el que la cosa ha quedado aparcada debido a la situación política en la que se ha encontrado España durante el pasado año, Puigdemont y Junqueras vuelven a la carga con su papel dentro de este teatro orquestado en 2012 por Artur Mas y el gobierno de Rajoy. Los dirigentes de la Generalitat catalana se preparan, ahora sí, para la convocatoria de un referéndum para la independencia en octubre de este año, y si el Estado decide suspender ese referéndum, el gobierno catalán proclamará directamente la independencia este mismo verano.

A partir de aquí me hago yo una serie de preguntas; ¿Por qué con un gobierno en funciones en España el año pasado no se atrevió entonces a convocar este referéndum desde Barcelona?, ¿Por qué incluso no se atrevieron directamente a declarar la independencia cuando en Madrid se hablaba de la continuidad o no de Rajoy? Pues por una razón muy sencilla; Todo esto es una obra teatral digna de Shakespeare. Cataluña no busca en ningún caso la ruptura con España porque eso supondría una serie de desventajas que los catalanes pagarían de una forma bastante cara a lo largo de los próximos años. Aquí lo que está en juego es el pacto fiscal que desde Barcelona se ha venido pidiendo insistentemente desde hace unos años. ¿Qué mejor manera de presionar al gobierno español? Pues presionando día sí y día también con una convocatoria que nunca llega, o que mejor dicho, que sí llegó pero de la cual se hacen oídos sordos por ambas partes. 

El 9 de noviembre de 2014, Cataluña celebró un referéndum ilegal amparado por el gobierno español donde salió mayoritariamente la opción secesionista. Claro, una vez celebrada la consulta había que seguir con la pantomima y Artur Mas defendía un referéndum, esta vez de verdad, para consultar a los catalanes. Como desde Madrid se hacían los estrechos, Mas convoca elecciones plebiscitarias el 27 de septiembre de 2015. El resultado de esas elecciones es la victoria de los partidos independentistas (Osea, un sí a la independencia de manera de facta), pero claro, los resultados no son mayoritarios en favor de la desaparecida Convergencia y ERC, por lo que después de dos "referéndums" consecutivos, un cambio de presidente catalán de por medio y una sociedad que harta ya de este espectáculo vuelve a mostrarse partidaria de seguir dentro del estado español según todas las encuestas, los rupturistas continúan pidiendo una consulta legal que les permita a los catalanes "hablar de forma clara".

Como se puede ver estamos ante una tomadura de pelo de las que hacen historia. Yo personalmente he escrito aquí durante todos estos años mi preocupación por la deriva independentista en Cataluña. Hasta que llegado el año pasado y vista la actitud de los políticos catalanes ante el panorama que se vivía en el resto del país (Una situación de crisis constitucional en la que la independencia catalana hubiese puesto la guinda en el pastel), supe que todo esto no es más que una farsa que cuenta con la colaboración de Madrid, con un propósito el cual yo desconozco. Como muestra de ello sólo hay que observar que hace unos días, después de que el gobierno catalogase, después de más de cinco años, el proceso como "Un golpe de estado", invito a Puigdemont a explicar su proyecto anticonstitucional en el Congreso de los diputados. Otro ejemplo es el aplazamiento del anuncio que ayer se iba a producir acerca del día y la pregunta para el referéndum debido a la llamada que se ha producido entre Rajoy y Pedro Sánchez, donde el líder socialista ha dado su apoyo al presidente del gobierno en este asunto. Todo un ejercicio de valentía y de confianza en este proceso por parte de Puigdemont y Junqueras...

Para terminar tengo que añadir que aquí no se va a producir referéndum ninguno, ni se va a producir una declaración unilateral de independencia, y ni muchísimo menos se va a aplicar el artículo 155 de la Constitución. Cuando estemos en octubre veremos cómo los catalanes seguirán exigiendo su ansiado referéndum mientras el gobierno hace alusión a la ley y a la Constitución para negarse a ello, es decir, lo mismo que llevamos viendo desde hace cinco años. Por otra parte tengo que añadir que aunque esto sea una farsa absoluta, no quita que en el futuro Cataluña se independice de España. Eso es seguro que va a ocurrir, al igual que también se independizará el País Vasco y otras regiones de nuestro país, pero eso será más adelante. De momento podemos decir que España va a seguir "mal unida" durante unos años más, por lo que este proceso de (no) independencia tendrá su fin en el momento en el que el gobierno español acepte el pacto fiscal que piden desde Barcelona. No hará falta reformar la Constitución para declarar a España una "Nación de naciones" ni para remarcar la "Plurinacionalidad" de nuestro país (Cosa que es una completa y absoluta gilipollez). En el momento en el que haya un acuerdo económico, todo esto será historia, y la independencia de Cataluña, el País Vasco y el resto de CCAA tendrá que esperar por lo menos hasta el año 2050.

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