domingo, 30 de abril de 2023

Del Papa viajero al Papa teólogo


Antes de que terminara este mes de abril quería hacer hincapié sobre dos acontecimientos de los que este mes se han cumplido dieciocho años. Me estoy refiriendo al fallecimiento en abril de 2005 del Papa Juan Pablo II, así como a la elección de Benedicto XVI como nuevo Obispo de Roma en abril de ese mismo año. Unos acontecimientos que supusieron un punto y aparte en la historia de la Iglesia Católica. Se producía así la muerte de uno de los Papas más carismáticos y relevantes del Catolicismo, así como la desaparición de uno de los líderes mundiales más relevantes del Siglo XX, y la llegada de otro de los Papas cuyo mandato se caracterizó por la discreción y el conservadurismo, pero que acabó con una de las decisiones más relevantes y revolucionarias de la historia vaticana, como fue su abdicación en febrero de 2013.

Y es que la segunda mitad del Siglo XX no se entiende sin la presencia de Juan Pablo II; un Papa que llegó en el tumultuoso 1978, año en el que se produjo en agosto el fallecimiento de Pablo VI, y tras el brevísimo paso de Juan Pablo I por la curia vaticana (Cuyo repentino, polémico y misterioso fallecimiento sigue dando y mucho que hablar a día de hoy) en septiembre, llegó la inesperada elección de un joven cardenal polaco de 58 años, el cual se convirtió contra todo pronóstico en el primer Papa no italiano en más de cuatrocientos años. De esta forma Karol Wojtyla se convertía en Juan Pablo II, el cual supo ganarse a la mayoría de creyentes católicos y no católicos en todo el mundo por su carisma, sobre todo en las generaciones más jóvenes, lo cual hizo que muchos lo llamaran "El Papa de los jóvenes". 

Pero aparte de eso, Juan Pablo II se caracterizó en los 27 años que duró su pontificado por su férrea defensa del anticomunismo (Hay que entender que él provenía de la Polonia comunista), lo cual hizo que se convirtiera en un personaje clave a la hora de poner fin a la Guerra Fría. Esto hizo que se convirtiera en todo un referente para los sectores conservadores/neoconservadores, los cuales vieron en Juan Pablo II todo un referente a nivel mundial y religioso, del mismo modo que lo era Ronald Reagan en América y Margaret Thatcher en Europa. Se puede decir pues que Juan Pablo II fue un Papa bastante, no digo que activo, pero sí influyente en términos políticos (Quizás uno de los más influyentes en los últimos tiempos, después de Pio XII). Otra de sus características como Sumo Pontífice fueron sus continuas visitas oficiales por todo el mundo, hasta el punto de ser llamado también en términos coloquiales como "El Papa viajero". De hecho, en lo que a España se refiere, visitó hasta en cinco ocasiones nuestro país (Entre octubre y noviembre de 1982, en octubre de 1984, en agosto de 1989, en junio de 1993 y por último en mayo de 2003). Algo que dista mucho del actual Papa, el cual no se ha interesado ni lo más mínimo en visitar España en los diez años de pontificado que lleva a sus espaldas, lo cual deja más que patente su rechazo y desprecio a España y todo lo que representa el legado de ésta en Hispanoamérica.

A pesar del atentado del que fue víctima y que casi le cuesta la vida en 1982, y la debilitación y deterioro de su salud a medida que iban pasando los años, así como la lucha contra el párkinson que llevaba sufriendo desde la década de los 90, Juan Pablo II se negó en rotundo a abdicar (Aunque se dice que varias veces pensó seriamente en dicha posibilidad), llevándolo a fallecer en el cargo el 2 de abril de 2005. Tras él llegó el que yo considero como "El Papa teólogo", la mano derecha de Juan Pablo II, el cual respetó y mantuvo su legado: El alemán Joseph Ratzinger, el cual se convirtió el 19 de abril de 2005 en Benedicto XVI, a la edad de 78 años. Se puede decir que su nombramiento, a pesar de ser uno de los favoritos en suceder a Juan Pablo II, fue un alivio para algunos sectores de la curia vaticana, los cuales temían cuál podría ser el futuro de la Iglesia tras el fallecimiento de Woijtyla.

Sin que provocase ninguna sorpresa para nadie, Benedicto XVI siguió la estela de Juan Pablo II, aunque se puede decir que su relevancia o influencia política no fue tan destacada como la de su antecesor. Ratzinger era, a diferencia de Woijtyla, un cardenal más interesados en cuestiones teológicas y filosóficas, lo cual no le alejaba en absoluto del conservadurismo que profesaba su mentor. Así pues, Benedicto XVI continuó con la política que durante casi 30 años había imperado en el Vaticano, aunque con mucha más discreción. Es entonces cuando desde los sectores izquierdistas y progres comienzan a poner en cuestión cualquiera de las afirmaciones originadas desde el núcleo duro del nuevo Papa. Cuestiones como el aborto, la eutanasia, la homosexualidad, la inmigración, etc, son severamente criticadas por los medios afines a la izquierda a nivel mundial, así como por la mayoría de los gobiernos progresistas. 

Es entonces cuando comenzaron a salir escándalos que empezaron a afectar a la Iglesia Católica, y que con el paso de los años acabarían siendo uno de los motivos por los que Benedicto XVI terminaría abdicando: El escándalo Vatileaks, la corrupción y la pederastia en el seno de las altas esferas eclesiásticas. Mientras esto ocurría, y a pesar de las investigaciones que se llevaron a cabo con respecto a los escándalos (Las cuales, muchos consideraron insuficientes), Benedicto XVI escribió durante los ocho años de su pontificado un total de tres libros acerca de la vida de Jesucristo, los cuales tuvieron gran éxito y corroboraron su fama de teólogo. En lo que respecta a España, llegó a visitar nuestro país en tres ocasiones (En julio de 2006, en noviembre de 2010 y el último en agosto de 2011). 
Ya en el periodo final de su pontificado, la situación en el seno de la Iglesia Católica llegó a su culmen cuando las acusaciones con respecto a la pederastia dentro del clero fueron en constante aumento (Llegando a salpicar al sacerdote Georg Ratzinger, hermano del Papa), lo que sumado al estallido del caso Vatileaks en 2011 y el deterioro de la salud de Benedicto XVI, unido a las constantes luchas de poder entre conservadores y progresistas en el seno de la Iglesia, condujeron a Ratzinger a tomar la decisión de abdicar en febrero de 2013, finalizando su Papado el 28 de ese mismo mes. Esta decisión, la cual sigue estando repleta de todo tipo de teorías y conspiraciones, supuso la primera renuncia de un Papa tras más de seiscientos años. 

A partir de entonces, Benedicto XVI adoptó el cargo de Papa Emérito, el cual siguió ostentando hasta su muerte el 31 de diciembre de 2022 en la Ciudad del Vaticano. Tras su renuncia, el sector progresista ganó la batalla al entronizar al actual Papa Francisco al frente de la Iglesia. Desde entonces, el núcleo duro del actual Papa no ha cesado en separarse de las actitudes conservadoras tanto de Juan Pablo II como de Benedicto XVI, los cuales llegaron a ser acusados incluso de tener "Conocimiento" de los casos de pederastia y de ser "Pasivos" con respecto a su actuación. A día de hoy, el Papa Francisco es catalogado por los sectores progresistas e izquierdistas como un referente moral y religioso debido a sus posiciones ideológicas, más ubicadas hacia la izquierda que hacia la derecha. Todo un cambio radical a la hora de posicionarse la Iglesia Católica sobre cuestiones morales, las cuales han sido muy frecuentes durante estos diez años de pontificado del actual Papa. 

En definitiva, se puede decir que todo ha cambiado desde hace dieciocho años, con el fallecimiento de Juan Pablo II y la llegada de Benedicto XVI. Pero sobre todo, este cambio ha sido más significativo (Para mal, en mi opinión) tras la llegada del Papa Francisco, tras la renuncia de Benedicto XVI. Un cambio que algunos consideran que ha concluido definitivamente con el fallecimiento de éste en diciembre del año pasado, ya que para algunos, Francisco tiene ahora libertad absoluta para hacer y deshacer a su antojo sin la oposición de su antecesor y la débil posición en la que se encuentra sumida actualmente el sector conservador tras el fallecimiento del Papa Emérito, los cuales se encuentran ahora "Huérfanos" de un líder y referente ideológico. Se puede decir pues que en estos momentos y para desgracia de todos, Francisco y el sector progresista son quienes verdaderamente "Cortan el bacalao", en una institución mundial tan relevante, importante, poderosa e influyente como es la Iglesia Católica. Pero como dice el refrán: "Con la Iglesia hemos topado". 

martes, 25 de abril de 2023

Sánchez vuelve con sus muertos


Hoy, 24 de abril de 2023, se ha producido la última barbarie perpetrada por el gobierno de Pedro Sánchez: La exhumación en el Valle de los Caídos de los restos del fundador y líder de Falange Española, José Antonio Primo de Rivera, aprovechando que hoy se conmemoraba el ciento veinte aniversario de su nacimiento. Una barbarie que ha tenido lugar a sólo un mes de las elecciones municipales y autonómicas del próximo 28 de mayo, en las cuales se prevé que el PSOE se lleve una severa derrota tanto en las Comunidades Autónomas como en los Municipios. Esta decisión, que vuelve a reabrir una vez más las heridas de la Guerra Civil, supone otra vez que el gobierno de Sánchez está preparado a ir a por todos y a por todo a la hora de enfrentarse a sus adversarios en las próximas elecciones de mayo, así como en las elecciones generales de diciembre.

De nuevo Sánchez vuelve a hacer uso de los muertos a la hora de hacer campaña electoral. Ya lo hizo en octubre de 2019, cuando a sólo un mes de las elecciones generales de noviembre se llevó a cabo la exhumación de Francisco Franco también en el Valle de los Caídos; todo con la idea de levantar el ánimo del electorado izquierdista para que fuesen a votar en masa al PSOE en las elecciones del mes siguiente. Como se pudo comprobar, el PSOE no sólo no ganó sino que perdió tanto votos como escaños en dichos comicios, aunque eso no eximió a Sánchez de pactar 48 horas después del recuento electoral el pacto de gobierno con Podemos, entonces liderados por Pablo Iglesias.

Y es que si una cosa no le preocupa a los españoles (A los españoles de bien, que sólo quieren vivir el día a día y dejar descansar a los muertos en paz) son las exhumaciones de las víctimas de la Guerra Civil. Sí, digo bien, las víctimas de la Guerra Civil, ya que José Antonio Primo de Rivera no fue más que uno de los cientos de miles de españoles que murieron por el hecho de pensar diferente a la otra media España que finalmente acabó con su vida. Esa misma España que 87 años después de fusilarlo lo exhuma para sacar rédito electoral de tan maquiavélico acto. 

Un acto que sólo valdrá para confortar a aquellos españoles que siguen anclados en los años treinta de hace un siglo y que desean, aunque sea a través de las exhumaciones y el borrado de nuestro pasado histórico, ganar una guerra de la que aún conservan sed de odio y venganza. Una muestra de que José Antonio no era como ellos son las palabras que dejó escritas en su testamento y que cito textualmente: "Ojalá fuera la mía la última de gota de sangre española que se vertiera en discordias civiles".  Palabras que ni Pedro Sánchez ni sus correligionarios comprenderán, ya que en ellos sólo hay palabras y actos de revancha.

Pero esto lógicamente a los socialistas y a la izquierda criminal les da exactamente igual. Ellos consideran que José Antonio era un "facha peligroso", el cual merece ser exhumado, al igual que para ellos merecía morir durante la Guerra Civil. Por otro lado es curioso que intenten unir de forma permanente los nombres de Franco y de Primo de Rivera, cuando siempre se ha sabido que las relaciones entre Franco y José Antonio nunca fueron buenas. De hecho, es conocido que Franco no hizo todo lo que estuvo en sus manos para salvar a José Antonio de ser asesinado a manos de los rojos. Y que el hecho de su muerte supuso para Franco quitarse de en medio a un rival político, ya que con su desaparición, el general se convertiría en el futuro en el máximo dirigente de Falange Española, aunque todo esto ya es otra historia. Una historia que seguramente ni conocerán los rojos ni querrán conocerla. 

En definitiva, con la exhumación de hoy de José Antonio (La quinta, para ser más exactos, y esperemos que la última) en el Valle de los Caídos, el gobierno intenta borrar su pasado como mártir en la Guerra Civil, e intenta también condenarlo al olvido para que hombres como él no vuelvan a aparecer nunca más en la historia de España. Sinceramente, me hubiese gustado saber qué pensaría a día de hoy el padre del exhumado y ex presidente del gobierno de España tras el golpe de Estado de 1923, Miguel Primo de Rivera, de todo lo que estamos viviendo en estos años. Lo que es seguro es que bajo ningún concepto hubiese permitido este ultraje contra su propio hijo ni contra España. Por cierto, una España que Miguel Primo de Rivera intentó levantar en su momento sin la oposición del PSOE, e incluso con la colaboración de algunos de sus dirigentes, como la de Julián Besteiro. Por no hablar de las buenas relaciones que el propio José Antonio mantenía con miembros destacados de la izquierda española. Esto también es memoria histórica y democrática, pero desgraciadamente no se dará en las aulas educativas. Por último añadir que si, irónicamente, tras la exhumación de Franco hace ya casi cuatro años, hemos vivido uno de los periodos más desgraciados en la historia de España, no me quiero ni imaginar qué nos deparará el futuro con esta nueva exhumación, pero seguramente no traerá nada bueno.

lunes, 24 de abril de 2023

Mucho cuidado con el tándem Sánchez-Díaz


Cuando sólo falta un mes para las elecciones autonómicas y municipales del próximo 28 de mayo, las intrigas políticas en España no hacen sino crecer conforme van pasando las semanas. Y crecen sobre todo en el seno de la izquierda con respecto a la decisión de Moncloa de acrecentar y fomentar la imagen presidencial de la todavía vicepresidenta del gobierno, Yolanda Díaz, así como la de su nuevo partido "Sumar". Una estrategia que veremos a ver por dónde sale todavía, ya que las encuestas, aunque pronostican una derrota de la izquierda tanto en las autonómicas y municipales de mayo, como en las generales de diciembre, no pronostican en cambio que esa derrota vaya a ser abultada. 

Y es que por mucho que Alberto Núñez Feijóo y el PP lo nieguen, no estamos en la situación de 2011, o en la de 1995, en la que todas las encuestas vaticinaban la derrota absoluta de la izquierda, que por entonces estaba en el poder. Tanto en 2011 como en 1995, España vivía en pleno periodo del bipartidismo, y sólo el PSOE era quien acaparaba todo el poder en la izquierda, como el PP lo acaparaba en la derecha. Pero estamos en 2023, y las circunstancias han cambiado por completo: Tanto la izquierda como la derecha están fragmentadas, y el escenario nacional no es el mismo que en 1995 y/o en 2011. En esos dos años, España estaba atravesando una crisis económica bastante severa (La de los años 90, con Felipe González, y la de 2008 con Zapatero) y el paro estaba por las nubes. También hay que destacar que en 1995, España vivía una situación bastante grave con respecto a la corrupción generalizada en todo el Estado, mientras que en 2011 la mayoría social le dio la espalda al PSOE al originarse el llamado 15-M. 

¿Qué quiero decir con esto? Pues que actualmente no se dan las circunstancias que sí se daban en 1995 y 2011 para que hubiese un cambio de gobierno que pudiese desalojar a la izquierda del poder. Y es que si algo ha demostrado los casi cincuenta años de sistema constitucional en España, es que los gobiernos no caen de una forma tan sencilla. Deben de darse una serie de circunstancias sociales que lleven a la población a votar a otro partido político. Y si nos centramos en el PSOE, éste sólo ha salido del gobierno cuando hemos estado en plena crisis económica, algo que aunque todos los economistas indican que estamos a las puertas de una nueva crisis, ésta todavía no ha llegado, ni siquiera ha hecho mella en el bolsillo de los ciudadanos. 

Pero volviendo a Yolanda Díaz y su tándem con Pedro Sánchez, que es de lo que me interesa hablar esta noche, debo decir que hay que andarse con mucho cuidado con esta estrategia, la cual podría llevar perfectamente a la izquierda a seguir gobernando tras las próximas elecciones generales. ¿Cómo? Muy sencillo. Ya es sabido por todos que la marca de Podemos está totalmente quemada y desgastada, y eso Sánchez y Díaz lo saben, por eso han puesto en marcha Sumar, una marca blanca de Podemos que se encuentra a medias entre el Podemos que en su momento pretendían instaurar los adversarios de Pablo Iglesias con Errejón al frente, y el PSOE socialdemócrata y moderno que ahora parece representar Yolanda Díaz a través de Sumar. 

Teniendo Díaz a los votantes desencantados del PSOE por un lado, y a los descontentos de Podemos por otro, ya tiene la actual vicepresidenta una base electoral bastante fuerte como para ir a las autonómicas y municipales en mayo, y a las generales en diciembre sin necesidad de contar con Irene Montero, Ione Belarra y todo el séquito de Pablo Iglesias. Un Pablo Iglesias que ya ha advertido que pese a las discrepancias en la izquierda, ésta debe ir unida a las elecciones, lo cual se interpreta en que para estos tipos, lo primero es ganar sí o sí las elecciones, y luego ya se hablará de cómo repartir el pastel. Esto Sánchez lo sabe, por eso está potenciando al máximo la imagen de Díaz en detrimento de las nenas de Pablo Iglesias. La cuestión es ¿Qué ocurrirá si Díaz saca más votos y escaños de la cuenta? Ahí entra la siguiente cuestión.

Ya lo advertí cuando hablé sobre la moción de censura que VOX planteó hace un mes. No sería de extrañar que en caso de una candidatura en la que Díaz arrase, ésta ponga unas condiciones bastante duras a Sánchez a cambio de su apoyo a la investidura. Unas condiciones que podrían pasar fácilmente por el relevo de Sánchez en favor de Díaz a mitad de la próxima legislatura, lo cual podría ser un escenario bastante factible si tenemos en cuenta que no sólo desde Moncloa se está potenciando la imagen presidencial de Díaz, sino también desde otros sectores políticos, periodísticos, económicos, etc. Creo, y me parece que desgraciadamente voy a acertar, en que el objetivo de algunos a medio plazo es ese. Y si no es con Yolanda Díaz a través de "Sumar", será con ella misma, pero integrada en un PSOE posterior a Sánchez en la que, quién sabe, a lo mejor la vemos de candidata a sucederle. Lo que, en mi opinión, es seguro, es que Yolanda Díaz tendrá (Para desgracia de todos) un papel muy relevante en el futuro de España en los próximos años. Y ese papel pasa sí o sí por su mantenimiento en el gobierno, y muy probablemente en la Moncloa dentro de poco.

Todo el mundo sabe ya que la presidencia de Sánchez está agotada. Al igual que le ocurrió a Rajoy en 2015 y 2016, podrá ser reelegido, pero tanto su imagen personal como su gobierno están ya finiquitados. A lo sumo podrá durar un par de años más en el gobierno después de las elecciones generales, pero nada más. Su tiempo ha acabado, si es que alguna vez comenzó, que creo rotundamente que no. Por eso es por lo que, con independencia de lo que ocurra en las generales, Sánchez está explotando al máximo su imagen de cara al exterior. A partir de julio, España asumirá la presidencia rotatoria de la UE (Una presidencia que personalmente no sé por qué sigue existiendo, si con el Tratado de Lisboa ya se creó la presidencia permanente). Es por eso por lo que Sánchez ya está moviendo contactos en el extranjero para ser fichado por algún organismo internacional cuando deje la Moncloa, con independencia de la fecha en la que salga del gobierno. Si tras su pomposo paso por la presidencia de la UE (La cual estoy seguro que estará repleta de momentos que darán y mucho que hablar, para mal, lógicamente), Sánchez consigue mantenerse en el poder después de las elecciones generales de diciembre, éste aplazará su despegue al extranjero, si por el contrario no consigue sumar (Nunca mejor dicho), ya lo tendrá todo preparado para ser recibido en Bruselas o en alguna otra capital en la que tenga su sede los organismos supranacionales más relevantes. 

Dicho esto sólo queda decir que debería de andarse con mucho cuidado Feijóo cuando cree que ya tiene un pie puesto en la Moncloa. Hay mucho partido en juego todavía y nada está claro. De momento creo que, por desgracia, la derrota de la izquierda en las autonómicas y municipales no será tan abultada como algunos pronostican. Aún no sé lo que puede ocurrir en diciembre, pero el resultado de mayo creo que, comparándolo en términos bipartidistas, será un resultado más parecido al de las elecciones autonómicas y municipales de 2007 que a las de 2011. El PP no tiene tan asegurada, no ya la victoria, sino la posibilidad de gobernar por la tozudez de VOX a la hora de llegar a pactos tanto a nivel municipal y autonómico, como a nivel nacional. Aparte, lógicamente, del rearme que se está gestando en la izquierda entre Sánchez y Díaz. Algunos creen que con esta alianza entre PSOE y Sumar se está volviendo al pacto entre PSOE e IU en el año 2000, cuando Joaquín Almeida y Francisco Frutos fueron conjuntamente a las elecciones generales que dio la mayoría absoluta al PP de José María Aznar. No, esto no es una segunda parte de los pactos del año 2000, sino la renovación del Frente Popular de 1936. Una renovación a la cual no sería incluso descartable que se presente el propio Pablo Iglesias para salvar los restos de lo que queda de Podemos y aprovechar el caos en su partido para subirse de nuevo al carro y pedir nuevamente su trozo de pastel a la hora del reparto. Como dice el refrán: "Hasta el rabo, todo es toro", y aquí hay mucho toro todavía por torear, y por desgracia, una izquierda muy viva todavía por combatir.

sábado, 22 de abril de 2023

Comunidades de Propietarios; Esas entidades sumidas en el caos


Hace ya casi diez años que tengo este blog, pero hasta esta noche no ha sido cuando me he decidido a hablar sobre una cuestión que es muy relevante en nuestra sociedad y que a su vez está presente en el día a día de la gran mayoría de los individuos que la formamos; me estoy refiriendo, naturalmente, a las Comunidades de Propietarios. Esos organismos que aunque oficialmente no lo son, pero que de facto son entidades jurídicas que a su vez se constituyen a todos, o a casi todos los efectos, en pequeñas jurisdicciones donde un grupo determinado de ciudadanos, en este caso los propietarios y sus familias, conforman una serie de intereses comunes en las que predomina, o al menos eso debe ser lo razonable aunque en la practica no lo sea, el bien común del territorio en el que conviven. Esto lógicamente y por desgracia no funciona así, ya que luego aparecen los intereses minoritarios de algunos sectores vecinales o incluso el interés individual de algún domicilio.

Podemos decir pues que una Comunidad de Propietarios es en cierta forma un fiel reflejo de lo que constituyen las naciones con soberanía plena a la hora de ejercer y desarrollar su poder dentro del territorio que les compete. Eso sí, una Comunidad de Propietarios, como es razonable, no goza de soberanía, sino de autonomía a la hora de otorgarle la Ley ciertas competencias para que, en este caso, la Junta de Propietarios (Máximo órgano de gobierno de las fincas) tome las decisiones que consideren más oportunas en beneficio del bienestar comunitario. 

Hasta ahí, todo perfecto. El problema está cuando los intereses colectivos y/o comunitarios quedan relegados a un segundo plano para convertirse en intereses particulares, a veces incluso, yendo en contra de los intereses comunes. O en aquellos otros muchos casos donde muchos individuos que, por circunstancias de la vida o porque no han conseguido llegar a ser lo suficientemente rastreros a la hora de ensalzar a sus superiores, no han podido llegar a ostentar un cargo electo en las Administraciones Públicas, o ni siquiera ir en una lista electoral. De esta forma nace lo que podemos denominar "Políticos frustrados", los cuales intentan darle sentido a su fracasada vida política convirtiéndose en presidentes de sus respectivas Comunidades de Propietarios. 

Esos propietarios que ejercen la presidencia de la Comunidad y por ende, la representación legal de la misma a todos los efectos (También la civil y la penal, aunque ésto a algunos se les olvide) son los encargados, según la Ley (Principalmente la Ley de Propiedad Horizontal), de hacer ejecutar los acuerdos que la Junta de Propietarios aprueba en asamblea. ¿Cuál es el problema aquí? Que esos mismos propietarios, en muchos casos, como ya he dicho antes, ciudadanos frustrados al ver fracasada su carrera política, deciden hacer de su vecindario una especie de "Reino de taifas" donde intentan aplicar cual régimen absolutista sus decisiones, aunque estas vayan en contra de los intereses comunes. ¿Cómo lo consiguen? Presentándose de forma permanente a todas las elecciones que anualmente deben celebrarse en las Juntas Ordinarias para acto seguido ganarlas, ya sea a través del convencimiento hacia sus convecinos de que su presencia es "imprescindible" para obtener determinados "beneficios", ya sea a través de la falta de candidatos a la hora se asumir dicha responsabilidad.

Habrá quien diga "Menuda exageración". Todo lo contrario. Si de algo se caracterizan las Comunidades de Propietarios es por ser entidades en las que en cada lugar se vive una situación, cuando menos, peculiar. Desde presidentes que se creen literalmente los reyes y/o señores feudales de la finca en la que viven, a vecinos que ya sea por cuestiones de edad, por cuestiones de falta de alfabetización, por cuestiones de discapacidad, por cuestiones de irresponsabilidad, etc, deciden pasar olímpicamente de las responsabilidades y obligaciones que tienen para con la comunidad en la que residen. Algo similar a lo que vivimos en términos generales en España, donde los ciudadanos huyen de los problemas colectivos originados por el Estado con el fin de vivir tranquilamente y ajenos a las adversidades sociales. Y es que si algo hay claro en este país es que los españoles somos mucho de exigir derechos, pero de asumir pocas responsabilidades (En muchos casos, ninguna). Es entonces cuando algunos intentan aprovechar ese desinterés por lo colectivo para dar un paso al frente y tomar sus propias decisiones, aunque éstas vayan (En el modo y en el contenido) en contra de lo estipulado en las leyes. 

En muchos casos, al cargo de presidente le podemos sumar el de aquél que podemos denominar "Político de lo privado": el Administrador de Fincas. Un profesional, proveniente generalmente del mundo del Derecho, que administra y gestiona las fincas de forma retributiva, y que en la mayoría de los casos es quien verdaderamente toma las decisiones como consecuencia de alguna de las cuestiones que he mencionado anteriormente, o incluso por la suma de todos esos supuestos que ya he expuesto. En algunas Comunidades, el administrador es quien dirige la misma, quedando relegado el presidente a un mero papel simbólico. Comparándolo en términos generales, podemos decir que, en estos casos, el presidente es a la Comunidad lo mismo que el rey al Estado: un símbolo y no un gestor. El administrador sería lo equiparable al presidente del gobierno y/o Poder Ejecutivo, ya que es él quien verdaderamente gestiona los intereses colectivos y ejecuta las decisiones adoptadas por la asamblea, mientras que la Junta de Propietarios sería lo equiparable al Parlamento y/o el Poder Legislativo, ya que en teoría y reitero este término, es a la Junta de Propietarios a la que únicamente le corresponde tomar las decisiones que afectan a la Comunidad (Como aprobar la elaboración de unos Estatutos de la Comunidad, las Normas de Régimen Interno, sus presupuestos anuales, etc). En otros casos, el administrador y el presidente llegan a mantener una relación bastante estrecha, a veces más de la que debieran. Es en estos casos donde existe, por así decirlo una especie de "Equilibrio de poderes", en los que el administrador y el presidente co-administran la Comunidad, y se valen del pasotismo y a veces de la ignorancia e ingenuidad de los vecinos para hacer y deshacer a su antojo en el bloque. 

Es en este punto donde debo hacer hincapié sobre aquellas cuestiones irregulares que ocurren en las Comunidades de Propietarios, con independencia de cuál sea su forma de gobierno: Falsificaciones del Libro de Actas, desapariciones del mismo cuando se produce un cambio de administración y/o presidente, acusaciones por parte de algún vecino/a de supuesto enriquecimiento ilícito por parte del administrador con el objetivo de que la Junta de Propietarios lo destituya para posteriormente nombrar a ese vecino/a presidente/a de la Comunidad y/o nombrar a un administrador conocido por ese vecino/a que ha denunciado previamente en asamblea la supuesta corrupción de la anterior administración; Presidentes y administradores que hacen caso omiso a las reclamaciones de los vecinos cuando se trata de hacer públicos los presupuestos de unas obras (La construcción de un ascensor o la reedificación del edificio, por ejemplo), el nombramiento de presidente/a por parte de la Junta de Propietarios a vecinos/as que no ostentan legalmente la condición de propietarios (A veces incluso a miembros de la misma familia de un domicilio concreto), la adopción por parte del presidente y/o el administrador de medidas que no se han votado previamente en Junta, contratos con empresas conocidas por parte de la administración de la Comunidad con algún oscuro objetivo particular, negligencia por parte de los que ostentan cargos de responsabilidad en la Comunidad a la hora de cumplir sus funciones (Pasividad a la hora de velar por el estado de una obra que puede poner en riesgo la integridad física de las personas, etc), amenazas a los vecinos por parte de algún integrante de la administración de la Comunidad, coaccionar desde su posición de presidente/a y/o administrador a los propietarios con el fin de obtener algo a cambio, presidentes y/o administradores confabulados para emprender acciones ilegales y/o enriquecimientos ilícitos, la no publicación regular del estado de cuentas en el tablón de anuncios, la no remisión a los vecinos de las actas de las asambleas, denuncias por parte de la administración de la Comunidad contra vecinos sin tener la Junta de Propietarios conocimiento ni aprobación previa de estas medidas, ultimátums ilegales por parte de los miembros de la administración de la Comunidad para que los vecinos paguen derramas que no han sido aprobadas en asamblea, etc. 

En definitiva, son muchas las irregularidades que se cometen en el día a día de una administración de fincas. Como ya he dicho, las Comunidades de Propietarios suelen ser, en términos pequeños, un ejemplo muy similar a los de un Estado, ya que cada individuo mira por sus propios intereses, y no desea bajo ningún concepto "pringarse" por los problemas que en realidad le atañen, pero que el propio sujeto prefiere mirar para otro lado. Otro ejemplo más cercano a las Comunidades lo encontramos en los Municipios, donde las peculiaridades en cada Ayuntamiento (Especialmente en los de los Municipios más pequeños), los conflictos y rencillas vecinales y las irregularidades en el funcionamiento de la administración son muy equiparables a los de una Urbanización, Comunidad de Propietarios, e incluso Mancomunidades de Propietarios, con la diferencia de que en este último predominan los intereses privados del recinto, mientras que en los del Municipio priman los intereses públicos del territorio. Personalmente creo que habría que reformar las leyes concernientes sobre la regulación de estas entidades, y a la vez aprobar medidas más drásticas a la hora de controlar la gestión de las Comunidades de Propietarios, ya que en muchos casos se dan las circunstancias en que aquellos que ostentan cargos de responsabilidad en la Comunidad se aprovechan, se burlan e incluso engañan a vecinos que depositan su confianza en personas que miran más por sus intereses particulares que por los intereses comunitarios. En otras, por el contrario, la corrupción y las irregularidades por parte de la administración de la Comunidad es generalmente conocida, aunque amparada, perdonada, justificada e incluso aplaudida por la mayoría de los vecinos, con tal de hacer la vista gorda y no asumir éstos sus responsabilidades, así como denunciar la violación de sus derechos como propietarios. Y si en determinadas circunstancias, algún vecino denuncia dicha corrupción, éste se queda solo a la hora de dar un paso al frente, ante la cobardía, complicidad, sumisión y/o irresponsabilidad del resto de los convecinos para con la administración comunitaria, cuyos componentes contemplan entre el asombro y las risas cómo sus actos ilegales e ilícitos son inmunizados por la mayoría de los propietarios afectados. Esta es la triste y cruda realidad en la que viven muchas Comunidades de Propietarios. Y es que si una cosa queda clara de todo esto es que tu vecino más cercano puede ser, a veces sin que tú lo sepas, tu mayor enemigo y tu peor verdugo.