Aunque no pensé que se llegase a aprobar ni a publicar en el BOE, ya que creía que de una forma u otra se frenaría, finalmente la polémica Ley de Amnistía ha entrado en vigor hoy al publicarse en el BOE tras sancionarla ayer el rey Felipe VI y aprobarse definitivamente el pasado día 30 de mayo en el Congreso de los Diputados. Se consume pues la tramitación parlamentaria de esta ley y a partir de hoy está en vigor en el Ordenamiento Jurídico español.
Debo reconocer, como he dicho antes, que no pensé que esta ley se llegase a aprobar finalmente, ya que su publicación en el BOE significaría la demolición del Estado de Derecho en España. Había muchísimo en juego y pensé que de alguna forma esta norma no acabaría llegando a buen puerto, bien fuese porque no hubiese acuerdo entre el PSOE y los independentistas, bien fuese porque surgiese algún "imprevisto" que provocase la suspensión de la tramitación, etc. El caso es que no ha sido así y finalmente tanto el PSOE como los independentistas se han salido con la suya. Y no solo éstos, ya que aquí hay mucho más de lo que en realidad se ha hablado, y hay intereses por parte de muchos más sectores que los anteriormente citados para que esta ley acabase entrando hoy en vigor finalmente.
Para empezar solo puedo decirle una cosa a los monárquicos lamebotas de Felipe VI: Joderos. Quienes se creían que el rey se plantaría con dos cojones y se negaría a firmar la ley cuando la tuviese encima de la mesa se han pegado un hostiazo de padre y muy señor mío. Y es que estos orgullosos plebeyos han estado desde noviembre dando por culo insistiendo una y otra vez en que Felipe VI, como supuesto garante de la unidad y soberanía de España, jamás iba a bajarse los pantalones sobre este asunto.
Finalmente, no solo se ha bajado los pantalones, sino que también se ha bajado los calzoncillos, y con toda la predisposición del mundo. Quizás, por mucho que a algunos le choque, su admirado rey sea partidario de la amnistía, como también lo es en el fondo el PP y el conjunto de todos los partidos políticos, aunque esto suponga la caída del Estado de Derecho en España.
Por otro lado debo decir que lo que ha realizado el rey era lo esperado. En España, por desgracia, tenemos una Monarquía Parlamentaria. Es decir, un sistema en el que la Jefatura del Estado no tiene poder decisorio ninguno al no tener una legitimación electoral ni democrática. De esta forma, el rey solo puede ejercer de notario y firmar todo lo que le pongan por delante, incluso su propia abdicación y exilio.
Por desgracia hay muchos imbéciles que siguen sin enterarse de qué va la película después de cincuenta años viviendo bajo el sistema de 1978, creyendo aún que el rey es una especie de autoridad máxima que tiene la capacidad de vetar leyes o incluso sacar al ejército a las calles si los intereses nacionales lo exigen. Que se olviden de ello. Esto puede ocurrir en países de nuestro entorno como Portugal, Francia o Italia, donde existe una República y el Jefe del Estado tiene la potestad para tomar este tipo de decisiones. Aquí el rey no puede actuar bajo ningún concepto, ya que está supeditado a lo que le mande el gobierno y las Cortes Generales.
Demasiado que el 3 de octubre de 2017, el gobierno de Mariano Rajoy le permitió, aunque fuese a regañadientes, dar un mensaje a la nación. Por cierto, un mensaje que con esta firma ha quedado en papel mojado y que demuestra que a Felipe VI solo le importa su trono y la permanencia de la Monarquía en España, con su hija al frente el día de mañana. Eso es lo único que le importa a este sujeto, el cual ha demostrado también que su única función es la de cobrar sus nueve millones de euros anuales procedentes de los Presupuestos Generales del Estado por el mero hecho de firmar un papel tras otro sin importar su legalidad o ilegalidad.
Menos mal que éste era "El preparado", como toda la prensa cortesana decía insistentemente durante los años que era Príncipe de Asturias. Si esta era la preparación de este sujeto, el cual tiene como única función firmar todo lo que se le ponga por delante sin consultar si es acorde o no a Derecho lo que está firmando, ha quedado demostrado que su preparación fue nefasta o que simplemente era un bulo. Tras este acto que corrobora la inutilidad de la figura actual del Jefe del Estado, ya saldrán dentro de poco los monárquicos de turno para excusar a su monarca, alegando que ha hecho lo que la Constitución le obliga. Por mi parte se pueden ir todos al carajo con ese cuento, y de paso que se lleven a su querido rey.
Por otra parte, aunque la ley se haya publicado hoy en el BOE, eso no excusa que la situación de Carles Puigdemont esté resuelta bajo ningún concepto. El juez Llarena ya ha confirmado hoy que, a pesar de la entrada en vigor de la amnistía, su orden de detención contra el ex presidente catalán sigue en pie. De esta forma, aunque la ley ha comenzado a partir de hoy a surtir efectos, serán los jueces y los tribunales los que tengan la última palabra. De hecho, los fiscales ya han anunciado al Fiscal General del Estado, Álvaro García Ortiz (El mismo que actúa bajo las órdenes de Sánchez), que no piensan tramitar la amnistía a Puigdemont, ya que consideran que su caso de malversación no se ajusta a lo estipulado en la Ley de Amnistía.
De esta forma, se abre ahora una guerra judicial que amenaza con hacerse eterna y que veremos a ver cuánto dura. Por el momento ya se ha iniciado el procedimiento para que el Tribunal de Cuentas consulte al Tribunal de Justicia de la Unión Europea sobre si es posible aplicar o no la amnistía en lo que respecta nuevamente a la malversación. Como se puede ver y como se ha dicho recientemente, acaba la fase política y comienza la fase judicial sobre la amnistía.
No voy a hacer mucho hincapié en los recursos de inconstitucionalidad que va a plantear a su vez el PP y otras instituciones ante el Tribunal Constitucional sobre la ley, ya que obviamente ésta deberá ser debatida en el Tribunal Constitucional que preside Cándido Conde-Pumpido, el mayor aliado de Pedro Sánchez en el Poder Judicial y un sicario judicial a sueldo del PSOE. Por mi parte, y teniendo en cuenta que el TC cuenta con mayoría progresista, ya doy por hecho de que el tribunal rechazará cualquier recurso que plantee cualquier institución. Más que nada porque a nadie le interesa que esta ley aberrante y vomitiva se eche atrás. Ni al PP de Feijóo le conviene para el futuro, ni al PSOE de Sánchez le interesa en el presente que esta norma se anule.
Una norma que acaba con el Estado de Derecho y confirma que los delitos de terrorismo, de prevariación, de malversación pública e incluso de desobediencia, como la convocatoria de un referéndum ilegal y la posterior proclamación de independencia de una parte del territorio español, no suponen ninguna ilegalidad, lo cual crea un peligrosísimo precedente de aquí al futuro, ya que con esta ley se ampara y respalda cualquier tipo de malversación, prevaricación, terrorismo y desobediencia por parte de un grupo de criminales contra el Estado. Estamos pues ante una situación gravísima en la que un país se doblega ante sus enemigos, instándoles de esta forma a realizar en el futuro las mismas acciones por las que han sido amnistiados hoy.
Una amnistía que finalmente ha sido una ley hecha a medida de Puigdemont, el cual ha dictado desde Waterloo el contenido íntegro que debía contener la ley, incluyendo, como es lógico, los delitos que debían ser amnistiados y por los que él estaba acusado. Hasta tal punto ha llegado el dictamen de Puigdemont sobre Sánchez a la hora de elaborar la ley que los propios socialistas se han pegado un tiro en el pie a la hora de introducir la fecha en la que dan comienzo los delitos que se han amnistiado hoy.
La ley establece como fecha inicial noviembre de 2011 y como fecha final noviembre de 2023. Es decir, con este apartado se reconoce que el procés comenzó durante la época no ya de Mariano Rajoy, sino de José Luis Rodríguez Zapatero como presidente del gobierno, lo cual confirma que el proceso de secesión comenzó un mes antes de que los socialistas abandonasen el poder en diciembre de 2011. Una buena forma de reconocer implícitamente que todo comenzó como consecuencia de la implantación de aquel maldito estatuto que nadie en Cataluña exigía en su momento, salvo los socialistas de Pascual Maragall con el respaldo del PSOE de José Luis Rodríguez Zapatero a nivel nacional. De aquellos polvos, estos lodos.
Finalmente, aunque la ley ha entrado en vigor hoy, ello no excusa que la situación vaya a quedarse ahí. Si hace un mes dije que Cataluña había enterrado el procés y resucitado el tripartito, parece ser que tanto en Junts como en ERC se resisten a morir. La formación de la mesa del parlamento catalán, con el nombramiento como presidente de un títere de Puigdemont, el cual fue condenado por sedición en 2019, vaticina que casi con toda seguridad los catalanes volverán a las urnas en otoño de este año.
Y es que con el nombramiento de ayer de este tipo, Junts vuelve a controlar el parlamento catalán, lo cual nos lleva a dos escenarios que yo personalmente daba ya por descartados completamente: O Puigdemont es investido presidente o Cataluña se encamina a una repetición electoral. Una investidura que quizás ni se llegue a producir, ya que con la confirmación de Llarena en el día de hoy manteniendo la orden de detención de Puigdemont, el regreso del prófugo sigue estando en el aire, lo cual afectará a lo que suceda en los próximos meses no solo en Cataluña sino también en el resto de España.
De esta forma, aunque la amnistía ya se haya publicado en el BOE, la situación política en España sigue estando bajo el control de Puigdemont, aunque no la judicial. Y es que a pesar de tener la ley ya en vigor, el fugitivo catalán sigue sin ver claro su regreso a España ante el movimiento que a partir de ahora comenzarán a ejercer los tribunales tanto en España como en la UE para paralizar los beneficios que la Ley de Amnistía le otorga. En este escenario, su vuelta puede retrasarse unos meses más o quién sabe si indefinidamente si la situación judicial se le complica aún estando ya en vigor la ley.
Pese a todo esto, Puigdemont sigue dirigiendo desde el plano político la situación en España, siendo él quien verdaderamente toma las decisiones sobre lo que hay o no que hacer ante la permanente sumisión y obediencia de Sánchez, el cual seguirá ejecutando todo lo que el ex presidente catalán le ordene, ya sea desde el extranjero o desde España, ante el temor de que éste le retire su apoyo y por ello su continuidad en la Moncloa se vea una vez más en peligro.
Como se puede ver, la situación en España es surrealista, insólita, decadente y extremadamente grave, ya que un prófugo de la Justicia ha doblegado al Estado tras rebelarse contra él. Y todo por la ambición ilimitada de un tipejo que no es nadie si no está en el poder, y por la inutilidad de otro cuyo único objetivo es el de mantener a salvo la dinastía que representa. España se encuentra pues en manos de sus mayores traidores y enemigos, y con este escenario es imposible que la situación acabe bien.
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