lunes, 17 de junio de 2024

Objetivo: Salvar a la Monarquía


No tenía pensado escribir esta entrada porque supuse que algo parecido iba a ocurrir, pero no me imaginé que fuese tan constante, cansino y a la vez tan vergonzoso como humillante. Me refiero a la descarada campaña que en estos días se está realizando desde diversos medios, sobre todo de derechas, en favor de la Monarquía y de la figura de Felipe VI y Leonor de Borbón. Una campaña que "casualmente" se ha producido tan solo una semana después de que el rey firmase la polémica Ley de Amnistía.

Y es que aunque los medios hacen uso de los diez años de reinado de Felipe VI (Diez años de los que ya hablé en febrero de este año) para hacer gala de esta campaña de lavado de imagen, la verdad es que todo obedece a una operación por parte de los medios conservadores y liberales para defender a toda costa la Monarquía y salvaguardarla del gobierno de Pedro Sánchez, sobre todo desde que el rey sancionase la amnistía hace unos días. Una sanción que muchos españoles no han dejado pasar por alto y que han criticado abiertamente en las redes sociales y en otros foros de opinión.

Días después de estas críticas que han provocado en algún que otro caso que más de uno se haya pasado del bando monárquico al republicano, los medios favorables a la Corona han empezado a hacer uso de sus encuestas de valoración y artículos de opinión para alabar por todo lo alto la figura del rey, al que definen como "el garante de la Constitución, la soberanía nacional y la unidad de España", a la vez que publican encuestas en las que sospechosamente la Monarquía está perfectamente valorada por los ciudadanos, mientras que Felipe VI y, atención, Leonor de Borbón son los que mayores notas sacan en esas supuestas encuestas. 

No es casual, como ya he dicho, que esto esté saliendo en estos momentos. ¿Por qué? Por la sencilla razón de que la figura del rey ha quedado abiertamente en entredicho a la hora de sancionar la Ley de Amnistía. Una ley que, al igual que cualquier otra norma, no podía negarse a firmar Felipe VI, pero que demuestra la extrema debilidad en la que se encuentra no ya el propio rey sino la Jefatura del Estado en el sistema constitucional actual. Un sistema en el que los llamados Padres de la Constitución idearon que la figura del rey no tuviese ningún tipo de poder en el sistema político nacido en 1978. 

Insisto, no hablamos ya de una persona en concreto, en este caso Felipe VI, que no puede actuar desde el punto de vista legal contra cualquier disposición normativa que apruebe el Parlamento o el gobierno, sino de una institución que no posee ningún poder ejecutivo ya que ese poder se lo despojaron los constituyentes en 1978 a la hora de redactar la actual Constitución española. De hecho basta con remontarse al año 2006, cuando ya en tiempos de Zapatero se aprobó el dichoso estatuto de Cataluña, en cuyo preámbulo (Texto que no tiene valor jurídico pero que está en la norma) se reconocía a Cataluña como una nación. ¿Hizo algo el entonces rey de España, Juan Carlos I, para frenar esa Ley Orgánica? En absoluto. La sancionó y con mucha predisposición, todo hay que decirlo. 

De hecho, en un libro titulado "Con el rey y contra el rey" se menciona cómo Juan Carlos I estaba en un principio preocupado por la elaboración del estatuto catalán hasta que habló con el entonces presidente de la generalitat catalana, Pascual Maragall, el cual le dijo que no había nada de lo que preocuparse y que, con este reconocimiento a Cataluña, el rey ya no sería monarca de una nación, sino de dos. Parece que la idea de convertirse en rey de dos naciones a la vez le agradó a Juan Carlos I, no volviendo a preocuparse más por el asunto. De esta forma se demuestra que el problema no es solo las nulas funciones que la Constitución otorga a la Monarquía en un sistema parlamentario como el nuestro, sino el comportamiento ruin, traidor y miserable de los Borbones, los cuales solo se han preocupado en estos 300 años en mantener su titularidad sobre la Corona de España sin importarles si había a su vez una España sobre la que reinar.

Como ya dije en mi última entrada, esta situación de bloquear cualquier capacidad de acción hacia el Jefe del Estado no sucede en otros países republicanos de nuestro entorno, donde el Presidente de la República posee poderes para vetar leyes, disolver el parlamento, formar gobierno, etc. Aquí no existe nada de eso, ya que vivimos en un sistema monárquico donde la carencia de una legitimidad democrática por parte de la Monarquía provoca que sus titulares no tengan ningún poder decisorio o ejecutivo en los asuntos de Estado. Por otro lado cabe decir que los anteriormente citados Padres de la Constitución quisieron despojar al monarca de cualquier toma de decisión en los asuntos públicos, ya que los Borbones habían dado sobradas muestras a la hora de tomar decisiones políticas controvertidas en sus respectivos reinados. 

Fernando VII, Isabel II y más recientemente Alfonso XIII, fueron los monarcas que más polémicas suscitaron a la hora de tomar decisiones. De esta forma, aquellos que elaboraron la Constitución lo hicieron precisamente por ese motivo, sobre todo porque el recuerdo de las malas decisiones tomadas por Alfonso XIII, las cuales fueron cruciales para los eventos que posteriormente se produjeron en España (II República, Guerra Civil, Franquismo), estaban todavía muy recientes en la memoria de los españoles en 1978.

De esta forma, la Monarquía actual carece de ningún poder que permita garantizar nada desde 1978. ¿O acaso Felipe VI garantiza la unidad de España si Pedro Sánchez le pone mañana una norma que regule la convocatoria de un referéndum en Cataluña, País Vasco o cualquier otra región de España? ¿Acaso Felipe VI garantiza la soberanía nacional que se nos ha ido despojando a los españoles a través de las sesiones de soberanía a instituciones supranacionales mientras él se dedica a ir a las reuniones del grupo Bilderberg? ¿Acaso Felipe VI puede garantizar los derechos y libertades de los españoles que en 2020 fueron pisoteados por Sánchez cuando decretó un Estado de Excepción encubierto que nos dejó confinados y sin posibilidad de actuar durante un año?

Seamos serios, la figura del rey de España y de la institución monárquica no sirven absolutamente para nada ni garantizan nada en el sistema constitucional actual. Y esto es algo que esos mismos periodistas, por llamarles educadamente, saben perfectamente. Del mismo modo que saben perfectamente que aunque la Corona en España es una institución simbólica, es a su vez la columna vertebral que sostiene el régimen político nacido de la Transición española. Si la Monarquía cae, cae a su vez el sistema de la Transición, y eso es precisamente lo que muchos no quieren ver ni en pintura.

Y es que por desgracia, mientras la izquierda española vive del odio póstumo a Franco, la derecha española vive del miedo a la II República. Esos sujetos que se hacen llamar conservadores y/o liberales son aquellos que se asustan en cuanto oyen la palabra "República", ya que se les viene a la mente al instante la persecución que los rojos hacían contra los católicos y contra los conservadores, creyendo a su vez de forma ignorante y paranóica que una nueva República traería consigo los mismos escenarios. 

Pero parece ser que se olvidan que, aunque todavía no hemos llegado a los fusilamientos, la estigmatización por parte de la izquierda contra toda la España que no comulgamos con el progresismo es ya una realidad, y eso se está produciendo en una España que vive aún bajo un sistema monárquico, no republicano. Que no se les olviden cuando se les llena la boca a la hora de hablar de estabilidad, moderación, derechos, libertades, etc. 

Estos mismos periodistas que hablan abiertamente de las ventajas que supone tener un rey según ellos, son los mismos que avisan que el sistema está en peligro como consecuencia de esa misma Ley de Amnistía y de las leyes que Sánchez ya está preparando para perseguir a todo aquél que se pronuncie de forma hostil hacia su gobierno. Por esa regla de tres no habría nada que temer, ya que tenemos a este maravilloso y preparado rey que nos garantiza nuestro sistema de derechos y libertades, así como nuestra soberanía y unidad nacional. ¿O acaso están contradiciéndose ellos mismos a la hora de defender a rey que no tiene poder para garantizar lo que ellos mismos aseguran que está en peligro de ser destruido y que es función constitucional del rey garantizar? 

No hay duda de que todo lo que quiera hacer y destruir Pedro Sánchez lo acabará sacando adelante. Ya se ha demostrado con la amnistía y se demostrará, por desgracia, con las peligrosas medidas que el PSOE tiene pensado aprobar dentro de unas semanas a la hora de controlar el Consejo General del Poder Judicial y los medios de comunicación hostiles a su gobierno. Y ni el rey ni nadie podrá frenar nada de lo que haga, por muchas encuestas manipuladas y artículos lameculos de apesebrados cuyo único fin es el de no poner en riesgo la permanencia de su adorado rey al frente de la Jefatura del Estado, ni tampoco la llegada al trono de Leonor de Borbón en el futuro. 

Debo añadir que, aunque todos criticamos a Sánchez por su política y por su forma de destruir todo lo que se propone, hay que reconocer que Sánchez no es el único problema que tiene España. Sánchez es solo una pieza dentro del ajedrez, siendo el ajedrez la propia Constitución de 1978. Pedro Sánchez es solo un tipejo que actúa de forma astuta aprovechando los grandes fallos que tiene el sistema político actual, y de ello se vale. El problema no es pues el actual presidente del gobierno (Que lo es en parte), sino el sistema del que éste se ha servido para ser jefe del ejecutivo, el cual es el origen de todos los problemas que padece este país desde 1978 con la Corona a la cabeza. Esa misma Corona que esos llamados periodistas defienden como la vida misma. 

Por cierto, entre los periodistas que están estos días al frente de esta operación de lavado de imagen hacia la Monarquía está Juan Fernández-Miranda, sobrino nieto del que fuera presidente de las Cortes, Torcuato Fernández-Miranda, al cual se le define como "El guionista de la Transición". Pues bien, cabe decir que el propio Torcuato afirmó en 1980 estar profundamente arrepentido de haber dado el sí a la Constitución, la cual según él traería el fin de España a través del título VIII de la Carta Magna (La organización territorial del Estado). Según el propio Torcuato, jamás se debió incluir el término "Nacionalidades" en el título preliminar, y aseguró que las autonomías traerían más división y desigualdad entre los españoles, acabando con la autodeterminación de las llamadas "Comunidades históricas" tras sacarle todo el autogobierno posible al Estado. 

Y por otro lado criticó el papel de la Monarquía, a la cual no le veía futuro, ya que los constituyentes habían despojado al rey de cualquier margen de maniobra en caso de que su actuación fuese requerida. De esta forma Torcuato creía que la Monarquía acabaría desacreditada por su inutilidad, lo cual traería con ello la instauración de una República en el futuro. Esto que estoy comentando no me lo estoy inventando yo, sino que viene recogido en un artículo firmado en 2020 por un periodista llamado Julio Merino y cuyo titular es: "El día que el estratega de la Transición, Torcuato Fernández-Miranda, lloró y se arrepintió de dar el sí a las autonomías". Quien quiera buscar esa publicación, está disponible en Internet. Supongo que su sobrino nieto o bien no conoce esta historia (Cosa que dudo) o bien se ha vendido a los Borbones, traicionando el recuerdo de su tío abuelo. 

En definitiva, tenemos estos días por tierra, mar y aire una clara y vergonzosa campaña de lavado de cara hacia la Monarquía como consecuencia del papel que ha ejercido Felipe VI en la tramitación de la Ley de Amnistía. Sabía que en estos días habría una campaña de lavado de imagen hacia los Borbones, lo que no imaginé es que fuese tan descarada ni tan excesiva. Basta con entrar en las redes sociales y ver por todas partes artículos y encuestas de opinión en favor de la Monarquía. 

En fin, nada nuevo bajo el sol. Sobre todo teniendo en cuenta la clase de gentuza que pulula por el periodismo español y por otros sectores de la vida nacional, los cuales han estado toda la vida riéndole las gracias a Juan Carlos I y actualmente a su hijo, Felipe VI. Obviamente el día de mañana lo harán también con Leonor de Borbón, la cual será con toda seguridad reina de España, a tenor del respaldo unánime que la prensa le está dando a la Casa Real en estos momentos en los que precisamente habría que cuestionar más que nunca el papel de la Corona en España. 

Los Borbones pueden estar tranquilos, ya que gracias al trabajo que estos días están realizando sus lacayos periodistas y a la memoria de pez que tienen los españoles, la continuidad de la dinastía Borbón en nuestro país está asegurada. La cuestión es: ¿Está asegurado el futuro nuestro y el del país en su conjunto? Ahí la respuesta es más bien negativa, pero eso es lo de menos. Ahora toca, como buenos súbditos, seguir aplaudiendo a nuestro bien amado rey y a su familia en los actos y desfiles por todo lo que nuestra Casa Real hace por nuestro desdichado país. 

miércoles, 12 de junio de 2024

Llegó la amnistía


Aunque no pensé que se llegase a aprobar ni a publicar en el BOE, ya que creía que de una forma u otra se frenaría, finalmente la polémica Ley de Amnistía ha entrado en vigor hoy al publicarse en el BOE tras sancionarla ayer el rey Felipe VI y aprobarse definitivamente el pasado día 30 de mayo en el Congreso de los Diputados. Se consume pues la tramitación parlamentaria de esta ley y a partir de hoy está en vigor en el Ordenamiento Jurídico español. 

Debo reconocer, como he dicho antes, que no pensé que esta ley se llegase a aprobar finalmente, ya que su publicación en el BOE significaría la demolición del Estado de Derecho en España. Había muchísimo en juego y pensé que de alguna forma esta norma no acabaría llegando a buen puerto, bien fuese porque no hubiese acuerdo entre el PSOE y los independentistas, bien fuese porque surgiese algún "imprevisto" que provocase la suspensión de la tramitación, etc. El caso es que no ha sido así y finalmente tanto el PSOE como los independentistas se han salido con la suya. Y no solo éstos, ya que aquí hay mucho más de lo que en realidad se ha hablado, y hay intereses por parte de muchos más sectores que los anteriormente citados para que esta ley acabase entrando hoy en vigor finalmente.
 
Para empezar solo puedo decirle una cosa a los monárquicos lamebotas de Felipe VI: Joderos. Quienes se creían que el rey se plantaría con dos cojones y se negaría a firmar la ley cuando la tuviese encima de la mesa se han pegado un hostiazo de padre y muy señor mío. Y es que estos orgullosos plebeyos han estado desde noviembre dando por culo insistiendo una y otra vez en que Felipe VI, como supuesto garante de la unidad y soberanía de España, jamás iba a bajarse los pantalones sobre este asunto. 

Finalmente, no solo se ha bajado los pantalones, sino que también se ha bajado los calzoncillos, y con toda la predisposición del mundo. Quizás, por mucho que a algunos le choque, su admirado rey sea partidario de la amnistía, como también lo es en el fondo el PP y el conjunto de todos los partidos políticos, aunque esto suponga la caída del Estado de Derecho en España. 

Por otro lado debo decir que lo que ha realizado el rey era lo esperado. En España, por desgracia, tenemos una Monarquía Parlamentaria. Es decir, un sistema en el que la Jefatura del Estado no tiene poder decisorio ninguno al no tener una legitimación electoral ni democrática. De esta forma, el rey solo puede ejercer de notario y firmar todo lo que le pongan por delante, incluso su propia abdicación y exilio. 

Por desgracia hay muchos imbéciles que siguen sin enterarse de qué va la película después de cincuenta años viviendo bajo el sistema de 1978, creyendo aún que el rey es una especie de autoridad máxima que tiene la capacidad de vetar leyes o incluso sacar al ejército a las calles si los intereses nacionales lo exigen. Que se olviden de ello. Esto puede ocurrir en países de nuestro entorno como Portugal, Francia o Italia, donde existe una República y el Jefe del Estado tiene la potestad para tomar este tipo de decisiones. Aquí el rey no puede actuar bajo ningún concepto, ya que está supeditado a lo que le mande el gobierno y las Cortes Generales. 

Demasiado que el 3 de octubre de 2017, el gobierno de Mariano Rajoy le permitió, aunque fuese a regañadientes, dar un mensaje a la nación. Por cierto, un mensaje que con esta firma ha quedado en papel mojado y que demuestra que a Felipe VI solo le importa su trono y la permanencia de la Monarquía en España, con su hija al frente el día de mañana. Eso es lo único que le importa a este sujeto, el cual ha demostrado también que su única función es la de cobrar sus nueve millones de euros anuales procedentes de los Presupuestos Generales del Estado por el mero hecho de firmar un papel tras otro sin importar su legalidad o ilegalidad. 

Menos mal que éste era "El preparado", como toda la prensa cortesana decía insistentemente durante los años que era Príncipe de Asturias. Si esta era la preparación de este sujeto, el cual tiene como única función firmar todo lo que se le ponga por delante sin consultar si es acorde o no a Derecho lo que está firmando, ha quedado demostrado que su preparación fue nefasta o que simplemente era un bulo. Tras este acto que corrobora la inutilidad de la figura actual del Jefe del Estado, ya saldrán dentro de poco los monárquicos de turno para excusar a su monarca, alegando que ha hecho lo que la Constitución le obliga. Por mi parte se pueden ir todos al carajo con ese cuento, y de paso que se lleven a su querido rey. 

Por otra parte, aunque la ley se haya publicado hoy en el BOE, eso no excusa que la situación de Carles Puigdemont esté resuelta bajo ningún concepto. El juez Llarena ya ha confirmado hoy que, a pesar de la entrada en vigor de la amnistía, su orden de detención contra el ex presidente catalán sigue en pie. De esta forma, aunque la ley ha comenzado a partir de hoy a surtir efectos, serán los jueces y los tribunales los que tengan la última palabra. De hecho, los fiscales ya han anunciado al Fiscal General del Estado, Álvaro García Ortiz (El mismo que actúa bajo las órdenes de Sánchez), que no piensan tramitar la amnistía a Puigdemont, ya que consideran que su caso de malversación no se ajusta a lo estipulado en la Ley de Amnistía. 

De esta forma, se abre ahora una guerra judicial que amenaza con hacerse eterna y que veremos a ver cuánto dura. Por el momento ya se ha iniciado el procedimiento para que el Tribunal de Cuentas consulte al Tribunal de Justicia de la Unión Europea sobre si es posible aplicar o no la amnistía en lo que respecta nuevamente a la malversación. Como se puede ver y como se ha dicho recientemente, acaba la fase política y comienza la fase judicial sobre la amnistía. 

No voy a hacer mucho hincapié en los recursos de inconstitucionalidad que va a plantear a su vez el PP y otras instituciones ante el Tribunal Constitucional sobre la ley, ya que obviamente ésta deberá ser debatida en el Tribunal Constitucional que preside Cándido Conde-Pumpido, el mayor aliado de Pedro Sánchez en el Poder Judicial y un sicario judicial a sueldo del PSOE. Por mi parte, y teniendo en cuenta que el TC cuenta con mayoría progresista, ya doy por hecho de que el tribunal rechazará cualquier recurso que plantee cualquier institución. Más que nada porque a nadie le interesa que esta ley aberrante y vomitiva se eche atrás. Ni al PP de Feijóo le conviene para el futuro, ni al PSOE de Sánchez le interesa en el presente que esta norma se anule. 

Una norma que acaba con el Estado de Derecho y confirma que los delitos de terrorismo, de prevariación, de malversación pública e incluso de desobediencia, como la convocatoria de un referéndum ilegal y la posterior proclamación de independencia de una parte del territorio español, no suponen ninguna ilegalidad, lo cual crea un peligrosísimo precedente de aquí al futuro, ya que con esta ley se ampara y respalda cualquier tipo de malversación, prevaricación, terrorismo y desobediencia por parte de un grupo de criminales contra el Estado. Estamos pues ante una situación gravísima en la que un país se doblega ante sus enemigos, instándoles de esta forma a realizar en el futuro las mismas acciones por las que han sido amnistiados hoy. 

Una amnistía que finalmente ha sido una ley hecha a medida de Puigdemont, el cual ha dictado desde Waterloo el contenido íntegro que debía contener la ley, incluyendo, como es lógico, los delitos que debían ser amnistiados y por los que él estaba acusado. Hasta tal punto ha llegado el dictamen de Puigdemont sobre Sánchez a la hora de elaborar la ley que los propios socialistas se han pegado un tiro en el pie a la hora de introducir la fecha en la que dan comienzo los delitos que se han amnistiado hoy.
 
La ley establece como fecha inicial noviembre de 2011 y como fecha final noviembre de 2023. Es decir, con este apartado se reconoce que el procés comenzó durante la época no ya de Mariano Rajoy, sino de José Luis Rodríguez Zapatero como presidente del gobierno, lo cual confirma que el proceso de secesión comenzó un mes antes de que los socialistas abandonasen el poder en diciembre de 2011. Una buena forma de reconocer implícitamente que todo comenzó como consecuencia de la implantación de aquel maldito estatuto que nadie en Cataluña exigía en su momento, salvo los socialistas de Pascual Maragall con el respaldo del PSOE de José Luis Rodríguez Zapatero a nivel nacional. De aquellos polvos, estos lodos. 

Finalmente, aunque la ley ha entrado en vigor hoy, ello no excusa que la situación vaya a quedarse ahí. Si hace un mes dije que Cataluña había enterrado el procés y resucitado el tripartito, parece ser que tanto en Junts como en ERC se resisten a morir. La formación de la mesa del parlamento catalán, con el nombramiento como presidente de un títere de Puigdemont, el cual fue condenado por sedición en 2019, vaticina que casi con toda seguridad los catalanes volverán a las urnas en otoño de este año. 

Y es que con el nombramiento de ayer de este tipo, Junts vuelve a controlar el parlamento catalán, lo cual nos lleva a dos escenarios que yo personalmente daba ya por descartados completamente: O Puigdemont es investido presidente o Cataluña se encamina a una repetición electoral. Una investidura que quizás ni se llegue a producir, ya que con la confirmación de Llarena en el día de hoy manteniendo la orden de detención de Puigdemont, el regreso del prófugo sigue estando en el aire, lo cual afectará a lo que suceda en los próximos meses no solo en Cataluña sino también en el resto de España. 

De esta forma, aunque la amnistía ya se haya publicado en el BOE, la situación política en España sigue estando bajo el control de Puigdemont, aunque no la judicial. Y es que a pesar de tener la ley ya en vigor, el fugitivo catalán sigue sin ver claro su regreso a España ante el movimiento que a partir de ahora comenzarán a ejercer los tribunales tanto en España como en la UE para paralizar los beneficios que la Ley de Amnistía le otorga. En este escenario, su vuelta puede retrasarse unos meses más o quién sabe si indefinidamente si la situación judicial se le complica aún estando ya en vigor la ley. 

Pese a todo esto, Puigdemont sigue dirigiendo desde el plano político la situación en España, siendo él quien verdaderamente toma las decisiones sobre lo que hay o no que hacer ante la permanente sumisión y obediencia de Sánchez, el cual seguirá ejecutando todo lo que el ex presidente catalán le ordene, ya sea desde el extranjero o desde España, ante el temor de que éste le retire su apoyo y por ello su continuidad en la Moncloa se vea una vez más en peligro. 

Como se puede ver, la situación en España es surrealista, insólita, decadente y extremadamente grave, ya que un prófugo de la Justicia ha doblegado al Estado tras rebelarse contra él. Y todo por la ambición ilimitada de un tipejo que no es nadie si no está en el poder, y por la inutilidad de otro cuyo único objetivo es el de mantener a salvo la dinastía que representa. España se encuentra pues en manos de sus mayores traidores y enemigos, y con este escenario es imposible que la situación acabe bien. 

lunes, 10 de junio de 2024

9-J: Todo sigue como estaba


Las elecciones europeas de esta noche se han saldado con un resultado que deja la situación exactamente en el mismo lugar en el que estábamos a nivel nacional. El PP ha ganado por la mínima con un resultado insuficiente y el PSOE resiste en el peor momento de Pedro Sánchez. Este resultado demuestra una vez más que lo de este país no tiene solución posible y que la corrupción y la irresponsabilidad política es recompensada en las urnas por parte de los votantes.

Por un lado tenemos al PP de Alberto Núñez Feijóo, el cual se creía que iba a barrer del mapa a su admirado PSOE y se ha encontrado con un resultado que le ha dado la victoria por la mínima con 22 eurodiputados. Y es que los populares se han llevado una victoria ajustada cuando hace tan solo unas semanas se hablaba de un resultado aplastante en favor de los de Feijóo. Una prueba más de la enorme confianza que destilan los populares en estos momentos en toda España (Nótese la ironía). 

Está claro que por mucho que algunos peperos hablen abiertamente de que Feijóo es el líder del PP que ha ganado estas elecciones, así como las generales y municipales del año pasado, la verdad es que estamos ante un tipejo que no destila ninguna simpatía ni confianza entre los ciudadanos ni entre sus propios votantes. Pero eso obviamente le importa tres pepinos a Feijóo, el cual ve que con esta victoria por los pelos, su futuro en el PP no se pondrá de momento encima de la mesa. 

Lo del PSOE ya es digno de estudio. Se han quedado a las puertas de ganar por solo dos eurodiputados en el peor momento del socialismo español y de Pedro Sánchez (20 eurodiputados, solo dos menos que el PP). Con la imputación de Begoña Gómez, el estallido del caso Koldo, la amnistía, etc, el PSOE resiste y casi consigue un empate técnico con el PP en el peor momento que atraviesa España en décadas por culpa de la totalitaria y polarizada política de Sánchez. Un Sánchez que en estos momentos respira aliviado al ver cómo sus súbditos le recompensan electoralmente tras la imputación de su mujer o los escándalos de corrupción que afectan a su partido y a su gobierno. Pensará que sus votantes son gilipollas. Y la verdad es que lo son, aparte de totalitarios y sectarios. 

Del resto de partidos no voy a hablar mucho. VOX saca solo dos eurodiputados más que en las pasadas elecciones europeas y Sumar se viene abajo con Podemos pisándole las botas. Hay que recordar que estos partidos (VOX, Podemos, etc) eran los que en su día se presentaron como partidos que renegaban de la Europa burócrata y elitista. Pues bien, parece ser que se han acostumbrado bastante bien a esa Europa que ellos tanto criticaban. Esto demuestra una vez más la doble cara de los sujetos que se presentan por estos nuevos partidos. 

Por un lado tenemos al tal Jorge Buxadé, un tipo que pasó primero por Falange Española, luego por el PP (Menudo cambio) y posteriormente a VOX. Un tipejo que solo buscaba su carguito de un partido a otro y que finalmente ha conseguido su objetivo, aunque para ello haya pasado del nacionalsindicalismo al conservadurismo liberal. Por otro lado tenemos a la liberadora de violadores, Irene Montero, la cual ha sido recompensada por sus votantes (Supongo que por los mismos violadores y asesinos que ella ha soltado) obteniendo un carguito en Europa tras quedarse en paro al cesarla Sánchez al formar su nuevo gobierno en noviembre. La vida es muy dura, la política es muy golosa y las cajas de supermercados muy heteropatriarcales para una sujeta como Montero. Ahí tiene pues su inmerecida recompensa.

Y ya por último tenemos al fenómeno del año: Alvise Pérez. Ese tipo que ha ido de antisistema por la vida y por las redes sociales y que ha montado en dos días un partido con el objetivo de obtener inmunidad parlamentaria a la hora de ser denunciados por aquellos a los que él acusa de pertenecer a la "casta política". Creo que ese término ya nos suena de algo, ¿No? Pues bien, este personaje ha obtenido finalmente su escaño en Bruselas y con ello la inmunidad parlamentaria que tanto ansiaba. Eso sí, todo para luchar en contra de la casta, que conste. Ahora supongo que sorteará su modesto sueldo entre sus seguidores/votantes, tal y como les prometió por las redes sociales. O quizás ahora alegue que en defensa de la lucha contra la corrupción se queda para él su nuevo sueldo. 

En Europa la situación es algo más diferente, aunque no tanto como cree el personal. Le Pen gana en Francia y Macron ha anunciado hace algo más de tres hora la disolución de la Asamblea Nacional francesa y la convocatoria de elecciones legislativas (Que no elecciones presidenciales, como algunos creen) para finales de este mes de junio. Los franceses pues tendrán desde esta noche hasta la celebración de los comicios la palabra "Ultraderecha" sonando por todos los rincones del país galo. 

En Alemania por su parte la denominada por el sistema como "Ultraderecha" ha quedado segunda tras la CDU, la cual ha ganado los comicios con el SPD hundido. Y en Italia ha ganado Meloni, la cual se ha postulado también para el Parlamento Europeo. Y es que la pobre supongo que no tendrá bastante con el sueldo que gana como primera ministra italiana que también ha querido presentarse como candidata a eurodiputada alegando que no pensaba dimitir como jefa del gobierno italiano si obtenía su escaño. ¿Para qué tener un cargo y un sueldo público cuando puedes tener dos? 

Todavía hay ignorantes que creen que AfD (El supuesto partido ultraderechista alemán), Le Pen o Meloni son lo que ellos denominan "La extrema derecha". Ya hemos visto lo "ultraderechista" que es Meloni, la cual está ya prácticamente integrada en el Partido Popular Europeo, ese que ha designado a la abominable Ursula Von der Leyen como candidata a presidir nuevamente la Comisión Europea otros cinco años más. O Le Pen, la cual ha asumido ya practicamente el programa de lo que en su día fue el Partido Socialista francés (Incluido el aborto) y ha reunido hacia ella a todos los votantes de la izquierda histórica francesa. En fin, a cualquier cosa se le llama no ya "Ultraderecha", sino derecha simplemente. Ello demuestra el nivel de manipulación, desinformación e ignorancia que pulula por el mundo. 

Volviendo a España debo decir que con estos resultados, el PP puede irse olvidando de presentar una moción de censura a Sánchez de forma inminente. Personalmente no creo que esa haya sido la intención de Feijóo en ningún momento, pero con este resultado esa posibilidad queda completamente descartada. Todo ha quedado tal y como estaba. Con un PP ganando por los pelos pero de forma insuficiente y con el PSOE manteniendo el apoyo absoluto de sus bases en el peor momento de Sánchez y del socialismo español, con la corrupción de éstos acechando por todas partes. 

Pero bueno, ¿Qué podemos esperar de una masa inhumana tan miserable como son los votantes del PSOE? Esos sujetos que apoyan los acuerdos con ETA y con el independentismo catalán mientras vitorean personalmente a la mujer del presidente del gobierno en los mítines horas después de que ésta sea imputada judicialmente. La diferencia entre los votantes del Partido Nazi con la de los votantes del PSOE es menor de la que algunos se creen. 

Y también hay que decir que con este resultado, las posibilidades de que Sánchez convoque elecciones generales para este año quedan completamente descartadas. Con esta "dulce derrota", Sánchez y el PSOE venderán como una "victoria moral" el apoyo electoral de sus bases al presidente del gobierno en el peor momento político de éste. Y lo peor es que es verdad, ya que el PSOE ha conseguido que los suyos vayan en masa a votar a su líder cuando la Justicia está llamando a las mismas puertas del Palacio de la Moncloa, lo cual corrobora la idea de que los votantes del PSOE (Y de cualquier otro partido) respaldan y apoyan a aquellos sujetos y a sus familias que se han lucrado con dinero público y que ahora están siendo llamados por los Tribunales. Esto es España y lo de esta noche no es más que otro capítulo que confirma que, como diría Fraga, "Spain is different". 

Yo por mi parte debo decir que no he votado en estas elecciones ni voy a votar en ninguna otra que se convoquen, ya sea a nivel europeo, nacional, autonómico o local. Primero porque no tiene sentido que una persona como yo, que no apoya ni cree en la Unión Europea, vaya a perder su tiempo en resolverle la vida a sujetos de algún partido supuestamente "euroescéptico", los cuales aceptan sin embargo ir de candidatos a las elecciones de una institución en la que ellos supuestamente tampoco creen con la excusa de "luchar por mis derechos" desde su escaño en Estrasburgo o Bruselas. 

Un caso claro es el del partido euroescéptico "Frente Obrero" de Roberto Vaquero, el cual se ha quedado esta noche sin su anhelado sueño de entrar de eurodiputado con el objetivo de convertirse en la versión 2.0 de Pablo Iglesias y sumarse al carro de la mamandurria pública. Nuestro pobre amigo tendrá que esperar pues unos años más hasta que se celebren unas elecciones a nivel nacional para poder chupar de la mamela. De momento el listillo de Ruben Gisbert (El mismo que pedía a sus seguidores que no votasen en un sistema corrupto) ya ha anunciado que se presentará en el futuro. Como se puede ver, aquí el que no corre, vuela.

Y en segundo lugar porque ya estoy un poquito harto de escuchar precisamente esa frase de "Vótame, que voy a luchar por tus derechos". No, perdona. No soy ningún incapacitado para que tengas que ir por mí a las instituciones para hablar en mi nombre y defender supuestamente mis derechos, los cuales a ti no te importan en absoluto y de los cuales debo de ocuparme en defender yo, no tú en mi nombre. Como ya dije en la entrada que publiqué hace un par de meses sobre el fracaso de la Democracia, este es uno de los principales problemas por los que se caracteriza la llamada Democracia representativa: La llegada a la política de unos miserables que se presentan con la excusa de velar por tus intereses mientras se presentan realmente para velar por los suyos. 

Por mi parte, estos sujetos se van a reir a partir de ahora de su puta madre. A mí no me vuelven a tomar el pelo ninguno de estos parásitos sociales que desean como el hambre un cargo público para tener la vida resuelta gracias a sus lujosos sueldos, dietas y coches oficiales. Quien quiera un cargo público que se presente a unas oposiciones. Y quien no sirva, que se busque la vida en la empresa privada. 

En definitiva, y volviendo al tema que nos ocupa esta noche, los miserables votantes socialistas han votado hoy recompensar la corrupción del PSOE mientras los ignorantes peperos de turno han dado la victoria al PP, creyendo que con este voto iban a hacer caer a Sánchez de forma inminente. Como hemos visto esta noche, ni ha habido una victoria arrolladora del PP como algunos apostaban ciégamente hace tan solo unas semanas (Lo cual confirma la debilidad del PP frente la unión masiva del PSOE), ni se va a producir ninguna caída inminente de Sánchez. 

Y es que como ya he dicho en mis últimas entradas, la caída de Sánchez no se va a producir, para desgracia nuestra, ni a corto plazo, ni a medio plazo. Los resultados de esta noche son desafortunadamente un respaldo a Pedro Sánchez, el cual se ve reforzado por estas elecciones aunque no haya ganado los comicios ni en votos ni en escaños. Con este resultado tenemos garantizado que no habrá pues elecciones generales hasta 2027, por mucho que algunos como yo creyésemos hasta hace unos meses de forma ingenua que los comicios serían como muy tarde el año que viene. 

No será así, ya que una vez más se ha demostrado para desgracia nuestra que Pedro Sánchez es invencible, y que nada ni nadie le puede sacar de la Moncloa, ni siquiera el hecho de que tenga a su mujer imputada mientras la Justicia ya investiga también al hermano del presidente del gobierno. Y todo ello mientras Sánchez es incapaz de aprobar siquiera los Presupuestos Generales del Estado con el apoyo de sus socios. Un escenario pues de ingobernabilidad total que no tiene síntomas de que vaya a acabar en absoluto. 

Quizás pueda haber elecciones generales anticipadas si la situación en Cataluña se complica (Mañana de hecho es la constitución de la mesa del parlamento catalán) y Puigdemont retira su apoyo a Sánchez. Un escenario que no contemplo pero que es el único que podría provocar dichas elecciones, y quizás ni en esas circunstancias. En resumen, Sánchez sigue manteniendo la sartén por el mango al ver cómo la masa borrega de sus votantes le respaldan a pesar de los casos de corrupción que le salpican a él y a los suyos, mientras Feijóo respira aliviado al ver cómo esta insuficiente victoria le mantiene de momento en Génova 13, a pesar de que ni sus propios votantes lo quieren como líder del PP y esperan como agua de mayo la llegada de la denominada "gran esperanza pepera": Isabel Díaz Ayuso.  

miércoles, 5 de junio de 2024

Segunda epístola de San Pedro


Hoy hemos conocido la confirmación de la imputación y citación para declarar ante el juez el próximo 5 de julio de Begoña Gómez, acusada oficialmente de tráfico de influencias y corrupción en los negocios. Una imputación/investigación que ya se sabía desde hacía una semana, cuando se levantó el secreto de sumario sobre este asunto, pero que hoy ha sido confirmada y corroborada por parte del juez. Una decisión judicial la de hoy que ha vuelto a provocar una nueva "carta a la ciudadanía" por parte de Pedro Sánchez, esta vez para afirmar que está más decidido que nunca a mantenerse en el cargo y para arremeter contra el juez que ha imputado a su mujer.

Parece ser que Pedro Sánchez está cogiéndole el gusto a esto de emitir cartas a la ciudadanía, las cuales podríamos compararlas a estas alturas con las epístolas que San Pedro escribió durante los primeros tiempos del cristianismo. Por otro lado debo añadir que estas cartas me recuerdan a los edictos que los emperadores romanos emitían hacia sus súbditos en todo el Imperio a la hora de anunciar algo importante. Sánchez, para desgracia suya, no es un emperador, pero se cree que lo es y actúa como tal, enviando cartas a los ciudadanos como si de un gobernante absolutista se tratase a la hora de comunicarse con sus súbditos. Y es que si la famosa carta que emitió en abril era para anunciar su periodo de reflexión, esta vez ha sido para arremeter contra el juez que lleva el caso de corrupción que afecta a su esposa y alegar que esta imputación/investigación tiene motivaciones políticas, las cuales están orquestadas desde el PP y VOX, a los que acusa de no aceptar el resultado de las urnas y de querer llegar al gobierno de cualquier forma, incluso a través de una moción de censura.

Parece surrealista, pero estas declaraciones las ha realizado Sánchez, el tipo que llegó al gobierno a través de una moción de censura tras estar dos años maquinando la forma de llegar al poder a toda costa tras haber perdido las elecciones generales de 2015 y 2016. Una moción de censura que sirvió para tumbar un gobierno afectado por la corrupción como era el de Mariano Rajoy para, acto seguido, instaurar el propio Sánchez su propio sistema de corrupción, como ya dije en mi última entrada. Obviamente para Sánchez, todo corrupción que afecta a cualquier otro partido debe tener consecuencias políticas inmediatas, mientras que las que afectan a él y a su partido son, como no para de repetir el presidente del gobierno, "fango, bulos y mentiras". 

En estas circunstancias en las que por primera vez en la historia reciente de España la esposa de un presidente del gobierno es imputada y citada a declarar ante un juzgado ya han sido algunos los que han exigido de forma inmediata la dimisión de Pedro Sánchez. Una dimisión que éste a través de su carta ya ha comunicado que no se va a producir de ninguna de las maneras. La situación pues parece ir empeorando y no precisamente para Sánchez, al cual le es indiferente todo lo que ocurra a su alrededor, sino para el país, el cual continua imparable su caída en el abismo. Pero esto, como acabo de añadir, le importa tres pepinos a Sánchez, al cual solo le interesa su permanencia en el poder, aunque esto conlleve la imputación de su mujer, de su hermano (El cual está siendo investigado por evasión de impuestos) o la suya propia. Nada le afecta pues al presidente. Todo es fango y toda la corrupción que sale sobre él o su familia es fruto de una conspiración de la ultraderecha nacional e internacional para desalojarlo del poder, según él. 

Personalmente debo decir que bajo ningún concepto espero un escenario donde Begoña Gómez sea declarada culpable, ya que Sánchez se está encargando de que eso no suceda; pero incluso en el caso de que su esposa fuese condenada, ya puedo confirmar que Sánchez no va a dimitir bajo ningún concepto. Lo he dicho en un par de ocasiones y lo vuelvo a decir: Pedro Sánchez se divorcia de su mujer antes que presentar su dimisión. Este sujeto se cree un ser especial, el cual nació para gobernar y para mandar sobre el populacho del que él forma parte, y cree también que ese gobierno le corresponde por derecho propio y vitalicio, y que nada ni nadie puede derribarlo en su objetivo de permanecer en el poder de por vida. Estamos pues ante un sujeto sin escrúpulos y bastante peligroso, el cual ha sido capaz incluso de provocar una crisis diplomática con tal de tapar la corrupción que afecta a su entorno más cercano. Con un tipo de estas características puede uno imaginarse cualquier cosa y no precisamente para bien. 

Por otro lado, esta confirmación de la imputación y citación de Begoña Gómez llega a solo cinco días de las elecciones europeas. Unas elecciones en las que en los días que queda de campaña se va a escuchar de todo por parte de Sánchez, del gobierno, del PSOE y de la izquierda en general para incitar a los suyos a que salgan a votar este domingo. Y es que Sánchez es experto en hacerse la víctima, incluso cuando hablamos de un caso de corrupción que le afecta directamente. Cree que la publicación de su primera carta junto con su victimización provocó que los suyos saliesen en tromba a votar al PSC en las elecciones catalanas, y eso es precisamente lo que ha hecho ahora. La publicación de esta carta no es más que otro mecanismo para hacer campaña electoral, creyendo que con un nuevo comunicado por escrito su electorado volverá a apoyarlo en masa en las elecciones europeas del próximo domingo. 

En este sentido cabe preguntarse: ¿Qué pasará si la jugada le sale redonda? Por el momento desactiva la posibilidad de una moción de censura que por otra parte Feijóo no tiene pensado presentar, por mucho que ahora hable de registrarla con el apoyo incluso de Puigdemont (Una prueba más de que el PP es la cara B del PSOE). Por otro lado fulmina los rumores de unas inminentes elecciones generales para este año, y por otro proclamará a los cuatro vientos que la ciudadanía le respalda a él y a su esposa frente al acoso de la ultraderecha judicial y mediática. 

Pero vayamos aún más lejos, ¿Qué pasará cuando Begoña Gómez sea declarada inocente? Un escenario que es, insisto, el que se va a producir, ya que Sánchez está presionando para que este asunto acabe cuanto antes y con un fallo favorable hacia su mujer, llegando incluso a intimidar al juez que lleva el caso mientras ordena al Ministerio Fiscal que actúe como abogados defensores de su señora. Para empezar declarará abiertamente que tanto él como su mujer han sido víctimas de un acoso político, judicial y mediático, lo cual puede llevarle incluso a adelantar las elecciones si ve que el personal le apoya masivamente tras la resolución judicial. De modo que no sería de extrañar que todo esto acabe beneficiando políticamente a Sánchez a medio/largo plazo.

Un Sánchez que hoy ha afirmado en su carta que con esta decisión judicial se ha vulnerado una regla no escrita de no emitir resoluciones judiciales en una campaña electoral. ¿Acaba pues de afirmar con esto que existe una relación de intereses entre los partidos políticos y los jueces para no perjudicar a éstos en las campañas electorales? Sí, lo ha afirmado. Unas afirmaciones bastante graves, y más si tenemos en cuenta que lo dice un presidente del gobierno en ejercicio. Pero tampoco nos podemos sorprender ya de nada de lo que haga ni diga Pedro Sánchez, el cual sigue en su huida hacia adelante empecinado en llevarse por el camino a todo y a todos, y lo peor de todo es que muy probablemente lo consiga. 

Tampoco conviene olvidar que Sánchez ya ha comunicado que las medidas de "regeneración democrática" (O mejor dicho, las medidas de censura y persecusión contra jueces y medios) las va a anunciar después de las elecciones de este domingo, por lo que es bastante posible (Y con lo ocurrido hoy más todavía) que esta semana que viene nos enteremos por fin de lo que tiene en mente Pedro Sánchez en su avance imparable de tener bajo su control todos los poderes hostiles hacia él. La tormenta perfecta sobre España está encima nuestra en estos momentos, y más aún cuando estamos a la espera de que entre finalmente en vigor la Ley de Amnistía tras ser aprobada por el Congreso el pasado jueves, lo que echará más leña al fuego en estos momentos donde el país se encuentra sumido en el abismo absoluto y sin ninguna posibilidad de revertir esta grave situación.