lunes, 28 de agosto de 2023

Rubiales; El beso de la discordia


No tenía pensado hablar sobre este tema, pero la relevancia que ha ido tomando conforme han ido pasando los días creo que bien merece que diga un par de cosas sobre este asunto. Me estoy refiriendo, como no puede ser de otra forma, al escándalo propiciado por el todavía presidente de la Real Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, y su famoso beso con la jugadora de fútbol femenino, Jennifer Hermoso, tras ganar la Selección femenina de fútbol española el mundial femenino por primera vez en su historia. Un beso que ha provocado un escándalo deportivo, político y social como consecuencia de lo que algunos llaman "Agresión sexual", "Acoso laboral", "Violencia sexual", entre otros términos a la actitud del presidente de la RFEF con respecto a la jugadora.

Para empezar debo decir que lo que he visto ha sido justo después de todo lo ocurrido, ya que a mí el fútbol, y el deporte en general, es algo que me resulta completamente indiferente. Aunque debo añadir de paso que todavía el fútbol femenino me es más indiferente aún que el masculino, ya que esta moda de querer promocionar este tipo de eventos es una absurdez más de esta sociedad y de esta clase política y deportiva, los cuales están tan obsesionados con lo que ellos denominan "Igualdad y feminismo" que tienen que promocionar un tipo de deporte que, seamos claros y serios, no ve ni Dios y que demuestra el fracaso del fútbol femenino. Pero bueno, aquí aunque nadie vea este nuevo formato deportivo, lo cierto es que esto es lo que predomina hoy en día y por ende tenemos que tragar y jodernos con ello, no vaya a ser que ofendamos a las señoritas con características muy masculinas que predominan en el mundo del fútbol femenino, y que recordemos, han ganado el mundial.

Dicho esto, y tras ver el polémico vídeo en el que Rubiales besa a la jugadora Hermoso, debo decir que el tipo, ya antes de besarla, le pregunta si puede darle un pico; lo cual desmonta la tesis que todo el personal está pregonando sobre el presidente del fútbol español, al cual han tildado cuando menos como el "Anticristo personificado". El hecho incluso de que después del famoso pico Rubiales bajase al vestuario de las jugadoras y se hiciese fotos con ellas, e incluso con la supuesta agredida (Con la cual posan ambos sonrientes y sin ningún gesto de tensión), demuestra que la supuesta víctima no le dio la importancia que aquí todos los medios están dándole desde el momento en que se produjo la supuesta agresión.

Pocas horas después de lo ocurrido, todo el mundo estaba ya exigiendo la dimisión de Rubiales. Desde los políticos hasta los medios de comunicación, pasando por las principales instituciones deportivas y los diferentes clubs de fútbol españoles. Todo eran adjetivos nada favorables al presidente de la RFEF: "Machista", "Agresor", "Acosador", etc. Tras todo este sinfín de "Cariñosos elogios" y los rumores de que el gobierno va a intervenir para destituir a Rubiales como presidente, se anuncia según los medios, que el todavía máximo dirigente del fútbol español va a dimitir el viernes en una junta directiva extraordinaria. ¿Cuál es la sorpresa? Que Rubiales, parodiando a Leonardo DiCaprio en la película "El lobo de Wall Street", anuncia a grito pelado y reiterado "No voy a dimitir". Aparte de esto, el propio Rubiales carga contra el "Falso feminismo" y anuncia medidas legales contra las todavía ministras Irene Montero, Ione Belarra, la vicepresidenta del gobierno, Yolanda Díaz, y el podemita, Pablo Echenique (Todos ellos habían criticado duramente a Rubiales horas antes).

Claro, esto ya trastoca los planes del establishment; los cuales creían que el tipo que lleva cinco años enriqueciéndose ilícitamente a costa del fútbol español iba a dejar el cargo sólo porque el lobby feminista a puesto el grito en el cielo por una situación que la propia protagonista no le había dado importancia en su primer momento; opinión que ha ido cambiando por parte de la afectada conforme la presión social, política, mediática y deportiva ha ido agravando lo que en un primer momento se consideró como mera anécdota. Un lobby feminista, así como un poder político y mediático que se están llevando hipócritamente las manos a la cabeza por un pico mientras aparta la vista frente a los continuos casos de liberación de agresores sexuales gracias a la política que el actual gobierno del PSOE está llevando a cabo gracias a su famosa Ley del "Sólo Sí es Sí". Pero claro, como esto sucede gracias a un gobierno de izquierdas pues como que a las feministas les da igual, ya que aquí de lo que se trata realmente es de dividir a la sociedad y de fomentar el odio entre hombres y mujeres, utilizando en este caso a un sinvergüenza como Rubiales de trampolín. ¿Por qué entonces no denuncian las asociaciones feministas aquellos actos en los que han sido las mujeres las que han dado un beso sin consentimiento a los hombres? Ah, perdón. Se me olvidaba que en estos casos el hombre debe callarse y tragar frente a la mujer, aunque ésta lo acose sexualmente. Es lo que tiene España y su doble vara de medir.

En mi opinión, ¿Creo que Luis Rubiales debería dimitir? Por supuesto que sí, pero no por esto. No seré yo quien defienda a un tipejo miserable como Rubiales; pero lo ocurrido hace unos días es sólo una anécdota más de las tropelías que este sujeto lleva haciendo desde que asumió la presidencia del fútbol español hace ya cinco años. Luis Rubiales debería de haber dimitido cuando se supo, por ejemplo, el caso de corrupción concerniente a la Supercopa de España, en la cual pactó con Gerard Piqué con comisiones millonarias de por medio, trasladar la final de la Supercopa a Arabia Saudí. Un caso de corrupción en el que incluso se habló de la posible participación por parte del rey emérito, Juan Carlos I. El caso de Arabia Saudí es, como he dicho, uno de los muchos casos de corrupción que empañan la gestión de Rubiales al frente del fútbol español. Casos por los que sí debería de haber dimitido hace tiempo, y no por esta absurdez, lo cual demuestra una vez más el inmenso poder que tiene en España el lobby feminista, el cual está sirviendo de ayuda una vez más a la clase política española para tapar la grave situación en la que se encuentra sumida el país, con los dos principales partidos políticos negociando con un prófugo de la Justicia el destrozo de la nación española.

En fin, si con algo queda demostrado esto es que todo está absolutamente podrido en este país. Hasta las instituciones deportivas, las cuales están tan salpicadas de corrupción como las instituciones políticas. La gestión de personajes como Florentino Pérez (Presidente del Real Madrid C.F), Joan Laporta (Presidente del F.C Barcelona), Javier Tebas (Presidente de la Liga española) y/o el propio Luis Rubiales son una prueba clara de la impunidad con la que se mueven estos tipejos, los cuales hacen y deshacen a su antojo, convirtiendo el deporte español en una mafia donde los trapicheos campan a sus anchas por todo el país. Por estas y otras muchísimas razones España es en términos deportivos un estercolero de corrupción donde el mundo del deporte, la política y los medios de comunicación se dan la mano. ¿O acaso ahora es un demonio Rubiales por el beso a Hermoso pero en cambio era un santo hace un año cuando ya se sabía todo lo que había detrás de él? Queda demostrado que la cuestión relacionada con la llamada "Violencia de género" (Que en este caso no hay) es más potente a la hora de acabar con un tipo como Rubiales que la propia corrupción que rodea a éste.

Un escenario que sólo se da en España. Un país donde los medios de comunicación están vendidos a lo peor de la sociedad, que es precisamente aquella que está en lo más alto de las instituciones de todos los ámbitos, y que convierte a los dueños de los grupos mediáticos en la bajeza humana personificada. Un ejemplo de hasta dónde llega la actitud miserable de los medios en este país es el hecho de que el mismo viernes, tras conocerse la idea de Rubiales de no dimitir contra todo pronóstico, todas las principales cadenas de televisión en España estaban por la tarde hablando sobre el escándalo del dirigente deportivo. TVE de hecho cortó su emisión para hacer un especial sobre esto, mientras que Antena 3, Cuatro, Telecinco y la Sexta también estaban en esos momentos narrando la última hora de lo acontecido. Un escenario televisivo que no se veía en España desde los atentados del 11-M o del 11-S; lo cual da una idea de hasta dónde están dispuestos a llegar algunos con tal de seguir con esta cortina de humo para que no se hable de la gravedad de la situación que atraviesa el país y seguir alimentando el odio entre sexos con la promoción del lobby feminista. Por cierto, una cortina de humo a la que se sumó en directo incluso el propio Cayetano Martínez de Irujo (El hijo de la Duquesa de Alba), donde definió a Rubiales como "Un psicópata peligroso". Creo que si Rubiales decide tomar acciones legales va a tener que hacer una lista bastante extensa a sus abogados para poner en marcha las acciones judiciales pertinentes. Pero en fin, no me da ninguna pena este individuo, ya que simplemente tiene lo que se ha buscado.

Por otro lado se está hablando en los últimos días de la amistad que desde hace años tienen el todavía presidente Rubiales (Sigue de presidente aunque la FIFA ya lo ha suspendido de sus funciones) y el presidente del gobierno en funciones, Pedro Sánchez. Una amistad que parece ser que podría ser el hecho de porqué el jefe del gobierno está tan callado y no se ha pronunciado al respecto. Pero lo más significativo de todo esto es el hecho de que según el propio Rubiales llevaría años grabando tanto al propio Sánchez como a ministros de su gobierno, y que de salir a la luz esas grabaciones podría dejar en muy mal lugar al presidente del gobierno. Algo que personalmente dudo que ocurra, ya que en España nada de lo que salga o deje de salir sobre el PSOE puede repercutirles negativamente, a los resultados electorales me remito. Puede que quizás Rubiales esté chantajeando a Sánchez con hacer públicas esas grabaciones... o puede que no. De lo que no hay duda es de que en estos momentos hay una crisis deportiva de máximo nivel, que amenaza con más dimisiones de las que ya se han producido dentro de la RFEF, y que veremos a ver si no se convierte también en una crisis política dentro de unos días. Una crisis en la que, a pesar de considerarse la víctima, le va a costar la cabeza en términos profesionales a Rubiales en cuestión de horas, o de días como muy tarde. Pase lo que pase, y se lleve a quien se lleve por delante con él, el presidente de la RFEF está ya prácticamente con un pie en la calle. 

viernes, 25 de agosto de 2023

Salvar al soldado Sánchez


Qué razón tenía aquél que dijo que la política es puro teatro. Teatro y espectáculo, que a fin de cuentas viene a ser lo mismo. Buena prueba de ello es la decisión de Alberto Núñez Feijóo de ir a la investidura como candidato a la presidencia del gobierno, después de que el rey le haya propuesto en la ronda de consultas que ha tenido lugar en esta semana. Una candidatura en la que pueden ocurrir dos escenarios: El primero, que Feijóo malgaste el tiempo en dedicarse a preparar una investidura que teóricamente tiene todas las de perder. Ya lo hizo el propio Pedro Sánchez cuando en 2016 estuvo más de un mes acaparando portadas de periódicos con el objetivo de ser el centro de atención al convertirse en candidato en la fallida investidura de marzo de ese año. La segunda, que contra todo pronóstico, Feijóo consiga los votos del PNV o incluso del prófugo Puigdemont para hacerse con la presidencia del gobierno y así desalojar a Sánchez de la Moncloa.

¿Imposible? No del todo. Feijóo necesita los cuatro votos que le faltan para la mayoría absoluta como agua de mayo, y por esos cuatro votos va a hacer lo que haga falta, y ahí ya entra la decisión de los vascos y catalanes de apoyarlo o no. Esto demuestra que Feijóo es tan mezquino e impresentable como el propio Sánchez, ya que el presidente del PP ha dicho que va a iniciar una ronda de contactos con todos los partidos, con la excepción de Bildu; lo cual quiere decir que sus consultas va a extenderse al propio PSOE, Sumar, ERC, Junts, PNV, etc. Algo bastante surrealista e hipócrita, ya que el propio Feijóo que hablaba de derogar el sanchismo quiere pactar con el PSOE para poder derogar lo que su líder ha hecho y deshecho en estos cinco años. ¿Un poco contradictorio, no?

En definitiva, Feijóo va a buscar los apoyos de socialistas, podemitas (Sí, los creadores de la Ley del Sólo Sí es Sí), nacionalistas, golpistas condenados por la Justicia y de prófugos de la misma para ser investido presidente. Muy coherente el cambio que propone el señor Feijóo: Querer liberar a España de la morralla que llevamos sufriendo desde hace cinco años pactando con ella. Es decir, si el señor Sánchez pacta con los enemigos de España, está mal; pero si lo hace Feijóo es para acercar posturas y llegar a un entendimiento entre fuerzas políticas con diferentes criterios. Menuda pandilla de cerdos. A ver cómo defienden ahora los periodistas subvencionados por el PP estos intentos de acuerdos con condenados, prófugos y separatistas en general. Para ir preparando el terreno, el propio González Pons ya ha dicho que tanto Junts como ERC son "Partidos cuya tradición y legalidad no están en duda". Ahí lo llevas.

Cuando dije en una de mis entradas anteriores que siempre me arrepentiré de votar en su momento a Iglesias y a Sánchez en su momento; pero aunque era consciente de que votar a Feijóo era el menor de los males, nunca supe que me iba a arrepentir de haberlo votado en tan poco tiempo. Con la actuación llevada a cabo por el PP de Feijóo queda visto y comprobado que a la derecha española poco o nada le importan los graves problemas que sufre el país. Sólo esperan tanto ellos como sus correligionarios que la izquierda caiga para poder ocupar ellos las sillas que los progres dejen vacías. El problema está en que la derecha es tan sinvergüenza como gilipollas, ya que creen que la izquierda totalitaria y criminal que padece España va a abandonar el poder por las buenas, cuando la historia ya ha demostrado lo contrario en más de una ocasión. Por algo Pablo Iglesias profetizó hace tres años que la derecha nunca volvería a gobernar en este país.

De VOX poco o nada voy a decir, ya que con la bajada de pantalones que han realizado delante de toda España en la ronda de consultas del rey se han retratado ellos mismos y han demostrado que no representan ningún cambio ni ninguna regeneración en la política española, sólo servir como muleta ante un PP que los humilla constantemente y que ellos aceptan sin más. Lógicamente, esta humillación no las reciben Abascal ni compañía, sino el propio electorado de VOX, el cual es pisoteado y escupido de forma continua por el PP mientras los de Abascal aplauden a éstos. Supongo que es lógico por otra parte. La cabra siempre tira al monte, y del mismo modo que Podemos/Sumar fue creado para servir de muleta al PSOE, VOX lo fue creado con el mismo propósito para con el PP. ¿Qué se va a esperar pues de un partido fundado principalmente por ex miembros del PP? Quien crea todavía que aquel partido que es promocionado y financiado por el sistema va a ser la solución contra los males de España va apañado. Yo lo creí en su momento y todavía creo que no me he dado los cabezazos necesarios que me merecía por creerme tan disparatada teoría.

Pero mientras Feijóo se dedica a cortejar a los independentistas con el beneplácito de VOX, Sánchez gana tiempo haciendo lo mismo. Y es que el hecho de que el presidente del gobierno en funciones haya dejado que Feijóo sea el candidato designado por Felipe VI para ir a la investidura no es ninguna casualidad. Las negociaciones entre el PSOE y Junts parecen ir despacio, y Sánchez necesita ganar tiempo para avanzar en esas negociaciones. ¿Cómo hacerlo? Pues dejando que Feijóo vaya dentro de un mes a una investidura supuestamente fallida de la cual puede salir quemado, lo cual le da mientras tanto al jefe del gobierno tiempo suficiente para negociar de forma detenida con Puigdemont. Una jugada muy hábil y maquiavélica por parte de Sánchez (Algo normal en él), pero que puede salirle mal si el propio Feijóo consigue los votos que le faltan para llegar a la Moncloa durante el mes que le queda por delante para obtener los apoyos necesarios. A fin de cuentas está ya visto y comprobado que a todos les importa una mierda España y su futuro (No digamos ya sus habitantes), y por alcanzar o mantenerse en el poder son capaces de todo.

Personalmente creo que Feijóo no va a salir investido, aunque nunca se sabe lo que puede ocurrir, ya que el presidente del PP puede sorprendernos en cualquier momento durante este mes que tiene por delante hasta la investidura y hacerse un Vito Corleone pronunciando la célebre frase "Le haré una oferta que no podrá rechazar" a los de Junts y el PNV, aunque no estoy muy seguro si éstos llegarían a aceptar. A los nacionalistas, independentistas, terroristas y podemitas les conviene la permanencia de Sánchez en el gobierno, ya que con él es más factible obtener determinados beneficios que con Feijóo. El hecho de que el PSOE y Sumar ya estén poniendo en marcha la amnistía contra los implicados en el procés catalán, así como la cesión por parte del PSOE de dos de sus diputados hacia Junts para que éstos puedan tener grupo propio en el Congreso demuestra el precio que está dispuesta a pagar la izquierda con tal de seguir en el poder. Eso sí, será lo único que los catalanes obtengan de Sánchez, ya que tras ver cómo se vendió Puigdemont al PSOE a la hora de ofrecer sus votos a la nueva presidenta socialista del Congreso, he comprendido definitivamente que por mucho que lo pregonen, los independentistas nunca van a obtener su ansiado referéndum, y explico el porqué.

Si Puigdemont exigiese verdaderamente la independencia, además de la amnistía, nunca hubiese apoyado al PSOE en la composición de la Cámara Baja, ya que de ahí no sacaba ni él ni su partido ningún beneficio. Por el contrario, el hecho de que el ex presidente catalán haya salvado a Sánchez en la composición de la mesa teniendo como única recompensa la petición del gobierno español hacia la Unión Europea de que se incluyan los idiomas catalán, vasco y gallego en el Parlamento de Bruselas, demuestra con qué poco se conforma Puigdemont para ser recompensado. De esta forma se explica porqué algunos están subiéndose por las paredes en Barcelona en estos momentos, ya que están viendo cómo Puigdemont, al igual que Junqueras y Rufián, se venden por un plato de lentejas con tal de estar contentos y ver recompensados sus apoyos. Las negociaciones entre los independentistas catalanes y el PSOE están centradas única y exclusivamente en la amnistía, lo cual posibilitaría el retorno de Puigdemont, así como de todos los exiliados y el perdón absoluto a todos los implicados en el procés. Por no hablar de otras causas judiciales que tienen pendientes los independentistas y que también están negociando en estos momentos el PSOE con éstos para darle una solución lo más satisfactoria posible. Cuestiones todas ellas que el PSOE aceptará perfectamente con Junts; por lo que la hipótesis de ir a unas nuevas elecciones generales para el 14 de enero de 2024, como ya sugieren algunos, la veo yo totalmente descartada.

¿Y el referéndum? Ya se hará para esta legislatura, o incluso para la siguiente. Eso sí; no es el referéndum que todos esperan. Primero, porque la Constitución lo prohíbe, segundo, porque nadie quiere independizarse de España, y tercero, porque los primeros que saldrían perdiendo con todo esto serían aquellos que ahora están negociando el futuro de España. Los independentistas saben mejor que nadie que la única forma de tener reconocimiento propio es dentro del Estado español (Otra cosa es que pregonen lo contrario ante sus acólitos totalitarios). Por otra parte, ellos mismos saben que a parte de ser imposible desde el punto de vista jurídico, la independencia sería letal para ellos desde el punto de vista económico. ¿Qué es lo mejor entonces? Seguir mamando económicamente de la teta del Estado, pero con un reconocimiento político de un Estado cuasi independiente. Por no hablar del desastroso escenario que la independencia tanto catalana como vasca supondría para el PSOE, ya que en estos territorios es donde mayor concentración de votos tiene actualmente. Si Cataluña y el País Vasco (Incluyendo Navarra) tomasen el camino de la autodeterminación, la izquierda, y especialmente el PSOE, no volvería a tocar el poder ni por asomo. Por ello, una cosa es lo que pregonan y exigen ante los medios los independentistas y otra muy diferente es lo que verdaderamente ponen encima de la mesa a la hora de negociar. Ellos saben cuáles son las líneas rojas que no hay que traspasar.

Por otro lado, con el posible escenario de elecciones anticipadas en Cataluña, lo más probable es que el PSC se coma a los independentistas y formen gobierno con Salvador Illa al frente. Ante este futurible escenario del PSOE en el gobierno de España y de Cataluña, Sánchez e Illa tendrán la ocasión perfecta de reformar el estatuto catalán o incluso de redactar uno nuevo en el que se reconozca de forma explícita a Cataluña como nación y de convertir a esta región en un Estado semiindependiente dentro del Reino de España; lo cual vendría acompañado de cesiones de competencias estatales, hasta ahora inéditas, hacia la Generalitat catalana y el despojo y la posterior expulsión de Cataluña de todas las instituciones del Estado. Así como la creación de un concierto económico propio para los catalanes, el reconocimiento deportivo con su respectiva selección y representación propia en las instituciones internacionales. En definitiva, todo aquello que Maragall y Zapatero quisieron hacer con el Estatuto original de Cataluña en 2006, pero que se vieron obligados a retocar como consecuencia de la tensión que aquello ocasionó en su momento. Algo que en su momento supuso el origen de este problema y que ahora los mismos socialistas venderán como la solución al problema que ellos crearon. ¿Cuándo creo yo que se producirá todo esto? Entre 2025 y 2027, más o menos. Este y no otro será el verdadero referéndum que se llevará a cabo; el de la reforma o creación de un nuevo estatuto que reconozca de facto una Cataluña soberana dentro del Estado español.

Sobre la cuestión Vasco-Navarra, ya se está viendo por dónde van a ir las cosas a partir de ahora. Cada vez es más previsible el hecho de que en las próximas elecciones vascas, los etarras de Bildu con Otegi a la cabeza lleguen al gobierno vasco con el apoyo del PSOE, lo cual supondría el comienzo de un nuevo pulso soberanista al Estado, esta vez desde Vitoria. Mientras que en Navarra, Bildu ya está exigiendo a su socia, la presidenta socialista de la región foral, María Chivite, que se ponga en marcha la disposición transitoria cuarta de la Constitución, la cual permite la anexión de Navarra al País Vasco. Si este escenario se consumase, sería el primer paso para el mismo proceso al que acabo de referirme con respecto a Cataluña (Con la excepción del concierto económico, el cual ya lo tienen tanto en el País Vasco como en Navarra). En definitiva, un proceso hacia un escenario de descomposición y descentralización, el cual algunos llaman Estado Federal, o incluso Estado Confederal. Un proceso en el que todos los partidos políticos e instituciones del Estado están de acuerdo, incluida la Corona. Sí, esa misma que algunos rancios defienden a ultranza, creyendo de forma ignorante y estúpida que van a anteponer los intereses de España a los de su dinastía; algo que la familia Borbón jamás ha hecho a lo largo de su historia.

Como se puede apreciar pues, no son pocos los motivos que tienen los independentistas, etarras y demás morralla enemiga de España en querer mantener a Sánchez en la Moncloa. Saben que con un gobierno de Feijóo la situación podría retrasarse (Lo cual no quita que el PP y Feijóo estén de acuerdo), mientras que con Sánchez y el PSOE el proceso sería más ágil. Al igual que en 1998 con la película de Steven Spielberg: "Salvar al soldado Ryan", aquí algunos ya están poniendo en marcha el plan "Salvar al soldado Sánchez", donde nuestro Matt Damon particular será Pedro Sánchez, el cual será el protagonista que consumará el proceso de desmantelamiento del Estado español en favor de las instituciones regionales de los llamados "Territorios históricos". Un proceso en el que la permanencia del socialismo español al frente del gobierno es crucial para que se lleve a cabo, ya que los independentistas y terroristas necesitan tanto del PSOE como el PSOE de ellos.

Si volvemos al hecho de que la cabra siempre tira al monte, el PSOE siempre ha tirado al monte con el nacionalismo e independentismo catalán, vasco, gallego, etc (Ya se vio en la Restauración y, sobre todo, durante la II República), así como con el terrorismo etarra (¿O acaso no era la izquierda española la que defendía los atentados durante el franquismo porque, según ellos, ETA atentaba en favor de la libertad?). En definitiva, nos esperan tiempos oscuros en el que, como siempre, quienes saldrán ganando será el sistema político con un sistema reformado pero más desestructurado (Ya saben, cambiarlo todo para que nada cambie) en detrimento de una sociedad cómplice que tendrá lo que se ha buscado, pero que será nuevamente la que salga perdiendo. 

viernes, 18 de agosto de 2023

Europa empieza en los Pirineos


Decía Manuel Fraga, cuando entonces estaba de ministro en el gobierno de Franco, aquella famosa frase que ha pasado a la posteridad: "Spain is different". Esta frase que se originó durante los años sesenta (Los años de desarrollo en el Franquismo) sigue siendo a día de hoy más aplicable que nunca. Otra que también ha pasado a la historia es aquella que dice "Europa empieza en los Pirineos". Y es que sólo basta con ver en lo que se ha convertido España para darse cuenta de que los problemas de este país no tienen solución alguna ni comparación con ningún país de nuestro entorno europeo. Ya he dicho en varias entradas anteriores que la llegada de un gobierno del PP con VOX serviría simplemente para retrasar un poco el estallido de lo que está por venir. Por el contrario, con el mantenimiento del PSOE y compañía en el poder, ese estallido no haría sino acelerarse de forma imparable. Con los resultados de las pasadas elecciones generales del 23-J se ha demostrado lo que los españoles quieren (Estallido cuanto antes), y eso es lo que vamos a tener en los próximos años.

La sesión constitutiva de hoy de las Cortes Generales es la propia de un país tercermundista (Con todos mis respetos hacia estos países, los cuales seguramente tengan más dignidad que nosotros). La toma de posesión de los diputados y senadores de acatar la Constitución bajo juramento o promesa ha venido acompañada de exclamaciones como: "Por la República Catalana", "Por la República Vasca", "Por un país plurinacional, diverso, feminista, multicultural", etc. Expresiones todas ellas que dan vergüenza ajena y que demuestran hasta qué punto hemos llegado no ya en términos políticos (Que también), sino en términos sociales. Por no hablar de la elección de la hasta hace un mes presidenta de las Islas Baleares y desde hoy nueva presidenta del Congreso, Francina Armengol. Una sujeta independentista que estuvo en el punto de mira hace relativamente poco cuando se descubrió que el gobierno que ella presidía en Palma era conocedor y encubridor de una red de tráfico de drogas y prostitución de menores, las cuales estaban bajo la tutela del gobierno balear. Eso en otro país le hubiese costado a esta miserable la cárcel, aquí se le premia con el nombramiento del tercer cargo más importante del Estado. Parafraseando a Fraga de nuevo: "Spain is different".

Pues bien, tras su elección como nueva presidenta del Congreso, lo primero que ha hecho esta delincuente es autorizar que los partidos independentistas, terroristas y nacionalistas puedan hacer uso de sus respectivas lenguas en la Cámara Baja. Una broma que va a salir bastante costosa al Estado (Es decir, a los españoles), y todo para que el señor Sánchez pueda seguir perpetuándose de forma vitalicia en el poder y hacer uso del mismo para desmembrar sin prisas pero sin pausas el país. Va a ser curioso a la vez que deplorable y vergonzante ver cómo mientras el gobierno de España es sustentado por un prófugo de la Justicia, unos condenados por sedición y unos asesinos condenados por terrorismo, todo Dios hará uso del pinganillo para saber vía traductor qué está diciendo su interlocutor en el Congreso. La cuestión de los traductores sería comprensible, claro está, si hablásemos de Bruselas y del Parlamento Europeo, pero cuando hablamos de un parlamento nacional, donde existe un idioma común en el que poder comunicarse que es el español/castellano, pues como que a uno le da por un lado la risa y por otro lado vergüenza al comprobar hasta qué punto de degradación hemos llegado. 

¿Acaso alguien piensa que esto ocurriría en la Asamblea Nacional francesa? ¿En la Cámara de los Comunes en Londres? ¿En el Bundestag alemán? ¿En el Parlamento belga? Por supuesto que no; pero tenemos la "maravillosa" suerte según algunos de vivir en una nación plurinacional y en un país de países (Esto último no lo digo yo, sino Yolanda Díaz), por lo que debemos ser tolerantes, abiertos y respetuosos con todas las culturas, lenguas y nacionalidades que componen la plurinacional nación española, aunque eso suponga cargársela en beneficio de las demás. Queda una vez más demostrado que aquello que nació por accidente y contra todo pronóstico hace veinte años con la llegada del PSOE de Zapatero (España plurinacional, reconocimiento de las nacionalidades, etc) es el eje central de la política y la sociedad española de 2023 y la que determinará su futuro.

Una política y una sociedad que avanza inexorablemente hacia su propia destrucción con una permisividad absoluta por parte de todos. El sectarismo, el extremismo, el catetismo, la ignorancia, la mamandurria y la corrupción son las características principales tanto de una clase política como de una sociedad que está más próxima en términos de mentalidad a África y a Hispanoamérica que a Europa. Sí, he dicho bien. España es una nación que nunca ha tenido mentalidad europea, ni siquiera ha hecho el más mínimo intento por demostrarlo. Eso sí, si algo ha sabido demostrar España en estos cuarenta y cinco años desde la instauración del Sistema de 1978 es que no sabe vivir en aparente libertad, ni mucho menos concienciarse del tipo de sistema político en el que vive (Que ni muchísimo menos es una Democracia). En los países europeos de nuestro entorno, la Democracia y la libertad se fueron conquistando paso a paso, y a base de sangre, sudor y lágrimas. Aquí, tras la muerte de Franco, algunos vendieron la moto al personal de que lo que estaba por venir de forma inminente era una democracia plena y unas libertades completas. Nada más lejos de la realidad. Cualquiera que analice la situación sabe que ni España es una democracia parlamentaria (Ya hablé de esto en mi última entrada), ni vivimos bajo un régimen pleno de libertades donde se respeta la libertad de expresión, ideológica, etc. El problema radica en que aquí el personal ha venido confundiendo libertad con libertinaje. Eso sí tenemos en España, y de sobra. Un libertinaje que nos ha llevado al declive más absoluto y del que nunca conseguiremos remontar ya. 

¿Acaso soy libre de decir cuáles son mis ideas políticas sin que se me estigmatice socialmente? En absoluto ¿Acaso puedo decir libremente y sin que se me tache de mala persona cuáles son mis ideas con respecto al cambio de sexo, el aborto, la inmigración, el feminismo, etc? No. Estos y otros muchos ejemplos más nos hacen una idea del mal concepto de libertad que tienen los españoles, los cuales creen que viven en un sistema libre, pero que de inmediato te descalifican en cuanto comprueban que tus ideas no comulgan con las de ellos. Todo esto mientras el Estado legisla en favor de leyes cada vez más liberticidas en favor del progreso, las cuales son el germen de la decadencia social y que a su vez son ampliamente aceptadas por la mayoría de la población (A ver quién es el guapo que dice que no).
 
Volviendo a la sesión constitutiva de las Cortes debo añadir que me resulta curioso cómo aquí el personal vive de lo público desde su juventud hasta su madurez. El hecho de ver a personajes como Patxi López (Al cual no se le conoce ningún oficio fuera de la política en toda su puñetera vida), Guillermo Fernández Vara (El cual decía hace un mes que abandonaba la política y hoy ha tomado posesión como vicepresidente del Senado), Javier Arenas (Que no sabe lo que es bajarse de un coche oficial desde hace cuarenta años) o incluso Mari Mar Blanco (La cual tras traicionar la memoria de su hermano lleva casi treinta años viviendo de un sueldo público como consecuencia del asesinato terrorista contra él) demuestra el negocio que supone tener vocación pública. 

Sí, por muy duro que resulte, esta es la realidad española; la de una serie de sujetos que llevan toda su vida viviendo de lo público mientras se hacen llamar a sí mismos "Servidores públicos". A esta mamela ya se han subido para siempre los propios enemigos de España, desde independentistas que han perpetrado golpes de estado contra la Constitución hasta terroristas que hace sólo dos días asesinaban a personas inocentes para posteriormente regocijarse en la desgracia que habían perpetrado. Y es que aunque a algunos se les haya olvidado o pretenden olvidarlo, en España ha existido (Y sigue existiendo a día de hoy) el terrorismo etarra. Ese que tantos cientos de muertos lleva a sus espaldas y que con la colaboración del independentismo, del nacionalismo y de la izquierda en general viven a costa del erario público. Este es pues otro signo inequívoco del deterioro de este país; el de una clase política que vive al margen de la ciudadanía y que está compuesta por lo peor de cada casa. 

El problema está en que la sociedad no dista mucho de su clase política (Algo normal si tenemos en cuenta que los políticos son ciudadanos que surgen de la propia sociedad). Buena prueba de ello es el sectarismo y la ignorancia con la que se caracteriza la sociedad española, la cual cree firmemente que vive en el Siglo XVI, y que España está compuesta entre ricos malvados y pobres ingenuos. Una anécdota curiosa se produjo hace un mes, días antes de las elecciones generales. En la semana que se iban a celebrar los comicios corría como la pólvora por Internet un mensaje que recomendaba urgentemente ver la película "Los santos inocentes", para concienciarse de lo que estaba por venir según lo que se votase. Claro, uno ve este tipo de mensajes y piensa "Hay que ser gilipollas e ignorante para decir esto"; el problema está en que seguramente más de uno lo tomaría en cuenta. Ante este panorama uno piensa en cómo nos verán desde el extranjero cuando contemplan la mentalidad tan atrasada, simple, vulgar e ignorante que predomina en España. Una mentalidad que en nada tiene que ver con los países europeos y mucho en común con los países africanos de nuestro entorno (Marruecos, Argelia), así como de los países Hispanoamericanos, los cuales son el fiel reflejo de nuestro presente, pasado y futuro. 

Un país donde se premia la corrupción, la criminalidad y el terrorismo, donde la ignorancia es el pan nuestro de cada día, el sectarismo la religión oficial del país y la mamandurria la forma de ganarse la vida, es un país que no tiene futuro ni esperanza. Por no hablar de una ciudadanía que reniega de su país y de sus símbolos. Recuerdo cómo hace unos años una conocida fue agregada a un grupo de WhatsApp; ese grupo tenía un dibujo de la bandera de España. Pues bien, tal y como entró la susodicha procedió a irse del grupo, no sin antes afirmar que ella no iba a ser integrante de un grupo que llevase de dibujo la bandera de España, y que sólo se quedaría si se eliminaba la bandera. Como naturalmente dicha exigencia no se le concedió, la afectada (Española al 100%) se marchó al instante por donde había venido. La pena de todo ello fue que por mi parte no me diese tiempo en decirle antes de abandonar el grupo que de la misma forma que renegaba de los símbolos del Estado, bien podía renegar también de las pagas y ayudas estatales a las que lleva acogiéndose toda su vida. Si reniegas de los símbolos de tu país, también debes renegar de las ayudas económicas que éste te ofrece. O al menos eso creo yo.
 
En definitiva, vivimos en un país en clara decadencia y sin posibilidad de recuperación. Si alguien me pregunta qué recomiendo hacer en el contexto en el que nos encontramos, yo se lo digo muy rápidamente: Irse de España. No hay otra alternativa. Cualquier persona que pueda permitirse económicamente instalarse fuera de este país y dispone de los medios y la capacidad para hacerlo, que no lo dude. Yo también lo haría (Y lo haré si llegase el caso, que a nadie le quepa la más mínima duda). Cualquier lugar de Europa sería idóneo si tienes formación y recursos económicos: Austria, Alemania, Suiza, Bélgica, Países Bajos, Suecia, Noruega o Reino Unido. E incluso fuera de Europa: Estados Unidos, Canadá, Australia, Nueva Zelanda, para quien se lo pueda permitir, lógicamente. Comprendo que en todos los lugares se cuecen habas, pero una cosa es convivir con problemas cotidianos de ámbito nacional y otra muy diferente es vivir en un país donde se cuestiona absolutamente todo; en donde la criminalidad se ampara, la defensa de tus intereses es castigada, la división, el rencor y el enfrentamiento son los protagonistas cada día tanto en términos sociales, como geográficos como políticos, la desigualdad campa a sus anchas y el odio y la envidia son el deporte nacional. Este país en una situación como la actual no puede resistir mucho tiempo... o quizás sí, lo cual sería el peor de los escenarios; Que nada reviente y todo siga como hasta ahora. Aún así, pase lo que pase, es preferible que lo que esté por venir lo vea desde fuera aquél que tenga desde ya la oportunidad de largarse de aquí cagando leches. 

martes, 8 de agosto de 2023

El problema es el sistema


Mucho se está hablando en estos días de la situación en la que se encuentra sumida España tras los resultados de las elecciones generales del pasado 23 de julio. Unos resultados que han vuelto a dejar al descubierto los graves fallos que tiene el sistema constitucional y que con toda probabilidad no van a ser solventados por el próximo gobierno que se forme, con independencia de quien sea. Unos fallos que no se resuelven ya con meras reformas, sino con la derogación del actual sistema político. Y es que la Constitución de 1978 y el sistema político de la Transición está muerto pero no enterrado. Lo llevo diciendo desde que cree este blog hace diez años y sigo diciéndolo a día de hoy. Son muchas las cuestiones que quiero abordar en esta entrada sobre los problemas que deben ser no ya revisados, sino derogados en su totalidad. El problema está en que esa capacidad sólo la tienen los partidos políticos, los cuales han vuelto a dejar al descubierto que son el primer problema que tiene este país junto con la ignorancia y la complicidad del conjunto de la sociedad española.

Para empezar hay que decir que lo que llevamos viviendo desde 1978 no es un sistema democrático, sino un sistema partitocrático en donde el Poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial recae sobre aquellos sujetos que ejercen cargos relevantes dentro del partido político de turno, lo cual supone una violación en toda regla de la separación de poderes que en teoría debe garantizar un Estado de Derecho. Como dijo en su momento mi profesor de Derecho Constitucional "Quien gobierna en España no es el presidente del gobierno, sino el secretario general del PSOE o el presidente del PP". Es decir, el líder del partido político con mayor apoyo parlamentario es quien forma gobierno y por ende quien tiene la capacidad de mando durante los próximos cuatro años. Pero esa capacidad de decisión la hace en función de sus intereses como líder de su partido y no como presidente del gobierno en sí. Es por ello por lo que desde el momento en que toma posesión como jefe del gobierno comienza a nombrar a sus afines en todos los altos cargos de la administración estatal como si él mismo fuese el dueño del Estado (Algo que no es así en la teoría, pero sí en la práctica). 

Un periodo como jefe del gobierno en el que ni la Constitución ni ninguna Ley establece un límite, ya que España, al ser una Monarquía Parlamentaria, no regula ningún límite de tiempo en el que el presidente del gobierno puede estar al frente del país. Algo bastante preocupante si tenemos en cuenta el caso de Pedro Sánchez, el cual ya ha avisado que tiene pensado mantenerse como jefe del ejecutivo durante "Bastantes años", según él. Ya pasó también con Felipe González, el cual estuvo durante catorce años al frente del gobierno; e incluso Adolfo Suárez afirmaba durante la Transición (Viene recogido en libros biográficos sobre él) que tenía pensado estar de presidente del gobierno hasta el año 2010. Si aquí la legislación no establece de forma clara y rotunda el límite de años que una persona puede estar al frente del Poder Ejecutivo, tenemos pues un grave problema; ya que este escenario provoca que el jefe del gobierno pueda estar de forma ilimitada en el ejercicio de su cargo, convirtiendo de facto su presidencia en un régimen personalista en el que nada ni nadie puede hacerle sombra. Dicho escenario se agrava aún más si quien está al frente del país es una persona como Pedro Sánchez, al cual le es indiferente ganar o perder las elecciones, siempre que cuente con mayoría parlamentaria para seguir de forma indefinida en el poder (Aunque esos apoyos parlamentarios vengan de formaciones que quieren liquidar la soberanía española).

El próximo día 17 de agosto se constituyen las cámaras del Congreso y del Senado, saliendo de ahí la persona que presida las respectivas cámaras. ¿Acaso quien salga va a ser una persona independiente? Por supuesto que no. En el Congreso saldrá elegido previsiblemente algún alto cargo del PSOE con el apoyo de los independentistas, etarras, podemitas y demás morralla, mientras que en el Senado saldrá elegido algún alto cargo del PP, ya que en estas últimas elecciones los populares han obtenido mayoría absoluta en la Cámara Baja. Es decir, la presidencia del Congreso recaerá sobre la persona que previamente decida el líder del PSOE y actual presidente del gobierno y jefe del ejecutivo. ¿No habíamos quedado en que el Poder Ejecutivo no puede usurpar los poderes que le corresponden al Poder Legislativo y a la inversa? Por supuesto, pero como aquí no vivimos en una democracia sino en una partitocracia, pues cada uno hace lo que le da la gana. Buena prueba de ello es que los diputados y senadores son aquellos sujetos que designa de previamente y de forma personal el líder de cualquier partido político, y no cualquier persona que de forma democrática decida presentarse por su respectiva formación, quedando a la libre voluntad de los ciudadanos si esa persona es elegida por su circunscripción o no. Otra prueba más de que el pez se muerde la cola, ya que en este caso son los líderes de los diversos partidos los que deciden por los ciudadanos quién sí y quién no les representa por su circunscripción electoral y en qué puesto de la lista. Luego la ley D'Hont hace el resto.

Eso por un lado, por otro tenemos la usurpación del Poder Ejecutivo sobre el Poder Judicial. ¿Recuerdan ustedes aquello de "¿De quién depende la Fiscalía?"? Pues eso. Nombramientos como el de la Fiscalía General del Estado o la renovación periódica del Consejo General del Poder Judicial demuestran claramente la posesión que los partidos políticos ejercen sobre un poder (En este caso el Judicial) que en teoría debe ser independiente y ejercido por personas ajenas a la actividad política. Pero nuevamente hay que recordar que vivimos en España, y los últimos nombramientos en el Poder Judicial a personas como Cándido Conde-Pumpido (Actual presidente del Tribunal Constitucional) y Dolores Delgado (Fiscal General del Estado hasta el año pasado) son una prueba inequívoca de que en este país basta con tener el carnet de afiliado del partido político de turno que gobierna para poder ejercer las altas magistraturas del Poder Judicial. Por no hablar de la renovación del Consejo General del Poder Judicial, el cual lleva cinco años en funciones a la espera de que los principales partidos políticos alcancen un acuerdo para designar a los nuevos vocales de este organismo. Como se puede comprobar, todo muy independiente. Si el Poder Legislativo no se pone de acuerdo, el Poder Judicial queda bloqueado hasta nueva orden.

Por otro lado tenemos el tema siempre pendiente de la Corona. En estos días se está hablando de la encrucijada en la que se encuentra actualmente el rey a la hora de decidir si es Pedro Sánchez o Alberto Núñez Feijóo quien debe acudir a la investidura para postularse como presidente del gobierno. Debo decir que en otros países de nuestro entorno, esta situación es mucho más rápida y fácil que en España, ya que en Reino Unido es costumbre que el líder del partido político más votado sea llamado al día siguiente por el rey para formar gobierno y ser investido en ese mismo momento. Así, sin más trámites. En lo que respecta a Portugal es el presidente de la República el que, tras una serie de conversaciones con los partidos con representación parlamentaria, designa directamente al primer ministro del país. En Francia por ejemplo es también el presidente de la República quien designa libremente al primer ministro francés (Normalmente de su partido político), aunque puede verse obligado a nombrar en algún momento al líder del partido de la oposición si su formación es la que ha ganado las elecciones legislativas.

Aquí sin embargo nos encontramos con un proceso que suele durar entre uno y dos meses. Para empezar, el rey convoca a los líderes de los principales partidos políticos no para nombrar a un presidente, sino para decidir quién de ellos reúne los votos necesarios para ir a una investidura, con independencia de que luego esa investidura resulte o no fallida. Una vez obtenida esa investidura, el rey finalmente designa a esa persona como presidente del gobierno. Si por el contrario es rechazada su investidura, el jefe del Estado debe ir nuevamente a consultas para designar, repito, no a un presidente, sino a un candidato a presidente que posteriormente debe nombrar si es investido. En resumidas cuentas, el rey no tiene margen para gestionar la formación de un gobierno. En otros países de nuestro entorno podría ocurrir perfectamente que si el candidato con mayores apoyos parlamentarios lo es con el apoyo de partidos que tienen como objetivo la disolución del país, el jefe del Estado podría perfectamente rechazar esa candidatura. Aquí por el contrario el rey debe llevar la procesión por dentro y aceptar esa candidatura. ¿Por qué? Por dos razones: la primera porque vivimos en una Monarquía Parlamentaria, donde el jefe del Estado no es una persona elegida por el pueblo, sino un monarca; por ello no tiene capacidad decisoria ya que no tiene legitimidad democrática para "Llevar la contraria" a lo que en teoría ha votado mayoritariamente la población. La segunda es que cuando se redactó la Constitución de 1978, sus autores no querían que el por entonces rey Juan Carlos I y ahora el rey Felipe VI llevase a cabo lo que en España se denomina como "Borbonear". ¿Qué es eso? La facultad que la Constitución le otorga al rey para poder tener capacidad de decisión en los asuntos políticos. En 1978 estaba muy presente todavía el papel activo que en su momento realizó el rey Alfonso XIII, el cual fue responsable de muchas de las circunstancias que ocurrieron posteriormente en España. Por ese motivo decidieron no dejar ningún margen de maniobra al rey para poder llevar a cabo ningún tipo de gestión en los asuntos públicos. El problema está en que tan desplumado de poder dejaron hace cuarenta y cinco años la jefatura del Estado que ahora es imposible que ésta pueda hacer frente a ninguna crisis política.

Después tenemos la eterna cuestión territorial, es decir las Comunidades Autónomas. Un sistema territorial que provocó que todos los partidos políticos (Sedientos de poder tras cuarenta años sin poder chupar del bote como consecuencia del Franquismo) pudiesen tener su propio reino de Taifas. Se comenzó con aquellos territorios que la Constitución denominó como "Nacionalidades" (El primer gran fracaso a la hora de redactar la Carta Magna), es decir Cataluña, País Vasco y Galicia. Posteriormente se sumaron Navarra, las dos Castillas, Andalucía, etc. De esta forma se creó un monstruo que lo único que ha provocado en estos cuarenta y cinco años ha sido alimentar y agrandar las ansias de nacionalismo en las denominadas "Regiones históricas". El hecho de que los dos principales partidos políticos hayan pactado con el nacionalismo vasco y catalán para poder formar gobierno ha llevado a que una vez instalados éstos en el poder, los sucesivos gobiernos hayan recompensado a sus socios otorgándoles competencias que según la Constitución, eran de carácter estatal. Esto es un problema en el cual los responsables han sido los dos principales partidos políticos desde la Transición (Tres si contamos a la UCD): PSOE y PP. Los mismos que por otro lado se han visto beneficiados de ese reino de Taifas que he mencionado anteriormente y que son las propias Comunidades Autónomas, las cuales algunos quieren renombrar ahora como Estados en una futura reforma constitucional que nos llevaría a un sistema federal o incluso confederal, y que supondría darle más poder a los distintos territorios que forman España, lo cual no solucionaría nada, salvo darle más poder si cabe a los gobiernos regionales y retrasar un poco el debate de la independencia en Cataluña y País Vasco, aunque seguramente la lista aumentaría después si este escenario se produjese.
 
Si el primer fallo (E incluso fracaso, si se quiere denominar así) a la hora de redactar el título octavo de la Constitución fue la creación del nacionalismo a la hora de definir a los territorios históricos como "Nacionalidades", el segundo fue la creación en sí del propio sistema autonómico, el cual ha provocado la creación de una extensa red clientelar en favor de los partidos políticos que gobiernan en los distintos territorios de España, así como la creación de unos semi-estados en las que cada presidente de su respectiva Comunidad Autónoma se siente como un jefe del Estado en su territorio, el cual maneja como si de su propio cortijo se tratase. Con las continuas cesiones que el Estado ha otorgado a las Comunidades Autónomas en materias tan esenciales como la sanidad y la educación entre otras (En algunos casos incluso la seguridad ciudadana y el sistema tributario, como es el caso de Cataluña, País Vasco y Navarra), los presidentes autonómicos se han convertido pues en los verdaderos gestores de las cuestiones más relevantes que afectan a la ciudadanía, convirtiéndose a su vez en virreyes con palacios, privilegios y un sinfín de poderes que dejan al descubierto las verdaderas intenciones del porqué de la creación del sistema autonómico, que no son otras que las de crear en cada región de España un chiringuito respectivo para los partidos políticos. Ya lo dijo el ex presidente del gobierno, Adolfo Suárez, cuando proclamó aquello de "Café para todos", lo cual lo vendieron como una forma de "Acercar la administración al ciudadano". Definitivamente, después de cuarenta y cinco años se ha podido contrastar que lo que se definió en su momento como una forma de acercamiento entre la administración y la ciudadanía no era más que un simple reparto del pastel.

Por último y para terminar debo hacer hincapié en otra de las cuestiones que estos días está más que nunca de actualidad. Me refiero al sistema electoral. Desde hace cuarenta y cinco años el sistema electoral está regulado de forma desigual, de forma que los ciudadanos de una provincia tienen, en función del tamaño de su territorio, mayor o menos ventaja a la hora de hacerse válido su voto. Esto ha provocado que desde 1978 los partidos nacionalistas hayan podido obtener mayor facilidad a la hora de obtener representación parlamentaria que un partido que se presenta a nivel nacional en todo el país. De esta forma, los nacionalistas han sido y siguen siendo a día de hoy aquellos partidos sobre los que descansan la gobernabilidad de España. Un escenario que ha provocado, como ya he dicho anteriormente, que el Estado haya ido menguando su poder, su autoridad y sus competencias en favor de los organismos autonómicos, en especial de aquellos en donde gobierna el nacionalismo. Algo que por otra parte no les importa lo más mínimo ni a Pedro Sánchez ni a Alberto Núñez Feijóo, ya que ambos están buscando el apoyo de los nacionalistas para ser investidos. Por otra parte está la cuestión relacionada sobre la obligación o no de que gobierne la lista más votada tanto a nivel nacional, como autonómico, como local. En España, hasta el año 2015, era costumbre de dejar gobernar al partido que había ganado las elecciones generales; sin embargo, desde la llegada de Sánchez a la secretaría general del PSOE en 2014, esa tradición pasó a mejor vida. De hecho en estas últimas elecciones el partido más votado ha sido el PP de Feijóo, y sin embargo el actual presidente del gobierno ya ha anunciado que cuenta con los apoyos necesarios para seguir gobernando.

Hay quienes preguntan que de ser así, ¿Para qué molestarse en ir a votar? Total, el que pierde puede seguir si quiere. ¿Para qué votar por una alternativa si luego la ley no establece que esa alternativa pueda formar gobierno si tiene mayoría de votos? Por no hablar del peligro que conlleva que los partidos políticos no escuchen el veredicto de las urnas, lo cual corrobora la tesis de que los intereses de los partidos no son los del interés general. Esta cuestión es pues otro grave fallo o fracaso del sistema electoral español, ya que al no determinarse por Ley la obligación de que gobierne la lista más votada, el sistema político no reconoce ni acepta el resultado de las urnas. Pero esto es un problema que ninguno de los dos principales partidos desean solventar. Por ello, ni la regulación por Ley de que gobierne la lista más votada, ni el reparto igualitario del voto en todas las circunscripciones de España, ni la cuestión de la dependencia nacionalista sobre la gobernabilidad estatal son cuestiones que ninguno de los dos principales partidos quieren poner encima de la mesa para poner fin al incesante chantaje que desde hace cuarenta y cinco años se viene realizando desde Vitoria y Barcelona hacia el resto del país. En Madrid no quieren ni oír hablar sobre una posible reforma electoral. Lo más cerca que hemos estado a la hora de abordar este asunto fue cuando Feijóo dijo hace un mes en plena campaña electoral que estaba dispuesto a reformar la ley electoral... para que las elecciones no se puedan celebrar en verano. Algo que es bastante curioso, ya que él, en calidad de presidente de la Xunta de Galicia, convocó elecciones autonómicas en su territorio en julio de 2020. En fin, vivir para ver.

En mi opinión, el problema no radica ya en la permanencia o no de Pedro Sánchez en el poder. Ya he dicho en otras entradas anteriores que lo que ocurriese tras estas elecciones sólo serviría para ir directamente a la disolución de España como Estado-Nación con Sánchez al frente, o retrasar un poco ese escenario con Feijóo como presidente. Sin embargo el intento de ambas formaciones de entablar conversaciones con los nacionalistas, incluso con Puigdemont por parte del PSOE y del PP (Esto último es lo más sorprendente), no hace sino confirmar que España está condenada al suicidio, con independencia de quien forme gobierno, que en mi opinión será Sánchez nuevamente. En mi opinión, la solución (Si es que se puede hablar a estas alturas de este término) pasaría por ir hacia un sistema de República Semipresidencial al estilo francés, en donde el Presidente de la República tuviese poderes ejecutivos sobre los asuntos de Estado, así como plenos poderes a la hora de llevar a cabo la política exterior y militar del país. Regular una nueva Ley Electoral en la que se establezca la obligación de que gobierne la lista más votada, además de prohibir los partidos nacionalistas, independentistas y terroristas, así como igualar la validez del voto en todas las circunscripciones en España, con independencia del tamaño de las provincias. Por otro lado avanzar hacia una Constitución en la que el sistema territorial sea unitario y en donde el único poder político subordinado al estatal sean los gobiernos locales.

Por otro parte, realizar un referéndum sobre el tipo de Democracia hacia el que España quiere ir: Un sistema representativo o un sistema participativo. Separación e independencia absoluta entre los tres poderes (Ejecutivo, Legislativo y Judicial), las cuales estarían reconocidas y garantizadas en la Constitución y reguladas de forma clara y precisa por Ley Orgánica, así como la participación directa de cualquier ciudadano en la actividad política y la elección directa de éstos por parte de los votantes. Y ya por último establecer en la Constitución la limitación de mandatos a dos legislaturas para todos los cargos públicos (Desde el presidente del gobierno hasta el último concejal, pasando por los diputados, alcaldes, etc), así como el reconocimiento claro de la nación española y la garantía absoluta de su unidad territorial. Creo que con estas bases se podría avanzar hacia una España más próspera, unida y fuerte. El problema está en que vivimos en una realidad bien distinta, y nada ni nada va a parar la desintegración que se nos viene encima. Una desintegración que será gracias no sólo a los políticos de turno, sino sobre todo al sistema que nació hace cuarenta y cinco años y que ahora hace aguas por todos lados.