sábado, 2 de marzo de 2019

Porqué voy a votar a VOX

Para la semana que viene se firmará finalmente el decreto de disolución de las cortes generales y con ello la convocatoria de elecciones generales para el próximo día 28 de abril. En todas las encuestas se está dando por hecho que el PSOE ganará los comicios, por lo que Pedro Sánchez podrá volver a gobernar con el apoyo de Podemos e independentistas y etarras, o por el contrario con el apoyo de Ciudadanos. Ya dije en la entrada de hace unos días que lo que nos jugamos los españoles en estas elecciones es ni más ni menos que España en sí. Son estas pues las elecciones generales más importantes a la que nos enfrentaremos los españoles desde las primeras celebradas el 15 de junio de 1977. Nos jugamos ni más ni menos que la supervivencia de la nación española. Una supervivencia que se verá extinguida si finalmente el resultado de las encuestas se traslada al resultado electoral.

Todos sabemos que de ganar la izquierda, España se disolverá tras el apoyo de los independentistas al gobierno de Sánchez. Un apoyo que irá acompañado a cambio de otro apoyo; el del gobierno del PSOE para celebrar un referéndum de autodeterminación en Cataluña. Por supuesto la cosa no quedará ahí, ya que si Sánchez necesita igualmente del apoyo de los vascos, éstos condicionarán su apoyo a cambio de que el PSOE apoye la reforma del estatuto de Guernica, en la que se incluye el derecho de autoderminación, así como un referéndum vinculante para la independencia del País Vasco. En definitiva, si votamos a la izquierda estaremos votando la disolución de España. La alternativa por parte de la derecha (En este caso del PP) es incierta, ya que todos sabemos cuáles han sido sus medidas hasta el año pasado con respecto a Cataluña. Por ello la supervivencia de España podemos decir que se aglomera en torno al apoyo que pueda obtener el 28-A el partido estrella en estos momentos: VOX.

Ya en abril de 2016 escribí una entrada en la que anuncié porqué iba a votar a favor de Pedro Sánchez en las elecciones del 26-J de ese año. Eran los tiempos en los que yo, un ex-votante desilusionado del PP y decepcionado con la pésima gestión de Rajoy anuncié mi voto a Sánchez al ver que por entonces el líder del PSOE había sido el único que le había echado cojones, hablando mal y claro, para intentar expulsar del poder al entonces presidente del gobierno. En aquella época, ingenuo de mí, vi que dentro de las pésimas alternativas, la de Pedro Sánchez era la única que, dentro de la mediocridad podía dar algo de aire fresco a la tensa situación que en 2016 vivía España. Finalmente se ha comprobado que aquella idea que yo tenía de Pedro Sánchez (No muy buena, pero sí aceptable) no podía ser más lejana a la realidad. Pedro Sánchez se ha confirmado finalmente que es un tipo peligroso, además de una mala persona, dispuesta a todo con tal de perpetuarse en el poder que tanto trabajo le ha costado conseguir. Su expulsión del poder es algo que requiere la máxima urgencia si queremos que nuestra nación pueda seguir, no sé si sobreviviendo, pero sí sostenerse durante algún tiempo más.

Como venía diciendo, en abril de 2016 escribí y defendí los motivos por los que había que votar a Sánchez. Esta noche lo haré defendiendo los motivos que me llevarán a votar el próximo día 28 de abril de Santiago Abascal. Todo el que me lea sabrá que soy una persona de tendencia ideológica conservadora, alejada de progresismos y de luchas de clases, así como de tendencias marxistas. Aun así en estos últimos años he votado a partidos que hoy en día jamás se me pasarían por la imaginación otorgar mi confianza. En 2014 lo hice a UPyD, de lo cual no me arrepiento. En 2015 lo hice en apoyo a Podemos (Sí, ya he dicho que eran tiempos en los cuales cualquier opción me bastaba para expulsar a Rajoy de la Moncloa) y en 2016 al PSOE de Pedro Sánchez. En todo ese tiempo siempre añoré la posibilidad de votar a un partido de marcado carácter derechista y conservador, defensor de los valores tradicionales y de nuestras señas de identidades nacionales. Reconozco que en los últimos años me plantee votar incluso a Falange Española, pero la conciencia de saber que mi voto no tendría relevancia alguna para que esta formación tan mal vista e incomprendida de forma errónea por la sociedad española llegase a obtener representación parlamentaria me hizo decantarme por otras formaciones. Formaciones que en nada me representaban ideológicamente pero que veía en ellas la posibilidad de expulsar del poder a aquel que de forma tan miserable nos había traicionado a todos los votantes que le apoyamos en noviembre de 2011.

Pues bien, llegamos al año 2019 y tras un cambio de gobierno a través de una moción de censura llegó Pedro con su cohorte, el cual tras nueve meses de desgobierno ha dejado una situación no ya crítica sino peligrosa para la sostenibilidad de la unidad territorial de la nación española y su futuro. Es en estos meses cuando surge (Ya lo había hecho con anterioridad pero no con la misma fuerza) un nuevo partido político, con el cual ya he dicho el pasado mes de noviembre que no coincido plenamente en varias cuestiones que plantean, pero que ha sido decisivo para que en el tablero político español entre por fin una formación con claras tendencias conservadoras. Ese partido es la formación que dirige Santiago Abascal, un ex diputado vasco del PP, el cual tras ver la desintegración ideológica del PP de Mariano Rajoy anunció su intención de abandonar la formación popular y crear otra que representase a los votantes conservadores y liberales, desencantados igualmente con la deriva ideológica del PP. Con ello, Abascal crea en 2014 la formación conservadora VOX junto a personajes tan relevantes en los sectores del PP vasco como eran José Antonio Ortega Lara y María San Gil. Desde 2014 hasta la fecha, VOX ha ido creciendo poco a poco, teniendo su despegue definitivo en las pasadas elecciones andaluzas del 2 de diciembre, obteniendo dicha formación 12 escaños en el parlamento andaluz. A partir de entonces comienza la batalla de VOX por alzarse con el gobierno de España. Una primera batalla que tendrá su momento decisivo en las próximas elecciones generales del 28-A.

¿Qué me lleva pues a defender y a apoyar a VOX en las elecciones del 28-A? Sencillamente la defensa que hacen de la familia, de la nación española, de nuestras raíces cristianas, de nuestra cultura, de nuestras señas de identidad, del control férreo de la inmigración, del endurecimiento de las penas, de su oposición al lobby LGTB y feminista, al aborto, así como a la sostenibilidad del senado y del sistema autonómico, además de su incesante y activa lucha contra el independentismo catalán en los últimos años desde los sectores judiciales. Defensas todas ellas de unas ideas que ningún partido político ha tenido a bien representar en los últimos años. Y es que España se encuentra desde hace 15 años, concretamente desde aquel fatídico 11-M que cambió bruscamente la historia de España, en un permanente gobierno con marcados tintes progresistas que tienen como objetivos la destrucción de nuestra sociedad tal y como la conocemos. Una destrucción que se extiende igualmente en términos políticos. Este plan de destrucción se puso en marcha en 2004 con la llegada del personaje más peligroso que ha padecido España hasta la llegada de Pedro Sánchez. Un personaje llamado José Luis Rodríguez Zapatero, el cual puso los cimientos de este régimen que algunos denominan "El Régimen del 11-M". Un régimen cuyos principios destructivos se mantuvieron tras su salida del gobierno en 2011. Con la llegada del gobierno del PP, estos principios basados en la destrucción social y política de España prosiguieron con la llegada de Rajoy a la Moncloa, manteniéndose éstos hasta su salida del poder en 2018. No hay que decir que tras la llegada de Sánchez al poder este plan destructivo no ha hecho sino recrudecerse de forma acelerada, provocando a su vez un debilitamiento generalizado de las instituciones españolas ante la peligrosa deriva que el actual gobierno está ejerciendo con aquellos que desean destruir nuestra nación. Una deriva que forma parte del plan orquestado en 2004 y que entra ahora en su fase final con el apoyo del gobierno del estado a las pretensiones de los independentistas.

Quizás por la razón de ser el partido opuesto a este plan que busca aniquilar nuestra sociedad y por otras muchas razones es por lo que Abascal y VOX resultan tan molestos para aquellos que desde hace quince años gestionan la destrucción controlada de España. Abascal es pues y ante la falta de una alternativa derechista mejor, la única opción creíble y sensata que necesita España en estos graves momentos. Por ello es necesario un apoyo masivo a esta formación, la cual es en estos momentos la única que puede plantarle cara al separatismo catalán, ya que en estas circunstancias nadie se cree que Pablo Casado llegue a aprobar un 155 duro en Cataluña ni a derogar leyes sectarias ni totalitarias como la ley de Memoria Histórica, la ley de Violencia de Género, las leyes concernientes a los lobby LGTBI, etc. Por desgracia se ha visto que el PP original murió con el 11-M, por lo que ningún partido a excepción de VOX defenderá derogar todas las leyes nacidas durante estos quince años ni a endurecer las penas como la formación de Santiago Abascal lleva defendiendo en estos últimos años. Tampoco ningún partido a excepción de VOX actuará de forma contundente contra el separatismo catalán, vasco, etc, ya que todas las demás formaciones nacionales están en deuda permanente con estos partidos nacionalistas/independentistas. Del mismo modo, ningún partido, a excepción de VOX, puede llevar a cabo una reforma radical del sistema administrativo y político en España, ya que el sistema autonómico actual es la principal fuente de corrupción y clientelismo del bipartidismo (Ahora cuatripartidismo PSOE-PP-C`s-Podemos), siendo éste el reino de taifas del denominado “Régimen del 78” desde hace cuarenta años. Asimismo, ningún partido a excepción de VOX llevará a efecto una regulación auténtica de la inmigración en España, ya que fue con el PP con quienes llegaron las primeras oleadas de inmigrantes allá por los primeros años del 2000, recrudeciéndose la situación con el gobierno del PSOE en 2004, cuando éstos recurrieron a la desproporcionada idea del "Papeles para todos". Con todo ello, sólo VOX es la opción a día de hoy capaz de reconducir a buen puerto la gravísima situación en la que nos encontramos, si es que eso es a estas alturas posible.

Finalmente cabe preguntarse; ¿Es posible un gobierno de VOX tras las elecciones generales? Personalmente y de forma rotunda creo que no. Un partido con un perfil completamente inverso a lo que representa el sistema político español no podrá formar gobierno ni aunque ganen las elecciones. La única opción por terrible que nos parezca es la de un regreso del PP al gobierno de España (Siempre que los populares consigan salvar los muebles el 28-A) con el apoyo único y exclusivo de VOX. Un gobierno formado por populares en el que la VOZ cantante (Nunca mejor dicho) la tuviese la formación de Santiago Abascal. Aun así ya digo yo desde aquí que dicho escenario jamás se va a producir. Si acaso, el PP podría gobernar con apoyos puntuales con VOX, pero saltándose posteriormente los acuerdos que éstos hayan llegado de forma previa con la formación de Santiago Abascal. Los populares desearían en cambio un gobierno junto con Ciudadanos y Albert Rivera, los cuales apoyan igualmente el plan destructivo que España viene sufriendo desde 2004, a través de la aniquilación de España vía incorporación de nuestra nación a lo que algunos llaman "Estados Unidos de Europa". En lo que a mí respecta estoy convencido de que el PP va a sufrir un nefasto resultado electoral ante la decepción social que ha ocasionado el gobierno de Rajoy, por lo que una posible formación de gobierno, no ya en solitario sino en compañía o bien de VOX o bien de C's la veo imposible ante el descalabro que Casado se va a llevar el 28-A.

Por ello, ante esta situación ¿Qué debemos hacer los españoles de bien? En mi opinión votar masivamente a VOX el próximo día 28 de abril. Aunque por desgracia mucho me temo que aunque la formación de Santiago Abascal obtenga un número importante de votos y escaños, éstos no serán suficientes ni para ganar las elecciones ni muchísimo menos para formar gobierno. Personalmente creo que los pronósticos se van a cumplir y que finalmente el PSOE ganará las elecciones, provocando la aceleración del plan nacido con el 11-M y con ello la desestructuración de España como nación. Ojalá los pronósticos se equivoquen y España vuelva a resurgir de sus cenizas tras quince años de destrucción completa de nuestra sociedad, nuestra convivencia y nuestra historia. Yo por mi parte tengo decidido a quién voy a votar y porqué voy a hacerlo. Por mi parte espero y deseo que la mayoría de los españoles de bien voten como yo voy a hacerlo a VOX el próximo día 28 de abril, sólo de esta forma los españoles podremos dar voz a aquellas personas que defienden nuestros ideales frente a aquellos miserables que desde hace años nos conducen inexorablemente al enfrentamiento social y a nuestra extinción nacional.

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