martes, 8 de diciembre de 2020

Hacia el Nuevo Orden Mundial

Estamos a ocho de diciembre, día de la Inmaculada Concepción, y todavía faltan veintitrés días para que acabe este fatídico año 2020 que a todos nos ha afectado de una forma u otra. Un 2020 que ha supuesto un antes y un después en nuestro modo de vida, y que de alguna forma nos ha advertido ya que nuestra existencia ya no volverá a ser lo que era hasta ahora. Esta pandemia que nos está azotando y que ha costado en España más de sesenta mil muertos, mientras que en el mundo ha sumado más de un millón y medio de fallecidos y un total de cerca de setenta millones de afectados en todo el planeta es la confirmación de que la especie humana ha entrado en una nueva era que fácilmente se puede atribuir a la predicción que hace solo ocho años vaticinaron los mayas con el famoso calendario que hablaba de un nuevo ciclo a partir de diciembre de 2012. 

Parece que aún con ocho años de retraso, la profecía maya se ha cumplido. La cuestión ahora es ¿Qué nos espera a los seres humanos a partir de ahora? Nadie, salvo la élite que maneja los hilos y que pueden ser los responsables de todo lo que está ocurriendo y ocurrirá sabemos a qué nos atenemos. De lo que no hay duda alguna es de que la élite mundial ya ha puesto en marcha su fase final para la instauración del Nuevo Orden Mundial. Ese Nuevo Orden Mundial que seguramente empezó a cocerse mucho antes pero que el entonces presidente Bush padre hizo público el 11 de septiembre de 1991. Diez años antes de que se produjese el mayor atentado terrorista del siglo XXI (11-S de 2001) y que supuso el inicio de ese plan maquiavélico y satánico que tiene como objetivo la gobernabilidad absoluta de unos pocos sobre el resto de la humanidad bajo un mismo sistema político, económico y social.

Ya he dicho hace unas pocas de semanas que estoy viviendo uno de los momentos más negativos de mi vida, y que ello ha llevado incluso a cuestionarme mis creencias religiosas, las cuales han sido uno de los pilares más fuertes de mi vida. Aún así, y como ya dije entonces, mi fe en Dios sigue latente pese a todo lo ocurrido en estos últimos tiempos. De hecho hace poco volví a leer, aunque por encima, el Apocalipsis de San Juan, el cual estoy seguro que muchos creyentes y no creyentes habrán consultado este año debido a la situación global que estamos padeciendo. Cuando volví a leer los pasajes escritos por San Juan en su destierro en la isla de Patmos comencé a hacerme a mí mismo una pregunta: ¿Y si Dios nos ha dejado a nuestra suerte? La teoría no es nada descabellada. Es probable que nuestro Creador haya llegado a la conclusión de que la raza humana es imposible que pueda ser reconducida hacia el buen camino y haya puesto nuestro futuro en nuestras propias manos para ser nosotros y no Él quienes demos por finalizada nuestra existencia como especie en la tierra.

Ante un escenario mundial en el cual el mal cada vez se acerca más hacia la obtención del poder absoluto y la humanidad permanece impasible ante su propia decadencia ¿Por qué Dios no ha actuado ya para hacer frente ante esta evolución imparable del mal sobre la tierra? Es un hecho que vivimos en una sociedad decadente, equiparable a las viejas Sodoma y Gomorra nombradas en el Génesis. Pero también es cierto que ambas ciudades fueron arrasadas por Yahvé por la decadencia y los graves pecados a los que sus habitantes habían llegado. En la actualidad no son solo dos grandes ciudades, sino toda la faz de la tierra la que se encuentra sumida en el caos ante el avance imparable del demonio a través de la élite mundial que gobierna el mundo y que ya habla sin disimulos sobre los planes que éstos tienen planeados hacia nosotros para medio y largo plazo. El Covid-19 es solo uno de los pretextos que los elitistas están utilizando para tener más sometido y controlado al ser humano, el cual es ajeno e ignorante a todo esto y prefiere vivir su vida de forma ajena a todo cuanto le rodea. 

En un mundo cada vez más decadente, con unos principios y valores perdidos, una fe religiosa cada vez más en peligro, un enfrentamiento cada vez mayor entre el hombre y la mujer, la imposición de la ideología de género, la pérdida de los conceptos como la familia, la educación, el amor, el respeto, y el enaltecimiento de valores nada éticos y comportamientos impropios sumido al grave escenario sanitario que ha sobrevenido este año hace que nuestra raza se encuentre hoy más que nunca al borde de su exterminio. Todo ello no es más que parte de ese plan ideado por el establishment mundial, el cual cuenta con el apoyo de la clase política, económica, científica, periodística, etc. Un plan en donde lo bueno es malo y lo malo es bueno. Un plan totalitario el cual deja en pañales el sistema cruel y extremista que nos mostró Orwell en su novela "1984". 

Buena prueba de que todo lo que se propone la élite lo consigue es por ejemplo el resultado de las últimas elecciones presidenciales en Estados Unidos, donde finalmente Joe Biden ha sido "elegido" presidente electo de EEUU, todo ello pese a la impugnación que Trump ha realizado, aunque ésta no le ha servido de mucho debido a los obstáculos que desde todos los frentes le están realizando. Ante este panorama la elección de Biden es un paso más para la imposición de ese Nuevo Orden Mundial. Y es que para la élite no hay plan que se les pueda venir abajo. Controlan la información, las instituciones, los bancos... nada hay que se le escape, ni siquiera el Vaticano, donde el actual papa Francisco es un claro referente del progresismo y por tanto de la élite y sus planes oscuros para instaurar ese sistema mundial, el cual ya era apoyado en los años 70 por el entonces papa Pablo VI. La diferencia entre los papas anteriores y este es que el actual habla abiertamente y se posiciona en público a favor de los intereses masónicos, illuminatis, etc. Todas ellas organizaciones que "casualmente" están controladas y dirigidas por judíos y familias banqueras y políticas como los Rockefeller, los Soros, los Kissinger, o los Rothschild. ¿Casualidad? Por supuesto que no. 

Estamos hablando de esa misma élite que Stanley Kubrick definió a la perfección en su última película "Eyes Wide Shut", cuyo montaje no pudo terminar el director al fallecer "misteriosamente" a causa de un ataque cardíaco. De nuevo, ¿Casualidad? la respuesta es obvia. Había demasiados mensajes subliminales en esa película como para que el director se librase sin más. Kubrick había retratado a la élite. Una élite compuesta por las mayores familias y personajes relevantes del mundo actual cuyas fiestas, orgías y rituales satánicos son para ellos su peculiar modo de divertirse. La misma élite que continúa su proyecto para lo que algunos llaman "El establecimiento del reino del Anticristo en la tierra". Personalmente debo añadir que el reino del Anticristo ya lleva establecido en el mundo mucho más tiempo del que nosotros creemos, solo que el objetivo ahora es el de unificar ese reino en uno solo en todo el planeta. Ahí es donde vuelvo a preguntarme ¿Por qué Dios no actúa ya antes de que el mal consuma todo el poder terrenal? Ya se sabe que los caminos del Señor son misteriosos y que Él y solo Él es quien sabe cómo, cuándo y dónde actuar. Quizás el fin de todo esté más cerca de lo que nosotros creemos, o quizás no. Jesucristo ya dijo que "Nadie, ni siquiera Él ni los Ángeles del cielo saben el momento. Solo el Padre". 

En definitiva, la humanidad ha llegado ya a una fase decisiva en la que está por ver si finalmente y para desgracia de todos el mal conseguirá asumir todo el poder de la tierra, o por el contrario Dios imponga su mano y decida entablar la llegada de su Hijo Jesucristo al mundo. Si ha habido algún momento en la historia de la humanidad que se pueda apreciar el fin de un ciclo y el comienzo de otro ése es este momento. Jesús ya lo dijo "¿Cómo es que no sabéis interpretar las señales de los tiempos?". En estos momentos de gran incertidumbre y caos mundial en donde ya se comienza a distribuir la vacuna contra el Covid 19, la cual algunos creen que en términos bíblicos representa la famosa "Marca de la bestia" que San Juan describiría en el Apocalipsis, todo es posible que suceda. En este año atípico en donde el confinamiento, el control férreo a la humanidad, la restricción de derechos y libertades, las medidas de "protección", el alejamiento, la muerte y por ello la propagación del mal han sido las protagonistas, no lo va a ser menos estas Navidades y la llegada del 2021. De hecho ya se comenta un suceso bastante curioso que tendrá lugar el próximo 21 de diciembre, día en el que los mayas pronosticaron que en 2012 tendría lugar el inicio de "Una nueva era". Ese día se producirá una alineación entre Júpiter y Saturno, la cual no se había producido desde hace más de 800 años y que algunos han catalogado ya como "La estrella de Belén". Otra vez, ¿Casualidad? Esperemos al día 21 a ver qué sucede. Aunque con independencia de lo que ocurra, que no creo en absoluto que ocurra nada, es una realidad que estamos avanzando de forma imparable hacia una nueva era, y que la transición final hacia el Nuevo Orden Mundial que la élite satánica controla ya ha comenzado, y con ello la lucha final y la victoria del bien o del mal en el mundo. La cuestión última es: ¿Originará todo esto la Segunda Venida de Jesucristo a la tierra? Solo el tiempo lo dirá, y ese tiempo ya ha llegado. Como dijo Cristo a Dios Padre antes de expirar en la cruz "En sus manos encomendamos nuestro espíritu".

domingo, 8 de noviembre de 2020

La caída del imperio estadounidense

 

Tras cuatro días de tensión y recuentos se ha confirmado hoy lo que ya era un secreto a voces: Joe Biden, ex-vicepresidente de EEUU con Barack Obama y candidato presidencial por el Partido Demócrata es el nuevo presidente electo de Estados Unidos. Una elección, quizás la más controvertida de la historia de América, repleta de dudas y sospechas sobre la forma en la que se han organizado y celebrado estos comicios. En todo el mundo, por mucho que los medios de descomunicación intenten ocultarlo, se habla abiertamente de unas elecciones amañadas en donde el sistema ha querido echar sí o sí al todavía presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, de la Casa Blanca.

Un Donald Trump que para añadirle más tensión al escenario que se está viviendo en Norteamerica y el resto del mundo no ha reconocido los resultados electorales y está dispuesto a ir con un ejército de 8.500 abogados hasta la Corte Suprema estadounidense con el propósito de que ésta le reconozca la victoria que según él le han robado los poderes fácticos a través de las urnas. Un hecho sin precedentes en la historia de América y que podría derivar en una crisis constitucional gravísima si el próximo 20 de enero no está resuelto el problema y Biden (O Trump) no juran ante el Capitolio su cargo de presidente. Un escenario que recuerda en cierta forma a las elecciones del año 2000, cuando hace justo veinte años Bush hijo y el entonces vicepresidente Al Gore llevaron a los tribunales el recuento electoral, otorgándole los jueces la victoria a Bush. En aquél entonces la situación no fue a más ya que Al Gore acató la decisión judicial. Ahora es un enigma saber qué pasará tanto por parte de Biden como de Trump si las elecciones se judicializan. 

Personalmente creo que toda esta historia está siendo completamente surrealista. Esta tarde he visto por televisión cómo los medios de descomunicación notificaban con gran alegría la confirmación de que Biden había ganado las elecciones. De hecho alguna que otra presentadora se atoraba mientras daba la noticia con una sonrisa de oreja a oreja, y otros medios empezaban a endulzar la imagen del presidente electo, lo cual corrobora la tesis de Trump de que detrás de todo este escándalo hay orquestada toda una conspiración por parte de las élites con el fin de expulsarlo del poder y colocar en la Casa Blanca a un títere capaz de ir hacia adelante para establecer definitivamente el Nuevo Orden Mundial.

Y es que éso y no otra cosa es lo que va a ocurrirle a Biden durante su presidencia. Ser el presidente títere de la élite mundial que volverá a apostar desde Washington por las políticas progresistas, globalistas, feministas, etc. Un presidente que solo lo será "De honor", ya que todo el mundo da por hecho que la nueva vicepresidenta electa, Kamala Harris, será la auténtica presidenta y la más que posible sucesora en el Despacho Oval de aquí a cuatro años, lo cual supone que Biden será presidente de un solo mandato para dar paso a su vicepresidenta en las elecciones de 2024. 

Un Biden al que sinceramente no entiendo el por qué ha aceptado este año y no en 2016 concurrir a la presidencia. Es casi una tradición en EEUU que una vez que el presidente no puede optar a la reelección por segunda vez sea el vicepresidente quien asuma la tarea de erigirse como sucesor y candidato presidencial por el partido que ostenta el poder. Este caso no se produjo en 2016, ya que el establishment estaba bastante interesado en que fuese Hillary Clinton y no Biden quien liderase la etapa post-Obama. Pero para más señas fue el entonces vicepresidente el que anunció su retirada de la política y su firme intención de no competir por la presidencia estadounidense. ¿Qué ha cambiado en estos cuatro años para que Biden haya querido aceptar este reto y convertirse en el presidente con mayor edad al asumir el cargo? Toda una incógnita, aunque seguramente quienes le hayan animado a dar este salto lo hicieran dándole las garantías suficientes de que su victoria se produciría sí o sí. 

En lo que respecta a Trump debo decir que es mejor tanto para él como para todos que asuma que se la han metido doblada y que ya no tiene nada más que hacer que reconocer a estas alturas la victoria, fraudulenta, sí, pero victoria de Biden y su propia derrota electoral para la reelección. Una derrota que no se producía desde hace justo 28 años. El 3 de noviembre de 1992 se produjeron las últimas elecciones en las que el entonces presidente no era reelegido. Este fue el caso de Bush padre, quien perdió la reelección contra un Bill Clinton que por aquel entonces contaba con apenas 46 años. El 3 de noviembre de 2020 se ha vuelto a producir la misma situación aunque con algunos matices: Las elecciones de 1992 no estuvieron tan en duda por parte de la población como ahora, ni la proclamación del ganador se produjo hasta cuatro días después de la celebración de los comicios. De hecho cabe añadir que los resultados completos todavía no han terminado su recuento en algunos estados, y en otros es ya un hecho que volverán a recontarlos ante las dudas de amaño en dichos territorios. 

Volviendo a Trump debo decir que no creo que éste fuese tan ingenuo o tan tonto como para creerse que estas elecciones iban a ser una encerrona para él por parte del sistema mundial. Desde que juró el cargo en enero de 2017 se ha producido un ataque constante tanto a sus políticas como a su persona por parte de la élite, así como un intento desesperado en estos cuatro años por echarle de la presidencia (El último este mismo año cuando se votó un impeachment contra él que finalmente no salió adelante). Por ello Trump no puede echarse las manos a la cabeza y negarse a aceptar unos resultados que lo único que van a provocar es una desestabilización política y social en EEUU, así como un empeoramiento de su imagen en estos dos últimos meses que restan de su presidencia. Buena prueba de ello es el hecho de que varias cadenas de televisión cortasen a la misma vez su rueda de prensa desde la Casa Blanca en la que anunciaba que se había producido un amaño en las elecciones. Trump ha sido en mi opinión un presidente aceptable, pero el cual no ha demostrado su tenacidad en momentos cruciales de su presidencia, como este año al expandirse el coronavirus y no dar una imagen de fortaleza. Al igual que Obama con Instagram, Trump ha basado su presidencia a través de Twitter y ha cumplido a la perfección el refrán de "Perro ladrador, poco mordedor". Ahora pretende que los ciudadanos le ayuden económicamente a llevar el resultado electoral ante la justicia, lo cual hace aún más surrealista el escenario que estamos viviendo.

Hay que ser realistas y dar por hecho que los demócratas vuelven a la Casa Blanca en uno de los peores momentos de la historia de la humanidad. Éstos serán los encargados de llevar aún más hacia la deriva a Estados Unidos y al resto del mundo en este escenario de caos y tensión que estamos viviendo. La élite satánica y con ellos el Nuevo Orden Mundial han ganado una vez más la partida en este juego que cada vez se acerca más a su desenlace. ¿Cómo lo hará Biden y Harris en estos cuatro años? Ya sabemos por dónde irán los tiros y debo decir que no me gusta absolutamente nada lo que está por venir. Biden presidirá, si Trump no lo impide, a partir de enero la decadencia del imperio estadounidense y con él la del mundo occidental. Debido a su edad y a su más que discutida demencia senil es sabido que el "Nuevo emperador" será un títere en manos del establishment y de Harris, ejerciendo una presidencia debil y chamuscada, la cual tendrá su final en 2024, cuando Harris sea proclamada su sucesora. Pero esa ya es otra historia. La historia de un mundo que en 2024 estará aún más débil y en peligro que ahora gracias a la gestión de aquellos que a partir de enero de 2021 comenzarán a poner en marcha la fase final del Nuevo Orden Mundial. 

lunes, 26 de octubre de 2020

Vuelta al Estado de Alarma

Hoy se ha producido por tercera vez en este año y por cuarta vez en la historia de España de estos últimos cuarenta años la aprobación del estado de alarma por el gobierno de Pedro Sánchez. Ante la segunda oleada de coronavirus que estamos sufriendo y ante la próxima llegada del invierno, el desgobierno actual ha publicado hoy un real decreto en donde se aprueba el estado de alarma en toda España, el cual lleva emparejado el toque de queda en todo el territorio nacional salvo en las Islas Canarias. Un estado de alarma que el gobierno desea prolongar ni más ni menos que hasta el próximo mes de mayo del 2021. Estamos hablando de un estado de alarma que supera en tiempo al aprobado en el mes de marzo y que lleva consigo el toque de queda entre las 23 horas y las 6 de la mañana. 

Para empezar cabe decir, ¿Hay alguien en este maldito desgobierno que sepa algo de Derecho Constitucional? Yo he dado Derecho Constitucional tanto en el grado de Ciencias Políticas y de la Administración como en el grado de Derecho, y es de primero de carrera el saber que el gobierno no puede utilizar el mecanismo constitucional del estado de alarma para limitar la libre circulación de las personas. Sucedió en marzo y está volviendo a suceder ahora. Solo con la aprobación por parte del congreso del estado de sitio sí se podría limitar la circulación de los ciudadanos, pero nunca bajo un estado menor como es el de alarma. 

Pero por si fuera poco, el gobierno ha pulsado el botón rojo del estado de alarma, pero se lleva consigo a los gobiernos autonómicos para que éstos decidan modificar la hora del comienzo y término del toque de queda nocturno. Y no solo eso, sino que también dichas administraciones tendrán potestad para llevar a cabo las restricciones oportunas dentro del actual estado de alarma. Es decir, el mando único no se establece esta vez como sí sucedió en el mes de marzo. Sánchez sabe que está bastante quemado por la criminal gestión que ha realizado en estos meses y prefiere compartir la gestión de la situación con las administraciones autonómicas antes que cargar con el muerto de toda la grave situación que estamos viviendo. 

En lo que llevamos de día me he preguntado varias veces una cosa ¿Por qué el toque de queda se produce desde las 23 horas de la noche hasta las 6 de la mañana?, ¿Acaso el Covid-19 es noctámbulo y sale a las calles de noche y no de día cual Drácula?, ¿Acaso puede haber una aglomeración de personas en un sitio determinado a las siete de la tarde sin que exista riesgo de contagio alguno?, ¿Por qué coño durante el día la situación será más o menos estable pero completamente restringible durante la noche? Sigo diciendo lo mismo que todos estos meses atrás: Se me escapa, o mejor dicho, se nos escapa algo en todo esto que tanto el gobierno de España como el resto de gobiernos del mundo prefieren ocultar. 

Solo el hecho de que dentro de dos meses estaremos en Navidad y las calles estarán repletas de personas para ver los adornos navideños en las calles, ¿Cómo pretende el gobierno gestionar esta situación? A menos que nuestro querido ejecutivo, tan laico y renegado de las costumbres cristianas españolas decida prohibir los adornos en las zonas públicas para así evitar las tan temidas aglomeraciones. De hecho el gobierno autonómico andaluz de Juanma Moreno ha decretado ya la prohibición de reuniones de más de seis personas tanto en las calles como, atención, en las propias casas. ¿Acaso va el gobierno, nacional o autonómico, vigilar y entrar en nuestras casas sin una orden judicial previa para detener a aquellas personas que en su hogar acojan a más de seis personas?

A partir del 9 de noviembre deberá procederse a la prórroga del estado de alarma, esta vez aprobado por mayoría del congreso. Ya sabemos que VOX ha anunciado que votarán en contra, Ciudadanos ha anunciado que votarán a favor, mientras que el nuevo PP, sumiso y siervo del PSOE, Podemos y restantes partidos que forman el Frente Popular no se ha pronunciado aún sobre su intención de voto. De todas formas, haga lo que haga o diga lo que diga el PP es indiferente, ya que la izquierda tiene la mayoría necesaria, incluyendo a Ciudadanos, para sacar adelante cuantas prórrogas desee hasta el mes de mayo. Más de medio año de estado de alarma en el que el gobierno hará y deshará a su antojo y modificará a su libre albedrío cuantas normas desee, por no hablar de aquellas que pueda crear o anular durante este periodo. 

Vivimos pues en la antesala de un cambio de régimen en España en donde el Covid-19 es la excusa perfecta de algunos para hacer efectivo lo que tanto tiempo llevan deseando hacer: Controlar y aumentar su poder en todos los sectores sociales, políticos y económicos del país. Y lo peor es que aquí nadie reacciona ante este escenario tan surrealista como terrorífico. Ya ha pedido Sánchez que los ciudadanos vuelvan a salir a los balcones para aplaudir a los profesionales sanitarios. Un escenario que seguramente volvamos a ver viendo cómo de imbécil y manipulable es el personal aquí en España. Y todo ello mientras los hospitales se saturan por los posibles contagios. Un escenario que se está dando ya y que empeorará conforme avance el otoño y llegue el invierno, y con él la gripe, los resfriados, etc. Todo un escenario de caos el cual el gobierno no tiene ni puñetera idea de cómo afrontarlo, pero eso es lo de menos para ellos. El hecho de tener el control de todos los poderes bajo el estado de alarma es lo único que a estos psicópatas criminales les importa.

En definitiva: Volvemos a la situación de marzo, aunque en este caso la responsabilidad de lo que ocurra va a ser compartida. Y ya se sabe lo que ocurre cuando en un escenario hay varios responsables: Que finalmente no es culpable ninguno. De esta forma el personal se echará mutuamente la culpa mientras los ciudadanos españoles y del resto del mundo seguimos a la espera de la llegada de la tan esperada y ansiada vacuna que nunca llega. Cabe recordar que estamos a solo una semana de las elecciones presidenciales en Estados Unidos. Quizás el desenlace de todo esto se produzca una vez que se sepa quién ganará el próximo 3 de noviembre. Hasta entonces, control férreo y confinamiento para todos. Eso sí, sin manifestación alguna por parte de la oprimida clase obrera, que sale a las calles para manifestarse cuando la derecha lleva a cabo medidas de protección sanitarias y sale a los balcones a aplaudir cuando es la izquierda la que impone sus medidas, algunas contrarias al ordenamiento jurídico. Ni Berlanga podría haber rodado jamás un escenario tan surrealista en esta España que traga con todo lo que le echa su amada izquierda. 

viernes, 23 de octubre de 2020

La moción de la vergüenza

En los cuarenta años que España lleva viviendo en el sistema constitucional del 78 han existido cinco mociones de censura. La primera la presentada hace justo cuarenta años, cuando en 1980 Felipe González censuró al ya moribundo gobierno de Adolfo Suárez y presentó su programa de gobierno. La segunda en 1987, cuando el recién nombrado presidente de Alianza Popular, Antonio Hernández-Mancha se quiso dar a conocer ante los españoles y presentó una moción contra el gobierno del PSOE, con Felipe González ya en el gobierno. El resultado fue un desastre absoluto para el candidato a la presidencia y un triunfo redondo para los socialistas. No sería ya hasta 2017 cuando el ahora vicepresidente del gobierno, Pablo Iglesias presentó su propia moción de censura contra el gobierno popular de Mariano Rajoy. Un debate que se caracterizó por el boom mediático que dicha moción acarreó y que supuso una derrota para el líder podemita frente a un Rajoy cada vez más debilitado por los casos de corrupción del partido. La cuarta fue al año siguiente cuando tras la famosa sentencia sobre el caso Gürtel, Pedro Sánchez presentó su propia moción contra un arrinconado Rajoy que veía cómo sus días al frente del gobierno llegaban a su fin. Dicha moción fue, para desgracia de España, la única que triunfó desde entonces. Y siempre he dicho y he mantenido que dicha moción no triunfó por arte de magia, sino por un acuerdo entre PP y PSOE para turnarse en el poder ante un Albert Rivera que se veía ya entrando triunfante en la Moncloa a tenor de los grandes resultados que las encuestas le daban a la formación naranja. 

La quinta y última moción de censura es la que hemos vivido los españoles tanto en la jornada de hoy como en la de ayer. Una moción de censura registrada por VOX contra el gobierno criminal de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias. Decía ayer el candidato a la presidencia, en este caso Santiago Abascal, que nunca una moción de censura había estado tan justificada como esta última, y no le falta razón. La situación en España es cuanto menos igual de delicada que la que se vivía en nuestro país en los años 30. El gobierno de Sánchez ha perdido por completo el control (Si es que alguna vez lo tuvo) de la gestión del coronavirus. La intervención por la fuerza del gobierno de España en la Comunidad de Madrid para aplicar el estado de alarma y la posibilidad de que el ejecutivo anuncie el toque de queda en España ante la segunda ola de la pandemia es señal de que estamos cayendo ya por el precipicio al que nos han llevado estos miserables a lo largo de todo este tiempo. La apropiación del gobierno y de la izquierda española del sistema judicial a través de la sectaria y totalitaria reforma del CGPJ da muestras de que estamos ante un proceso de toma de control en todas las instituciones por parte del gobierno, lo cual nos conduce a un escenario predictatorial. Las negociaciones y acuerdos alcanzados en secreto entre el gobierno y las fuerzas independentistas catalanas y terroristas vascas para aprobar los PGE de 2021 es otro indicador más de por dónde van los tiros en el palacio de la Moncloa. Todo ello mientras España vive un escenario de tensión política y social como no se había visto desde la II República. Un escenario del cual el gobierno es el principal responsable y vertebrador, lo cual, unido a otros factores hacen más que justificable la moción de censura que hemos visto en estas cuarenta y ocho horas los españoles.

Una moción de censura que por mi parte se puede catalogar con una simple palabra: Vergonzosa. Y no lo digo por los promotores, los cuales han cumplido su papel de presentar una alternativa de gobierno en estos difíciles momentos que sufre la sociedad española, sino por la parte que corresponde al resto de formaciones políticas con representación en el congreso de los diputados. De 350 diputados solo han votado a favor de la moción de censura los 52 diputados de la formación de VOX, mientras que los otros 298 restantes han votado en contra de la propuesta que hubiese llevado al cese del gobierno del Frente Popular 2.0 y a la designación de Santiago Abascal como nuevo presidente del gobierno. 

Y es que no hay que ser un experto en matemáticas (Yo no lo soy, todo lo contrario) para saber que los números no daban para que la moción presentada por VOX pudiese concluir con éxito. Aun así yo he defendido, y en entradas anteriores se puede comprobar cómo yo he exigido que la oposición presentase una moción de censura cuanto antes contra el peor gobierno que ha tenido España, no digo ya en 80 años, sino en toda su historia, me atrevería a decir. Insisto, ¿Daban los números? No, ya que el gobierno de PSOE-Podemos tiene mayoría junto con los terroristas vascos e independentistas catalanes para seguir en el poder. Pero éllo no era motivo suficiente como para que la oposición no cumpliese el deber que tenía frente a la ciudadanía a la hora de pararle los pies a un gobierno que está completamente al margen de la ley y que ha tomado la vía rápida para hacer caer a una España que comenzó a fragmentarse hace 16 años con los atentados del 11-M y la llegada contra todo pronóstico de José Luis Rodríguez Zapatero a la presidencia del gobierno. 

Pues bien, ante la postura tomada por parte de los diputados de VOX para detener esta locura ¿Cuál ha sido la reacción del resto de formaciones políticas? Increpar a dicho partido, arremeter contra sus dirigentes e insultar a los cerca de cuatro millones de ciudadanos que votaron en noviembre del año pasado a esta formación. Una reacción nada democrática que solo corrobora la situación insostenible que padece España en estos momentos. 

En el día de ayer, Santiago Abascal propuso su programa de gobierno y las razones por las cuales era urgente y necesario echar del gobierno a Pedro Sánchez y Pablo Iglesias. Las replicas no tardaron en producirse y desde el gobierno hasta el grupo mixto se escucharon todo tipo de insultos y descalificaciones tanto para el candidato como para sus compañeros de partido. Un escenario vomitivo y despreciable que tuvo su culmen cuando los independentistas catalanes y vascos arremetieron contra el partido de Abascal. Los propios sujetos que asesinaron a cientos de españoles y dieron un golpe de estado contra el sistema constitucional se atrevieron a llamar "Fascistas" a los integrantes del partido de Abascal. Ante este escenario deplorable tuvo lugar el que en mi opinión ha sido el momento más emotivo de toda la moción de censura: El momento en el que Santiago Abascal pronunció uno por uno los nombres de las casi mil personas que ETA asesinó en su día. Un momento emotivo que se vio en parte enturbiado por el pasotismo tanto del Partido Popular, como de Ciudadanos y finalmente del PSOE, aunque de estos últimos no me sorprendió ni lo más mínimo su indiferencia.

A esto ha llegado España en este nefasto 2020. A presenciar cómo la clase política escupe con indiferencia sobre la tumba de las víctimas del terrorismo mientras cogobiernan la nación con aquellos que apretaban el gatillo. Esta es la España que gobierna Pedro Sánchez. Un Pedro Sánchez que tanto ayer como hoy estaba exultante, ya que veía cómo todos los partidos, incluido el Partido Popular se echaban como perros de presa ante Abascal ante la actitud cínica y chulesca del presidente del gobierno, el cual sabe perfectamente que tiene el camino despejado como mínimo hasta el año 2022. Sánchez sabe que la derecha está troceada y dividida completamente y que ésto es lo que provocará a su vez que la izquierda se mantenga durante muchos años más en el consejo de ministros. Ignoro cuál podrá ser el futuro de Pedro Sánchez y de Pablo Iglesias. Puede que continúen muchos años más liderando el gobierno, o puede que mañana mismo se produzca un vuelco que provoque la salida de ambos del ejecutivo. En estos tiempos que corren todo es improvisación e inseguridad. Pero de lo que no hay duda alguna es que con Sánchez o sin Sánchez, con Iglesias o sin Iglesias, la izquierda tiene por delante muchos años para seguir llevando a cabo su plan, que no es otro que el de la destrucción completa de España. 

Pero si ya habíamos visto suficiente ante la actitud chulesca tanto del presidente del gobierno, como de los portavoces de ERC o Bildu, el remate a este vergonzoso debate ha tenido lugar hoy, cuando el presidente del PP y líder de la oposición (O eso dice ser él), Pablo Casado, ha arremetido como nadie contra el presidente de VOX tanto en su faceta política como personal, negándole a su vez el voto de los diputados del PP para la moción de censura. Un Pablo Casado que ha enseñado hoy sus garras como nunca antes se le había visto. Ni siquiera con el presidente del gobierno que está destrozando España y que es el principal responsable indirecto de las más de 50.000 muertes que ha provocado el coronavirus ha sido Casado tan violento ni tan duro en sus ataques. Un Pablo Casado que es probable que hoy haya firmado su sentencia política al sumar los votos de su partido con los del PSOE, Bildu y el resto de formaciones independentistas. Una suma de partidos que ayer firmaron un manifiesto "En favor de la democracia y contra VOX". En resumen, todo un manifiesto político firmado por el Frente Popular del siglo XXI. 

Volviendo a Casado debo decir que no es consciente de la gravedad que hoy ha realizado, o quizás sí sea consciente pero le importe entre poco y nada, ya que como se ha visto en el debate, lo único que le importa es en mostrarse como el cortesano más fiel a la corona española. Un papel que, dicho sea de paso, se ha medido con Abascal para ver quién de los dos es más monárquico que nadie. Debo decir que en este sentido, este absurdo debate ha sido lo único de lo que ha pecado VOX en su cara a cara con Casado. Un Pablo Casado que ha rechazado dirigirse por el camino de la abstención y salvar los muebles del Partido Popular para así evitar la lluvia de críticas y bajas de afiliados que se están produciendo en estos momentos. Hubiese sido mejor para él y para su partido optar por el camino que estratégicamente optó Pedro Sánchez en 2017 cuando se produjo la moción de censura de Podemos contra Mariano Rajoy al optar el entonces secretario general del PSOE por la vía de la abstención. 

En definitiva, esta moción de censura solo ha servido para fortalecer al Frente Popular, pero no por los motivos que ha esgrimido Casado, sino por el hecho de que él no ha querido no ya apoyar sino siquiera abstenerse en la votación de hoy. Una votación que le sitúa en el bando de Sánchez y compañía. La derrota era segura, pero el PP tenía la responsabilidad moral y política o bien de apoyar la moción de censura o en su defecto abstenerse. Ha optado por la peor de las opciones y esto y nada más es lo que ha reforzado a Pedro Sánchez. Un Sánchez que para más cinismo le ha ofrecido a Casado a última hora del debate aparcar la reforma del CGPJ que en Europa ya se estaba viendo con malos ojos y colaborar juntos en la elaboración de una nueva reforma. Hay que decir que todo esto sucedió mientras Casado asentaba con la cabeza como niño feliz al que le regalan un caramelo. Por fin se veía la luz. El bipartidismo vuelve a tomar el control del poder judicial, aunque esta vez haya que darle un aperitivo a Podemos en este nuevo reparto. Ese era el regalo que Sánchez le ha ofrecido a Casado por el hecho de reforzarlo políticamente al votar no a la moción de censura. 

VOX y Santiago Abascal han llevado a cabo lo que tenían que haber hecho: Presentar una moción que pusiese fin a este gobierno criminal, asesino y totalitario, aun sabiendo que dicha moción no tenía posibilidades de ganar. Con esta moción pierde parlamentariamente pero gana moralmente VOX. Con esta moción gana políticamente Sánchez y su Frente Popular. Con esta moción pierde Casado y el PP. Y con esta moción pierde definitivamente España y los españoles. VOX ha cumplido con su deber, que era el de hacer frente a este gobierno tiránico y déspota, pero los números están ahí y con las matemáticas no hay quien pueda. Y con los números también se ha retratado la posición de cada partido. Tanto los que componen el Frente Popular, que no buscan otro objetivo que el de destruir España, como el del Partido Popular, cuyo propósito no lo conoce ni el propio Casado. VOX también se ha retratado, y se ha retratado como el único partido capaz de plantarle cara al PSOE y Podemos frente a un PP que tras el 11-M supo cuál debía ser su postura, que no era otra que la de ejercer de derecha sumisa frente al plan de destrucción orquestado por el PSOE desde 2004. Con el resultado de la votación de hoy se corrobora que ese plan está más vivo que nunca. Un plan que sigue ejecutándose de forma consecutiva desde hace dieciseis años y que hoy ha vuelto a triunfar. Con esta moción pierde España y todos nosotros. 

martes, 6 de octubre de 2020

Cuestión de Fe

No sé si será porque estoy viviendo uno de los años más difíciles de mi vida, o porque ello me ha llevado a replantearme muchas cosas de mi vida a lo largo de estos meses. No sé si será por la situación que estamos viviendo a nivel mundial, o por el alto grado de decadencia al que estamos llegando. Quizás sea porque de las muchas cuestiones que me he estado replanteando en este año haya sido entre otras cosas mi propia fe y mis creencias. Quizás sea porque uno está viviendo eso que algunos llaman "Crisis existencial". Quizás sea por eso, o quizás sea por todo a la vez. El hecho es que desde hace algunos meses llevo planteándome el papel que Dios juega en nuestras vidas y en nuestro mundo a día de hoy. En un mundo en el que de siete días que tiene la semana, dos ríes y cinco lloras.

Muchos días, pero sobre todo noches, llorando a lágrima viva y acordándome mientras de aquella frase que jamás debí pronunciar en su momento y en la que pedí encarecidamente a Dios que ciertas personas "Llorarán lágrimas de sangre", se me viene al pensamiento que parece que Él decidió que esas lágrimas las vertiese yo a través de todos estos años, bien por cuestiones sentimentales, existenciales, familiares, personales, etc. El hecho es que tras reflexionar sobre ello muchas veces he llegado a la conclusión de que quizás nuestras esperanzas están depositadas en un Ente o Ser que quizás haya olvidado lo que en su día fue la creación del individuo al que Él dio vida.

La otra tarde, cuando veía a través de la televisión la salida del Gran Poder hacia la plaza de San Lorenzo con motivo del 400 aniversario de su hechura, veía la imagen del Aquél que todos conocemos como "El Señor de Sevilla" y me preguntaba interiormente a la vez que le preguntaba a él: ¿Por qué?. ¿Por qué todo ésto?, ¿Por qué ensañarte tanto conmigo? Seguramente nunca llegue a saber la respuesta, pero siempre se dice que Dios nos pone a prueba constantemente. Quizás no tenga tanto que ver Dios como la mala suerte que a uno le puede acarrear la vida en determinados momentos, aunque en algunos esa mala suerte se nos aparezca de forma más reiterada y constante que a otros. El hecho es que después de todo lo vivido por mí en este año y por todo lo que está ocurriendo a nivel mundial, uno se pregunta ¿Existe Dios?, y de ser afirmativa la respuesta ¿Por qué permite todo esto?

A lo largo de este año he llegado a plantearme muchas veces la posibilidad de que de ser cierta la existencia de Dios, para Éste no le sea tan primordial el bienestar o el futuro del ser humano. Un ser humano que cada vez está más alejado de Dios mientras que Él también se encuentra cada día más lejos de la raza que un día creó. Puede ser que simplemente hayamos dejado de ser primordiales para Dios, o que Él haya llegado al convencimiento de que la especie humana no tiene solución posible y que solo mediante su propia autodestrucción es como mejor se puede dar por extinguida la idea que Él tuvo en su día de poblar esta tierra por medio de una raza como la nuestra. 

¿Por qué permite Dios esta pandemia que lleva provocada cientos de miles de muertes y que es la excusa perfecta de algunos para controlar y cohibir al ser humano? ¿Acaso Dios no puede interceder y poner fin a todo esto?, ¿Acaso a Dios no le importa lo que su creación sufre en estos momentos tan terribles para el mundo? Puede ser que la respuesta a todas estas preguntas sea que Dios haya dado la espalda al ser humano y espere a ver cómo nosotros mismos reescribimos el Apocalipsis de San Juan pero sin su intercesión divina. Ya se sabe que Dios escribe recto con los renglones torcidos, y que sus caminos son misteriosos, pero ¿Acaso no habrá algún motivo más profundo que responda al distanciamiento de Dios con los hombres y a la inversa?

No hay duda de que estamos viviendo los momentos claves de la decadencia humana, y por ende estamos en la antesala de nuestra extinción. La pregunta es ¿Dónde está Dios? Lo mismo que Él intervino en la destrucción de Sodoma y Gomorra por el declive moral y la corrupción de sus habitantes, ¿Por qué no lo hace en estos momentos en el que la humanidad se encuentra en las puertas de su descomposición? Los creyentes más conservadores dirán "Dios ya viene. Éstas son las señales que nos demuestran que su llegada está cerca". A lo cual yo me pregunto ¿Acaso sabe el ser humano cuando Dios tiene pensado venir a la tierra? 

Llevamos desde la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo hace 2020 años afirmando que el fin se acerca. Un fin que parece que se hace de esperar, puesto que cada determinado tiempo hemos sacado una historia que parece ser la definitiva a la hora de descifrar la llegada del fin del mundo. ¿Qué ha ocurrido en todas ellas? Nada. La vida sigue su curso y el ser humano busca a la vez una nueva historia, excitándose posteriormente cuando por fin encuentra esa nueva profecía que revela una nueva fecha para su desaparición. 

Quizás habría que plantearse directamente, ¿Y si no le importamos nada a Dios?, o incluso ¿Y si todo esto le resulta indiferente a Él? Ya lo dijo Isaías: "Mis caminos no son vuestros caminos, dice el Señor". Debemos dejar de pensar que en un universo en el que cada vez sabemos más y a la vez entendemos menos somos los únicos seres a los cuales Dios les dedica todo su tiempo. Rezamos y parece que nadie nos escucha. ¿Cuántas plegarias hemos realizado alguna vez en la vida por algo y no se nos ha concedido?, ¿Cuántas súplicas sin respuesta afirmativa por rogar a Dios para que ponga fin a un mal. Un mal que nunca cesa y al que se le suman sucesivamente otros más mientras uno va perdiendo la fe, la ilusión, la esperanza y las ganas de vivir a la vez que crecen las tragedias personales y familiares. Quizás haya que plantearse, como diría el gran José Luis Perales en su canción "Dime por qué te niegas a escuchar. Por qué nos has dejado solos". 

Puede que, como ya he dicho en otras ocasiones, seamos un experimento, una civilización que sirve como prueba para alguien con el objetivo de saber hasta dónde puede llegar. O puede que solo seamos puro entretenimiento para algunos. Ya en la Antigua Grecia se tenía esa idea de los dioses del Olimpo a la hora de "Jugar" con los seres humanos. Una idea que con el Cristianismo cambió al otorgar a Dios el papel de Ente superior que ama incondicionalmente al ser humano: "Tanto amó Dios al mundo que le entrega a su único Hijo, para que quién crea en Él no perezca y alcance la vida eterna." San Juan lo describe bien en este Pasaje Evangélico en donde Jesús habla acerca de la bondad, misericordia, y amor infinito de Dios hacia el hombre.

Pero ¿Y si Dios ha cambiado su percepción hacia nosotros?, o mantiene una idea neutral sobre sus hijos terrenales. O simplemente no exista y por ello el mal penetra en nuestras vidas con el propósito de quedarse para siempre entre nosotros, ya sea en nuestra vida particular, ya sea en nuestra sociedad. Para mí, que como ya he dicho he reflexionado mucho sobre este asunto muchas veces mientras lloraba por las noches tras apenarme por las cosas que en mi vida he podido hacer y no las hice, o a la inversa, debo confesar que aún dentro de mí, a pesar de mi escepticismo en estos momentos, creo en Dios, y al igual que Alejandro Sanz creo que seguramente entiende de emoción y comprende los porqués que tantas personas nos hacemos todos los días cuando miramos al cielo y no obtenemos respuesta. 

En la famosa película de "2012" se refleja una escena en la cual la profecía Maya confirma el fin del mundo para diciembre de ese año y recrea la destrucción del Vaticano, no sin antes mostrar una escena en la que se ve cómo la Capilla Sixtina y la Creación de Miguel Ángel se destruye rompiendo por la mitad el lugar exacto en donde se encuentran los dedos de Dios y de Adán, dando por hecho la ruptura del pacto entre Dios y el ser humano. Puede que ésa sea la realidad dura y fría que muchos se niegan a entender. Quizás Dios haya creado otra civilización más sumisa y más fiel a Él que la humana, dejando al ser humano a su suerte y con ello su propio final. 

No hay duda de que estamos viviendo un año de grandes acontecimientos en todo el mundo. De hecho no son pocos los sucesos paranormales que se han visto a lo largo de este año por el mundo: Ovnis, bolas de fuego, luces extrañas en el cielo, etc. Hay quien vincula todos estos fenómenos a la llegada inminente de Jesucristo. Aún así cabe preguntarse, si la historia de la civilización humana está llena de episodios oscuros, ¿Por qué esa llegada no se ha producido ya? Quizás todo se resuma a una sola cosa. El ser humano está desamparado y siempre tendrá en su vida cuestiones por las que llorará cotidianamente, y la civilización humana seguirá progresivamente su decadencia hasta que llegue el día en que todo llegue a su fin. Un día del que según Cristo, ni Él, ni los Ángeles del cielo conocen el día y la hora, solo el Padre. Aquél al que nos aferramos todos y al que en los momentos de tristeza, desesperanza y malos momentos pedimos que nos libere del mal y confiamos que a pesar de transitar por el valle de las sombras, Él estará con nosotros. 

domingo, 20 de septiembre de 2020

El peor gobierno de la historia

Por si no teníamos suficiente con la segunda oleada de contagios que llevamos padeciendo desde hace semanas y en la cual el desgobierno actual no ha hecho absolutamente nada por mejorar la situación, lo mejor que se le ocurre a esa pandilla de miserables con piernas que se sientan en los consejos de ministros es llevar al congreso un anteproyecto de ley conocido como "Ley de Memoria Democrática", la cual es una secuela de la ya famosa y polémica ley de Memoria Histórica que en 2007 aprobó el gobierno del PSOE. 

Un anteproyecto de ley que supone reabrir una vez más las viejas heridas que en su momento Zapatero abrió durante su primera legislatura. Un regreso al guerracivilismo que esta vez lleva consigo la expulsión de los monjes benedictinos del Valle de los Caídos, la exhumación de víctimas, la ilegalización de la Fundación Francisco Franco, multas de hasta 150.000 euros por ensalzar el régimen de Franco, la reconversión del panteón donde el general gallego estuvo más de cuatro décadas enterrado en una especie de "Cementerio civil", entre otros puntos completamente intolerables, surrealistas y propios de un sistema extremista. 

Estamos pues ante una de las mayores leyes sectarias y totalitarias de los últimos cuarenta y dos años. Una ley que supone, al igual que la creada por Zapatero en su momento, ganar con ochenta años de retraso y a base de normativas jurídicas la guerra que en su día los rojos perdieron de forma humillante. Una ley que llega en el peor momento posible, ya que España es líder en estos momentos en contagios por el coronavirus y el número de muertos vuelve a subir de forma progresiva. Ante este apocalipsis sanitario, social y económico que estamos viviendo, ¿Qué mejor que volver a sacar a la palestra el as de Franco, la Guerra Civil y la dictadura? Ante una sociedad ignorante y estúpida, lo mejor que se puede hacer para desviar la atención en momentos graves como éste es el de entretener al populacho reabriendo las viejas heridas. De esta forma la gente no tienen en cuenta los más de 40.000 muertos que se han producido por la irresponsable y criminal gestión de este gobierno de asesinos, psicópatas y totalitarios. 

Buena prueba de la ignorancia y el sectarismo por el que se caracteriza el pueblo español es la reacción que han tenido los madrileños ante las medidas de confinamientos parciales en algunas zonas de la comunidad de Madrid impuestas por Isabel Díaz Ayuso. Ante esta decisión han sobrado minutos para organizar manifestaciones en la Puerta del Sol y exigir la dimisión de la líder del PP en Madrid, llegando a afirmar algunos que estas medidas se toman en "Perjuicio de los barrios obreros". Parece que aquí algunos se han olvidado de las medidas inconstitucionales que ha tomado el gobierno de España en estos meses pasados y solo acuden a manifestarse cuando la derecha toma el control y no la izquierda.

Una izquierda que ha abdicado de sus responsabilidades sanitarias y solo está centrada en sacar adelante la ley de Memoria Democrática y los Presupuestos Generales del Estado. Todo con tal de aguantar hasta el año 2023 y mantener tres años más en la Moncloa a Pedro Sánchez, aunque éllo suponga la desestabilización absoluta de España y la confrontación social. Todo vale para estos dos engendros del mal llamados Pedro Sánchez Pérez-Castejón y Pablo Iglesias Turrión, los cuales están aprovechando la desastroza situación que vive España gracias a su gestión para imponer sus leyes totalitarias mientras los españoles se van muriendo sin solución alguna a raíz del coronavirus. 

Solo espero que algún día alguien pueda sentar en el banquillo a estos dos criminales y que paguen entre rejas todo el daño moral, físico y psicológico que están ocasionando a través de su paso por el gobierno de España. Un daño que ya hicieron sus antepasados y que parecen haber olvidado a la hora de redactar este anteproyecto de ley. Me refiero a los actos criminales y golpes de estado que el gobierno del PSOE realizó durante la II República y que tan fácilmente ha conseguido la izquierda que el pueblo español lo olvide. La misma izquierda que blanquea y disculpa el terrorismo de ETA y los asesinatos que éstos cometieron entre otras víctimas a sus propios compañeros de partido. 

En definitiva, vivimos en una situación insostenible y ante el peor gobierno de la historia de España. Un gobierno que ha dejado atrás esta terrible pandemia sin más y ha delegado en las Comunidades Autónomas la gestión de esta grave crisis sanitaria. Un gobierno que se ríe en la cara de los vivos, así como de los muertos del ayer, de los de hoy y de los que vengan mañana. Un gobierno sin escrúpulos y sin principios, cuyo único propósito es desangrar España en todos sus sectores, así como el de masacrar a impuestos a las clases medias y trabajadoras mientras desde Moncloa se descojonan a pierna suelta de la población que sufre sus políticas. Un gobierno que se despreocupa del peligroso escenario al que se enfrentan los más pequeños al ser obligados a ir a las escuelas en medio de este caos y ante el peligro de los contagios. Y un gobierno que se desentiende de la insostenible situación que se está viviendo en estos momentos en los hospitales. Esta es la España de Sánchez, el cual puede calificarse ya como el Francisco Largo Caballero del PSOE del siglo XXI. Un PSOE que si de verdad existiese una ley de memoria democrática debería de estar ya ilegalizado por el inmenso daño que ha hecho, hace y hará hasta conseguir su propósito, el cual está ya más cerca que nunca: La liquidación definitiva de España.

sábado, 1 de agosto de 2020

¿Hacia la III República?

En estas semanas se está viendo en la prensa española cómo la monarquía vuelve a estar en entredicho por las confesiones que Corinna, la ex-pareja del rey Juan Carlos I, realizase en 2016 al comisario Villarejo. En dichas confesiones se habla de la corrupción que rodeaba y rodea a la Casa Real española y al rey emérito Juan Carlos I. Nada de estas declaraciones nos traen nada nuevo, pero lo sorprendente de todo este asunto es la postura que está tomando el gobierno criminal de Pedro Sánchez ante uno de los ataques más serios que está recibiendo la monarquía. Se habla ya no solo de la figura de Juan Carlos y de su futuro jurídico y personal, sino también del papel que debe hacer frente el actual jefe del estado, Felipe VI. Estamos pues ante una situación que pone contra las cuerdas no ya al que fuera durante cuarenta años rey de España, sino también al propio rey actual, ya que en algunas informaciones aparecidas en los periódicos se habla de un intento de chantaje de Corinna hacia Felipe VI, y de cómo éste y sus hermanas aparecen como beneficiarios en las cuentas que el rey Juan Carlos tenía depositadas en el extranjero.

Estamos pues ante un ataque sin precedentes contra la monarquía en la que sin lugar a dudas el papel del vicepresidente del gobierno, Pablo Iglesias tiene un papel relevante al ser éste uno de los miembros que componen la comisión del CNI. Un pulso a la corona en la que Juan Carlos I es el peón pero que cuyo verdadero objetivo no es otro que Felipe VI, el cual no solo no ha anunciado hasta ahora ninguna medida contra la posición institucional que ocupa su padre, sino que calla ante cualquier noticia que los medios publican día sí y día también sobre las actuaciones realizadas por la institución monárquica.

Es de todos sabido también que esto no es más que una tapadera para que no se hable alto y claro del caso Dina, el cual perjudica y muy gravemente al líder de Podemos y actual vicepresidente del gobierno. Pero ya sabemos cómo funcionan las cosas en la política en España. Si quieres que no se hable de tu propia mierda, saca la del contrario. Y en ésas estamos. Ante un país que está viviendo una de las crisis sanitarias más graves de los últimos siglos, y que se encuentra en la antesala de una inminente crisis económica y social, la cual empeorará la crisis política que venimos padeciendo desde hace ya más de una década. La carta última que faltaba para destruir este castillo de naipes es la de la monarquía. Una carta en la que si ésta cae, cae con ella el resto de las cartas. Estamos pues ante una guerra de cloacas en la que están involucrados partidarios de la monarquía (Aquellos que quieren tapar los tejemanejes reales hablando sobre el caso Dina y de esta forma hacer caer a Iglesias), y partidarios de la república (Aquellos que pretenden tapar su mierda sacando a la luz los trapicheos de los Borbones para así acabar con el sistema político de 1978). Una guerra en la que está de por medio el sistema político que venimos viviendo desde hace cuarenta años y que puede suponer la caída de Felipe VI y con ello la llegada inminente de la III República española. Una república que por supuesto no es la que yo deseo, ya que si algo he venido reiterando desde hace siete años es que mi apuesta es la de un sistema republicano a la francesa, con separación de poderes, poderes ejecutivos en la jefatura del estado y un sistema centralizado. Pero por desgracia esta no será la república que pueda aparecer más pronto que tarde en España, sino el regreso de aquella que supuso el enfrentamiento de hermanos contra hermanos y cuyo destino se decidía desde Moscú. Esta y no otra es la realidad a la que nos enfrentamos en estos momentos. La supervivencia o no del sistema constitucional de 1978, que no es más que la prolongación de este corrompido Reino de Taifas capitaneado por la izquierda y con la permanencia en la Zarzuela de los Borbones, o la instauración de un sistema totalitario izquierdista en donde la jefatura del estado estará en manos de cualquiera, también de los podemitas.

De esta forma pues solo puede quedar uno... o quizás ni eso: O Felipe VI, o Pablo Iglesias, y ambos se encuentran en una tesitura política y personal bastante compleja de la que les resultará difícil salir. Personalmente soy de los que creen que la carrera política de Iglesias está acabada, pero que éste morirá matando, y si con ello puede llevarse por delante a la familia que según él representa el último componente del franquismo, lo hará. Por parte de Felipe VI poco tengo que decir, salvo que está tan involucrado en los asuntos turbios que amenazan a la monarquía como su propio padre. ¿O acaso hay alguien tan ignorante que piense que un hijo no sabe las corruptelas que realiza su padre? Los Pujol pueden respondernos a esta pregunta de forma clara. Y ya lo advirtió el ex presidente de la generalitat, Jordi Pujol, cuando dijo aquello de "Si se toca la rama de un árbol caerán todas". Seamos serios, por mucho que muchos miembros de la derecha intenten defender sin argumentos serios y coherentes la permanencia de los Borbones en la jefatura del estado, creo que va siendo hora de que en la derecha española se ponga punto y final a su empatía hacia la corona y comiencen a plantearse la forma de gobierno por la que apuesta los conservadores, liberales y democristianos desde un punto de vista republicano. La derecha española debe de dar el paso y cerrar de esta forma la amenaza que sobrevuela en España ante la posible llegada de una nueva república socialista y totalitaria que facilitará la descomposición territorial de nuestro país.

Por parte de Pedro Sánchez ya se sabe la antipatía mutua que se tienen tanto el rey Felipe VI como el actual presidente del gobierno, así como los desplantes que el propio Sánchez ha venido realizando tanto de forma pública como privada al monarca. Puede que esta guerra de cloacas acabe cuando Sánchez decida si le es más conveniente a él políticamente mantener a Felipe VI como rey de España, o mantener a Pablo Iglesias como vicepresidente del gobierno. La respuesta vuelve a estar en Moncloa. ¿Hacia qué lado girará Sánchez? Como acabo de añadir, al que le resulte más conveniente para prolongar su caída política, ya que estamos ante un psicópata que sabe que tras este huracán que se acerca no quedará de él ni su nombre en el palacio de la Moncloa. Por ello optará por la situación que mejor le convenga a él y solo a él. Como titularía Juan Francisco Fuentes en su libro "Con el rey y contra el rey", el PSOE, en este caso liderado por Pedro Sánchez se verá de nuevo en el dilema de enterrar definitivamente el paso de esta familia francesa que solo ha ocasionado problemas y desgracias a España desde su llegada en 1700 tras la Guerra de Sucesión, u optar por la permanencia de este sistema constitucional que se cae a pedazos por momentos y en el que ya no cabe recurrir al método de Cánovas del Castillo de ir "Apuntalando el edificio para que no se caiga".

De nuevo el PSOE puede verse en la tesitura de repetir su jugada en los Pactos de San Sebastián de 1930, que dieron como resultado la salida de Alfonso XIII en abril de 1931 tras las elecciones municipales. Una suerte que su bisnieto, Felipe VI puede padecer igualmente si el PSOE decide optar esta vez por otro pacto contra la monarquía algo más prudente pero igual de maquiavélico. La decisión del futuro de España y de esta guerra de cloacas depende de un psicópata que lidera un partido criminal y que se vanagloria de gestionar una crisis sanitaria que ha costado más de 40.000 muertos. Como se suele decir, que Dios nos asista.

jueves, 30 de julio de 2020

Esto debe acabar ya

En medio de este infierno parece que alguien, aunque de forma torpe, por fin ha decidido imponer algo de cordura en toda esta miseria que España viene sufriendo desde que el gobierno del Frente Popular 2.0 comenzase su andadura allá por el ya lejano enero de este maldito año. Hoy, en el Congreso de los Diputados, Santiago Abascal ha venido a ejercer lo que en el lenguaje coloquial español viene denominándose "Poner los cojones encima de la mesa". Esto es, hablando en Cristiano, anunciar con dos meses de antelación la presentación de una moción de censura contra el desgobierno de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias para el mes de septiembre. Una medida que si bien es más necesaria ahora que nunca, también es necesario que se tomen los pasos adecuados a la hora de presentarla. Para empezar hay que añadir que en política las mociones de censura nunca se anuncian, se presentan. Solo hay que ver cómo triunfó la moción de censura contra el PP hace ya dos años (Aunque también es cierto que ese cambio de gobierno tuvo más sombras que luces, como ya he advertido en otras ocasiones). La moción de censura que pretende presentar Abascal no es más que un simulacro de la que en 2017 presentó Pablo Iglesias contra Rajoy. Dicha moción de censura no era más que un espectáculo puro y duro al que asistimos en junio de hace tres años, donde los podemitas anunciaron con meses de antelación el mecanismo constitucional que permite la alternancia de gobierno sin pasar por las urnas. Como es lógico, esta moción fue derrotada en el congreso tras haber asistido a un espectáculo bochornoso durante el debate de la misma. Pues bien, esta y no otra es la moción que pretende presentar Abascal en estos momentos.

Una moción a la que poco ha tardado el PP en anunciar su voto en contra, añadiendo que dicha moción lo único que provocará será el reforzamiento de Sánchez e Iglesias en el gobierno. Es curioso, de siempre se ha dicho que "El movimiento se demuestra andando", pero parece que algunos en el PP no quieren siquiera dar un paso que suponga el deber de sacar cuanto antes de la Moncloa a Pedro Sánchez. Un Sánchez que ya ha demostrado carecer de escrúpulos al darse tanto esta mañana, como hace unos días en el parlamento, y hace una semana en Moncloa un baño de aplausos por parte de sus ministros y los parlamentarios del PSOE y Podemos. Una imagen que demuestra el declive absoluto en el que está inmersa tanto la sociedad española como su propio sistema político, empezando por el propio gobierno y su presidente. Un presidente que tras haber sido el responsable indirecto de la muerte de más de 40.000 personas (Algunas estadísticas muestran resultados mucho peores), se ha erigido en estos momentos como "El salvador de España" al habérsele concedido un crédito de más de 140.000 millones de euros por parte del fondo de recuperación europeo para paliar las consecuencias devastadoras que la crisis del coronavirus ha provocado en España.

Hablando nuevamente en Cristiano, lo que ha realizado Sánchez ha sido solicitar un rescate para la economía española. Un rescate que por supuesto ya se ha encargado la prensa de decorar como una "Ayuda" o un "Plan Marshall a la española". Si en 2012 yo fui el primero en criticar al entonces presidente del gobierno, Mariano Rajoy tras negarse éste a reconocer que el préstamo concedido hacia el sistema financiero español era un rescate económico en toda regla, ahora no voy a ser menos con este tipejo el cual se ha vanagloriado de la solicitud del rescate, al cual solo le ha faltado que sus ministros y diputados lo llevasen en volandas por las Cortes cuan torero triunfante en la Maestranza. Todo de un despropósito y surrealismo, además de una falta de vergüenza, moral y humanidad que demuestra en las manos de quienes estamos. En las de un tipo que se enorgullece de su gestión en una crisis sanitaria que ha costado, como mínimo, más de 40.000 vidas y arruinado la vida de otras muchas en estos tres meses de estado de alarma. Ni incluso hoy, que era el día indicado para hablar en el congreso sobre los acuerdos de esa "Ayuda", se sabe a ciencia cierta cuáles son los verdaderos acuerdos y condiciones que el gobierno español ha acordado con Bruselas a fin de recibir los 140.000 millones de euros de los cuales el 25% del presupuesto irán destinados a la integración de los inmigrantes en España, así como a ayudas a terceros países con los que España tiene "Compromisos humanitarios".

Volviendo a la moción de censura debo reiterar que VOX se ha precipitado al anunciar una moción de censura que es en estos momentos más necesaria que nunca, sí. Pero que debe de presentarse ahora, no mañana ni dentro de dos meses, ahora. Otra cuestión a tener en cuenta es que el partido de Santiago Abascal negociase con otros partidos la elección de un candidato que no sea el propio presidente de VOX, ya que cuanto más independiente sea la persona que en septiembre sea candidata a la presidencia del gobierno, más probabilidad tendrá la moción de recabar más apoyos, aunque por supuesto ésta no salga adelante con los votos en contra del PSOE, Podemos, independentistas y etarras.

En otro orden de cosas es, como ya he dicho antes, deleznable que Pablo Casado no haya tardado ni siquiera un minuto en responder negativamente a la propuesta lanzada hoy por Abascal. No señores, España no está para aguantar por más tiempo a un gobierno de psicópatas, asesinos y criminales. Si el PP quiere comprometerse en serio con España en estos momentos, Casado debe anunciar el voto a favor de la candidatura de VOX. Siempre, eso sí, que el candidato sea uno de consenso y no uno de los políticos de la primera línea del partido verde. Y siempre que ese candidato no tenga otro objetivo que la convocatoria inmediata de elecciones generales para principios del 2021 y tras una previa limpieza de los organismos estatales donde el PSOE y Podemos mantienen sus chiringuitos y sus acuartelamientos (CIS, RTVE, etc). Esto es lo que España necesita como primera medida urgente a tratar, después ya vendrían las reuniones posteriores para la formación de gobierno (Que eso también sería otro cantar). Pero desgraciadamente no vamos a ver nada de esto. VOX presentará en septiembre su moción de censura contra el Frente Popular 2.0 sin posibilidad alguna de obtener un solo apoyo parlamentario ajeno a los de su propio partido. De esta forma Sánchez e Iglesias sí serán reforzados de cara a la galería por la actitud cobarde y traidora de una derecha que sigue empeñada por uno y otro lado en ser primera fuerza política como alternativa a la izquierda en vez de solucionar los gravísimos problemas que nos estamos enfrentando y a los que tendremos que hacer frente cuando llegue el otoño e invierno (Rebrotes del coronavirus, cierre de empresas, subida del desempleo, así como nuevos impuestos y recortes sociales). Esta es la España de la que tan orgullosamente presume Sánchez ante las Cortes y ante la UE a la hora de solicitar un nuevo rescate para nuestro país. Esta es la gestión que tan vomitivamente aplaude el presidente del gobierno, la suya personal y la de nadie más. Lo que quizás desconoce el actual jefe del gobierno es el trato que pueda dispensarle la historia, y espero y deseo que ésta no será tan benevolante con él como lo son los informativos de RTVE, Telecinco, o la Sexta.

martes, 12 de mayo de 2020

Gobierno de concentración ya

Decía mi bisabuelo Cayetano que "No hay peor cosa en la vida que la política", lo cual sin dejar de ser cierto no excusa que ésta sea para mí apasionante y brillante. Buena prueba de ello son los sucesos ocurridos en la pasada semana, donde por cuarta vez ha comparecido el presidente del desgobierno, Pedro Sánchez, para solicitar, o mejor dicho amenazar a la oposición con prorrogar dos semanas más el actual estado de alarma, el cual no es sino un estado de excepción de facto. Con el comienzo en el día de ayer de la fase 1 de la desescalada (la cual incluye también a Sevilla), España, o mejor dicho, algo más del 50% de España comienza el proceso de vuelta a la normalidad anormal en la que nos encontrábamos antes del inicio de esta pandemia. Un proceso que en cualquier momento puede quedar paralizado y dar marcha atrás en caso de producirse un repunte en el número de infectados y de fallecidos. Pero no es del proceso de la desescalada de lo que quiero hablar esta noche, sino de la alarmante situación que nos encontramos en este estado de alarma, valga la redundancia.

La decisión de ese partido bisagra y veleta llamado Ciudadanos de votar a favor de la prórroga del estado de alarma supone un punto y seguido más en el proceso de extinción en el que se encuentra el partido de los "Naranjitos". Y es que mucho se está hablando de los motivos por los cuales el partido que preside Inés Arrimadas ha decidido una vez más contradecirse a sí mismo y votar a favor de la prórroga de un estado de alarma del que cada vez más expertos en Derecho Constitucional dudan de su legalidad.

Se ha hablado mucho en la última semana y se sigue hablando sobre los intereses ocultos que han llevado a que C's decida no ya solo prorrogar el estado de alarma sino salvarle el pellejo al gobierno del Frente Popular 2.0 liderado por Sánchez e Iglesias. Un gobierno marcado cada vez más por su totalitarismo y falta de voluntad democrática. ¿Por qué esta nueva vuelta de hoja por parte de los naranjitos? Se está hablando del más que posible pacto al que Sánchez y Arrimadas han llevado a cabo para salvarse ambos el pellejo de forma recíproca. Sánchez, como buen cínico y amoral que es está decidido a cuando menos aguantar hasta mitad de la legislatura y agarrarse en el sillón presidencial mientras le llueven las demandas contra él y su gobierno por su criminal gestión en esta crisis sanitaria del coronavirus. Arrimadas, por su parte, quiere salvarse el pellejo para llegar viva a las próximas elecciones generales (Si es que éstas llegan a celebrarse algún día) y convertirse en 2023 en la candidata a la presidencia del gobierno por C's. ¿Cómo lograrlo? Muy sencillo...

La recompensa que recibiría Arrimadas por parte del PSOE es ni más ni menos que el apoyo de los socialistas a los naranjitos en el Ayuntamiento y el de los naranjitos a los socialistas en la Comunidad de Madrid (liderados ahora por los populares Martínez-Almeida y Díaz Ayuso) a través de una moción de censura que desaloje a éstos del gobierno municipal y autonómico en favor de los candidatos de C's y PSOE respectivamente. Pero ahí no queda la cosa. Se habla también de la posibilidad de repetir esta jugada aquí en Andalucía, para desalojar después de un año y medio de gobierno al popular Juanma Moreno en favor del naranjito y actual vicepresidente de la Junta de Andalucía, Juan Marín. En definitiva, toda una operación política para reconducir a C's a la primera línea y consolidar el liderazgo de Arrimadas en Ciudadanos. Mientras esto sucede, Sánchez mantiene la Moncloa y el BOE bajo su poder en una España que ya sobrepasa los 27.000 muertos oficiales, mientras que por otro lado se habla de unas cifras que superarían con creces los 30.000 a causa del coronavirus. Todas ellas víctimas de la gestión criminal de este gobierno de asesinos y miserables.

En definitiva, toda una operación política en plena crisis sanitaria, económica y social y con 30.000 muertos encima de la mesa. De confirmarse tal escenario, el PP estaría en la obligación tanto moral como política de presentar de forma inminente una moción de censura contra el gobierno de Perro Sánchez (Sí, han leído bien). Una moción de censura que en mi opinión debería de dejar fuera a Pablo Casado como candidato a la presidencia del gobierno. ¿Qué alternativa pues? Una que ya expuse aquí hace un año y que podría tener no sé si efectos pero si repercusión. La designación del popular Adolfo Suárez Illana como candidato de consenso que forme un gobierno de concentración liderado por el hijo del ex-presidente Suárez, ministros de los dos partidos tradicionales, e incluso ministros tecnócratas que tanta falta hacen en algunos ministerios como por ejemplo el de sanidad en estos graves momentos. Debo añadir que personalmente siempre he estado en contra de cualquier tipo de gobierno y/o apoyo entre los dos principales partidos (Solo hay que ver mis entradas de años anteriores), pero la grave situación que estamos padeciendo bien merece hacer una excepción.

Este gobierno tendría como objetivo paliar a corto plazo la durísima crisis que estamos padeciendo y la posterior convocatoria de elecciones generales para el año que viene. Esta vez con Pablo Casado como candidato nuevamente por el PP y sin Pedro Sánchez al frente del PSOE. El problema reside por supuesto en el PSOE, el cual está controlado plenamente por Sánchez y sus camaradas. Por ello la propuesta de Suárez Illana como candidato de consenso podría despertar interés en la llamada "Vieja guardia" del PSOE, que quizás aceptaría esta propuesta frente al actual escenario de caos en el cual se encuentra sumido el país bajo el gobierno actual del Frente Popular 2.0. Un gobierno el cual ya ha dejado a entrever la posibilidad de extender el estado de alarma hasta finales de junio como mínimo. Todo ello mientras el paro vuelve a subir descomunalmente y las previsiones económicas para España se disparan negativamente frente al caos en el que se encuentra sumido este desgobierno.

Un desgobierno en el que se encuentra España hoy que nos recuerda al de hace exactamente diez años. Tal día como hoy, 12 de mayo, se produjo en 2010 el fin de facto del gobierno socialista de Zapatero al anunciar éste el hasta entonces mayor recorte social conocido en España como consecuencia de la inminente crisis que amenazaba con llevar a España al rescate. Un rescate que en estos momentos se da por hecho en Bruselas, ya que las noticias que auguran que España solicitará a medio/largo plazo un rescate global de su economía van a más conforme pasan los días.

Por ello, por esta y por otras muchas razones es necesario cuanto antes poner fin al gobierno moribundo y totalitario de Sánchez e Iglesias, el cual ha dejado más que demostrado que se encuentra incapacitado de hacer frente a los graves escenarios que estamos padeciendo en estos momentos. Por desgracia sé que esta propuesta no se llevará a cabo, ya que faltan cojones y compromisos entre la clase política actual para echar en estos momentos a estos miserables del gobierno y defender a España y a su Estado de Derecho. ¿Qué nos espera pues? De momento, y gracias al apoyo de veletas como Arrimadas, seguiremos sufriendo las políticas totalitarias de este gobierno durante al menos unos meses más. En mi opinión estamos ante un gobierno acabado y ante un presidente arrasado por las circunstancias. Aun así creo que el daño que Pedro Sánchez puede hacer a España es todavía y por desgracia mayor del que ya ha provocado. Por eso creo que de producirse el final de Sánchez, éste se producirá entre 2021 y 2022. No creo que Sánchez acabe la legislatura, pero tampoco creo que deje el poder de una forma tan dócil, y mucho menos con Pablo Iglesias y Podemos co-liderando el ejecutivo. Por ello creo que de producirse, la caída de este gobierno será severa y se llevará a España con éste por delante. Mientras tanto solo nos queda esperar y contemplar como este gobierno cae arrasado por la crisis... y con él España y su sociedad.

martes, 21 de abril de 2020

La izquierda da un golpe de Estado

Cuando escribo este artículo en la noche del 21 de abril de 2020, España lleva ya más de 20.000 fallecidos por el Coronavirus, los españoles llevamos ya más un mes confinados en nuestras casas, y el gobierno ha llevado a cabo un golpe de estado a través del Estado de Alarma que el próximo día 22 se volverá a aprobar para que continúe en vigor hasta el 10 de mayo de este año. Por si todo esto fuera poco, las graves declaraciones de ayer del Jefe del Estado Mayor de la Guardia Civil, en la que ha afirmado abiertamente desde Moncloa que están "Minimizando" las críticas a la gestión del gobierno de PSOE-Ps suponen todo un escenario totalitario en el cual se encuentra sumida España.

Y es que no era un secreto que el gobierno del Frente Popular del siglo XXI nos iba a llevar a esta situación. Pero jamás pensamos, al menos yo, que lo fuesen a hacer en estas gravísimas circunstancias en las cuales se encuentra sumida España y el resto del mundo. Con una crisis sanitaria sin precedentes, tras haber cruzado el Rubicón y comenzado la peor crisis económica que se recuerde, y en medio de un Estado de Alarma, el cual ya nadie cree que es de Alarma sino de Excepción, el desgobierno actual de España ha comenzado a pasos gigantescos a restringir las libertades y los derechos de los españoles con la complicidad de los medios de comunicación y ante el silencio de la oposición, la cual debería de haber presentado hace ya más de una semana una moción de censura acompañada de una moción de responsabilidad criminal contra el presidente del gobierno, sus vicepresidentes y algunos de sus ministros. En lugar de eso, la oposición se dedica únicamente a mostrar desde las redes sociales, Twitter, para ser más exactos, su rechazo ante las medidas totalitarias y dictatoriales de este gobierno repleto de criminales y asesinos.

Un gobierno que ha visto en la crisis del Coronavirus su mejor oportunidad para implantar sus políticas, aislar a la oposición, y convertir a España en un estado dictatorial bajo el bipartidismo formado por PSOE y Podemos. Un bipartidismo que reniega de cualquier tipo de acuerdo con la España "Fascista, franquista y retrógrada" como ellos mismos definen a todos aquellos que no comulgamos con sus ideales totalitarios. Estamos pues ante la mayor crisis política que recuerda España en los últimos años, y no será porque en esta última década no hemos vividos crisis políticas de una gravedad sin precedentes. Pues cuando todo parecía que se había visto, el gobierno de Pedro Sánchez va diez pasos más allá y decide romper con la agonizante constitución de 1978 a través de la propia constitución.

Como diría el que fuera una de las figuras más relevantes de la transición, Torcuato Fernández Miranda, "De la ley a la ley pasando por la ley". Eso y no otra cosa es lo que están llevando a cabo el gobierno izquierdista del PSOE y Podemos. Un cambio hacia un nuevo sistema político que cuenta con la bendición de las grandes empresas españolas, los medios de comunicación e incluso la propia monarquía. Sí, esa monarquía que algunos imbéciles que todavía pululan por la derecha creen que nos va a salvar de este escenario que cada vez se vislumbra más grave y complicado.

Estamos pues ante un gobierno de psicópatas que han decidido "Echarse al monte" e iniciar un cambio de sistema bajo un escenario donde más de 20.000 personas han muerto por culpa de la inactividad e irresponsabilidad de este gobierno de cobardes, el cual ha dado un golpe de estado que ha rematado al agonizante sistema constitucional de 1978. Un golpe de estado que igual que el que perpetró el propio PSOE en 1934 va acompañado de la mano de los enemigos de España (ERC, PNV, Bildu, PdCAT, etc). A diferencia del golpe de estado que condujo a la Revolución de Asturias y al golpe de estado en Cataluña perpetrado por Lluís Companys, éste tiene todas las papeletas para culminar con éxito, para beneficio de la izquierda fascista española, y para desgracia de todos los españoles que vemos cómo no ya el sistema constitucional sino el propio país se cae a pedazos con la colaboración activa del gobierno miserable de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias.

Un gobierno el cual ya ha dejado más que claro que le importan una mierda todas las víctimas habidas y por haber en esta crisis, así como sus familias. Un gobierno que ni siquiera se ha dignado a declarar luto nacional por las miles y miles de vidas que se está llevando esta pandemia desde hace un mes, y un gobierno que no ha mostrado comprensión ni solidaridad ninguna con los ciudadanos, a los cuales está tratando poco menos que como si fuésemos estiércol.

Estamos pues, como ya llevan vaticinando algunos "En las puertas de una nueva era". Una era que se caracterizará por el totalitarismo y el terror que desde los órganos de poder pretenden implantar una vez se complete este golpe de estado perpetrado una vez más por la izquierda española. Ya de hecho, como ha dicho el Jefe del Estado Mayor de la Guardia Civil, están trabajando en silenciar a través de Internet y las redes sociales todas aquellas voces que supongan una oposición a la gestión del actual gobierno. Con lo cual no sería de extrañar que me acaben cerrando este blog un día de estos.

Un blog en el que desde hace ya casi siete años he criticado a los gobiernos de turno. Primero al de Mariano Rajoy y posteriormente al de Pedro Sánchez. A diferencia de lo vivido durante el gobierno del PP, en estas circunstancias es bastante probable que la censura impuesta por el gobierno del PSOE acabe arrasando con todas aquellas páginas web, blogs, perfiles en redes sociales, etc que supongan un estorbo a la hora de implantar este gobierno su agenda.

Por mi parte, aunque cambiaría los modales que en otros tiempos he utilizado, no cambiaría ni una sola coma de lo que he escrito en este blog desde hace seis años y medio. Podrán censurar este blog y el de miles de personas más así, como los canales de Youtube que no suponen más que la voz que los españoles usamos a través de este medio para criticar las medidas tomadas por los poderes públicos.

Estamos pues ante la fase final de aquello que se originó un 11 de marzo de hace dieciséis años y que provocó un cambio de ciclo en España con la llegada de José Luis Rodríguez Zapatero. Con el escenario actual, ese cambio se está consumando a través del golpe de estado que el PSOE de Pedro Sánchez ha llevado a cabo contra la constitución y contra los derechos fundamentales y las libertades de los españoles. La oposición por su parte tiene la carta de lanzar una moción de censura que ponga fin cuanto antes a esta pesadilla, pero por desgracia sabemos que no la van a llevar a cabo. Bien porque es sabido que no disponen de los apoyos suficientes, o bien porque ellos mismos también estén inmiscuidos en esta operación. Ya nada volverá a ser como antes. España ha cruzado la línea roja y se adentra en un peligroso escenario del cual ya no podrá salir de el. En manos de los españoles hemos tenido la oportunidad de parar esta locura, pero estábamos demasiado ocupados mientras aplaudíamos cada día a las ocho de la tarde. Lo que pase a partir de ahora será de todo menos bueno... nosotros mismos nos lo hemos buscado y aquí están ya las consecuencias. Adiós libertad, adiós España.

viernes, 3 de abril de 2020

Un gobierno moribundo ante un país agonizante

Cuando estamos otro año más en Viernes de Dolores de una nueva Semana Santa que por desgracia este año será inexistente tras suspenderse después de 87 años, la cifra de muertos por el llamado Covid-19, o lo que es lo mismo, el Coronavirus, ha alcanzado ya el escalofriante número de 10.000 muertos. 950 en solo las últimas 24 horas. Mientras todo esto sucede, los españoles permanecemos por tercera semana consecutiva confinados en nuestras casas mientras las cifras tanto de fallecidos como de infectados va subiendo cada día más. Es cierto que la cifra de recuperados también es alta, y que dicha noticia es buena si se tiene en cuenta que hay más recuperados que fallecidos, pero eso no es motivo suficiente como para comentar una situación de alarma social que al desgobierno de España se le ha ido completamente de las manos. Una situación en la que todo el mundo da por hecho que ha provocado un giro de 180 grados a la situación nacional que vivíamos hasta hace poco. Algunos dan ya por hecho que la legislatura ha estallado por los aires y que el todavía presidente del gobierno, Pedro Sánchez, no es ya más que un cadáver político andante, el cual se niega a reconocer como Bruce Willis en "El Sexto Sentido" que ya es solo un fantasma, es decir, lo único que ha sido toda su miserable vida.

Y es que al igual que hace justo cuarenta años y hace solo diez, la situación del actual jefe del gobierno es similar, cuando no casi exacta, a las vividas en 1980 por el aún agónico presidente Adolfo Suárez y en 2010 por el entonces moribundo presidente José Luis Rodríguez Zapatero. Pero Sánchez, a diferencia de Suárez y Zapatero no se va a ir dejando tras de sí la mayor crisis sanitaria, económica y social que haya padecido España y el mundo desde 1929, sino también una cifra descomunal de muertos como consecuencia de su delictiva gestión sobre el Coronavirus. Un Pedro Sánchez que si ya se encontraba en enero (Cuando tomó posesión por segunda vez como jefe del gobierno) en una situación insostenible, ahora se encuentra en una fase tan agónica como la que padece la propia España en estos instantes. La oposición liderada por el PP de Pablo Casado debe tomar la iniciativa política y actuar como el papel que le han otorgado los españoles en las urnas el año pasado por dos veces consecutivas; Los populares deben de dar un paso al frente y presentar por sentido de Estado dos mociones.

Por el lado penal, una moción de responsabilidad criminal contra el presidente del gobierno, Pedro Sánchez. Una moción que en mi opinión debería de llevar consigo la presentación conjunta de otras mociones de responsabilidad criminal, en este caso contra la vicepresidenta del gobierno, Carmen Calvo, el vicepresidente del gobierno, Pablo Iglesias, su pareja y actual ministra de igualdad, Irene Montero, la ministra de sanidad, Salvador Illa, y el delegado del gobierno en Madrid, José Manuel Franco, por delitos contra la salud pública. Por otro lado, y esta más concreta en el ámbito político, el PP tiene el deber y la responsabilidad pública de presentar una moción de censura contra el gobierno de Pedro Sánchez Pérez-Castejón. Una moción de censura cuyo candidato no debería ser el propio Casado, ni siquiera un miembro del Partido Popular. El candidato propuesto a la investidura debe de ser alguien que cuente con la simpatía y el respeto de un criminal Partido Socialista Obrero Español, el cual ha llevado a España a una situación de crisis absoluta por tercera vez en treinta años.

Si el PSOE se niega a apoyar estas mociones estará en su derecho (Como el mismo derecho que tendría que un futuro gobierno de la derecha se plantease la ilegalización del PSOE), pero el pueblo español necesita ya una reacción urgente tanto en lo penal como en lo político, y en estos momentos esa respuesta debe darla por obligación y por responsabilidad ante el país el propio PP. Y sobre todo, los españoles se merecen ahora más que nunca que cada uno se posicione y demuestre si apoya a un candidato propuesto con el simple objetivo de convocar cuanto antes unas elecciones generales, o mantener a un gobierno repleto de asesinos y criminales, los cuales han ocultado a la población información sensible sanitaria en pos de sus intereses políticos partidistas y de una manifestación totalitaria y sectaria, la cual se puede definir como la manifestación que mayor número de muertos ha provocado con efecto retroactivo. Por no hablar de la acción criminal de este desgobierno de negarle a la Comunidad de Madrid el material sanitario que desde el gobierno regional de Isabel Díaz Ayuso se pedía insistentemente. Una acción inhumana que demuestra el nulo atisbo de sentimiento humano por parte de este gobierno y de su presidente no ya al adversario político, sino a los ciudadanos. Un gobierno el cual ya se ha encargado de otorgarle más de 15 millones de euros a las televisiones privadas mientras éstas se dedican a exculpar al gobierno del PSOE y Podemos de este holocausto y culpar a su vez al PP por los recortes sanitarios y la insostenible situación que se vive en los hospitales españoles en estas durísimas semanas.

Y todo esto transcurre mientras hoy conocemos los datos del paro del mes de marzo (El primero en plena crisis sanitaria), el cual da una cifra de más de 300.000 personas desempleadas, la mayor cifra jamás conocida en la historia de España. Una cifra que por desgracia será la primera de las muchas que iremos conociendo conforme avance la crisis sanitaria y económica. Por cierto, unas cifras desoladoras que no lo son tanto para la ministra podemita de trabajo, la cual ha comparecido hoy desde la Moncloa mientras lloraba a lágrima viva de las risas que le provocaban su confusión a la hora de definir qué era un ERTE. Unas risas que también ha sufrido en sus carnes el ministro de industria, José Luis Ábalos, el cual se le ha visto especialmente sonriente a lo largo de esta semana mientras las cifras de españoles muertos por el Covid-19 aumentaban a más de 500 personas por día. Me reitero nuevamente tras hacer mención a estos hechos asquerosos cuando afirmo que estamos ante el gobierno más insensible, criminal, totalitario y miserable que ha padecido España desde, como mínimo el siglo XIX. En otro país, los hechos criminales que ha ido llevando a cabo el gobierno de forma pasiva serían más que suficientes para que sus integrantes diesen con sus putrefactos huesos en la cárcel de por vida.

Por su parte, el gobierno ya da por hecho que tendrá que pedir al congreso una nueva prórroga para mantener el Estado de Alarma otras dos semanas más. En este caso hasta el 26 de abril. Una prórroga que no será la última, ya que todos sabemos que este Estado de Alarma que estamos padeciendo va a ir más allá del mes de abril, y puede que de mayo. Un Estado de Alarma el cual se ha convertido de facto en un Estado de Sitio, en donde se ha restringido la libre circulación de personas y el derecho de reunión, entre otros derechos fundamentales que escapan de las actividades que el gobierno puede aplicar en un Estado de Alarma. Vivimos ya en un estado socialista y policial en el que el Estado ha asumido todos los poderes, y ha dejado de forma indefinida a sus ciudadanos encerrados sine die en sus hogares hasta nuevo aviso.  Un encierro que se ve coloreado por los medios a través de las convocatorias para aplaudir a los profesionales sanitarios y endulzado con una campaña de marketing de solidaridad y compromiso entre todos. Unas campañas muy emotivas sino fuera por las verdaderas razones que hay tanto a nivel nacional como a nivel global en esta pandemia mundial que estamos viviendo. Ya hay algunas voces que están avisando de que nada volverá a ser como antes tras el paso de esta crisis. Al igual que tras el 11-S, el mundo se encuentra otra vez a las puertas de un cambio de ciclo a todos los niveles. Un cambio que al igual que pasó en 2001 se intuye que no es un cambio para mejor...

Volviendo al terreno político, desde algunos sectores se habla de la posibilidad de formar un gobierno de "Salvación Nacional" el cual estaría presidido por la vicepresidenta económica, Nadia Calviño y compuesto por miembros del PSOE, PP y VOX (Un cambio bastante curioso por parte de Abascal y compañía). Por otro lado se habla de realizar una serie de reformas de altísimo calado económico y social, que serían a su vez la antesala de unas elecciones generales a celebrar en 2021. Personalmente no sé qué es lo que va a ocurrir a partir de ahora, pero sí es un hecho que el gobierno de Sánchez ya está acabado y calcinado. La presidencia de Sánchez está tan agotada como su propia credibilidad, si es que alguna vez la tuvo. Al igual que Suárez y Zapatero en 1980 y 2010, Sánchez vive en este 2020 sus últimos meses en la Moncloa en medio de una crisis sin precedentes y con el país hecho cenizas tras haberlo incendiado en estos últimos dos años. Ahora solo queda esperar para ver cuál será en primer lugar el final que le depara a España tras este tsunami que ha arrasado con todos sus sectores sociales, económicos, sanitarios, laborales, políticos, etc. Y por último saber cuál será el desenlace de este gobierno, el peor en la historia contemporánea de España y el único que ha conseguido aniquilarla tras más de 500 años de historia. Lo que viene ahora no será fácil para ninguno de nosotros. España y el mundo se adentran en un terreno inexplorado hasta ahora en donde la crisis económica de 2008 será una comedia en comparación con el apocalipsis que nos espera. Por ello cabe decir, ahora más que nunca "Agárrense, que vienen curvas".