viernes, 18 de agosto de 2023

Europa empieza en los Pirineos


Decía Manuel Fraga, cuando entonces estaba de ministro en el gobierno de Franco, aquella famosa frase que ha pasado a la posteridad: "Spain is different". Esta frase que se originó durante los años sesenta (Los años de desarrollo en el Franquismo) sigue siendo a día de hoy más aplicable que nunca. Otra que también ha pasado a la historia es aquella que dice "Europa empieza en los Pirineos". Y es que sólo basta con ver en lo que se ha convertido España para darse cuenta de que los problemas de este país no tienen solución alguna ni comparación con ningún país de nuestro entorno europeo. Ya he dicho en varias entradas anteriores que la llegada de un gobierno del PP con VOX serviría simplemente para retrasar un poco el estallido de lo que está por venir. Por el contrario, con el mantenimiento del PSOE y compañía en el poder, ese estallido no haría sino acelerarse de forma imparable. Con los resultados de las pasadas elecciones generales del 23-J se ha demostrado lo que los españoles quieren (Estallido cuanto antes), y eso es lo que vamos a tener en los próximos años.

La sesión constitutiva de hoy de las Cortes Generales es la propia de un país tercermundista (Con todos mis respetos hacia estos países, los cuales seguramente tengan más dignidad que nosotros). La toma de posesión de los diputados y senadores de acatar la Constitución bajo juramento o promesa ha venido acompañada de exclamaciones como: "Por la República Catalana", "Por la República Vasca", "Por un país plurinacional, diverso, feminista, multicultural", etc. Expresiones todas ellas que dan vergüenza ajena y que demuestran hasta qué punto hemos llegado no ya en términos políticos (Que también), sino en términos sociales. Por no hablar de la elección de la hasta hace un mes presidenta de las Islas Baleares y desde hoy nueva presidenta del Congreso, Francina Armengol. Una sujeta independentista que estuvo en el punto de mira hace relativamente poco cuando se descubrió que el gobierno que ella presidía en Palma era conocedor y encubridor de una red de tráfico de drogas y prostitución de menores, las cuales estaban bajo la tutela del gobierno balear. Eso en otro país le hubiese costado a esta miserable la cárcel, aquí se le premia con el nombramiento del tercer cargo más importante del Estado. Parafraseando a Fraga de nuevo: "Spain is different".

Pues bien, tras su elección como nueva presidenta del Congreso, lo primero que ha hecho esta delincuente es autorizar que los partidos independentistas, terroristas y nacionalistas puedan hacer uso de sus respectivas lenguas en la Cámara Baja. Una broma que va a salir bastante costosa al Estado (Es decir, a los españoles), y todo para que el señor Sánchez pueda seguir perpetuándose de forma vitalicia en el poder y hacer uso del mismo para desmembrar sin prisas pero sin pausas el país. Va a ser curioso a la vez que deplorable y vergonzante ver cómo mientras el gobierno de España es sustentado por un prófugo de la Justicia, unos condenados por sedición y unos asesinos condenados por terrorismo, todo Dios hará uso del pinganillo para saber vía traductor qué está diciendo su interlocutor en el Congreso. La cuestión de los traductores sería comprensible, claro está, si hablásemos de Bruselas y del Parlamento Europeo, pero cuando hablamos de un parlamento nacional, donde existe un idioma común en el que poder comunicarse que es el español/castellano, pues como que a uno le da por un lado la risa y por otro lado vergüenza al comprobar hasta qué punto de degradación hemos llegado. 

¿Acaso alguien piensa que esto ocurriría en la Asamblea Nacional francesa? ¿En la Cámara de los Comunes en Londres? ¿En el Bundestag alemán? ¿En el Parlamento belga? Por supuesto que no; pero tenemos la "maravillosa" suerte según algunos de vivir en una nación plurinacional y en un país de países (Esto último no lo digo yo, sino Yolanda Díaz), por lo que debemos ser tolerantes, abiertos y respetuosos con todas las culturas, lenguas y nacionalidades que componen la plurinacional nación española, aunque eso suponga cargársela en beneficio de las demás. Queda una vez más demostrado que aquello que nació por accidente y contra todo pronóstico hace veinte años con la llegada del PSOE de Zapatero (España plurinacional, reconocimiento de las nacionalidades, etc) es el eje central de la política y la sociedad española de 2023 y la que determinará su futuro.

Una política y una sociedad que avanza inexorablemente hacia su propia destrucción con una permisividad absoluta por parte de todos. El sectarismo, el extremismo, el catetismo, la ignorancia, la mamandurria y la corrupción son las características principales tanto de una clase política como de una sociedad que está más próxima en términos de mentalidad a África y a Hispanoamérica que a Europa. Sí, he dicho bien. España es una nación que nunca ha tenido mentalidad europea, ni siquiera ha hecho el más mínimo intento por demostrarlo. Eso sí, si algo ha sabido demostrar España en estos cuarenta y cinco años desde la instauración del Sistema de 1978 es que no sabe vivir en aparente libertad, ni mucho menos concienciarse del tipo de sistema político en el que vive (Que ni muchísimo menos es una Democracia). En los países europeos de nuestro entorno, la Democracia y la libertad se fueron conquistando paso a paso, y a base de sangre, sudor y lágrimas. Aquí, tras la muerte de Franco, algunos vendieron la moto al personal de que lo que estaba por venir de forma inminente era una democracia plena y unas libertades completas. Nada más lejos de la realidad. Cualquiera que analice la situación sabe que ni España es una democracia parlamentaria (Ya hablé de esto en mi última entrada), ni vivimos bajo un régimen pleno de libertades donde se respeta la libertad de expresión, ideológica, etc. El problema radica en que aquí el personal ha venido confundiendo libertad con libertinaje. Eso sí tenemos en España, y de sobra. Un libertinaje que nos ha llevado al declive más absoluto y del que nunca conseguiremos remontar ya. 

¿Acaso soy libre de decir cuáles son mis ideas políticas sin que se me estigmatice socialmente? En absoluto ¿Acaso puedo decir libremente y sin que se me tache de mala persona cuáles son mis ideas con respecto al cambio de sexo, el aborto, la inmigración, el feminismo, etc? No. Estos y otros muchos ejemplos más nos hacen una idea del mal concepto de libertad que tienen los españoles, los cuales creen que viven en un sistema libre, pero que de inmediato te descalifican en cuanto comprueban que tus ideas no comulgan con las de ellos. Todo esto mientras el Estado legisla en favor de leyes cada vez más liberticidas en favor del progreso, las cuales son el germen de la decadencia social y que a su vez son ampliamente aceptadas por la mayoría de la población (A ver quién es el guapo que dice que no).
 
Volviendo a la sesión constitutiva de las Cortes debo añadir que me resulta curioso cómo aquí el personal vive de lo público desde su juventud hasta su madurez. El hecho de ver a personajes como Patxi López (Al cual no se le conoce ningún oficio fuera de la política en toda su puñetera vida), Guillermo Fernández Vara (El cual decía hace un mes que abandonaba la política y hoy ha tomado posesión como vicepresidente del Senado), Javier Arenas (Que no sabe lo que es bajarse de un coche oficial desde hace cuarenta años) o incluso Mari Mar Blanco (La cual tras traicionar la memoria de su hermano lleva casi treinta años viviendo de un sueldo público como consecuencia del asesinato terrorista contra él) demuestra el negocio que supone tener vocación pública. 

Sí, por muy duro que resulte, esta es la realidad española; la de una serie de sujetos que llevan toda su vida viviendo de lo público mientras se hacen llamar a sí mismos "Servidores públicos". A esta mamela ya se han subido para siempre los propios enemigos de España, desde independentistas que han perpetrado golpes de estado contra la Constitución hasta terroristas que hace sólo dos días asesinaban a personas inocentes para posteriormente regocijarse en la desgracia que habían perpetrado. Y es que aunque a algunos se les haya olvidado o pretenden olvidarlo, en España ha existido (Y sigue existiendo a día de hoy) el terrorismo etarra. Ese que tantos cientos de muertos lleva a sus espaldas y que con la colaboración del independentismo, del nacionalismo y de la izquierda en general viven a costa del erario público. Este es pues otro signo inequívoco del deterioro de este país; el de una clase política que vive al margen de la ciudadanía y que está compuesta por lo peor de cada casa. 

El problema está en que la sociedad no dista mucho de su clase política (Algo normal si tenemos en cuenta que los políticos son ciudadanos que surgen de la propia sociedad). Buena prueba de ello es el sectarismo y la ignorancia con la que se caracteriza la sociedad española, la cual cree firmemente que vive en el Siglo XVI, y que España está compuesta entre ricos malvados y pobres ingenuos. Una anécdota curiosa se produjo hace un mes, días antes de las elecciones generales. En la semana que se iban a celebrar los comicios corría como la pólvora por Internet un mensaje que recomendaba urgentemente ver la película "Los santos inocentes", para concienciarse de lo que estaba por venir según lo que se votase. Claro, uno ve este tipo de mensajes y piensa "Hay que ser gilipollas e ignorante para decir esto"; el problema está en que seguramente más de uno lo tomaría en cuenta. Ante este panorama uno piensa en cómo nos verán desde el extranjero cuando contemplan la mentalidad tan atrasada, simple, vulgar e ignorante que predomina en España. Una mentalidad que en nada tiene que ver con los países europeos y mucho en común con los países africanos de nuestro entorno (Marruecos, Argelia), así como de los países Hispanoamericanos, los cuales son el fiel reflejo de nuestro presente, pasado y futuro. 

Un país donde se premia la corrupción, la criminalidad y el terrorismo, donde la ignorancia es el pan nuestro de cada día, el sectarismo la religión oficial del país y la mamandurria la forma de ganarse la vida, es un país que no tiene futuro ni esperanza. Por no hablar de una ciudadanía que reniega de su país y de sus símbolos. Recuerdo cómo hace unos años una conocida fue agregada a un grupo de WhatsApp; ese grupo tenía un dibujo de la bandera de España. Pues bien, tal y como entró la susodicha procedió a irse del grupo, no sin antes afirmar que ella no iba a ser integrante de un grupo que llevase de dibujo la bandera de España, y que sólo se quedaría si se eliminaba la bandera. Como naturalmente dicha exigencia no se le concedió, la afectada (Española al 100%) se marchó al instante por donde había venido. La pena de todo ello fue que por mi parte no me diese tiempo en decirle antes de abandonar el grupo que de la misma forma que renegaba de los símbolos del Estado, bien podía renegar también de las pagas y ayudas estatales a las que lleva acogiéndose toda su vida. Si reniegas de los símbolos de tu país, también debes renegar de las ayudas económicas que éste te ofrece. O al menos eso creo yo.
 
En definitiva, vivimos en un país en clara decadencia y sin posibilidad de recuperación. Si alguien me pregunta qué recomiendo hacer en el contexto en el que nos encontramos, yo se lo digo muy rápidamente: Irse de España. No hay otra alternativa. Cualquier persona que pueda permitirse económicamente instalarse fuera de este país y dispone de los medios y la capacidad para hacerlo, que no lo dude. Yo también lo haría (Y lo haré si llegase el caso, que a nadie le quepa la más mínima duda). Cualquier lugar de Europa sería idóneo si tienes formación y recursos económicos: Austria, Alemania, Suiza, Bélgica, Países Bajos, Suecia, Noruega o Reino Unido. E incluso fuera de Europa: Estados Unidos, Canadá, Australia, Nueva Zelanda, para quien se lo pueda permitir, lógicamente. Comprendo que en todos los lugares se cuecen habas, pero una cosa es convivir con problemas cotidianos de ámbito nacional y otra muy diferente es vivir en un país donde se cuestiona absolutamente todo; en donde la criminalidad se ampara, la defensa de tus intereses es castigada, la división, el rencor y el enfrentamiento son los protagonistas cada día tanto en términos sociales, como geográficos como políticos, la desigualdad campa a sus anchas y el odio y la envidia son el deporte nacional. Este país en una situación como la actual no puede resistir mucho tiempo... o quizás sí, lo cual sería el peor de los escenarios; Que nada reviente y todo siga como hasta ahora. Aún así, pase lo que pase, es preferible que lo que esté por venir lo vea desde fuera aquél que tenga desde ya la oportunidad de largarse de aquí cagando leches. 

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