viernes, 11 de julio de 2025

De la corrupción a la prostitución


Debo confesar que a estas alturas es todo un desafío escribir por cada escándalo que sale a la luz, día sí, día también sobre la corrupción que acecha al PSOE. Hace cuestión de unos días se produjo la declaración ante el Tribunal Supremo del ya ex-secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, acerca de la trama que le salpica sobre los amaños de obra pública, la cual provocó una catarsis hace un mes en el PSOE y en el gobierno y supuso su caída como número 2 del partido. Tras aquella declaración, el Juez ordenó ese mismo día su encarcelamiento en la prisión de Soto del Real, desde donde lleva encarcelado desde el pasado 30 de junio, provocando un nuevo escándalo en este ciclo sin fin de corrupción y degradación política que estamos viviendo.

Pero aquí no acaba la cosa. El pasado 5 de julio se produjo un Comité Federal en el PSOE, donde Pedro Sánchez tenía previsto anunciar el que sería su nuevo equipo tras la caída de Cerdán. Es entonces cuando se anuncia que uno de los nuevos hombres fuertes del partido será un tal Paco Salazar. ¿Cuál es la sorpresa? Que ese anuncio se hace público el 4 de julio, y en menos de veinticuatro horas aparecen una serie de informaciones en las que se comunica que varias mujeres que trabajaban en Moncloa lo habían acusado de "acoso sexual". En menos de dos horas, Salazar renunciaba al cargo que le había sido designado el día anterior.

Y aún hay más. Este pasado miércoles, 10 de julio, se ha producido una comparecencia en el Congreso de los Diputados, donde Pedro Sánchez ha vuelto a victimizarse sobre lo ocurrido con Cerdán, Ábalos, Koldo, etc, y ha anunciado un paquete hueco de medidas contra la corrupción, muchas de las cuales ya está en funcionamiento, aunque supongo que esto el propio Sánchez o no lo sabe, o si lo sabe, le es indiferente. Pues bien, tras la comparecencia salieron en tromba los socios del gobierno ha respaldar de forma unánime al presidente y a confirmar que pese a toda la corrupción habida y por haber en Ferraz y en Moncloa, el apoyo a Sánchez seguía intacto. El propio Gabriel Rufián no pudo ser más claro, y a la vez más hipócrita, en su intervención: "si son dos o tres casos aislados, no pasa nada". 

También salió en tromba la todavía vicepresidenta del gobierno, Yolanda Díaz (la cual ni siquiera quiso sentarse al lado de Sánchez esta vez en el banco azul del gobierno, sino junto a su grupo de Sumar), sacando a relucir el nombre de su padre (fallecido no hacía ni doce horas) para pedirle a Sánchez que se quedase. "en nombre de mi padre fallecido, no podemos permitir que vuelva a gobernar la derecha". Una intervención digna de una frivolidad extrema, ya que nunca se había visto a una tipeja como esta hacer electoralismo a base de un familiar recientemente fallecido. Qué lejos quedan ya aquellos años en los que Díaz exigía con la misma rotundidad que ayer defendía la permanencia de Sánchez, la salida de Rajoy de la Moncloa. Claro, eran los años de la Gürtel, Bárcenas, etc, y entonces esa corrupción sí había que combatirla. Esta, sin embargo, hay que encubrirla. Esta es la lucha contra la casta y la corrupción que defendía Podemos hace diez años. 

Pero aquí es donde viene lo gordo. Tras la intervención del presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo (una intervención muy en su línea tibia, simplista e hipócrita), seguida de la intervención de los socios de Sánchez, llegó el turno del presidente del gobierno, donde estuvo durante media hora exponiendo los casos de corrupción del PP, tanto de la época de Aznar como de la de Rajoy, así como de la época del PSOE de Felipe González (un dardo envenenado al ex presidente socialista tras las críticas de éste contra el propio Sánchez), así como contra los escándalos que afectan al propio Feijóo y de los cuales se ha venido hablando desde hace tiempo: su estrecha relación con un conocido narcotraficante y, por ende, su posible vinculación con el mundo de las drogas. 

Es entonces cuando Feijóo, tras echar en cara a Sánchez que airease los escándalos de Aznar, Rajoy y Felipe González (como buen socialista reprimido y ex votante felipista que es, se notó que a Feijóo le dolió más las acusaciones de Sánchez contra González que las vertidas contra Aznar y Rajoy) acusa a Sánchez, en un arrebato de ira, de algo que desde hace tiempo es un secreto a voces: la vinculación del todavía presidente del gobierno con los negocios de prostíbulos y saunas de homosexuales que regentaba su suegro, el padre de Begoña Gómez, Sabiniano Gómez. 

Estas declaraciones han supuesto un antes y un después en este nuevo asunto, el cual era un secreto a voces pero que con la afirmación de Feijóo ya se ha hecho oficial. Desde la prensa nacional hasta la prensa internacional (incluyendo "The Times"), se han hecho ya eco de la relación entre Sánchez y los negocios de prostitución, tanto en prostíbulos heterosexuales como homosexuales que regentaba Sabiniano Gómez y su hermano; así como las supuestas grabaciones que la familia de Begoña Gómez realizaba en las saunas homosexuales que tanto su padre como su tío dirigían y en las que, supuestamente, fueron grabados durante años políticos de todos los partidos, periodistas, jueces, fiscales, empresarios, banqueros y todo tipo de personajes vinculados a todos los sectores sociales de España. Unas grabaciones que supuestamente sirvieron de extorsión contra estos para que Sánchez, una vez casado con Begoña Gómez, despegase en su carrera política. 

Como es obvio entre la prensa afín a Sánchez, ya hay quienes afirman que Feijóo se ha pasado veinte pueblos al hacer este tipo de declaración. Yo creo que no se ha pasado en absoluto, sino que ha sido un arrebato por parte del presidente del PP ante las acusaciones que Sánchez estaba vertiendo contra él en ese momento. Un arrebato del cual Feijóo ya no puede volver a atrás, o quizás sí. Ante las acusaciones reiteradas de Sánchez contra el líder del PP sobre sus relaciones con el narcotráfico y las drogas, éste decidió sacar a la luz la relación del presidente del gobierno con el proxenetismo y la prostitución. Un asunto que se ha comentado en algunos sectores y donde se ha mencionado incluso que la contable de estas saunas era la propia Begoña Gómez. 

Digamos que Feijóo ha abierto sin buscarlo en un principio la caja de pandora y ha sacado, esta vez de forma definitiva, un caso extremadamente grave, el cual afecta ya de lleno tanto a Pedro Sánchez como a su mujer, y aunque sea una cuestión privada, se ha convertido, como no podía ser menos, en un asunto de interés público, ya que hablamos de lucro a costa de la prostitución y de extorsión a los clientes de las saunas a cambio de que éstos clientes (políticos, jueces, periodistas, empresarios, etc) apoyasen el ascenso político de Sánchez en su momento. 

Como se puede ver, estamos ante un escándalo de tal magnitud que si finalmente saliesen esos audios a la luz, así como la información sobre los prostíbulos, provocaría no ya una crisis en el PSOE o en el gobierno, sino una crisis sistémica donde miembros del Poder Judicial, la política, el periodismo, el empresarial y otros muchos sectores se verían afectados por esta bomba que haría explotar por los aires el denominado "régimen del 78". Personalmente no creo que esto vaya a ir a más, ya que hay muchos individuos de por medio. 

Y no me refiero solo a políticos, sino, como he dicho, a individuos de otros sectores de la sociedad (esta noche he escuchado incluso que del clero, en un programa de televisión). Como se puede ver, el asunto ya es lo suficientemente grave como para que alguien o algunos no peguen un toque de atención y digan "hasta aquí". La cuestión es ¿Saldrá Pedro Sánchez bien parado finalmente de esto si este escándalo no va a más? Puede ser. ¿Puede que el escándalo, ya pregonado a los cuatro vientos por Feijóo, sea imparable y a partir de ahora salga más información al respecto? No lo creo, aunque ya me espero de todo. 

Recordemos que si los clientes tanto de ese prostíbulo como de esas saunas eran miembros, no solo del PSOE sino de muchos otros partidos políticos, incluido el PP, Feijóo se habría pegado un tiro en el pie, de modo que tampoco le conviene hablar mucho más sobre este asunto. Por el momento, ayer por la tarde salió una información en la que se aseguraba que la vivienda privada de Pedro Sánchez la pagó su suegro gracias al dinero conseguido a través de los negocios de la prostitución. ¿Quedará aquí la cosa? Veremos a ver qué pasa. Yo, personalmente, creo que sí, aunque todo está por ver. 

Y por si fuera poco, a todo esto se le suma unos rumores que vienen pisando fuerte desde hace varias semanas, en los que se asegura que Pedro Sánchez, o su entorno, habrían filtrado a la UCO conversaciones del presidente con Letizia Ortiz, donde supuestamente la mujer de Felipe VI habría solicitado de Sánchez asesoramiento para desviar dinero a la República Dominicana. Un asesoramiento que, según algunos, entraría dentro de una relación más estrecha entre ambos y que trascendería la relación institucional. Una especie de relación Godoy-María Luisa de Parma 2.0, con Felipe VI repitiendo el papel de Carlos IV. 

Por supuesto, si ya soy escéptico con respecto a la publicación de más información con respecto a los prostíbulos y las saunas del suegro de Sánchez (el cual casualmente falleció hace justo un año, cuando iba a ser llamado a declarar por sus negocios turbios), más lo soy con respecto a este asunto, el cual involucraría de lleno no solo a Moncloa sino también a Zarzuela. Los que tienen conocimiento sobre parte del contenido aseguran que de salir a la luz, el caso Urdangarín quedaría en nada en comparación con esto. 

Según estos periodistas, los cuales han sido quienes han mencionado este caso (el cual insisto, no dejan de ser rumores, aunque muy potentes), esta filtración la habría realizado el propio Sánchez o su entorno como una especie de cortafuegos, con el objetivo de poner a prueba a la UCO si esta unidad decide ir hacia adelante con respecto a esta investigación. Si la UCO decide tirar hacia adelante, no solo debe llamar al Palacio de la Moncloa, sino también al Palacio de la Zarzuela, dinamitando ya definitivamente el régimen del 78, ya que estaríamos ante un escándalos de intereses económicos e incluso sentimentales y/o sexuales, los cuales involucrarían de lleno a la Jefatura del Estado y a la Jefatura del Gobierno. Ahí es nada. 

Y es que, si Letizia desviaba dinero a República Dominicana, a veces viajando en el Falcón junto a Pedro Sánchez, como algunos han apuntado, ¿Felipe VI era conocedor de esos desvíos, de esos viajes junto a Sánchez e incluso de esa relación entre el presidente y la reina consorte? ¿Esas cuentas estarían puestas a nombre de Letizia, de Sánchez, de Felipe o de sus hijas, Leonor y Sofía? ¿Y de dónde provenía ese dinero? Se habla de millones de euros, una cantidad que Letizia dudo que haya ganado en su vida, ni como reina consorte, ni mucho menos como periodista antes de su boda con Felipe VI. Algunos hablan de que esos millones serían parte de la herencia que Juan Carlos le habría legado a Felipe y que éste rechazó en 2020. Una renuncia que, por otra parte, no tenía ningún tipo de validez legal.

Mucho cuidado con esto porque si saliese a la luz, que no va a salir, esto llevaría consigo una implosión absoluta en la que un divorcio entre Felipe y Letizia, así como la dimisión de Pedro Sánchez no sería solo suficiente (tampoco lo sería la dimisión de Sánchez si salen a la luz más informaciones sobre los negocios de su suegro, así como los audios a esos clientes tan relevantes), sino que debería llevar consigo la abdicación de Felipe VI e incluso la renuncia al trono de sus hijas, así como la apertura del debate sobre el modelo de Estado y el fin del sistema de la Transición. 

No sé en qué acabará todo esto, pero todo parece indicar que va a ir más conforme pasen los meses. No hablo ya del escándalo de los negocios del suegro de Sánchez y la relación del presidente con estos, ni tampoco de esas supuestas informaciones sobre el jefe del ejecutivo y la ex periodista, Letizia Ortiz, sino de otros casos que en teoría están ya en manos de la UCO y que parece que van a ir saliendo más pronto que tarde. 

Algunos hablan ya de nuevos informes demoledores contra la actual presidenta del Congreso, la socialista Francina Armengol, otros sobre un informe contra el actual ministro de Política Territorial, el socialista Ángel Víctor Torres y otros sobre un próximo informe acerca de la financiación irregular del PSOE. Otros, sin embargo, hablan ya de una inminente entrada en prisión de José Luis Ábalos, lo cual supondría el culmen final que hace unos días explotó con la entrada en prisión de Santos Cerdán: dos ex-secretarios de Organización del PSOE consecutivos ingresando en prisión. 

Sea como fuere, lo cierto y verdad es que Pedro Sánchez cada vez está más arrinconado, pero a su vez sobrevive y resiste gracias a la respiración asistida a la que le someten sus socios, con el objetivo de sacarle más concesiones que nunca a cambio de una permanencia en la Moncloa que Sánchez necesita como la vida misma, no solo para permanecer en el poder a toda costa, sino para autoblindarse él y los suyos a estas alturas de la situación. La cuestión, viendo el panorama, ya no es solo si Sánchez llegará o no a 2027, sino en qué circunstancias llegará tanto él como España y el sistema del 78 si el presidente del gobierno consigue agotar la legislatura. 

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