Hoy se han cumplido 20 años de la primera victoria de José María Aznar en las elecciones generales del domingo 03 de marzo de 1996. Dos décadas después de lo que Alfonso Guerra denominó la "Amarga victoria", el Partido Popular se encuentra en pleno 2016 en la misma tesitura que en la que se encontraba en estas horas hace 20 años el PSOE de Felipe González; un partido asediado por la corrupción, la cual salpicaba directamente también al propio González, y un gobierno en funciones socialista que veía con resignación la llegada del cambio político después de 14 años de mandato del partido que fundara Pablo Iglesias.
Aznar salió esa noche al balcón de la sede del PP en Génova 13 decepcionado porque se había esfumado su sueño de derrotar al político sevillano con lo que él llamaba "La nueva mayoría". Cuando el líder del PP anuncia junto a su mujer y futura alcaldesa de Madrid, Ana Botella, y su equipo, entre los que se encontraba el futuro presidente del gobierno, Mariano Rajoy, que ha ganado las elecciones sabía perfectamente de que su llegada a la Moncloa era misión casi imposible, y que la opción más probable era la repetición de unos nuevos comicios, o el apoyo de CIU a Felipe González para que continuase otros cuatro años más en la jefatura del gobierno aunque éste había perdido las elecciones con una "dulce derrota". A partir de esa noche empezaron las negociaciones entre el PP y los nacionalistas catalanes, que eran los únicos en los que se podía apoyar Aznar para desalojar a González de la Moncloa. Tras intensas negociaciones donde el PP traiciona de manera descarada a sus votantes y deja a un lado sus principios, Aznar y Pujol pactan a finales de abril de 1996 la investidura del político madrileño como cuarto presidente del gobierno a primeros de mayo de ese mismo año, acabando así con 14 años ininterrumpidos de gobierno socialista.
En 2016 nada es igual a la ya muy lejana España de 1996. Aznar llegó a la Moncloa gracias a los votos de centristas, conservadores, liberales, democristianos, e incluso socialdemócratas desencantados con la gestión de González durante la casi década y media que gobernó España, y el Partido Popular era por entonces un partido de centro donde tenían cabida todas las personas que tuviesen una idea honorable del país. Desde personas de extrema derecha hasta personas de centro izquierda llegaron a militar en el partido que refundó en 1990 Manuel Fraga Iribarne.
Ese proyecto que diseñó Aznar fue un buen proyecto en el que muchos españoles creyeron de buena fe. Un proyecto que tenía como principios la búsqueda de una España unida bajo el manto de la libertad y el bienestar social. Lo que millones de españoles no sabían era que detrás de ese proyecto moderado, no ya de centro derecha, sino de centro puro, había una red mafiosa encabezada por el propio Aznar y secundada por los miembros de su equipo: Mariano Rajoy, Rodrigo Rato, Jaime Mayor Oreja, Esperanza Aguirre, Francisco Álvarez-Cascos. Federico Trillo, etc... una red mafiosa que 20 años después ha salido a la luz su corrupción y que amenaza con llevarse por delante la continuidad de Rajoy como presidente del gobierno y la supervivencia del PP como partido político.
Aunque la España de 2016 no tiene ni punto de comparación con la España de los añorados años noventa, la situación política sí es bastante parecida a la de 1996 aunque a la inversa de lo que ocurrió ese año. El PSOE de Pedro Sánchez da por descontado su segunda derrota en la investidura del líder socialista que tendrá lugar dentro de unas horas. Después de este fracaso, se abrirá una nueva situación que ni incluso en los momentos más delicados posteriores a las elecciones de marzo de 1996 se llegó a producir. El rey Felipe VI tendrá que elegir entre seguir otorgando su confianza en Sánchez para formar gobierno, o por el contrario nombra a Mariano Rajoy candidato a la presidencia aún sabiendo que éste rechace de nuevo el ofrecimiento por falta de apoyos. Incluso el monarca podría proponer a Pablo Iglesias, a Albert Rivera, o a algún independiente para formar gobierno, o puede darse el caso de que abra una nueva ronda de consultas y no proponga a nadie. Nada es descartable en estos momentos.
Volviendo a la España de 1996, Aznar llegó a alcanzar un acuerdo rastrero, pero acuerdo con Pujol, Arzalluz y los nacionalistas canarios que le permitieron gobernar hasta el año 2000, fecha en la que el líder del PP consiguió por fin su ansiada mayoría absoluta que gestionaría de una manera despreciable y que terminó el domingo 14 de marzo del año 2004 con su gobierno por la gestión que los populares llevaron a cabo tres días antes con los gravísimos atentados terroristas del jueves 11 de marzo en Madrid. Aznar salió por la puerta de atrás debido a la gestión de un atentado terrorista, Rajoy puede salir este año del mismo modo por su forma autoritaria de gobernar durante estos cuatro años y sobre todo por la corrupción en su propio partido que inició su antecesor y que él mismo ha contribuido y permitido. Si Rajoy llegase a abandonar este año la Moncloa se pondrá fin no sólo al proyecto que inició Aznar hace veinte años traicionando sus propios principios sino también a una generación de políticos en el PP que comenzó en 1990 y a una época en España que es mejor dejarla atrás cuanto antes pero que entre todos tenemos la obligación de no olvidarla nunca para que no vuelva a repetirse en el futuro.
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