viernes, 3 de marzo de 2017

Basta ya

No encuentro palabras para describir lo que siento en estos momentos en los que estoy escribiendo esta entrada. Me refiero al casi estallido de la III Guerra Mundial debido a la aparición de un autobús donde aparece una publicidad en la que se lee lo siguiente: "Los niños tienen pene, las niñas tienen vulva. Que no te engañen. Si naces hombre, eres hombre. Si naces mujer, eres mujer". Como todo el mundo sabe ya, la asociación católica "HazteOir" es la que está detrás de dicha publicidad. Pues bien, la aparición de este autobús con su correspondiente anuncio ha provocado que los sectores más naziprogres de nuestra suciedad hayan salido a la palestra para pedir cuando menos, la cabeza de los miembros de esta asociación y la de todos aquellos que comparten la frase anteriormente citada. Esto ha provocado que un juez prohíba la circulación del autobús por las calles después del gran revuelo social que esta noticia ha provocado. Dicho esto cabe preguntarse ¿Hacia qué mierda de sociedad estamos encaminándonos?, ¿Acaso no es verdad lo que dice la frase rotulada en ese medio de transporte?, ¿Hemos llegado a un punto en el que es un delito afirmar que quien niño nace, niño es, y quien niña nace, niña es? Me parece vomitiva la reacción de la sociedad ante estos hechos. Ya que estamos hablando de una frase publicitaria que corrobora ni más ni menos algo que está científicamente demostrado por la biología, por mucho que algunos se empeñen en decir que el sexo de una persona no se nace, se escoge. Y estamos hablando para más gravedad de asuntos que conciernen a menores de edad. No estamos hablando de aquellas personas que una vez cumplida la mayoría de edad deciden cambiarse de sexo, sino de niños a los que se fomentan la idea de la transexualidad una vez que éstos dicen desde una temprana edad que se sienten del sexo contrario al que pertenecen. ¿Tan enferma está la sociedad como para utilizar a niños para que éstos experimenten cambios hormonales en su cuerpo incluso antes de la adolescencia?, ¿Acaso cuando una madre vaya a preguntar por el sexo de su hijo al ginecólogo, éste no podrá decírselo ya que eso es algo que deberá escoger el feto en cuestión cuando haya nacido?, ¿Es que no está viendo nadie hasta el grado de peligro y de irrealidad al que estamos llegando en el mundo con este y otros temas semejantes? Insisto, no encuentro palabras para describir lo que siento en estos momentos, e incluso me está costando trabajo expresarlo por aquí.

Soy una persona que aunque no defiende la transexualidad, la respeta. Pero la respeta siempre y cuando aquellas personas que deciden cambiarse de sexo tienen la edad y la madurez mental suficiente como para tomar una decisión de esa envergadura. Lo que no podemos consentir es que se fomente a los críos desde muy temprana edad la idea del cambio de sexo si éstos no se sienten satisfechos con el suyo propio. Como tampoco podemos consentir que se fomente desde la educación que todo esto es algo normal que debe ser visto como algo cotidiano. No, señores. No estamos hablando de algo cotidiano. Estamos hablando del sexo de una persona que en el caso de un niño que acaba hormonándose, ya no podrá volver a atrás si con el paso de los años descubre que él o ella estaba conforme con su sexo antes de iniciar su proceso de cambio. Señores, ya está bien de experimentar con las personas como si fuesen unos pobres ratones de laboratorio. Y ya está bien que desde esos sectores que se hacen llamar así mismos "progresistas" y "tolerantes" decidan qué es lo que está bien y qué es lo que está mal en la mierda de sociedad en la que estamos malviviendo actualmente. Por cierto, ya que algunos "progres" se les llena la boca de tolerancia, bien podrían ellos aplicarse el cuento y respetar a los creyentes. Lo digo porque se ve que a esos mismos que han puesto el grito en el cielo por esta publicidad, bien que les gusta ofender a los creyentes vistiéndose de Cristos o de Vírgenes en los carnavales de Drag Queen en Canarias. En fin, se ve que para lo que nosotros es toda una ofensa, para estos impresentables es libertad de expresión. Eso sí, cuando los ofendidos son ellos bien que implantan de inmediato la censura, algo propio de una ideología absolutista como la de ellos. Termino diciendo que se está jugando con fuego desde algunos sectores, y dentro de unos años veremos las consecuencias de toda esta locura fomentada y promocionada por ese nuevo fascismo totalitario del siglo XXI llamado "Progresismo", asesino de la auténtica izquierda, defensora de las clases trabajadoras, así como de los valores humildes y tradicionales que ahora desprecian. Con este devastador panorama y ante la impotencia de no poder hacer nada más para combatirlo, sólo cabe gritar al igual que Peter Finch en aquella impresionante escena de la infravalorada película de los años setenta "Network", la inolvidable frase que da sentido a la misma: "Estoy más que harto, y no quiero seguir soportándolo".

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