Ante el aluvión de críticas que se están produciendo por todo el mundo debido a las decisiones que está tomando el nuevo presidente de EEUU, Donald Trump, en su primera semana de mandato (Cosa que por otro lado, ya se sabía de antemano que iba a ocurrir), me ha dado por escribir hoy aquí sobre el gran pecado del siglo XXI. Sí, un pecado en toda regla con sus seis letras y que todos aquellos que estamos contaminados de ese pecado somos tachados a los ojos de la sociedad actual como unos "Inhumanos, sinvergüenzas, fascistas, racistas, homófobos, xenófobos, machistas, etc". Me refiero por supuesto al grandísimo pecado de ser conservador hoy en día. Si hace 50/60 años, la mentalidad que imperaba en la sociedad de entonces era la de una sociedad marcada claramente por su carácter conservador/tradicionalista, la del año 2017 se puede decir que es oficialmente la sociedad del progresismo. Una sociedad que por contra de lo que se piensa, no es la sociedad de la libertad y el pluralismo, sino la de una sociedad con un pensamiento dictatorial que se extiende ya por todo el mundo. Y es que como dijo alguien en su día "Los fascistas del futuro se llamarán así mismos antifascistas". Esta frase, que se le atribuye de manera errónea al ex primer ministro británico, Winston Churchill, es toda una realidad actual y una predicción de entonces del inminente mundo que se avecinaba después de la finalización de la II Guerra Mundial.
Si hoy en día eres una persona con valores conservadores/tradicionales, una persona creyente, una persona que cree en una sociedad donde impere la "Ley y el orden", una persona que crea que en su país deben de entrar las personas justas y necesarias procedentes de otros países, una persona que crea en su país y se enorgullezca de ello, una persona que cree que este mundo se nos está yendo de las manos por tanto libertinaje... eres la personificación de todo aquello que la sociedad, o mejor dicho, el sistema que dirige esa sociedad, no quiere que seas. Así pues, como hoy en día no se puede matar a una persona por sus ideas (Gracias a Dios), la mejor forma para combatir esa "plaga" según muchos es la de arrinconar a esa parte de la población que piensa de esa manera determinada y tacharlos con los adjetivos que anteriormente he citado para que no vuelvan a hacer declaraciones ya sea en público o en privado de sus ideas personales. Vivimos pues en una sociedad de "Pensamiento único", es decir, una sociedad en la que se admiten todo tipo de ideas, pensamientos, opiniones, etc. Pero que deben de seguir una corriente ideológica concreta (En este caso, el progresismo). Si esas ideas son contrarias al pensamiento único que se ha ido propagando desde los medios de comunicación desde hace ya medio siglo hasta nuestros días, amigo, te aconsejo que te vayas buscando una cueva para pasar tus días el resto de tu vida porque en la sociedad actual no tienes cabida. En pleno año 2017 hay dos opciones muy concretas: O eres progresista y te conviertes en uno más de aquellos que aceptan la degeneración del mundo actual, o eres un "fascista ultraconservador católico" que merece como mínimo la pena de muerte.
Siempre he dicho desde aquí que soy una persona conservadora, y a medida que veo la evolución de la humanidad, más me reafirmo en ello. La cuestión es ¿Acaso hago daño a alguien por pensar así? Soy una persona que cree que los países deben de tener una seguridad en sus fronteras muy estrictas y controlar muy fuertemente su inmigración, ¿Acaso esto es un pecado?, soy una persona que cree en la "Ley y el orden" como forma de mantener la tranquilidad en nuestras calles contra aquellos que intentan desestabilizarla, ¿Acaso esto es un pecado?. Soy una persona que apoya y defiende el matrimonio entre personas del mismo sexo pero rechaza la adopción de hijos por parte de éstos, ya que esto supondrá más problemas que beneficios para esos hijos el día en que estén integrados en la sociedad el día de mañana, ¿Acaso esto es un pecado?. Soy una persona que cree que no se debería permitir que un crío de cinco años pueda cambiarse de sexo ya que no posee todavía el conocimiento necesario para poder tomar una decisión de esa índole, ¿Acaso esto es un pecado?, soy una persona que cree que todo el mundo tiene derecho a prestaciones sociales, sanidad, educación, etc, en un país, pero teniendo preferencia los habitantes de dicho país antes que los que vienen de otro lugar, ya que son los primeros los que con su trabajo y sus impuestos mantienen dicho sistema de bienestar. Soy una persona que cree que se le está dando una relevancia gigantesca en menoscabo de la mayoría social a ciertos colectivos de la población que no se corresponden con la realidad, ¿Acaso esto es un pecado?. Soy una persona que me enorgullezco de mi país aunque no del sistema político que padecemos, y que cree conjuntamente tanto en la justicia social como en un nacionalismo que cada vez es más necesario en este sistema globalizado, ¿Acaso esto es un pecado?. Soy una persona creyente que no considera justo que se intente borrar nuestras raíces cristianas y nuestra fe de nuestras instituciones y de nuestra vida social persiguiendo y extorsionando a los católicos, ¿Acaso esto es un pecado? Soy una persona que cree en la igualdad entre hombres y mujeres, y no de la superioridad de un sexo con respecto a otro como vienen defendiendo las feminazis actuales, ¿Acaso esto es un pecado? Soy una persona que cree que el aborto debería de estar prohibido excepto cuando está en peligro la vida de la madre o su embarazo haya sido fruto de una violación. ¿Acaso esto es un pecado?. Por desgracia la respuesta a todo esto es un sí como una catedral.
Muchos dicen que la sociedad se está modernizando y que se está volviendo cada vez más tolerante. Será entonces que los que no pensamos así somos unos intolerantes y unos anticuados que vivimos en el siglo XV y que por ende deberíamos estar criando malvas, ya que el tiempo que nos ha tocado vivir no se corresponde con nuestros pensamientos. Yo me pregunto; ¿Hasta cuándo durará esto?, ¿Hasta cuándo esta sociedad puede aguantar con este ritmo de vida en el que todo vale y todo es chupiguay?. Una sociedad que no tiene valores es una sociedad perdida, y eso es a lo que nos estamos encaminando imparablemente. Cuando uno ve a críos de 15 años y escucha los pensamientos de éstos con su edad, no hago más que preguntarme: ¿Y esto es el futuro?, ¿Esto es lo que nos espera? Yo por suerte o por desgracia sólo tengo 24 años. Me queda pues por ver el desarrollo del futuro en manos de jóvenes de mi generación y de las generaciones venideras. Esas generaciones en las que uno sabe ya de antemano que no traen nada bueno y que nos llevarán aún más al borde del abismo. Por ello, ante el pecado de ser conservador y querer una forma de vida que te puede llevar a ser como mínimo excluido de la sociedad sólo queda una conclusión: Esta es la sociedad con la que el sistema te obliga a convivir, estés o no de acuerdo. No hay alternativa posible a esta forma de pensamiento ni a este modo de vida. Si el progresismo lleva destruyendo en este tiempo todo aquello que ha representado hasta ahora lo contrario a su autoritario planteamiento, ¿Qué no habrá hecho de aquí a un siglo? Con este desolador panorama uno llega a la conclusión de que con estas ideas y las generaciones presentes y futuras defendiéndolas cada vez con más extremidad, la degradación final de la raza humana y por ende su posterior desaparición, está más cerca que nunca.