lunes, 8 de diciembre de 2025

Los misterios de Fátima


Esta noche voy a escribir sobre un tema del que hace meses quise hacer una entrada pero no llegué a hacerlo. Me refiero a los sucesos ocurridos en Fátima y al enígma e intriga que genera esta historia. Una historia donde aparentemente, como todos sabemos, tiene su origen en un pequeño pueblo portugués llamado Fátima, donde supuestamente la Virgen María se apareció a unos pastores, en este caso tres niños que apenas tenían diez años: Lucía, Jacinta y Francisco, los tres eran primos hermanos. 

Las apariciones tuvieron lugar durante seis meses (número seis, ya llama la atención este detalle), entre mayo y octubre de 1917. En dichas apariciones los chiquillos aseguraban haber visto a "una mujer más brillante que el sol", vestida de blanco y con un rosario en las manos. Supuestamente, la Virgen les pidió que rezaran y que estuviesen en ese mismo lugar los próximos seis meses el mismo día y a la misma hora, ya que se aparecería en dichos días a los críos. 

Como es obvio, cuando los chiquillos fueron al pueblo a contar que habían visto a la Virgen, los familiares y vecinos no echaron cuenta de la historia narrada por los pastores. En la segunda aparición, ocurrida el 13 de junio de 1917, la Virgen anunció a los chiquillos la muerte de dos de ellos: Jacinta y Francisco, ambos hermanos, mientras que Lucía era la prima de éstos. Efectivamente, pocos años después de los sucesos de Fátima, tanto Jacinta como Francisco murieron como consecuencia de contraer la denominada "Gripe española" en 1919. Francisco murió aquel mismo año, mientras que Jacinta fallecería al año siguiente. 

Pero volviendo a 1917, fue en el tercer encuentro donde la Virgen supuestamente le confió a los chiquillos los denominados "secretos de Fátima". Unos secretos en los que la supuesta Virgen mostró en primer lugar a los niños una visión del infierno y de los demonios que allí habitaban, advirtiéndoles del lugar al que irían los pecadores si no se arrepentían de los actos cometidos, rezaban el Rosario y hacían penitencia, además de encomendarse a Dios y, según anunciaba la Virgen, a su "Inmaculado Corazón". 

El segundo secreto estaba relacionado con la propia Primera Guerra Mundial, donde la Virgen les aseguró que la guerra terminaría pronto (lo cual fue verdad, ya que su final tuvo lugar en 1918), pero advirtió a los niños que durante el futuro pontificado de Pío XI se produciría el estallido de una guerra mucho peor, en este caso la Segunda Guerra Mundial (lo cual sucedió realmente con Pío XII), algo que podría evitarse si Rusia (por entonces, la Unión Soviética) se encomendaba al Inmaculado Corazón de la Virgen. 

En el tercer y último secreto, la Virgen profetizó la destrucción de una ciudad en llamas, donde un futuro Papa y otros miembros de la Iglesia huirían a una colina pero sería asesinados por unos soldados. Tras aquellas profecías los familiares y los vecinos del pueblo comenzaron a creer la versión de los niños, y a partir de entonces los acompañaron los 13 de cada mes para ver a la Virgen, siendo solo los niños los que llegaban a verla. 

Llegados a este punto hay que situarse en el 13 de octubre de 1917, día en el que la Virgen había asegurado a los niños que haría una demostración de su poder. Aquel día, delante de 70.000 personas (una cifra bastante alta), muchos de los allí presentes aseguraron haber visto cómo el sol danzaba y emitía luces y colores radiantes. Este suceso fue cubierto incluso por la prensa portuguesa allí presente. Aquel día, precisamente, fue un día lluvioso en el municipio de Fátima, y según declaron muchos de los testigos, cuando el "Sol" pasó por encima de ellos, sus ropas, las cuales estaban empapadas de agua como consecuencia de la lluvia, se secaron de inmediato. 

Tras aquellos extraños sucesos, la Virgen desapareció y comenzó el mito de Fátima, el cual ya todos conocemos. La historia llegó a oídos del Vaticano, quienes declararon verdadero los acontecimientos sobrenaturales vividos en Portugal, la hoy denominada Basílica comenzó a construirse y la leyenda de Fátima comenzó a expandirse por todo el mundo mientras el Papa Pío XII encomendaba al mundo, como según había pedido la Virgen, la consagración al Inmaculado Corazón de María. 

De los tres niños, solo llegó a la edad adulta Lucía, quien ingresó en un convento en 1921 hasta su muerte en 2005 (solo dos meses antes del fallecimiento de Juan Pablo II), ratificando el resto de su vida lo que vivió junto a sus primos. Jacinta y Francisco, como ya he comentado antes, fallecieron como consecuencia de la gripe y murieron con solo 11 y 9 años, tal y como había profetizado la Virgen en 1917. 

Dicho esto, y después de hacer un breve resumen de los hechos ocurridos en Portugal, cabe preguntarse: ¿Qué fue lo que vieron realmente aquellos chiquillos? Si existe la Virgen María es de muy poca delicadeza mostrarles a unos críos que apenas alcanzaban los diez años de edad el propio infierno y los demonios que habitaban en él. Seré raro, pero considero espeluznante e incluso terrorífico que la propia Virgen María hiciese eso. Por otro lado, es curioso cómo la supuesta Virgen les pidió a los críos que manifestasen que había que consagrar su Inmaculado Corazón al mundo y a Rusia. 

Para empezar, ¿No habíamos quedado que consagrando nuestra vida a Dios nuestras vidas tendrían salvación? ¿Por qué la Virgen pediría al mundo la veneración de su Sagrado Corazón también? Recordemos que dentro del Cristianismo, el ser humano solo se debe a Dios, no a la Virgen, ni a los Ángeles ni a los Santos. De hecho tengo la duda incluso de si esa entrega se extiende también a Jesucristo (único mediador entre Dios y el ser humano) y al Espíritu Santo o solo a Dios Padre. Esto último es una cuestión donde ya entraría el Misterio de la Santísima Trinidad, con lo cual daría para otra entrada íntegra sobre esta cuestión, y de la que ya me pronuncié en parte en una que publiqué hace casi un año titulada "La Biblia: enígmas e incongruencias". 

Pero volviendo a Fátima, ¿Por qué la Virgen utilizaría a esos niños para profetizarles además su propia muerte? ¿Acaso un ente misericordioso haría esto a unas criaturas inocentes? ¿Y qué hay de cierto en lo que respecta al tercer secreto? En el año 2000, el Vaticano anunció que la tercera profecía se había cumplido con el intento de asesinato de Juan Pablo II el 13 de mayo (Día de Fátima) de 1981. 

Pero la profecía de Fátima habla de la destrucción de una gran ciudad (supuestamente sería Roma), de muertos y de un Papa que huye a las colinas para ser asesinado por unos soldados. Lo ocurrido en 1981 no fue, bajo ningún caso, un escenario de este tipo; por no hablar de que Juan Pablo II (el cual creyó que fue la Virgen de Fátima quien lo salvó) no falleció, sino que sobrevivió al intento de asesinato perpetrado por Alí Agca. 

Todo hace indicar pues que el Vaticano tiene información de primera mano sobre los secretos paranormales que la supuesta Virgen le confirió a los pastores y decidieron anunciar falsamente en el año 2000 que el tercer secreto ya se había producido y cumplido, cuando es bastante probable que no sea así y que incluso el tercer secreto lleve implícito revelaciones sobre el Apocalipsis y que puede, o quizás no, que lo veamos realmente en un futuro no muy lejano.

Por otro lado, ¿Qué fue lo que se vio en los cielos el 13 de octubre de 1917? los astrónomos no vieron en ningún momento un movimiento extraño del sol durante aquel día, y llevan algo más de un siglo asegurándolo desde entonces. ¿Qué fue aquello entonces? ¿Un OVNI? ¿Un meteorito? Hay que recordar que lo vivido en octubre de 1917 no lo vieron solo los tres niños, sino más de 70.000 personas allí congregadas, entre ellos periodistas, creyentes, agnósticos, ateos, etc. 

Dicho esto, y en lo que a mí respecta debo añadir que no creo en absoluto que el ente que se presentó a esos niños fuese la propia Virgen María. Ya he dicho que me considero de unos años hasta ahora agnóstico o escéptico con las cuestiones religiosas, pero desde luego me extrañaría muchísimo, aunque todo puede ser, que la Virgen María fuese quien protagonizase unos acontecimientos que rozan más lo terrorífico que lo milagroso. Hay quienes aseguran que detrás de estas supuestas apariciones Marianas estaría el propio demonio y que todo esto tendría como objetivo desestabilizar la fe Cristiana. Como escéptico que soy, no puedo decir ni que sí ni que no, solo que es una probabilidad posible e incluso plausible.

Y sobre los sucesos de octubre de 1917, dentro de las teorías me inclino a pensar que es más probable que lo vivido en Fátima en aquel día tan turbulento estuviese más relacionado con la teoría OVNI o con sucesos ultraterrestres o extraterrestres que de un milagro religioso. De hecho, cabe añadir que los propios niños, cuando describieron físicamente a la Virgen, no la describieron como hoy conocemos las imágenes y retratos de la Virgen de Fátima, sino con una descripción bastante alejada de la cuestión religiosa. 

De hecho, y esto es algo fundamental, los niños, tras producirse la primera aparición el 13 de mayo, aseguraron que la Virgen no les dijo en un primer momento que era María, sino una entidad "que venía del cielo". Cuidado con esto porque aquí estaríamos confundiendo conceptos y habría algo o alguien interesado en un momento dado de que esa entidad bajada del cielo fuese reconocida como la misma Virgen María; y este factor pudo ser propiciado incluso por la propia entidad como por la Iglesia Católica, la cual, según se ha escrito, presionó a los niños para que afirmasen que habían visto no a una entidad que venía del cielo sino a la propia Virgen María.

Como se puede comprobar, los sucesos de Fátima, algo más de un siglo después de producirse, generan incertidumbre, respeto, miedo e incluso pánico y terror en muchas personas cuando salen a la luz las profecías, los sucesos de 1917 y todo lo que vino después, lo cual es mucho más profundo de lo que he contado, pero que obviamente me llevaría para escribir un libro y no una entrada.

Personalmente debo decir que cuando viajé con mis padres en 2004 a Portugal, hicimos parada en Fátima. Como chaval de 12 años que tenía por aquel entonces, me llamaban sobre todo la atención las enormes imágenes que había en los sinfines de quioscos y tiendas en aquella ciudad. De hecho, como creyente que era por aquel entonces, quería llevarme una de las más grandes que estaban a la venta en aquellos quioscos pero, como es obvio, ni la economía daba para tanto ni había espacio en el coche, ni en casa, para hacerle un hueco tan amplio a la Virgen, con lo cual me tuve que conformar con una de un tamaño mediano, la cual aún conservo en casa. 

Cuando llegamos a la plaza de la Basílica recuerdo que sentí por un momento como si estuviese en la Plaza de San Pedro en Roma y estuviésemos delante del propio Vaticano. Obviamente, no estábamos en Roma, pero las apariencias del lugar eran, salvando las distancias, bastante parecidas. Recuerdo a los fieles caminando en rodillas hasta la Basílica, y recuerdo a la auténtica Virgen de Fátima, la cual me llamó la atención porque era de hecho incluso más pequeña que las que estaban vendiendo en los quioscos aledaños. Desde entonces nunca he vuelto a ir a Fátima, aunque siempre que veo la procesión de la noche del 12 al 13 de mayo me llama la atención el ir de nuevo. 

Esa procesión nocturna repleta de velas y con ese ambiente apocalíptico y profético es, cuando menos, curioso, incluso para un escéptico como yo. ¿Qué es lo que pasó verdaderamente en Fátima? Nunca lo sabremos ¿Quién era esa entidad realmente? Tampoco lo sabremos, aunque me decanto por cualquier entidad no humana, descartando a su vez a la propia Virgen, y no excluyendo, dentro de mi escepticismo, a una entidad demoníaca. Otra cuestión que llama la atención, y que no he comentado a la hora de narrar la historia, es que los niños recibieron en tres ocasiones la visita de "un Ángel" en 1916, el cual les instaba a rezar a Jesús y a María, con el fin de prepararlos teóricamente para la llegada de la Virgen el 13 de mayo de 1917.

Una cuestión, la del número tres, el cual se repite en varias ocasiones tanto a lo largo de esta historia como en la propia Biblia: tres fueron las visitas del supuesto Ángel a los niños, tres eran los propios niños, tres fueron los secretos que la supuesta Virgen le confirió a los pastores, seis veces se apareció la Virgen a los niños (el doble de tres y el número de la bestia), tres fueron los días que transcurrieron desde la muerte de Cristo a su Resurrección, tres fueron las negaciones de San Pedro, tres fueron las tentaciones de Satanás a Jesús en el desierto, tres fueron los magos que fueron a adorar a Jesús al pesebre (otras fuentes aseguran que fueron cuatro) y tres fueron los apóstoles más cercanos a Cristo, los cuales estuvieron presentes tanto durante la resurrección de la hija de Jairo como durante la Transfiguración de Jesús, siendo éstos igualmente quienes estuvieron más cerca de él durante su oración y prendimiento en el huerto de Getsemaní. Casualmente, tres eventos que involucran a estos tres apóstoles.

Por otro lado, tres son las Entidades que forman la Santísima Trinidad, tres fueron las veces que Jesucristo oró en el Getsemaní, tres fueron los años que Jesús dio a conocer su ministerio, tres fueron, según los Evangelios Apócrifos, las caídas de Jesucristo con la cruz en su camino al Calvario, con treinta y tres años Cristo fallece y resucita, y treinta monedas de plata fueron pagadas a Judas por su traición a su maestro. Si el número tres se repite tantas veces tanto en Fátima como en la Biblia, ¿Quién nos dice que el fin de la humanidad no llegará en el milenio actual, en el III Milenio? Es una cuestión que, como escéptico, dejo en el aire. 

En definitiva, nunca sabremos lo que pasó realmente en Fátima ni qué o quién se esconde detrás de esta historia tan sobrenatural. Por supuesto, en lo que a mí respecta, estoy plenamente convencido de que las profecías de la supuesta Virgen nunca llegaron a publicarse en su integridad y que hay muchos secretos ocultos en estas "Apariciones Marianas", como también las hay en el caso de Lourdes, con Bernadette Soubirous (¿Qué o quién era esa entidad que se presentaba a sí misma como "La Inmaculada Concepción? un término que la Biblia no reconoce a la Virgen María), Garabandal u otros lugares, los cuales están rodeados de misterios y de oscuros detalles que nunca llegaremos a conocer.  

sábado, 6 de diciembre de 2025

Pedro Sánchez: un personaje shakespeariano


Cada vez que veo últimamente en los medios a Pedro Sánchez se me viene a la mente la idea de que el todavía presidente del gobierno es un personaje que encajaría perfectamente en un drama de William Shakespeare. Un gobernante que resiste completamente a todo, que es admirado por muchos y odiado por otros muchos, que es hábil a la hora de esquivar los golpes que la política ofrece periódicamente y cuya ambición y despotismo no conoce límites.

En lo que a mí respecta, siempre he sido más partidario de William Shakespeare que de nuestro compatriota, Miguel de Cervantes. Aunque el debate y la "rivalidad" entre ellos es mítico, debo reconocer que a mis 33 años, apenas he leído algunas páginas de El Quijote, mientras que a través de la película que magistralmente dirigiría Joseph L. Mankiewicz en 1953, "Julio César" de Shakespeare, me introduje a leer la obra del dramaturgo inglés, y de ahí a leer posteriormente "Antonio y Cleopatra", la cual la considero una secuela de "Julio César", y a partir de entonces, otras obras del autor. 

Es verdad que hay obras de Shakespeare que ni siquiera he leído, como "Romeo y Julieta", "El sueño de una noche de verano", "Enrique V", "Otelo", etc; pero también he leído otras obras suyas que son magistrales: "Hamlet" (el mítico monólogo "Ser o no ser" ya es solamente una obra maestra), "El Rey Lear", "Ricardo III", "Macbeth". Como se puede apreciar, me decanto más por el perfil de sus obras trágicas y/o históricas que de sus comedias. 

En ese sentido, valga la ironía, se puede considerar que soy un "traidor a la patria" al decantarme por el autor anglosajón en lugar de hacerlo por nuestro gran literario castellano. Eso no quita bajo ningún concepto que El Quijote no sea una obra magna, la mayor de la literatura española, pero reconozco que las aventuras del hidalgo de la Mancha y Sancho Panza no terminan de atraerme tanto como sí lo hacen en cambio las tragedias de Julio César, Cleopatra, Marco Antonio, Lear, Hamlet, Macbeth o Ricardo III, entre otros personajes shakespearianos.

Dicho esto, y volviendo al inicio de lo expuesto en la entrada, estoy plenamente convencido de que si William Shakespeare viviese en pleno siglo XXI y residiese en España, estaría ya escribiendo una obra que tuviese a Pedro Sánchez como protagonista. Y es que el presidente del gobierno tiene muchas similitudes, y no precisamente buenas, con muchos de los personajes que describió brillantemente Shakespeare. Sobre todo hay tres personajes en los que se puede ver reflejada la personalidad de Sánchez: Julio César, Macbeth y Ricardo III. 

En Julio César observamos en el dictador romano a un líder soberbio, ambicioso, polarizante, egocéntrico, narcisista, seguro de sí mismo, y convencido absolutamente de su superioridad sobrehumana por encima del resto; cualidades (o defectos, mejor dicho) todas ellos que podemos encontrar en Pedro Sánchez a la primera de cambio. En Julio César, dichos factores son, además de la envidia que los propios conspiradores siente hacia César, los motivos que llevan a éstos a tramar su caída en los Idus de marzo. 

En Macbeth descubrimos a un personaje que, aun perteneciendo a la nobleza, logra de forma inesperada alcanzar el trono de Escocia y cuya personalidad también es muy equiparable a la del jefe del gobierno: ambición desmedida, ausencia absoluta de escrúpulos tanto a la hora de alcanzar el poder como a la hora de mantenerse en el mismo posteriormente, desconexión con la realidad (lo que en España podemos definir como "El síndrome de la Moncloa") y su alianza con personajes tan amorales como el propio monarca. 

En el caso de Macbeth encontramos un factor que lo hace incluso más llamativo en lo que respecta a la comparación con Sánchez, y es la figura de su esposa, Lady Macbeth, cuya ambición es igual o incluso más desmedida que la del propio Macbeth a la hora de ostentar y perpetuarse en el poder. Un caso que nos recuerda bastante a la esposa del propio Sánchez, Begoña Gómez, cuya ambición y falta de escrúpulos siempre se han comentado que están, como mínimo, a la altura de los de su marido. 

Y por último tenemos el caso de Ricardo III, un miembro de la familia real inglesa que contra todo pronóstico consigue llegar al trono y cuyo perfil es también bastante parecido al de Pedro Sánchez. En el caso del que fuera rey de Inglaterra encontramos muchos factores similares con el líder socialista, como pueden ser la ambición ilimitada (lo cual se repite, como ya he señalado antes, con Julio César y Macbeth), un cinismo absoluto a la hora de realizar sus acciones, una habilidad asombrante de manipulación, un narcisismo desmedido, desprecio y traición hacia quienes le son leales, así como una inteligencia fría y calculada y un desapego absoluto con la realidad. 

Como podemos ver, los perfiles de estos tres personajes shakespearianos son bastante similares a los del actual jefe del ejecutivo español, sobre todo los de Macbeth y Ricardo III; pero si tuviese que decantarme por uno, éste sería casi con toda seguridad Macbeth, ya que reúne el mismo perfil en cuanto a personalidad se refiere con Pedro Sánchez. También el rey inglés, Ricardo III, tiene componentes que hacen recordar en gran medida al presidente Sánchez, e incluso Julio César, aunque quizás en menor medida en el caso del dictador romano. Pero sin duda, de los tres es el rey escocés Macbeth quien se lleva el gato al agua cuando hablamos de comparaciones con el inquilino de la Moncloa. La prueba de ello está en algunos de los ejemplos de Sánchez a la hora de demostrar su egocentrismo en estos siete años de gobierno, egocentrismo que recuerda en muchos casos al de Macbeth. 

Por ejemplo, en estos años como presidente, ¿Cuántas veces hemos visto a Sánchez hablar y actuar de forma despótica, arrogante, fría e incluso narcisista? conviene recordar cómo poco después de su llegada al poder tras la moción de censura en 2018, Sánchez recordaba en todas las entrevistas que concedía que él era el presidente del gobierno. Un factor que no hacía falta que diese a conocer, ya que todos sabíamos, obviamente, que ya era presidente del gobierno. La cuestión aquí está en si se lo decía a los ciudadanos o se lo decía a sí mismo, para autoconvencerse de que él era quien ostentaba ya el poder y de esta forma decidir sobre los destinos del país. 

Otro ejemplo lo encontramos en una de esas entrevistas en las que, tras llegar a la Moncloa afirmó aquello de "Soy el presidente del gobierno y haré lo que quiera en la Cámara (refiriéndose al Congreso de los diputados)". Después de siete años de presidencia, la actitud de Sánchez sigue siendo la misma o incluso peor, demostrando así que no solo es un personaje digno de una obra de Shakespeare, sino que puede que incluso haya leído las obras del dramaturgo inglés para tomar nota de cómo hay que portarse cuando se ostenta el poder. 

Si las obras de Shakespeare son los ejemplos de cómo actúan los líderes políticos despóticos (un término con el que, dejando a un lado el Julio César de Shakespeare, rechazo definir al dictador romano), la legendaria y magna obra de Maquiavelo "El Príncipe", sirve como guía a la hora de aprender cómo hacer uso de ese poder. Personalmente, creo que Pedro Sánchez ha consultado dichas obras, tanto las de Shakespeare, como "El Príncipe" de Maquiavelo. Solo de esa forma se puede llegar a la conclusión del porqué actúa y gobierna Pedro Sánchez con esa avaricia, ambición ilimitada, ira y soberbia. Por otro lado puede que quizás quien esté equivocado sea yo, y el perfil de Sánchez obedezca simplemente a su propia personalidad, sin necesidad de haber leído a Shakespeare y/o a Maquiavelo. 

De lo que no hay duda es que el final de Julio César, Macbeth y Ricardo III es un final trágico para aquellos que ostentan el poder creyéndose por encima de las Leyes y creen ser Dios en la tierra, sin posibilidad alguna de que nada ni nadie frene sus deseos desmedidos de poder y sus acciones como gobernantes. En ello está también Pedro Sánchez, quien a pesar de todos los casos de corrupción que le acechan tanto a él, a su familia, a su gobierno y a su partido, sigue creyendo estar por encima del bien y del mal y sigue plenamente convencido de que, finalmente, saldrá victorioso una vez más de todos los reveses políticos y personales que ahora está sufriendo. 

La cuestión es ¿Lo conseguirá? de aquí a julio de 2027, o incluso antes, saldremos de dudas. Los personajes de Shakespeare tuvieron, como todos sabemos, un duro final, ¿Cómo será el final de Pedro Sánchez? Obviamente no igual que el de los personajes de Shakespeare, literalmente hablando, pero sí puede que igual de duro en lo político. Quizás su caída esté a la altura de lo que ha sido su gobierno y su forma tiránica y despótica de ejercer el poder; o quizás puede que, siguiendo la guía de Maquiavelo, consiga pese a todo seguir en el gobierno. 

La respuesta la tendrán próximamente las urnas (e Indra), y todos sabemos cómo es el pueblo: ignorante, adoctrinable y utilizable. La propia escena de Julio César en la que Bruto justifica el asesinato del dictador, convenciendo así a los ciudadanos que hasta entonces lloraban su muerte, y el posterior discurso de doble sentido que Marco Antonio utiliza para halagar a César de forma ágil, frívola e irónica, el cual provoca que los romanos vuelvan a llorar la muerte de César y decidan vengar su muerte, es un reflejo perfecto de que si el desenlace de todo esto lo tienen en sus manos los ciudadanos, ya podemos esperar con ello el peor de los finales posibles. 

martes, 2 de diciembre de 2025

Sánchez, acorralado y atrincherado


Si ya este 2025 está siendo un año de escándalos y corrupción por doquier, el final del mismo no iba a ser menos. La entrada en prisión provisional el pasado jueves, 27 de noviembre, del ex ministro de Industria y ex número 3 del PSOE, José Luis Ábalos y de Koldo García, uno de los principales implicados en la trama de corrupción que salpica al PSOE, ha supuesto un terremoto en la política española bastante considerable. 

Un terremoto que veremos cómo acaba, ya que desde la entrada en prisión de Ábalos y Koldo, e incluso desde horas antes de que el juez dictaminase prisión provisional para ambos hace casi una semana, los dos individuos han comenzado a "cantar la Traviata". Una "Traviata" que amenaza directamente al propio Pedro Sánchez y a su mujer, Begoña Gómez, como consecuencia del rescate que el gobierno realizó en 2020 con la compañía Air Europa y en donde la mujer del presidente del gobierno tuvo un papel destacado. 

Hasta ahí todos sabemos más o menos cómo era la historia; la cuestión viene cuando el hijo del propio Ábalos (obviamente, con la autorización previa de su padre) ha comenzado a hablar y a apuntar a Moncloa como el epicentro de toda la trama de corrupción que salpica al PSOE y ha acusado a Begoña Gómez de ser la responsable a la hora de presionar a su marido para que éste expulsase a Ábalos del gobierno. Pero no solo es el hijo de Ábalos quien ha comenzado a hablar, sino también el propio ex ministro horas antes de entrar en la cárcel, el cual ha señalado que investigar Air Europa sería "abrir el melón", alegando a continuación que de investigar dicha trama se podría llegar hasta Begoña Gómez. 

Eso por un lado, por otro tenemos las declaraciones que el propio Ábalos ha realizado a Okdiario, donde afirma rotundamente que Sánchez le llamó a Moncloa en septiembre de 2023 para filtrarle que la Fiscalía estaba investigando a Koldo García, lo cual llevaba emparejado la orden de Sánchez para que tanto Ábalos como Koldo destruyesen pruebas. Ahí hablamos ya de un delito de filtración de secretos por parte del propio presidente del gobierno, el mismo delito por el que hace solo unos días fue condenado el ex Fiscal General del Estado, Álvaro García Ortiz.

Pero no solo Ábalos ha comenzado a "cantar", Koldo García también ha comenzado a destapar algunas cuestiones, las cuales afectan a Moncloa y, sobre todo, a Begoña Gómez en la trama de Air Europa. La cuestión aquí es ¿Ábalos y Koldo van a por todas o todo esto es solo un aviso a navegantes para que Moncloa dé luz verde a su salida inmediata de la cárcel? Personalmente, soy bastante escéptico con este cambio de posición y estas acusaciones que ambos sujetos están realizando en los últimos días contra el propio Sánchez y su mujer. 

En lo que a mí respecta, me inclino más por la segunda opción y creo que todo esto forma parte de una estrategia conjunta de Ábalos y Koldo para salir cuanto antes de la cárcel a través de estas declaraciones a la prensa previas a su ingreso en prisión, las cuales servirían de presión contra Pedro Sánchez para que éste saque a ambos de la cárcel de Soto del Real más pronto que tarde. 

Buena prueba de ello es que hoy mismo se ha conocido que ni Ábalos ni Koldo tienen intención de "tirar de la manta" cuando comparezcan ante el juez, lo cual es un indicio más que razonable para determinar que todo esto no es más que una amenaza a Moncloa y no una guerra abierta contra Sánchez, el gobierno y el PSOE en su conjunto. Quien quiere colaborar con la Justicia lo hace, y si se niega a hacerlo es porque este tipo de confesiones son solo amenazas para que el receptor de dichas declaraciones tome las decisiones pertinentes para poner en libertad a estos tipos. 

Y por si fuese poco todo lo que llevamos visto desde hace casi una semana, hoy nos hemos enterado de que Sánchez prepara de forma exprés el relevo en la dirección de la UCO para apartar al hasta ahora jefe de este organismo y nombrar a un sustituto afín al gobierno, el cual frenaría las investigaciones que por parte de este organismo se están realizando en estos instantes sobre Ábalos, Begoña Gómez, el PSOE, etc, así como la publicación de los informes que la propia UCO aportaría en su momento sobre dichos casos. Como se puede ver, Sánchez va a pecho descubierto y actúa ya de una forma descarada a la hora de defender sus propios intereses y los de su familia. 

Un Pedro Sánchez que en estos momentos se encuentra en una posición extremadamente débil y cuya continuidad en Moncloa depende exclusivamente de la voluntad de sus socios de no dejarle caer por temor a la llegada al gobierno de una coalición PP-VOX. Eso por un lado, por otro radica el hecho de que Junts, hasta hace unos días socios de gobierno de Sánchez, rechazan de forma tajante apoyar ninguna moción de censura que presente el PP de Feijóo en el Congreso. Como se puede apreciar, a pesar de la aparente ruptura entre PSOE y Junts, los de Puigdemont reniegan a su vez de darle la estocada final a un Sánchez más debilitado que nunca. ¿Por qué no lo hacen? Eso habrá que preguntárselo a Puigdemont.

Lo que sí apoyaron tanto PP, VOX y Junts en el Congreso el pasado 27 de noviembre (el mismo día de la entrada de Ábalos y Koldo en prisión) fue el rechazo a la senda de estabilidad (primer paso para la presentación de los Presupuestos Generales del Estado) presentada por el gobierno del PSOE, lo cual supone la antesala de una eventual derrota si el ejecutivo socialista decide finalmente presentar los Presupuestos de 2026 en las Cortes Generales.

Si dicho escenario se produjese y el gobierno no consigue aprobar los Presupuestos de 2026 o ni siquiera hace el intento por presentarlos, estaríamos ante la primera ocasión de la historia reciente de España en la que un gobierno no aprueba ni un solo Presupuesto General del Estado en toda la legislatura. Es obvio que si en 2026 no se aprueban dichos Presupuestos, menos aún se aprobarán en 2027, con la llegada de las elecciones autonómicas, municipales y generales ese mismo año, ya que los socios de Sánchez tendrían ahí mucho que perder y poco que ganar si finalmente aprobasen los Presupuestos de 2027. 

España está pues desde hace tres años con unos Presupuestos prorrogados de la anterior legislatura y con un gobierno completamente calcinado por los casos de corrupción, noqueado en el extranjero y bloqueado internamente ante la falta de apoyos parlamentarios para aprobar ni una sola ley. Pero a fin de cuentas, ¿Qué más dá que estemos inmersos en este escenario de declive progresivo? Lo importante para Pedro Sánchez es que él sigue durmiendo en la Moncloa y que de ahí no lo saca nada ni nadie. 

Este último movimiento por parte del presidente de relevar al director de la UCO es otra jugada sucia que demuestra hasta qué punto está el líder del PSOE dispuesto a llegar con tal de no abandonar el poder. Si en 2016, los propios socialistas acabaron, literalmente, a hostias en el polémico e histórico comité federal del 1 de octubre de 2016, el cual provocó la expulsión de Pedro Sánchez de la secretaría general del PSOE (a la cual volvería meses después), ahora, con él pilotando la nave del Estado, todo hace presagiar que su segunda y posible definitiva salida de la política española será, sobre todo, dramática, agresiva y altamente peligrosa.

Hay quienes aseguran que todo está finiquitado y que, en este escenario, Sánchez tendrá que convocar sí o sí elecciones generales anticipadas para 2026. Yo personalmente no lo creo así. Sánchez será todo lo peor que queramos decir de él, que lo es; pero si algo ha demostrado Sánchez en estos once años en la primera línea política es su perseverancia y su capacidad de salir a flote incluso cuando los suyos lo daban por liquidado políticamente. Algunos ya tienen guardado el champagne en la nevera, a la espera de que Sánchez decida convocar elecciones. 

Yo les aconsejaría a éstos que mantuviesen bien guardado el champagne hasta 2027. De hecho me apostaría lo que fuese a que de una u otra manera, Sánchez saldrá reelegido presidente del gobierno, aunque pierda las elecciones generales. A diferencia de Felipe González en 1996, la corrupción podrá hacer que Sánchez pierda los comicios en 2026, o 2027 si la legislatura agota los cuatro años, pero no podrá privarle de seguir gobernando junto a sus actuales socios, aunque quede en un pésimo lugar, frente a una derecha que por uno u otro motivo no consiga formar gobierno. 

Y mientras tanto ¿Qué hace la oposición? Manifestarse en las calles, como a los propios populares les gusta. Manifestaciones absurdas que no llevan a nada, salvo a cortar la vía pública mientras sus convocantes y las personas que secundan dicha manifestación reclaman algo que Sánchez jamás concederá: convocar elecciones para entregarle sin más el gobierno a una derecha (PP-VOX) cuyas encuestas pronostican un resultado que superaría los doscientos diputados. 

Por ello, y a pesar de lo que estamos viendo en los últimos días, semanas y meses, me atrevo a vaticinar que Sánchez, contra todo pronóstico, conseguirá de una forma u otra no solo concluir la legislatura, sino mantenerse en el poder más allá de 2027. Espero equivocarme enteramente en mi pronóstico, pero ya sabemos que Sánchez es capaz de todo con tal de permanecer en el gobierno al precio que sea. 

Dá igual lo que digan Ábalos y Koldo (si siguen hablando), dá igual que la UCO quede bloqueada a merced de lo que diga Sánchez cuando designe al frente de este organismo a un director afín a él, dá igual que la corrupción sea la protagonista de las noticias diarias, al igual que ocurriera hace treinta años en los últimos meses de Felipe González en el gobierno; de una u otra forma, Sánchez saldrá nuevamente victorioso, e incluso voy más allá, si Sánchez finalmente es derrotado y Feijóo asume con Abascal el gobierno en una coalición gubernamental entre PP y VOX, España estará igualmente perdida. 

Por mucho que aticemos, y con toda la razón del mundo, contra Pedro Sánchez, él no es más que una pieza de un juego que está completamente corrompido, con independencia de que se cambien dichas piezas. Ese juego es el propio régimen del 78, el cual ha demostrado sobradamente que está en una fase parecida a la que hace cien años padeció el propio sistema de la Restauración de 1876, con Alfonso XIII y Miguel Primo de Rivera al frente. 

El propio video de hoy publicado por Juan Carlos I en "favor" de su hijo, Felipe VI (un video que desde Zarzuela han rechazado y que se publica a solo cuarenta y ocho horas de la publicación de las memorias del rey emérito en España), es un claro síntoma de las rencillas, venganzas y luchas de poder entre los representantes de las más altas instituciones del Estado; un Estado que está en su fase terminal y que con este escenario devastador y abismal demuestra una vez más su declive y la sensación de estar al borde de su epílogo. 

lunes, 1 de diciembre de 2025

Fatalismo y resignación


Si hay algo que hace reflexionar al ser humano en lo que respecta a nuestra existencia es, entre otras muchas cosas, el hecho de pensar si lo que vivimos es todo producto de lo inesperado, de nuestras propias decisiones (o el libre albedrío) o es todo resultado de un plan que bien Dios (en el caso de que exista), el destino, el azar o el Cosmos te tiene preparado, con independencia de lo que uno vaya a hacer. ¿Somos dueños de nuestro propio destino o somos meramente piezas de ajedrez de un juego ajeno a nuestra inteligencia?

Cuando uno se pregunta en algunos momentos de su vida ¿Por qué me ocurrió esto? o ¿Por qué no me pudo ocurrir aquello? estamos profundizando en uno de los temas cruciales que más se han debatido en la filosofía, la teología y la religión. Si aquella persona no estaba destinada para mí, ¿Por qué la puso X (que cada uno le ponga el nombre que quiera) en mi camino? Si no estaba para mí terminar algo, ¿Por qué la vida me dio la oportunidad de empezarlo y dejarlo a medias? ¿Acaso nuestras desgracias y/o fortunas están escritas de antemano o somos nosotros los que, dentro del libre albedrío, las buscamos?

¿Nuestro destino y nuestros días están escritos de antemano o somos nosotros los que, ignorantemente, escribimos el relato de nuestra vida así como su final? Creo que es una buena ocasión para contar algo personal que jamás he contado en este blog y que demuestra cómo, de una forma u otra, el destino, Dios, el azar, el Universo o nosotros mismos escribimos nuestro destino.

7 de agosto del año 2004. Contaba en aquel entonces con 12 años y me fui con mis padres de viaje al norte de España (Cantabria, Asturias y Galicia). Aquel día, después de varias jornadas en Cantabria, nos encaminamos rumbo a Asturias cuando antes de entrar en tierras de Don Pelayo nos detuvimos un momento para descansar en San Vicente de la Barquera, el cual nos pillaba de paso y que en aquel entonces era famoso por ser el pueblo donde había nacido David Bustamante. 

Alrededor de las 12 y pico del mediodía, nos dispusimos a hacernos unas fotos al lado del puente de la Maza, junto al río Escudo. Recuerdo que había poca gente, por no decir casi nadie, en aquel entonces por esa zona. Tras hacernos las fotos tanto mis padres como yo, nos subimos nuevamente al coche y nos fuimos rumbo a Asturias. ¿Cuál fue la sorpresa que nos llevamos tres cuartos de hora después? 

En aquel viaje recuerdo que teníamos la radio puesta siempre, mientras escuchábamos CDs de música que nos habíamos llevado de casa, pero en aquel momento teníamos puesta una emisora de radio, desconozco cual. En ese momento, desde la radio, informaron que habían estallado dos bombas en el municipio de San Vicente de la Barquera, justo al lado del puente de la Maza, de las cuales ETA se había atribuido su autoría. La cara que se nos quedó a mis padres y a mí en ese momento eran un poema. 

Por escasos minutos, la bomba no llegó a explotarnos a nosotros. Afortundamente no hubo muertos ni heridos, pero el shock que nos produjo en aquel momento, sobre todo a mí, el saber que habíamos estado tan cerca de la muerte y que por cuestión de minutos nos libramos de no haber fallecido allí a manos de ETA, es algo que tengo, después de veintiún años, grabado en la memoria. 

Pudimos haber sido víctimas de un atentado terrorista pero, por circunstancias que se nos escapan de nuestra comprensión, no lo fuimos. Nuestros días no estaban ahí, aunque tuvimos la muerte muy cerca. Quién sabe si incluso los terroristas estaban ya en el lugar mientras nosotros nos hicimos las fotos y nos estaban observando. Sea como fuere, sobrevivimos de milagro a un atentado terrorista donde, de habernos pillado minutos después, hoy este que escribe esta entrada, estaría ya bajo tierra.

Otro suceso parecido, pero menos directo, tuvo lugar meses antes, concretamente el 2 de abril de ese mismo año, 2004. Recuerdo que aquel día, Viernes de Dolores, nos daban las vacaciones en el colegio, y por ello nos fuimos ese día de excursión al Parque de la Alquería, en Dos Hermanas. Antes de tomar el cercanías, fuimos a la Estación de Santa Justa, donde nos enseñaron como funcionaban las maquinarias de la Estación antes de subirnos al tren que nos conduciría hasta nuestro destino. Una vez en el vagón le comenté a mis compañeros de clase si en el tren podría haber alguna bomba. 

No había pasado todavía ni un mes de los atentados del 11-M en Madrid y aquello estaba, por lo menos para mí, muy presente. Mis compañeros me dijeron que eso no podía ocurrir y que era una tontería pensar en ello. Llegamos a Dos Hermanas, estuvimos unas horas allí y luego volvimos a montarnos en el Cercanías que nos llevaría de vuelta a Santa Justa. ¿Cuál fue mi sorpresa? Que años después me enteré, y así está contrastado en los peródicos de aquel día, que un empleado del AVE localizó a la altura de Toledo un artefacto con 12 kilos de dinamita bajo el tendido ferroviario por el que circulaba el AVE Madrid-Sevilla, el cual tenía como objetivo de destino la propia Estación de Santa Justa. 

Afortunadamente no ocurrió nada, pero cuando años después escuché esa noticia me acordé enseguida de aquel viaje y, sobre todo, de aquella pregunta que le hice a mis compañeros. Lo que ellos creían una tontería o algo surrealista que no podía pasar, estuvo cerca de pasarnos, aunque no en ese vagón, pero sí aquel mismo día. El destino, Dios, el azar, el Cosmos, el karma o lo que sea tenía otros planes para nosotros, y para todas las personas que viajaban en aquel AVE en dirección a Sevilla. Nuestros días tampoco estaban ahí, aunque el peligro andaba cerca.

Estas dos anécdotas nunca las he contado en este blog, pero creo que al hablar de un tema tan profundo y reflexivo, bien merecía que lo comentase en esta entrada. Dicho esto, vuelvo a preguntar: ¿Somos nosotros quienes decidimos nuestro destino o éste ya está escrito por algo o alguien ajeno a nosotros? ¿Cuántas veces hemos escuchado a alguien decir "iba a coger el coche pero tuve un presentimiento y no lo cogí", o "ha habido un accidente en X carretera y a esa hora tenía que pasar yo por allí para ir al trabajo". Frases como estas las hemos escuchado muchas veces a lo largo de nuestra vida, así como videos impactantes donde, como por un milagro, los protagonistas de esos videos tienen un accidente del que de forma inexplicable salen vivos. ¿Cómo es esto posible?

¿Acaso el libro de nuestra vida nos juega malas pasadas o quienes dirigen nuestros destinos (contando con que exista alguien que lo dirija) se divierte jugando con nosotros y con nuestra integridad física? ¿Acaso somos meros peones en una partida de ajedrez o somos nosotros mismos los que a través del libre albedrío tomamos decisiones que nos pueden salvar la vida, así como decisiones que nos cuestan la misma? Y no me refiero ya solo a nuestra integridad física, sino también a cualquier otro ámbito de nuestra vida: el amor, el trabajo, el dinero, los negocios, la salud, la alimentación, las amistades, las relaciones sociales, la familia, etc. 

¿Hasta dónde somos directores de nuestra propia historia? ¿Acaso lo somos quizás? ¿Lo somos nosotros o son otros los que dirigen nuestras vidas y nosotros de forma inconsciente hacemos lo que ellos ya han dictaminado? Y me refiero desde la más absurda e insignificante decisión a la más trascendental de todas. ¿Qué o quién dirige nuestras vidas? ¿Nosotros o algo más allá que nosotros desconocemos? Recuerdo que hace ya justo ocho años escribí por aquí una entrada titulada "Todo está escrito", donde también hacía referencia a este tema. 

En aquel entonces, todavía era una persona creyente; actualmente me declaro agnóstico o escéptico y no sabría dar una respuesta concreta a esta cuestión, ya que como diría Sócrates "Sólo sé que no sé nada". Pero si tuviese que dar una respuesta, quizás la propia respuesta sería el mismo título que utilicé para aquella entrada: todo está escrito. Es bastante probable que desde la decisión más absurda a la más importante sea todo producto de aquello que se conoce como "Fatalismo", un concepto que se resume básicamente en que, hagas lo que hagas, el desenlace de lo que hagas ya está escrito. 

Reconozco que muchas veces me he arrepentido de cosas que he hecho y en otras de cosas que no debí hacer, pero cuando entramos en este terreno y comenzamos a profundizar en estas cuestiones, uno se acaba preguntando si, con independencia de lo que uno hubiese hecho, el final hubiese sido el mismo o habría sido otro distinto. Personalmente creo que, hagamos lo que hagamos en cualquier faceta de nuestra vida, todo está escrito y nada ni nadie puede modificarlo. 

¿Cómo se lleva eso? Con resignación. Es lo que mejor he aprendido en estos últimos cinco años de mi vida. Dá igual si lloras, si te alegras, si te chocas contra una pared por la rabia, si gritas de furia o si das saltos en un estado exultante. Todo lo que está destinado, o predestinado, para cada uno, está más que decidido, y frente a eso nada puedes hacer. No quiero decir con esto que las pequeñas cuestiones no puedas resolverlas, claro que sí, puedes intentarlo e incluso salirte bien. Ahí entra ya el libre albedrío, que podría ser realmente un libre albedrío falso, donde incluso tus decisiones y las consecuencias de esas decisiones están ya tomadas por algo o alguien ajeno a nosotros. 

Las pequeñas cuestiones pueden resolverse dentro de ese falso libre albedrío, pero lo relevante en la vida es sentencia firme, y de ahí nada se puede cambiar. E insisto, incluyo cualquier faceta de la vida, no solo nuestro final. Por eso, ante este tipo de conclusión, no merece la pena enfurecerse o saltar de alegría. Lo que esté para ti, será, y lo que no, pues no será, y frente a eso hay que afrontar la situación con resignación. ¿Es duro? absolutamente, claro que lo es; pero es lo único que podemos hacer. De esta forma, podemos llegar a la conclusión de que, como defendían los estóicos, no merece la pena preocuparse por algo que está fuera de nuestro alcance. Todo está escrito y la resignación es la única reacción.