jueves, 15 de julio de 2021

El problema es el presidente

Si tuviese que comparar a Pedro Sánchez con un personaje de ficción, éste sería sin lugar a dudas Francis Urquhart, el protagonista de House of Cards (La buena y original, la británica), ya que a la hora de visualizar la serie parece que estás viendo al actual presidente del gobierno de España: Un tipo frío, sectario, calculador, manipulador, con ansias de poder y sin escrúpulos. Y es que lo ocurrido esta semana puede ser considerado como un hecho que únicamente podría ocurrir con Urquhart. Me refiero a la crisis de gobierno que se ha llevado por delante a casi medio gobierno, incluyendo a la ya ex-vicepresidenta Carmen Calvo, José Luis Ábalos, Isabel Celaá e Iván Redondo entre otros. 

La decisión de Sánchez de prescindir de todos aquellos que hace cuatro años le auparon de nuevo a la secretaría general del PSOE demuestra la falta de escrúpulos que tiene este repugnante ser. Un tipo que no ha dudado ni un solo momento en deshacerse de sus más estrechos colaboradores y ministros con el simple objetivo de prolongar su estancia en la Moncloa y sacrificar a sus peones con la excusa de que hay que regenerar el gobierno al encontrarnos ya en la segunda fase de la legislatura. Una segunda fase que promete venir cargada y no precisamente para bien, ya que solo hay que ver que esta crisis de gobierno ha sido la mayor desde la llegada del sistema constitucional de 1978 a España, lo cual quiere decir que aparte de lavar su imagen, Sánchez es consciente de que algo gordo se avecina, y no precisamente para bien. 

Y es que el jefe del ejecutivo sigue sin enterarse que el problema no son solo sus ministros, que también, sino él mismo. El principal problema que tiene España es ese ser repugnante llamado Pedro Sánchez, líder del PSOE y presidente del gobierno español. Un tipo que nos ha llevado a una situación extrema de la que solo podríamos salir en parte si este psicópata presentase su dimisión inmediata y diese por terminada su periodo en el poder. Un periodo este que se recordará como uno de los más negros de la historia reciente de España. Y es que no hace muchas horas hemos conocido que el Tribunal Constitucional ha fallado contra el recurso presentado por VOX contra el primer estado de alarma decretado por Sánchez en marzo del año pasado, llegando a la conclusión de que dicha medida fue inconstitucional.

No hay que ser un catedrático en Derecho Constitucional para saber que el confinamiento domiciliario llevado a cabo por Sánchez en 2020 era ilegal, ya que una medida de tan gran alcance solo podía ser ejercida dentro de un estado de excepción o de sitio, y jamás bajo un estado de alarma. Por cierto, cabe recordar que los estados de alarma deben renovarse cada quince días, y el segundo estado de alarma presentado por el gobierno ha durado medio año sin necesidad de prorrogación alguna por parte de las Cortes. Si el Tribunal Constitucional ha considerado que el gobierno ha vulnerado los derechos y libertades fundamentales de los ciudadanos (Lo que en otro país llevaría consigo la dimisión inmediata de todo el gobierno y la convocatoria de elecciones generales anticipadas) habrá que ver cuál es el dictamen que emitirá cuando se pronuncien sobre el segundo estado de alarma al que antes me he referido. 

Pero volviendo a la crisis de gobierno resulta sorprendente cómo Sánchez ha tirado por la borda a sus más estrechos colaboradores, entre ellos al todopoderoso Iván Redondo, jefe del gabinete de la presidencia del gobierno y considerado por todos como el "Rasputín" del gobierno Sánchez. Redondo, el cual es el hombre por el que Sánchez es hoy en día presidente y al cual se lo debe todo desde que accedió nuevamente al liderazgo del PSOE en 2017, ha caído de forma abrupta junto con todos los demás colaboradores que ayudaron a Sánchez a recuperar su silla en Ferraz y a ocupar la Moncloa en 2018. Todo esto no hace sino reafirmar la tesis de que nuestro querido Pedro no se casa con nadie a la hora de alcanzar o prolongar su estancia en el poder. Por mi parte solo puedo decirle a los ministros y colaboradores "Parados" un profundo "Joderos". Han creado un monstruo a la par que ellos pero éste se ha hecho grande y ahora a decapitado políticamente a todos aquellos que en su día lo auparon en el poder. Solo espero que en un futuro más próximo que tardío podamos verlos a todos, incluyendo a Sánchez, sentados en el banquillo por la gestión tan nefasta, criminal y traicionera que han realizado desde el gobierno.

Un gobierno al cual le cuesta un poco mencionar la palabra "Dictadura" a la hora de referirse a Cuba y a la crisis política y social que se está viviendo en la Habana en estos momentos. Del mismo modo que para hablar de Franco se les caen a todos la boca de pronunciar infinidad de veces el término "Dictador", no lo hacen así a la hora de hablar de los hermanos Castro, de Díaz-Canel, o del régimen totalitario de izquierdas que padece desde hace sesenta años Cuba. Lo mismo ocurre con Venezuela y Maduro cuando se le pregunta a este desgobierno sobre la situación en Caracas. Pero claro, ¿Cómo vamos a pedirles que utilicen estos términos nuestro gobierno? Si estos términos son los que se les puede clasificar a ellos perfectamente, ya que no hay otra forma de denominar a nuestro gobierno que con los calificativos que ellos mismos esquivan a la hora de pronunciarse sobre sus camaradas hispanoamericanos. Y esto será así por mucho que Sánchez cambie de ministros e intente lavar la imagen de su gobierno cesando a todos los ministros que ya no le son útiles, creyendo o haciendo creer éste que el problema son sus ministros, cuando el problema es él, el presidente.

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